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EL PAPEL DE LA CONCILIACIÓN FRENTE AL DELITO DE INASISTENCIA

ALIMENTARIA CUANDO SE TRATA DE UN MENOR DE EDAD EN

COLOMBIA 2010-2021

Autores

Gennys Miranda Argel

Juan José Burgos Soto

Saskia Alvarez Polo

Universidad Cooperativa de Colombia

Facultad Derecho sede Montería

Montería, Córdoba

2022

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EL PAPEL DE LA CONCILIACIÓN FRENTE AL DELITO DE INASISTENCIA

ALIMENTARIA CUANDO SE TRATA DE UN MENOR DE EDAD EN

COLOMBIA 2010-2021

Autores

Gennys Miranda Argel

Juan José Burgos Soto

Saskia Alvarez Polo

Monografía presentada para optar por el título de Abogado

Director

David José Hernández Hoyos

Universidad Cooperativa de Colombia

Facultad Derecho sede Montería

Montería, Córdoba

2022

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Tabla de Contenido

Descripción del problema .................................................................................................................... 5

Planteamiento del problema................................................................................................................ 7

Objetivos .............................................................................................................................................. 9

Objetivo General.............................................................................................................................. 9
Objetivos Específicos ....................................................................................................................... 9
Justificación ....................................................................................................................................... 10

Estado del arte ................................................................................................................................... 11

Diseño Metodológico.......................................................................................................................... 15

CAPÍTULO I – EL CONCEPTO DE CONCILIACIÓN EN DERECHO EN COLOMBIA ......... 16

1.1 Métodos alternativos de solución de conflictos ................................................................. 16


1.2 La Conciliación en derecho en Colombia.......................................................................... 18
1.2.1 Concilciación en derecho: clasificación, finalidad, importancia y caracteristicas ....... 21
1.2.2 Conciliación en derecho y conciliación en equidad ....................................................... 23
1.3 Marco Jurídico ......................................................................................................................... 25
CAPITULO II- EL DELITO DE INASISTENCIA ALIMENTARIA BAJO LA NORMATIVA

COLOMBIANA ................................................................................................................................ 26

2.1 El delito de Inasistencia Alimentaria en el Código Penal Colombiano ................................... 27


2.2 Configuración del delito de inasistencia alimentaria según las diferentes categorías
dogmáticas ..................................................................................................................................... 33
2.3 Extensión del concepto de familia ..................................................................................... 35
2.4 Implicaciones del delito de inasistencia alimentaria en parejas del mismo sexo ............. 37
CAPITULO III- LA CONCILIACIÓN EN LOS DELITOS NO QUERELLABLES DE

ACUERDO CON EL MARCO LEGAL COLOMBIANO .............................................................. 38

3.1 aproximación a los conceptos de denuncia, querella y delito investigable de oficio ............... 38
3.2 La conciliación en los delitos no querellables de acuerdo con el marco legal colombiano ..... 41
3.3 Conciliación en delitos querellables ......................................................................................... 42

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3.4 Protección legal de los menores de edad con el marco de protección de la Ley 1098 de 2006 y
con la Constitución Política ........................................................................................................... 44
3.5 Impacto de la conciliación en procesos de inasistencia alimentaria ....................................... 46
Conclusiones ...................................................................................................................................... 48

Referencias......................................................................................................................................... 51

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Descripción del problema

La vida en sociedad conlleva una serie de interacciones que, en muchas ocasiones,

hacen que las personas se vean envueltas en dinámicas que propician problemas, por ese

motivo y con la necesidad de facilitar la solución a dichos problemas que surgen en el día a

día, es que la ley ha promovido los mecanismos necesarios para que, cuando el conflicto

aparece, haya maneras efectivas y eficaces de solucionarlo pretendiendo que cada una de las

partes se sientan conformes con el resultado, sabiendo que la solución que se ha dado, está

apegada enteramente a derecho y que es una manera justa de otorgar una restauración a la

víctima y, a su vez, de obligar a quien ha vulnerado el derecho del otro de alguna manera,

pueda resarcir el daño causado.

Las diversas formas de resolución de conflictos que se encuentran en la legislación

colombiana, son casi por definición heterocompositivas, de tal manera que la administración

de justicia en el país se lleva a cabo por medio de la rama judicial, de acuerdo con la

Constitución Política de 1991, en su artículo 228, se tiene que:

La administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son independientes. Las


actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas
prevalecerá el derecho sustancial. Los términos procesales se observarán con diligencia y su
incumplimiento será sancionado. Su funcionamiento será desconcentrado y autónomo
(República de Colombia, 1991).

La administración de justicia se concibe entonces como una función pública que recae

en las corporaciones y personas que tienen esa potestad, con ciertas excepciones que la ley

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señala. No obstante lo anterior, la Constitución de 1991 también contempla la administración

de justicia por particulares, que se apoya en figuras como la conciliación en derecho y la

conciliación en equidad, siendo estas formas autocompositivas de resolución de conflictos,

junto con el arbitraje y la amigable composición, todas formas que corresponden al modelo

autocompositivo.

La conciliación en Colombia se concibe como una manera de ayudar a

descongestionar el aparato judicial y, con ello, brindar un mayor acceso a la justicia eficaz y

expedito, reduciendo tiempos y costos para el Estado y dando certeza jurídica a la población,

en este sentido, la administración de justicia no solo debe obedecer a esos objetivos, sino que

debe dejar de ser algo que solo recae en las autoridades en cabeza del juez competente, debe

entonces propender porque las partes tengan la posibilidad de solucionar sus conflictos de

manera directa o bien con la participación de un tercero sin importar aspectos relacionados

con el delito, como por ejemplo, que este sea querellable o no.

En el presente trabajo de investigación, se pretende dilucidar, cómo se da la

conciliación cuando el problema que se busca solucionar tiene un carácter de no querellable,

tal como lo es la inasistencia alimentaria, analizando las formas de solución de conflictos que

se aplican específicamente en ese delito. Para ello, se hará una amplia investigación en bases

de datos tales como scielo, dialnet, juriscol, Google Académico, entre otras, así como en el

repositorio que ofrece la Biblioteca Digital de la Universidad Cooperativa de Colombia, con

el fin de encontrar literatura y jurisprudencia que de claridad acerca de la conciliación en

derecho aplicable a delitos no querellables.

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Planteamiento del problema

Se sabe que la cultura en países latinoamericanos, como lo es Colombia, ha sido

histórica y tradicionalmente tendiente al machismo, lo cual conlleva distintas problemáticas

que, al día de hoy, pese a las muchas acciones que el Estado ha implementado para cambiar

ese escenario, siguen siendo una constante, a tal grado que se pueden considerar como un

problema no solo en el ámbito social, sino también en el ámbito jurídico, una de esas

problemáticas es la inasistencia alimentaria (IA).

Las cifras no mienten, según el Consejo Superior de la Judicatura, de 3.779 audiencias

realizadas por el delito de IA en 2007, la cifra aumentó a 16.244 en 2010, posteriormente se

pasó a 25.726 en 2014 (RCN, 2015) y la escalada no ha cesado de aumentar, tan solo hasta

mayo de 2017 la Fiscalía recibió 23.331 denuncias por ese delito (RCN, 2017).

Es evidente entonces, que este delito es en sí un problema grave que no ha encontrado

una solución, ni en cuestión preventiva, ni en disminución de la incidencia, de acuerdo con

la Procuraduría General de la nación, la IA ha sido catalogada como un delito que es

constitutivo de violencia económica hacia la mujer, lo que tiene una implicación legal que

redunda en la obligación del Estado de garantizar una vida libre de violencias a las mujeres,

de acuerdo con lo estipulado en la normatividad sobre Derechos Humanos de las Mujeres a

nivel internacional.

De acuerdo con la Procuraduría General de la Nación (2006):

Dentro de las violencias económicas al interior de la familia, se incluyen los procesos de


alimentos, los ejecutivos de alimentos, la inasistencia alimentaria y las investigaciones de
paternidad, las cuales reflejan las inequidades de poder desde lo económico. Frente a este

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tipo de violencia, no se aprecian por parte de las instancias competentes, acciones ni medidas
dirigidas a intervenir estas prácticas, a promover la paternidad responsable, ni a revisar la
efectividad de los mecanismos establecidos para la reclamación de estos derechos.

Como es de anotar con base en lo anterior, se puede afirmar que las acciones que se

han implementado desde el Gobierno Colombiano, ya sea desde lo legislativo, como desde

lo judicial, no han cumplido con el cometido de lograr que este tipo de violencias hacia los

sectores más desfavorecidos y vulnerables, como son los niños y las mujeres se vean, si no

erradicadas, al menos disminuidas.

Es en este momento cuándo surgen diversas preguntas: ¿en qué consiste el delito de

inasistencia alimentaria?, ¿por qué a partir de cierto momento se le ha considerado como un

delito no querellable?, ¿bajo qué circunstancias es este delito no querellable?, estas

interrogantes llevan la pregunta de investigación que se pretende dilucidar en este trabajo

investigativo: ¿Cuál es el papel de la conciliación frente al delito de inasistencia alimentaria

cuando se trata de un menor de edad en Colombia 2010-2021?

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Objetivos

Objetivo General

Investigar cuál es el papel de la conciliación frente al delito de inasistencia alimentaria

cuando se trata de un menor de edad en Colombia 2010-2021.

Objetivos Específicos

• Definir qué es la conciliación en derecho.

• Determinar qué es y cómo se configura el delito de Inasistencia Alimentaria bajo la

normativa colombiana.

• Indagar cómo se da la conciliación en los delitos no querellables de acuerdo al marco

legal colombiano.

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Justificación

El Estado Colombiano, a través de los años y por medio de la legislación y la

jurisprudencia, ha dicho en reiteradas ocasiones, que existen ciertos sectores de la población

que, por su condición de vulnerabilidad, tienen derecho a una protección especial de parte

del Estado, por ese motivo, hay una búsqueda constante de proporcionar los mecanismos

idóneos para proveer una justicia restaurativa pronta y expedita para dichos sectores

vulnerables, en ese sentido, la Inasistencia Alimentaria, vulnera no solo el derecho del niño,

niña o adolescente a crecer sin carencias económicas y/o afectivas, sino el de la madre a vivir

sin violencias que repercutan en su bienestar y el de sus vástagos.

En este sentido, la violencia económica y patrimonial es un tipo de violencia de

género que suele ser poco visible, en comparación con la violencia física o psicológica, por

este motivo pasa desapercibida, por lo que es sumamente importante definirla y nombrarla,

con el fin de que se pueda reconocer y, por ende, contrarrestar. En virtud de lo anterior, es

importante retomar este tema, por cuanto afecta a los más desfavorecidos y a que, como ya

se dijo, es un delito que va en aumento.

Por otra parte, el tema es importante en virtud de la necesidad de explicar en qué

consiste el delito de Inasistencia Alimentaria y el tratamiento que se le da no solo desde la

Normatividad, la Jurisprudencia y la Doctrina, sino llevarlo más allá al explicarlo desde la

conciliación en derecho, para poder ser comprendido en toda su magnitud, desde su

conceptualización, hasta las sanciones a que hay lugar de incurrirlo.

En ese sentido, es importante analizar a cabalidad este tema desde dos perspectivas

principales: las personas y el Estado, las primeras como protagonistas que asumen un rol ante

el conflicto y el segundo como garante de la administración de justicia que está obligado, de

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acuerdo a lo estipulado en la Carta, a velar por que los derechos, garantías, obligaciones y

libertades sean efectivos, para que la convivencia social y la concordia sean posibles.

En ese sentido, es de primordial importancia identificar los mecanismos alternos de

solución de conflictos y más cuando se considera que de conformidad a su fundamento legal,

estructura, control y vigilancia que el Ministerio de Justicia y del Derecho hace hacia ellos,

fungen un papel primordial como elemento complementario a la justicia ordinaria, haciendo

más accesible la justicia para los ciudadanos; por otra parte, es importante demostrar que es

necesario fortalecer a la conciliación en derecho como un instrumento de apoyo a la justicia,

muy por encima de la descongestión judicial o las crisis de eficiencia de la administración de

la justicia.

Es importante poner de manifiesto que la conciliación es un instrumento de paz que

hace posible una mejor convivencia, de manera consciente, pacífica y autónoma debido a que

es el propio ciudadano el que participa en la solución de una situación que le es desfavorable,

siendo los propios actores los que aprenden a llegar a una solución satisfactoria de dicha

situación.

Por lo anteriormente mencionado, es importante poner de manifiesto la relevancia de

la Inasistencia Alimentaria como delito no querellable, así como sus consecuencias y el

tratamiento que se le da desde la normativa y la jurisprudencia.

Estado del arte

En este aparte se hará un recuento de algunos estudios hechos en torno al tema que

han sido realizados desde diversos sectores de la academia.

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En primer término se tiene el estudio denominado La conciliación, un medio de

justicia restaurativa; análisis y reflexiones de su implementación en el delito de inasistencia

alimentaria en Colombia (Ahumada, 2011); en dicho artículo, se pone en perspectiva el delito

de inasistencia alimentaria desde el derecho procesal, tomando en cuenta los aspectos penales

que llevan a la conducta delictiva, así como la explicación a lo profundamente enraizado que

está este delito en la cultura del país. Por otra parte, se destaca la importancia de la justicia

restaurativa como una manera de reparar el daño, todo ello por medio de la conciliación.

El autor concluye que la conciliación es un mecanismo pertinente por cuanto

involucra a las partes y les ayuda a solucionar un conflicto, así como a fortalecer el estado de

derecho y un mecanismo de descongestión judicial, no obstante lo anterior, situaciones como

la falsedad en las declaraciones patrimoniales del querellado y la falta de investigaciones

eficientes al respecto, hacen que muy pocas veces exista una real justicia restaurativa.

Por otra parte, el estudio denominado “Fundamentos de Derecho para Reivindicar la

Procedencia de la Conciliación en el Delito de Inasistencia Alimentaria” (Sánchez, 2018),

pone en perspectiva el análisis de los artículo 42 y 116 de la Carta, mismos que pueden servir

para desvirtuar el propósito de los artículos 01 y 02 de la Ley 1542 de 2012, que en

concordancia con el artículo 108 de la Ley 1453 de 2011 y el artículo 05 de la Ley 1826 de

2017, pudieron eliminar el carácter de querellable al delito de IA, pero también impidiendo

el agotamiento del requisito de procedibilidad del dicho delito.

De tal manera que las pretensiones que dan forma a la teoría del delito del mencionado

tipo penal, hacen posible que la conciliación, establecida en el artículo 522 de la Ley 906 de

2004, haga posible que los particulares accedan a la administración de la justicia por medio

de la reparación de la relación familiar que se ve vulnerada por este delito. Se concluye en

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este trabajo, que la conciliación es un mecanismo autocompositivo que permite un mayor

acceso a la justicia, sobre todo por cuanto escucha las voces de las partes, pero también por

la importancia medular del conciliador para la solución del conflicto.

En el mismo sentido, el artículo titulado La conciliación como mecanismo alternativo

de solución de conflictos en el delito de inasistencia alimentaria en Colombia (Patiño A. ,

2020), cuyo objetivo fue analizar los argumentos procesales desde la perspectiva del derecho

penal, que hacen posible la aplicación de la conciliación como mecanismo alternativo de

solución de conflictos en los delitos de inasistencia alimentaria en Colombia, con el fin de

otorgar celeridad al procedimiento penal y que la protección al bien jurídico tutelado sea más

eficiente.

Este trabajo, además de lo ya expuesto, pone de manifiesto que la pena privativa de

la libertad no cumple con su función, ya que el objetivo es que el menor reciba alimentos, en

este sentido, es imposible que una persona que está privada de la libertad pueda conseguir un

trabajo y cumplir con su obligación, de tal manera que, este tipo de pena, solo contribuye a

que la evasión de la responsabilidad, se perpetúe.

De igual manera, el trabajo denominado La conciliación en la fijación de cuota

alimentaria y sus efectos (Marín, 2018), hace una caracterización de los alimentos, los efectos

de los mismos y las clases de conciliación aplicables al delito de inasistencia alimentaria.

Este trabajo pondera la conciliación como el mejor mecanismo de arreglo para solucionar

conflictos que involucran alimentos, pero, a su vez, pone de manifiesto que es importante

que el Estado colombiano proteja el interés superior del menor en todo momento.

En cuanto a tesis elaboradas que fueran concernientes a la conciliación la titulada

Algunos problemas de la conciliación celebrada dentro del proceso penal de inasistencia

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alimentaría (Franco & Sánchez, 2005) busca dar luz sobre algunos problemas jurídicos

asociados a los trámites de conciliación en casos de inasistencia alimentaria tales como: la

competencia para fijar la cuota, los efectos del acta aprobada dentro del proceso penal el

momento consumativo del ilícito y la consecuencial tasación de perjuicios objeto de la

conciliación. Los conflictos mencionados, ponen en evidencia la tensión que hay entre los

principios rectores procedimentales en materia penal y la conciliación en cuanto a alimentos.

El trabajo concluye que existe una contraposición entre la teoría y la práctica jurídicas, por

lo que es imperante un estudio de coordinación que de uniformidad al bloque jurídico.

Por otra parte, el artículo denominado El delito de inasistencia alimentaria, apuntes

para una interpretación sistemática del tipo (Moya, 2000), en este documento se hace una

aproximación al tipo de la inasistencia alimentaria, así como de la obligación alimentaria, su

incumplimiento, el daño generado con este y la responsabilidad, así como los aspectos

procesales del delito.

Otro estudio encontrado, se realizó en 2014 y se denominó Factores relacionados con

el incumplimiento de la obligación alimentaria en hijos e hijas menores en Barranquilla,

2014 (Gutiérrez, 2014), este estudio trata acerca de la incidencia, las causas y factores que

inciden en la comisión del delito de Inasistencia alimentaria y realiza una revisión al

problema de la Inasistencia alimentaria, desde la Constitución y la jurisprudencia, para

finalmente destacar que se deben implementar medidas legislativas con el fin de crear una

base de datos que identifique a los morosos y que, con base en ella, pierdan privilegios y

derechos, como el acceder a un crédito o adquirir propiedades o permisos para iniciar

negocios, licencias de manejo, entre otros.

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Finalmente, se expone el artículo denominado El delito de inasitencia alimentaria en

al ámbito legal colombiano (Patiño, 2015), pone en perspectiva el delito de inasistencia

alimentaria frente al derecho a los alimentos. El contenido del mismo da cuenta de qué

tratamiento se le da al delito de inasistencia alimentaria en el ámbito penal colombiano, la

obligación alimentaria, cómo se tipifica el delito y la preclusión de la investigación y el

principio de oportunidad. En esta oportunidad, se nota un avance en cuanto a la connotación

que se da al delito, en virtud de que se incorpora la falta de atención, amor y cuidados como

parte de la inasistencia alimentaria.

Diseño Metodológico

Tipo de estudio: La presente investigación es de tipo cualitativa, que corresponde al

estudio de situaciones, fenómenos, casos, etc., que ponen en relación directa al derecho con

su práctica social en comunidades, colectivos, instituciones; sistemas sociales, jurídicos,

políticos, etc.

Enfoque: Interpretativo-comprensivo o histórico-hermenéutico: acude a fuentes

documentales relevantes para develar las posturas y el actuar humano con el fin de generar

una argumentación y una postura propia frente a las mismas.

Estrategias:

• Investigación documental.

• Técnicas:

• Análisis de contenido.

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Instrumentos:

• Para los efectos de esta investigación, la información recopilará en fichas

bibliográficas.

CAPÍTULO I – EL CONCEPTO DE CONCILIACIÓN EN DERECHO EN

COLOMBIA

De acuerdo con el Ministerio de Justicia (2022), la conciliación es un mecanismo

alternativo de solución de conflictos a través del cual, dos o más personas, naturales o

jurídicas, de carácter privado o público, nacional o extranjera), gestionan por sí mismas la

solución de sus diferencias, con la ayuda de un tercero neutral y calificado, denominado

conciliador.

1.1 Métodos alternativos de solución de conflictos

De acuerdo con Patiño (2020), en el escenario de la administración de justicia, se han

establecido unos mecanismos judiciales y extrajudiciales con el propósito de salvaguardar o

materializar un derecho. Esto, como consecuencia de la congestión judicial en los despachos

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en Colombia, lo que se convierte en un obstáculo para el acceso a la justicia, pues no existen

la cantidad suficiente de funcionarios ni de lugares físicos para atender todos los casos en las

diferentes ramas del Derecho. Con el objeto de realizar una efectiva descongestión judicial,

y evitar que los ciudadanos ante cualquier problema que implique acercarse a la Rama

Judicial, lo hagan de inmediato, se crearon una serie de mecanismos que en algunos casos es

de obligatoria utilización antes de iniciar un proceso justicia.

En ese sentido, de acuerdo con Cabana (2017) los mecanismos alternativos de

solución de conflictos son una alternativa a la justicia formal, que promueven la resolución

idónea de las controversias que se puedan generar entre las partes, entendiendo que cualquier

persona puede hacer uso de ellos y tiene distintas alternativas según sus preferencias o

necesidades.

Continuando con Cabana (2017), se tiene que existen dos grandes grupos de

mecanismos alternativos de solución de conflictos: autocompositivos y heterocompositivos,

su diferencia radica principalmente que en el primero existe presencia de un tercero para

resolver la controversia pero son las mismas partes las protagonistas tomando las decisiones

y poniendo fin a la Litis. En el segundo hay presencia de un tercero que es el que toma las

decisiones y pone fin a la Litis.

Tabla 1. Clasificación de los MASC

Intervención de
Tipología de MASC Concepto Clasificación
terceros
Los mecanismos
autocompositivos son aquellos a Transacción
Facilita la
los cuales las partes acuden por
Autocompositivos comunicación entre
voluntad propia cuando se
las partes
encuentran frente a una disputa Mediación

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y son ellas mismas quienes


toman la decisión del arreglo al Amigable Composición
cual quieren llegar, existen
diferentes mecanismos
autocompositivos entre los
cuales encontramos: la
transacción, la mediación,
Conciliación
amigable composición y la
conciliación. En ellos existe la
libertad de la conducta de las
partes (Cabana, 2017).
De acuerdo con Junco (2005,
Decide el litigio
como se citó en Cabana 2017),
Arbitraje pero no ejecuta su
consisten en una solución
decisión
impuesta desde afuera, en la que
interviene una autoridad
Heterocompositivos
legítima que le da una oportuna
solución a una controversia, Decide el litigio y
Proceso ordinario
siguiendo un debido proceso y ejecuta su decisión
dando oportunidad de defensa a
las partes.
Fuente: elaboración propia en base a revisión de bibliografía.

Como se puede observar en la tabla 1, los métodos alternativos de solución de

conflictos se erigen como medios para promover soluciones a controversias evitando la

congestión del sistema judicial, y garantizando ante todo, la toma de decisiones ajustadas al

derecho por un lado, y la equidad en los casos en que se logren acuerdos voluntarios entre

las partes.

1.2 La Conciliación en derecho en Colombia

En el caso colombiano, la ley prevé maneras de solucionar controversias que resulten mucho

más favorables tanto para el sistema de justicia como para las partes en conflicto, de este

modo, se configuran diversos mecanismos de justicia alternativa a saber: la negociación, el

arbitraje, la mediación, la conciliación en equidad y en derecho, entre otros, mismos que

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pueden clasificarse como: a) heterocompositivos. Son aquellos en los que un tercero decide

por las partes, ejemplo de este tipo es el arbitraje y la amigable composición; b)

autocompositivos. Es cuando las partes resuelven la controversia de manera voluntaria,

ejemplos de este tipo son la transacción, la mediación y la conciliación (Ministerio de Interior

y de Justicia, 2007).

La conciliación, como un sistema de solución de conflictos, es casi inherente al ser

humano y ha evolucionado a través del tiempo junto con la humanidad, por lo que,

históricamente, ante el conflicto, las partes han buscado solucionarlo de manera voluntaria

con la ayuda de un tercero neutral denominado conciliador, este concepto es aplicable a

cualquier forma de solución de conflictos procesal o extraprocesal. No obstante que la

conciliación es antigua, en las instituciones colombianas tiene poco más de 100 años de ser

reconocida, en el pasado el acudir a un tercero para solucionar conflictos era común y

efectivo.

En ese sentido, los historiadores dan cuenta de antecedentes de conciliación en casi

todas las culturas así, por ejemplo, en Roma, presenta antecedentes de la conciliación, tales

como el contrato de transacción, los mandaderos de paz y los avenidores, de acuerdo con el

“fuero juzgo” (ley XV título I libro II), también la Ley de las XII Tablas otorgaba

obligatoriedad a lo que convinieran las partes al ir a juicio y filósofos como Cicerón

aconsejaban la conciliación pues, de acuerdo a su pensamiento lo mejor era alejarse de los

pleitos. Por otra parte, en Grecia en el periodo clásico existieron los temostetes, que tenían

competencia para analizar los problemas que estaban en litigio y de acuerdo al resultado,

debían acercar a las partes para que llegaran a un arreglo y lo cumplieran (Osorio, 2002).

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Sin lugar a dudas, la conciliación como forma de solución de conflictos ha trascendido

en el tiempo y hoy, en Colombia como en muchos países forma parte medular del sistema de

justicia. En ese sentido, el Plan sectorial 2015-2018, reconoce los mecanismos alternativos

como un principio básico del sistema judicial, sin embargo, no propone estrategias u

objetivos que lleven a buen puerto su funcionamiento, sino que se concentra mayormente en

otros tipos de justicia alternativa, tales como la jurisdicción especial de paz, la indígena y

otras prácticas comunitarias, con el fin de amalgamar a las comunidades con el sistema

judicial como tal (lllera, 2017).

De acuerdo con Martínez Caballero (1991, como se citó en Cabana, 2005), la Corte

Constitucional de Colombia, define la conciliación como un medio no judicial de resolución

de conflictos mediante el cual las partes, entre quienes existe una diferencia susceptible de

transacción, con la presencia activa de un tercero conciliador, objetivo e imparcial, cuya

función esencial consiste en impulsar las fórmulas de solución planteadas por las partes o por

el mismo, buscan la forma de encontrar una solución y superar el conflicto de intereses que

existe.

Así mismo, Prieto y Fernández (s.f, como se citó en Vado, 2011) sostienen que la

conciliación es un procedimiento no jurisdicional, aunque intervengan en el, por razones de

conveniencia, un juez del orden civil, penal, laboral, por el que se espera que las partes entre

las que existe discrepancia, lleguen a un convenio que evite el proceso.

Montero (1.986, como se citó en Vado, 2011) por su parte, interpreta la conciliación

como un proceso de cognición especial por razones jurídico – procesales, por el que se tiende

a eliminar el génesis de un proceso principal, tambien de cognición, mediante el intento de

una aveniencia o arreglo pacifico entre las partes.

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Analizando el concepto en el ámbito de la Ley 446 de 1998, la conciliación es un

mecanismo de resolución de conflictos a través del cual, dos o más personas gestionan por sí

mismas la solución de sus diferencias, con la ayuda de un tercero neutral y calificado,

denominado conciliador.

1.2.1 Concilciación en derecho: clasificación, finalidad, importancia y

caracteristicas

La conciliación en derecho como se ha mencionado en el desarrollo de la presente

monografía, se consolida como un mecanismo alternativo para la resolución de conflictos en

el ordenamiento jurídico colombiano. La ley 640 de 2001 establece en su artículo 3° que la

conciliación podrá ser judicial si se realiza dentro de un proceso judicial, o extrajudicial, si

se realiza antes o por fuera de un proceso judicial. En ese rumbo, se denominará extrajudicial

en derecho cuando se realice a través de los conciliadores de centros de conciliación o ante

autoridades en cumplimiento de funciones conciliatorias; y en equidad cuando se realice ante

conciliadores en equidad (Congreso de la República de Colombia, 2001).

Ahora bien, es preciso entender la conciliación como un proceso en el que se espera

la materialización de acuerdos de voluntades entre las partes con el concurso facilitador de

un conciliador. Lo anterior sugiere que la conciliación en derecho se constituya en una

herramienta eficaz para la descongestión judicial dado que en ella las partes pueden gestionar

por si mismas la solución de sus diferencias con la ayuda de un tercero neutral y calificado

(Ministerio de Justicia, 2022).

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Del mismo modo, el Ministerio de Justicia permite identificar como finalidades de la

conciliación en derecho: evitar el escalamiento del conflicto, resolver de manera pacífica los

conflictos, posibilitar la efectividad de la justicia, acercar los instrumentos e instituciones de

justicia a los ciudadanos, reestablecer el tejido social, descongestionar los despachos

judiciales, fomentar el ahorro en los costos y tiempos procesales, fortalecer la autonomía y

la solidaridad como principios de la administración de justicia.

Así, la conciliación en derecho es importante porque permite avanzar en la

construcción de escenarios eficientes y eficaces para la solución de conflictos dentro de la

sociedad, extendiendo la capacidad para garantizar los derechos de los ciudadanos sin generar

congestión en los despachos judiciales.

Esta descongestión no solo genera efectos en la administración de justicia, también

provee soluciones socialmente idóneas para las controversias, fomentando la participación y

relevancia de los acuerdos de voluntades entre las partes, pero, a su vez, fortaleciendo las

instituciones que desempeñen funciones conciliadoras dentro de un sistema que avanza

progresivamente hacia la modernización dentro del marco normativo que abarca el Estado

Social de Derecho.

En consecuencia, para lograr que la conciliación facilite la resolución efectiva de los

conflictos debe representar en las etapas del proceso con una serie de características que

legitiman su ejercicio (ver figura 1).

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Es un acto
Solemne Onerosa
nominado

De libre
Bilateral Conmutativa
discusión

Figura 1. Características de la conciliación en derecho. Fuente: (Yurgaqui, 2016)

Como se puede observar en la figura 1, la conciliación en derecho se caracteriza por

consolidar la suma de las voluntades de las partes, representando su autonomía y decisión

libre con el apoyo que ejerce el conciliador dentro de su rol de garante de los acuerdos

alcanzados.

En el mismo tenor, y de acuerdo con Contreras y Díaz (2010), la conciliación

constituye un acto complejo en el que intervienen voluntades diversas de las partes en

conflicto, que al lado del conciliador se convierten en los sujetos que participan del proceso

conciliatorio.

1.2.2 Conciliación en derecho y conciliación en equidad

23
24

Al establecer relación entre las tipologías de conciliación, surgen dos conceptos con vigencia

y rigor en la actualidad. Por un lado, la conciliación en derecho representa como se ha

mencionado hasta el momento un proceso que busca la gestión autónoma de las diferencias

entre las partes con la ayuda de un tercero neutral calificado; mientras que por su parte, la

conciliación en equidad implica que dos o más personas solucionen sus conflictos por

intermedio de un tercero llamado conciliador en equidad.

Lo expresado en el párrafo anterior, es ratificado por la Corte Constitucional en

Sentencia C – 902 de 2008, que concibe que la conciliación extrajudicial será en derecho

cuando se realice a través de centros de conciliación o ante autoridades en cumplimiento de

funciones conciliatorias; y en equidad cuando se realice ante conciliadores en equidad (Corte

Constitucional, 2008).

Sumado a ello, el Ministerio de Justicia resalta el papel que está desempeñando la

conciliación en sociedad en la construcción de la convivencia de la sociedad colombiana,

garantizando que se resuelvan los conflictos sin necesidad de acceder a instancias judiciales,

promoviendo el dialogo y la concertación como principios generadores de equidad y justicia.

Por lo tanto, la conciliación en equidad persigue fines de equilibrio en las relaciones

sociales en la medida en que se edifique soluciones efectivas y socialmente deseables que se

adapten a las expectativas y necesidades de las partes.

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25

Asuntons conciliables
Partes Resolución Efectos
(competencia)
•Solicitante de la •Agrarios •Acuerdo tota •Hace tránsito a cosa
conciliación •Comercial •Acuerdo parcial juzgada
•Persona invitada a •Civil •Constancia de no •Presta mérito
conciliar en el marco •Familia acuerdo ejecutivo
del conflicto
•Penal
•Conciliador en equidad
•Policivo
•Propiedad Horizontal
•Tránsito
•Laborales

Figura 2. Características de la conciliación en equidad. Fuente: (Ministerio de Justicia, 2022).

En la figura 2, se aprecian las características de la conciliación en equidad detallando

las partes que intervienen, los asuntos conciliables, las formas de resolución a la que se llega

y el alcance de los acuerdos. Es evidente a simple vista que la conciliación en equidad genera

ventajas a las comunidades en función de su gratuidad, disminución de trámites y costos,

satisfacción de las expectativas de las partes, agilidad en el proceso, y lo que es más

importante, generación de resultados que garanticen la disminución de conflictos.

1.3 Marco Jurídico

La Conciliación en derecho en Colombia, se contempla a partir de la normatividad

expresada a continuación:

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• Constitución Política de Colombia

• Ley 23 de 1991 “Por medio de la cual se crean mecanismos para descongestionar los

Despachos Judiciales, y se dictan otras disposiciones”.

• Ley 446 de 1998 “Por la cual se adoptan como legislación permanente algunas

normas del Decreto 2651 de 1991, se modifican algunas del Código de Procedimiento

Civil, se derogan otras de la Ley 23 de 1991 y del Decreto 2279 de 1989, se modifican

y expiden normas del Código Contencioso Administrativo y se dictan otras

disposiciones sobre descongestión, eficiencia y acceso a la justicia”.

• Ley 640 de 2001 "Por la cual se modifican normas relativas a la conciliación y se

dictan otras disposiciones".

• Decreto 1069 de 2015 “Por medio del cual se expide el Decreto Único Reglamentario

del Sector Justicia y del Derecho “.

• Reglamento General del Centro de Arbitraje y Conciliación

CAPITULO II- EL DELITO DE INASISTENCIA ALIMENTARIA BAJO LA

NORMATIVA COLOMBIANA

Las diferentes connotaciones que se establecen en el ordenamiento jurídico

colombiano, abarcan de forma recurrente el tratamiento penal que se da a las diferentes

manifestaciones de desviaciones sociales, en este caso, aquellas relacionadas con la

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inasistencia alimentaria como delito que atenta contra el bienestar de los menores y el

equilibrio de la unidad fundamental de la sociedad: la familia.

2.1 El delito de Inasistencia Alimentaria en el Código Penal Colombiano

El delito de inasistencia alimentaria, presenta una dualidad sumamente particular dentro de

la realidad colombiana, se tiene, por un lado, que es el tercer delito en incidencia, pero por

otro lado, no tiene un lugar significativo dentro dela dogmática del derecho penal especial,

ni en la sociología jurídica, aun cuando es de los que más tratan de solucionarse dentro de las

dependencias competentes para el caso (Moya, 2006). Pero, ¿qué se entiende por inasistencia

alimentaria? Para dilucidar esta interrogante, es necesario entender primeramente qué son los

alimentos. De acuerdo con lo establecido por la Personería de Bogotá, citada por Bustos

(2009), se entiende por “alimentos” a:

la prestación económicamente valorable, encaminada a satisfacer las necesidades de


subsistencia de una persona, por tanto, no se refiere únicamente a la comida, sino que abarca
lo necesario para una vida digna, esto es, la vivienda, el vestuario, la asistencia médica, la
educación, la recreación.

De acuerdo con la Constitución Política de Colombia, los alimentos y el derecho a los

mismos se encuentran contemplados en el artículo 44, mismo que versa:

Son derechos Fundamentales de los niños la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social,
la alimentación equilibrada su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separado de ella,
el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán
protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual
explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos
consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por
Colombia. (….) (República de Colombia, Corte Constitucional, 1991).

Por otra parte, de acuerdo con el artículo 24 del Código de infancia y adolescencia:

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28

Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a los alimentos y demás medios para
su desarrollo físico, psicológico, espiritual, moral, cultural y social, de acuerdo con la
capacidad económica del alimentante. Se entiende por alimentos todo lo que es indispensable
para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica, recreación, educación o instrucción
y, en general, todo lo que es necesario para el desarrollo integral de los niños, las niñas y los
adolescentes. Los alimentos comprenden la obligación de proporcionar a la madre los gastos
de embarazo y parto. (República de Colombia. Congreso de Colombia, 2006).

Ahora bien, el delito de Inasistencia Alimentaria, se encuentra contemplado en el

artículo 233 del Código Penal, mismo que indica que:

El que se sustraiga sin justa causa a la prestación de alimentos legalmente debidos a sus
ascendientes, descendientes, adoptante, adoptivo, cónyuge o compañero o compañera
permanente, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro (54) meses y multa de
trece punto treinta y tres (13.33) a treinta (30) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
La pena será de prisión de treinta y dos (32) a setenta y dos (72) meses y multa de veinte
(20) a treinta y siete punto cinco (37.5) salarios mínimos legales mensuales vigentes cuando
la inasistencia alimentaria se cometa contra un menor (República de Colombia, Congreso de
Colombia, 2000).

La Corte a este tenor ha sido muy explícita por cuanto indica que el verbo sustraer,

expresa la idea de separarse de lo que le corresponde por obligación, prescindiendo, en

consecuencia, de cumplir ésta. Es una conducta activa, maliciosa, claramente regulada, de

modo que deja de incriminarse cuando ocurren descuidos involuntarios o cuando se presentan

inconvenientes de los que pueden incluirse dentro de las justas causas (Corte Constitucional,

Sentencia T-502. Párr. 72, 1992).

No obstante, tanto la Corte como diversos instrumentos internacionales, tratan esta

obligación como algo especial, no una simple deuda nacida como resultado de un negocio

jurídico que se contrae de manera voluntaria, sino que tiene su origen en la Carta, como parte

de una relación de consanguinidad. En concordancia, la Convención Americana sobre

Derechos Humanos, “Pacto de San José de Costa Rica”, en su artículo 7°, numeral 7°, es

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clara al indicar que “nadie será detenido por deudas (Corte Constitucional, Sentencia T-502.

Párr. 72, 1992).

Este principio no limita a los mandatos de autoridad judicial competente dictados por

el incumplimiento de deberes alimentarios” (Corte Constitucional, Sentencia T-502. Párr. 72,

1992), se pone de manifiesto entonces que los deberes que los padres contraen al momento

de tener hijos, no son eludibles sin una justa causa y, aun cuando esta existiera, es deber de

los padres resolver cualquier problema que hace que la obligación no pueda cumplirse, con

el fin de hacer los aportes que la ley indica, a la brevedad, de tal manera que pueda proveer

lo necesario a sus vástagos (Corte Constitucional, Sentencia C-237. Párr. 8, 1997).

En este sentido, la Corte es enfática al destacar el papel del Estado en esta

problemática, ya que si bien es responsabilidad de los padres proveer a los hijos, también es

deber y obligación del Estado velar por el bienestar de aquellos que se encuentran en un

estado de indefensión manifiesta, como una manifestación del deber de solidaridad que

reviste a la familia y a sus miembros (Corte Constitucional, Sentencia C-237. Párr. 8, 1997).

Por otra parte, si bien la Corte ha reconocido que no se puede obligar ni judicializar

a quien no tiene las posibilidades de pagar alimentos, también es cierto que quien dice no

tener la capacidad económica para cumplir la obligación, debe comprobar sus dichos,

intercambiando la carga de la prueba, librando entonces de la obligación de demostrar que la

presunción legal de que el padre no es capaz de cubrir las cuotas, a la parte más débil, que es

el menor; con esto se logra no solo la corrección de la desigualdad material entre las partes

acerca de la prueba, sino que, además, evita que aquel que obra de mala fe, ocultando sus

reales ingresos, evada sus obligaciones (Corte Constitucional, Sentencia C- 388, Párr 44,

2000).

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El delito de inasistencia alimentaria, constituye una forma de violencia económica,

en este sentido, es común que quien ejerce dicho tipo de violencia, recurran al ocultamiento

de su patrimonio con el fin único de defraudar a la sociedad conyugal o patrimonial como

una forma de dominio contra la mujer, todo ello con el aval del legislador, más cuando la

mujer es quien decide separarse ya sea por violencia o porque no se ha reconocido a los hijos

fruto de la unión, violencia que se hace patente por medio de el no pago de las obligaciones

alimentarias. Femat, citado por Zabala (2018), “el ejercicio de la dominación masculina se

realiza principalmente sobre aquellos individuos que el hombre considera débiles, dentro de

los cuales la mujer y los hijos resultan, de acuerdo con sus premisas de masculinidad, los más

idóneos”.

El proceso de penalización de la Inasistencia Alimentaria en el país, tuvo su génesis

en 1946, por medio de la Ley 83, conocida como la Ley de defensa orgánica del niño, sin

embargo no es sino hasta la ley 75 de 1968, la “Ley Cecilia”, que realmente se pone en

perspectiva el problema, se define su alcance y se impulsa su desarrollo dentro del derecho

penal colombiano, iniciándose así un proceso que sigue hasta estos momentos, en los que

aún se sigue legislando en torno a su alcance, impacto social y si es conveniente que se le

siga considerando como delito (Zota, 2016).

Ahora bien, en el caso de la inasistencia alimentaria, se está frente a un conflicto que

daña lo más importante en toda sociedad, la familia. En distintas oportunidades la Corte se

ha referido a la importancia de la familia, ejemplo de ello es la sentencia T-098 de 2005, en

la cual se indica que:

La familia, ámbito natural y propicio para el desarrollo del ser humano, merece la protección
especial y la atención prioritaria del Estado, en cuanto de su adecuada organización depende
en gran medida la estable y armónica convivencia en el seno de la sociedad. Es la comunidad

30
31

entera la que se beneficia de las virtudes que se cultivan y afirman en el interior de la célula
familiar y es también la que sufre grave daño a raíz de los vicios y desórdenes que allí tengan
origen.
Fácil es entender que lo aprendido en el hogar se proyecta necesariamente en las etapas
posteriores de la vida del individuo, cuyos comportamientos y actitudes serán siempre el
reflejo del conjunto de influencias por él recibidas desde la más tierna infancia. El ambiente
en medio del cual se levanta el ser humano incide de modo determinante en la estructuración
de su personalidad y en la formación de su carácter (Corte Constitucional, Sentencia T-098,
Párr. 37, 1995).

En ese sentido, el conflicto es un proceso interactivo, que puede ser una oportunidad

para cambiar algo que se ha estado haciendo de manera errónea, o como un riesgo para el

menor, la familia y la sociedad, y que se puede minimizar o aumentar, dependiendo del

tratamiento que se da por cada una de las partes, en ese sentido, existen diversas maneras de

abordar el conflicto, evitarlo, caer en negación, huir de él, afrontarlo de manera violenta,

buscar solución por las vías de hecho, acudir ante las autoridades judiciales con el fin de que

impongan el fallo o afrontarlo con respeto hacia “el otro” acudiendo a los diferentes

mecanismos alternativos de solución de conflictos como un medio para llegar a una solución

de manera pacífica con base en una gestión directa de los afectados, por medio de un tercero,

es ahí donde entra en juego la conciliación (Silvera, Arboleda, & Saker, 2015).

El conflicto que emana de la violencia económica y patrimonial es, no solo

reprobable, sino inexplicable toda vez que, exista o no una relación entre los padres, las

obligaciones hacia los hijos siguen existiendo, en ese sentido la Corte ha sido clara al indicar

que:

La Corte considera que, si bien el ideal de la familia es la armonía, la comprensión y el


entendimiento que permitan la estabilidad y la convivencia entre esposos o compañeros, la
ruptura de ese estado, que casi siempre obedece a conflictos internos de la pareja, no debe
implicar la desprotección de los hijos y en manera alguna puede concebirse como excusa

31
32

para que los padres desatiendan las obligaciones de orden material y moral que han asumido
frente a sus hijos.
La conservación del vínculo matrimonial o de la convivencia es asunto que atañe de modo
exclusivo a las relaciones entre los cónyuges o compañeros y normalmente es la conducta de
ellos mismos la que da lugar a las confrontaciones que terminan poniendo fin a la vida en
común, por lo cual resulta a todas luces injusto que sean los hijos, principales víctimas de las
desavenencias entre sus padres, los que reciban el peso de los graves perjuicios que la
situación comporta (Corte Constitucional, Sentencia T-098, Párr. 37, 1995)

La Corte en reiteradas ocasiones ha hecho eco del grave problema que reviste la

inasistencia alimentaria, indicando que:

En Colombia son miles los niños que padecen los rigores de la inasistencia de sus padres y
esto es un motivo generador de violencia. El niño no puede ser considerado como un ser
aislado; es producto de la maternidad, la familia y la sociedad. Estas condicionan su
existencia por cuanto él evoluciona siempre con respecto a ellas, lo cual hace evidente
que el niño sea un ser en alto grado indefenso y frágil (Corte Constitucional, Sentencia T-
212, Párr. 21, 1993).

Cabe destacar que la obligación alimentaria debe ser recíproca y que su objetivo

primordial es defender y proteger a quien se encuentra en un estado manifiesto de

indefensión, ya sea por discapacidad física o mental, o por ser menor de edad o adulto mayor

o por cualquier causa que esta sea; sin embargo, es necesario acotar que cuando se trata de

adultos, los alimentos solo son exigibles en el caso de que quien los demanda no pueda

subsistir por mérito propio.

En el caso de los menores de edad, los alimentos son obligatorios por el parentesco,

así el menor esté en óptimas condiciones y el padre o tutor que le provee lo haga de manera

holgada (Patiño, 2015). En este sentido, la obligación recae tanto en el padre como en la

madre de los menores y se hará de acuerdo a las posibilidades monetarias de cada uno, siendo

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obvio que aquel que devengue una mayor cantidad o posea más bienes sea quien aporte más

para el sostenimiento de los hijos (Bernal & La Rota, 2012).

En este punto se debe explicar cómo se configura el delito según las categorías dogmáticas,

dolo, culpa, acción, omisión, quienes son los sujetos activos y pasivos de la conducta, cual

es el bien jurídico que se protege con este tipo penal, se recomienda incluir la ampliación del

concepto de familia entre parejas del mismo sexo y explicar si conforme a ellos también se

configura el delito (hay amplia jurisprudencia sobre el tema), con estos temas pueden realizar

varios títulos o subtítulos en para complementar este capítulo.

2.2 Configuración del delito de inasistencia alimentaria según las diferentes

categorías dogmáticas

El delito de inasistencia alimentaria descrito en el artículo 233 del Código Penal

Colombiano como aquel delito en el que el titular de la obligación (sujeto activo de la

prestación de servicios alimentarios), no efectúa sin justa causa a la prestación de alimentos

legalmente debidos a sus ascendientes, descendientes, adoptante, adoptivo, cónyuge o

compañero o compañera permanente.

Entonces, de acuerdo a las categorías dogmáticas el delito de inasistencia alimentaria

refleja la imposibilidad voluntaria o por motivos de fuerza mayor para garantizar el derecho

a los alimentos por parte de los sujetos de especial protección.

33
34

En ese contexto, la conducta punible se considera dolosa, cuando se presenta

sustracción sin justa causa por parte del sujeto activo del comportamiento a la prestación de

alimentos legalmente debidos, entre otros, a sus descendientes, lo que significa, que es

imprescindible y necesario establecer la capacidad económica del deudor para de contera

determinar si el incumplimiento fue o no justificado. Dicho de mejor manera, sólo puede ser

autor responsable de este delito quien pudiendo prestar los alimentos legalmente debidos,

dolosa o intencionalmente se niega a ello (Tribunal Superior del Distrito Judicial de Boyacá,

2017).

Por lo anterior y de acuerdo con la misma Sentencia, la inasistencia alimentaria se

considera como un delito de los denominados de omisión propia, en los que subsiste el

desconocimiento de una obligación, o dicho de otra manera, la sustracción al deber

constitucional y legal de suministrar alimentos, entre otros, a sus descendientes.

En caso contrario, en Sentencia SP 4093 de 2020, Corte Suprema de Justicia, frente

al examen sobre el carácter justo o injusto de la infracción al deber de asistencia alimentaria,

considera que resulta fundamental la determinación de las posibilidades fácticas y jurídicas

del obligado para suministrar alimentos. Además, en Concordancia con la Corte

Constitucional, se deja en claro que no puede ser responsable quien incumple sus deberes

determinado o empujado por una “justa causa”. Entonces, el deber de asistencia alimentaria

se establece sobre dos requisitos fundamentales: la necesidad del beneficiario y la capacidad

del deudor, quien debe ayudar a la subsistencia de sus parientes, sin que ello implique el

sacrificio de su propia existencia.

Concluye la Corte, que cualquiera sea la postura dogmática que se asuma, lo cierto es

que la carencia de recursos económicos no sólo impide la exigibilidad civil de la obligación,

34
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sino a fortiori la deducción de la responsabilidad penal, dado que cuando el sujeto activo se

sustrae al cumplimiento de su obligación, no por voluntad suya, sino por haber mediado una

circunstancia constitutiva de fuerza mayor, como lo es la carencia de recursos económicos,

la conducta no es punible por ausencia de culpabilidad (Corte Suprema de Justicia, 2020).

2.3 Extensión del concepto de familia

Es importante a la hora de estructurar el análisis, tener en cuenta la evolución hasta

su estado actual del concepto de familia, las implicaciones que su extensión hacia parejas del

mismo sexo, se puedan generar en temas relacionados con la inasistencia alimentaria como

delito tipificado en el ordenamiento jurídico colombiano.

Avanzando, la Corte Constitucional define a la pareja, “como proyecto de vida en

común, que tiene vocación de permanencia e implica asistencia recíproca y solidaridad entre

sus integrantes, goza de protección constitucional, independientemente de si se trata de

parejas heterosexuales o parejas homosexuales” (Sentencia C - 029 , 2009).

Con esta afirmación, la Corporación es contundente en establecer parámetros de

igualdad entre las parejas del mismo sexo y las parejas heterosexuales (tradicionales: hombre

y mujer), y extender la protección y el amparo de la Constitución en aras de garantizar la

asistencia integral, la solidaridad, el respeto como elementos constitutivos de la familia. De

igual manera, la Corte plantea lo siguiente en referencia a la familia:

Si bien esa alianza entre los convivientes se predica de la pareja heterosexual vinculada
por el matrimonio o por la unión marital de hecho, la Corte considera que no existen
razones jurídicamente atendibles para sostener que entre los miembros de la pareja
homosexual no cabe predicar el afecto, el respeto y la solidaridad que inspiran su proyecto
de vida en común, con vocación de permanencia, o que esas condiciones personales solo

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merecen protección cuando se profesan entre heterosexuales, mas no cuando se trata de


parejas del mismo sexo (Sentencia C - 029 , 2009).

Ante esto, queda claro que para la Corte Constitucional no existen impedimentos

jurídicos para desestimar las uniones de parejas del mismo sexo y no conferirles el estatus de

familia. Ante lo cual, se estaría frente a una evidente vulneración de los derechos

fundamentales de las personas. Esta dinámica de la sociedad, implica la transformación de

las costumbres y tradiciones de la misma. No obstante, cabe aclarar que el reconocimiento

de las parejas homosexuales como familia, no solo amplia la garantía de sus derechos, sino

que prescribe una serie de deberes y obligaciones.

Así las cosas, la protección a las parejas homosexuales no puede quedar limitada a los
aspectos patrimoniales de su unión permanente, porque hay un componente afectivo y
emocional que alienta su convivencia y que se traduce en solidaridad, manifestaciones de
afecto, socorro y ayuda mutua, componente personal que, además, se encuentra en las
uniones heterosexuales o en cualquiera otra unión que, pese a no estar caracterizada por la
heterosexualidad de quienes la conforman, constituya familia (Sentencia C - 029 , 2009).

Surge en base a lo anterior, una nueva concepción del núcleo fundamental de la

sociedad, suscrita a partir de principios de igualdad, libre determinación de la personalidad,

inclusión y promoción nuevas formas de pensamiento que promuevan la diversidad y

flexibilización de las posturas frente al tema en específico, garantizando la incorporación de

normativas que regulen la convivencia, desviaciones sociales y tipificación de delitos sin

discriminar la condición sexual del sujeto activo de la conducta punible.

36
37

2.4 Implicaciones del delito de inasistencia alimentaria en parejas del mismo

sexo

A partir de la extensión del concepto de familia, en la cual no solo aplican derechos

como la igualdad, la garantía de las libertades, sino que en el suceso de convertirse en sujeto

activo de la inasistencia alimentarias, tendrán las mismas responsabilidades penales que

parejas integradas por un hombre y una mujer, como lo ratifica la Corte Constitucional:

No cabe ninguna duda sobre la existencia de la obligación alimentaria entre compañeros


permanentes, con independencia de su orientación sexual, siempre que la pareja reúna las
condiciones de que trata la Ley 54 de 1990, tal como fue modificada por la Ley 979 de
2005. Así, la obligación alimentaria consagrada en el numeral 1 del artículo 411 del
Código Civil para los cónyuges es aplicable a los compañeros permanentes que, como se
sabe, pueden integrar una pareja homosexual o una pareja heterosexual. La obligación
alimentaria hace parte del régimen patrimonial de las uniones de hecho y por tanto debe
ser regulado de la misma manera en el ámbito de las parejas homosexuales y de las parejas
heterosexuales (Corte Constitucional, 2008).

Con la anterior disposición de la Corte, se avanza hacia la consolidación de una

sociedad incluyente, que dentro del Estado Social de Derecho, integra de forma

asertiva tanto derechos como deberes, derivando en una obligación sustancial del

Estado en pro de la garantía del equilibrio de las relaciones sociales.

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38

CAPITULO III- LA CONCILIACIÓN EN LOS DELITOS NO QUERELLABLES

DE ACUERDO CON EL MARCO LEGAL COLOMBIANO

3.1 aproximación a los conceptos de denuncia, querella y delito investigable de

oficio

De acuerdo con la Sentencia C – 1177 de 2005, la denuncia en materia penal es una

manifestación de conocimiento mediante la cual una persona, ofendida o no con la infracción,

pone en conocimiento del órgano de investigación un hecho delictivo, con expresión

detallada de las circunstancias de tiempo, modo y lugar, que le consten. A la vez que

representa la activación de un medio para acceder a la administración de justicia, cuando

concurren la calidad de ofendido y denunciante, constituye el ejercicio de una obligación

legal y social de poner en conocimiento de la autoridad los hechos delictuosos (Corte

Constitucional, 2005).

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Continuando con la Sentencia de la Corte Constitucional, al hablar de denuncia, se

hace referencia a un acto constitutivo y propulsor de la actividad estatal en cuanto vincula al

titular de la acción penal - la Fiscalía - a ejercerla con el propósito de investigar la

perpetración de un hecho punible que deba ser investigado de oficio, en desarrollo de claros

mandatos superiores previstos en los artículos 6° (responsabilidad por omisión y

extralimitación de funciones de los servidores públicos); 123 (la vinculación de los servidores

públicos a la Constitución, la Ley y el reglamento); 228 (el carácter público y permanente de

la administración de justicia); 229 (el derecho a de acceso a la administración de justicia), y

particularmente del 250 de la Constitución que contempla el carácter obligatorio en el

ejercicio de la acción penal.

Es además un acto formal en el sentido que, aunque carece del rigor de una demanda,

convoca una mínima carga para su autor en cuanto exige (i) presentación verbal o escrita

ante una autoridad pública; (ii) el apremio del juramento; (iii)que recaiga sobre hechos

investigables de oficio; (iv)la identificación del autor de la denuncia; iv) la constancia acerca

del día y hora de su presentación; (vi) suficiente motivación, en el sentido que contenga una

relación clara de los hechos que conozca el denunciante, de la cual se deduzcan unos

derroteros para la investigación; (vii) la manifestación, si es del caso, acerca de si los hechos

han sido puestos en conocimiento de otro funcionario.

La denuncia es un acto debido en cuanto involucra el ejercicio de un deber jurídico

(Art. 95.7 CP) del cual es titular la persona o el servidor público que tuviere conocimiento

de la comisión de un delito que deba investigarse de oficio. Las causas para exonerarse de

este deber jurídico están previstas en la propia ley y constituyen un desarrollo de las

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salvaguardias constitucionales establecidas en los artículos 33 y 74 relativas al derecho a la

no autoincriminación, y a la inviolabilidad del secreto profesional.

Por su parte, la querella es la solicitud que hace el ofendido o agraviado para que se

inicie la investigación. La ley la establece como condición de procesabilidad, porque estima

que en ciertos tipos penales medio un interés personal de la víctima del ilícito, que puede

verse vulnerado en forma más grave con la investigación que sin ella. En tales casos, restringe

la facultad investigativa, condicionándola a la previa formulación de la querella, como medio

de protección de este interés personal (Corte Constitucional, 1997).

La diferencia entre ambas figuras jurídicas radica en que a diferencia de la querella,

la denuncia no es desistible, ni comporta la posibilidad de retractación en razón a la

naturaleza pública de los intereses jurídicos que se encuentran comprometidos, lo que

excluye la disponibilidad sobre los mismos por parte del denunciante. Aunque constituye el

pilar de la acción penal, en los delitos investigables de oficio, la denuncia es un acto procesal

que se agota con su presentación y ampliación, surgiendo el deber de impulso oficioso por

parte de funcionario competente, e ingresando el asunto al ámbito de la función pública

regida por los atributos que le imprime el artículo 228 de la Carta Constitucional (Corte

Constitucional, 2005).

De otro lado, emergen las conductas punibles investigables de oficio que se

caracterizan principalmente porque la acción penal se inicia sin necesidad de querella, una

vez llegue a conocimiento de la autoridad competente.

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3.2 La conciliación en los delitos no querellables de acuerdo con el marco legal

colombiano

Cabe destacar que la ley establece actualmente que el delito de Inasistencia

Alimentaria es no querellable, eso, como una manera de ser acorde a los diversos

instrumentos internacionales que, en vista del reconocimiento y relevancia que en los últimos

años ha tomado el maltrato a la mujer desde diversos contextos, mismo que históricamente

se ha presentado en el mundo y en este país. Cabe destacar que la Ley 1453 de 2011, en su

exposición de motivos, de nueva cuenta exige la querella para la violencia intrafamiliar y la

inasistencia alimentaria, lo cual va en detrimento de la mujer y en beneficio de su agresor,

acercándolo y facilitándole el acceso a la impunidad, al respecto la Corte indicó:

[…] resulta aun de mayor gravedad, si la mujer no desiste de la acción y mantiene su


decisión de continuar con esta, es el enfrentarse a la conciliación, por cuanto la reforma
obliga a que la víctima y el agresor concurran a una transacción de los derechos
conculcados con motivo de la violencia intrafamiliar o de la inasistencia alimentaria,
colocando a las mujeres en una evidente desventaja para acceder a la justicia, por cuanto
el miedo y el temor a ser abandonas (sic) o re victimizadas, juegan un papel definitivo en
la voluntad de la mujer conduciéndola a aceptar una negociación que en nada le favorece,
que no restablece sus derechos y que la mantendrá en condiciones de desigualdad frente
al agresor (Corte Constitucional, Sentencia C-022, Párr. 56, 2015).

Es entonces, el cumplimiento de compromisos internacionales, un motivo suficiente

para que la inasistencia alimentaria sea un delito no querellable, pero el legislador no puede

omitir el hecho de que el principal objeto de la ley es hacer justicia, sobre todo para los más

desfavorecidos, por lo que es puntual al decir que:

la querella como condición de procesabilidad de los delitos que se comentan contra


menores, frustra el principio de prevalencia de los derechos y la garantía en la que
reposa” ya que “la comisión de un hecho punible que tenga como víctima a un menor, no
puede ser un asunto que solo concierna a la familia y que la ley pueda permitir no traspase

41
42

el umbral de lo puramente privado, incluso hasta consagrar su virtual impunidad. La


sociedad y el Estado deben acudir sin tardanza y con vigor a ofrecer su defensa al
agraviado. Establecer, en estos casos, la querella es impedir que la sociedad y el Estado
puedan cumplir con su obligación constitucional, irrevocable e incondicional, de defender
al niño (Corte Constitucional, Sentencia C-022, Párr. 56, 2015).

El legislador busca entonces al eliminar la querella, que la víctima tenga un acceso

efectivo a la justicia, y también sentar un precedente que establezca que las autoridades

buscan construir un marco de respeto y valores, por medio no solo de la protección de quienes

están viendo vulnerados sus derechos, sino de la demostración de que el maltrato no será

permitido por parte de las instituciones encargadas de impartir justicia.

Por otra parte, la conciliación en el Derecho de Familia, tiene su origen en el Derecho

Canónico, como un intento para conservar el vínculo matrimonial ante una posibilidad de

divorcio. Las modalidades existentes en cuanto a conciliación en materia de familia son: a)

extraprocesal: también se le denomina administrativa, ya que se presenta ante el defensor de

familia y puede ser judicial e institucional ya que puede llevarse a cabo ante el juez de familia

u otras autoridades competentes, tales como un centro de conciliación o el ICBF, b) procesal:

esta se lleva por medio de un proceso obligatorio y forzado (Contreras & Díaz, 2010).

3.3 Conciliación en delitos querellables

De acuerdo con el artículo 522 del Código de Procedimiento Penal, la conciliación se

surtirá obligatoriamente y como requisito de procedibilidad para el ejercicio de la acción

penal, cuando se trate de delitos querellables, ante el fiscal que corresponda, o en un centro

de conciliación o ante un conciliador reconocido como tal (Ley 906, 2004).

42
43

En el primer evento, el fiscal citará a querellante y querellado a diligencia de

conciliación. Si hubiere acuerdo procederá a archivar las diligencias. En caso contrario,

ejercitará la acción penal correspondiente, sin perjuicio de que las partes acudan al

mecanismo de la mediación.

Si la audiencia de conciliación se realizare ante un centro o conciliador reconocidos

como tales, el conciliador enviará copia del acta que así lo constate al fiscal quien procederá

al archivo de las diligencias si fue exitosa o, en caso contrario, iniciará la acción penal

correspondiente, si fuere procedente, sin perjuicio de que las partes acudan al mecanismo de

la mediación.

La inasistencia injustificada del querellante se entenderá como desistimiento de su

pretensión. La del querellado motivará el ejercicio de la acción penal, si fuere procedente.

En cualquier caso, si alguno de los citados fuere incapaz, concurrirá su representante legal,

entendiendo que todas las actuaciones en este contexto, se ajustarán a las disposiciones de la

Ley 640 de 2001 que regula la materia en Colombia.

En ese orden de ideas, se puede concebir la conciliación preprocesal como aquella

que pretende el fiscal con antelación a dictar la resolución que abre la instrucción,

encaminada a solucionar el conflicto y así evitar el inicio de la persecución penal, la cual “no

opera respecto de cualquier delito o en cuanto sólo comporta intereses patrimoniales, sino

exclusivamente en relación con aquellos punibles que admiten la figura del desistimiento o

de la reparación integral, orientada eso sí a conseguir la terminación del proceso por extinción

de la acción penal”, siempre y cuando se efectué en la etapa previa al proceso (Becerra, 2009).

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44

3.4 Protección legal de los menores de edad con el marco de protección de la Ley

1098 de 2006 y con la Constitución Política

De acuerdo con el artículo 44 de la Constitución Política de Colombia, existen una

serie de derechos enfocados en el segmento poblacional constituido por los niños, quienes se

consideran sujetos de protección especial por parte de la ley, las instituciones, la sociedad y

el Estado. Entre esos derechos fundamentales se encuentran la vida, la integridad física, la

salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una

familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación

y la libre expresión de su opinión (República de Colombia, 1991).

Resalta en el anterior articulado, la mención al derecho a la alimentación que en este

caso establece conexión precisa con el derecho a la vida, y reza de las garantías necesarias

para que los infantes puedan subsistir en condiciones dignas y con acceso a las diferentes

prestaciones de vivienda, salud y recreación. Más aun, el derecho a la familia como bien

jurídico tutelado por la penalización del delito de inasistencia alimentaria con lo que se

promueve la garantía de las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo idóneo

de los niños en Colombia.

Por tal motivo, en el Código Penal Colombiano se considera como agravante que la

conducta de inasistencia alimentaria afecte la estabilidad física, emocional y social de un

menor de edad. Esta situación, genera que la pena de prisión sea de treinta y dos (32) a setenta

y dos (72) meses y multa de veinte (20) a treinta y siete punto cinco (37.5) salarios mínimos

legales mensuales vigentes.

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45

Lo anterior, tiene efectos dentro del ordenamiento jurídico colombiano a la luz del

Código de Infancia y Adolescencia que en su artículo 4 establece el interés superior que

niños, niñas y adolescentes, sugiere a la sociedad el imperativo que obliga a la garantizar la

satisfacción integral y simultánea de todos sus Derechos Humanos, que son universales,

prevalentes e interdependientes (República de Colombia. Congreso de Colombia, 2006).

Del mismo modo, la Ley 1098 de 2006 contempla el reconocimiento como sujetos de

derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la prevención de su amenaza o

vulneración y la seguridad de su restablecimiento inmediato en desarrollo del principio del

interés superior. En consecuencia, la protección integral se materializa en el conjunto de

políticas, planes, programas y acciones que se ejecuten en los ámbitos nacional,

departamental, distrital y municipal con la correspondiente asignación de recursos

financieros, físicos y humanos.

Lo anterior, indica el enfoque que se debe asumir desde la implementación de la

conciliación para el delito de inasistencia alimentaria, dado que por su rigor e impacto social

en una población especialmente vulnerable requiere que el proceso de facilitación se revista

de plenas garantías para el acceso efectivo a los derechos del menor, ratificando en los

acuerdos la responsabilidad a cargo del sujeto activo de la conducta, pero lo mas importante,

el respeto inmarcesible por la dignidad de los niños y adolescentes que requieran de las

prestaciones necesarias para avanzar en su proceso de crecimiento y desarrollo, así como su

desenvolvimiento en la sociedad.

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46

3.5 Impacto de la conciliación en procesos de inasistencia alimentaria

La inasistencia alimentaria es un delito que atenta contra la estabilidad de las

relaciones sociales porque vulnera los derechos de los ciudadanos en torno a la familia como

bien jurídico tutelado. En Colombia, a partir del establecimiento de mecanismos alternos para

la resolución de conflictos, se ha evidenciado la utilización de la mediación para dirimir este

tipo de controversias sin acudir a las instancias judiciales. En el siguiente gráfico se observa

el comportamiento de las solicitudes de conciliación por el delito de inasistencia alimentaria

durante el periodo 2010 - 2021

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Figura 3. Solicitudes de Conciliación en Procesos de Inasistencia Alimentaria Colombia 2010 – 2021. Fuente:

elaboración propia, datos SICAAC (2022).

Como se aprecia en la figura 3, es clara la tendencia a mantenerse año tras año por

encima de las 10 mil solicitudes, dato que no es menor en función de la necesidad de

garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, en especial de los menores de edad.

Además, se observa el pico mas alto durante el año 2019, que contrasta con una

disminución significativa durante los años 2020 y 2021 explicable en el hecho de la recesión

económica generada por la pandemia por COVID – 19, que ha deteriorado los ingresos de

los hogares del país y se ha constituido en justa causa para que algunos sujetos activos de la

obligación no estén en la capacidad de cumplir con la misma en las condiciones acordadas

en conciliaciones anteriores, por lo cual solicitaron nuevos procesos para pactar otras

alternativas.

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Conclusiones

El creciente número de familias responsables de criar niños plantea serios desafíos para

lo que el Gobierno pretende alcanzar: el estado de bienestar. Los lazos familiares más

complejos plantean la cuestión de qué tipo de responsabilidades y obligaciones deben seguir

las diferentes formas de relaciones privadas y qué papel debe desempeñar el estado de

bienestar en el gobierno de la vida familiar.

Las leyes de familia en muchos países suponen que el deber legal de mantener a los hijos

recae en ambos padres mismos que, en la mayoría de los casos, tienen la obligación de

mantener a sus hijos, incluso si están separados o divorciados o si nunca han vivido en pareja.

La política de mantenimiento infantil se ha desarrollado para asegurar el nivel de vida de los

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49

niños después de la disolución de la relación parental, con la aspiración de que el

mantenimiento infantil reduzca los problemas de los niños cuyos padres no viven juntos.

La mayoría de los países tienen sistemas formales de mantenimiento infantil que buscan

garantizar el cumplimiento de los padres no residentes. En el sentido más amplio, la

manutención de niños se define como una contribución regular de un padre no residente al

costo financiero de criar a un niño, generalmente pagado al padre con el que el niño vive la

mayor parte del tiempo.

Algunos países operan con sistemas de mantenimiento garantizado, lo que significa que

el estado garantiza que los niños realmente reciban mantenimiento si el otro padre no puede

o no quiere pagar, sin embargo, en Colombia no es así. Los esquemas de mantenimiento

infantil se han vuelto más importantes con el creciente número de divorcios y la mayor

prevalencia de familias monoparentales en todas partes, pero eso es algo que en nuestro país

no se ha implementado, ni siquiera se ha mencionado como una posibilidad.

Además, los padres solos y los niños que viven en familias monoparentales tienen una

alta probabilidad de pobreza y privación en todos los países, especialmente en aquellos en

vías de desarrollo. En contraste, en los países de primer mundo, la mayoría del debate sobre

los problemas financieros de las familias monoparentales a menudo se ha dirigido a encontrar

soluciones en el camino hacia el empleo o la mejora de los beneficios de la seguridad social

para los padres solitarios, se ha prestado mucha menos atención al apoyo financiero recibido

de padres no residentes, aunque la falta de apoyo económico de esta fuente puede ser un

factor de riesgo específico para las familias monoparentales. Si los padres solitarios pudieran

recibir un ingreso del padre no residente del niño, podría reducir la pobreza infantil entre las

familias de padres solteros.

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50

Los vínculos financieros con los niños después de la separación de los padres también

pueden afectar otros aspectos de la participación de los padres con sus hijos. Y los beneficios

son varios y en muchos sentidos, por ejemplo, es obvio que en la mayoría de los casos, los

padres que pagan mantenimiento infantil tienen más probabilidades de tener contacto

frecuente con sus hijos que aquellos que no pagan mantenimiento infantil, lo que redunda en

un beneficio en la salud mental de un niño, ya que la presencia de ambos padres en la vida

de un menor es lo ideal, así sea que estos estén separados.

Por lo tanto, alentar a ambos padres a seguir involucrados en la vida de sus hijos puede

ser una herramienta importante para mejorar el bienestar de los niños después de la

separación de los padres. Muchos estudios indican que los intereses de los niños en una

situación posterior a la separación generalmente se atienden mejor cuando los niños pueden

mantener un contacto continuo y frecuente con el padre no residente y ese padre aporta a la

manutención del niño. Es por ello que el que se cumpla con la obligación de otorgar alimentos

y todo el cuidado que un menor requiere, es sumamente importante, por cuanto un niño que

tiene un acompañamiento adecuado en todos los sentidos, tiene mayores posibilidades de ser

en el futuro un adulto funcional.

Es evidente entonces, que los esfuerzos del Estado y del Legislador por formular políticas

y leyes eficientes que propendan por el bienestar tanto de los menores, como de las personas

que quedan al cuidado de un menor y que se ven en desventaja al asumir enteramente la

responsabilidad de crianza y manutención, deben seguir realizándose en aras de subsanar

aquellas falencias que aún existan, así como por idear los mecanismos punitivos necesarios

con el fin de sancionar y terminar con la conducta nociva que significa el eludir esta

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51

obligación y que, como ya se dijo, lastima profundamente los niños, niñas y adolescentes,

dejando manchas indelebles en aquellos en quienes recae el futuro del país.

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