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¿Cómo afecta la inseguridad laboral

a la salud?
María Hoyos 27 agosto, 2020
Este artículo ha sido verificado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas al
07 junio, 2018

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Durante los últimos años, muchos países han sufrido una recesión económica, fruto de los
altibajos del sistema económico. Uno de los resultados más frecuentes es la inseguridad laboral.
La disminución de trabajos fijos y el aumento de los contratos a media jornada, o por horas,
afecta a la población activa que se encuentra en rangos de edad bajos y altos. Unos se ven
afectados por falta de experiencia, mientras que otros son discriminados por su edad.

Esta situación produce inestabilidad en las vidas de muchas personas, impidiendo en muchos
casos el desarrollo profesional que desean, o bien retrasando la llegada de hijos, la compra de
una casa o un viaje soñado… En la mayoría de los casos, la frustración que produce la inseguridad
laboral afecta a la salud, tanto física como psicológica.

¿Qué provoca inseguridad laboral?

La inseguridad laboral puede estar provocada por diferentes factores. Los salarios bajos, por
ejemplo, impiden en muchos casos satisfacer las necesidades básicas, dando lugar a situaciones
de estrés cada vez que hay que afrontar un gasto de dinero. La relación entre el trabajo y los
intereses del trabajador también es un factor importante, ya que aquellos que no trabajen para
lo que han estudiado o para lo que son aptos consideran su trabajo como poco satisfactorio. Los
contratos de baja calidad (poca duración, media jornada partida, o incluso horas aleatorias)
también afectan enormemente a la ansiedad del individuo.

La ansiedad es el resultado de una sobreexposición al estrés o bien de un excesivo número de


expectativas negativas sobre el futuro. Esta se manifiesta cuando los niveles de cortisol en
sangre aumentan significativamente de forma mantenida en el tiempo. Esta situación puede
desembocar en el desarrollo de enfermedades, en una baja calidad del sueño o en otro tipo de
trastornos.

Por otro lado, el estrés puede ser consecuencia de unas malas condiciones de seguridad en el
entorno laboral. Los trabajos relacionados con la construcción tiene todavía una alta tasa de
mortalidad, lo que ocasiona estrés entre sus trabajadores. Estos, en muchos casos, se sienten
expuestos a peligros que oscilan entre la carga de maquinaria u objetos pesados y la exposición
a agentes químicos o muy calientes. También podemos encontrar peligros en la estructura de
las construcciones, donde no hay arneses de seguridad. O también en las minas, donde los
trabajadores se exponen a gases tóxicos y a la falta de oxígeno.
La solución a la inseguridad laboral

Es evidente que la correcta financiación de los proyectos que intrincan más peligros es muy
necesaria. Esta inyección económica se traduce en mejor maquinaria, vestuario apropiado a las
condiciones de trabajo o sindicatos mejor financiados para beneficio de los trabajadores.

En la mayoría de los casos, sobre todo cuando se trabaja por cuenta ajena, el trabajador apenas
puede influir en estas decisiones económicas, lo que puede generarle un sentimiento de
insatisfacción aún mayor. Por ello, las afiliaciones a grupos sindicales relacionados con el trabajo
que se desempeña pueden ser beneficiosas.

¿Qué podemos aportar a la situación?

Como individuos, no podemos ejercer demasiada influencia en cuestiones económicas, por lo


que nuestro ámbito de actuación se reduce al individual y colectivo. Así como a nivel colectivo
lo más eficiente es conformar un grupo que comparta las ideas en cuanto a necesidades y
mejoras del espacio laboral; a nivel individual, podemos enfrentarnos de forma saludable al
estrés o la ansiedad experimentados.

✓ Identificar la causa de la inseguridad: como hemos visto, no todas las causas de inseguridad
laboral son iguales. Pueden deberse a maquinaria ineficiente, pero también a relaciones
tóxicas o incluso acoso laboral. Antes de proceder a actuar, es importante identificar la
causa de nuestra ansiedad, ya que requerirá una solución u otra.
✓ Establecer prioridades: los niveles de estrés de una persona sometida a la inseguridad
laboral son más elevados que los de otras personas. Intentaremos entonces evitar otras
situaciones de estrés innecesarias. Hay elementos en nuestra vida que no son necesarios ni
fundamentales, por lo que debemos alejarnos de ellos para conservar la calma.
✓ No excedernos con la autocrítica: existen resultados en nuestro trabajo que no solo
dependen de nosotros. Aceptar que no siempre es alcanzable la perfección nos ayudará a
relajarnos. En ocasiones somos nuestros peores críticos.

El pensamiento positivo nos ayudará a afrontar situaciones como esta. Buena parte de nuestro
estrés es controlable si sabemos cómo hacerlo. No obstante, si nos encontramos ante una
situación extrema, quizá sea el momento de plantearse si merece la pena seguir perdiendo
calidad de vida y pedir ayuda. ¡Atrévete a cambiar para mejorar tu salud!
Los 3 efectos del estrés laboral más
peligrosos
18 mayo, 2018
Este artículo ha sido escrito y verificado por la psicóloga Julia Marquez Arrico

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Todos tenemos muchas exigencias diarias provenientes de la actividad laboral que


desempeñamos. Cuando estas exigencias son mayores que nuestros recursos personales -o al
menos así lo percibimos-, podemos llegar a experimentar estrés laboral.

Ahora bien, este trastorno no tiene efectos negativos en nuestra salud psicológica, siempre y
cuando sea puntual o durante un período de tiempo breve. Esto se debe a que las personas
tenemos mecanismos adaptativos (estrategias de afrontamiento) que nos permiten hacer
frente a desafíos y exigencias.

Sin embargo, si las exigencias a las que nos vemos sometidos se extienden a lo largo del tiempo,
se produce un efecto de agotamiento por estrés y los recursos que tenemos dejan de funcionar
porque ya no son adaptativos. Dicho de otro modo, la mente entra en una fase de agotamiento
que da lugar a la aparición de la sintomatología del estrés laboral, la persona se bloquea y no
puede poner en marcha sus estrategias de afrontamiento porque su sistema psicológico está
quemado.

Cabe destacar que el estado de agotamiento psicológico por estrés laboral es muy frecuente en
nuestra sociedad. Aproximadamente el 60 % de los casos que se atienden en terapia
experimentan un nivel muy alto de estrés laboral. De hecho, a medida que la terapia avanza y
el paciente mejora, es necesario trabajar con estrategias de manejo y control del estrés.

Si no se trabaja en el manejo del estrés, los cambios no se mantendrán a largo plazo, ya que
volverán los efectos del estrés laboral. Así, el cuadro clínico del paciente volverá a ser negativo.
Para concienciar de este problema e intentar prevenirlo, en este articulo explicamos cuáles son
los 3 efectos del estrés laboral más peligrosos.

Los efectos del estrés laboral van desde ligeros problemas de concentración y memoria
hasta síntomas de ansiedad y depresión.

Problemas de concentración y memoria


Entre los efectos del estrés laboral más comunes se encuentra el desgaste neuropsicológico, es
decir, el grado de afectación de funciones cognitivas como la atención, el razonamiento, la
memoria y la toma de decisiones fruto del estrés.

Ahora bien, ¿por qué afecta el estrés a las funciones mentales? La razón se encuentra en la
constante realización de tareas de supervisión y monitorización en el tiempo por parte de
nuestra mente debido a la sobrecarga experimentada y la necesidad de control que de ello se
deriva.

“El que vive en armonía consigo mismo vive en armonía con el universo”.

-Marco Aurelio-

¿Cómo perjudica el estrés laboral a los procesos de la mente?


Otro de los efectos del estrés laboral es la disminución de la capacidad de dirigir la atención
sostenida (concentración). Lo más frecuente es que cuando una persona tiene un alto nivel de
estrés en su trabajo, adquiera el hábito de hacer varias tareas a la vez, utilizando una dinámica
de trabajo conocida como multitasking.

El multitasking es muy perjudicial para nuestra capacidad de concentración, ya que nos enseña
a funcionar bajo estimulación múltiple. Cuando queremos fijar la atención en un solo estímulo,
la mente tiene el hábito de “saltar” de una tarea a otra. Por ello, aunque la orden sea de
concentrarse en una sola tarea, la fuerza de un hábito como el multitasking acaba ganando la
partida y nos distraemos constantemente.

En este punto es muy importante entender que la atención es un proceso de entrada de


información en nuestro sistema psicológico, si la atención está alterada siempre se verá alterada
la memoria. Dicho de otro modo, para recordar hay que atender: si la información no entra
correctamente en nuestra mente es muy complicado que sea retenida (memorizada) de forma
adecuada. Por ello, el estrés laboral perjudica la memoria a través del desgaste atencional y las
dificultades de concentración.

Ansiedad
El estrés provoca que nuestro sistema nervioso simpático nos prepare constantemente para huir
o luchar. Incluso, aunque el objeto de estrés no sea cuestión de vida o muerte, nuestro cuerpo
segrega hormonas como el cortisol (la hormona de estrés), adrenalina y noradrenalina. Se trata
de hormonas que están encargadas de elevar la tasa cardíaca, el estado de alerta, la sudoración
y la respiración, entre otras funciones.

De este modo, si nuestro cuerpo se activa constantemente, el resultado de esta activación


acumulada será la ansiedad. La preocupación continua junto a un cúmulo de expectativas
futuras hacen que la ansiedad debida a estrés laboral sea sostenida en el tiempo y que vaya
acompañada de una angustiante sensación de incertidumbre y malestar, pudiéndose manifestar
a través de presión en el pecho, dolor de estómago y taquicardia.

Bajo estado de ánimo y síntomas depresivos


Los síntomas depresivos son el resultado de una simple regla aritmética: momentos positivos –
momentos negativos = estado de ánimo (alegría o tristeza). El estrés laboral carga la mochila de
momentos negativos. Si no tenemos o no podemos inclinar la balanza de los momentos hacia el
lado de los positivos, la experiencia puede ser la siguiente: “me esfuerzo, trabajo mucho, me
estreso y no tengo momentos de placer”.

“El bienestar y la salud son un deber, de otra manera no podríamos mantener nuestra
mente fuerte y clara”.

-Buddha-

Asimismo, el estrés hace que segreguemos cortisol, y los altos niveles de esta hormona están
directamente relacionados con la depresión. No se sabe exactamente qué es causa de qué, pero
sí se sabe que depresión y cortisol están directa y altamente relacionados. Por tanto, si sumamos
un alto nivel de exigencia laboral, la sensación de urgencia y exigencia por cumplir con tareas
que nos sobrepasan, no tener tiempo para cargarnos de momentos positivos y altos niveles de
cortisol, tenemos el combinado perfecto para un estado de ánimo depresivo.

Finalmente, es muy importante entender que los efectos más peligrosos del estrés laboral que
hemos explicado en este artículo aparecen en el orden en que los hemos mencionado. Es decir,
primero aparecen los problemas de concentración y memoria, en segundo lugar aparece la
ansiedad y finalmente los síntomas depresivos.

Por todo ello, es muy importante aprender a gestionar el estrés laboral. Si lo intentas y no
puedes, o no sabes cómo, acude a un psicólogo. Los psicólogos cuentan con multitud de
herramientas para que puedas maximizar tu rendimiento y minimizar el estrés.

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