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Ética y Derechos Humanos
Ética y Derechos Humanos
3 Federico Lara Pineda, El código de Hammurabi, Editora Nacional, Madrid, 1982, pág 123.
194 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
4 Aristóteles, Moral a Nicómaco, 6a ed, Col Austral, Espasa Calpe, Madrid, 1972, pág 143.
8.1 Origen y evolución de los derechos humanos 195
El contenido de la Carta Magna inglesa se puede reducir a dos puntos:
por lo cual surgió de esta manera una guerra entre el monarca y el Par-
lamento, guerra que terminó con la derrota y ejecución de Carlos I el 30
de enero de 1649. El Parlamento, integrado por una mayoría de purita-
nos intolerables, inició su gobierno con una política de enfrentamiento
absoluto con el monarca. Inglaterra empezó un periodo de verdadera dic-
tadura política y moral, a tal grado que se ordenó quitar los adornos de
las iglesias y se prohibieron el lujo y la ociosidad.
Cuando Carlos II, hijo de Carlos I gobernó Inglaterra se inició la etapa
denominada restauración, época en la cual los puritanos fueron separa-
dos de la vida política, con lo cual comenzó un nuevo modo de vida para
la sociedad inglesa, así como en la política surgieron ideas de tolerancia re-
ligiosa y política que sólo beneficiaron a los protestantes y los católicos.
Los puntos más importantes del Bill of Rights de 1689 y que se rela-
cionan con los derechos humanos son:
Los derechos humanos parten de un nivel por debajo del cual carecen de sen-
tido: la condición de persona jurídica, o sea, desde el reconocimiento de que
en el ser humano hay una dignidad que debe ser respetada en todo caso,
cualquiera que sea el ordenamiento jurídico, político, económico y social,
y cualesquiera que sean los valores prevalentes en la colectividad histórica.16
8.2.4 Libertad
… Est igitur haec, judices, non scripta, sed nata lex: quam non didicimus, ac-
cepimus, legimus; verum ex natura ipsa arripuimus, hausimus, expressimus, ad
quam non docti, sed facti; non instituti, sed imbuti sumus… (Es pues esta, jue-
ces, una ley, no escrita, sino natural: que no la hemos aprendido, oído o leí-
do; sino que la tomamos , bebimos y sacamos de la misma naturaleza: en
la que no hemos sido enseñados, sino criados, no se nos ha impuesto, sino
imbuido…)22
Todas las opiniones, todos los juicios que se emitan acerca del dere-
cho natural, sin importar la creencia ni la ideología ni la filosofía de quien
externe su opinión y sostenga una teoría, convergen en la naturaleza hu-
mana, en el hombre, que, por estar dotado de razón, entendimiento y li-
bertad, se rige por una ley natural, un derecho natural intrínseco en su
propia naturaleza, y que el derecho positivo, el derecho vigente, el dere-
cho eficaz debe respetar, defender y realizar.
El derecho natural es tanto la norma constante e invariable que ga-
rantiza la realización del mejor ordenamiento de la sociedad humana,
como la norma perfecta para garantizar la vida asociada.
En la antigüedad, los estoicos fueron los primeros en formular la doc-
trina del derecho natural, para quienes la participación de los seres vi-
21 Ángel Martínez Pineda, El derecho, los valores éticos y la dignidad humana, Editorial Po-
rrúa, México, 2000, pág 102.
22 Citado por Martínez Pineda, ob cit, pág 106.
8.2 Conceptos fundamentales 205
vientes en el orden universal se realiza por medio del instinto en los ani-
males y mediante la razón en los hombres.
Para Platón, el derecho natural constituye un tribunal de apelación
contra las convenciones sociales y en el fondo es siempre concebido como
la más alta y verdadera justicia. Aristóteles califica como derecho las rela-
ciones de una coexistencia justa. El derecho es “lo que puede crear y con-
servar, en todo o en parte, la felicidad de la comunidad política”.23
Los estoicos identificaron el derecho natural con la justicia y la justi-
cia con la razón. A este respecto escribió Cicerón:
Hay, por cierto, una verdadera ley, la recta razón conforme a la naturaleza,
difundida entre todos, constante, eterna, que con su orden invita al deber y
con su prohibición desvía del fraude. No es lícito aportar modificaciones a
esta ley, ni quitarle nada ni anularla en su conjunto. No será diferente en
Roma o en Atenas, o de hoy a mañana, sino que como única, eterna, in-
mutable ley gobernará a todos los pueblos y en todos los tiempos y una sola
divinidad será guía y cabeza de todos.24
27 John Rawls, Teoría de la justicia, trad María Dolores González, 4a reimp, Fondo de Cultu-
ra Económica, México, pág 17.
28 Francisco José Huber Olea, Diccionario de derecho romano, Editorial Porrúa, México, 2000,
pág 301.
29 Gustav Radbruch, Introducción a la filosofía del derecho, 3a ed, Fondo de Cultura Econó-
mica, México, 1965, pág 31.
208 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
La vida consiste en una relación esencial del yo con las cosas, una relación
además constitutiva porque el yo sólo se da o constituye como tal cuando
está con las cosas. El hombre sólo se da en el mundo y esta mundanidad lo
constituye. La vida humana es una realidad peculiar que envuelve ontológi-
camente el ser de mi yo y el del mundo. El ser de la vida consiste en vivir
33 Julián
Marías Aguilera, El tema del hombre, 5a ed, Col Austral, Espasa Calpe, Madrid, 1973,
págs 21 y 23.
212 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
Los derechos humanos son derechos personales cuyo titular es cada uno
de los hombres que integran la sociedad humana; cada persona es el su-
jeto activo, frente al cual existe un sujeto pasivo: el obligado a satisfacer
el derecho personal a favor del sujeto activo; y los derechos subjetivos son
las facultades que a cada ser humano le otorga el derecho objetivo.
Los derechos subjetivos se caracterizan por la facultad o potestad del
titular para exigir coactivamente, ante los órganos del Estado al sujeto pa-
sivo obligado, el cumplimiento del deber jurídico, obligación a favor del
sujeto activo.
Si cada persona humana es sujeto activo o titular de cada uno de los
derechos humanos, aparece la personalización subjetiva del titular del de-
recho, y si los derechos son de cada uno de los hombres, y si el hombre
es el sujeto activo, el titular, se concluye que los derechos humanos son
derechos subjetivos porque se individualizan en la persona humana.
Hemos anotado que los derechos humanos son facultades que en su mo-
mento histórico concretan las exigencias de la vida, la dignidad, la liber-
tad y la igualdad humanas que emanan de la naturaleza del hombre, las
cuales deben estar reconocidas y protegidas por las leyes positivas de los
ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales.
Para establecer las diferencias de los derechos humanos con los de-
rechos de la personalidad, es necesario saber qué se entiende por perso-
na y qué es personalidad desde el punto de vista jurídico.
8.4.2.1 Persona
36 Ignacio Galindo Garfias, Derecho civil, 18a ed, Editorial Porrúa, México, 1999, pág 322.
8.5 Universalidad de los derechos humanos 215
mano es más que un eje de relaciones jurídicas, “es una esencia vital, in-
tegrada en la persona y reconocida por la norma”, afirma Galindo Garfias.
Los derechos de la personalidad tienen por objeto proteger el goce de
los bienes esenciales para el desarrollo de la vida intelectual y física del
hombre; además, son cualidades que posee la persona en el ordenamien-
to jurídico y que le permiten disfrutar de los demás derechos de natura-
leza pecuniaria o moral.
Asimismo, derechos de la personalidad integran un conjunto de fa-
cultades y poderes que garantizan al hombre el goce de sus facultades y
el desenvolvimiento de personalidad, a la vez que son diferentes de las
garantías individuales consagradas en la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, porque éstas limitan el ejercicio de los poderes de
las autoridades públicas frente a los gobernados y protegen la libertad po-
lítica del pueblo, en un Estado de derecho.
Los derechos de la personalidad se distinguen de los derechos huma-
nos en que estos últimos procuran la seguridad corporal y anímica de los
hombres frente al estado nacional y frente a los demás estados integran-
tes de la comunidad internacional. Los derechos humanos tienen validez
frente a todo gobierno liberal independientemente de la nación de que se
trate y establecen normas internas respecto a la solidaridad humana.
Los atributos de la personalidad son calificativos que la ley confiere a la
persona determinada con el fin de individualizarla por medio del nombre,
el domicilio, el estado civil y político y el parentesco, elementos necesarios
para, llegado el caso, aplicar las normas jurídicas correspondientes.
Los derechos de la personalidad son cualidades esenciales que el de-
recho impone a la persona, por la naturaleza intrínseca de ésta, cualida-
des que son un presupuesto indispensable que justifica la eficacia de todo
ordenamiento jurídico, privado y público, interno e internacional. El ob-
jeto de los derechos de la personalidad es el interés que el bien material
o inmaterial representa para el titular y que el derecho lo reconoce digno
de protección por medio de las acciones que las leyes respectivas esta-
blecen como atributos de la persona, mas no deben confundirse con los
derechos de la personalidad.
filosofía de los valores, de tal manera que los derechos humanos son con-
siderados un conjunto de valores.
La filosofía de los derechos humanos centra su atención en una es-
timativa axiológica, en el valor jurídico fundamental que es la justicia.
Respecto a las denominaciones de derechos humanos y derechos funda-
mentales, la primera es más filosófica que la segunda porque “guardan
una connotación prescriptiva y deontológica, especialmente cuando “de-
biendo ser” “no son” todavía objeto de recepción en el derecho positivo,
mientras la expresión “derechos fundamentales apuntaría más bien al
cúmulo de derechos y libertades reconocidos y garantizados por el dere-
cho positivo de cada Estado”.41
En virtud de que es filosofía tanto el pensamiento que acepta los de-
rechos humanos como la tendencia que los niega, en sentido lógico debe-
mos reconocer como filosofía de los derechos humanos una perspectiva
filosófica que les sea favorable y que les otorgue sustento axiológico con-
veniente.
La filosofía de los derechos humanos que les es favorable se conoce
como ideología jurídico-política. Cuando la filosofía de los derechos hu-
manos hace proposiciones prácticas que buscan tornar en realidad esos
derechos en el régimen político y en el ordenamiento jurídico constitu-
cional, esa filosofía adquiere la calidad de ideología de los derechos hu-
manos. Tal ideología es la “idea del derecho” que inspira y fundamenta el
régimen político de índole personalista.
En el campo de la filosofía de los derechos humanos, la justicia que
impone el respeto a nuestros congéneres, que nos recomienda dar a cada
uno lo que le corresponde de acuerdo con su rol social, se funda en el va-
lor propio de cada persona humana. Los derechos del ser humano han
constituido uno de los temas centrales de la lucha por el derecho, el cual
acepta y protege la libertad de los hombres como un reconocimiento a la
dignidad humana, personas independientes y autorresponsables en el
campo de la filosofía moral. La libertad es un bien supremo que la justi-
cia resguarda, mientras que respeto a la dignidad humana es un deber de
todos los hombres, de la comunidad y del Estado de derecho en un régi-
men democrático.
El hombre, para cumplir con sus fines específicos, tiene que conser-
var, desarrollar y perfeccionar su entidad, su ser.
42 Agustín Basave Fernández del Valle, Filosofía del derecho, Editorial Porrúa, México, 2000,
pág 762.
43 Ibídem, pág 763.
44 Ibídem, pág 765.
224 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS