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UNIDAD 8

Origen, concepto y filosofía


de los derechos humanos

ROSALÍO ALBOR ORTIZ*

8.1 Origen y evolución de los derechos humanos

El vocablo origen alude al principio o nacimiento de algo, y el término


evolución designa la acción de evolucionar, entendida como el desarrollo
o desenvolvimiento de un organismo o de una cosa.
Antes de hablar del origen y evolución de los derechos humanos, es
necesario conocer a qué se refiere la frase derechos humanos.
Bidart Campos se pregunta: ¿derechos humanos puede significar de-
rechos del hombre, o derechos de la persona humana, o derechos indivi-
duales, o derechos naturales del hombre, o derechos fundamentales del
hombre?1
Si estas preguntas se contestan en forma afirmativa, aceptaremos
que el sujeto o titular de esos derechos es el ser humano. El hombre es el

* Licenciado en derecho egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Au-


tónoma de México, institución en la cual imparte la cátedra ética y derechos humanos.
Abogado postulante y asesor jurídico externo del Banco Nacional de México desde 1992.
1 Germán J. Bidart Campos, Teoría general de los derechos humanos, Editorial Astrea, Bue-
nos Aires, 1991, pág 2.
192 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

sujeto de los derechos naturales, fundamentales, por la sencilla razón de


ser un individuo de la especie humana.
Si los derechos humanos tienen como sujeto o titular al hombre en su
calidad de especie humana, esos derechos que le son naturales tendrán
su origen en el hombre mismo y son tan antiguos como la humanidad.
Los derechos humanos, tal como se conceptúan y se conocen actual-
mente, surgen a finales del siglo XVIII, como una reacción al trato inhu-
mano de que eran objeto las clases sociales más desprotegidas por los
gobiernos monárquicos absolutistas y despóticos. De este hecho históri-
co se infiere que los derechos humanos se originaron en la ciencia políti-
ca, en el derecho y en la moral.

8.1.1 Derechos humanos en la historia de la humanidad

Los derechos humanos se encuentran en estrecha relación con algunos


hechos históricos de trascendencia en la historia universal, como la Re-
volución francesa —que dio origen a la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano en 1789— y la Segunda Guerra Mundial —cuyas
atrocidades motivaron la Declaración Universal de Derechos Humanos,
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de di-
ciembre de 1948—, por citar sólo dos ejemplos de hechos históricos re-
lacionados con las declaraciones emitidas por organismos creados para la
defensa de los derechos humanos.
Nazario González, en su obra Los derechos humanos en la historia, al
tratar el tema de las declaraciones de los derechos humanos se pregun-
ta: “¿Cómo es posible que documentos que reconocemos ser tan impor-
tantes para la vida de la humanidad no hayan tomado cuerpo hasta bien
entrado el siglo XVIII de nuestra era?”2
La primera declaración de derechos humanos es la de Virginia de
1776. La falta de declaraciones oficiales de los derechos humanos de nin-
guna manera significa que no hubiera manifestaciones, aunque disper-
sas, pero con un gran contenido de derechos del hombre.
El mismo autor cita a Paul Ricoeur, quien expresa que con anteriori-
dad al último tercio del siglo XVIII, hasta que llegó la Declaración de Virgi-
nia, “existía la cosa, aunque no el discurso de la cosa”. Esto se interpreta
en el sentido de que durante varios siglos e incluso milenios existía la his-

2 NazarioGonzález, Los derechos humanos en la historia, Alfaomega Editor, Universidad Au-


tónoma de Barcelona, 2001, pág 29.
8.1 Origen y evolución de los derechos humanos 193
toria oculta de los derechos humanos, que algunos autores le llaman
prehistoria de los derechos humanos.
Para Paul Ricoeur, los derechos humanos en la historia de la humani-
dad son la “cosa” y cuando comenzaron a surgir del fondo de la dignidad
del ser humano, fueron adquiriendo unidad interna para ser materia del
“discurso de la cosa” expresado en las declaraciones oficiales de esos de-
rechos.
La historia tiene la obligación y el compromiso de explicar y tratar el
tema de los derechos humanos. Con base en esta premisa, en los párrafos
siguientes mencionamos las grandes culturas de la humanidad que formu-
laron normas morales y jurídicas relativas a los derechos humanos que
con el transcurso del tiempo se convirtieron en leyes contenidas en las
declaraciones y tratados internacionales de los derechos humanos.
El hombre, desde su aparición sobre la Tierra, ha luchado para vencer
la oscuridad de la ignorancia y ha emprendido la búsqueda y el encuen-
tro con una cultura superior, además de una alternativa a la opresión y
a la injusticia. El Código de Hammurabi, escrito en los primeros años del
siglo XVIII antes de la era cristiana, contiene algunas tradiciones anterio-
res de los pueblos del Medio Oriente, que se refieren a los derechos hu-
manos. El monarca babilonio expresó: “Para que el fuerte no oprima al
débil, para hacer justicia al huérfano y a la viuda, para promulgar la ley
del país, para hacer justicia al oprimido, he escrito mis preciosas pa-
labras en una estela y la he levantado delante de mi estatua de rey de
justicia”.3
La Biblia contiene múltiples pasajes que se refieren a los derechos hu-
manos, por ejemplo: en el capítulo 27 del Deuteronomio, cuyo nombre
significa segunda ley, se encuentra mandatos como el siguiente: “Maldi-
to quien viole o infrinja el derecho del inmigrante, del huérfano y de la
viuda. Y todo el pueblo dirá: Amén”. En este pasaje bíblico se habla de los
derechos que tenían en la sociedad israelita de la época mosaica los ex-
tranjeros, los huérfanos y las viudas, personas que por su condición so-
cial estaban en desventaja con los otros sectores de la sociedad de esa
comunidad.
El profeta Isaías anuncia en el capítulo 3: “Yahvéh llamará a juicio a
quienes han devorado la viña y los despojos de los pobres para con ellos
llenar sus casas, a los que con su comportamiento han golpeado el rostro
de los pobres”.

3 Federico Lara Pineda, El código de Hammurabi, Editora Nacional, Madrid, 1982, pág 123.
194 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Estas aspiraciones de respeto y de justicia para todo ser humano con-


ducen a la formulación concreta y precisa de los derechos humanos
en nuestra cultura occidental en las últimas décadas del siglo XVIII de
nuestra era.
A su vez, Heráclito escribió: “Todas las leyes humanas se alimentan
de una ley que es divina”, mientras que Aristóteles, en el capítulo VI del
libro V de su Moral a Nicómaco, afirma: “Aquí se busca lo justo absoluto y
lo justo social, aplicado a gentes que asocian su vida para asegurar su in-
dependencia y que son libres e iguales; y siempre que no se les garanti-
zan estos bienes, no hay para ellos justicia social propiamente dicha”.4
La historia de la cultura occidental registra tres hechos fundamentales
en el contexto del origen de los derechos humanos, y esos acontecimien-
tos son la Carta Magna inglesa de 1215, la Petition of Right de 1628 y el Bill
of Rights de 1689. Estos documentos tienen importancia porque surgen en
el medio político de la sociedad inglesa, bajo cuyo dominio se encontraban
las 13 colonias del territorio que hoy se conoce con el nombre de Estados
Unidos de Norteamérica, y en una de esas colonias, la de Virginia, surgió
la primera Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Juan sin Tierra, hijo de Enrique II de Inglaterra y conocido así por-
que no recibió una dote patrimonial de su progenitor, tenía un carácter
rebelde y a veces desequilibrado que, unido a la circunstancia de no ha-
ber recibido el apoyo económico de su padre, lo llevó a intentar usurpar
el trono de sus hermanos.
Inglaterra se veía amenazada por una invasión extranjera planeada
por el rey francés Felipe Augusto y al borde de una guerra civil, situación
que aprovechó la clase noble para condicionar su ayuda a Juan sin Tie-
rra, quien les concedió una serie de garantías de índole económico, polí-
tico y judicial. El documento en el cual se otorgaban esas concesiones a
los nobles es la Carta Magna del 15 de junio de 1215. Los temas que abar-
ca ese documento están relacionados con la libertad, la seguridad y el
bienestar de sus súbditos.
En esa Carta Magna, Juan sin Tierra reconocía sus abusos cometi-
dos en contra de sus súbditos y se propuso corregirlos. Para ello, reafir-
mó los privilegios de la nobleza y las prerrogativas de la Iglesia y puso
especial atención a los sectores más débiles de la población integrados
por las viudas y los menores de edad.

4 Aristóteles, Moral a Nicómaco, 6a ed, Col Austral, Espasa Calpe, Madrid, 1972, pág 143.
8.1 Origen y evolución de los derechos humanos 195
El contenido de la Carta Magna inglesa se puede reducir a dos puntos:

En primer lugar, la limitación del poder real, impidiéndole que abuse de su


autoridad. Ello quiere decir que siempre que aparezca un nuevo Juan sin
Tierra o implemente un comportamiento puntual de un monarca a lo Juan
sin Tierra que trate de violar estos derechos, sus súbditos blandirán ante él
con gesto de reivindicación y, si llegare el caso de amenaza de guerra, la
Carta Magna.
En segundo lugar, el reconocimiento de que existen ciertos derechos que
no han sido legislados y que no necesitan ser legislados porque pertenecen a
lo que en Inglaterra se venía llamando la Common Law, la ley común, la ley
del sentido común: así, el derecho a la propiedad, a la libre circulación, a no
ser víctima del abuso del Estado, a gozar de garantías procesales, con la par-
ticularidad de que no se consideran cerrados sino abiertos a otros posibles
nuevos derechos que pudieran emanar del principio de la ley común.5

La Petition of Right de 1628 es un documento emitido por el Parla-


mento inglés que al iniciar la Edad Moderna provocó reacciones de lucha
contra la política absolutista que ejercían los príncipes y gobernantes de
los Estados modernos.
Carlos I, rey de Inglaterra, al iniciar su reinado, se vio obligado a so-
licitar cada año nuevos impuestos para financiar las guerras contra Fran-
cia y España, así como para cubrir sus gastos personales y de la Corte que
los integrantes del Parlamento puritano los consideraron excesivos. Por
esa razón se le negaron, negativa que dicho monarca quiso subsanar de-
cretando impuestos por su cuenta, así como penalizar a los súbditos que
se negaran a pagarlos y encarcelar a los jueces que se abstuvieran de juz-
gar a los súbditos rebeldes.
La Petition of Right consagra el texto siguiente: “Ningún hombre libre
puede ser detenido o encarcelado o privado de sus libertades ni declara-
do fuera de la ley ni desterrado ni anulado en su personalidad si no es por
un juicio legal de sus pares o por la ley del país”.6
El rey Carlos I, para gobernar de manera absoluta, mandó cerrar el
Parlamento, por lo que al ser reducido éste a la clandestinidad, reaccionó
creando un espíritu de oposición al monarca. Por cuestiones políticas,
Carlos I abrió el Parlamento para solicitarle recursos extraordinarios.
El Parlamento impuso al rey condiciones que Carlos I no estaba dis-
puesto a cumplir y menos los nobles que le asesoraban y aconsejaban,

5 Nazario González, ob cit, pág 37.


6 Ibídem, pág 39.
196 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

por lo cual surgió de esta manera una guerra entre el monarca y el Par-
lamento, guerra que terminó con la derrota y ejecución de Carlos I el 30
de enero de 1649. El Parlamento, integrado por una mayoría de purita-
nos intolerables, inició su gobierno con una política de enfrentamiento
absoluto con el monarca. Inglaterra empezó un periodo de verdadera dic-
tadura política y moral, a tal grado que se ordenó quitar los adornos de
las iglesias y se prohibieron el lujo y la ociosidad.
Cuando Carlos II, hijo de Carlos I gobernó Inglaterra se inició la etapa
denominada restauración, época en la cual los puritanos fueron separa-
dos de la vida política, con lo cual comenzó un nuevo modo de vida para
la sociedad inglesa, así como en la política surgieron ideas de tolerancia re-
ligiosa y política que sólo beneficiaron a los protestantes y los católicos.
Los puntos más importantes del Bill of Rights de 1689 y que se rela-
cionan con los derechos humanos son:

• “Las elecciones de los miembros del Parlamento serán libres.


• Los parlamentarios tendrán libertad de expresión dentro y fuera del
Parlamento.
• El rey no puede suspender una ley que haya sido votada por el Parla-
mento.
• El rey no puede crear ejércitos propios.
• El rey no puede levantar impuestos por su cuenta.
• En los juicios no se impondrán castigos excesivos”.7

Los documentos mencionados en los párrafos precedentes nos con-


ducen en el tiempo hasta el comienzo del siglo XVIII de nuestra era, siglo
en el cual se inició una verdadera revolución intelectual, política, econó-
mica y social que dio como resultado un cambio total en la concepción
del hombre y de sus derechos, revolución que reinó en el pensamien-
to del siglo XVIII y que se conoce con el nombre de Ilustración.
En el ámbito del pensamiento político y social, las ideas que nacieron
en los siglos XVI y XVII en el continente europeo tuvieron una influencia
definitiva en el establecimiento de los derechos humanos, pensamiento
que dio origen a las corrientes doctrinales e ideológicas conocidas con el
nombre de iusnaturalismo y contractualismo.
El iusnaturalismo tiene su origen en el humanismo del Renacimien-
to. Ese cambio profundo tanto en las actitudes ante la vida como en el

7 Ibídem, pág 41.


8.1 Origen y evolución de los derechos humanos 197
pensamiento, en la filosofía, en la literatura, en el arte y en la cultura mar-
có el paso de la Edad Media a la Edad Moderna.
La palabra humanismo designa el movimiento literario y filosófico que
surgió en Italia en la segunda mitad del siglo XIV y que se difundió a otros
países de Europa y constituyó el origen de la cultura moderna.
El iusnaturismo es la teoría del derecho natural de la forma como fue
concebido en los siglos XVII y XVIII a partir de la doctrina de Hugo Grocio.
La doctrina del iusnaturalismo fue profesada y defendida por numerosos
políticos y en la actualidad cuenta con partidarios, quienes buscan rei-
vindicar en el terreno de la política dos conquistas fundamentales del
mundo moderno: el principio de la tolerancia religiosa y el de la limita-
ción de los poderes del Estado moderno. De estos principios surgió el Es-
tado liberal moderno.
Dentro de la corriente humanística, el derecho buscó su campo de ac-
ción en el hombre, en la persona humana como tal, para independizar-
se de la religión, de la tesis del derecho divino como fuente prístina de
todo derecho. Santo Tomás de Aquino, en el pensamiento de la filosofía
escolástica, afirma: “La ley natural es la participación de la ley divina por
la criatura racional”.8
Era necesario liberar ese derecho natural subordinado a la ley divina
y elevarlo a la categoría de un derecho autónomo, labor que realizaron
varios autores desde el siglo XVI para culminar en el XVII con Hugo Grocio
y Samuel Puffendorf.
Grocio, en su obra Del derecho de guerra y de la paz, sostiene: “El dere-
cho natural es tan inmutable que ni aun Dios, lo puede cambiar, porque si
bien es inmenso el poder de Dios, pueden señalársele algunas cosas a las
que ese poder no alcanza. Dios no puede hacer que dos y dos no sean cua-
tro; así tampoco que lo que es intrínsecamente malo no lo sea”.9
A su vez, Samuel Puffendorf, en su libro titulado Jus Naturae Gen-
tium, (El derecho natural de los pueblos) sostiene la tesis “sobre la obliga-
ción que tienen todos los hombres de mirarse unos a otros como si
fueran iguales”, teoría que se opone a los filósofos y pensadores de la an-
tigüedad, quienes afirmaban que algunos hombres eran esclavos por na-
turaleza.
La otra corriente político-jurídica que surgió del humanismo es el con-
tractualismo que trata sobre el origen de la sociedad civil, doctrina que

8 Ibídem, pág 43.


9 Citado por Nazario González, ídem.
198 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

toma fuerza en el Estado moderno en el cual la autoridad del príncipe, del


monarca o del gobernante se desliga de toda autoridad divina para con-
vertirse en un ente autónomo e independiente de toda norma moral.
El origen de la doctrina del contractualismo se remonta a los sofistas.
Así, Aristóteles, en su obra Política, atribuye al sofista Licofrón la teoría
de que “la ley es una mera convención y una garantía de los derechos
mutuos”. El contractualismo se opacó en la Edad Media por la teoría del
origen divino del Estado y de la comunidad civil, resurgiendo en la Edad
Moderna, y juntamente con el iusnaturalismo es un sistema de lucha que
busca la reivindicación de los derechos humanos.
La teoría contractualista reconoce como origen o fundamento del Es-
tado una convención o contrato entre sus miembros y fue desarrollada en
los siglos XVII y XVIII por Hobbes, Locke y Rousseau, interpretando cada
uno a su manera el contrato social. Estos tres autores toman como pun-
to de partida la división de la historia de la humanidad en dos épocas: la
primera en la que la persona vivía en un estado de naturaleza y la se-
gunda en la que, una vez realizado un pacto mutuo, deciden vivir some-
tidos a una autoridad y sujetos a unas normas jurídicas, integrando de esa
manera una sociedad civil, un Estado.
Tal concepción del Estado plantea una doctrina de los derechos huma-
nos. Los hombres en estado de naturaleza no tenían ni gozaban de ningún
derecho, según Thomas Hobbes, porque en ese estado sólo imperaba la lu-
cha de unos contra otros, situación que resume en su famosa frase: homo
homini lupus est: el hombre es lobo para el hombre. Hobbes afirma que los
derechos naturales los otorga el Estado en virtud de la convención mutua.
Locke reconoce que los hombres en estado de naturaleza ya estaban
en posesión de los derechos de libertad, igualdad y propiedad. A su vez,
Rousseau entiende que la persona humana en estado de naturaleza po-
seía en plenitud esos derechos naturales, los cuales perdió debido al falso
contrato que realizó por engaño, y propone un nuevo contrato: el contra-
to social.

8.2 Conceptos fundamentales

En los párrafos precedentes se expuso una relación sucinta del origen y


evolución de los derechos humanos. Pero ¿qué son los derechos huma-
nos?, ¿cómo se pueden definir?, ¿qué derechos comprende una defini-
ción de derechos humanos?
8.2 Conceptos fundamentales 199
Antes de hablar de los conceptos fundamentales que involucra la doc-
trina de los derechos humanos, anotamos las definiciones siguientes:
Peces-Barba escribe en su libro Derechos fundamentales que una de-
finición posible de derechos subjetivos fundamentales se expresa así:
Facultad que la norma atribuye de protección a la persona en lo referente
a su vida, a su libertad, a la igualdad, a su participación política y social, o a
cualquier otro aspecto fundamental que afecte a su desarrollo integral como
persona, en una comunidad de hombres libres, exigiendo el respeto de los
demás hombres, de los grupos sociales y el Estado, y con posibilidad de po-
ner en marcha el aparato coactivo del Estado en caso de infracción.10

Por su parte, Pérez Luño divide en dos la definición de Peces-Barba:


una de los derechos humanos y otra de los derechos fundamentales, y dice:
Derechos humanos son un conjunto de facultades e instituciones que, en
cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad
y la igualdad humanas, las cuales deben ser reconocidas positivamente por
los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional; y los derechos
fundamentales son aquellos derechos humanos garantizados por el ordena-
miento jurídico positivo, en la mayor parte de los casos en su normatividad
constitucional y que suelen gozar de una tutela reforzada.11

La filosofía de los derechos humanos los ubica en el plano de la su-


prapositividad como lo que debe ser y es, a lo cual se da el nombre de de-
rechos humanos, conocidos también como derechos morales o derechos
naturales; a su vez, en el plano de la positividad se encuentran los dere-
chos fundamentales o derechos subjetivos jurídicos.
El sistema de los derechos fundamentales debe ser congruente con
los valores propios de los derechos humanos, es decir: “El poder, o el go-
bernante, o el derecho positivo, no pueden bautizar lingüísticamente
como ‘derechos’ en el segundo plano a las normas que son contradicto-
rias con lo que el primer plano señala como ‘derechos’ debidos al hom-
bre en razón de su calidad de persona”.12
La doctrina de los derechos humanos utiliza los siguientes conceptos
fundamentales: naturaleza humana, persona humana, dignidad humana,
derecho natural, libertad, igualdad, justicia, propiedad, personalidad jurí-
dica y autoridad.

10 Citado por Bidart Campos, ob cit, pág 227.


11 Ibídem, pág 228.
12 Ibídem, pág 229.
200 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

8.2.1 Naturaleza humana

La expresión naturaleza humana comprende dos vocablos que designan


una entidad diferente de lo que cada uno significa por separado. En efec-
to, la palabra naturaleza comprende un conjunto de conceptos relaciona-
dos entre sí, de los cuales, para el propósito de la doctrina de los derechos
humanos, tomaremos el más antiguo de la filosofía griega, que entiende
por naturaleza el principio de vida y de movimiento de todas las cosas.
Aristóteles la definió diciendo: “La naturaleza es el principio y la causa
del movimiento y la calma de la cosa a la cual es inherente de principio
y por sí, no accidentalmente”.13
A la naturaleza humana se le conoce con el nombre de humanidad,
género humano, y el adjetivo humano indica lo relativo al hombre. De lo
anterior se infiere que la naturaleza humana es la sustancia, la esencia del
hombre, los principios esenciales de la especie tanto formales como ma-
teriales.

8.2.2 Persona humana

Desde el punto de vista filosófico, la persona humana, el hombre, “es un


animal racional”. Aristóteles en su Política afirma que “el hombre es el
único animal que posee razón y que la razón le sirve para indicarle lo útil
y lo dañoso y, por lo tanto, también lo justo y lo injusto”.
Persona humana es el ente dotado de razón, facultad que le distingue
de los otros animales y le permite obrar con libertad. La persona huma-
na es un ser dotado de entendimiento y de libertad, capacidad que le fa-
culta actuar para satisfacer las necesidades materiales y morales, físicas
e intelectuales, porque tiene el derecho y la obligación de satisfacer sus
carencias y sus menesteres.

8.2.3 Dignidad humana

Mariano Azuela Guitrón dice al respecto:

Por el hecho de tener libertad y poseer entendimiento, el hombre es perso-


na. Ser persona es un rango, una categoría que no tienen los seres irracio-

13 NicolaAbbagnano, Diccionario de filosofía, 2a ed, Fondo de Cultura Económica, México,


1974, pág 818.
8.2 Conceptos fundamentales 201
nales. Esta prestancia o superioridad del ser humano sobre los que carecen
de razón es lo que se llama dignidad de la persona humana. La palabra dig-
nidad la usamos en el tema de derechos humanos en el sentido de superio-
ridad, la importancia que corresponde a un ser. Cuando se habla de la
dignidad de la persona humana, se refiere principalmente a que todo hom-
bre, por el hecho de ser una persona, tiene una categoría superior a la de
cualquier ser irracional”.14

La dignidad del hombre es inseparable de su esencia, de su naturale-


za; así se da por sabido que el hombre es un ente que tiene esencia o na-
turaleza.
En materia de valores, para que algo valga o tenga valor es necesario
que sea “valor”, y para que al hombre se le pueda atribuir su dignidad tie-
ne que ser hombre, tener naturaleza de ser humano. Pérez Luño dice en
su obra Derechos humanos: “La dignidad humana supone el valor básico
fundamentador de los derechos humanos que tienden a explicar y satis-
facer las necesidades de la persona en la esfera moral”.15
Ángel Sánchez de la Torre manifiesta:

Los derechos humanos parten de un nivel por debajo del cual carecen de sen-
tido: la condición de persona jurídica, o sea, desde el reconocimiento de que
en el ser humano hay una dignidad que debe ser respetada en todo caso,
cualquiera que sea el ordenamiento jurídico, político, económico y social,
y cualesquiera que sean los valores prevalentes en la colectividad histórica.16

La razón y la libertad son dos características esenciales de la persona


humana que hacen portador de su dignidad. El derecho que tiene el hom-
bre para ser reconocido como persona humana es un derecho funda-
mental.
Todos los derechos necesarios para que el hombre se desarrolle en for-
ma integral emanan de la dignidad humana. Los derechos humanos impli-
can la capacidad de dignidad que el hombre puede desarrollar y que se
manifiesta en la racionalidad, en la superioridad del hombre sobre los otros
entes terrenales y en intelectualidad como capacidad de comprensión.
La dignidad de toda persona humana es del todo independiente de la
situación en que se encuentre o de las cualidades que posea. Así, la cate-
goría de la persona humana, su dignidad, permanece en todo ser humano

14 Mariano Azuela Guitrón, Derecho, sociedad y Estado, Universidad Iberoamericana, Méxi-


co, 1995, pág 63.
15 Citado por Bidart Campos, ob cit, pág 73.
16 Ídem.
202 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

independientemente de su capacidad intelectual, de su comportamiento


moral y de su condición social.

8.2.4 Libertad

Los derechos humanos y la libertad tienen una relación muy estrecha. El


ser humano tiene la capacidad de elegir de manera libre lo que quiere ha-
cer o no y la forma de realizar o no una conducta determinada en el ám-
bito jurídico social.
La libertad es la cualidad de la voluntad que permite al hombre elegir
un bien, un objeto valioso con preferencia a otros menos valiosos. En este
sentido, la libertad humana comprende la libertad física, la libertad psi-
cológica, la libertad jurídica y la libertad moral.
La libertad física consiste en la libertad de acción, es una libertad ex-
terna. Cuando se priva de la libertad física a una persona humana, dicha
pérdida es sólo externa, pero internamente el hombre conserva su libertad.
La libertad psicológica es la capacidad del hombre para tomar sus
propias decisiones, de autodeterminarse. En la libertad psicológica radica
la grandeza del hombre porque al autodeterminarse se libera del deter-
minismo material y del instinto.
La libertad moral radica en elegir los valores morales y realizarlos en
una conducta concreta; además es propia de los hombres que siguen el
camino de los valores morales, que se conducen en su vida diaria respe-
tándose a sí mismos y a sus semejantes.
Los escolásticos de la Edad Media afirmaron:
La existencia del hombre en este mundo reviste un carácter dramático, se
enfrenta con el sí y el no, con la posibilidad de salvarse o condenarse eter-
namente. La causa u origen de la condenación está en el hombre. El sujeto
humano puede decidirse por el bien o por el mal. Pero para que pueda ele-
gir el bien o el mal de tal manera que la culpa sea suya, es menester que
pueda elegir de modo libre.17

Los derechos humanos y la libertad se encuentran relacionados es-


trechamente, lo que permite hablar de libertades personales o individua-
les y de libertades públicas. La libertad jurídica es una situación del
hombre que equilibra las relaciones persona-Estado y armoniza la autori-
dad y la libertad frente al Estado.

17 Mariano Azuela Guitrón, ob cit, pág 75.


8.2 Conceptos fundamentales 203
La libertad jurídica comprende lo siguiente:

a) La libertad jurídica exige que a todo ser humano se le reconozca la ca-


lidad de persona jurídica, de persona en el ámbito jurídico y político:
cabría decir que el primer derecho de todo hombre es el derecho a
que se le depare el estatus de persona jurídica.
b) Adviene la libertad de intimidad o la autonomía personal, como zona
de reserva de la privacidad.
c) La libertad jurídica supone que con su ejercicio el hombre pueda cum-
plir actos jurídicamente relevantes, o sea, actos a los que se les reco-
nozca efectos en el mundo jurídico-político.18
Legaz y Lacambra argumenta en su Filosofía del derecho que hay “un
derecho fundamental para cada hombre, base y condición de todos lo de-
más: el derecho de ser reconocido siempre como persona humana”.19
La libertad jurídica contiene el principio de acuerdo con el cual nin-
guna persona puede ser obligada a realizar lo que la ley no manda, y pri-
vada de ejecutar lo que la ley no prohíbe.
Peces-Barba, a propósito de la libertad jurídica, menciona: “La liber-
tad será el concepto clave, dentro de la filosofía de los derechos huma-
nos, para explicar la necesidad de un ámbito de autonomía del hombre
en la sociedad, y de un límite a los poderes externos a él, especialmente
el poder del Estado”.20
Cada derecho personal es de alguna manera una libertad y por eso se
habla de “libertades individuales” y “libertades públicas”. Por otra parte,
al analizar la filosofía y la ideología de los derechos humanos, se conclu-
ye que la filosofía es el origen de la ideología de los derechos humanos
en el régimen político y conduce a la institucionalización de la democra-
cia, de donde resulta la conjunción de libertad, derechos humanos y de-
mocracia como una forma de gobierno.

8.2.5 Derecho natural

En la doctrina de los derechos humanos, la naturaleza humana, dotada


de razón, inteligencia y libertad, desempeña un papel fundamental con-
sistente en ser el origen y la causa de los derechos humanos.

18 Bidart Campos, ob cit, pág 19.


19 Citado por Bidart Campos, ibídem, pág 20.
20 Ibídem, pág 49.
204 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

El soporte del derecho está en la razón y las necesidades del hombre,


mientras que las leyes físicas se cumplen de manera fatal, de conformi-
dad con el plan divino de la creación.
Para la doctrina jurídica católica, la primera fuente del derecho natu-
ral es Dios; a su vez, el derecho natural comprende las normas jurídicas
y las de la moralidad. Al respecto Ángel Martínez Pineda afirma:

La naturaleza humana, común a todos los hombres, es ontológicamente


inalterable e inmutable y fundamento inmediato del derecho natural. El de-
recho natural es inmutable, como inmutable es Dios, y el mismo para todos
los hombres, con validez para todos los tiempos en su progresión histórica:
siempre se respetará la vida de los demás, la propiedad ajena y la dignidad,
decoro y excelencia de nuestros congéneres.21

Marco Tulio Cicerón, en su discurso en defensa de Tito Annio Mi-


lon, argumentó:

… Est igitur haec, judices, non scripta, sed nata lex: quam non didicimus, ac-
cepimus, legimus; verum ex natura ipsa arripuimus, hausimus, expressimus, ad
quam non docti, sed facti; non instituti, sed imbuti sumus… (Es pues esta, jue-
ces, una ley, no escrita, sino natural: que no la hemos aprendido, oído o leí-
do; sino que la tomamos , bebimos y sacamos de la misma naturaleza: en
la que no hemos sido enseñados, sino criados, no se nos ha impuesto, sino
imbuido…)22

Todas las opiniones, todos los juicios que se emitan acerca del dere-
cho natural, sin importar la creencia ni la ideología ni la filosofía de quien
externe su opinión y sostenga una teoría, convergen en la naturaleza hu-
mana, en el hombre, que, por estar dotado de razón, entendimiento y li-
bertad, se rige por una ley natural, un derecho natural intrínseco en su
propia naturaleza, y que el derecho positivo, el derecho vigente, el dere-
cho eficaz debe respetar, defender y realizar.
El derecho natural es tanto la norma constante e invariable que ga-
rantiza la realización del mejor ordenamiento de la sociedad humana,
como la norma perfecta para garantizar la vida asociada.
En la antigüedad, los estoicos fueron los primeros en formular la doc-
trina del derecho natural, para quienes la participación de los seres vi-

21 Ángel Martínez Pineda, El derecho, los valores éticos y la dignidad humana, Editorial Po-
rrúa, México, 2000, pág 102.
22 Citado por Martínez Pineda, ob cit, pág 106.
8.2 Conceptos fundamentales 205
vientes en el orden universal se realiza por medio del instinto en los ani-
males y mediante la razón en los hombres.
Para Platón, el derecho natural constituye un tribunal de apelación
contra las convenciones sociales y en el fondo es siempre concebido como
la más alta y verdadera justicia. Aristóteles califica como derecho las rela-
ciones de una coexistencia justa. El derecho es “lo que puede crear y con-
servar, en todo o en parte, la felicidad de la comunidad política”.23
Los estoicos identificaron el derecho natural con la justicia y la justi-
cia con la razón. A este respecto escribió Cicerón:

Hay, por cierto, una verdadera ley, la recta razón conforme a la naturaleza,
difundida entre todos, constante, eterna, que con su orden invita al deber y
con su prohibición desvía del fraude. No es lícito aportar modificaciones a
esta ley, ni quitarle nada ni anularla en su conjunto. No será diferente en
Roma o en Atenas, o de hoy a mañana, sino que como única, eterna, in-
mutable ley gobernará a todos los pueblos y en todos los tiempos y una sola
divinidad será guía y cabeza de todos.24

El jurisconsulto romano Gayo sostiene en su Instituciones: “… existe


un derecho de las gentes (ius gentium) universal, que comprende princi-
pios reconocidos por toda la humanidad; tales principios han sido ense-
ñados a los hombres por la razón natural y, por lo tanto, son inherentes
al género humano”.25
A su vez, santo Tomás de Aquino afirma que hay una ley eterna, una
razón que gobierna todo el universo y que existe en la mente divina, y de
esa ley eterna, la ley de la naturaleza que está en los hombres es un re-
flejo.

8.2.6 Justicia e igualdad

El hombre, la persona humana, es el sujeto activo titular de los derechos


humanos, ese ser pensante dotado de razón, de inteligencia, y cuya na-
turaleza ha originado distintas definiciones que confrontan al hombre
con Dios, otras que expresan una característica o una capacidad propia
del hombre y otras más que se refieren a la facultad inherente al hombre
para autoproyectarse.

23 Nicola Abbagnano, ob cit, pág 299.


24 Ibídem, pág 300.
25 Ídem.
206 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Las definiciones de naturaleza religiosa o teológica surgen del dicho del


Génesis: “Dijo Dios hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.
Las definiciones que expresan una característica o una capacidad pro-
pia del hombre son múltiples, pero la más famosa es la que dice que el
hombre “es un animal racional”.
Esta enunciación contiene el punto de vista del pensamiento griego y
de la filosofía platónica y aristotélica. Aristóteles sostiene que “el hom-
bre es el único animal que posee razón, y que la razón le sirve para indi-
carle lo útil o lo dañoso y, por lo tanto, también lo justo y lo injusto”.
Por su parte, Cassirer dice en su Antropología filosófica que el hom-
bre “es un animal simbólico, un animal que habla”.
De los conceptos mencionados se concluye que el hombre es un ser
político, sociable, o sea, desde que nace es apto para vivir en sociedad.
El hombre en su vida social posee derechos y tiene obligaciones que cum-
plir consigo mismo, con sus semejantes y con las autoridades, derechos
y obligaciones que son valores morales y jurídicos. Entre los valores jurí-
dicos están la verdad, la justicia y el derecho.
Ángel Martínez Pineda afirma al respecto: “La justicia es concepción
primera y sirve de fundamento al Derecho, noción segunda, de la misma
manera que la potencia y el acto, que es estado de existencia”.26
La teoría del acto y la potencia de Aristóteles expresa que el acto es
el ser, la realidad misma, y la potencia lo que puede ser. Por otro lado, la
justicia toma el nombre de jus, derecho, que es su objeto. El derecho se
ubica en el campo de la especulación jurídica y la justicia se encuentra en
el terreno de la metafísica de los principios que fundan la elaboración del
derecho.
La justicia, como valor universal abstracto, se objetiviza en el campo
de la relación jurídica en la sociedad humana.
John Rawls expresa en su Teoría de la justicia:

La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad


lo es de los sistemas de pensamiento. Una teoría, por muy atractiva, elo-
cuente y concisa que sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es ver-
dadera; de igual modo, no importa que las leyes e instituciones estén
ordenadas y sean eficientes: si son injustas han de ser reformadas o aboli-
das. Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que ni si-
quiera el bienestar de la sociedad en conjunto puede atropellar. Es por esta
razón por la que la justicia niega que la pérdida de la libertad para algunos

26 Martínez Pineda, ob cit, pág 63.


8.2 Conceptos fundamentales 207
se vuelva justa por el hecho de que un mayor bien es compartido por otros.
En una sociedad justa, las libertades de la igualdad de ciudadanía se dan por
establecidas definitivamente; los derechos asegurados por la justicia no es-
tán sujetos a regateos políticos ni al cálculo de intereses sociales.27

La justicia como valor intrínseco de la naturaleza humana, surgido del


derecho natural para respetar la dignidad humana, fue definida por el ju-
risconsulto romano Ulpiano en los términos siguientes: “Iustitia est cons-
tans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”, cuya traducción es “la
justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que le
corresponde”.28
De este concepto de justicia se deduce que la justicia desde el punto
de vista jurídico obliga a dar a cada quien lo que le corresponde, aquello
a lo que tiene derecho.
La justicia se divide en general y particular. La justicia general o legal
es la que ordena los actos de los miembros de la sociedad hacia el bien
común. Se denomina justicia legal porque su objeto es hacer que la acti-
vidad humana se ajuste a los preceptos legales. La legítima autoridad tie-
ne el derecho y la obligación de ordenar y vigilar que la conducta de
todos los integrantes de la sociedad se dirija al bien común de todos. La
justicia particular exige que a cada integrante de la sociedad se le dé lo
que le corresponde de acuerdo con la ley de igualdad del hombre.
La justicia como virtud moral consiste en una voluntad firme y cons-
tante de respetar todos los derechos y de cumplir todos los deberes.
La clave axiológica del derecho positivo es la justicia, la cual es un va-
lor absoluto. Gustav Radbruch, en su libro Introducción a la filosofía del
derecho, dice que hay que distinguir la justicia como virtud y la justicia
con exigencias del derecho positivo. La justicia como virtud o como cua-
lidad personal es la justicia subjetiva, y la justicia como característica de
una relación entre personas es la justicia objetiva: “La justicia subjetiva es
la intención dirigida a la realización de la justicia objetiva, y es a ésta lo
que la veracidad es a la verdad. La justicia objetiva constituye, por tanto,
la forma primaria y la justicia subjetiva la forma secundaria de la justicia”.29

27 John Rawls, Teoría de la justicia, trad María Dolores González, 4a reimp, Fondo de Cultu-
ra Económica, México, pág 17.
28 Francisco José Huber Olea, Diccionario de derecho romano, Editorial Porrúa, México, 2000,
pág 301.
29 Gustav Radbruch, Introducción a la filosofía del derecho, 3a ed, Fondo de Cultura Econó-
mica, México, 1965, pág 31.
208 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

El autor citado hace también la distinción entre la justicia respecto a


las exigencias del derecho positivo, que es la juridicidad, y la justicia
como idea del derecho anterior y superior a la ley, es decir, la justicia en
sentido estricto. La justicia como juridicidad es la justicia del juez, y la jus-
ticia en sentido estricto es la justicia de las leyes elaboradas por el legis-
lador.
La esencia de la justicia es la idea de la igualdad entre los hombres.
Desde Aristóteles se marcan dos clases de justicia, y cada una de forma
particular tiene como punto de partida la igualdad: “La justicia conmuta-
tiva representa la igualdad absoluta entre una prestación y una contra-
prestación, por ejemplo: entre la mercancía y el precio, entre el daño y la
reparación, entre la culpa y la pena. La justicia distributiva preconiza
la igualdad proporcional en el trato dado a diferentes personas. La justi-
cia conmutativa presupone la existencia de dos personas”.30
La justicia conmutativa es la justicia del derecho privado, mientras que
la justicia distributiva es propia del derecho público. Para que se aplique la
justicia conmutativa, es necesario que se reconozca capacidad jurídica
igual a las personas de la relación jurídica de que se trate.
La esencia de la justicia es la igualdad: contiene la forma general y
pretende siempre tener en cuenta el caso concreto y al individuo especí-
fico en su individualidad. La justicia del caso concreto y del hombre es-
pecífico se llama equidad.
La igualdad jurídica consiste en que todos los hombres gozan de los
mismos derechos fundamentales que provienen de la humanidad y defi-
nen la dignidad de la persona humana. A su vez, la convivencia humana
se funda en la necesidad que tenemos todos de ayudarnos mutuamente
para conseguir los bienes que requerimos en nuestra subsistencia y bie-
nestar.
Las personas que forman la sociedad deben satisfacer unas necesi-
dades esencialmente iguales para todas, personas que para satisfacerlas
han de ayudarse unas a otras.
El jurisconsulto Mariano Azuela Guitrón afirma en su libro Derecho,
sociedad y Estado, a propósito de la igualdad de los hombres:

Tanto el tener unas necesidades comunes como el deber de ayudarse mu-


tuamente para satisfacerlas constituyen un signo y una prueba de que hay
una esencial igualdad natural entre los hombres. Tan cierto es que los hom-

30 Ibídem, pág 32.


8.3 Prelación ontológica del derecho personal respecto de la obligación recíproca 209
bres somos naturalmente iguales, porque pertenecemos a la misma espe-
cie, como que somos naturalmente desiguales; y no hay contradicción de
que seamos a la vez naturalmente iguales y naturalmente desiguales, porque
somos iguales en la naturaleza de la especie a que pertenecemos, y desi-
guales en la naturaleza individual que cada uno de nosotros tiene.31

8.3 Prelación ontológica del derecho personal respecto


de la obligación recíproca

Este problema de filosofía jurídica trata de resolver la cuestión de qué es


primero: el derecho personal del sujeto activo o la obligación de un suje-
to pasivo respecto al derecho personal.
Algunos afirman que el sujeto activo tiene un derecho personal porque
frente a él existe un sujeto que tiene la obligación de respetar ese derecho.
Un adagio romano dice: “el que entiende bien las palabras entiende
bien las cosas”.
La prelación ontológica de que trata este apartado es descubrir cuál
de los dos conceptos de derecho personal del sujeto activo —titular de
ese derecho y de la obligación, del deber del sujeto pasivo de respetar ese
derecho personal— es primero, pues ambos conceptos implican una co-
rrelación.
El adjetivo ontológico hace referencia a la ontología, parte de la me-
tafísica que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales.
Tanto el derecho como la obligación sólo existen, y únicamente se pue-
de hablar de esos conceptos si son atribuibles a alguien, al ser humano
como titular del derecho, y al mismo tiempo como obligado desde otro
ángulo de vista.
Lógicamente, primero es el ser y luego el modo de ser, de tal mane-
ra que si no existe un sujeto titular de un derecho personal, tampoco exis-
tirá un sujeto obligado a satisfacer una obligación a favor de un derecho
personal cuyo titular no existe.
Desde el punto de vista ontológico, el derecho personal precede a la
obligación. Al respecto Bidart Campos explica en su Teoría de los dere-
chos humanos:
Si bien es cierto que si A es titular de un derecho, necesariamente debe ha-
ber frente a A un sujeto B gravado con una obligación, tal reciprocidad de

31 Mariano Azuela Guitrón, ob cit, pág 91.


210 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

“derecho-obligación” no impide reconocer que la razón de que exista la


obligación de B radica en la prioridad ontológica de que frente a B se halla
A como titular de un derecho, a cuya satisfacción se impone la obligación
de B. Primero es lo suyo de A y después la obligación de B de reconocer,
respetar o dar a A lo suyo.32

La prioridad ontológica de “lo suyo” respecto al correlativo deber ju-


rídico justifica el tema de los derechos humanos. A su vez, el tema de la
prioridad del derecho personal es distinto de la cuestión del orden cro-
nológico en que la idea de ese derecho o de la obligación aparezca en la
conciencia humana. El fundamento de que exista obligación radica en
la precedencia de que hay derecho al que la obligación debe satisfacer.

8.3.1 Titularidad del derecho a la vida

El hombre se encuentra en el mundo jurídico. La persona humana es por-


tadora de valores entre los cuales el más importante de todos es la vida,
porque de ese valor fundamental se derivan los demás valores inheren-
tes al ente humano y los valores que éste otorgue a lo que le rodea. En
general entendemos por valor todo objeto de preferencia o selección.
En la filosofía clásica de los griegos, la palabra valor indicaba la utilidad o
el precio de los bienes materiales y la dignidad o mérito de las personas.
Nietzsche, en sus obras Más allá del bien y del mal y Ecce Homo, con-
sideró que la tarea de su filosofía era cambiar los valores morales por va-
lores vitales, que nacen de la afirmación de la vida, es decir, de su
aceptación. El filósofo alemán pretendió restablecer la tabla auténtica de
los valores, que es la de los valores vitales.
Entre el ser del valor con el hombre existe una relación estrecha, de tal
manera que existe un valor que no sea una posibilidad o un modo de ser
del hombre. Por otra parte, la doctrina del vitalismo identifica la vida con
el alma, entendida como el principio de la vida.
Julián Marías Aguilera afirma en su libro El tema del hombre:

La vida consiste en una relación esencial del yo con las cosas, una relación
además constitutiva porque el yo sólo se da o constituye como tal cuando
está con las cosas. El hombre sólo se da en el mundo y esta mundanidad lo
constituye. La vida humana es una realidad peculiar que envuelve ontológi-
camente el ser de mi yo y el del mundo. El ser de la vida consiste en vivir

32 Bidart Campos, ob cit, pág 11.


8.3 Prelación ontológica del derecho personal respecto de la obligación recíproca 211
o existir, en realizarse en el tiempo, entre un pasado y un futuro, decidien-
do en cada instante —en cada instante fugaz e inestable del presente— lo
que va a ser en el siguiente.33

La persona física u ontológica es el hombre individualmente conside-


rado, y como persona humana es sujeto de la ordenación jurídica. En la
doctrina de los derechos humanos, los derechos naturales, la titularidad
de esos derechos es la persona humana, y entre esos derechos humanos,
el primero y el más valioso de todos es la vida misma, porque del valor
supremo para el hombre (que es la vida) se desprenden los demás valo-
res vitales, morales, jurídicos, económicos, filosóficos, estéticos, religio-
sos, eróticos, etcétera.
Los derechos tienen un titular, el hombre, el ser humano en cuanto
pertenece a la especie humana. El hombre es el sujeto titular del derecho
a la vida. La titularidad del derecho a la vida en la especie humana co-
rresponde a cada hombre individualmente considerado, biológica y físi-
camente identificado.

8.3.1.1 Situación activa: goce del derecho

La situación activa como goce del derecho a la vida es el ejercicio que el


sujeto activo del derecho personal exige al obligado a cumplir un deber
jurídico de dar, hacer o dejar de hacer.
El sujeto activo del derecho personal de goce tiene la facultad de re-
clamar al sujeto pasivo le dé el lugar que la dignidad humana le otorga,
respetando la vida en el tiempo y el espacio que le corresponde a dicho
sujeto activo.

8.3.1.2 Situación pasiva: obligación de no privar de la vida

El hombre es el sujeto titular de los derechos humanos oponibles al suje-


to pasivo, quien tiene la obligación de cumplir las exigencias del derecho
personal del sujeto activo. En los derechos humanos existe una relación
jurídica de alteridad entre el sujeto titular, sujeto activo de esos derechos,
y el obligado o sujeto pasivo.
Sin el sujeto pasivo que cumpla una obligación a favor del sujeto acti-
vo titular de los derechos, es imposible exigir el cumplimiento de ese de-
ber jurídico a cargo del sujeto pasivo. Bidart sostiene al respecto: “Los

33 Julián
Marías Aguilera, El tema del hombre, 5a ed, Col Austral, Espasa Calpe, Madrid, 1973,
págs 21 y 23.
212 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

derechos humanos se tienen en relación de alteridad frente a otro u otros,


que son los sujetos pasivos cargados con una obligación, un deber, un dé-
bito, que es la prestación, cuyo cumplimiento da satisfacción al derecho
del sujeto activo”.34
El deber jurídico, la obligación a cargo del sujeto pasivo frente al su-
jeto activo del derecho personal a la vida, implica una prestación que pue-
de consistir en omitir conductas que infrinjan el derecho cuyo titular es
el sujeto activo, o realizar una conducta positiva de dar o de hacer algo a
favor del sujeto activo.
El derecho a la vida y a la salud es un derecho fundamental; por lo
tanto, el Estado —representado por sus órganos de gobierno— y los de-
más miembros de la sociedad tienen la obligación de omitir dañar la vida
y la salud ajenas, evitar violar ese derecho fundamental o, como dice la
Biblia: “no matarás”.
Bidart agrega: “A todo derecho personal le corresponde en reciproci-
dad una obligación; todo derecho personal titularizado por un sujeto ac-
tivo tiene frente a sí un sujeto pasivo cargado con una obligación, cuyo
cumplimiento da satisfacción al derecho”.35

8.4 Derechos humanos y derechos subjetivos

Los derechos humanos son derechos personales cuyo titular es cada uno
de los hombres que integran la sociedad humana; cada persona es el su-
jeto activo, frente al cual existe un sujeto pasivo: el obligado a satisfacer
el derecho personal a favor del sujeto activo; y los derechos subjetivos son
las facultades que a cada ser humano le otorga el derecho objetivo.
Los derechos subjetivos se caracterizan por la facultad o potestad del
titular para exigir coactivamente, ante los órganos del Estado al sujeto pa-
sivo obligado, el cumplimiento del deber jurídico, obligación a favor del
sujeto activo.
Si cada persona humana es sujeto activo o titular de cada uno de los
derechos humanos, aparece la personalización subjetiva del titular del de-
recho, y si los derechos son de cada uno de los hombres, y si el hombre
es el sujeto activo, el titular, se concluye que los derechos humanos son
derechos subjetivos porque se individualizan en la persona humana.

34 Bidart Campos, ob cit, pág 7.


35 Ídem.
8.4 Derechos humanos y derechos subjetivos 213
Los derechos subjetivos son del hombre, pero para hacerlos efectivos
hay que conocer su contenido y ubicar al sujeto pasivo, el sujeto obliga-
do a cumplir el deber jurídico a su cargo a favor del sujeto activo.

8.4.1 Diferencias respecto a las garantías individuales

Los derechos humanos nacen de la naturaleza del hombre y, por lo tan-


to, abarcan todas las posibilidades y todas las situaciones en que la per-
sona humana se vea involucrada en su actuar social frente al Estado.
Si bien las garantías individuales comprenden los derechos funda-
mentales del hombre y se encuentran consagradas en la Constitución po-
lítica de cada Estado, también existen muchos derechos humanos no
contenidos en forma expresa en ninguna de las leyes que integran el or-
den jurídico del Estado, el cual tiene la obligación de respetar y hacer res-
petar dichas garantías individuales. De aquí se concluye que los derechos
humanos no contenidos en las leyes positivas vigentes del Estado care-
cen de protección jurídica clara, situación que deja indefensas a las per-
sonas que son víctimas de las violaciones a sus derechos humanos.

8.4.2 Diferencias respecto a los derechos de la personalidad

Hemos anotado que los derechos humanos son facultades que en su mo-
mento histórico concretan las exigencias de la vida, la dignidad, la liber-
tad y la igualdad humanas que emanan de la naturaleza del hombre, las
cuales deben estar reconocidas y protegidas por las leyes positivas de los
ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales.
Para establecer las diferencias de los derechos humanos con los de-
rechos de la personalidad, es necesario saber qué se entiende por perso-
na y qué es personalidad desde el punto de vista jurídico.

8.4.2.1 Persona

El derecho como ordenamiento jurídico es una manifestación de la vida


humana porque regula la conducta social del hombre y señala tácita o ex-
presamente el valor del ser humano que vive en sociedad como sujeto de
las relaciones jurídicas y sociales. Existe una relación muy estrecha entre
persona y derecho. El derecho surge en el desarrollo de la historia de la
humanidad como resultado del pensamiento humano una vez que el
hombre tomó conciencia de sí mismo en el sentido de que es persona;
214 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

en el instante se percata de su identidad diferente de la de los demás, se


percibe a sí mismo y percibe lo que le distingue del “otro”.
El paso de la noción del hombre como ente humano a la idea de per-
sona, “sustancia individual de naturaleza racional”, es reconocido por el
orden jurídico, reconocimiento que es la personalidad en el campo del de-
recho.
Los derechos de la personalidad son derechos de la persona. Ignacio
Galindo Garfias, en su Derecho civil, sostiene al respecto:
Se llaman derechos de la personalidad aquellos que tienen por objeto la pro-
tección de los bienes esenciales de la persona para el respeto debido a su
categoría de ser humano y a su dignidad, cualidades imprescindibles para
la existencia del hombre y para el desarrollo de sí mismo en su categoría de
sujeto de derecho.36

Los derechos de la personalidad se distinguen de las garantías indivi-


duales y de los derechos humanos porque éstos son oponibles a la activi-
dad del Estado, mientras que aquéllos, por ser derechos absolutos, tienen
como sujetos activos al Estado y a todos los particulares, quienes tienen el
deber jurídico de respetar los derechos de la personalidad.
Los derechos de la personalidad son derechos subjetivos privados, de
la persona, del individuo, en tanto que las garantías individuales y los de-
rechos humanos son de índole general.
El respeto a los derechos de la personalidad es un presupuesto nece-
sario de la estructura jurídica en el Estado de derecho.
El maestro Galindo Garfias explica que los atributos de la personali-
dad consistentes en el nombre, el domicilio, la nacionalidad, el estado ci-
vil, el estado político y el parentesco no constituyen en sí mismos un
derecho, sino que son consecuencia jurídica de la calidad de persona.
La característica fundamental de los derechos de la personalidad con-
siste en la protección contra cualquier agresión de un tercero. Se trata de
asegurar al ser humano el respeto y el ejercicio de su categoría de perso-
na, constituida por derechos como la conservación de la vida, la integri-
dad física, el honor, y el respeto a la imagen, entre otros.
En derecho se entiende por personalidad la aptitud que posee el hom-
bre para ser sujeto de derechos y obligaciones. El concepto de persona en
el campo del derecho contemporáneo es esencial porque la idea de perso-
na va más allá de la categoría de sujeto de relaciones jurídicas. El ser hu-

36 Ignacio Galindo Garfias, Derecho civil, 18a ed, Editorial Porrúa, México, 1999, pág 322.
8.5 Universalidad de los derechos humanos 215
mano es más que un eje de relaciones jurídicas, “es una esencia vital, in-
tegrada en la persona y reconocida por la norma”, afirma Galindo Garfias.
Los derechos de la personalidad tienen por objeto proteger el goce de
los bienes esenciales para el desarrollo de la vida intelectual y física del
hombre; además, son cualidades que posee la persona en el ordenamien-
to jurídico y que le permiten disfrutar de los demás derechos de natura-
leza pecuniaria o moral.
Asimismo, derechos de la personalidad integran un conjunto de fa-
cultades y poderes que garantizan al hombre el goce de sus facultades y
el desenvolvimiento de personalidad, a la vez que son diferentes de las
garantías individuales consagradas en la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, porque éstas limitan el ejercicio de los poderes de
las autoridades públicas frente a los gobernados y protegen la libertad po-
lítica del pueblo, en un Estado de derecho.
Los derechos de la personalidad se distinguen de los derechos huma-
nos en que estos últimos procuran la seguridad corporal y anímica de los
hombres frente al estado nacional y frente a los demás estados integran-
tes de la comunidad internacional. Los derechos humanos tienen validez
frente a todo gobierno liberal independientemente de la nación de que se
trate y establecen normas internas respecto a la solidaridad humana.
Los atributos de la personalidad son calificativos que la ley confiere a la
persona determinada con el fin de individualizarla por medio del nombre,
el domicilio, el estado civil y político y el parentesco, elementos necesarios
para, llegado el caso, aplicar las normas jurídicas correspondientes.
Los derechos de la personalidad son cualidades esenciales que el de-
recho impone a la persona, por la naturaleza intrínseca de ésta, cualida-
des que son un presupuesto indispensable que justifica la eficacia de todo
ordenamiento jurídico, privado y público, interno e internacional. El ob-
jeto de los derechos de la personalidad es el interés que el bien material
o inmaterial representa para el titular y que el derecho lo reconoce digno
de protección por medio de las acciones que las leyes respectivas esta-
blecen como atributos de la persona, mas no deben confundirse con los
derechos de la personalidad.

8.5 Universalidad de los derechos humanos

Los derechos del hombre, derechos naturales del hombre, derechos de la


persona humana o derechos fundamentales del ser humano son consi-
216 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

derados inherentes a la naturaleza del hombre; por ello, son inmutables,


universales y a favor de todos los seres humanos y en todas partes del es-
pacio que ocupe la humanidad. El hombre fue, es y será persona huma-
na. De estas consideraciones se infiere lo siguiente: “a) en la doctrina de
los derechos humanos subyace una exigencia ideal; b) la formulación de los
derechos humanos se postula como universalmente válida; c) los dere-
chos humanos son superiores y anteriores al Estado y, por eso mismo,
inalienables e imprescriptibles, y d) los derechos humanos significan una
estimativa axiológica en virtud del valor justicia, que se impone al Esta-
do y al derecho positivo”.37
Los derechos humanos se dirigen a la realización del valor justicia en
la vida humana, en el hombre que se desenvuelve dentro de la sociedad
y la política, en el marco histórico de la humanidad.
González Vicén describe los derechos humanos como: “la existencia
de un orden universal del ser, de estructura permanente e inviolable, que
puede ser la physis en los sofistas, el logos universal en el estoicismo, la
lex aeterna en el pensamiento cristiano o la naturaleza en los grandes sis-
temas del racionalismo moderno, donde se contienen por definición los
principios últimos del obrar humano en la convivencia”.38
Este orden universal se denomina derecho natural o, con mayor pro-
piedad, valor justicia, que es igual a orden natural.
Si los derechos humanos buscan objetivizar el valor justicia, ¿qué de-
bemos entender por valor? Para el filósofo Max Scheler, el valor es una
cualidad de las cosas, algo real y objetivo, dado que el hombre lo descu-
bre de un modo uniforme, signo de su uniformidad. Todo valor es positi-
vo o negativo, y entre esos valores existe una jerarquía que permite
calificarlos como morales, jurídicos, estéticos, éticos y religiosos.
Hartmann y Goldschmidt hablan del “deber ser ideal del valor” y
sostienen que “el valor es un ente ideal valente (que vale) y exigente (que
exige)”. El valor justicia requiere, por ese deber ser ideal del valor, que haya
derechos humanos en el campo jurídico-político. El deber ser ideal del va-
lor justicia guía al hombre para que lo realice positivamente; el hombre,
la persona humana, es el destinatario y, por lo tanto, goza de la libertad
moral para no darle existencia positiva, si es su voluntad, en el mundo ju-
rídico.
Los derechos humanos se mueven en el terreno de lo jurídico, y la ju-
ridicidad de esos derechos proviene de su relación con el valor justicia.
37 Bidart Campos, ob cit, pág 30.
38 Citado por Bidart Campos, ibídem, pág 39.
8.5 Universalidad de los derechos humanos 217
Todo lo que concierne a este valor es jurídico, no obstante que en algu-
nos casos el valor justicia no se realiza en el mundo jurídico-político en
forma positiva, sino que se presenta con signo negativo o disvalor. La ex-
presión mundo jurídico-político, por cuanto a los derechos humanos, alu-
de a la realización valiosa en el ámbito de la convivencia política del
hombre dentro del Estado de derecho.
El ser valente y exigente del valor justicia da origen al deber para la
realización de los derechos humanos.
Que los derechos humanos son universales “quiere significar que le
son debidos al hombre —a cada uno y a todos— en todas partes —o sea,
en todos los Estados—, pero conforme a la situación histórica, temporal
y espacial que rodea a la convivencia de esos hombres en ese Estado. La
universalidad se entronca, además, con la igualdad de todos los hombres
en cualquier tiempo y lugar, pero salvada idéntica conexión del valor con
las circunstancias históricas”.39
La realización de los valores es obra de la cultura humana y, por lo
tanto, también es la del valor justicia. Las obras de la cultura humana se
desarrollan en el mundo de los hombres en un lugar y en una época de-
terminados y se realizan por el conocimiento progresivo de los valores.
Los derechos humanos que se califican como universales, eternos e
intemporales adquieren distintas formas de ejecución según cada situa-
ción histórica, cada época, cada lugar, cada Estado, cada sociedad y cada
cultura.
El valor y el deber ser ideal de los derechos humanos valen y exigen
su realización en todas partes y en todo tiempo para todos los hombres.

8.5.1 Teoría de las generaciones sucesivas

En la teoría de los derechos humanos se habla de las tres generaciones


de éstos después de mencionar los derechos sociales y económicos, los
cuales responden a la misma filosofía política.
La primera generación de los derechos humanos comprende los dere-
chos civiles, que de alguna manera incluyen la libertad de la segunda ge-
neración, referida a los derechos convencionales denominados sociales y
económicos que también son del hombre, no obstante que en su titulari-
dad y en su realización se mencionen seres colectivos o asociaciones.

39 Ibídem, pág 34.


218 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

La segunda generación de derechos sucesivos adquiere vigencia so-


ciológica porque implica prestaciones positivas por los sujetos pasivos y se
funda en el concepto de libertad positiva que conjuga la igualdad con la
libertad del hombre; además, busca satisfacer las necesidades humanas
mediante políticas de bienestar y se preocupa por la solidaridad social.
Esta segunda generación de derechos admite la idea de que la dignidad
de la persona humana exige condiciones de vida sociopolítica y personal
a las que el Estado debe apoyar, ayudar y estimular con eficacia entre las
limitaciones propias de un Estado de derecho.
La tercera generación de derechos comprende un contorno colectivo
de los derechos del hombre, y se formula de manera compartida y con-
currente de una pluralidad de sujetos en cada derecho de que se trate. En
el derecho a la vida se trata de un derecho individual cuyo titular es el
hombre, sin concurrencia de otro titular en su derecho. En esta genera-
ción se encuentra el derecho a la preservación del medio ambiente, en el
cual todos los hombres que viven el mismo espacio determinado poseen
en forma subjetiva ese derecho, pero como el bien jurídico por proteger
es común, el derecho personal de cada individuo y el de todos constitu-
ye una titularidad que, conservando cada uno su derecho subjetivo, es
compartida por un interés común.
Las tres generaciones de derechos implican el curso histórico de los
derechos humanos, de las valoraciones y representaciones colectivas que
han permitido formularlos como debidos a la persona humana.
Los derechos humanos en sus tres generaciones son obra de la cultu-
ra humana que exige tiempo y esfuerzo para dar vigencia sociológica a
esos derechos y realizar valores positivos.
Desde el punto de vista de la filosofía política se llega a la conclusión
siguiente:

La situación política del hombre en el Estado ha ido ampliando la imagen y la


pretensión de cómo se ambiciona que sea, y en ese punto no hay duda de
que el sistema de valores que presta apoyo social, cultural e histórico a los
derechos humanos registra un notable crecimiento y una dimensión muchí-
simo más amplia que en la época de la primera generación.40

40 Ibídem, pág 191.


8.5 Universalidad de los derechos humanos 219
8.5.2 Teoría unitaria de los derechos humanos

El aspecto teórico de los derechos humanos nace de la naturaleza misma


del hombre, la naturaleza humana. La palabra teoría tiene varias acep-
ciones, por lo que tomamos este vocablo en el sentido de fundamento
teórico de la práctica de una actividad determinada. En lo concerniente
a los derechos humanos, la teoría como sinónimo de doctrina se funda
en la naturaleza humana, en la racionalidad que distingue al ser humano
de los demás seres vivos que habitan en el planeta.
El elemento humano es la clave de la teoría de los derechos huma-
nos. En nuestros días es más urgente defender los derechos humanos en
la práctica que fundamentarlos en la teoría. Además de la praxis, el ser
humano necesita la iluminación de la teoría para garantizar la existencia
y validez de los derechos que defiende.
En la teoría de los derechos humanos es aplicable el principio de “ra-
zón suficiente de su existencia”, el cual se traduce en el postulado “para
que un derecho sea válido, debe tener una razón suficiente de su validez”.
Muchos juristas y algunos filósofos afirman que la razón suficiente de un
derecho es su positivación, lo cual inconforma a aquellos que opinan que
la razón suficiente de los derechos humanos tiene su fundamento en algo
más profundo, en la ontología o en la metafísica.
La fundamentación teórica-filosófica aumenta nuestro conocimiento
general de los derechos humanos, lo que nos ayudará a hacerlos cumplir
de mejor manera y con convicción. El conocimiento y la convicción son
procesos distintos, pero ambos favorecen la práctica; de donde se infiere
que la fundamentación teórica favorece la aceptación más plena de los
derechos humanos que muchos niegan y violan.
Hay quienes estiman superfluo fundamentar filosóficamente los de-
rechos humanos por considerarlos demasiado obvios. Sin embargo, mu-
chos desconocen que la persona humana tiene derechos intrínsecos, como
el derecho a la vida, a la integridad física, a la salud, a la libertad intelec-
tual y física, entre otros.
La naturaleza humana, fundamento de la teoría de los derechos hu-
manos, ha sido definida de manera diferente según la tendencia de la co-
rriente filosófica de que se trate. Esto indica que algunas corrientes están
equivocadas respecto a la misma. La diversidad de opiniones acerca de
la naturaleza humana no invalida la teoría iusnaturalista. Hay distintas
opiniones sobre los derechos humanos, acerca de cuántos y cuáles son
esos derechos.
220 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Aristóteles define al hombre como un animal racional, es decir, el


hombre participa de la animalidad y de la racionalidad. Su diferencia de-
finitoria es la racionalidad, lo más propio del hombre: su naturaleza es ser
racional, su naturaleza es la razón.
Desde el punto de vista de la naturaleza racional del hombre, esa razón
que hace que toda la especie humana en cuanto a su naturaleza sea una y
la misma, es el fundamento de la teoría unitaria de los derechos humanos.

8.5.3 Extensión de los derechos humanos

El tema de la extensión de los derechos humanos presenta un problema


de carácter jurídico desde el punto de vista subjetivo iuspositivista por al-
gunas equiparaciones analógicas. Para tratar de dilucidar este problema
debemos recurrir al significado del término lógico extensión.
Desde una perspectiva filosófica, la palabra extensión indica el con-
junto de individuos comprendidos en una idea. En lógica se entiende por
extensión de una idea su amplitud en relación con el número de indivi-
duos a los cuales se aplica. La extensión es una propiedad contenida en
la misma idea, de tal manera que su significado se refiere a una realidad
extramental.
La idea es universal, universalidad que consiste en referirse a todos
los seres de la misma especie. La extensión es la mayor o menor univer-
salidad de una idea. Reiteramos que la extensión es una propiedad de la
idea, es algo contenido en la idea misma.
Tratamos en este apartado el tema de los derechos “del hombre” o “de
la persona humana”. La subjetividad concreta, el sujeto titular de los dere-
chos humanos, como su nombre lo indica, es precisamente el hombre, lo
que nos conduce a pensar que quien no es “un hombre”, independien-
temente de su realidad social, no puede aspirar a que se le reconozcan y
protejan los derechos congénitos, connaturales a la persona humana.
La doctrina de los derechos humanos los titulariza y defiende precisa-
mente en el ser denominado “hombre” y no en otra entidad. Más aún, en
la actualidad, el proceso de internacionalización de los derechos huma-
nos tiene como fundamento y punto de partida el ser humano, tratados
que lo reconocen y definen como persona, es decir, el sujeto activo de
esos derechos en el ámbito internacional, es el ser humano.
La personalidad jurídica del hombre consiste en que es sujeto de de-
rechos y obligaciones, independientemente de la capacidad de ejercicio
para cumplir y exigir por sí mismo esos derechos.
8.6 Filosofía de los derechos humanos 221
En nuestra constitución política federal, el art 9o establece: “No se po-
drá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cual-
quier objeto lícito”. Ahora bien, una doctrina de los Estados democráticos
o los Estados de derecho que se funde en la dignidad humana, en el reco-
nocimiento y tutela de sus derechos y libertades, que pretenda trasla-
dar los derechos humanos a la persona jurídica que nace de la asociación,
del acuerdo de voluntades de los miembros que la integran, confunde
el derecho de la libertad individual de cada persona física para asociar-
se, con los derechos de la persona moral. El sujeto del derecho de aso-
ciación es la persona física, no la sociedad, la agrupación, el sindicato, el
Estado constituidos por la manifestación de la voluntad de cada uno de
sus integrantes.
La entidad asociativa que nace del ejercicio del derecho de asociarse,
tiene sus derechos como persona jurídica mas no como persona física,
por ende, los derechos humanos son intrínsecos a la naturaleza racional
del hombre, y no a las obras materiales y jurídicas del actuar humano.
Es incorrecto equiparar por analogía los derechos de la asociación
con los derechos de la persona humana conferidos por su naturaleza ra-
cional. La asociación como persona jurídica tiene todos los derechos ci-
viles, comerciales y mercantiles contenidos en las leyes de la materia,
pero carece de derechos humanos en sentido estricto.
Los seguidores de la doctrina que pretende otorgar a las personas mo-
rales derechos en su modalidad de derechos humanos, confunden los
derechos subjetivos públicos de autonomía y de libertad de la persona hu-
mana, con las facultades jurídicas contenidas en las actas constitutivas y
los estatutos de funcionamiento de las asociaciones integradas por seres
humanos.
Los partidos políticos, las asociaciones religiosas, las iglesias como en-
tidades jurídicas tienen en su campo de acción el derecho de realizar sus
objetivos dentro de las normas constitucionales y de las leyes que regu-
lan sus actividades, pero ninguna de esas leyes habla de derechos huma-
nos cuya titularidad como sujetos activos de los mismos corresponda a
personas jurídicas distintas de las personas de la especie humana.

8.6 Filosofía de los derechos humanos

La filosofía de los derechos humanos es una filosofía político-jurídica que


comprende una estimativa axiológica, una deontología relacionada con la
222 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

filosofía de los valores, de tal manera que los derechos humanos son con-
siderados un conjunto de valores.
La filosofía de los derechos humanos centra su atención en una es-
timativa axiológica, en el valor jurídico fundamental que es la justicia.
Respecto a las denominaciones de derechos humanos y derechos funda-
mentales, la primera es más filosófica que la segunda porque “guardan
una connotación prescriptiva y deontológica, especialmente cuando “de-
biendo ser” “no son” todavía objeto de recepción en el derecho positivo,
mientras la expresión “derechos fundamentales apuntaría más bien al
cúmulo de derechos y libertades reconocidos y garantizados por el dere-
cho positivo de cada Estado”.41
En virtud de que es filosofía tanto el pensamiento que acepta los de-
rechos humanos como la tendencia que los niega, en sentido lógico debe-
mos reconocer como filosofía de los derechos humanos una perspectiva
filosófica que les sea favorable y que les otorgue sustento axiológico con-
veniente.
La filosofía de los derechos humanos que les es favorable se conoce
como ideología jurídico-política. Cuando la filosofía de los derechos hu-
manos hace proposiciones prácticas que buscan tornar en realidad esos
derechos en el régimen político y en el ordenamiento jurídico constitu-
cional, esa filosofía adquiere la calidad de ideología de los derechos hu-
manos. Tal ideología es la “idea del derecho” que inspira y fundamenta el
régimen político de índole personalista.
En el campo de la filosofía de los derechos humanos, la justicia que
impone el respeto a nuestros congéneres, que nos recomienda dar a cada
uno lo que le corresponde de acuerdo con su rol social, se funda en el va-
lor propio de cada persona humana. Los derechos del ser humano han
constituido uno de los temas centrales de la lucha por el derecho, el cual
acepta y protege la libertad de los hombres como un reconocimiento a la
dignidad humana, personas independientes y autorresponsables en el
campo de la filosofía moral. La libertad es un bien supremo que la justi-
cia resguarda, mientras que respeto a la dignidad humana es un deber de
todos los hombres, de la comunidad y del Estado de derecho en un régi-
men democrático.
El hombre, para cumplir con sus fines específicos, tiene que conser-
var, desarrollar y perfeccionar su entidad, su ser.

41 Ibídem, pág 47.


8.6 Filosofía de los derechos humanos 223
El ser humano está compuesto esencialmente de espíritu y materia
física. “En el ser pluridimensional del hombre cabe distinguir el aspecto
material, corpóreo y viviente, el aspecto personal, espiritual, cultural e his-
tórico, y el aspecto religioso, deiforme porque proviene de Dios. Del he-
cho material de ser un organismo viviente se derivan las facultades del
derecho a la vida, a la integridad física, a usar y disponer de los bienes
materiales para su subsistencia.”42
De acuerdo con la naturaleza de su objeto, los derechos humanos se
clasifican en derechos civiles, derechos políticos o cívicos, derechos eco-
nómicos, derechos sociales y derechos culturales. “Todos estos dere-
chos son congénitos, universales, absolutos; toda persona y toda autoridad
debe respetarlos, necesarios en sentido ontológico porque se derivan de la
propia naturaleza humana, inalienables, inviolables e imprescriptibles.”43
Con el desarrollo de la cultura se adquiere conciencia de la propia dig-
nidad humana. Los derechos humanos conocidos como derechos natu-
rales son derechos del ser humano. El hombre, ser inteligente y libre que
coexiste y convive con otros hombres en el mundo, es la realidad jurídi-
ca fundamental en los derechos humanos. La dignidad es consustancial a
la persona humana.
Los derechos humanos se estructuran en el plano de la libertad espi-
ritual expresada externamente, de la participación política y de la seguri-
dad social. La materialización y la especificación de este plano triple se
realizan de acuerdo con la conciencia iusnatualista de la persona huma-
na y los cambios sociales. A este respecto el maestro Agustín Basave Fer-
nández del Valle comenta:

En torno de la fundamentación filosófica de los derechos del hombre caben


dos posiciones opuestas: la de quienes aceptan el derecho natural y la de
quienes lo rechazan. Para los primeros, el hombre, en razón de las exigen-
cias de su esencia, posee ciertos derechos fundamentales e inalienables an-
teriores, por naturaleza, y superiores a la sociedad, y por ella misma nace
y se desarrolla la vida social, con cuantos deberes y derechos implica. Para
los segundos, el hombre, en razón del desarrollo histórico de la sociedad, se
ve revestido de derechos de continuo variables y sometidos al flujo del deve-
nir y que son el resultado de la sociedad misma, a medida que progresa al
compás del movimiento de la historia.44

42 Agustín Basave Fernández del Valle, Filosofía del derecho, Editorial Porrúa, México, 2000,
pág 762.
43 Ibídem, pág 763.
44 Ibídem, pág 765.
224 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

En el primer considerando de la Declaración Universal de los Derechos


del Hombre, aprobada por la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, se encuentra en forma cla-
ra y evidente la estimativa axiológica de la filosofía de los derechos hu-
manos al contemplar que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo
tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los de-
rechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia huma-
na”. En este considerando se mencionan los valores de libertad, justicia,
igualdad y paz que implica seguridad para el hombre, valores que deben
ser aceptados y protegidos por un régimen de derecho.
El texto del art 1 de dicha declaración establece: “Todos los seres hu-
manos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como es-
tán de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos
con los otros”.45
En toda la filosofía de los derechos humanos se menciona el valor de
la justicia que exige se adjudique al hombre un estatus personal que se
traduce en un derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, del
uso de la libertad sin restricciones arbitrarias por parte del Estado y de
igualdad.

8.6.1 Derechos humanos, libertad y democracia

A propósito de la libertad como valor intrínseco del ser humano, Bidart


Campos cita el siguiente texto de Peces-Barba: “La libertad será el con-
cepto clave, dentro de la filosofía de los derechos humanos, para explicar
la necesidad de un ámbito de autonomía del hombre en la sociedad y de
un límite a los poderes externos a él, especialmente el poder del Estado. La
libertad se convertirá en derecho subjetivo de la personalidad jurídica”.46
La filosofía de los derechos humanos, por el hecho de defender la li-
bertad y los derechos, tiende hacia una forma de organización política del
Estado que es la democracia. La esencia de la democracia consiste en una
organización jurídico-política constitucional porque constituye al Estado
con una Constitución en sentido material, que se funda en el reconoci-
miento y el respeto a la dignidad del hombre, a su libertad y a sus derechos.
En este sentido, la democracia es la ideología de los derechos humanos que
45 SilvioTapia Hernández (comp), Principales declaraciones y tratados internacionales de dere-
chos humanos ratificados por México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Méxi-
co, 1999, pág 33.
46 Bidart Campos, ob cit, pág 49.
8.6 Filosofía de los derechos humanos 225
otorga al orden político las normas de la organización y de su funciona-
miento, sistema en el cual se realizan las conductas humanas que dan vi-
gencia a los derechos personales dentro de la sociedad.
Peces-Barba dice que “para una vigencia efectiva de los derechos del
hombre en una sociedad concreta hay que partir de esa concepción y
trasladar sus postulados al derecho positivo vigente”.47
La filosofía y la ideología de los derechos humanos involucran dos
etapas, una es que la filosofía que da origen a la ideología de los derechos
humanos en el régimen político, y la otra induce hacia la institucionali-
zación de la democracia en el estado de vigencia sociológica de la liber-
tad, de los derechos humanos y la democracia como forma del Estado.
De esta manera surge el problema crítico de la recepción de los derechos
humanos en el derecho positivo, que implica la vigencia sociológica de
esos derechos, porque debemos entender que el derecho positivo es el
derecho vigente, actual, y vigente significa que es eficaz, que en realidad
se observa por los destinatarios de ese ordenamiento legal.
Continuando con el tema de la libertad, acerca de cómo debe defi-
nirse la libertad se ha suscitado una controversia entre los partidarios de
la libertad positiva y los seguidores de la libertad negativa, debate que pa-
rece atender más bien a los valores relativos de las diversas libertades
cuando éstas entran en conflicto. Así, algunos opinan que la libertad de los
modernos es de mayor valor que la de los antiguos. John Rawls sostiene
en su Teoría de la justicia que “ambas clases de libertades están honda-
mente arraigadas en las aspiraciones humanas, la libertad de pensamiento
y de conciencia; las libertades personales y las civiles no deben ser sacrifi-
cadas en aras de la libertad política, de la libertad a participar igualmen-
te en los asuntos políticos”.48 En realidad se trata de un tema de filosofía
política, cuya solución requiere una doctrina de lo correcto y de lo justo.
La descripción general de la libertad se puede expresar diciendo que
esta o aquella persona está libre o no de cierta restricción para hacer o
no determinada cosa que implica una conducta positiva o negativa. La li-
bertad relativa a las restricciones constitucionales y jurídicas consiste en
una estructura de instituciones específica, un sistema de normas de ca-
rácter público que conceden derechos e imponen deberes.
En este espacio, las personas se encuentran en libertad de hacer de-
terminada cosa cuando están libres de ciertas restricciones para hacerla

47 Ibídem, pág 50.


48 John Rawls, ob cit, pág 192.
226 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

o no. La libertad de conciencia protegida por el derecho la tienen los in-


dividuos cuando tienen la libertad de profesar y promover sus intereses
morales, filosóficos y religiosos, sin que exista prohibición de dichas prác-
ticas y cuando los demás seres humanos tienen un deber jurídico de no
interferir esa libertad, cuando se les impone una conducta negativa o omi-
sión. La libertad fundamental se caracteriza por su estructura de derechos
y deberes.
La libertad personal implica la igualdad de los seres humanos, valores
que John Rawls resume en los términos siguientes: “La libertad y el valor
de la libertad se caracterizan como sigue: la libertad está representada
mediante el sistema completo de las libertades de igualdad ciudadana,
mientras que el valor de la libertad para las personas y los grupos de-
pende de su capacidad para promover sus fines dentro del marco defini-
do por el sistema. La libertad en tanto libertad equitativa es la misma
para todos; sin embargo, el valor de libertad no es igual para todos”.49
La justicia como resumen de todos los valores humanos requiere ins-
tituciones con una estructura de democracia constitucional. Los principios
de justicia definen una concepción política funcional. Para que impere la
justicia en el Estado de derecho, el Estado democrático, se requiere una
constitución justa con un procedimiento que asegure un resultado justo.
Las libertades de una ciudadanía igual deben ser incorporadas y protegi-
das por la constitución política de cada Estado o nación. Estas libertades
incluyen la libertad de conciencia y de pensamiento, la libertad personal
y la igualdad de derechos políticos.

8.6.2 Derechos humanos como principios generales de derecho

El último párrafo del art 14 de nuestra Constitución política federal esta-


blece: “En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta
se fundará en los principios generales del derecho”.
¿Qué debemos entender por principios generales de derecho para de-
cir que los derechos humanos son principios generales de derecho? Cuan-
do una controversia jurídica concreta se somete a la consideración de un
juez y no existe ley expresa ni tácita aplicable al caso, el juzgado deberá
llenar esa laguna de ley y recurrir a los principios generales de derecho,
al derecho natural o la equidad.

49 Ibídem, pág 195.


8.6 Filosofía de los derechos humanos 227
Las lagunas de la ley civil se pueden subsanar en forma analógica en
cuanto el razonamiento por analogía es un principio general del derecho
que puede formularse en los términos siguientes: “la justicia exige que
dos casos iguales sean tratados igualmente”.
El maestro Eduardo García Máynez, en su Introducción al estudio del
derecho, invoca la siguiente ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, la cual sostiene la tesis de que los principios generales del de-
recho:

Son verdades jurídicas notorias, indiscutibles, de carácter general, como su


mismo nombre lo indica, elaboradas o seleccionadas por la ciencia del de-
recho, de tal manera que el juez pueda dar la solución que el mismo legis-
lador hubiera pronunciado si hubiera estado presente, o habría establecido
si hubiera previsto el caso: siendo condición de los aludidos principios que
no desarmonicen o estén en contradicción con el conjunto de normas le-
gales cuyas lagunas u omisiones han de llenar.50

Los principios generales del derecho están dentro de un orden jurídi-


co y forman parte de ese sistema legal.
Si reconocemos una filosofía de los derechos humanos y una ideolo-
gía de ellos que se proyectan hacia el Estado democrático, será lógico de-
ducir que los derechos humanos figuran entre los principios generales del
derecho. Los derechos humanos están constituidos por valores conna-
turales al hombre, como la dignidad humana, la justicia, la igualdad y la
equidad, que si bien algunos ordenamientos legales hacen referencia a
dichos valores, también los mencionan en forma abstracta, y como no de-
sarmonizan ni están en contradicción con el conjunto de normas de dere-
cho que regulan la conducta social del hombre, es razón más que
suficiente para aceptar que los derechos humanos forman parte de los
principios generales de derecho.
Si admitimos que los principios generales de derecho son el origen de
los derechos fundamentales, se podrá indicar que los principios que acep-
ta el derecho positivo, como el respeto a la dignidad humana y el principio
de libertad, son el medio de recepción de los derechos humanos cuando
faltan normas expresas que regulen una situación jurídica concreta.
Bidart Campos asevera que “la filosofía y la ideología de los derechos
humanos son una fuente de los principios generales, si por fuente enten-

50 EduardoGarcía Máynez, Introducción al estudio del derecho, Editorial Porrúa, México,


1993, pág 384.
228 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

demos aquellas que hacen ingresar a los principios generales el de que


hay que respetar, promover y dar efectividad a los derechos humanos”.51
Un principio general de derecho es la existencia de los derechos hu-
manos en todo Estado democrático y que deben ser reconocidos, prote-
gidos, promovidos y eficaces en la vida real de toda persona humana.

8.6.3 Recepción de los derechos humanos en el derecho positivo

El problema fundamental de la recepción de los derechos humanos en el


derecho positivo es resolver en qué consiste la esencia de la positividad
y qué es la jurisdicción y la judiciabilidad como control.
En la actualidad nos preocupamos porque los derechos humanos ad-
quieran y mantengan efectividad en la sociedad, en el sistema político y
en el mundo jurídico-político de que se trate. Colocar una norma en el or-
den normativo del mundo jurídico es darle vigencia como norma, pero
eso no es positividad. La positividad se hará presente en la vigencia so-
ciológica con el funcionamiento eficaz de las conductas individuales.
El problema de la recepción de los derechos humanos en el derecho
positivo termina en la vigencia sociológica. La sola inscripción de los de-
rechos en un código u ordenamiento legal sirve poco si en la dimensión
sociológica pierden su vigencia, en cuyo caso las normas son sólo un sím-
bolo. Y puede ocurrir que, sin normas expresas de derechos personales,
esos derechos tengan recepción en el derecho positivo mediante su vi-
gencia sociológica.
Bidart Campos afirma que: “la recepción positiva sólo se logra cuan-
do, a través de las conductas, la dimensión sociológica del mundo jurídi-
co confiere vigencia sociológica a los derechos humanos, con o sin
normatividad expresamente formulada”.52
El paso de los derechos humanos al derecho positivo es de la vigencia
sociológica, y no el de su enunciación en un sistema normativo. A su vez,
la filosofía y la ideología de los derechos humanos indican la positivización
que requiere una ubicación en los requerimientos de la democracia.
Si hay normas formuladas en torno a los derechos humanos, el con-
trol y la judiciabilidad ayudan a imprimirles funcionamiento cuando el ti-
tular del derecho lo exige, y si no hay normas expresas, en la vía
jurisdiccional podrá surgir el derecho individual.

51 Bidart Campos, ob cit, pág 52.


52 Ibídem, pág 58.
8.7 Función de los derechos humanos 229

8.7 Función de los derechos humanos

Si los derechos humanos protegen al hombre en su dignidad personal y


en todo lo que implica esa dignidad, ¿cuál es la función de los derechos
humanos desde el punto de vista filosófico e ideológico en el ámbito del
derecho positivo?
La filosofía de los derechos humanos inspira la creación del derecho
positivo por los valores que contiene y que vierte en la formulación nor-
mativa y busca la vigencia sociológica del orden jurídico.
El curso de la historia de la filosofía de los derechos humanos mues-
tra que ha alcanzado el espacio internacional, instancia que no se con-
templaba en las primeras declaraciones de derechos.
La filosofía de los derechos humanos ha impulsado la positivización
de estos para que sea lo que es en la actualidad en los Estados democrá-
ticos, donde cuenta con vigencia efectiva.
Cuando los derechos humanos se incorporan al derecho positivo di-
versifican su función. Antes de enunciar la función de los derechos hu-
manos es oportuno preguntar si la función y la finalidad son equivalentes.
Peces-Barba menciona al respecto una finalidad genérica que consiste en
favorecer el desarrollo integral de la persona humana y habla también de
la función de los derechos como fuente del derecho positivo.
La primera función de los derechos humanos “es la de instalar al
hombre en la comunidad política con un estatus satisfactorio para su dig-
nidad de persona. A esta función se dirigen los derechos personales en
esa parte o en ese sector del derecho constitucional que, por dar cima a
aquella finalidad, llamamos el derecho constitucional de la libertad. Esta-
mos en un doble plano: por un lado, la limitación del Estado y del poder,
que encuentran una valla en los derechos del hombre, a los cuales deben
prestarles reconocimiento y garantía y, por otro lado, una especial forma
de legitimación, propia de la democracia, que pone al Estado al servicio de
la persona humana para abastecerle sus necesidades, la primera de las
cuales es la necesidad de vivir en libertad y en condiciones que le facili-
ten el desarrollo de su personalidad”.53
En el ámbito personal de la libertad, de la autonomía y de los dere-
chos, así como en el del poder limitado y en la fórmula de legitimación
política se encuentra una función derivada de los derechos humanos en

53 Ibídem, pág 61.


230 ORIGEN, CONCEPTO Y FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

cuanto éstos traducen, expresan y manifiestan “un sistema cultural de va-


lores” y bienes que integran el estatus material del ser humano.
Una función más de los derechos humanos integrados al orden jurí-
dico del Estado es que unifican dicho sistema en cuanto éste se involucra
en el ámbito de los valores que presuponen los derechos humanos y pro-
mueve el desarrollo del derecho hacia el mismo orden de valores.
Los derechos humanos adquieren una función motriz, que consiste
en fundar la protección jurisdiccional mediante un sistema de órganos y
vías idóneos con sustento en el derecho a la jurisdicción en el estado ac-
tivo procesal que permite el ejercicio del derecho personal.
La función de los derechos humanos va más allá del mundo normati-
vo. “Para defender la libertad es necesario crear las condiciones sociales,
económicas y culturales que la hagan posible”, expresa Peces-Barba; es
decir, hay que promocionar y realizar los derechos humanos en el ámbi-
to político de un bienestar efectivo en las áreas económica, social, cultu-
ral y familiar para consolidar y difundir condiciones de bienestar común
que permitan el disfrute real de los derechos a todos los hombres, y de
manera especial a los menos favorecidos por las circunstancias históricas
de su rol social.

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