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En el periodo que va desde fines del siglo XVIII hasta comienzos de la década de 1850 el

archipiélago tuvo una economía mono exportadora de algodón. Luego y hasta los años
1950, el algodón fue reemplazado por las exportaciones de coco. La economía que había
en las islas antes de la era del coco no estaba tan estrechamente especializada en la
producción de algodón, y que se cultivaban una gran variedad de productos agrícolas.
Fue sólo con el ascenso de las exportaciones del coco que San Andrés y Providencia
vivieron un periodo de exportación de un único producto agrícola que hizo que su
economía fuera vulnerable a la inestabilidad de ese sector.
En 1846 la abrumadora mayoría de los isleños eran labradores, 56.8%, es decir que
estaban dedicados a las actividades agropecuarias. Llama la atención que en total sólo
había de 29 pescadores. Es probable que casi el único producto del mar que se exportaba
fuera el carey, que se obtenía de las tortugas que abundaban en los cayos cercanos,
como Serrana, Serranilla y Roncador, entre otros.

Al comenzar el siglo XIX, vivían de la producción de algodón y del contrabando... La


producción de algodón que servía para el intercambio comercial con Jamaica dio paso,
hacia 1860, al cultivo del coco que transformó por completo la economía de la isla.
La recomposición de la economía fue motivada al parecer, principalmente, por la abolición
de la esclavitud en Colombia en 1853. San Andrés se convirtió entonces en abastecedora
de la industria estadounidense de dulces hasta bien entrado el siglo XX.
El punto más alto de producción y exportación de coco se vivió entre 1900 y 1906. A partir
de allí problemas sanitarios y plagas causadas por la alteración del balance ecológico y la
implantación del monocultivo hicieron caer la productividad.
Son los efectos de la declaratoria de San Andrés como Puerto Libre en 1953 los que
hacen que pase de tener una población reducida a constituirse en una pequeña ciudad en
el contexto del Gran Caribe pero desafiante y desestabilizadora en esta pequeña isla.
La lógica de la declaratoria realizada por el gobierno nacional buscaba superar la crisis
económica de la isla promoviendo el libre comercio y acercar a San Andrés en sus
dinámicas sociales, económicas, políticas y culturales al resto de Colombia. La pequeña
isla era prácticamente desconocida por los colombianos.
Entre los años 1912 y 1953 la Iglesia Católica se extiende por las islas La expansión del
catolicismo tuvo suficiente fuerza para modificar estilos de vida, dinámicas y
comportamientos sociales.
El comercio y el turismo desestimularon la producción de fincas y huertas; los nativos han
sido desplazados continuamente de la línea costera; los pescadores artesanales tienen
pocas posibilidades de aportar al negocio de la pesca controlado por compañías
comerciales; las principales actividades económicas, comercio y turismo, involucraron a
inversionistas foráneos9. A la vez que se daba la construcción de la ciudad en el norte de
la isla, empiezan a aparecer barrios marginales que ofrecen baja calidad de vida a sus
pobladores.
La apertura económica e internacionalización del mercado colombiano a principios de los
años 90 significó la pérdida de las ventajas comparativas que le proporcionó el puerto
libre y la aceleración del colapso de este modelo. Las consecuencias inmediatas se
hicieron sentir con la agudización del desempleo y la disminución del atractivo comercial
de la isla.
Al comenzar el siglo XXI, en la isla se produce un reacomodamiento de la actividad
turística y comercial con el avance del modelo turístico bajo la forma “todo incluido”, El
balance de la economía del Departamento de San Andrés Isla, durante el año 2006, fue
positivo, impulsado principalmente por las inversiones adelantadas en un alto porcentaje
por organismos del orden nacional, los cuales le inyectaron el dinamismo necesario para
que la economía del Departamento salga de ese estancamiento vivido desde principios de
la década.

La economía del Departamento de San Andrés y Providencia está basada principalmente


en el turismo y el comercio; las anteriores actividades son complementadas por las
propias de la agricultura y la pesca de subsistencia, que son insuficientes para abastecer
las islas y ello hace que del interior del país se deban importar la mayor parte de los
víveres de consumo cotidiano, tanto para los naturales como para los turistas. El principal
producto agrícola que se explotaba comercialmente en el archipiélago, era el coco, pero
además se producía aguacate, caña de azúcar, mango, naranja, ñame, noni y yuca,
producciones las cuales fueron decayendo a través de los años por daños en el suelo y
urbanización de muchas áreas.

Con la declaración del puerto libre, y las migraciones posteriores tanto de la población del
interior (Bolívar, Atlántico, Antioquia) como extranjeros (Medio Oriente) se impulsó la
actividad turística y comercial, incentivada por los bajos costos que tenían las mercancías.
Con ello, aumentó el transporte aéreo y marítimo a la isla, que durante las temporadas
altas es visitada por una gran cantidad de turistas.
La economía del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se mueve
alrededor del turismo. En el año 2014 la participación del sector de Comercio, reparación,
restaurantes y hoteles fue del 38.36 % sobre el PIB del Departamento, una cifra bastante
alta si se compara con el sector que le sigue en pulso, actividades de servicios sociales,
comunales y personales que aporta un 23.35%.

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