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Unidad III
Unidad III
La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos públicos, o por instrumentos
particulares firmados o no firmados, excepto en los casos en que determinada instrumentación
sea impuesta. Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea
representado con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.
La ley requiere, por una necesidad social, que algunos actos y negocios
jurídicos se otorguen a través de instrumentos que brinden seguridad en el tráfico
jurídico y, además, en caso de controversia, agilicen su prueba, de modo tal que
puedan ser acreditados sin otro recaudo que su sola presentación en juicio.
Por tal motivo la ley crea instrumentos, que denomina públicos, a los que
impone requisitos de validez y, si ellos se cumplen, les otorga una eficacia probatoria
que es la de hacer plena fe (art. 296 CCCN) de su contenido, en cuanto que se ha
realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como
cumplidos por él o ante él hasta que el instrumento sea declarado falso en juicio civil o
criminal.
La doctrina se ha encargado de definir a los instrumentos públicos.
Para Salvat “es el otorgado con las formalidades que la ley establece, en
presencia de un oficial público a quien la ley confiere la facultad de autorizarlo".
Llambías, en sentido similar dice que son “los otorgados con las formalidades
que la ley establece, en presencia del oficial público a quien la ley le confiere la
facultad de autorizarlos”.
2. 2. Enumeración
Se trata de los cónsules (art. 20 inc. c) y d), Ley 20.957/ 75, relativa al régimen
del Servicio Exterior de la Nación. Allí se establece que los funcionarios del Servicio
Exterior de la Nación a cargo de oficinas o secciones consulares pueden autorizar
todos los actos jurídicos que, según las leyes de la Nación, correspondieren a los
escribanos públicos y que su formalización tendrá plena validez en todo el territorio de
la República Argentina. En otras palabras, los cónsules podrán autorizar documentos
notariales, incluso escrituras públicas, con las formalidades y condiciones exigidas por
las leyes de la Nación para la validez de los instrumentos públicos, cumpliendo con los
recaudos que dicha ley determina.
Inc. b:
“Se dedica la Sección cuarta a los instrumentos públicos, tema sobre el cual existen
múltiples discusiones doctrinales. Se entiende que la instrumentación de los actos en el Código
Civil vigente solo admite las variantes de instrumentos públicos, instrumentos privados e
instrumentos particulares no firmados, mas esta diferencia surge exclusivamente de la
instrumentación, no de los actos de los cuales emana, lo cual ha sido cuestionado por la
doctrina.
Se ha criticado que el Código incluye en la extensa enumeración del artículo.
979, un conjunto de instrumentos, que pueden ser agrupados del siguiente modo:
I) Los que refieren, sin describir el supuesto de hecho que los configura, como
actos en los cuales intervienen particulares y un funcionario público, o agentes investidos de
funciones públicas: el caso de las escrituras públicas, las otorgadas por otros funcionarios,
actas judiciales, y los asientos de los matrimonios;
II) Los que refieren a instrumentos emanados de funcionarios públicos de modo
unilateral, o sea sin intervención de particulares: asientos de corredores, letras aceptadas por
el gobierno o sus delegados, billetes u otros títulos de crédito emitidos por el Tesoro Público,
cuentas sacadas de los libros fiscales, inscripciones de la deuda pública, acciones de
compañías, billetes, libretas, y toda cédula emitida por los Bancos.
La doctrina especializada ha separado conceptualmente dos especies de
instrumentos públicos:
I) Instrumentos Oficiales, que son todos aquellos originados por funcionarios
públicos, y que tienen un valor superior al de los instrumentos regulados por el Código Civil, ya
que son originados por órganos del Poder Público. Estos instrumentos generan una presunción
de legitimidad y legalidad que invierte la carga de la prueba, pero admiten simple prueba en
contrario. Tal es el caso de la moneda, decretos, órdenes, etc. Son instrumentos oficiales, con
prescindencia de su contenido. En sentido estricto, su regulación jurídica pertenece al Derecho
Público, y solo es aplicable el Código Civil de modo residual, debido a que todavía no ha sido
dictado un Código de Derecho Público, tal cual la doctrina especializada ha destacado;
II) Instrumentos Públicos en sentido estricto, expresión que debe remitir
específicamente al ámbito de la normativa civil. En este ámbito, la expresión instrumento
público refiere a aquellos instrumentos que devienen de la actuación de agentes a cargo de
funciones públicas, cuya competencia material esté asignada por ley formal, siempre y cuando
dichos instrumentos consten de documentos matrices elaborados conforme rigurosos
procedimientos garantistas (respecto a los ciudadanos): comprobación de identidad, capacidad,
legitimación; adecuación de la voluntad que define el objeto y la causa del acto, no solo para
cerciorarse de su congruencia, sino de la expresión técnica correspondiente; presencia en el
acto, para garantizar la legalidad, certeza acerca de la comprensión y alcances de las
declaraciones, y de la libertad y autonomía para expresarla; fijación coetánea con lo sucedido,
modo adicional de garantizar la precisión y certeza inherentes a esta clase de actos;
conservación, guarda, archivo ordenado y protección de los instrumentos matrices para permitir
en todo momento la auditabilidad, verificación y consulta.
Sin ignorar estos desarrollos, se mantienen criterios más tradicionales, en tanto a los
fines de la legislación no son necesarias ni convenientes tales diferenciaciones.
En consecuencia, entre los instrumentos públicos, en primer lugar se incluyen las
escrituras públicas y las copias, llamándose tales a los conocidos como testimonios, pero para
las cuales las leyes notariales consignan la palabra copia, por ser la que el Código Civil utiliza
al referirse a esta clase de reproducciones. Parece conveniente respetar esta práctica
legislativa.
Luego, no sólo los instrumentos que extienden los escribanos sino también aquellos
extendidos por los funcionarios públicos con los requisitos que establezcan las leyes y
asimismo los títulos emitidos por el Estado nacional o provincial conforme a las leyes que
autorizan su emisión. Estos títulos son instrumentos oficiales que emanan de funcionarios y,
aunque conforme con la doctrina el contenido de estos documentos no es propio de la fe
pública, por su jerarquía gozan de una presunción de legitimidad y de autenticidad que los
habilita para quedar incluidos en este cuerpo legal como instrumentos públicos.”
2.- Los extendidos por funcionarios públicos en ejercicio interno de sus funciones, y
asimismo los títulos emitidos por el Estado nacional o provincial conforme a las leyes que
autorizan su emisión. Son Instrumentos Oficiales (Fiorini, Gordillo) que generan presunción de
legitimidad y legalidad que invierte la carga de la prueba, pero admiten simple prueba en
contrario.
Inc. c):
El art. 290 CCCN exige en la primera parte del inc. a) la “actuación del oficial
público”. El oficial público ─como se dijo─ puede ser un funcionario judicial,
administrativo, legislativo o notarial.
Nótese que las cualidades personales del sujeto (edad, nacionalidad, título
académico, etc.) pueden ser recaudos previos para el desempeño en el cargo, pero
nunca investirán por sí para el ejercicio de la función pública.
1
LLAMBÍAS, Jorge J. Tratado de Derecho Civil, Parte General, V. II, 3º edición actualizada.
Buenos Aires, Ed. Perrot, p. 431. BOFFI BOGGERO, Luis M. “Instrumentos públicos”. Enciclopedia
Jurídica Omeba, T. XVI, p. 211p. 213. ABELLA, Adriana “Instrumentos públicos en el Código Civil y
Comercial de la Nación Argentina”. Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, México. ISSN:
1870 - 2147. Año IX, no. 36, julio - diciembre de 2015, p. 363.
nombramiento. Como principio general los particulares están protegidos y se mantiene
la validez del acto y del instrumento, dentro de los límites de la buena fe, que se
presume; pero si se demuestra que los particulares sabían o debían saber que el
agente era funcionario solo en apariencia, no podrán invocar la validez del acto. Es
una aplicación concreta del principio general de la buena fe (art. 9 y conc. CCCN).
2
https://dle.rae.es/?id=A0fanvT|A0gTnnL. Fecha de consulta: 20/07/ 2018.
3
En el ámbito notarial también se aplica indistintamente en algunas leyes notariales. Así en
Salta, el art. 23 de la ley 6486 de 1987dice que: “Los escribanos públicos tienen jurisdicción en todo el
territorio de la Provincia.” Mientras que el concepto de competencia se limita a la que es tal en razón de la
materia (art. 24). También el Ley Notarial 1482 de 1949 de la Provincia de Corrientes dice en su art. 24
que: “LOS Escribanos de Registro tendrán jurisdicción en toda la Provincia cualquiera sea el asiento de
su oficina.”
En cambio otras leyes como la Ley 49 T.O. de 1993 de la Provincia de La Pampa o la Ley 404
de la Ciudad de Buenos Aires distinguen entre competencia atribuida al notario en razón del territorio y
de la materia, de la Jurisdicción que corresponde a los órganos disciplinarios, sea el propio Colegio; el
Tribunal de Superintendencia (art. 44 y 123 de las leyes respectivas). Lo propio con ley 9020 de la
provincia de Buenos Aires que utiliza con propiedad el término “jurisdicción” cuando se lo atribuye a las
Cámaras de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial La Plata; al Juzgado Notarial y
al Tribunal Notarial (art. 38).
De estas precisiones se deriva que el escribano no tiene función jurisdiccional,
no le pertenece jurisdicción alguna; su función es esencialmente alitigiosa y su
competencia es la que determina los contornos de su función.
Carnelutti define la competencia material como “la extensión del poder que
pertenece o compete a cada oficio, a cada componente del oficio en comparación con
los demás".
Además las leyes orgánicas notariales del país enumeran los actos en que
puede intervenir el notario; con ello se trata de evitar que le sean negadas las que
están incluidas, pero se corre el riesgo de que no se les reconozcan las no están
incluidas; por ello esas enumeraciones se consideran enunciativas.
Así, por ejemplo, la ley 9020, orgánica del notariado en la Provincia de Buenos
Aires, dispone:
Artículo 129: Los notarios están habilitados para realizar toda gestión que fuere
conducente al cumplimiento de su cometido y a la eficacia de los documentos que autoricen y a
tal objeto podrán:
1. Efectuar tramitaciones ante organismos nacionales, provinciales y municipales,
incluso las vinculadas con la inscripción en los registros públicos de los actos notariados en la
Provincia o fuera de ella.
2. Cumplir gestiones ante tribunales de todo fuero y jurisdicción, en cuanto se
relacionen con actos notariales en que hayan intervenido, incluida las tendientes a suplir
omisiones y subsanar errores en expedientes en que hayan sido designados para autorizar
escritura. En este último caso, su actuación se limitará a producir un dictamen para la debida
intervención de las partes y decisión del Juzgado.”
Señala el ámbito geográfico dentro del cual el órgano puede actuar o intervenir
en asuntos que le incumben en razón de la materia, cualquiera sea el domicilio de las
personas, el lugar de ubicación de los bienes o del cumplimiento de las convenciones.
Por tanto, importa un límite territorial al ejercicio de la función.
Por ello se ha dicho que “el hecho de que un escribano de Provincia autorice
una operación sobre un inmueble ubicado en Capital Federal, donde también se
instrumentó el boleto y domicilian las partes, no está prohibido”.4
4
Cám. Nac. Civ. Sala E, autos: “Pampurro, B.B. y J. C/ Aste, Juan C.” Del 30-5-77. ED, 76-
576. En igual sentido Cám Nac Civ. Sala A, Autos “Stanislavsky, Rosa C. C/ Soriano Nazar, C.” Del 22-
11-78. Revista Notarial 842, p. 151.
Distrito es la porción de territorio o demarcación que subdivide un país,
provincia, para efectos diversos: electorales, judiciales, entre otros.
El sistema federal que rige en nuestro país obliga a vincular los distritos al de
las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Consideran un solo Distrito a
toda la Provincia las leyes de Chaco5, Corrientes6, Tucumán7, Neuquén8, Salta9,
Mendoza10, entre otras. También es Distrito único la Capital Federal.
El art. 305 inc. a) CCCN dispone que la escritura debe contener el lugar de su
otorgamiento. Y el art. 309 sanciona con la nulidad a las escrituras que no tengan la
designación del lugar en que sean hechas.
Debe tenerse presente que el notario es competente en tanto actúe dentro del
territorio asignado. Lo importante es que el escribano actúe dentro de su distrito. En tal
sentido la Cámara Civil 1ra. de Capital Federal estableció: “Siempre que el escribano
5
La Ley 2.212 de 1977, de la Provincia de Chaco establece, en su art. 3 que “Los escribanos de
Registro tendrán competencia en toda la Provincia cualquiera sea el asiento de su oficina.”
6
La Ley 1482 de 1949 de la Provincia de Corrientes dice en su art. 24 que: “Los Escribanos de
Registro tendrán jurisdicción en toda la Provincia cualquiera sea el asiento de su oficina.”
7
Ley N° 5732, es su art Art.10 dispone: “Los escribanos de registro tendrán jurisdicción y
competencia en toda la Provincia, cualquiera sea el asiento de su oficina.”
8
La Ley 1033 de la Provincia del Neuquén del año 1977 establece en su art. 16 que: “Los registros
tendrán competencia territorial en toda la Provincia, la que constituye una jurisdicción única”.
9
En Salta, el art. 23 de la ley 6486 de 1987, dice que: “Los escribanos públicos tienen
jurisdicción en todo el territorio de la Provincia.” Mientras que el concepto de competencia se limita a la
que es tal en razón de la materia (art. 24).
10
La Ley 3058 de 1964, establece en su art. 73 que: “Los registros tendrán competencia
territorial en toda la Provincia, la que a tales efectos constituye una jurisdicción única. El registro notarial
es una unidad indivisible que no puede tener más de una sede, y en ella deben otorgarse los actos
notariales.”
11
La ley 9020 establece que la competencia territorial se fija por distritos cuya extensión debe actualizar
el Poder Ejecutivo el cada 5 años (arts. 3 y 4). El criterio de determinación del ámbito geográfico se
regular en función de criterios económicos y geográficos. Ello implica que no necesariamente deben
coincidir con la división política de la Provincia. El art. 193 de la Ley 9020 establece que hasta tanto el
Poder Ejecutivo no cumpla con lo previsto en el art. 4, los distritos notariales estarán constituidos por
cada uno de los Partidos de la Provincia, con lo cual el ámbito de actuación territorial del notario
bonaerense coincide, de momento, con la división política.
12
La Ley 4183 establece en su art. 5 que la jurisdicción del escribano será el departamento
correspondiente al lugar del asiento de su registro.
13
La Ley 6898 dispone en su art. 6, que: “Los escribanos deberán fijar su domicilio profesional y residir
en el lugar del departamento asiento de su registro.”
haya obrado dentro del territorio asignado para el ejercicio de sus funciones, es
indiferente el lugar de otorgamiento de la escritura”.14
14
La Ley, T. 38, p. 226. También Cám. Civ. De la C.F., Sala F., autos: “Repetto, Joaquín D. C/ Repetto,
Horacio, suc. Y otros, del 25-3-69; LL, 136-342.
espacio asignado es conocido como comprendido en él. Claro que ello es materia de
apreciación judicial.
“Artículo 130:
I.- Los notarios ejercerán sus funciones dentro de los límites territoriales que
correspondan al registro de su actuación.
II.- La competencia territorial se extenderá cuando:
1. El notario hubiere de practicar notificaciones relacionadas con documentos pasados
ante su registro.
2. Fuera solicitada su intervención en la sede de su registro para actuar en protestos y
otras actas a fin de cumplir el objeto de requerimiento, hubieren de efectuar diligencias no sólo
en el distrito de su competencia sino también en otros.
3. Se tratare de escrituraciones de planes sociales y no existiere sede o representación
de la entidad interviniente en el distrito en el que se ubique el inmueble objeto del acto; caso en
que serán competentes los notarios de ese distrito para actuar en el más próximo, en el que los
hubiere o en la capital de la Provincia de acuerdo con el artículo 189.
4. Se tratare de escrituras a las que conforme a la ley debe comparecer la autoridad
judicial, caso en que serán competentes los notarios cuyos registros tuvieren sede en el
Departamento Judicial respectivo.
5. Hubiere imposibilidad de intervenir los notarios de un distrito por impedimentos
físicos, legales o éticos debidamente acreditados o se careciere de servicio notarial por
vacancia o falta de registro, casos en que serán competentes los notarios que tuvieren sede en
distritos limítrofes.
III.- En los casos previstos en los incisos 1) y 2) del parágrafo anterior, la competencia
territorial es extensible a cualquier distrito notarial de la Provincia en tanto se den tales
supuestos.”
Bien entendido, respecto del inc. 2 que el requerimiento y, al menos una de las
diligencias, deben realizarse en el distrito de competencia del notario interviniente.
Para Pelosi, la prohibición impuesta al notario por el artículo 985 del Código
Civil, fundada en el principio de imparcialidad, es un supuesto de incompetencia por
razón de las personas, expresión con la que se conoce usualmente esta restricción.
3.4.1.1 Las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus
representantes.
15
La incompetencia que prevé el artículo 985 cc no sólo impide al escribano de registro actuar como tal
en asuntos en que él o sus parientes dentro del cuarto grado fuesen personalmente interesados, sino que
también obsta para que lleve dichos asuntos para ser instrumentados y autorizados ante su propia oficina
aunque circunstancialmente sean atendidos por un suplente. CNCiv, Sala C, 17/3/68, Revista Notarial
780-1779.
cuando hay declaración de su voluntad, ya que por ella manifiestan su conformidad
con el contenido del instrumento
En las actas propiamente dichas que tienen por objeto comprobar hechos, la
firma del compareciente, llamado aquí requirente, es ineludible en el requerimiento,
pero no necesariamente en la o las diligencias que el notario debe efectuar.
Los dos primeros incisos del artículo se refieren a la habilidad personal del
testigo; los dos últimos tienen en cuenta al oficial público, con fundamento en la
imparcialidad.
Perdura la inhabilidad de los dependientes del oficial público (art. 295 inc.
b, entre los que cabe incluir, aunque no son propiamente dependientes, a los
adscriptos, subrogantes y suplentes, claro que este último caso no importará la
invalidez del acto, pues no está expresamente incluido, aunque puede caberle al
autorizante una sanción disciplinaria.
Desde ya, que, aunque ninguno de estos recaudos son exigibles, es de buena
práctica y de toda lógica que se incluya la identificación de los otorgantes ─aunque por
lógica conviene identificarlos, al menos, por su nombre, apellido, o denominación
social y si intervienen por o para una persona jurídica, su denominación social,
domicilio; estado civil, pues si se trata de la venta del inmueble destinado a vivienda
familiar, o de un inmueble ganancial, se requerirá es asentimento del cónyuge, o del
conviviente con unión convivencial inscripta; que, por ejemplo, la cantidad total
entregada como precio en una compraventa sea expresada en letras; que no se dejen
espacios en blanco; ni desde ya, que se firme en lápiz. La mayor disponibilidad de
datos, de acuerdo al tipo de acto, facilitará el tráfico negocial y la prueba en caso de
controversia.
2. 2. Casos especiales.
16
Comparar con los arts. 305 inc. a) y 309 CCCN, relativos a las escrituras públicas.
17
Comparar con los arts. 305 inc. b) y 309 para las escrituras públicas.
18
Comparar con el art. 303, en materia de escrituras públicas.
19
Comparar con el art. 302, respecto de las escrituras públicas.
20
Comparar con el art. 300, que para las escrituras públicas, en su segunda parte, remite a las
legislaciones locales la regulación de las características de los folios, su expedición, así como los demás
recaudos relativos al protocolo, forma y modo de su colección en volúmenes o legajos, su conservación
y archivo
21
Las legislaciones locales exigen firmar con tinta de la clase y color que los Colegios de Escribanos
determinen. Por cierto, esto puede variar cuando se regule el uso de la firma digital para este tipo de
actos.
En el caso del testamento ológrafo, ya mencionado, el art. 2477 exige que sea
íntegramente escrito con los caracteres propios del idioma en que es otorgado,
fechado y firmado por la mano misma del testador.
“Las raspaduras, enmiendas o entrelíneas que afectan partes esenciales del acto
instrumentado deben ser salvadas con la firma de las partes. De no hacerse así, el juez debe
determinar en qué medida el defecto excluye o reduce la fuerza probatoria del instrumento.”
El Código Civil exigía dos recaudos de validez del instrumento privado: la firma
y el doble ejemplar.
“Los actos, sin embargo, que contengan convenciones perfectamente bilaterales deben
ser redactados en tantos originales, como partes haya con un interés distinto.”
22
El CC no regulaba las alteraciones materiales del instrumento privado. El Código de Comercio (art.211)
establecía que no eran admisibles los documentos corregidos y no salvados.
El CCCN, siguiendo el argumento doctrinal de que la parte que no tome la
previsión de exigir el doble ejemplar, puede luego incumplir la obligación que resulta
del instrumento que ella misma suscribió, suprime este recaudo.
Era claro que las diversas situaciones que pudieran plantearse al respecto, no
lograban resolverse exclusivamente por medio de la escritura pública.
23
Art. 1001 CC “La escritura pública … Si alguna de las partes no sabe firmar debe hacerlo a
su nombre otra persona que no sea de los testigos del instrumento…”
24
Art. 208 “Los contratos comerciales pueden justificarse: inc 3° Por documentos privados, firmados por
los contratantes o algún testigo, a su ruego y en su nombre.
la impresión digital por notario, Juez de Paz, u otro funcionario habilitado, como por ej.
el cónsul del lugar donde se encuentra la persona.
“Si alguno de los firmantes de un instrumento privado no sabe o no puede firmar, puede
dejarse constancia de la impresión digital o mediante la presencia de dos testigos que deben
suscribir también el instrumento.”
El uso por un lado la conjunción “o” y por otro del adverbio “también”, colocan
al intérprete en una disyuntiva: si son dos procedimientos distintos y optativos, esto es,
si basta únicamente con la impresión digital o con la firma de dos testigos para que el
instrumento valga como principio de prueba por escrito; o si deben aplicarse ambos
procedimientos de manera conjunta, la impresión digital y la firma de dos testigos.
2.3.2.4 El artículo 313 del CCCN. La firma a ruego por dos testigos.
Valor probatorio.
Mientras que el alcance del valor probatorio del instrumento privado signado
con impresión digital está establecido en el art. 314 in fine, no ocurre lo propio con el
instrumento particular suscripto a ruego por dos testigos, con lo cual éste debe ser
considerado como un instrumento privado y, cuando la firma de los testigos sea
reconocida, tendrá los efectos que le asigna el art. 314. Claro que para que el
reconocimiento de la firma de los testigos tenga el efecto de reconocer el cuerpo del
instrumento, deberá el autor del documento reconocerlo.
Más allá de que el documento sin certificar pueda circular con una de las dos
opciones, cuando se certifican notarialmente las firmas de los dos testigos, resulta del
todo razonable que también el sujeto del acto estampe la impresión digital en el
documento, y ella se certifique, pues de lo contrario la certificación no tendrá los
efectos del reconocimiento, que asigna el art. 314 CCCN.
Para el CCCN ─así como lo prescribían los arts. 1016 al 1019 CC─, es posible
firmar de un documento en blanco (art. 315). Quien así actúa, está autorizando a que
un tercero redacte un texto que tendrá efectos para el firmante. Por ello su naturaleza
es la de un mandato, que por lo general es tácito.
La firma en blanco puede ser estampada para que se complete todo, o parte de
un documento.
Aquí la solución es distinta a la del art. 1019 CC, cuyo último párrafo disponía:
“… las convenciones hechas con terceros por el portador del acto no pueden
oponerse al signatario, aunque los terceros hubiesen procedido de buena fe”.
Entonces, en el marco del código anterior, si el documento era sustraído, sus efectos
no podían oponerse al firmante, incluso cuando el tercero era de buena fe.
En cambio, el último párrafo del art. 315 expresa que cuando el documento
firmado en blanco es sustraído25 contra la voluntad de la persona que lo guarda, ello
puede probarse por cualquier medio, pero sin posibilidad, de oponerlo al tercero de
buena fe, adquirente de derechos a título oneroso en base al instrumento sustraído.
Ahora bien, en este caso la buena fe no se presume y el tercero que la alega tiene la
carga de demostrarla.
25
La norma no contempla otros casos como la pérdida o extravío del documento, solo contempla la
sustracción.
Así el art. 22 del Reglamento de certificación de firmas e impresiones digitales
del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires26, establece:
“Cuando se requiera la certificación de firmas a estampar en papel que se encuentre
total o parcialmente en blanco, de acuerdo con lo establecido en el artículo 315 del Código Civil
y Comercial, el escribano dejará constancia de ello en el acta de requerimiento, en la
certificación y en los anexos en su caso.”
El art 319 CCCN regula la fuerza probatoria del instrumento particular y, como
el instrumento privado es un instrumento particular firmado, la norma también se aplica
a éste.
De acuerdo a lo que en dicho artículo se establece, el juez tiene amplitud de
facultades para apreciar su valor probatorio, de acuerdo a las circunstancias del caso,
y a las pautas que, con carácter enunciativo allí se brindan.
Es bajo este precepto, que deben entenderse los temas que a continuación se
abordan.
26
https://www.colegio-escribanos.org.ar/normas/ReglamentoCertFirmasImprDigitales.pdf. Fecha de
consulta: 8/12/ 2018.
Si el firmante comparece y admite como propia la firma, el instrumento queda
reconocido; si declara que la firma no le pertenece, corresponde acudir a otros medios
probatorios; si guarda silencio, judicialmente se la da por reconocida.
Si se trata de personas jurídicas, la citación debe hacerse al representante
legal. Si este no estampó la firma puede manifestar que ignora quién lo hizo, en cuyo
caso corresponde acudir a la prueba pericial.
Los herederos pueden limitarse a manifestar que ignoran si es o no la firma del
causante, sin que ello implique una presunción en contra de sus intereses.
La norma agrega que:
“La autenticidad de la firma puede probarse por cualquier medio”.
La prueba por excelencia es la pericial caligráfica por cuerpo de escritura27 o
por cotejo de firma..
27
En este caso el perito calígrafo analiza el cuerpo de la escritura que se le indica. Si esa persona no
quiere someterse a esta pericia, el juez puede interpretar que la firma queda reconocida
Ambas clases de pericia caligráfica eran las reconocidas por el código
velezano. Igualmente, es una norma genérica, que deja abierta la posibilidad a nuevos
medios técnicos que permitan concluir sobre la autenticidad de las firmas.
2.5.1. Concepto
28
El CC establecía en el art. 1035 cuatro supuestos, que dividían a la doctrina al momento de considerar
el carácter enunciativo o taxativo de la enumeración:
ARTICULO 1035 – Aunque se halle reconocido un instrumento privado, su fecha cierta en relación a los
sucesores singulares de las partes o a terceros, será:
1º. La de su exhibición en juicio o en cualquiera repartición pública para cualquier fin, si allí quedase
archivado;
2º. La de su reconocimiento ante un escribano y dos testigos que lo firmaren;
La fecha que expresa es cierta y es la que Adquieren fecha cierta si se dan las pautas generales del
se corresponde con la celebración del acto, art. 317.
su modificación o extinción
Deben cumplirse las formalidades exigidas Rige el principio de libertad en cuanto a las formalidades
bajo pena de nulidad y por aquellas que no exigidas, salvo la firma del sujeto del acto (arts. 287 y 288)
la generan, el notario tiene responsabilidad o sus sustitutivos en los casos del art. 315; el caso de las
disciplinaria (arts. 300 a 307 y 309) enmiendas (art. 316) y el testamento ológrafo.
Imposibilidad de firmar en blanco (art. 303) Posibilidad de firmar en blanco (art. 315)
Asegura la perdurabilidad de los actos por La posible pérdida del documento, enerva toda posibilidad
el archivo del original o matriz. de prueba del acto o hecho a que se refiere.
El escribano debe dar copia o testimonio Cada parte debe procurarse su propio ejemplar.
de la escritura a las partes.(art. 308)
En buena parte de los actos sobre bienes Solo existe un responsable de su registración en el caso
registrables, el notario es responsable de que las partes así lo decidan y la persona lo acepte.
su registración (por ej. en materia
inmobiliaria).
El escribano, como profesional de derecho, No hay asesor jurídico, por lo menos obligatorio. En
asesora a las partes, evitando futuras consecuencia, las partes están expuestas a transgredir, en
nulidades tanto de forma, como de fondo. general sin quererlo, las normas que regulan los
Solo pocos requisitos provocan la nulidad presupuestos y requisitos del acto.
del instrumento por defectos de forma.,
4. Correspondencia
El art. 318 regula la correspondencia, concepto que abarca tanto la manuscrita
como la impresa, sea por medios mecánicos o electrónicos, independientemente de
que pueda estar, o no, firmada.), incluyendo dentro de ella al correo electrónico.
La correspondencia goza de una enérgica protección constitucional. El art. 18
de la Carta Magna dispone que la correspondencia epistolar y los papeles privados
son inviolables y que una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá
procederse a su allanamiento. El art. X de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre 29 , dice que toda persona tiene derecho a la inviolabilidad y
circulación de su correspondencia. También, el art. 12 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos30, considera que nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su
correspondencia. En sentido similar, se pronuncian el art. 11, inc. 2) CADH y el art. 17,
inc. 1) PIDCYP.
En suma, el plexo normativo citado protege el derecho a mantener en un
ámbito reservado a los papeles privados y la correspondencia, en particular.
La doctrina ha debatido en torno a la propiedad de la correspondencia.
Obviamente, mientras se encuentra en poder del remitente, es a él a quien pertenece.
El problema se suscita cuando el remitente se desprende de ella y la envía al
destinatario.
29
Aprobada en la IX Conferencia Internacional Americana, en Bogotá, Colombia en 1948.
30
Adoptada por la resolución 217 A (III) de la Asamblea General de las Naciones Unidas
el 10/12/1948.
El art. 318 se ocupa de la correspondencia como prueba y distingue los casos
en función de su carácter confidencial. Establece que “puede presentarse como
prueba por el destinatario, pero la que es confidencial no puede ser utilizada sin
consentimiento del remitente. Los terceros no pueden valerse de la correspondencia
sin asentimiento del destinatario, y del remitente si es confidencial.”
El notario puede comprobar mediante un acta el envío y la existencia de
correspondencia, del mismo modo que puede labrar un acta a requerimiento. Lo cual
es extensible a los documentos electrónicos, por ejemplo, el email.
5.1 Concepto
Son los documentos escritos que no tienen firma. Los instrumentos particulares
no firmados son regulados por los arts. 286 y 287 CCCN.
El art. 387 brinda ejemplos de esta categoría: impresos, los registros visuales
o auditivos de cosas o hechos, los registros de la palabra —grabaciones— o de
información. Así se incluyen una gran cantidad de documentos manejados en la vida
diaria sin que se encuentren firmadas, como los extractos y comprobantes de los
cajeros automáticos, las tickets vinculados al transporte, a los espectáculos públicos,
comprobantes de pagos de impuestos en oficinas habilitadas e innumerables ejemplos
vinculados a las nuevas tecnologías.
31
D' Alessio, Carlos Marcelo, en Código Civil y Comercial de la Nación comentado. Coordinación: Miguel
Federico De Lorenzo -Pablo Lorenzetti. Coordinadores. Tomo II, p. 238.
El art. 319 CCCN regula el tema. El valor probatorio de los instrumentos
particulares debe ser apreciado por el juez ponderando, entre otras pautas ─que no
son excluyentes─, la congruencia entre lo sucedido y narrado, la precisión y claridad
técnica del texto, los usos y prácticas del tráfico, las relaciones precedentes y la
confiabilidad de los soportes utilizados y de los procedimientos técnicos que se
apliquen.
Buena parte de las directivas están orientadas a los documentos electrónicos.
El juez, deberá llegar a la íntima convicción respecto a la autenticidad y genuinidad de
distintos estadios del documento, desde su generación, su transmisión y su recepción.
Asimismo deberá valorar cuestiones externas a la generación del documento como
pueden ser conductas o situaciones preexistentes.