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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

MAESTRÍA EN DERECHO PENAL

DOCENTE: DR. ALEJANDRO MARROQUÍN


CURSO: TEORÍA DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA

LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS Y LA

IMPUTACIÓN OBJETIVA Y LA ACUSACIÓN

Nombre: Pablo Javier Chuy Uclés

Carné: 200717580

Semestre: Cuarto

Sección: “B”

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ÍNDICE

Pág.

Justificación…………………………………………………………………………. 1

Planteamiento del Problema……………………………………………………… 5

Definición del Problema……………………………………………………………. 5

Delimitación del Problema………………………………………………………… 6

Hipótesis………………………………………………………………………………. 6

Marco Teórico………………………………………………………………………… 7

Objetivos de la Investigación……………………………………………………… 20

Supuestos de la Investigación…………………………………………………….. 21

Bosquejo Preliminar de Temas……………………………………………………. 22

Métodos y Técnicas de Investigación……………………………………………. 23

Cronograma…………………………………………………………………………… 24

Estimación de Recursos…………………………………………………………….. 25

Bibliografía…………………………………………………………………………….. 26

1
LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS Y LA
IMPUTACIÓN OBJETIVA Y LA ACUSACIÓN.

JUSTIFICACIÓN

La responsabilidad penal de las personas jurídicas en Guatemala, aún resulta un


tema en el que si bien existen condenas en contra de personas jurídicas a través
de algunos de los miembros que señala el Decreto número 17-73 del Congreso de
la República, Código Penal en su artículo 38, aún no se tiene claro a quiénes
efectivamente debe castigarse o el modo de sancionar, dado que en los propios
juzgadores existen diversos criterios para aplicar las penas en cuanto a las
personas que resultan responsables de los actos dentro de la organización, siendo
los casos más constantes los que se generan de acciones en contra del régimen
jurídico tributario.

En tal virtud, no se aplica la ley (artículo 38 Código Penal) por parte de los
Juzgadores, ya que el cuerpo normativo citado, regula responsabilidad penal de
las personas jurídicas de manera autónoma y directa, a las aplicadas a las
personas físicas; asimismo, el Ministerio Público no hace la imputación objetiva y
la acusación del delito en cuanto a las personas jurídicas, cuando la legislación
penal contempla la responsabilidad penal de las mismas. Sin embargo, cabe
agregar que a una persona jurídica no se le puede sancionar con las mismas
penas que a una persona individual.

Es por ello la importancia del estudio e investigación para que se haga la


imputación de manera correcta a la persona jurídica, en virtud no puede realizarse

1
con el modelo tradicional de imputación, ya que ésta ha sido creada basada en las
capacidades propias de las personas físicas y por ende no se ajustaría a los
problemas de responsabilidad penal para la persona jurídica. Es preciso
manifestar que las actuaciones delictivas de los representantes legales,
administradores y demás personas individuales que el multicitado artículo regula,
de hecho, o de derecho de las personas jurídicas pueden generar responsabilidad
penal para estas últimas, siempre que el delito se haya cometido alternativamente
en el ámbito aparente, en su nombre y/o competencia de la entidad y
acumulativamente en su beneficio.

La dogmática penal tradicional no puede dar soluciones a los problemas de la


nueva criminalidad realizada por las personas jurídicas, debido al principio
societas delinquere non potest, que rechaza tradicionalmente la responsabilidad
penal de las personas jurídicas y considera que en los casos de comisión de un
delito en su interior la responsabilidad penal alcance únicamente a las personas
físicas que actúan por la persona jurídica: Como se ve, este principio no imputa
responsabilidad penal a las personas jurídicas por considerar que éstas no poseen
capacidad de acción, culpabilidad ni pena. El societas delinquere non potest, es
una de las carencias para resolver satisfactoriamente los problemas de
criminalidad que en la actualidad plantea la empresa por su enorme grado de
complejidad.

En cuanto a la organización de la empresa, se puede observar cuando la


realización de una acción en la empresa es hecha por diferentes órganos
representantes o miembros de ésta, así también la división de trabajo que se da
en la empresa hace difícil que coincidan la acción ejecutiva inmediata, el poder de
decisión y la información necesaria para ello, generando un problema sustancial
para la imputación jurídico penal.

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La fundamentación de un sistema de imputación penal a la propia persona jurídica
plantea como solución, ya no imputar a la persona desde un mismo sistema que a
la persona natural, sino crear un sistema distinto, paralelo al de la persona física;
con otros fundamentos, es decir, crear nuevos conceptos de acción y culpabilidad
de las personas jurídicas. Esta posibilidad ocurre debido al planteamiento
funcionalista sobre la base de una nueva teoría del delito y por lo tanto un nuevo
contenido de los conceptos de acción y culpabilidad que propone. Adquiriendo
nuevos presupuestos que puedan servir a este modelo de fundamentación de
responsabilidad criminal de las personas jurídicas. Asimismo, en el momento
oportuno, se podría prever un procedimiento específico en el Libro IV del Código
Procesal Penal para la sanción de las personas jurídicas y que el Juez de
Ejecución vele por el cumplimento de la sanción ordenada.

Cabe agregar que, en cuanto a la culpabilidad, el organizarse correctamente es un


deber de la persona jurídica, en lo cual se fundamenta su culpabilidad por defecto
de organización, esto quiere decir que el órgano que realice un hecho delictivo se
le imputará a la persona jurídica por su falta de organización para prevenir ese
delito, pero esto no quiere decir que se deje de imputar a la persona física por su
hecho delictivo, así que por lo tanto pueden ser destinatarias de las normas
jurídicas y éstas revestidas de carácter ético.

En ese orden de ideas, es menester indicar que, la teoría del delito establece entre
sus elementos positivos del delito, que debe haber una acción, la cual debe ser
típica, es decir, con base al principio de legalidad, esa acción debe de estar
considerada con anterioridad, como prohibida; antijurídica, y culpable e imputable.
De tal manera, en concordancia a lo anteriormente referido, una persona jurídica
no puede responsabilizarse con base a la “Teoría del delito” existente, y usado
actualmente por el sistema jurídico penal de este país.

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Por lo tanto, debe de realizarse un análisis de las debilidades y ciertas fortalezas
que el sistema guatemalteco tiene en el enfoque de la responsabilidad penal de
las personas jurídicas, y que todos los involucrados en el quehacer jurídico deben
enfrentar constantemente. Siendo necesario que se haga una investigación con el
derecho comparado, con legislación española y a nivel latinoamericano, el modo
de operar en el ordenamiento jurídico penal de distintos países, en cuanto al caso
concreto que nos ocupa, en comparación a la legislación guatemalteca, para así
arribar a decisiones concluyentes. Asimismo, que el Código Penal guatemalteco
en su parte especial, así como las leyes especiales, regulen de manera clara y
expresa al comento de normar el delito, de qué manera la persona jurídica es
responsable y la sanción aplicar según el delito; ya que de esa manera se va a
separar la responsabilidad de la persona física y jurídica, y que de ninguna
manera se violente el principio Nom Bis In Idem.

Por lo tanto, el presente escrutinio de investigación es eminentemente aplicado, ya


que con la investigación propondremos mejores formas de positivar el derecho
penal y que procesalmente se determinen los mecanismos más apropiados para
realizar la imputación objetiva a las personas jurídicas, por parte de los fiscales en
casos concretos y los jueces tener mejores y suficientes elementos para ligar al
proceso penal a las entidades que a través de sus actividades de su giro, cometan
o permita n que se cometan delitos

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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En el sistema Jurídico penal, se encuentra un tanto indeciso por la discrepancia de


criterios entre los juzgadores al momento de aplicar la normativa vigente, para así
sancionar penalmente a las personas jurídicas, tal y como se regula en el Decreto
número 17-73 del Congreso de la República, Código Penal en su artículo 38, el
cual reza: “Responsabilidad Penal de Personas Jurídicas. En lo relativo a
personas jurídicas se tendrá como responsables de los delitos respectivos a
directores, gerentes, ejecutivos, representantes, administradores, funcionarios o
empleados de ellos, que hubieren intervenido en el hecho y sin cuya participación
no se hubiere realizado éste y serán sancionados con las mismas penas
señaladas en este Código para las personas individuales…” Asimismo, el actuar
del Ministerio Público al hacer la imputación objetiva y acusación en los distintos
casos llevados a cabo en el sistema jurídico penal guatemalteco.

DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

¿Por qué en el Sistema Jurídico Penal guatemalteco se tiene el inconveniente de


imputar objetivamente a las Personas Jurídicas por parte del Ministerio Público, y
determina la responsabilidad penal de las mismas, en los casos y modalidades
que las leyes de la materia determinen?

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DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA

La unidad de análisis en el presente problema, debe de ser los Juzgados de


Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del municipio
y departamento de Guatemala, así Tribunales de Sentencia, en virtud que son los
competentes de aplicar las sanciones, que según el caso amerite, a las personas
jurídicas. Asimismo, el Ministerio Público, entidad encargada en ese caso de hace
la imputación objetiva y la acusación de personas jurídicas.

Como grupo humano, la unidad de análisis serán los Fiscales, Jueces y


especialistas.

HIPÓTESIS

Falta de claridad en el procedimiento procesal por parte del Ministerio Público para
hacer efectiva la imputación objetiva a las Personas Jurídicas, cuando existan
elementos para ligar a un proceso penal a éstas entidades en casos concretos por
la comisión de delitos en las modalidades que las leyes establecen.

La fundamentación de un sistema de imputación penal a la propia persona jurídica


plantea como solución, ya no imputar a la persona desde un mismo sistema que a
la persona natural, sino crear un sistema distinto, paralelo al de la persona física;
con otros fundamentos, es decir, crear nuevos conceptos de acción,
responsabilidad y culpabilidad de las personas jurídicas.

Establecer un procedimiento específico para juzgar y condenar la responsabilidad


penal de la persona jurídica, ya que en ocasiones no se individualiza la persona

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física, y para no quedar impune la responsabilidad de la persona jurídica, se debe
de hacer de manera separada (individual y jurídica).

MARCO TEÓRICO

El presente escrutinio tiene por objeto la adecuada imputación objetiva de la


responsabilidad jurídica penal de la persona jurídica, así también la respectiva
acusación y sanción de la misma, sin embargo, es menester iniciar con las
diferentes teorías que en la historia se han venido desarrollando en cuanto al
nacimiento o creación de una persona jurídica, siendo las siguientes:

Conviene realizar una breve disgresión sobre las teorías que se encuentran en la
raíz del problema, a saber, la de la ficción y la de la realidad.

La primera, creada por Savigny afirma que las personas jurídicas tienen
existencia ficticia, irreal o de pura abstracción —debido a un privilegio lícito
de la autoridad soberana—, siendo, por tanto, incapaces de delinquir
(carecen de voluntad y de acción). El Derecho Penal considera al hombre
natural un ser libre, inteligente y sensible: la persona jurídica, al contrario,
se encuentra despojada de esas características, siendo sólo un ser
abstracto. La realidad de su existencia se funda en las decisiones de cierto
número de representantes que, en virtud de una ficción, son consideradas
como suyas; y una representación semejante, que excluye la voluntad
propiamente dicha, puede tener efecto en materia civil, más nunca en
relación al orden penal. Los delitos que pueden ser imputados a la persona
jurídica son cometidos siempre por sus miembros o directores, esto es, por
personas naturales, y poco importa que el interés de la corporación haya
servido de motivo o de fin para el delito. (Mestre, 2005, Pág. 39)

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La segunda —teoría de la realidad, de la personalidad real u orgánica—, cuyo
precursor más ilustre fue Otto Gierke, se basa en supuestos totalmente distintos.
La persona moral no es un ser artificial, creado por el Estado, sino un ente real
(vivo y activo), independiente de los individuos que la componen. Del mismo modo
que una persona física, actúa como el individuo, aunque mediante procedimientos
diferentes, y puede, por consiguiente, actuar mal, delinquir y ser castigada.
(Mestre, 2005, Pág. 40)

La persona colectiva tiene una personalidad real, dotada de voluntad propia, con
capacidad de obrar y de realizar ilícitos penales. El ente corporativo existe, es una
realidad social. Es sujeto de derechos y deberes, en consecuencia, es capaz de
doble responsabilidad: civil y penal. Esa responsabilidad es personal,
identificándose con la de la persona natural. Las personas jurídicas aparecen,
pues, como seres colectivos, dotados de voluntad real, que pueden actuar en
diversos sentidos; y nada impide, en principio, que sea dirigida a fines prohibidos,
especialmente por la ley penal. (Mestre, 2005, Pág. 189)

Hay, todavía, quien considera a la persona jurídica como una realidad análoga,
esto es, «...una realidad permanente, individual, completa, aislada fuente de
actividad consciente y libre, realidad distinta. Cumple todas las características de
la personalidad, menos una: la sustancialidad. A diferencia de la persona humana,
realidad substancial, la persona moral es realidad accidental». (Oliveira, 1979,
Pág. 19)

Entre los principales sistemas de responsabilidad penal de las personas jurídicas,


encontramos el sistema inglés y el sistema francés, los cuales tiene un sistema
denominado Commonlaw, el cual es muy diferente al sistema romano-germánico,
en el cual, en el primer sistema está en vigor el principio societas delinquerepotest
(una sociedad puede delinquir).

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Entre el sistema ingles podemos manifestar que, la idea de la responsabilidad
penal de la persona jurídica es una creación jurisprudencial que data del inicio del
siglo XIX. En las primeras decisiones, los tribunales ingleses sólo la admitían
como excepción al principio de irresponsabilidad para delitos omisivos culposos
(non feasance) y comisivos dolosos (misfeasance). Posteriormente, por
intervención legislativa, fue reconocida la responsabilidad penal de la persona
jurídica en el InterpretationAct (1889), por medio de un dispositivo general que ha
pasado a considerar el término persona como comprensivo también del ente
colectivo. Esa especie de responsabilidad fue aplicada, inicialmente, a las
regulatoryoffences (publicwelfareoffences), infracciones castigadas con sanciones
menos severas y de forma objetiva (independientemente de culpa). A partir de
1940, considerablemente ampliada, alcanzó a crímenes de cualquier naturaleza
(v.g., estupro, homicidio).

Para imputar la práctica de un hecho punible y el eventual elemento subjetivo


(voluntad) a la persona jurídica es indispensable una acción u omisión del ser
humano. Eso impone que se haga uso de un artificio para atribuir a la persona
jurídica los actos de una persona física: «un salto» de la persona física hacia la
jurídica. El fundamento (p. 288) penal encontrado está en la teoría de la
identificación (identificationtheory)57 —identificación del Controllingmind—
originaria de la jurisprudencia civil (resolución de la House of Lords, 1915), que
acabó por alcanzar el área criminal, en 1944. El juez o tribunal debe procurar
identificar a la persona que «no sea un empleado o agente, cuya sociedad sea
responsable por el hecho a consecuencia de una relación jerárquica, sino a
cualquiera que la torne responsable porque el acto incriminado es el propio acto
de la sociedad. (Lowe, 1993, Pág. 7)

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Se sostiene, por tanto, que la persona natural «no habla, no actúa para la
sociedad; ella actúa en cuanto sociedad y la voluntad que dirige sus acciones es la
voluntad de la propia sociedad». (Lowe, 1993, Pág. 8)

En cuanto al sistema francés se puede establecer que, la más importante novedad


presentada por el nuevo Código Penal francés fue la aceptación del principio de
responsabilidad penal de la persona jurídica (societas delinquerepotest). Los
fundamentos invocados para justificar la admisión de la responsabilidad penal de
la persona jurídica, según la exposición de motivos del Código Penal francés,
habían sido esencialmente dos: en primer lugar, la pretendida necesidad de
considerar a la persona moral responsable por hechos delictivos no imputables a
las personas físicas, esto es, evitar la hipótesis de que sus dirigentes vayan a
soportar una «presunción de responsabilidad penal», o una responsabilidad
efectiva, por infracciones cuya existencia a veces ignoran, siendo, por tanto,
preciso imputar esa responsabilidad a la persona jurídica como un todo. De
acuerdo con la ley penal, las personas morales son responsables por las
«infracciones cometidas por su cuenta, por sus órganos o representantes».

Asimismo, es menester indicar las clases de personas que existen, siendo las
siguientes:

Persona Abstracta: El Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual la define


como un ente que, no siendo el hombre o persona natural, es susceptible de
adquirir derechos y contraer obligaciones. A esta noción más bien negativa, o
meramente diferenciadora de la otra especie de sujetos del derecho, de los
individuos humanos, cabe agregar la nota activa de integrar siempre las personas
abstractas un grupo social con cierta coherencia y finalidad, con estatuto jurídico
peculiar. (Cifuentes, 1991, Pág. 221)

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Parece ser que a la persona abstracta se le quiere reconocer no solo su
nacimiento, sino que también su creación o fundación, aunque no necesariamente
tendría que haber una constitución e inscripción en el registro correspondiente, a
diferencia de la persona jurídica, que requiere esencialmente dichos requisitos,
además de la organización que da legalidad.

Persona Natural: Como antítesis de la persona jurídica, suele hablarse de persona


natural, el Diccionario de Derecho Usual lo define como, el hombre cual sujeto del
derecho, con capacidad para adquirir y ejercer derechos, para contraer y cumplir
obligaciones, para responder de sus actos dañosos o delictivos. Se opone
substancialmente a la persona jurídica en la peculiar y viciosa significación
atribuida a este tecnicismo; porque el ser humano individual es en principio sujeto
o persona jurídica, por regirla el derecho y regirse por él. (Cabanellas, 1997, Pág.
226)

Persona Jurídica: Entre otras cosas, se puede indicar que la persona jurídica tiene
capacidad, personalidad y órganos de administración y representación. En tal
virtud, se hará una pequeña exposición de lo anteriormente mencionado.

Capacidad: El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, define la


capacidad, como la aptitud legal para ser sujeto de derechos y obligaciones, o
facultad más o menos amplia de realizar actos válidos y eficaces en derecho.

El Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual define a la persona jurídica, como


todo el que tiene aptitud para el Derecho y ante él; el sujeto susceptible de adquirir

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derechos, aceptar y cumplir obligaciones; ya lo sea por sí o por representante.
(Cabanellas, 1997, Pág. 225)

Al hablar de personas jurídicas, se piensa en personas que organizadamente se


asocian o unen para formar entidades comerciales o mercantiles, cuyo fin será
desarrollar actividades que les generen ganancias; para ello deben gozar de
capacidad todos sus miembros en lo individual, además de estar investida de
legalidad, la cual obtiene a través de su inscripción en el registro correspondiente.

Personalidad: Se indica en varias ocasiones que la persona jurídica tiene


personalidad, desde la inscripción en el registro respectivo, sin embargo, se
considera que existen instituciones de hecho y de derecho, las de hecho,
conformadas por dos o más personas que inician acciones de ya sea de tipo
mercantil u otro tipo, ejecutan esas acciones en forma provisional, e incluso
pueden establecer relaciones comerciales de tipo informal sin embargo, para
ejercer funciones como entidad o persona jurídica se requiere de cumplir con
todos los requisitos conforme la ley y principalmente el de su inscripción .

Al respecto, es menester indicar lo que regula el artículo 14 del Código de


Comercio regula que: “La sociedad mercantil constituida de acuerdo a las
disposiciones de este Código e inscrita en el Registro Mercantil, tendrá
personalidad jurídica propia y distinta de la de los socios individualmente
considerados”.

El artículo 16 del Código Civil regula que la persona jurídica forma una entidad civil
distinta de sus miembros individualmente considerados; puede ejercitar todos los
derechos y contraer las obligaciones que sean necesarios para realizar sus fines y

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será representada por la persona u órgano que designe la ley, las reglas de su
institución, sus estatutos o reglamentos, o la escritura social.

En vista de las teorías de creación de las personas jurídicas, así también de cómo
regula la normativa legal de Guatemala, la creación y la funcionalidad de las
mismas, como deben componerse y algo importante es que la personalidad
jurídica de estas es distinta a la de sus miembros que la componen.

En ese orden de ideas, es imperativo indicar lo relativo a materia penal, siendo


necesario principiar con la teoría del delito, la cual es la parte de la ciencia del
Derecho Penal que se ocupa de explicar qué es el delito en general, es decir,
cuáles son las características que debe presentar una conducta para ser
considerada delictiva. La Teoría del Delito es una construcción dogmática, que
proporciona el camino lógico para averiguar si hay o no delito en cada caso
concreto.

El autor Raúl Plascencia refiere que: “Tiene como objetivo analizar y estudiar los
presupuestos jurídicos de la punibilidad de un comportamiento humano sea a
través de una acción o de una omisión, es decir que no solo alcanza a los delitos,
sino de todo comportamiento humano del cual pueda derivar la aplicación de una
consecuencia jurídico penal”. (Villa Nueva, 1998, Pág. 15)

Es necesario realizar ese camino o análisis de cada conducta, cada acción u


omisión ejecutada por el sujeto, para determinar la existencia o no de un ilícito
penal; para ello, las ciencias penales se apoyan en otras ramas del derecho, las
cuales le permitirán obtener con mayor certeza el resultado que se pretende.

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La teoría del delito, está compuesta por elementos positivos, siendo los siguientes:

Acción: es toda conducta que una persona física que surte efectos en el mundo
exterior.

Tipicidad: La tipicidad, se define como “La adecuación de la conducta al tipo, o


sea, el encuadramiento de un comportamiento real a la hipótesis legal. Así habrá
tipicidad cuando la conducta de alguien encaje exactamente en la abstracción
plasmada en la ley”. (Amuchategui, 2013, Pág. 56)

Antijuricidad: De igual forma la citada autora, refiere que, “La antijuridicidad es lo


contrario a derecho. Para ello se distinguen dos tipos material y formal. La
antijuridicidad material es propiamente lo contrario a derecho y la formal, es la
violación de una norma emanada del Estado”.

Culpabilidad: El autor Luis Jiménez de Asúa, la define como: “Conjunto de


presupuestos que fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta
antijurídica. El límite para la imposición de penas, está en lo incalculable, en el
caso fortuito. (Jiménez, 1997, Pág. 234)

En cuanto a los sujetos del delito, podemos mencionar el sujeto activo y sujeto
pasivo; en cuanto al primero, podemos indicar que, es la persona física que
comete el delito; se llama también delincuente, agente o criminal. Es conveniente
afirmar que el sujeto activo, siempre será una persona física. En cuanto al
segundo sujeto, indicamos que es la persona física o moral sobre quien recae el
daño o peligro causado por la conducta realizada por el delincuente. Por lo
general, se le denomina también victima u ofendido, en cuyo caso una persona
jurídica puede ser sujeto pasivo de un delito, como en los delitos patrimoniales y

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contra la nación entre otros. Estrictamente, el ofendido es quien de manera
indirecta resiente el delito; por ejemplo, los familiares del occiso. En principio
cualquier persona puede ser sujeto pasivo; sin embargo, dadas las características
de cada delito, en algunos casos el propio tipo señala quien puede serlo y en qué
circunstancias.

Para centrarnos en el meollo del asunto, es decir, la responsabilidad de las


personas jurídicas, es necesario iniciar que debemos entender en cuanto a
responsabilidad, para ello la Real Academia de la Lengua Española, indica: El
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la define como: Deuda,
obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otro, a consecuencia de un delito,
de una culpa o de otra causa legal. Cargo u obligación moral que resulta para uno
del posible yerro en un asunto determinado. Esta definición está enfocada en la
obligación que debe tener o nacer para todo sujeto, derivado de una acción u
omisión de la que hubiere resultado un daño, es decir, esa obligación de
responder en reparar o corregir lo que se provocó, producto de su conducta
incorrecta. Esta puede consistir en reparar el daño físico o en lo posible intentar la
reparación moral a través de una cuantificación económica, que, aunque es difícil
establecer un valor, en alguna forma tratar de aliviar esa afectación sufrida.

En cuanto a la responsabilidad penal, se indica que, es aquella que se concreta en


la aplicación de una pena, por la acción u omisión dolosa o culposa del autor de
una u otra, es estrictamente personal, de interpretación restringida, de
irretroactividad vedada, de voluntariedad presunta (una vez demostrada la relación
de causalidad entre el ejecutor o inductor y el resultado) y de orden público.

RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS EN EL DERECHO


COMPARADO

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En junio de 2010, España modificó su Código Penal respecto de las personas
jurídicas y cabe destacar que, por primera vez, se establece la responsabilidad
penal de las personas jurídicas, las cuales, como cualquier persona física, podrán
ser perseguidas y sancionadas penalmente por aquellos supuestos donde
expresamente la ley lo prevea. Estos supuestos incluyen imputaciones de aquellos
delitos cometidos en su nombre o por su cuenta y en su provecho, por quienes
tienen la representación legal de la misma, así como por la responsabilidad de no
haber ejercido, la persona jurídica, el control debido sobre sus empleados. La
responsabilidad penal de la persona jurídica podrá declararse con independencia
de que se pueda o no individualizar la responsabilidad penal de la persona física.

Al hablar del derecho a nivel internacional, no se puede dejar de hablar de


España, país que ha servido de base a nivel legal y doctrinal a muchos países
para desarrollar sus sistemas de justicia y el aspecto legal de sus Estados.
Latinoamérica no ha sido la excepción y Guatemala también ha participado de
estos beneficios y del apoyo que estos países desarrollados proporcionan.

En cuanto a la responsabilidad penal de las personas jurídicas, España lo ha


dirigido a la admisión a veces restringida, de la responsabilidad penal de las
empresas y no de la persona jurídica, especialmente en el ámbito sancionatorio
administrativo, económico y comercial y principalmente se ha considerado la
responsabilidad penal de las entidades que se han establecido en la Comunidad
Europea como la modelo a nivel legislativo y judicial en varios de los estados
miembros.

En el derecho penal español a nivel de principios políticos-criminales, la doctrina


dominante se manifiesta contraria a la responsabilidad penal de las personas
jurídicas, entendida en el sentido estricto de sujeción a penas criminales; fundando

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esta opinión en los principios de culpabilidad y de personalidad de las penas, que
impiden que el castigo recaiga sobre todos los miembros de la persona jurídica
(como sucedería inevitablemente si se impusiese una pena a la misma) y obliga a
que únicamente respondan de los hechos las personas físicas que efectivamente
los hubieren realizado.

La línea de las sanciones continúa en el derecho español y enfoca las mismas


únicamente en las personas responsables de las acciones y no sobre la persona
jurídica, misma que se considera aceptable; pues esta teoría considera que de ser
así afectaría a la totalidad de los miembros que la conforman. Sin embargo, deja
por un lado que la persona jurídica también es responsable por las acciones de
sus miembros y que de alguna manera deberían ser alcanzados por las sanciones
que sí le pueden ser aplicadas.

En España, se ha previsto no solo sancionar con la aplicación de una multa que


afecte en proporción a los bienes o dinero obtenido ilícitamente, sino que, se ha
regulado en relación a la necesidad de aplicar al infractor una pena de multa que
le castigue el doble o tres veces esa ganancia, pues es la única forma de
sancionar y de afectar sensiblemente a las entidades que han delinquido
organizadamente, principalmente cuando se trata de delitos de índole tributario y
aduanero, en los cuales se afecta a todo un estado.

La Ley Orgánica de España del Código Penal en el artículo 31 establece que, el


que actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o
en nombre o representación legal o voluntaria de otro, responderá personalmente,
aunque no concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la
correspondiente figura de delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del
mismo, si tales circunstancias se dan en la entidad o persona en que suyo nombre

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o representación obre. Así mismo, el artículo 32 bis, establece que, en los
supuestos previstos en este Código, las personas jurídicas serán penalmente
responsables de los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y
en su provecho, por sus representantes legales y administradores de hecho o de
derecho.

En los mismos supuestos, las personas jurídicas serán también penalmente


responsables de los delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales y por
cuenta y en provecho de las mismas, por quienes, estando sometidos a la
autoridad de las personas físicas mencionadas en el párrafo anterior, han podido
realizar las acciones por no haberse ejercido sobre ellos el debido control
atendidas las concretas circunstancias del caso.

La responsabilidad penal de las personas jurídicas será exigible siempre que se


constate la comisión de un delito por quien ostente los cargos o funciones aludidas
en el apartado anterior, aun cuando la concreta persona física responsable no
haya sido individualizada o no haya sido posible dirigir el procedimiento contra
ella. Cuando como consecuencia de los mismos hechos se impusiere a ambas la
pena de multa, los jueces o tribunales modularán las respectivas cuantías, de
modo que la suma resultante no sea desproporcionada en relación con la
gravedad de aquéllos.

La concurrencia, en las personas que materialmente hayan realizado los hechos o


en las que los hubiesen hecho posibles por no haber ejercido el debido control, de
circunstancias que afecten a la culpabilidad del acusado o agraven su
responsabilidad, o el hecho de que dichas personas hayan fallecido o se hubieren
sustraído a la acción de la justicia, no excluirá ni modificará la responsabilidad
penal de las personas jurídicas, sin perjuicio de lo que se dispone en el apartado
siguiente.

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Podrán considerarse circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal de las
personas jurídicas haber realizado, con posterioridad a la comisión del delito y a
través de sus representantes legales, las siguientes actividades:

a) Haber procedido, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra


ella, a confesar la infracción a las autoridades.

b) Haber colaborado en la investigación del hecho aportando pruebas, en


cualquier momento del proceso, que fueran nuevas y decisivas para esclarecer las
responsabilidades penales de los hechos.

La legislación de España también considera que la responsabilidad penal de las


personas jurídicas recaerá siempre sobre estas, cuando las personas individuales
realicen actos constitutivos de delitos en nombre de estas, cuando dichas
actividades sean provechosas para la entidad que representan o aún sin ser
representantes hubieren realizado esos actos en nombre de la misma o
impulsados por esta.

De igual manera serán atribuibles los actos que realicen sus delegados,
empleados o representantes, si la persona jurídica como tal, permitió o no ejerció
los controles adecuados sobre ellos, permitiendo que con esos actos incurrieran
en actividades ilícitas de carácter penal que ameritan sanciones.

Así mismo, las personas jurídicas tendrán responsabilidad aun cuando sus
funcionarios o administradores no se hayan podido individualizar o no se haya
iniciado acciones en su contra. Esta posición es contraria con las posturas que se
han analizado en otros países y principalmente con lo que establece la ley penal
de Guatemala, pues en esta realidad debe ser individualizada la persona
responsable sin cuya participación no se hubiese consumado la acción delictiva.

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Por lo que ha obligado a los legisladores a pensar o a profundizar en el tema, pues
las ilegalidades cometidas son de tal magnitud que se considera que no pueden
ser autoría de una sola persona, sino más bien de grupos organizados,
conformados exclusivamente para tales fines; situación que es similar en muchos
países y los de Latinoamérica no son la excepción.

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

OBJETIVO GENERAL

Implementar un sistema procesal específico y eficaz de imputación objetiva hacia


la persona jurídica para así vincularla penalmente y posteriormente determinar la
responsabilidad penal por la comisión de delitos en sus modalidades que las leyes
establecen.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

● Identificar las falencias en el sistema de imputación objetiva a las personas

jurídicas por parte del Ministerio Público.

● Identificar los impedimentos, a los que se ve impelido el Ministerio Público

para realizar la imputación objetiva a las personas jurídicas.

● Comparar la legislación de otros países, como técnica legislativa y procesal

para realizar la imputación a las personas jurídicas.

20
● Generar las mejores prácticas para vincular penalmente a las personas

jurídicas al proceso.

● Realizar una imputación objetiva a la persona jurídica.

● Identificar al integrante o integrantes del órgano decisor, a quienes se hará

la imputación para vincular penalmente a la persona jurídica.

SUPUESTOS DE LA INVESTIGACIÓN

● Existe deficiencia por parte del Ministerio Público para hacer una

imputación objetiva contra una persona jurídica.

● El Ministerio Público en los casos concretos no hace una adecuada

investigación para así determinar la responsabilidad penal de la persona


jurídica, y por ende hacer la respectiva acusación

● La carencia de una adecuada práctica por parte del Ministerio Público para

hacer una efectiva vinculación penal a las personas jurídicas.

21
● Existen limitantes que complican al Ministerio Público realizar la imputación,

tales como la muerte del representante legal de la empresa o la fusión de


dos más personas jurídicas.

BOSQUEJO PRELIMINAR DE TEMAS

1. Derecho Penal y Procesal Penal

1.1. Definición de Derecho Penal


1.2. Teoría del Delito
1.3. El Delito
1.4. Las Penas
1.5. Responsabilidad en el Derecho Penal
1.6. Definición de Procesal Penal
1.7. Fases o Etapas en el Proceso Penal
1.8. Ministerio Público como Ente Investigador
22
2. La Persona Física y la Persona Jurídica

2.1. Definición de Persona Física


2.2. Definición de Persona Jurídica
2.3. Teorías de creación de la Persona Jurídica

3. Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas

3.1. Societas delinquere non potest


3.2. Societas delinquere potest
3.3. Derecho Comparado

4. Falta de vinculación, Imputación objetiva y acusación a las personas


Jurídicas en el proceso penal guatemalteco.

4.1. Casos de transcendencia nacional


4.2. El actuar del Ministerio Público en relación a la vinculación,
imputación y acusación de las personas jurídicas.
4.3. La Necesidad de Crear un procedimiento específico para la
deducción de responsabilidad penal de las personas jurídicas

MÉTODOS Y TÉCNICAS A UTILIZAR

Métodos:

Debe describir cada método y como los va a utilizar en esta investigación, no es


suficiente enumerarlos, al igual que las técnicas, debe explicar que es cada una de
ellas y como las utilizará para obtener información como herramientas.

● Analítico y,

● Deductivo

23
Técnicas:

● Documental

● Entrevista

● Encuesta

24
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
AÑO 2019
SEPTIEMBR
JULIO AGOSTO OCTUBRE NOVIEMBRE ENERO
TEMA ACTIVIDADES E
SEMANAS
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3
Curso de Taller de Tesis X
Presentación de Tema de
X X
investigación
Elaboración del plan X X X X X X X X
Recopilar Información bibliográfica
X X X X X
y documental
Aprobación de Plan y
X
Nombramiento de Tutor
Elaboración 3. Redacción de los temas X X X
De 4. Presentación al asesor.
Tesis 5. Corrección de previos
Dictamen favorable del Tutor.
Comisión de Estilo
Orden de Impresión
Sorteo de Fecha para Examen
Publico de Tesis

1
ESTIMACIÓN DE RECURSOS

Materiales:

Fotocopias: 200.00

Libros: 1,500.00

Transporte: 800.00

La estimación de recursos, se dividen en dos: materiales y humanos, debe ampliar


los costos, aun sea puro requisito formar, que no es práctico, pero hay que
estimarlos con más claridad.

1
BIBLIOGRAFÍA

● Cf. MESTRE, Aquiles, Las personas morales y su responsabilidad penal.

Madrid, Góngora, s/d, trad. Cesar Camargo y Marín

● OLIVEIRA, José Lamartine Correa, A dupla crise da pessoa jurídica. Sao

Paulo, Saraiva, 1979

● Cf. LOWE, Simon& MCKIE, Fräser, La responsabilité pénale des personnes

morales auRoyaume-Uni. Les PetitesAffiches, 120, 1993

● Cifuentes, Santos. Elementos de Derecho Civil, parte general. 2ª. Edición,

Editorial Astrea, Buenos Aires, Argentina.1991

● Cabanellas, Guillermo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual.

Buenos Aires, Argentina. Editorial Heliasta, 1997

● Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, Vigésima Primera

Edición, Madrid 1992

2
● Villa Nueva, Raúl Plascencia, Teoría del Delito, Universidad Autónoma de

México, México 2000, Primera Edición, 1998

● Amuchategui Requena, Griselda, Derecho Penal, México, Editorial

Mexicana, Segunda edición

● Jiménez de Asúa, Luis, Lecciones de Derecho Penal, primera serie,


volumen 7

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