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e ae : b Sas pm MK ° 3 . a a OEM ee MOC MYT Ce CUCa Cy nm cred el Seftor a todas las bestias del aves del cielo Por Phil Brucato, Shanti Fader, Eric Griffin, Jess Heinig, Kenneth 9 Hilfe, Sian Kingstone y Angel McCoy. 1 a_A_A_A_A_A_A_A__A__A__A__A__A_A_A_A_A Escrito por: Phil Brucato, Shanti Fader, Fie Griffin, Jess Heinig, Kenneth Hite Sian Kingstone y Angel McCoy Material adicional: Richard E. Dansky, Kraig Blackwelder, Cel Bowen, Mark Cencayk, Ken Cliff, Ian Lemke, Laurah Norton y Ethan Skemp Desarrollo: Phil Bracato, con Ken Cliffe e Ian Lemke Editor: Carl Bowen Directora artista: Aileen E. Miles Maquetacién y ipografia: Katie McCaskill Mustraciones: Barbara Armate, Jeff Holt, Patrick Kochakjt, Matthew Mitchel, Paul Phillips, Steve Prescott Tustracién de portada: Mark Jackson ustracién de contraportada: Steve Prescott Disefio de portada y contraportada: Katie McCaskill Agradccimicntos Especiales Shane “Gira de Tareas” DeFreest, por unitse por fin a la manada de Lobos. Rich “Thon” Dansky, por castrar a las Comadrejas. Kathy “Reviviseccién” Ryan, por organizar esa Gue- ra en el cielo, Jess “Diablo Tigre” Heinig, por mostramos de qué est hecho en las sesiones de brainstorming, Ed“Bombardearé al Capullo” Hall, por defender su(s) reino(s) frente a las hordas desaseadas. Chris "Hombrecillos Verdes (y Bronceados y Grises)” ‘McDonough, por comandar las fuerzas de Battleground. Greg “Dragén Astuto” Fountain y Matt “Compuer- ta Millberger, por preparar una estupenda promacién de Mago: La Cruzada, Créditos de la Edicion Espafiola Directores Editoriales: Juan Carlos Poujade y Miguel Angel Alvarez. “Traduceién: David Alabor. Coordinador de la traduccién (linea Mundo de Tinieblas): David Alabort. Disefio y maquetacién: David Alabort y Javier Pérez Calvo. Impresion: Graficinco S.A. Filmacién: Autopublish. Agradecimientos Especiales ‘A los 40 principales. A los 40 principales. A los 40 principales. A los 40 principales. A los 40 principales. A. los 40 principales. Oh no, me he contagiado. Publicado por La Factoria, C/Plaza, 15. 28043 Madrid. © por la versin espafola wonw.distrimagen.es e-mail: factoria@distrimagen.es ‘Apéntate ala lista de correo sobre el Mundo de Tiniblas: iniblas@xstrimagen.es La informacién para subscribirte est en wewedistrimagen.es GAME STEDIO ‘Noviembre de 1999 1a editorial autoriza a fotocopiar la siguiente pina para uso personal: 126 {© 1998 Whice Wolf In. Tadoe los derechos reservados. Queda expresamente prohibida la reproduceign sin el permiso escrito dela editorial, excepto sie com [a ntencién de exert resefias, Tonos los personajes, nombres, uyaresy textos mencionadcs cn libro son propiedad inealectual de White Wolf, Ine ‘Lamenciéno referencia cualguer ors computa penducto en estos paginas no debe set tomada como un ataque a las marcas registradas 0 propiedad inelectuales correspondiente: Debido as emdtien, este producto se recomtenda eso pra lectoes adotos ISBN: 84-8121-001-4 Depesito Legals M40575-1999 indice Preludio: Danza de muerte 5 Infroducion 1 Capitulo Uno: Grandes bestias 11 Capitulo Dos: Bestias menores 69 Capitulo Tres: La bestia cobra vida SS ta BT CO DANZA DE MUERTE Por Sian Kingstone rvible danza de muerte. Mary Zancas bufé de nuevo. Aguella vez Mary pudo sen- pudo verla incluso desde su nicho entre ls tamas, Mien- Jo también. Un gemido, demasiado suave y bajo para tras la erintura iba deslzindose retorcity sinuosadesde ser ofdo por nadie humano, lew6 hasta ellos. El bosque las hierbas de l onlla hasta el ro, su ustroso pelaje cap- el aize producfan uma sensacidn ngobiante. Una pa tur6 la luz, Se decfa que aquel baile hipnotizaba au pre- de Mary salié de ella y se mezclé con el bosque. Las sa, Algunos susurrahan incluso que el armifio se bebia la percepciones humuanas desapatecieron, y vio como un sang ime animal... o un mago. Por supuesto, Mary Prior no crefa en aquellos even: ‘Una negra ola de miedo pas6 sobre ell, pero no era tos. Después de todo, Charnwood estaba lleno de las suya, Mary apreté los pitpados. El armiito se habia ide ya. unas cazaban a otras, incluso ante Lo que sentia ahora cra una criatura de naturaleza muy distinta. Gimis de nuevo, y Mary pudo ver en su mente ttavés de un velo de sangre, y su piel se eriznba como flechas, redes, espadas, ycentelleantes colmillos le perros antes de una tormenta “Aguanta!” grit. “iYe llegol" Casi al unison, kaj caer del debol, ajustindose desp fris que Mlevaba en honor de San Francisco. Casi de inme- Alain vempo después, se detuvieron junto dhato, Zancas se puso a su lado. Mary se aparté un rubio para esperar. Aunque sus pulinones gritaban iRespinat iRes. mechén rebelde de la cara y acariciG el grueso pelaje del pirat Mary permanccié inmévil mientras el sol se acetcaba viejo lobo. Zancas dej6 salir aire por los ollares y levanté _pulgada a pulgada, las orejas. Mary se qued6 quiet. Enronces las imagenes Hegaron a ela “iQué pasa!” susurs, ¥ no por primera vez. Algo iba Su mente ente6 en un remolino cuanda, atx mal, Estaba tan cerca del santuario que la prese tir virgen deberia lenarla de que se aproximaba. Habia esperado vit los hambvientos bendita paz. Pero a inqutietud del lobo encendis una chis- gritos de hombre y perro, pero aquella amenaza no era una pa de intranguilidad en cacerfa, La tierra tembl6 al acercarse, Las ramas se ron rio, mirando hacia los deboles mientras el aice se tensaba pian y las hojas cafan. El aire crepitaba de poder. E alrededor de ambos como la cuerda de un arco. ces, una abrasador anillo de Vas brot6 de la tierra: algo El armifio tejié un de sus criaturas de elmanto ven yl lobo se adentraron en: ta Winifteda los ojas,y efdos de otra criatura, detects un nuevo peligro a de la m Zancas reconta Ta orilla vTvVvVVYVYVYYYVYwW¥®®¥YY¥?eY¥YV¥Y¥Ywyvioywiy se movia en su corazén. Escamas mbar, cols larg... Blgida, la Reina del Fuego, guiaba la danza de sus esbirtos. Sus ‘cuerpos demontacos se enroscaban como serpientes en las llamas. Al estremecerse la presa, Mary hizo lo mismo. La joven sintié unos afilados cascos hiriendo a las salamandras, como si los cascos saliesen de sus propias piernas. El bos- que dio una sacudida cuando la presa de los clementales salté hacia la libertad, En un parpadeo, la imagen desapareci6. Mary esper6, pero no volvié a ofr el gemido. Habfa otras llamadas (un pet herido por las garras de una nutria, un ciervo sorpren- dido por un cuemo de caza), pero nada proveniente del compafiero de sentidos de Mary. Como una piedra plana saltando sobre el agua de un estanque, su mente busc6 ala criatura. Silencio. En el bosque, la Muerte dirigia siempre Ia danza, y a veces no te permitia abandonarla. Mary te- mid que el anillo de fuego hubiese vencido, eDénde estés, pobre bestia? pens. Una suave brisa acarcié las mefillas de Mary... célida- mente, como aliento. La joven abrié los ojos: una forma blanca se ceria sobre ela, los ollares abierts, los ojos émm- bar brillantes y salvajes. La bestia tenfa el cuerpo de un ca- ballo, cola de leén y una estrecha cabeza parecida a la de una cabra, De su frente salia un cuerno largo y retorcido, Mary tendié su mano alla criatura con la palma hacia arriba, “Of tu lamada,” susurrd. ‘Alofe un ruidoa su derecha, Mary levanté la vista. Una chica habia entrado en el claro, quedéndose paralizada y on los ojos abiertos como platos. El unicorn se aceres, su relincho casi un grito, y Mary pudo sentir de nuevo el calor de las llamas cuando el miedo del animal pass a través de cla. Apenas pudo apartarse a tiempo. Los cascos de la bes- tia golpearon el suelo junto a su cabeza. Antes de que Mary pudiese levantarse de nuevo, el unicornio habia huido. ‘Mary se puso en pie, enfadada. “Casi le tenta,” sise6 a la recién llegada. “Gracias at, tendré suerte si alguna ver consigo acercarme de nuevo a él.” 1a otra chica tenfa més 0 menos su edad y estatura, aunque de alguna forma parcefa miear a Mary con supetio- ridad. Descalza y con una falda remendada, se acere6 como lun armifio sus ojos emitiendo un fuego verde. Aguda como tuna aguja, dio “Si no hubiese sido tan brusea, no hubiese escapado. Habia invocado lamas para condutirle hasta rf", ‘Mary no necesitaba el miedo del unicomnio para darse cuenta del manto de humo y azufre que envolvia ala chica: fa lero. Y por el Arbol de plata ylos nudoscirculares de su broche, estaba muy claro que se metia en cosas que nin- ‘gin mortal temeroso de Dios tenfa derecho a conocer. El calor de la ira forj6 un filo en la lengua de Mary “IY , qué? iNo te dijo tu madre que no se juega con fuego!” La joven alzé una eeja. “Oh, ast que conoces el Cami- no del Wyrd, Chica Lobo.” Rié, dejando que su pelo le cayera sobre el hombro. Pelo roi, pens6 Mary. El pelo de Judas. “jReconozco a un sietvo del Diablo cuando lo veo!" sed en respuesta. Los ojos de Ia otra se estrecharon. “Esa criatura ¢5 mi responsabilidad. He de llevaela a un lugar seguro.” “Esa “criatura”, como tila has llamado, es una criatu- ra de Dios, y por lo tanto mi responsabilidad.” {De veras?” El tono de la joven tenia un matiz bur- én. “iY exactamente qué planeabas hacer con ella? Al ‘menos yo sé dénde encontrar Ia puerta a Hrossheim.” Mary reconocié el nombre. Por lo que podta recordar. Hrossheim era un santuario Ultramundano de alg tipo. “Bien, no puedes saber mucho,” contraatacs, ‘no cuando intentas atrapar a una criatora dela tierra usando fuego. Y ‘obviamente no eres virgen, pues entonces lo hubieses cap- turado hace mucho.” Pelo de Judas se arregl6 las remendadas ropas. “Lo mis- ro podria decirse de ti. La verdad, Chica Lobo, es que ninguna de nosotras ha tenido mucho éxito.” La bruja se acere6, con las manos abiertas y a la vista. No era tonta; Zancas la miraba como si fuese un faisén bien cebado, e- petando que hiciese algtin movimiento agresivo. “Mira,” suspiré, “no tengo tiempo para esto. Si no encuentro al uunicornio, mori.” El estémago de Mary dio un vuelco. “iQue dices?” “INo has ofdo la caceriat” La chica se dio la vuelta Mary le agarré del brazo impulsivamente yla bruja se eri 26, desnudando los dientes como un zorro avorralado. “Hirossheim es su hogar,” dijo. “Se escapé de alguna forma, Mis amigos van a sellar las puertas para que ningén ‘otro unicomnio acabe agus. Tengo hasta el crepasculo para Ilevarlo de vuelta. ‘Ahora, deja que me vaya!” ‘Acto seguido, la joven se liberé de una sacudida y si- gui6 el camino tomado por el unicornio. Mary contempl la figura que se iba alejando durante uun momento. Habia algo de cierto en sus palabras. Que hhubiese hecho ella con la criatura? No era exactamente tun animal discreto. Podia salvar al unicomio de una cace~ ria sélo para dejarle en el campo, a merced de otro sefior aficionado a los trofees. ‘Meneé la cabeza ante la idea que se estaba empezan- doa formar all'dentro. Con un bajo silbido a Zancas, eché ‘a cotter tras la chica con pelo de Judas. Solo esperaba que el Buen Dios le perdonase. Mary alcanz6 a la bruja al borde de un pequetio calve- ro, “iDeténte!” grité. Después, mis suavemente: "No digo au me gust loque haces, pero tampoco quer qe me La chica lanz6 un bufido de burla, pero Mary insisti6. “iEsctichame! Solo hay una forma de atrapar a un unicor- no. Ni siquiera tu magia puede pasar por encima de eso.” ‘Una mirada pensativa pas6 por los ojos de la joven, que se detuvo. LY crees que ta podrias hacerlo. Mary asinti6. Hubo un minuto de incémodb silencio, ‘y después la chica lanzé un sonoro suspiro y murmurs algo sobre los tontos y el orgullo. “Como desees, Chica Lobo, “Man.” La bruja sonrié un poco. “Mary, entonces. Al menos hhasta que se me ocurra algo mejor.” MUNDO DE TINIEBLAS: BESTIARIO DE ARTARO vvVvvgv¥w¥Ye¥feYyeYyTVYYY¥YY’YYYY “2Y yo deberia lamarte..2" Pelo de Judas se encogié de hombros. “Kestral es un nombre tan bueno como cualquiera.” Mary se incliné para susurrar en las orejas de Zances. El lobo husmes el suelo donde estaban las j6venes y des pués recortié el calvero. Al llegar @ un charco junto aun roble, se de Mary fruneis el cefto. El barro estaba lleno de huellas dd varios animales. Se acuclill6, sacando una brisna de un. hhueco, Estaba inracta “Jinetes,"dijosefialando las huellas de clavos en el barro. Kestral hizo una mueca. “Entonces la cacerfa ha pasado ya por aqut. Hasta puede que hayan tomada la delantera.” Una ola negra pasé sobre Mary. Fria Aguda. Miedo de ‘nuevo, El tenso gemido resoné en su cabezs. La otra chica 1no pareci6ofrlo, pero Zancas anz6 un ladrido y se adentré entre las som “Bra él,” dijo Mary. “iDeprisa!” Kestral la miré por un momento, con curiosidad en sus ojos verdes, Mary no espers, Siguiendo a Zaneas, pudo sentir més que oft a Pelo de Judas tras ella. Mientras co- trfany las muchachas oyeron las primeras notas de un cuer- no de caza La Garganta del pescador se alzaba ante ellas, sus ma- jestuosas torres de roca negra alzéndose 2 través de los {choles como una imponente fortaleza. Un ro brotaba entre los oscuros pares, gorgoteanlo alegremente sobre la ro- ‘cas mas pequefias ima vee libre de la masa de piedra, Mientras se acercaban, Mary sinti6 con toda certeza ‘que las agrietadas y arrugadas colinas las miraban feun-

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