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El transporte del agua desde las raíces hasta las hojas de los árboles se lleva a cabo

principalmente a través de un proceso llamado ascenso de la savia. Este fenómeno


se basa en varias fuerzas físicas y procesos biológicos, siendo los principales el
transporte capilar, la cohesión y la adhesión del agua, y la transpiración.

​ Transporte capilar: Las raíces de los árboles tienen estructuras


especializadas llamadas pelos radicales, que aumentan la superficie de
absorción. El agua es absorbida por las raíces debido a la presión osmótica y
la diferencia de potencial hídrico entre el suelo y las células de las raíces.
​ Cohesión y adhesión del agua: El agua tiene propiedades únicas de cohesión
y adhesión. La cohesión se refiere a la capacidad del agua para unirse a sí
misma debido a las fuerzas intermoleculares, mientras que la adhesión se
refiere a su capacidad para adherirse a otras sustancias, como las paredes
celulares de los vasos conductores.
​ Transpiración: Las hojas de los árboles tienen pequeñas aberturas llamadas
estomas a través de las cuales el agua se libera en forma de vapor durante un
proceso llamado transpiración. La transpiración crea un gradiente de presión
negativa (tensión) en el xilema, el tejido vascular encargado del transporte de
agua en las plantas.
​ Tensión-capilar: La combinación de la cohesión y la adhesión del agua junto
con la transpiración crea una tensión capilar en el xilema. Esta tensión es
suficiente para levantar el agua desde las raíces hasta las hojas a través de
los vasos conductores.

En resumen, la absorción de agua por las raíces, la cohesión y adhesión del agua, la
transpiración y la tensión capilar trabajan juntas para permitir que el agua se mueva
desde las raíces hasta las hojas de los árboles. Este proceso es vital para el
suministro de agua y nutrientes a todas las partes de la planta.

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