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El dolor del corazón.

En mi familia desde que recuerdo mis padres siempre nos dieron un buen ejemplo, sin embargo, al
correr la vida que hoy entiendo, paso todo en un abrir y cerrar de ojos, todo fue cambiando y
entendí muchas cosas, la vida no es color de rosa. Crecí con mi hermano menor, David, nos
llevamos 2 años de diferencia, nuestra niñez fue corriendo entre risas y peleas de hermanos en
Yopal- Casanare. Ocasionalmente mi hermana Leidy nos visitaba, ya que ella vivía con mis abuelos
maternos, cuando ella cumplió 15 años mi mamá decidió que nos mudáramos a Agua de Dios-
Cund. para poder estar más cerca de mi hermana y de hecho con algunos tíos, primos y mis
abuelos.

En Agua de Dios no fue fácil la vida, pasamos muchas necesidades económicas y mi hermana en su
plena adolescencia, en medio de nuestra inocencia, les pasaba muchas cosas que nosotros no
entendíamos y que generaba en mis padres discusiones. En los 2 años que vivimos en Agua de
Dios, aunque pasamos por muchas situaciones difíciles, también vivimos experiencias buenas con
mis hermanos, corríamos, jugábamos, íbamos mucho a un sitio llamado los chorros, unos baños
termales, donde se escuchaba el correr del agua, el canto de las aves y nuestras risas con eco ja ja
jaaaa. Después mis padres deciden mudarse a Ibagué en busca de que mi hermana tuviera
mayores oportunidades

En Ibagué llegamos igual con varias dificultades económicas, pero con el tiempo mi hermana ya se
independizo y mis padres por diferentes motivos se separaron, con el esfuerzo de mi mamá,
logramos mi hermano y yo terminar el bachillerato. Yo con el transcurrir de los años conocí a
quien es mi esposo, en una empresa donde los dos trabajamos, decidimos irnos para Bogotá, en
búsqueda de oportunidades laborales, logré estudiar allí auxiliar de enfermería y también empezar
a trabajar en el sector salud. Para el año 2018 nació mi hija María Isabella Gonzalez Yela, el día que
nació y la vi, sencillamente era lo más hermoso que había visto en mi vida, tan perfecta y frágil
como una mariposa, única y quien nos ilumina los días desde que nació.

Hoy en día, a pesar de que no es fácil ser padres, pues nadie nos da un instructivo, hemos logrado
sacarla adelante y queremos que logre grandes cosas en su vida. Mi esposo se encuentra
actualmente en Sidney-Australia, aunque no ha sido fácil pues es empezar desde cero, confiamos
en Dios que la vida nos siga iluminando el camino a cumplir nuestras metas y prontamente
reunirnos con él, mi hija y yo. Deseo antes de salir del país, terminar mi carrera profesional para
así poder acceder a oportunidades laborales.

El 19 de julio 2023, fallece mi hermana Leidy, lo cual ha dividido mi vida en 2, ha sido una perdida
muy dolorosa, aun me encuentro afrontando el duelo, hay días buenos, hay días que no lo son,
pues hoy puedo decir que sé lo que es el dolor del corazón, pensar en ella y su recuerdo,
inmediatamente me hace doler el pecho, sentir un dolor inexplicable, como que me apretan el
corazón tan fuerte a punto de morir. Me he levantado a diario y seguir por mi hija, pensando en
que debo luchar por ella, pero es como estar en piloto automático, sin saber que sentir o que
hacer. Espero que este al lado de Dios y nos acompañe siempre.

Aunque en mi familia todos somos diferentes, en personalidad, carácter y pensamiento, deseamos


lo mejor para nuestro núcleo familiar, aceptamos nuestras diferencias y crecemos a diario con las
pruebas de la vida, que a veces no entendemos o renegamos, pero que no comprendemos que
Dios tiene una finalidad para cada una de ellas.

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