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TAREA ACADEMICA DE TEORIA DEL ACTO JURIDICO

EL ACTO JURIDICO Y EL NEGOCIO JURIDICO: LA DISCUSION Y DIFERENCIA


DOCTRINAL

1. INTRODUCCION
El derecho civil es una rama fundamental del derecho que regula las relaciones jurídicas sobre la
forma cómo estos bienes se adquieren, su uso, goce, disfrute, la forma de transmitirlos y los
conflictos derivados de ellos. Dentro del derecho civil, se encuentra el estudio de los actos y los
negocios jurídicos, aunque ambos términos son frecuentente usados de manera intercambiable,
la doctrina jurídica ha establecidos diferencias importantes entre ellos.
El acto jurídico se refiere a la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o
extinguir relaciones jurídicas. A comparación, el negocio jurídico podemos entenderlo como un
acuerdo de voluntades con la finalidad de crear, modificar o extinguir relaciones jurídicas.

Mediante este ensayo, se tiene como fin analizar la discusión y diferencia doctrinal entre el acto
y el negocio jurídicos, indagando los conceptos básicos de cada uno, como se relaciona con los
principios fundamentales del derecho civil y como se aplica en la practica en situaciones
cotidianas. Se observará las distintas opiniones de la doctrina y se discutirán los argumentos a
favor y en contra de cada postura de los autores, para finalmente llegar a una conclusión que
permita comprender mejor estas importantes figuras del derecho civil.

1.1. ACTO JURIDICO


El acto jurídico es una manifestación de voluntad que tiene consecuencias legales, es decir, que
produce efectos en el ámbito del derecho. Los actos jurídicos pueden ser celebrados por
personas físicas o jurídicas y pueden ser simples o complejos, unilaterales o bilaterales, entre
otros tipos. Asimismo, son fundamentales, ya que permiten a las personas y empresas a crear,
modificar o extinguir relaciones jurídicas. Por ejemplo: la celebración de un contrato de
compraventa es un acto jurídico que crea una obligación para el comprador de pagar el precio y
para el vendedor de entregar la propiedad vendida.

1.1.1. EL ACTO JURIDICO COMO ESPECIE DE HECHO JURIDICO


Entre hecho jurídico y acto jurídicos existe una relación de genero a especie. Todo acto jurídico
es un hecho jurídico, pero no todo hecho jurídico es un acto jurídico. El hecho jurídico
comprende, además de los actos jurídicos, a los actos meramente lícitos, los actos o
declaraciones de ciencia, las particiones y comunicaciones, los actos lícitos, los actos
involuntarios, sean estos solemnes o contrario con el ordenamiento jurídico y también a los
actos naturales o extremos que inciden en la vida de relación social del ser humano.
La noción del acto o negocio jurídico, delineada por la doctrina pandectista alemana del siglo
XIX, asume una posición central en el ámbito del sistema del derecho privado.

Torrez Vásquez sostiene que:


“El acto jurídico es el instrumento con el cual se da concreta actuación a la autonomía privada,
entendida esta como la libertad que tienen los sujetos de derecho (dentro de los limistes
permitidos por el ordenamiento jurídico) de celebrar los actos jurídicos que quieren, cn quien
quieren y determinar libremente el contenido de sus actos patrimoniales. La autonomía privada
esta garantizada por el ordenamiento”.

THUR expresa que:


“El derecho civil fundamenta en la opinión de que el ordenamiento jurídico mas adecuado para
las relaciones jurídicas de los individuos es el que ellos ismo establecen y por tanto, amplia la
facultad a los interesados”.

El negocio jurídico es “un acto vinculante de regulación privada de intereses, que asume
“relevancia” positiva para el ordenamiento estatal cuando los valores de los cuales es portador
sean compatibles con los valores expresados por el ordenamiento”. La relación entre negocio y
ordenamiento estatal constituye una expresión de la relación entre libertad (representada por
el negocio) y autoridad (expresada por el ordenamiento estatal); es decir, la relación entre un
sistema de valores (el negocio), expresión de intereses específicos, circunscritos y personales, y
un sistema de valores (el ordenamiento estatal), que es expresión de una visión general y
totalizadora de la realidad social, donde el negocio se inserta como un mínimo fragmento.
El acto jurídico es el hecho humano, voluntario, lícito, con manifestación de voluntad destinada
a producir directamente efectos jurídicos consistentes en “crear, regular, modificar o extinguir
relaciones jurídicas” (art. 140 C.C) o situaciones jurídicas (casado, soltero, arrendador). En otras
palabras, el acto jurídico es la manifestación de la voluntad enfocada en producir efectos legales
que el ordenamiento reconoce.

En la doctrina francesa, Bonnecasse (1945) expresa que:


El acto jurídico es una manifestación exterior de voluntad bilateral o unilateral, cuyo fin directo
consiste en engendrar, con fundamento en una regla de derecho o en una institución jurídica, a
cargo o en provecho de una o varias personas, un estado, es decir una situación jurídica general
y permanente o, por el contrario, un efecto de derecho limitado, que conduce a la formación,
modificación o extinción de una relación de derecho.
Asimismo, Torrez Vásquez (2018) expresa que:
Desde sus orígenes se han contrapuesto diversos modos de entender el concepto de acto o
negocio jurídico, en torno al cual se ha desarrollado un debate que dura hasta ahora. Según una
primera tesis que se puede llamar subjetivista o voluntarista, el concepto del acto jurídico debe
ser construido sobre la base de la figura de la voluntad, la cual es el elemento predominante y
determinante de los efectos del acto, de lo que se deriva que el contenido del acto está
determinado exclusivamente de la efectiva voluntad del agente. El rol decisivo de la voluntad
viene a ser contradicho por la tesis antivoluntarista u objetiva que considera que el acto o
negocio jurídico produce efectos no en cuanto acto querido, sino en cuanto es valorado por el
ordenamiento jurídico como socialmente útil, relegando la voluntad al mero conocimiento del
significado objetivo de la voluntad manifestada y del específico valor social del comportamiento
del agente. Según esta tesis la voluntad es determinante del acto en sí pero no de su contenido:
el efecto principal del acto es la producción de un vínculo a cargo del agente, que lo obliga a
ejecutar la regulación de intereses que ha creado, mientras que la constitución, modificación o
extinción de relaciones jurídicas constituyen los efectos finales del acto.

El acto o negocio jurídico, por tanto, consiste en un acto de autonomía privada por el cual los
particulares regulan sus propios intereses mediante la constitución, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas, quedando obligados a sí mismos por dicha regulación.
Conceptualizar el acto jurídico como manifestar la voluntad dirigida a producir efectos jurídicos
tutelados por el ordenamiento jurídico implica asignar la voluntad de los particulares un papel
imponente colocándolo en el centro del derecho privado. Por otra parte, en el corazón de la
postura que toma el acto jurídico está el dogma de la voluntad que exalta la libertad individual,
fruto de la ideología del Ochocientos desarrollada inmediatamente después de la Revolución
francesa que dio la máxima importancia al individuo y a sus derechos. El acto jurídico en general
y el contrato en particular eran los instrumentos para que se realice la voluntad, de modo que
cada uno sea legislador en su propia esfera jurídica. Tratándose del contrato, su regulación se
hizo sobre la base de la libertad: libertad de celebrar o no un contrato, de escoger a la persona
con quien se quiere celebrarlo, libertad para determinar el contenido del contrato. La justicia
contractual es el fruto de la libre contratación de las partes, puestas sobre un plano de igualdad
formal.
Por otra parte, Bianca sostiene que:
Es la explicación de la autonomía privada., como poder del sujeto de decidir sobre su propia
esfera jurídica, personal o patrimonial. El sujeto explica la propia autonomía privada mediante
actos negociales: es precisamente mediante los actos negociales que el sujeto organiza su vida y
dispone de sus intereses, adquiriendo o alienando bienes patrimoniales, contrayendo
matrimonio, obligándose a ejecutar prestaciones, constituyendo sociedades comerciales,
etcétera.

1.2. CARACTERES
El acto jurídico presenta los siguientes caracteres: 1) Es un hecho o acto humano; 2) Es un acto
voluntario; 3) Es un acto lícito; 4) Tiene por fin inmediato producir efectos jurídicos.
El acto jurídico es un hecho humano por oposición a los actos naturales o externos. Dentro de
los hechos humanos, el acto jurídico es uno de los “actos voluntarios”.
Para que el acto sea voluntario tiene que haber sido realizado con discernimiento, intención y
libertad y, al mismo tiempo, declarado o manifestado. Los tres primeros requisitos son
elementos internos de la voluntad y el cuarto, el elemento externo. La voluntad interna del
sujeto no es relevante desde el punto de vista jurídico a menos que se manifieste fuera del país;
sin embargo, al hacer una declaración destinada a inspirar confianza en los demás, el sujeto
tiene la oportunidad de expresar su propia voluntad y el sistema legal también tiene la
oportunidad de tener en cuenta esa voluntad. La exigencia de certeza y celeridad en los
negocios jurídicos prohíbe dar relevancia a una voluntad íntima que no se expresa con una
declaración o que está en conflicto con el tono de una declaración socialmente perceptible
hecha por interlocutores cuidadosos y sinceros.
Además, Torrez Vázquez (2018) expresa que: En la esencia predominante del acto jurídico está
la voluntad manifestada, razón por la que un acto realizado sin voluntad (sin discernimiento, o
sin intención, o sin libertad) es nulo (art. 219.1) o si ha sido realizado con voluntad, pero esta
adolece de vicios, el acto es anulable. Los actos jurídicos dependen de la voluntad del sujeto de
regular sus propios intereses, o sea de una determinación interna del querer, la cual no es
relevante como tal, sino solamente si es manifestada. La esencia de la manifestación de
voluntad está dirigida a la autorregulación de intereses en las relaciones privadas;
autorregulación que el individuo no debe limitarse a “querer”, sino a disponer, o sea, actuar
objetivamente. Con el acto el sujeto no viene a declarar que quiere algo, sino que expresa
directamente el objeto de su querer, y este es una regulación vinculante de intereses en las
relaciones con los otros.
No es acto jurídico el acto contrario al ordenamiento jurídico. La voluntad del agente debe
adecuarse al ordenamiento jurídico, caso contrario, es nulo por ilícito. El acto ilícito es contrario
al ordenamiento jurídico cuando contraviene las normas legales imperativas, el orden público o
las buenas costumbres. El acto jurídico tiene por fin inmediato producir consecuencias jurídicas
consistentes en crear, modificar, regular o extinguir relaciones jurídicas. Es decir, cumple una
función social o económica que es tenida presente por quien lo realiza y que es tomada en
consideración por el Derecho. Como sostuvo Betti:
“El Derecho no concede su sanción al mero arbitrio, al capricho individual, al motivo eventual
(que aun cuando no sea frívolo, sino plausible, permanece siendo intrascendente), sino a
funciones que estime socialmente relevantes y útiles para la comunidad que rige y en la que se
desarrolla”.

1.3. TIPOS DE ACTOS JURIDICOS


En la legislación y la doctrina se encuentran diversos tipos de actos jurídicos que han sido
clasificados según sus elementos, esto se debe a que cada uno dará lugar a diferentes efectos
jurídicos (creación, modificación, transmisión y extinción de derechos o deberes) por lo cual no
se puede aplicar una sola norma para todos estos elementos. Cabe mencionar que en nuestro
ordenamiento jurídico se encuentran regulados ciertos tipos de actos jurídicos, ya que existe
una amplia clasificación de estos, por ende, la ley en nuestro país solo toma en cuenta aquellos
que son empleados en nuestra sociedad. Teniendo en claro este punto, mencionaremos a
continuación algunas de las clasificaciones del acto jurídico utilizados en nuestra legislación.
ACTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS:

 Actos positivos: Entendemos por ello a aquellos actos jurídicos que mediante su
realización darán lugar al nacimiento, modificación, transmisión o extinción de un
derecho. A modo de ejemplo, tenemos el matrimonio en el cual nacen derechos y
deberes entre cónyuges que son regulados en nuestro código civil, tales como el
derecho a la alimentación (Art.474), deber de fidelidad y asistencia (Art. 288), igualdad
en el hogar (Art. 290), deber de cohabitación (Art. 289), etc.

 Actos negativos: En este tipo de acto se aprecia la obligación de no hacer, es decir que
se requiere la omisión o abstención de una obligación para que sea considerado como
tal. Por ejemplo: Un contrato de confidencialidad, donde el trabajador se compromete a
la abstención de revelar información privada de la empresa y en el caso de no cumplir
con su obligación de abstenerse a realizar ello, la empresa estaría en todo su derecho de
abrir un proceso legal.

ACTOS UNILATERALES:
 Actos unilaterales: Se origina mediante la manifestación de voluntad de una sola parte,
sin el requerimiento de que otra haga lo mismo para que genere efectos legales, además
de que puede estar formado por una sola persona o varias que se unen para la
realización de este acto jurídico representando una sola parte, cabe mencionar que
cuando se trata de una sola persona se denomina acto unilateral simple y cuando es de
más de una se refiere al acto unilateral complejo.

 Actos bilaterales: Es indispensable la manifestación de voluntad de dos o más partes


para que sea denominado como tal, en la cual pueden intervenir una sola persona o más
representando una sola parte al igual que el acto jurídico unilateral.

ACTOS NOMINADOS E NOMINADOS:

 Actos nominados (Típicos): Son todos aquellos actos jurídicos que se encuentran
nombrados y regulados específicamente en nuestro ordenamiento jurídico, por ende, se
requiere para su validez que se cumpla con lo prescrito, sino ocasiona su nulidad. A
modo de ejemplo tenemos el contrato de prestación de servicios, en el cual una de las
partes ofrece la prestación de sus servicios y la otra tiene la obligación de pagar por
dicho servicio como está establecido en el Art. 1764 del Código civil.

 Actos innominados (Atípicos): Si bien cumplen con todos los requisitos para ser un acto
jurídico, no se encuentran nombrados ni regulados específicamente en nuestra
legislación, pero tienen validez jurídica siempre y cuando no vaya en contra de la ley,
evidenciando así la autonomía privada. Un ejemplo de ello sería los contratos de
franquicias que no cuentan con una regulación legal en nuestro país, sin embargo, se
dan en nuestra sociedad en los grandes establecimientos de KFC, H&M, Saga Falabella,
Starbucks, entre otros. Donde se le permite a dicho establecimiento a trabajar
legalmente bajo el nombre comercial de estas empresas.

ACTOS FORMALES Y NO FORMALES:

 Actos formales: Su validez está en que se cumpla con los requisitos y formalidades
prescritas en la ley, sino será considerado nulo legalmente, por ende, las partes
involucradas no podrán hacer nada al respecto. Por ejemplo: El matrimonio, que está
regulado en nuestro código civil en el Art. 259 donde se establecen las formalidades
para su realización, de las cuales tenemos la que tiene que ser en presencia del alcalde y
los testigos, es decir que si no se cumple con ello no será legalmente válido el
matrimonio civil.
 Actos no formales: Al contrario de los formales, este acto jurídico no requiere de alguna
formalidad para que sea válido legalmente, por ende, las partes pueden realizarlo ya sea
de forma verbal, escrita, mediante medios electrónicos, entre otros. A modo de
ejemplo: un contrato consensual de la venta de un teléfono usado de escaso valor.

Concepto y características del negocio jurídico.

Hablar del Negocio jurídico es hablar de la autonomía privada de los particulares, debido a que
su creación tiene el fin de satisfacer los intereses, ya sea económicos o personales del causante
o de las partes que dieron lugar a su realización. Esto se dará mediante la manifestación de
voluntad que puede ser unilateral, la cual está formada por una o varias personas que
representan la voluntad de una sola parte o bilateral que involucra a dos o más partes donde
cada una manifestará su voluntad, en ambos casos buscan determinados efectos jurídicos como
la creación, modificación, transmisión o extinción de situaciones o relaciones jurídicas que serán
respaldadas por nuestro ordenamiento jurídico, siempre y cuando no vaya en contra de lo
prescrito en la ley.
En otras palabras, el Derecho nos da la libertad de poder realizar el Negocio jurídico según
nuestra voluntad, poniendo nuestras propias reglas que tendremos que respetar, pero al mismo
tiempo nos impone ciertos límites para su realización, como el que tiene que tener un fin lícito,
un objeto física o jurídicamente posible entre otros que se encuentran contemplados en el Art.
140º del código civil denominado como “Noción del acto jurídico”. Es a este punto al cual
queríamos llegar ya que es más que evidente que acude a nosotros la pregunta de ¿por qué se
encuentra de esa forma y no como Negocio jurídico? Para responder a estas interrogantes
mencionaremos lo dicho por Torres Vázquez (2018):
Para el Derecho peruano, las expresiones acto y negocio jurídicos son sinónimas, en el sentido
de que son la manifestación de voluntad destinada que tiene por fin inmediato la producción de
efectos jurídicos consistentes en la creación, modificación o extinción de relaciones jurídicas. La
distinción entre ambas expresiones es solamente doctrinaria. (p.90) Entonces, podemos decir
que en nuestro país el negocio jurídico equivale al acto jurídico, debido a que el primero cuenta
con las características fundamentales para ser considerado como tal, con la única diferencia de
que este tiene que ser estrictamente lícito y quien o quienes lo realizan tienen la intención de
generar determinados efectos jurídicos, como ya hemos mencionado, por ende, para que pueda
ser ejecutado por los particulares debe cumplir con lo establecido en el cuerpo normativo
mencionado anteriormente.
El negocio jurídico se caracteriza por:
 Por ser un hecho humano voluntario, destinado a satisfacer intereses de los particulares
mediante sus propias condiciones, evidenciando así la autonomía privada que le
confiere el derecho, pero siempre cumpliendo con los límites de la ley.

 Se requiere para su validez que el sujeto o las partes tengan plena capacidad de
ejercicio como se contempla en el Art. 42 del C.C, por ejemplo, no se puede dar un
negocio jurídico entre un menor de 12 años y una persona de 21 años de edad, ya que
esto solo se dará entre personas que tengan la mayoría de edad legal (18 años), con la
excepción de los mayores de catorce años que contraigan nupcias o ya sean padres.

 El objeto por el cual se dará el negocio jurídico debe ser física y jurídicamente posible,
es decir que se pueda determinar y apreciar por la persona o partes, además de estar
dentro del mercado, porque no se puede realizar un contrato de compra y venta de la
luna, ya que sería imposible que se logre entregar ello a el comprador o que una pareja
del mismo sexo contraiga matrimonio, ya que legalmente no está permitido.

 El negocio jurídico solo se puede dar con un fin lícito, por ejemplo, dos personas
deciden establecer un contrato para distribuir cannabis por un año de Cajamarca a
Lima, es más que evidente que tiene un fin ilícito, por lo cual no sería considerado como
dicho acto jurídico.

 Todo negocio jurídico que no cumpla con lo establecido por la ley será declarado en
nulidad, por ejemplo, si una empresa quiere donar una biblioteca a los niños más
necesitados de la sierra profunda del Perú, a cambio de que le paguen 1.000 soles entre
todos. En tal caso habría una sanción de nulidad del acto jurídico, debido a que las
donaciones solo se pueden dar gratuitamente.

4) Elementos del negocio jurídico: causa y objeto.


El negocio jurídico en la legislación peruana es sinónimo de acto jurídico, por tanto, ambos
poseen los mismos elementos esclarecidos en el artículo 140 del Código Civil Peruano:
- Plena capacidad de ejercicio, salvo las restricciones establecidas por la ley; es decir que el
agente sea mayor de edad (18 años) o en casos especiales sea mayor de 16 años y menor
de 18 años, sea padre o este casado, en este último se requiere autorización de los padres.

- Objeto física y jurídicamente posible; cuando hablamos de objeto físicamente posible nos
referimos a aquello que el agente puede realizar y por otro lado cuando hablamos de
jurídicamente posible nos referimos a su legalidad y que el agente puede realizar porque se
encuentra en nuestra legislación.
- Fin lícito, consiste en que la manifestación de voluntad del agente tenga efectos jurídicos
los cuales están regulados en nuestra legislación.

- Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad, es decir que si el acto no es lícito
y no cumple con lo establecido por la ley será declarado nulo.

Por otro lado, es importante recordar que el negocio jurídico está regulado en otras
legislaciones, tal es el caso de la legislación española que sostiene que el negocio jurídico es la
manifestación de voluntades, en el cual el o los individuos tiene como propósito obtener un
resultado jurídico de carácter autorregulador de los propios intereses, que dicho ordenamiento
jurídico reconoce y protege, ya sea por la voluntad o voluntades declaradas.
Los elementos esenciales del negocio jurídico en esta legislación son:
- Declaración de voluntad, cuando se habla de declaración de voluntad la parte declara o
expresa su voluntad y el efecto que produce concuerda con su declaración de voluntad. En
caso el negocio sea bilateral se requiere la declaración de voluntad y consentimiento ambas
partes.

- El objeto, según Xavier O'Callaghan “es la realidad sobre la que recae el negocio; los
asuntos, intereses o relaciones a las que se refiere la declaración de voluntad.”

- La causa, según Xavier O'Callaghan “es la función inmediata y objetiva del negocio jurídico.”

- La forma, esta es solo un elemento esencial en los negocios formales, ya que es necesario
para que exista dicho negocio.
Acto jurídico y su relación con el negocio jurídico.
Es un hecho que, en el Perú, el acto jurídico y el negocio jurídico son considerados sinónimos,
esto se debe a sus características y definición. En la legislación peruana el acto jurídico es el
hecho humano y voluntario, lícito, el cual tiene como finalidad el generar efectos jurídicos.
Tiene sus propias disposiciones generales en el artículo 140 del Código Civil Peruano, a su vez
regula los distintos actos jurídicos.
Sin embargo, existe un debate sobre la equivalencia o no del acto jurídico y el negocio jurídico.
La discusión queda simplemente en diferentes posturas por doctrina, no afecta en lo que la
legislación peruana dicta. Dentro de esta discusión se encuentra la doctrina alemana y la
doctrina francesa.
La doctrina alemana es, por así denominarlo, la pionera en cuanto al negocio jurídico. El
término “Negocio jurídico” fue construido por la pandectística alemana de la primera mitad del
siglo XIX, este tenía como objetivo el buscar una teoría del hecho jurídico, de esta manera
definieron el hecho jurídico, el acto y el negocio jurídicos; tenemos como definición de hecho
jurídico a un hecho humano o natural el cual produce efectos jurídicos, este concepto es el
mismo en ambas legislaciones (alemana y francesa). La diferencia entre conceptos empieza
cuando definimos el acto jurídico según la doctrina alemana, esta nos habla de un hecho
humano voluntario lícito o ilícito, es de esta forma que tanto un contrato como un homicidio,
ya que ambos hechos humanos son realizados desde la voluntad de la persona. Si nos
referimos al negocio jurídico podemos ver las similitudes con el concepto del término anterior,
es el hecho humano, voluntario y lícito; es decir que el negocio jurídico, dentro de esta
doctrina, es un acto jurídico pero que no se además de necesitar la voluntad de las partes,
también busca un fin, busca ciertos efectos jurídicos que no vayan en contra de las leyes, es
decir, que sean lícitos. Se puede concluir con esta doctrina que el acto y el negocio jurídicos no
son lo mismo, el negocio jurídico siempre es un acto jurídico pero un acto jurídico no
necesariamente tiene que ser un negocio jurídico. Puede resumirse en que el acto jurídico es el
género y el negocio jurídico es la especie.
En la doctrina francesa, por el tema del idioma donde no existe una traducción para la palabra
negotium de origen latín, por lo que se usó el término acte juridique para referirse a lo que la
doctrina alemana conoce como negocio jurídico. Es de aquí donde parte el significado de acto
jurídico para nuestra legislación. La teoría del acto jurídico empezó por la doctrina alemana,
pasó por la la doctrina francesa, siguió a la francesa (donde tuvo una modificación en el
significado), en España se tomó la doctrina francesa como base, por lo cual, en Latinoamérica,
excluyendo a Brasil, se usa la palabra acto jurídico, pero nos referimos al significado de negocio
jurídico según la doctrina alemana.
Hay algunos estudiosos que tratan de buscar diferencia entre el negocio jurídico, uno de ellos
puede ser que en el acto jurídico los efectos ya vienen predeterminados y prescritos en la ley
(matrimonio, adopción), mientras que en el negocio jurídico existe la autonomía privada,
donde los efectos son acordados por la parte o las partes involucradas (contrato). También esto
se basa en la comunicación que las personas llevan, usando la palabra negocio para temas de
compraventa o relacionados con el patrimonio, por otro lado, se usa la palabra acto para casos
extrapatrimoniales como el matrimonio.

La importancia de la distinción entre acto y negocio jurídicos en la práctica


jurídica.
La importancia de distinguir el acto y el negocio jurídico en la práctica jurídica radica en sus
conceptos. En el acto jurídico que ya vienen sus efectos predeterminados por la norma y el
negocio jurídico en donde los efectos son acordados por las partes, pero que la norma también
les atribuye efectos jurídicos. Por esta razón va a ser importante que las personas conozcan que
todo acto realizado por ellos mismos debe cumplir con ciertos requisitos para que su
realización permanezca en el marco legal y por ende sea válido y no nulo. De manera que a los
estudiantes de derecho y futuros abogados también les va a servir la importancia de los actos
jurídicos en su realización y su capacidad para su debida asesoría, ya que los abogados son los
encargados de brindar asistencia jurídica a las personas que desconocen del tema en materia
Civil.

Conclusiones
● En primera conclusión, llegamos a la terminación de que el negocio jurídico es una especie
dentro del acto jurídico en las que interviene la voluntariedad y la licitud mediante la
manifestación de voluntad que tiene relevancia jurídica, es decir, que están destinados a
producir efectos jurídicos en el ordenamiento jurídico. En pocas palabras, para el código civil
peruano en su artículo 140 el acto y el negocio jurídicos son lo mismo.

● En el mundo jurídico existen diversos tipos de actos jurídicos, los cuales han sido clasificados
según los efectos legales que estos produzcan (creación, modificación, transmisión y extinción
de derecho y deberes), por ende, cada uno cuentan con su propia normativa establecida en la
legislación, ya que sería imposible legalmente regular a todos con una sola normativa.

Referencias bibliográficas
1) Betti, E. (1959). Teoría general del negocio jurídico, trad. de Martín Pérez, 2.a ed., Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid
2) Bonnecasse, J. (1945). Elementos de Derecho Civil. Jose M. Cajica, Puebla (México)
3) Ferri, G., El negocio jurídico, trad. de Leysser L. León, Ara Editores, lima, 2002, p. 154.
4) Scognamiglio, R. “El negocio jurídico: aspectos generales”, en BETTI, Emilio / Francesco
GALGANO / Renato SCOGNAMIGLIO / Giovanni Battista FERRI, Teoría general del negocio
jurídico: 4 estudios fundamentales, trad. de Leysser L. León, Ara, Lima 2001, p. 118.
5) Torres, A. (2018). Acto Jurídico. (6ª ed., Vol. 1). Jurista Editores
6) TUHR, A. von, Derecho civil. Teoría general del Derecho civil alemán, cit., vol. II, p. 131.

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