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De Hadas, Duendes y Hechiceras
De Hadas, Duendes y Hechiceras
OBRA DE TEATRO
REPARTO:
LABRIEGO
MUJER DEL LABRIEGO
MALAS PULGAS
MALA CARA
MALCARIN
MALCARON
DUENDE NESSI
HECHICERO
BRÚJIDA
BRUJITA
TÍA KITTY
HADA FELICIA
HADA SEELIE
HADA PERI
PAPÁ BAILARINO
MAMÁ BAILARINO
PEPÍN BAILARINO
FINA BAILARINO
ESCENA UNO
EN UN LUGAR LEJANO
LABRIEGO: La historia que van a conocer hoy, ocurrió muy lejos de aquí. En un lugar donde la casa más
cercana se encontraba a kilómetros de distancia, en lo más profundo del bosque.
MUJER: (ACERCANDOSE) Este lugar era habitado por los seres más fantásticos y particulares que
jamás habíamos visto mi esposo y yo. Ellos vivían en unos enormes setos.
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LABRIEGO: Otros habitaban en lúgubres y oscuras cuevas que nadie, pero absolutamente nadie, ningún
ser humano había entrado nunca a ellas. (ENTRA MÚSICA QUE ACOMPAÑA LA NARRACIÓN)
LABRIEGO: Mi esposo y yo, nos habíamos hecho la promesa de no hablar nunca de ello. Pero la verdad
es que desde hace un mes se nos ocurrió, que un encuentro maravilloso y mágico como el que hemos
tenido con estos seres, debía ser compartido.
LABRIEGO: Y de eso nada. Por eso hoy le dije a mi esposa. Querida ha llegado la hora de compartir
nuestra historia.
MUJER: Y por eso estamos aquí. Es una historia de ninfas, duendes, hadas y brujas. Una historia que
podemos ubicar muy cerca de las fuentes de agua clara, entre los juncos altos y bajo los setos, en medio de
arrozales o en los más dorados trigos.
LABRIEGO: Estos espectaculares seres que jamás habrían sido descubiertos por humano alguno a no ser
porque esa mañana nos hallábamos caminando distraídos a lo largo y ancho de la costa, cuando
observamos que la borrasca había levantado un gran banco de arena dejando una cueva al descubierto.
(SUBE MÚSICA) Enseguida le dije a mi esposa. Que extraño mujer. ¡Juraría que es la primera vez que
veo esa cueva!
LABRIEGO: Esa cueva de allá mujer, a ver si tú piensas lo mismo que yo. Eso no estaba antes allí.
MUJER: Tú y tu curiosidad. Recuerda lo que nos pasó la última vez que metiste la cabeza donde no
debías.
LABRIEGO: Pero es que esto de verdad es muy curioso, es que no es una cueva común y corriente.
LABRIEGO: Eso, tú lo has dicho. Parece una colmena. (Y DICIENDO ESTO SE ASOMA A LA
CUEVA) ¡¡¡Hay alguien allí…!!!(A PARTIR DE AHORA SE ESCUCHARÁ LA VOZ EN OFF)
MUJER: ¡Sí, de verdad hay muchas sillas! Uy, acabo de tener un recuerdo de mi niñez. Cuándo era muy
niña, no sé si te lo he contado alguna vez, por equivocación entré en una casa muy pequeña como esta y la
mesa estaba servida. Era una mesa muy pequeña y estaba puesta para tres comensales…
LABRIEGO: Sí, ya me lo has contado. También me has contado que tenías un pelo muy lindo, rubio como
el trigo y que la gente te llamaba…
LABRIEGO: Anda, calla mujer. (SE ESCUCHA RUIDO CERCA) Escóndete alguien se acerca. (LA
MUJER SE OCULTA DETRÁS DE EL LABRIEGO QUE SE ESCONDE. APARECEN EN ESCENA
MALAS PULGAS Y EL HADA FELICIA)
ESCENA DOS
UNOS DUENDES SE PRESENTAN
FELICIA: Buenos días, señor Malas Pulgas. ¡Ha visto que mañana tan fresca tenemos hoy!
MALAS PULGAS: ¡¡¡Mañana fresca!!! No veo que pueden tener de frescas, es una mañana como
cualquier otra.
FELICIA: Hoy el sol es más brillante, y la brisa tan fresca que mueve las hojas. ¿Sabe porqué?
FELICIA: ¡No, señor! No es una mañana cualquiera porque al final del día de hoy se va a celebrar el Gran
Concurso de Baile.
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FELICIA: ¡¡¡Que hoy es el gran día del concurso de baile de San Patrick!!!
MALAS PULGAS: No es posible. Que rápido pasa el tiempo. Tengo que avisar a mi familia.
MALA CARA: (SALIENDO DEL SETO) ¿Eh, quién ha visto mi sombrero de metal?
MALA CARA: Ese fue el mismo que me robó la semana pasada el saco.
FELICIA: Mis amigos la familia Bailarino se han estado preparando sin descanso y con toda seguridad y
como todos los años van a ser los ganadores.
MALCARITA: (APARECIENDO) ¡Sabes, papá, por la radio están diciendo que hoy es…
MALA CARA: (INTERRUMPIENDOLA) ¡Si, ya sé! Acabo de enterarme. Hoy es el día del Gran
Concurso de Baile de San Patrick.
FELICIA: Eso va a ser muy difícil, pues a Pepín Bailarino, su papá le ha comprado unos zapatos con los
que casi puede volar.
MALCARON: Es verdad. De ninguna manera debemos permitir que los Bailarino concursen.
MALAS PULGAS: Tengo ganas de ir al otro lado del cementerio a buscar unas raíces de tormentillas para
el almuerzo.
MALA CARA: ¿Cómo puedes estar pensando en comida, en un momento como este?
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MALAS PULGAS: (CON INTENCIÓN HACÍA EL HADA FELICIA). Ayer me comí una mantequilla
de hadas que estaba exquisita, y todo eso lo hice acompañar de un agua miel. (SE RELAME DE GUSTO)
¡¡¡UUmmmhhhh!!!
MALAS PULGAS: Si, de un Hada blanquita, con los cachetes rosaditos y el cabello recogidito hacía atrás
en una trencita. Bastante gordita y suculenta.
FELICIA: (SALE PRESUROSA, CASI HUYENDO) ¡Me voy, me voy, me voy! Ahora que me recuerdo
tengo que hacer unas cositas. ¡Me vooooyyyy!(SALE VELOZMENTE)
MALAS PULGAS: Es la única forma de que esta fastidiosa nos deje tranquilos. Y necesitamos estar solos
para armar nuestro plan.
MALAS PULGAS: Necesitamos hacer algo urgente, para evitar que los Bailarino participen en ese
concurso de baile.
MALA CARA: ¡Déjame pensar! ¿Ella ha dicho que Papá Bailarino le ha comprado a Pepín unos zapatos
que le hacen volar?
MALA CARA: Calma, hijo, todo va a ser más fácil de lo que parece.
MALAS PULGAS: Es cuestión de llamar a la duende Nessi, y darnos una vuelta por la casa de los
Bailarino.
MALA CARA: No sé porque esos Bailarino no se retiran de una vez del concurso de baile.
MALA CARA: No será lo que yo estoy pensando. (SE OYEN VOCES Y SE ESCUCHAN UNOS PASOS
ACERCÁNDOSE)
MUJER: ¡¡¡Aaaaacchiiiissss!!!
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LABRIEGO: (TAPANDOLE LA BOCA CON LA MANO. POR LO BAJO. SE ESCUCHA OTRO
RUIDO DESDE AFUERA, ACOMPAÑADO DE UNOS PASOS) ¡¡¡Callate!!!
MALAS PULGAS: ¡¡¡Cuidado, aquí esta pasando algo raro!!! (RAPIDAMENTE SE ESCONDEN
DENTRO DEL SETO)
ESCENA TRES
YO VI UN DUENDE
BRÚJIDA: Desde luego que sí querido. Antes era como más fácil.
BRUJITA DOS: Cada año se hace más y más difícil encontrar un duende a quien arrebatar el oro.
BRÚJIDA: Recuerdo una vez que andando con mi madre vimos un duende con una enorme botija de oro.
Mi madre enseguida se puso en guardia y le persiguió pero no pudimos alcanzarle y arrebatarle el oro.
BRÚJIDA: En efecto, si señor, le ví. Pero usted marido siempre se ríe de mí por ello y se me quitan las
ganas de hablar de lo que ocurrió.
HECHICERO: Te prometo que esta vez no me reiré, Brújida, así que cuéntale a Brujita lo que viste.
BRÚJIDA: Todo ocurrió cuando yo tenía la misma edad de nuestra pequeña Mary. Un lunes por la noche
regresaba a casa desde el mercado, adonde me había enviado mi tía Kitty…
SE RECREA LA IMAGEN…
TÍA KITTY: Brújida, hija. Debes ir a visitar a la abuela y de paso aprovechas y me traes una buena
porción de te fresco del mercado.
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TIA KITTY: Anda, no dejes pasar el tiempo luego se hace de noche y se pondrá todo oscuro, y no olvides
que hoy tenemos el Aquelarre en casa de tus padrinos.
BRÚJIDA: Si Tía. (SIGUE CONTANDO) Era verano, más o menos mediado de Junio. Y cómo sabes en
el verano los días suelen ser muy largos. Para ir al mercado era necesario atravesar el campo traviesa.
HECHICERO: (INTERRUMPIENDO) En ese tiempo aún no nos habíamos casado y Brújida vivía con su
madre en casa de su Tía Kitty.
BRÚJIDA: El caso es que como dije era tarde, el sol ya casi se había puesto y la luz me daba directamente
en los ojos, cuando tuve que cruzar por un prado cubierto de matorrales.
HECHICERO: Fue entonces cuando al llegar al castillo, se encontró de pronto con un campo de trigo tan
magnífico como jamás nadie ha soñado…
BRÚJIDA: ¡Gracias!
BRÚJIDA: Y era maravilloso ver como aquel trigo se ondulaba, tan hermoso, cuando apenas le tocaba el
viento, al son de la música de un zorzal, que cantaba más abajo en el seto. (SE ESCUCHA MÚSICA)
BRÚJIDA: Disculpa, es verdad. Pero es que el paisaje era tan bello. Que me gusta recordarlo en detalles.
BRUJITA: ¿Y entonces?
BRÚJIDA: Entonces cruce el riachuelo y de pronto me encontré en medio del campo. (SE ESCUCHA UN
FRESCO RIACHUELO)
BRÚJIDA: No hacían ningún ruido, pero allí estaban esos tres seres, en medio del camino.
BRUJITA: ¿Cómo voy a saber yo, si la que esta contando eres tú?
BRUJITA: ¡¡¡Noooo!!!
BRÚJIDA: Querido, déjame continuar, no me interrumpas tanto. El caso es que los tres zapateros se me
quedaron mirando con esos ojitos tan brillantes que ellos tienen.
BRÚJIDA: (FUERA DE SÍ) ¡¡¡Pero si no me dejan contar, eso es lo que estoy intentando hace un rato!!!
(MÁS SERENA) Yo no pude dar un solo paso, así que mire para otro lado y recé. Cuando abrí los ojos ya
no había nadie, se desaparecieron, fue como un sueño.
BRÚJIDA: Me da pena decirlo… Pero es que tenía mucho miedo. Esa es la verdad.
BRÚJIDA: No, que va esas son imaginaciones tuyas. Es que estás impresionada por mi historia.
BRUJITA: No señor, puedo jurarlo. Lo acabo de ver en ese lugar. (SEÑALA HACÍA EL LUGAR
DÓNDE SE ENCUENTRA EL LABRIEGO Y SU MUJER) Lo ví como puedo verlos a ustedes, ahora.
HECHICERO: Pero si hace muchos años que los duendes desaparecieron de la faz de la tierra.
HECHICERO: Para nada, mi amor. ¿Pero, un duende en estos tiempos? ¡Por favor!
BRÚJIDA: ¡Cuidado, querido! Puede ser peligroso. (RODEAN EL LUGAR ENTRE LOS TRES).
LABRIEGO: (SALIENDO, MUY ASUSTADO) ¡¡¡Un momento, señores!!! Nosotros no somos ningunos
duendes.
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MUJER: (ASUSTADA) Cuidado marido, no los pierdas de vista: (SALEN Y SE COLOCAN ENFRENTE
DEL GRUPO, LA MUJER MÁS ASUSTADA QUE EL LABRIEGO SE ESCONDE DETRÁS DE
ÉSTE) ¡Disculpen, señores! Mi marido y yo pasábamos por acá como es nuestra costumbre…
LABRIEGO: Cuando de pronto vimos un cueva que no habíamos visto nunca y llamo nuestra atención.
HECHICERO: Así que han permanecido escondidos y escucharon todo lo que hemos estado hablando.
MUJER: Para nada. Yo puedo asegurarles que no escuche nada. Y si llegué a escuchar algo. Pueden
preguntarle a mi esposo que siempre me dice que a mi me entran las cosas por un oído y me salen por el
otro.
HECHICERO: Bueno, no hay mucho que esconder en verdad llegamos acá atraídos por el concurso de
baile que se va a celebrar en el día de San Patrick.
BRUJITA: Sí, sabemos que en él participan muchos duendes atraídos por el gran premio del concurso.
HECHICERO: Y como necesito con urgencia un duende para un conjuro, creo que es el lugar y el día
perfecto para atraparle.
ESCENA TRES
PIEDRAS DE LAS HADAS
SEELIE: Nunca los había visto tan cerca, que feos son.
FELICIA: Si nos llegan a tener en sus manos nos van a convertir en mantequilla de hadas.
FELICIA: No lo sé, pero a ellos les gusta mucho. Eso dijo Malas Pulgas.
FELICIA: Hay algo que no podemos olvidar. Jamás, pero jamás debemos mencionarles el lugar donde se
encuentra Piedra de las Hadas.
FELICIA: Por lo pronto hay que encontrar la manera de avisar a los Bailarino del peligro que corren.
PERI: Así como lo cuentas esos malvados no van a permitir que Pepín gane el concurso.
MALA CARA: (ENTRANDO) Vamos, secuaces, hoy nuestra suerte tiene que cambiar.
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MALA CARA: Y así no podrán presentarse al concurso de baile.
MALCARON: Y no olviden averiguar en que lugar Pepín Bailarino guarda los famosos zapatos.
MALCARON: Ojala me sirvieran esos zapatos. Así nadie, pero nadie me arrebata el triunfo.
MALA CARA: Pero no has visto que en el rato que llevamos caminando, no ha pasado ninguna bestia.
MALAS PULGAS: ¡¡¡UUuuuyyy! Me han pinchado muy duro. Has sido tú.
MALCARIN: (DOBLÁNDOSE DE DOLOR) Ay, ay, ay me esta dando un gran dolor de barriga.
LAS HADAS COMIENZAN A MOLESTARLES HASTA QUE LES HACEN SALIR HUYENDO. DE
AQUÍ EN ADELANTE SE HA DE ESCUCHAR LAS VOCES DE LAS HADAS PERO NO SE VEN,
MÁS, LOS DUENDES SALEN EN VELOZ CARRERA.
EN ESE MOMENTO FELICIA Y SEELIE SACAN DE UNA BOLSITA UNOS POLVOS MÁGICOS Y
SE LOS ECHAN A NISSE Y A LOS OTROS DUENDES.
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NISSE: Uy, me has dejado ciego. No puedo ver nada me pican los ojos.
MALCARON: ¡Y de hechiceros!
ESCENA CUATRO
CASA DE LA FAMILIA BAILARINO
PAPÁ BAILARINO: ¡Por fin ha llegado el gran día del concurso de baile!
PAPÁ BAILARINO: Espero que podamos realizar un último ensayo antes del evento. Anoche mientras
dormías, yo pensaba en unos pasos muy especiales con lo que vamos a sorprender a ese jurado. Llama a
nuestros hijos, cariño.
MAMÁ BAILARINO: (LLAMANDO) ¡¡¡Hijos Bailarino!!! Bajen un momento que papá quiere hacer
unos correcciones a la coreografía.
PEPÍN BAILARINO: Ese es el problema mamá que no los encuentro. Anoche debí dejarlos al lado de la
cama, como siempre. Y hoy no he parado de buscarlos y no aparecen por ninguna parte.
MAMÁ BAILARINO: Pues hijo, si los dejaste al lado de la cama, allí deben de estar.
PEPÍN BAILARINO: ¡Pues no están! Ya estoy cansado de buscar debajo de la cama y no los veo.
PEPÍN BAILARINO: (ENTRANDO) ¡¡¡Papáááá!!! No consigo mis zapatos. ¿¿¿Dóóónde pueden estar???
Seguro que fue Fina que los escondió.
PAPÁ BAILARINO: Pepín, hijo, no puedes estar acusando a tu hermana sin tener la seguridad de que ha
sido ella.
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MAMÁ BAILARINO: ¡Tranquilo, hijo! No te angusties ya tu madre los va a buscar y con toda seguridad
aparecerán.
FINA BAILARINO: (ENTRANDO) Para mi, que aquí hay gato encerrado.
PEPÍN BAILARINO: Sí, pero si no encuentro mis zapatos no voy a ir a ningún concurso.
PAPÁ BAILARINO: Ya, hijo, no seas malcriado con tu madre. Ella ya dijo que te va a ayudar a buscar los
zapatos. (TRATANDO DE CALMARLO) Ya, vamos todos a buscar los zapatos. (SALEN. CASI
ENSEGUIDA APARECEN MALAS PULGAS Y NESSI, QUE TRAE LOS ZAPATOS DE PEPÍN)
ESCENA CINCO
EN OTRO LUGAR LOS MALUCOS DUENDES…
MALAS PULGAS: Déjalos que sufran un rato más. Ha sido una gran idea esta que se le ha ocurrido a
Malcarón.
NESSI: Como me gusta hacerles maldades a la familia Bailarino, me caen tan mal.
NESSI: Y mientras no encuentren sus zapatos no van a poder asistir al concurso de baile.
MALAS PULGAS: Que será esta misma tarde. Y al no competir ellos, tienen más oportunidad de ganar la
familia Mala Cara.
NESSI: Si, porque los Bailarino son los únicos que pueden llegar a arrebatarles el triunfo.
MALAS PULGAS: Y al no tener los zapatos jamás, pero jamás podrán realizar las difíciles piruetas que
han inventado.
MALAS PULGAS: Nada, que Pepín anda desesperado buscando los zapatos junto a toda la familia.
NESSI: Y con toda seguridad llegarán tarde al Gran Concurso de Baile de San Patrick. TODOS
CELEBRAN Y RIEN CON MUCHA MALDAD.
ESCENA SEIS
EL GRAN CONCURSO DE BAILE
MAMÁ BAILARINO: Pepin, hijo, no seas mal educado. No podemos hacer una acusación de esa manera.
PAPÁ BAILARINO: Hijos, guarden la compostura que estamos llamando la atención de la gente.
PAPÁ BAILARINO: Ya has escuchado a tu madre. No podemos acusar a alguien sólo por una sospecha.
MAMÁ BAILARINO: Antes debemos tener la seguridad de que son efectivamente tus zapatos.
PAPÁ BAILARINO: Luego habría que realizar una denuncia formal ante las autoridades.
PEPÍN: ¡Nooo, papi! Pero de aquí hasta allá ya habremos perdido el concurso de baile.
PAPÁ BAILARINO: No hay que olvidar que arriba tenemos una justicia divina en la cual hay que confiar.
PAPÁ BAILARINO: Eso es lo más importante en la vida. La seguridad que puedas sentir por ti mismo.
MALCARON: Es que cuando vi lo bien que bailó Pepin con su familia, me di cuenta que se necesita más
que un par de zapatos para ganar este concurso.
PEPIN: Yo también me he dado cuenta que lo más importante es la fuerza que esta dentro de nosotros
mismos. Y que no importa un par de zapatos cuando uno tiene seguridad y el apoyo de una gran familia.
(LOS BAILARINOS SE ABRAZAN)
MALCARON: Es verdad, Pepin. Estos son los zapatos que tanto buscabas, yo los tome porque quería
asegurarme de ganar el concurso de este año. (LE EXTIENDE LOS ZAPATOS) Toma, ahora te los
devuelvo.
PEPIN: Gracias, Mascaron. Ahora ya no los necesito. Y creo que no los voy a necesitar más nunca. Lo
único que deseo y quiero es a mi familia unida. Déjalos, ahora te los regalo, son tuyos.
PAPÁ BAILARINO: Creo que ya todos hemos recibido una gran lección. Malcaron ya no volverá a tomar
lo que no es suyo, y Pepin ya sabe que la confianza y la seguridad en nuestros actos es un gran valor por si
mismo.
FIN
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