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Padre debimos dar el paso antes.

No tengo recuerdos muy agradables con mi padre, de niño era algo distante, y siempre
interponía un trato bastante carente de afecto y a veces muy estricto para tratar de emplear
una enseñanza a mi persona, recuerdo que siempre fueron más los golpes y los moretones de
su parte, que los abrazos, de hecho no recuerdo haber escuchado un te quiero hijo, de su
parte.

Pero si recuerdo un par de características de él bastante agraviadas, mi papá era un tipo


amargado, un tipo que cada vez que veía se ponía triste, algunas veces lo veía sentado en la
entrada de casa pasado de copas, y casi siempre lloraba, su mirada se veía perdida, ni siquiera
cuando mamá se fue de casa con su amante, papá lloró, pero cada fin de semana que él
tomaba licor, parecía que algo roto en él gritara al viento que necesitaba ser reparado.

A los 19 años me fui de casa, y hoy a mis 32 no me arrepiento de nada en mi vida, no tengo
hijos, de hecho no me interesa tenerlos, soy una persona un poco cerrada, y aprendí a
tragarme mis problemas, mi mejor manera de enfrentarlos es dejarlos irse con el viento, bajo
el humo del cigarrillo, no soy dado al alcohol, pero si adicto a las cajetillas, supongo que de
cierta forma termine con un vicio, hace aproximadamente 10 años no hablo con papá ni lo he
visto, tampoco me ha importado mucho él no se molesta en llamar o mandar un mensaje,
tampoco es que me haga falta.

Hace unos días, mi mamá me habló para avisarme sobre mi papá, ella dice que el está
enfermo.

Días después me dijo, que se le descubrió cáncer de hígado, que está bastante delicado.

Me senté en la acera de mi humilde casa, encendí un cigarrillo y comencé a meditar, ¿Debería


ir a ver una persona que en primer lugar no se ha preocupado por mí en 10 años?

Mi madre me estuvo insistiendo, y al final decidí ir, al menos un par de días a ver como seguía
papá.

Al entrar a su cuarto de hospital, solo estaba mi tía con él, ella era su única familia directa
después de mi persona, mi padre dormía, estaba sedado por los medicamentos para el dolor,
no se sabía cuanto tiempo le quedaba pero no era mucho.

Ese día mi tía me contó algo mientras mi padre dormía, ellos nunca fueron muy apegados a mi
abuelo, mi padre casi nunca habló de su niñez o adolescencia, pero mi tía me dijo que para
ambos pero más para él, fueron un infierno, paso de ver como el abuelo un borracho sin
remedio constantemente arremetía contra la abuela, mi papá le defendió por años, hasta que
un día casi mata al abuelo, ese día dejo la casa, cuando aún era solo un joven, desde ese
momento se las vio pro su cuenta, y aunque trato de cambiar por mí y mamá, ya estaba
demasiado dañado, mi tía no lo justificaba, ella sabía quien era mi padre.

En los siguientes días venía cada que podía, algunas veces pasaba la noche con mi papá, y
llegamos a conversar ciertos temas, me contó que nunca había extrañado a sus padres desde
que dejo la casa, que sabía del amorío de mamá con su amante desde el comienzo pero que
fingió que nada pasaba, porque no le importaba, me dijo que yo no le había hecho falta
tampoco, y que nadie era indispensable en la vida, que el siempre trato de enseñarme eso,
debo decir que era raro para mi estas conversaciones con mi papá, escupía su veneno, pero
nunca dejaba de ser interesante, por primera vez, podía estar horas hablando sin pelear o
perder el interés, era un amargado, pero yo le escuchaba con paciencia, era mi papá después
de todo.

El día antes de su muerte mi padre me contó, que era de las pocas cosas que le habían dado
alegría y felicidad en su vida, que el sabía que había sido estricto conmigo y que era el
causante de que así como yo deje la casa, todos dejaran su vida, que el sabía que el alcohol era
un reflejo de su vacío interior, vi algo increíble y casi como una estrella fugaz, una lagrima
corría por su mejilla, tras años de guardarse todo, mi papá dejaba salir realmente que sentía
respecto a todo, me acerque a su cama, y toscamente lo abracé, él se quedó inmóvil, pero en
ese momento también me abrí a él, el no sabía dar amor y yo tampoco, a él nadie lo enseño, y
a mí tampoco, él tuvo padres conflictivos y tóxicos, yo tuve padres ausentes y tóxicos, de
alguna forma ambos somos víctimas de una cadena de errores.

Al día siguiente en a las 11:15 am, mi padre perdió su lucha contra el cáncer, y dejó este
mundo, imagino que descansó de todo lo vivido, y yo solo me pregunto, padre, ¿Por qué
tardamos tanto en dar el paso de amarnos como padre e hijo?, solo nuestro orgullo y nuestras
heridas era el obstáculo en todo lo sucedido, no sé donde estás, pero si estas en el cielo, solo
te deseo paz, padre ya puedes descansar, espero algún día nos veamos allá,

Reflexión: Amado que lees esto, si en tu vida hay relaciones familiares, como padres,
hermanos abuelos, o incluso amigos, que consideras perdidas, y crees que hay factores que
pueden darle nueva vida a ese relación, amado ¿Qué esperas para tomar la decisión?, no dejes
que tu orgullo de dar el primer paso te prive de una reconciliación, tal vez, solo tal vez, más
tarde sea una mala opción, porque podría ser tarde para volver a darse una razón para cruzar
esos caminos que por un momento, no debieron separarse.
Todos estamos heridos, pero todos tenemos la oportunidad de sanar y avanzar a un mejor
camino, de reconciliación con todo lo vivido, amar no es caro, lo caro es vivir cargando las
consecuencias de no amar.

¿Y si este fuera el momento de perdonar? O tal vez… ¿de pedir perdón?

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