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LECCIÓN No.

RECONCILIADOS PARA RECONCILIAR

Base Bíblica:

Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación. 2Co 5:18-19

Objetivo:

Desafiar al discípulo líder a convertirse en un embajador activo en el reino de Dios, entendiendo


que ha sido reconciliado con Dios y le ha sido confiado el ministerio de la reconciliación.

Introducción

Es interesante ver lo que el Señor hace con cada uno de nosotros: un día no somos nada, estamos
perdidos en nuestros delitos y pecados, ajenos de la vida de Dios; pero en su misericordia él nos
rescata haciéndonos sus hijos y nos hace sentar en lugares celestiales con Cristo; es decir en un
momento a causa de nuestros pecados somos enemigos de Dios y de repente el Señor aparece en
nuestras vidas dándose a conocer a cada uno de nosotros, nos hace nuevas criaturas y nos permite
vivir en esta tierra como sus redimidos y embajadores de su reino representándole a donde
quiera que vayamos, mostrando y predicando las verdades de su reino.

Como iglesia necesitamos madurar en nuestro testimonio, necesitamos salir de las cuatro paredes
y representar a Cristo en medio de un mundo caído, sumido en oscuridad y carente de valores y
principios, el cual poco o nada quiere saber del reino de Dios; pero que está necesitado de
genuinos representantes de este.

Es aquí donde cada creyente toma un papel relevante en esta tierra, ya que este mundo es
enemigo de Dios, está bajo la ira de él, entonces cada hijo de Dios debe convertirse en un
reconciliador del mundo con Dios, presentando claramente a Jesucristo el Hijo de Dios, por quien
fuimos enviados a este mundo para establecer su reino y reconciliar al mundo.
1. Una vida bajo el temor de Dios: Es el respeto y reverencia a Dios y en algunos momentos
el pavor a él debe marcar la pauta en todo lo que hacemos, teniendo en cuenta de que
todos los cristianos compareceremos ante el tribunal de Cristo (1 Co. 5:10), y que estamos
llamados a (1 Corintios 5:10-17)

 Persuadir a los hombres a vivir con temor de Dios: nuestra vida es un modelo y desafío de
respeto a Dios para otros.
 A vivir una vida con limpia consciencia y transparente delante de Dios: se debe vivir para
Dios y no aparentando a los hombres.
 En un mundo corrupto y degradado por el pecado, vivir una vida con temor de Dios parece
una utopía, una locura que difícilmente muchos “sabios” y religiosos aceptaran.
 Entender que el amor de Cristo debe ser el motor que nos impulsa desde lo más profundo
de nuestras entrañas a vivir una vida agradable para él; entendiendo que si Cristo murió
por todos, entonces todos morimos y si vivimos, ya no es para nosotros; sino para aquel
murió y resucito por nosotros. En conclusión su amor me debe impulsar a vivir para él
desde lo más profundo de mí ser.

Los elementos descritos anteriormente son pautas que deben marcar la vida de todo
cristiano que vive bajo el temor porque ya no vive para sí, sino para su Redentor.

2. He sido reconciliado: 2 Co. 5:16-18b

No es posible vivir una vida con temor de Dios como la motivación más elevada para hacer todo lo
que realizamos en la vida, sin nos hemos reconciliado con él.

a. Éramos enemigos de Dios: éramos sus enemigos porque teníamos amistad con el mundo,
estábamos entregados y dominados por deseos y pasiones, las cuales controlaban
nuestras vidas, claramente bajos esas circunstancias había una enemistad con Dios
(Santiago 4:4, Colosenses 1:21); porque esas cosas que tanto amábamos: los deseos de la
carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del
mundo (1 Jn. 2:16); esto nos constituía en enemigos de Dios y un sentido más amplio hijos
de ira, es decir bajo la mira de la ira divina (Efesios 2:1-3).

b. Una nueva criatura: de nada sirve que Dios perdone los pecados de un individuo hasta un
momento determinado y poco después este nuevamente ofende al Señor porque su
naturaleza pecaminosa lo domina y por más que quiera cambiar en sus fuerzas nunca lo
logrará, es necesario entonces que Dios intervenga para generar un cambio transformador
en la vida de ese individuo y para que esa reconciliación sea duradera es indispensable
nacer de nuevo:
 De aquí en adelante: una vez que una persona está en Cristo porque le ha recibido en su
corazón su pasado no existe para Dios, no tiene sentido que se juzgue o señale a esa
persona por lo que fue antes de Cristo.

De aquí en adelante a nadie conocemos según la carne (pensamientos humanos); si lo


conocimos ya no le conocemos (1 Co. 5:16).

 En Cristo somos nuevas criaturas: (1 Co 5: 17) Una persona que se arrepintió y entrego su
vida a Cristo es una nueva criatura, pues ha nacido de nuevo (Juan 3:5-7), es decir ha
nacido a una nueva vida, la clave para ello es estar en Cristo y automáticamente esto le
convierte en una nueva creación y en una persona reconciliada con Dios.

Cuando alguien vive este proceso debe entender que las cosas viejas pasaron y todo en su vida se
hace nuevo, es decir no puede seguir viviendo en el pasado, en sus deseos y pasiones, porque
todo se hizo nuevo, esta persona debe entender que es una nueva creación y que hay un nuevo
comienzo para su vida por la gracia de Dios, a través de Cristo Jesús.

 Fuimos reconciliados: 1 Co. 18-19

Lo más maravilloso de esta reconciliación es que Dios fue el iniciador de este acto,
nosotros estábamos totalmente ajenos de la vida de Dios, pero él tomo la iniciativa de
buscarnos a cada uno de nosotros para que nos reconciliemos con él, pero no es sólo
reconciliarse y olvidar lo pasado, para que exista una verdadera reconciliación es necesario
que el enemigo de Dios (hombre pecador), sea transformado para iniciar una nueva vida,
como se explicó anteriormente.

Dios nos reconcilio consigo mismo: Él busco la manera de que nos reconciliáramos y el medio
divino para lograrlo es Cristo, no será la religión, ni los conceptos humanos los que hagan que esto
suceda; reitero el hombre pecador debe ser transformado en una nueva criatura para que pueda
lograrse la reconciliación de lo contrario es imposible que exista reconciliación entre dos que
siguen siendo contrarios o enemigos, porque su condición natural así lo determina (Dios santo,
hombre pecador).

La iniciativa divina se da en que Dios determina no tomarle en cuenta a los hombres sus pecados,
es decir el agredido toma la decisión de buscar a su agresor y mediante un acto de gracia (el favor
de Dios hacia su agresor), entregando a su Hijo amado para que quite la barrera de enemistad.

Aunque fuimos nosotros quienes ofendimos a Dios, él determino buscar la reconciliación con el
ofensor ofreciendo un medio llamado gracia o sacrificio de Cristo para que quede todo un camino
a través del cual todo el mundo caído pueda reconciliarse con él (1 Co. 5:18-19, Colosenses 1:19-
22)
3. El Ministerio de la Reconciliación

En nuestras condición de nuevas criaturas reconciliadas con Dios, entendiendo esta gracia tan
maravillosa, el mismo Reconciliador nos encomienda esta labor a nosotros los reconciliados, a
todo creyente nacido de nuevo, para que anunciemos al mundo que hay una única forma de llegar
a caminar de nuevo con nuestro Creador y que no depende de iniciativas humanas porque él ya
hizo todo para que esto llegue a ser una realidad.

a. Nuestra nueva identidad y razón de ser:

 Soy un servidor de Reconciliación: 1 Co. 5:18c

Lo que realmente presenta el apóstol Pablo en este texto es una Diakonía o servicio a Dios, es un
don que se confiere a aquellos que se reconcilian con Dios, no tiene nada que ver con dones
espirituales o talentos para comunicar o hacer muchas otras cosas, es un don que el Señor
entrega a todos aquellos que son nuevas criaturas y que por ende están reconciliados con él.

Podemos decir entonces que cada creyente nacido de nuevo tiene un don conferido por gracia
que es ir por el mundo buscando que todos los hombres se reconcilien con Dios, de la misma
manera que se hizo en su propia vida.

 Soy un Embajador en Nombre Cristo:

Represento el nombre de Cristo, a él mismo en esta tierra y debo propender por dar a conocer
su reino y lo que él es y puede ofrecer a este mundo, en el contexto de este pasaje soy un
embajador de reconciliador, un pacificador que busca la busca que los habitantes de este
mundo se reconcilien con Dios.

Mi responsabilidad es grande porque represento al mismo Cristo y a su reino a donde quiera


que vaya y en todo lo que piense, haga y diga.

 Soy un colaborador de Dios: 2 Co. 6:1

En el mismo momento en que vine a su reino me convertí en un colaborador o compañero de


Cristo, para comunicar su gracia a todo hombre en esta tierra y para que aquellos que la reciben
no lo hagan en vano, no pierdan esta hermosa oportunidad de reconciliarse con Dios y estar en
paz con él.

b. Palabra de reconciliación:
El mensaje que puede reconciliar al mundo con Dios consiste en lo siguiente:

 Que Dios en Cristo perdonó se reconcilió con el mundo, no tomándoles en cuenta los
pecados: Dios está dispuesto a perdonar a su enemigo si este viene y lo hace a través de
Cristo (2 Co. 5:19).

 Debemos rogar a los hombres que se arrepientan y se reconcilien con Dios: cuando hago
esto debo entender que no es mi ruego, es el ruego del mismo Dios.

 El justo por el injusto, el Santo por el pecador: Cristo siendo santo y sin haber conocido
pecado ha muerto por el hombre pecador y cuando este lo cree y se acoge a su gracia este
se convierte en un hombre justificado delante de Dios.

Él tomo nuestro lugar en la cruz y ahora nos presenta justos delante del Padre, solo su
sacrificio redentor puede hacer que Dios nos vea o declare justos.

 No recibir la gracia en vano: ¿de que servirá a alguien saber que todo lo que Cristo hizo
por él, sino cree y se arrepiente? Sería vano ese conocimiento, nuestra labor es llevar un
mensaje donde el mundo entienda que debe tomar una decisión ahora y no esperar más,
este mensaje es apremiante (2 Co. 6:2).

Taller

1. Escriba tres conclusiones personales después de haber estudiado esta lección

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2. Estudie y explique el ministerio de la reconciliación basado en Efesios 2

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