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TEMA: UNA MADRE GUERRERA

TEXTO:
INTRODUCCIÓN:

Cuando Dios estableció sus leyes y estatutos morales, judiciales, y espirituales


en la Torá , bendijo los vientres y los niñ os que nacerían de las mujeres que
recibieran su Palabra.

Leemos:

Deuteronomio 7:13-14 Reina-Valera 1960

13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu


vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus
vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que
te daría. 14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti
varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.

Los niñ os nunca deben ser una carga para la madre, la biblia dice;

Salmos 127:3 Reina-Valera 1960

3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del
vientre.

La palabra hebrea para herencia es najalá b, la cual denota una herencia o


reliquia familiar que es traspasada despué s de que ha muerto el dueñ o de una
finca. Cuando sus hijos tengan hijos, su nombre, su historia familiar, y su
legado será n transmitidos como herencia espiritual a su descendencia.

Pero para proteger el patrimonio de su linaje a veces será necesaria la guerra


espiritual.

Hay cuatro cosas que cada madre o futura madre debe establecer y saber.

BOSQUEJO:

I. LAS PROMESAS DE DIOS PARA BENDICIÓN DE LA FAMILIA

La primera herramienta que toda mujer debe conocer son las promesas de
Dios diseñ adas para las bendiciones de la familia.

1. Cuando un terremoto quebrantó los cimientos y los barrotes de la


prisió n de la cá rcel romana, el carcelero decidió suicidarse, pero Pablo
lo detuvo. Ni é l ni su familia eran almas convertidas. Se le prometió :
Hechos 16:31 Reina-Valera 1960

31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.

2. Cuando Cornelio y su familia escucharon el mensaje de Pedro, el


Espíritu Santo descendió sobre ellos y toda la casa fue bautizada en el
Espíritu Santo.

Hechos 10:44-46 Reina-Valera 1960

44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó


sobre todos los que oían el discurso. 45 Y los fieles de la circuncisión
que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre
los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46 Porque los oían
que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios

3. En Corinto, Grecia, un príncipe de la sinagoga local llamado Crispo,


creyó en Cristo con toda su casa.

Hechos 18:8 Reina-Valera 1960

8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su


casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.

4. Las cuatro hijas doncellas de Felipe eran consideradas profetisas, lo


que significa que era una casa de creyentes.

Hechos 21:8-9 Reina-Valera 1960

8 Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a


Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los
siete, posamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas doncellas que
profetizaban.

5. Un discípulo del Señ or llamado Esté fanas fue un padre cuya familia era
creyente y se había dedicado al ministerio de los santos.

1 Corintios 16:15 Reina-Valera 1960

15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de


Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.

6. Cada madre y padre debe estar totalmente convencido, sin


vacilaciones, de que la voluntad de Dios es salvar a toda su casa. Dios
escogió a Abraham porque sabia que su fe se transmitiría de
generació n en generació n. Leemos:
Génesis 18:19 Reina-Valera 1960

19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que


guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga
venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.

Al reclamar la promesa de la salvació n para toda la familia, el que lo busca en


oració n debe asumir el espíritu de Abraham y comprometerse a criar a sus
hijos en los caminos del Señ or.

II. LO QUE USTED DECLARA

La segunda herramienta consiste en entender que sus palabras deben


convertirse en oraciones verticales a Dios y en declaraciones horizontales en
la tierra.

1. Cristo enseñ ó el principio de hablarles a las montañ as y ordenarles que


se muevan. Dijo:

Marcos 11:22-24 Reina-Valera 1960

22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os


digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar,
y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo
que diga le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis
orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

2. Declarar una bendició n es tan significativo, que Dios instruyó al sumo


sacerdote para que levantara sus manos y dijera sobre el pueblo:

Números 6:24-26 Reina-Valera 1960

24 Jehová te bendiga, y te guarde; 25 Jehová haga resplandecer su rostro


sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26 Jehová alce sobre ti su rostro, y
ponga en ti paz.

3. Cualquier palabra que dirijamos al cielo debe tener armonía y


concordancia aquí en la tierra. Cuando clamamos una promesa en
oració n, pero luego hablamos cosas contrarias a lo que oramos,
podemos terminar interrumpiendo el progreso espiritual que hemos
logrado. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto y vivía en tiendas
de campañ a en el desierto, comenzaron a hablar en contra de las
promesas de Dios en la intimidad de sus tiendas, quejá ndose y
lamentá ndose de su situació n. Dios escuchó sus conversaciones (o
murmuraciones).
Deuteronomio 1:34-36 Reina-Valera 1960

34 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró


diciendo: 35 No verá hombre alguno de estos, de esta mala
generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros
padres, 36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la
tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.

Y bloqueó su promesa durante cuarenta añ os, impidiendo que esa


generació n salida de Egipto heredara la tierra. Las palabras que decimos
agradan o desagradan a Dios.

4. Debemos orar:

Salmos 19:14 Reina-Valera 1960

14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón


delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

5. Este es un aspecto que requiere disciplina continua, especialmente si el


ADN de nuestra familia o nuestra naturaleza tiende a ser negativa,
testaruda, y dubitativa. Oramos con fe.

2 Corintios 1:20 Reina-Valera 1960

20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por


medio de nosotros, para la gloria de Dios.

III. DESAFÍE AL DIABLO

La tercera herramienta espiritual es la tenacidad para desafiar al diablo que


está destruyendo nuestro linaje.

Génesis 3:15 Reina-Valera 1960

15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la


simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

1. Habiendo crecido en la iglesia, ¡hubo momentos en que sentí que los


creyentes tenían má s fe en las dificultades que el diablo podía
enviarles que en la bendiciones que Dios podría ofrecerles! En varias
ocasiones, cuando un hombre o mujer de fe se levantó para declarar
que tenemos autoridad espiritual para resistir y reprender a Sataná s,
algú n creyente bien intencionado pero sin tenacidad advertiría: “Mejor
tengamos cuidado... el diablo escucha lo que decimos y puede
atacarnos”, o “Lo que vamos a lograr es que el diablo se enoje si
seguimos hablando en contra de su reino”.
2. Despué s de añ os en el ministerio, puedo responder a estas dos
advertencias con lo siguiente.
a. En primer lugar, el enemigo va a atacarnos provoqué moslo o no.
Las pruebas y las tentaciones forman parte de la vida en un
planeta maldito en el que el “dios de este siglo” (2 Co. 4:4)
domina el diario vivir. En cuanto a la ira de Sataná s, é l siempre
ha estado enojado, y en el tiempo del fin su ira llegará a su punto
má s alto justo antes de ser atado en el abismo durante mil añ os
¡la ira de Sataná s jamá s podrá ser mayor que el amor de Dios!
b. En Segundo lugar, no hay una sola batalla a la que Dios no le
haya planeado un resultado victorioso a nuestro favor. Fue
Cristo quien nos prometió autoridad sobre todo el poder del
enemigo, y prometió que nada (del reino de las tinieblas) podría
llegar a hacernos dañ o. Nuestro valor (tenacidad) para
reprender al enemigo y ordenarle que aparte sus manos de
nuestros hijos y nuestra familia descansa en nuestra posició n en
Cristo, avalada en el uso de su Nombre, su Espíritu, su
Autoridad, y su Palabra.

IV. LA AYUDA ANGELICAL

Una cuarta herramienta y arma de guerra es la capacidad que tiene el


creyente de solicitar ayuda angelical.

Hebreos 1:13-14 Reina-Valera 1960

13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra,


Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? 14 ¿No son
todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación?

1. En la iglesia primitiva había algunos que estaban enamorados de los


á ngeles al punto adorarlos, lo que jamá s debe llegar a ocurrir, ya que
los á ngeles tienen la tarea de adorar ú nicamente a Dios y a Cristo.
2. Sin embargo, a lo largo de la Biblia á ngeles ayudaron a hombres y
mujeres a traer revelació n, conectando a los creyentes del pacto,
anunciando nacimientos y fortaleciendo.
3. Los á ngeles son invisibles a nuestros ojos, pero a veces pueden
manifestarse en forma humana. Cuando nos cansamos de actuar
correctamente, o sentimos el calor del fuego, no dudemos en pedir la
ayuda sobrenatural de los á ngeles.

CONCLUSIÓN:

No hay duda de que tenemos las herramientas a nuestra disposició n. Con la fe


de Rahab, las estrategias de Dé bora, y la fidelidad de Jael y Judit, el adversario
está en problemas cuando una mujer de Dios atraviesa el cielo con sus
oraciones desde la privacidad de su aposento y enfoca sus energías hacia una
tarea.

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