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El Valor de La Integridad
El Valor de La Integridad
Así se hizo, pero había un joven que planto su semilla y esta no germinaba;
mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y
mostrar sus hermosas plantas. Llegaron los seis meses y el joven ni
siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir pues era
un participante. Avergonzado, desfilo de último hacia el palacio, con su
maceta vacía.
El rey dijo entonces: "Este es el nuevo heredero del trono y se casara con mi
hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de
engañarme sembrando otras plantas; pero este joven tuvo el valor de
presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, honesto, real y
valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".
Definitivamente la integridad es un tesoro. Veamos este valioso estudio
EL VALOR DE LA INTEGRIDAD
“Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le
preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le
dijo: Tú lo dices… Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas
testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra;
de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho. Ahora
bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al
pueblo un preso...”, Mt. 27:11-15.
Jesús, es figura del justo y sin delito. Pilato y su esposa sabían que Jesús
era integro, sin mancha, honesto, recto, ajustado a le ley. Era acusado
falsamente (“le habían entregado por envidia”), no había hecho sino bienes.
Tu nivel de santidad está determinado por la suma de tus buenas
decisiones.
El pueblo allí reunido atrajo sobre sí, sus propias consecuencias: “Su
sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mt. 27:25-26). Es
fundamental entender el alcance de nuestras decisiones. (Éstas no sólo
afectarán mis resultados, sino los de mi familia, nuestras decisiones
afectan a otros).
Dios nos quiere bendecir, todos queremos la bendición del Señor y, que
nuestros hijos sean bendecidos… Sin embargo, en el pasaje de hoy, ellos,
los israelitas que estaban allí, declaran juicio sobre sí y sobre sus hijos.
Los sacerdotes y escribas llevados por el celo religioso, otros por la envidia,
otros por miedo, otros por ignorancia, otros por enojo, pierden la cordura
espiritual y cometen grandes errores.