Está en la página 1de 8
REFLEXIONES SOBRE EL TRABAJO CON PADRES EN LA PSICOTERAPIA PSICOANALITICA RELACIONAL CON NINOS. Psic Analia Stutman La idea de incluita los padres en el tratamiento de nifios y adolescentes he sido eada vez mis frecuente en psicoandlisis sobre todo en las corrientes relacionales. Considerarlos como sujetos reales y no sélo como “objetos introyectados” es pensar y ‘Tubajar simultdneamente en el nivel de las relaciones objetales internalizadas det nfo y los padres, las relacfones reales que sostienen y han sostenido histéricamente entre sf y cada uno ‘con sus propias figuras parentales, que atraviesan también su ubicacién como hijos y como padres. En a perspectiva psicoanalitica, en el contexto de Ia formacién clésica que hemos recibido ‘en Chile en los afios ochenta, el trabajo con nifios y adolescentes, al igual que el con adultos, ha destacado el mundo interno como el escenario donde debe desplegarse la ayuda terapéutica, siendo el modelo de Relaciones Objetales cl predominante en ese entonces. Después en los afios noventa, aparesieron movimientos nuevos que trajeron el psicoanilisis francés lacaniano, que también favorecia una atencién privilegiada a la escucha individual intrapsiquica del inconciente. A nuestro juicio esto ha implicado en la prictica, que Ia relacién del terapeuta con los padres presente ciertas falencias y desaprovechamiento. Por una parte, a los padres se los ha definido como gravitantes en el desarrollo del aparato psiquico en formacién de ese hijo(a) pero paralelamente se los ha tendido a excluir del ‘campo terapéutico, Ast también, al mismo Tempo que se les adjudica el rol de sost. “Gel tratamiento, esperando de ellos un alto grado de compromiso, alianza y responsabilidad, se ha evitado conceder un espacio concreto y contundente que dé ‘emocional que se despliega en los padres a propésito del tratamiento. Asi, su participacién se ha restringido a aquellas situaciones en que se detectan resistencias parentales riesgosas para Ja marcha de la psicoterapia, Nos parece que el rol de los padres corre el riesgo de quedar enormemente reducido a lidad de ayudar a un nifio inserto en su familia, Esta simplificacién y reduccién del papel de los aspectos principalmente de orden préictico, lo que creemos atenta contra la posi padres en el tratamiento de un hijo puede ademds estar a fa base de un conjunto de reacciones que atenten contra el proceso terapéutico mismo. En este sentido, consideramos que la poca consideracién de los padres puede transformarse en un terreno fértil para Ia emergencia de una serie de proyecciones y disociaciones entre los padres y el terapeuta, que estimula sentimientos de desconfianza, competitividad, celos, envidia, idealizacién, autodepreciacién © devaluacién del otro, etc. Hemos constatado en nuestra experiencia que todo lo anterior obstaculiza de un modo importante el proceso terapéutico. En contraposicién a estas pricticas observamos cotidianamente que oftecer a los padres un espacio més amplio y un tipo de relacién en que se los considere como adultos preocupados, mejorla del nifio resulta de enorme valor, Esto implica, por una parte, asumir que como ierapEUMIS TECEHtaMOS trabajar formando un equipo con ellos y, por otra, considerar que principalmente a través del contacto emocional con los padres podremos acceder a la posibilidad de empatizar con ellos y entender los sentimientos que les emergen a lo largo del tratamiento. Pensamos que incluir y considerar a los padres de esta manera puede constituirse en un elemento protector y favorecedor para la psicoterapia y en una oportunidad de reorganizaci6n més profunda del vineulo entre esos padres y su hijo(a). Creemos que es en este tipo de encuadre en el que el aporte que hacemos como terapeutas puede hacerse més provechoso y fecundo. En [a préctica, esta manera de trabajar nos ha permitido lograr una comprensién més amplia del nifio por el que nos consultan, Nos ha resultado enriquecedor adentrarnos en las his familiares recientes y mAs remotas ya que, como es ampliamente sabido, muchas veces ahi yacen claves importantes para entender y abordar la problemitica del nifio, en cuanto al impacto de lo transgeneracional en Ia etiologia del problema. Cuando los padres cuentan con un espacio en el que se sienten acogidos y contenidos emocionalmente por el terapeuta del hijo(a) pueden dar curso a un proceso personal en el que revisan, recuerdan, repasan hitos de su propia historia infantil o adolescente. Por su parte al fecorrer en conjunto la historia y prehistoria del vinculo con ese hijo(a) intentamos sacar a la luz y precisar aquellas dinfmicas en que ellos se encuentra identificaciones y prayesciones que. contamninan la telacién pace —hijo. La teoria psicoanalitica y la experiencia clinica nos muestran una y otra vez la fuerza que tiene el mecanismo inconsciente de repetir sin conciencia -e incluso en contra de la propia ser elaboradas. La relacién voluntad- aquellas experiencias emocionales que no han po con un hijo constiuye un terreno de altisima vulnerabilidad que invita con la fuerza de tos mecanismos inconscientes- a repetir los dolores y ansiedades vividos en el pasado. Por ello, cuando, como terapeutas nos abrimos a conocer y a contener dentro de nuestras posibilidades aquellas historias que los padres nos traen y de las que ahora se puede hablar a propésito de {a crianza de un hijo(a), se abre también In posibilidad de reparar aspectos de Ia propia otra send no de la historia que se esti escribiendo infancia, y con ello retomar por otra senda el car oe aoe con los propios hijos. “nentamos través de esto que los padres logren una mayor diferenci puedan constitui iad mas in de sus hijos y asi isponibles para ejereer las fimciones en figuras de la rei nes para ver y distinguir las necesidades, sindividuales ‘parentales, Esto significa estar en mejores condi deseos y caracteristcas propias del nit, para (olerary respetar las diferen en cuanto a estilos y elecciones vitae ppara_contener emocionalmente y favorecer un 250 evolutivo genuino, Funciones como la disponibilidad emocional, la contencién, el ( registro simbélico de las necesidades de nfo, el reverie, In mentalizacién, han sido relevadas como funciones centrales en la construccién del psiquismo infantil y para ello necesitamos de Ja colaboracién activa de los padres en asumitlas cuando, eso no ha ocurrido espontineamente, Es para la promocién de estas habilidades, que necesitamos contar con los padres, emocionalmente involucrados en el proceso terapéutico del nif. Para tratar de conocer este mundo experiencial intersubjetivo internalizado por el nifio y sus esiones individuales ‘padres, pienso que la inelusién en Ia etapa diagnéstica, de una o mi ‘con los padres del paciente per el que nos consultan, junto con sesiones vinculares y familiares, permiten recoger la doble vertiente de la cua se nutte el funsionamiento psiquico das y i mundo interno del sujeto y el fantil, las relaciones marco de ins relaciones reales alimentadas con las representaciones inconcientes con las que ‘cada progenitor y el mismo nifio nutren su interaccién, dando paso a Ia activacién de su modo vincular mds predominante. Este tipo de abordaje inicial, nos permite poder dar un jo al motivo de consulta, abarcando aspectos tanto psicodindmicos de los padres sentido. mis _ampl dividuales como no relacionales, Facilita el desarrollo de un mayor compro! ‘con ese hijo, con el tratamiento que se indique y con la persona del terapeuta, evitando la pproyeccién execsiva por falta de proximidad y de reconocimiento mutuo . idual de nuestro paciente, en ocasiones realizamos en forma la psicoterapia jones de abajo con los padres juntos y/o separados, segin lo que se vaya requiriendo y provenga de ellos o de mi el interés. También aceptamos dentro del modelo la nculares. Creo que es muy interesante cuando en una terapia invitacién a tener sesiones individual se levanta una inquietud por entrar juntos. Si lo propon nifio, abre a la pregunta, qué le parecera necesario que ademas de sefializarlo verbalmente, o jugarlo mediatizadamente con materiales, necesita que se haga presente de una manera tan factica jn? Y si proviene de los padres, le consulto al nifio y lo estimulo a que que hace esta p reciba Ia invitacién ya que tambien hay algo que desean presentizar y de lo cual esperan que yo sea testigo real y simbélico. Si uno no usa de manera sistemética las entrevistas con padres, pero tiene Ia apertura a trabajar con ellos, es posible que parte importante de los malos tratos dirigidos al hijo ~ lo con el terapeuta y de ese modo, uno se cuando los hay- también se desplacen al vuelve un objeto més a maltratar oa abusar. Uno queda ubicado como un representante del jo. Por ejemplo, a través de todos los modos que pueden usar al incumplir con los acuerdos comprometidos en el establecimiento de contrato terapéutico (falta en los pagos, periodos de vacaciones, atrasos, suspensiones, etc). En este caso la razén para incluirlos, no es sélo corregir estas situaciones de encuadre, que pueden ser desde situaciones fortuitas e ingenuas hasta francos ataques encubiertos al vinculo, La propuesta en este caso, es aprovecharse uno én de algo de ellos como pantalla de proyeccién, y el encuentro como espaci ‘hacia el hijo, qi@ To pueden ver y que actiian de ese modo, También puede ocurtir por hostilidad dirigida hacia la persona del terapeuta, la que también puede ser trabajada en esas instancias. INQUIETUDES Y DIFICULTADES QUE PLANTEA LA INCLUSION DE LOS PADRES. El tema de considerarlos © no, en el tratamiento, nuevamente pasa en gran medida por aspectos del propio terapeuta: cudnto nos acomoda o no incluirlos v/s cuanto nos interfiere. El nivel de eleboracién de las propias probleméticas inconscientes, los aspectos infantiles, la madurez alcanzada en la relacién con los propios padres reales e internalizados, la conciencia , temor a la ‘obtenida sobre las necesidades de reconocimiento y aceptacién, competenci autoridad, etc, serdn elementos determinantes a la hora de entender auestra disposicién y posibilidad de incluirlos no, Ciertamente los marcos teéricos apertan argumentos para favorecer © no, estos encuentros y desde los enfoques relacionales serd siempre vital integrar a los padres y tener presente todas las formas de transferencia - contratransferencia que se ‘van a suscitar: nifio terapeuta / padres ~ terapeuta, ‘arencias personales, sus rasgos de personalidad, sus secretos, y sy te los eee jento, en ‘en muchos e casos es resentido por ellos y por eso > mm con ‘un movimiento de ‘apertura! que no estin dispuestos. ¥ p Y por tanto nos encontraremos con esta “resistencia” puesta con més o menos conciencia, con mas 0 menos actuacién. Por lo tanto ‘vemos desde hermetismos paranoides, revelaciones seguidas de mucha angustia y persecucién que debemos contener (qué vamos a pensar de ellos), olvidos de sesiones, desapariciones express (nunca més los vemos), sesiones infértiles donde captamos que no lograremos de ellos mas que informaciones superficiales y evasiones; hasta idealizaciones primitivas que sabemos caerén pero no sabemos cudndo, identificaciones infantiles que buscan revivir junto 2 nosotros aspectos de Ia propia infancia no resueltos, dependencia, autoinvalidaciones seguidas de sentimientos de incompetencia parental y melancolia, o celos rabiosos abiertos que entorpecen su vinculo con nosotros y afecta el del nifio también, por ‘cobros de lealtad al nifio 0 identificaciones proyectivas, en fin todo un campo trasnferencial ‘que debera participar de a comprensién del caso. En muchos casos, abrimos temas guardados por mucho tiempo, y que estaban en busca de un Bee querer un ido empaiico dispuesto a escuchar relatos dolorosos, y por tanto generamos 5i eaters srado de reresén y dependencia, cargada de necesidad, 0 agradec iento, 0 confusiones respecto de cual serd nuestro rol Oroly J iidestra cereania a sus malesiares. Generamos con la pure “apertura a Ta escucha, expectativas qué dejan al descubierto, Ia nevesidad implicita de a ellos y desamparos, invalidaciones traumas transgenerscionales que pueden estar a Ia base de Ins probleméticas de nuestros pacientes nifios. Estos padres colaborarin, pero desde la expectativa inconsciente de ser queridos y recibidos ellos en su necesidad de reparacién y cuidado. Sin embargo, cualquiera de las propuestas vinculares anteriores me parece mis manejable y tolerable que las reacciones narcisista paranoides, cargadas de agresiones, fantasias persecutorias y envidias de|los padres. Es decir, toda una transferencia masiva persecutori ‘muy amenazante para su frégil estabilidad y autocontrol, que los obliga a desenvainar toda la artilleria pesada y dirigirla contra el terapeuta y sus preguntas. Es claro, que escuchado asi, ‘todos podriamos soportar estos acting in, que tienen una explicacién, el problema es que nos pillan desprevenidos y por tanto, sin tanta capacidad de leer rapido la situacién y en un acto de autocuidado automético, también levantamos nuestras defensas y reaccionamos, seguramente no del mejor modo. A estos padres dan ganas de expulsarlos, contrantacarlos, no queremos sertimos como nifios maltratados injustamente, o como profesionales deva ados. Nuestra mente quiere protegernos y los queremos lejos. Seguramente por lo iego de que nos hemos sentido contenidos, desenredar en supervision, andlisis 0 terapia. \ podemos volver a pensar, se desinflama Ia reaccién de rechazo y podemos volver a toparnos ‘con ellos desde una postura mds profesional nuevamente. Producto de su fragilidad, apuntarin hacia nosotros comentarios que atacan nuestro udarén de nuestra experticia, se quejarin del arancel queremos volver dependientes a sus hijos para someterlos a nuestras pensar que les queremos robar su lugar de pndres, etc. En sintesis, en estos casos corremos el riesgo de que no colaboren -salvo que ellos estén sobrepasados- que desconfien y nos hhagan sentir ese desprecio o rechazo a nivel de nuestra autoestima, lo que puede llevarnos a _contraactuar por el dolor que nos causa ser ubicados en ese lugar, desestiméndolos, desoyendo su malestar, ut éndoles en indonos en un lugar de sujeto supuesto saber, compit nuestra cercania con su hijo, es decir, todas estrategias de autodefensa, que desconsideran el ro que tenemos en toda Ia constelacién familiar, mas allé de que wabajemos en forma individual con el puro nifo . Por iltimo creo que existe un grupo de padres que también son complicados por los reposieionan en su rol a través de evaluamos ellos a nosotros. Por supuesto, en esta vertiente tan egocéntriea las necesidades de contencién del nifio, no tienen espacio alguno. El otro formato, es més sumiso, apacible en apariencias pero igual de exigente y demandante. Se ‘comportarin colaboradores en extremo, pedirin minutos extras todas las sesiones, nos mandarin notitas, mails, pedirin entrevistas extras y si ‘se Tas damos para ver algo del ppaciente, Ia tomarin como un espacio para sus propias neesidades descontenidas, y el nifio pasaré al olvido. Requieren tanto de nosotros, para calmar sus inseguridades, que pedirdn mucha atencidn y feedback, querrin aprender ripido, que el eambio se produzca ripido asi se ‘compondra su herida autoestima parental. Pero en ambos casos, a diferencia del anterior tendremos papas inclufdos, pujando a su modo porque el tratamiento rinda segin lo que ‘ofrece, o mas bien, lo que ellos fantasean que debiera rendir. Por eso es tan importante siones, para poder ir dindole espacio ‘suficiente, 0 bien, contenerlas y moderarlas cuando son excesivas, para que puedan pensar averea de la actitud que se les activa y vean como participa aquello del proceso del hijo y de conocer a fondo sus necesidades, expectativas y preten lo que el nifio recibe como comunicacién verbal o no verbal. En sintesis, lo que he intentado relevar, es que dentro del modelo en que trabajo, los padres ino parte fundamental de la red ito, no son sélo informanies de padecimientos de un ee SE ea eee ee te een intersubjetiva en In que este nifo esti inmerso y de In cual se mute, obtiene informacién de si ‘mismo, aporta apoyos y demandas a los otros, participa de nudos conflictivos y también porta a las soluciones, y todo ello tiene un impacto individual ademés de relacional. Su personalidad se forja en este entramado y el sujeto emerge de alli. Por Io tanto, los patrones, relacionales que se promuevan, lo discursos que circulen, las puestas en acto que se activen, jento afectivo y serin material que el nifio procesaré internamente y le aportarin crecit madurez o bien dolor y estancamiento, ansiedad y desborde. Dado lo expuesto entonces, resulta inconcebible un abordaje que no considere estos aspectos, y el psicoanilisis desde ‘todos su enfoques asi lo muestran. Sin embargo, para el paradigma relacicnal o intersubjetivo Seri no solo informacién a procesar para el plan de tratamiento, sino, material vivo de anilisis; Se trabajaré sobre la experiencia de juego del nifio, constituida por las representaciones que tiene de si mismo concientes e inconcientes, los afectos involucrados en jeraccién reales que tenga con sus ‘sus experiencias y las representaciones y patrones de padres especialmente, ademis de todo su mundo intersubjetivo. Es por esto que también incluimos el trabajar con los padres, para promover introspecciones y reflexiones que les permita tener mas mentalizado a su hijo y de ahi disponer entonces de las funciones y habilidades parentales que se han recogido de los planteamientos tedricos de autores como Winnicott, Balint, Mc Dougall, Lebovici, Ogden y muchos otros autores del siglo XX y los fundamentos tedrico elinicos que se han extraido de lo hallazgos Infant Research, de autores del siglo XX y XT en USA y Europa (Stern y el grupo de Boston, Fenagy en Inglaterra, entre otros) y las conceptualizaciones tedrico clinicas que han surgido de autores americanos de psicoanilisis de adultos como S, Mitchel, Atwood y Stolorow, L Aron, J Benjamin, D Orange, y muchas asociaciones como la espafiola, inglesa, Israel, Australia, etc.

También podría gustarte