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(De nuestro corres-

ponsal en el mundo de
los "ovnis".) El 21 de
marzo de 1963, a las
nueve y media de la
noche, tuvo lugar en
Trancas, provincia de
Tucumán (Argentina),
el "asedio" a una soli-
taria alquería por seis
discos que aterrizaron
cerca de una vía férrea.
Algunos de ellos pro-
yectaron potentes rayos
de luz roja sobre la
casa de labor, rayos de
tal intensidad que sus
habitantes, refugiados
apresuradamente en
ella, advirtieron cómo
m
la temperatura, dentro de la casa, se
elevaba de manera alarmante.
Investigaciones poste- riores realizadas
por el capitán de fragata Omar R.
Pagani le llevaron a la conclusión de
que la “luz“ emitida por los misteriosos
ingenios “atravesó las paredes, penetrando
en las habitaciones sin ventanas e
iluminándolas completamente”. Un caso
similar tipo lugar en Torrent, localidad
situada en la provincia argentina de
Corrientes, en enero de 1965 (1). Gordon
Greighton, en su trabajo «Los huma-
noides en Iberoamerica, recogido en el libro
“Los humanoides» (Pomaire, Barcelona,
1967), se refería al suceso de Trancas y a
otro ocu- rrido en Chalac, cerca de
Formosa, en la fron- tera de la Argentina y
el Paraguay, el 21 de febrero de 1965. Tres
aparatos evolucionaron y tomaron
tierra junio a medio centenar de
asombrados indios de la tribu Toba, hecho
del que, al parecer, quedó
testimonio gráfico. (Sin
embargo, en nuestro reciente viaje a
Londres, Mr. Creighton nos informó de que
el aterrizaje de Chalac, según
investigaciones del corresponsal
especial de la “Flying Saucer Review”
Oscar A. Galíndez, no habia podido ser
comprobado y había motivos para pensar
que se trataba deha superchería.)

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