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JOHN DEWEY EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS EDITORIAL PAIDOS BUENOS AIRES Titulo det original inglés Paostens or Men Publicado por ‘Tue Pusosopuican Liprary New York Traduccién de Epuanno PRIETO 1 edicién, 1952 2 edicién, 1961 (Scleceién) 3 edicién, 1967 PRs Impreso en la Repiblica Argentina Queda hecho el depésito que previene la ley N° 11,723 © Copyright de todas las ediciones en castellano by EDITORIAL PAIDOS SAO, Cabildo 2454 Buenos Aires iNDICE IwteonucciGn. Los PROBLEMAS DEL HOMBRE Y £1 BSTADD ACTUAL DE LA PILOSOFIA .......4.. Primera Parte DEMOCRACIA Y EDUCACION I. Fe demoeratica y educacién . Tl, Democracia y educacién en el mundo de hoy JIL El Mamado de la democracia a la educacién . IV, Democracia y administracia educacional .. V. El maestro y su mundo ..... VI. El problema de la Escuela de Artes VU. Necesidad de orientacién , Vill. Autoridad y resistencia a los cambios sociales IX. Libertad y control social .... X. EL porvenir det ‘beralisma ..., Segunda Parte NATURALEZA HUMANA Y SABER I. EI pensamiento liberal puesto a prueba IL, La rebelién contra la ciencia ier! IL La relacién entre ciencia y filosofia como bace de la educacién ........, IV. Religién, ciencia y filosofie V. gQué es Ja ciencia social? VI. ¢Cambia 2 naturaleza humana? VU. La naturaleza en Ja experiencia . 161 180 199 201 216 t 1 rwrRopuccION LOS PROBLEMAS DEL HOMBRE Y EL ESTADO ACTUAL DE LA FILOSOF{A. Una comisién designada por un organismo cuyos miembros se ocupan de la ensefianza y escriben so- bre filosoffa, Phe American Philosophical Associa- tion, ha publicado recientemente un informe. Se le habia pedido que “emprendiera un examen del estado actual de la filosofia y del papel que ella podrfa representar en el mundo de posguerra”. La invitacién provenfa de un organismo constituido por personas que no eran filésofos de profesién, Ja Fundacion Rockefeller, que financi6 la encuesta. Ello pone de manifiesto que este tema se considera de interés piblico, y no meramente profesional. Es- ta implicacién se ve apoyada por una frase relativa a la tarea confiada a la comisién. Se le pedia que indagara “la funcin de Ja filosofia... en el desa- rroiio de una vida libre y razonada dentro de la comunidad”. También se le requerfa que examinara “Ja funci6n de la filosofia en la educacién liberal”. El iftulo del libro es Philosophy in American Edu- cation. Este titulo hace pensar que la Comisidn se limité a la més restringida de las dos tareas que se le habfan confiado. Salvo unas pocas excepciones, el grueso del libro confirma esta impresién. Después de preguntar: “;Qué intentamos hacer? ;Adénde pensamos Negar?” la Introduccién del informe si- gue diciendo gue “no existe en el presente un cuer- po de doctrina Hamado ‘filosoffa’, aceptado por 8 JOHN DEWEY autoridad y en cuyo nombre puedan pretender ha- biar expositores debidamente autorizados. Existen filosofias y fildsofos, y desde el punto de vista fi- loséfico difieren justamente en las manifestaciones 2 las que nos han pedido que nos ocupemos”. La Comision merece la mayor estimacién por la fran- queza con que afirma este hecho. Pero en lo qué tcea al interés de quienes estan fuera del circulo de los filsofos, me parece que las palabras que he consignado en bastardilla revelan mejor el estado y la funcién actual de la filosofia que todo el resto del volumen. Es esta una seria observacién, y la formulamos porque, a nuestro juicio, las divergencias internas que impidieron a la Comisién ocuparse de la mas importante de Jas dos tareas que le habian sido confiadas, constituyen el reflejo, en la esfera in- telectual, de las confusiones y conflictos que divi. den a la comunidad ptblica. Antes que reprochar a los filésofos el que no estén de acuerdo, debe- riamos recordar que, en el estado actual del mun. do, el acuerdo entre ellos seria prueba positiva de que Ja filosofia es de una indole tan técnica, que se halla absolutamente desvinculada de los problemas Y acontecimientos de la vida real. Me propongo, entonces, examinar el estado actual de la filosofia en relacién con lo humano, Dentro del circulo de los filsofos profesionales y en la ensefianza de la filosoffa en las institueiones esco- lates, tienen su lugar las diferencias de conclusio- nes que constituyen los sistemas y los “ismos”. Pe- ro para el piblico, estas diferencias son de escasa importancia, comparadas con la cuestién referente a Io que los fildsofos tratan de hacer y lo que podrfan hacer si lo intentaran, El interés del pi- blico se-centra en cuestiones como esta: ;Cudl es la finalidad especffica y la tarea de cualquier sis- tema de filosofia? {Como se relaciona una filosofia con los intereses y manifestaciones que hoy se pre- sentan como problemas de todos los hombres? ; EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 9 I Este examen puede muy bien comenzar con el hecho de que existe en nuestro tiempo una filo- soffa que pretende poseer “un cuerpo de doctrina aceptado por autoridad”, y que tiene “expositores debidamente autorizados”” para expresar su con. tenido. El hecho de que los representantes de este tipo de filosofia no figuren en el Informe, indica por si mismo la existencia de una profunda cesura en la vida actual. Porque esta filosofia es la de una institucida que pretende tener origen divino, ademds de apoyo y direccién divinos permanentes, Se sostiene que sus doctrinas poseen autoridad, por. que sus fuentes se hallan en la revelacién sobre. natural. Las filosofias representadas en el Informe formulan un punto de vista segiin el cual las doc- inas filoséficas deberfan formularse sobre bases independientes de la revelacién sobrenatural, y no requerir ninguna institucién especial que les sirva de 6rgano. La filosofia sobrenatural y teoldgica se constituyd en el perfodo medieval. Las filosofias representadas en el Informe se crearon en una forma alejada, y en gran parte en oposicién, con Jas orientaciones e intereses que predominaron en Ja formulacion de la vieja filosoffa. En términos generales, esta divisién dentro de Ja filosoffa representa una fractura Vital entre los viejos y nuevos factores en Ja vida actual, entre Jo sobrenatural y lo que, por contraste, puede Ia- marse lo secular, y constituye una expresién de las condiciones que hicieron decir a Matthew Arnold, hace ya mas de una generacién, que el hombre con. temporéneo se halla: errante entre dos mundos, uno muerto y el otro incapaz de ‘nacer. Sin embargo, una exposicién del estado actual de Ja filosoffa debe hacer notar que, en lo que con- cierne a Ja finalidad y funcién de la filosofia, exis- 10 JOHN DEWEY te un acuerdo bésico entre la filosofia de tipo teo- légico y por Jo menos algunas filosofias de tipo secular. El rechazo del origen y la fundamentacion ‘obrenatural constituye, por supuesto, una gran diferencia. Pero los dogmas filosGficos expuestos en el Informe se adhieren en gran parte, aungue no oxclusivamente, al punto de vista segiin el cual la finalidad principal de 1a fflosofia consiste en el co- nocimiento del Ser o la Realidad, conocimiento mas comprensivo, fundamental y esencial que el que puedan proporcionar los Grganos y métodos que se hallan a disposicién de las ciencias “particula- res". En efecto, segtin este punto de vista, las cien- cias, con Ja posible excepcién de las matematicas, se ocupan de cosas tempcrales, cambiantes, contin- gentes, en tanto la filosofia tiende a un conoci- miento de Io que es eterno y esencialmente necesa rio, tan primario y tan final que sélo é1 puede pro- poreionar seguro. apoyo a las aspiraciones a la verdad presentadas por las formas inferiores del conocimiento. ‘Lo importante aqui es el hecho de una profunda fractura, no el saber quién tiene razén. La fractura vital producida por las desviaciones y reacciones “modernas” contra los métodos y dogmas anterio- res es tan amplia, que nada queda intacto. En po- Iftica, se manifiesta en los movimientos que en ca- si todos los paises han terminado en la separacién de la Iglesia y el Estado. Los procesos industria- les y comerciales produjeron una situacién de movilidad, frente a las condiciones relativamente estaticas del poder consuetudinario que otrora pre- valecié. Han introducido también intereses y pla. ceres que contrastan con los que se consideraron supremos en el perfodo del. dominio eclesiastico medieval. Con respecto al conocimiento natural € hist6rico, el surgimiento de nuevos métodos de in- vestigacién ha conmovido profundamente la astro- nomfa, fisica, biologfa, antropologia, y el conoci- miento histérico con él que se habia identificado a sf misma la filosoffa teolégica. La fractura que, como resultado, se produjo entre la teologia y 1a i | | i i | EL HOMBRE ¥ SUS PROBLEMAS 1 ciencia positiva, entre lo mundano y lo divino, en- tre los intereses temporales y los lamados eternos, dio origen a las divisiones especiales que, en forma de “dualismos”, determinaron los problemas fun: damentales de las filosoffas que Hamamos “moder- nas” en sentido histérico, Sin embargo, el hecho mds chocante acerca de estas filosofias modernas es la medida en que mues- tran haber sufrido la influencia de los movimien- tos posmedievales en polflica, industria y ciencia, pero sin haber renegado de la antigua concepcion clasica, segiin la cual la tarea fundamental de la filosoffa consiste en investigar una clase de Reali- dad que es mas fundamental y esencial que lo que son 0 pueden ser Ios hechos descubiertos por las ciencias, El resultado han sido las controversias respecto del érgano de! conocimiento, que constitu: yen los “ismos” filos6ficos de estos tltimos siglos. ‘A causa del punto de vista segtin el cual la finali- dad y funeién de Ja filosoffa atafien a una Realidad que se supone detrés y mas alld del objeto de los varios conocimientos auténticos que constituyen Jas ciencias, la “posibilidad del conocimiento”, las con- diciones' del conocer, que se establecian antes que el conocimiento mismo pudiese tener lugar, !egaron a constituir el “problema” fundamental de la filo- sofia. Cuanto més florecian los conocimientos de hecho, tanto més las filosoffas, recfprocamente con- tradictorias entre sf, se ocupaban en proporcionar “Fundamentos del Conocimiento” en lugar de uti- lizar Jo que se conocfa para dirigirlo al descubri- miento y la realizacién de sus propias finalidades, La actividad que una vez habia dado su nombre a la filosofia, la Buisqueda de la Sabiduria, se habia retirado, poco a poco, a segundo plano. En efecto, la sabiduria difiere del conocimiento en que cons. tituye la aplicacién de lo que se conoce a la con duccién inteligente de los asunfos de la vida hu- mana, Las dificultades de la filosoffa surgieron del hecho de que cuanto mas crecié ese conocimiento aprovechable, tanto més se ucup6 ella de una tarea que ya no tenia interés humano. 12 JOHN DEWEY En efecto; los problenias précticos, tan profun- damente humanos como para-constituir los produc- tos morales de nuéstra época, han aumentado en importancia e intensidad. Abarcan précticamente todos los aspectos de a vida contempordnea, do- mésticos, industriales, politicos. Pero durante el periodo mismo en que esto ocurria, la filosofia, en su mayor parte, los relegé a un lugar subordinado y aceesorio con respecto a un pretendido problema del conocimiento. Al mismo tiempo, el conocimien- to efectivo y las aplicaciones de la ciencia a la vida por medio de las invenciones y las artes tec- nolégicas, avanz6 en tal medida que el supvesto problema’ de los fundamentos y la posibilidad del conocimiento tiene s6lo un remoto interés profe- sional. El resultado neto del descuido de temas que son urgentes, y la preocupacién por otros ale- jados del activo interés humano, explica el des. crédito popular en que ha ido cayendo progresi. vamente la filosoffa. Este descrédito constituye, a su vez, un factor decisivo en Ia determinacién ‘de su funcién en el mundo. iQué pueden hacer filosoffas que, a pesar del cambio fundamental de condiciones ocurrido en la ciencia y en las cosas humanas, siguen ocupandose del problema de las condiciones del conocimiento y_descuidan el vital problema de sus consecuericias efectivas y potenciales? Una investigacién que se dedicara a la biisqueda sistemética de las conse- cuencias de la ciencla, a averiguar por qué éstas son lo que son en la actualidad, las causas de esa Timitscién por la cual cl método cientifico influye sobre las condiciones de vida s6lo-a través del me- dio constituido por instituciones a las cuales no se aplica la investigaci6n cientifica, ;qué resultarta de las consecuencias de la ciencia si se las aplicara asi? Tal investigacion podria aspirar a desempe- fiar alguna funcién, a representar un papel en el desarrollo de actitudes liberales, bien probadas y fundadas sobre hechos, dentro de la comunidad. EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 13 IL En la situacién actual, los métodos cientificos tienen eficacia en la determinacién de las condi- ciones econdmicas concretas en que vive la masa de los hombres, pero no se utilizan para estable- cer, en forma libre y sistemética, los fines mora- ies’ y humanos presentados por condiciones préc- tieas cada vez mds importantes, el estado real de los fines y valores. De aqui que las cosas mas im- portantes queden para la decisién de la costum- bre, el prejuicio, los intereses de clase y las tra- diciones incorporadas a las instituciones cuyos re- sultados son, en su mayor parte, determinados por el poder superior, que se halla en posesién de los que administran estas cosas. En estas condiciones, ha surgido recientemente un movimiento filos6fi- co que merece especial atencién, Conserva éste la idea de que el objeto de la filosoffa es la realidad superior y considera que su fin es la investigacién de ella, ‘sobre todo partiendo de la matemética 0 de simbolos casi mateméaticos, pero repudiando completamente el aspecto de la filosofia que se ha conocido bajo el nombre de btisqueda de la sabi- durfa. Convierte el desinterés practico de los fi- \sofos modernos por los temas politicos y mora- Jes en una negacién teorética y sistematica de la posibilidad de encararlos inteléctualmente, y sos- tiene que los asuntos practicos de los hombres, que tienen Ia ms profunda y elevada significacion, son cuestién de valores y valoraciones, y que por ello son, en raz6n de su’ misma naturaleza, no suscep- tibles de determinacién intelectual ni de justificacion © condena sobre bases racionales. Este movimiento conserva, en la forma més enérgica, la antigua con- cepeién griega segiin Ja cual la teoria es intrinse- camente superior a cualquier forma de interés prac- tico, que atafie a cosas que cambian y flucttian, en contraste con’la eternidad del Ser. Pero el movi- miento en cuestién mejora la plana, por asf decir, ala doctrina clésica. En tanto ésta sostenia que los 4 JOHN DEWEY asuntos prdcticos constitufan el material de formas inferiores de conocimiento, el movimiento que nos ccupa afirma que la moral, ocupandose como lo hace Ge valores intrinsecos, de fines en si mismos, se halla por completo fuera del dominio de cualquier forma de conocimiento. Un miembro distinguido de esta escuela del pen- samiento contemporaneo ha escrito recientemente aue “las aeciones de los hombres, en infinidad de importantes aspectos, dependen de sus teorfas acer. ca del mundo y la vida humana, de lo que es bue- no y malo". Pero también escribié que lo que los hombres sostienen acerca de lo bueno y¥ lo malo es, en todo sentido, asunio de mero agrado y desa. grado. Y estos tiltimos conceptos, a su vez, son de indole tan completamente privada y personal —-en términos filoséficos, subjetiva— que no cahe formu. lar con respecto a ellos juicios que posean bases objetivas. El agrado y el desagrado no son modi. ficables por el conocimiento, dado que residen en una intimidad inaccesible. Los valores eatrinsecos © instrumentales pueden ser estimados racional. mente, porque s6lo son medios y no fines en el auténtico sentido de la palabra. Como medios, puede determinarse su efieacia valiéndose de métodos que permiten un andlisis cientifico. Pero los fines a que sirven (fines que son verdaderos fines), son Precisamente cosas en punto a las cuales los gru- pos, clases, sectas, razas, eteétera, experimentan irracionalmente agrado 0 desagrado, La efectiva y concreta condicién de los hombres en todo el mundo, con respecto a las oportunidades Ge gue gozan y sus respectivas desventajas de po- sicion, su felicidad y su miseria, la indole y grado Ge participacin que tienen “en’ el hien y el mal, desde innumerables puntos de vista”, es decidida ahora por cosas que, segtin esta concepcién, son meros medios. Ademés, se afirma que son total. mente arbitrarios y no significativos con respecto a los fines que producen en titima instancia aun que esos fines son todo cuanto la humanidad es. tima {Cuél es el destino probable del hombre sobre ' EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 15 Ja tierra, si el dominio de tas condiciones concretas en que. viven los hombres sigue aumentando con el ritmo actual, en tanto las consecuencias que ellos producen quedan neceseriamente a merced del agra- do y el desagrado, que estén, a su vez, a merced de habitos e instituciones irracionales y de una dis- tribucién clasista y sectaria del poder entre el mas fuerte y el més débil? Con todo lo técnico que pueda ser el enfoque teorético de esta escuela respecto de la realidad ultima, la verdad o falsedad de esta parte de su doctrina resulta, por cierto, de interés puiblico. Si esta filosofia fuera generalmente aceptada, el movimiento en pro de una moratoria para la ciencia se veria grandemente reforzado. En efecto, de la ciencia derivan Jos valores que son medios y s6lo medios para este tipo de filosofia. Segtn ella, no existe diferencia susceptible de utilizarse y probar- se fundadamente, entre el uso de la energia que se genera en la fisién atémica con el fin de destruir a la humanidad y su utilizacién con fines pacificos industriales, para hacer la vida mds segura y mis tica, Esto no demuestra que la doctrina sea falsa. Pero, por cierto, proporciona motivo para que exa- minemos seriamente las bases en que se erige. Des- de hace algtin tiempo el problema de los valores ¥ las valoraciones se ha ido ubicando en primer pla- no en todos los casos. El problema que aqui se plan- tea deberia convertirse en el problema central del futuro, 1 Entretanto, si la popularidad acrecienta el éxito de esta doctrina, ocurrir4, casi automaticamente, que ello aprovecharé a la filosofia teolégica y sobre- natural. Porque ésta también sostiene que los fi- nes iiltimos estén més alld del aleance de los des- cubrimientos y juicios humanos. Pero, asimismo, afirma que la revelacién hecha desde lo alto provee un remedio eficaz para todo. En una época tan per- turbada como la actual, una filosoffa que niega la existencia de medios naturales y humanos de de- terminar los juicios acerca de io que es bueno 0 malo, trabajaré en favor de quienes aseveran po- 16 JOHN DEWEY seer resortes sobrehumanos y sobrenaturales para determinar en forma infalible los fines tiltimos, so- bre todo cuando pretenden poseer los medios prac. ticos para asegurar, a quienes creen en las verdades que ellos profesan, el logro de los bienes tiltimos. mr Otro aspecto del estado actual de Ia filosofia, que merece atencién, rechaza lo que afirma el movi- miento recién mencionado, y afirma lo que éste niega. Rompe por completo con 1a posicién filoséfica tradicional, segdn la cual el interés hacia la realidad superior determina la tarea que debe realizar la investigaciOn filosofica, y afirma que la finalidad y tarea de la filosofia se hallan integramente en ja parte de la tradicién histérica denominada bis- queda de ia sabiduria, es decir, en Ia busqueda de los fines y valores que dirigen ‘nuestras actividades humanas colectivas. Sostiene que no es la captacién de Ja Realidad eterna y universal, sino el uso de los métodos y conclusiones de nuestra forma mas perfecta de conocimiento, el Uamado conocimiento cientifico, lo que provee los medios que guian esa busqueda. Las limitaciones que actualmente existen respecto de este uso deben desaparecer mediante la extensién de los métodos de conocimiento verifi- cado que definen a ja ciencia, desde los objetos fi- sicos y fisloldgicos hasta lo social y t{picamente hu- mano. Este movimiento se Hama, en sus variados aspectos, (pragmatismo, experimentalismo, linstru- mentalismo. Lo importante no son esos nombres, sino las ideas que estas corrientes sostienen en punto a la finalidad y tarea especifica de la investi- gacion filoséfica y a cémo debe ésta realizarse. Quienes objetan a este movimiento una confian- za infantil en la ciencia omiten el hecho de que, Seguin éste, la ciencia misma héllase atin en la int fancia, y el método cientifico de investigacién no ha comenzado todavia el camino hacia la madurez, EL HOMBRE ¥ SUS PROBLEMAS Ww Alcanzaré adultez, sostienen, sélo cuando su uso se extlenda hasta cubrir todos los aspectos de las cosas que atafien a la humanidad. Muchos de los males remediables de hoy, dicen, débense a la apli- cacién desequilibrada y unilateral de Jos métodos de investigaci6n y prueba, que constituyen todo to que merece el nombre de ciencia, La tarea prin. cipal que actuaimente tiene la filosoffa, afirman, se vineula con las consecuencias y problemas debidos a este estado de cosas, incluyendo ia resolucién de jas hipétesis liberales en métodos con los cuales pueden Ilevarse a cabo los cambios sociales ne. cesarios, Este punto de vista acerea de la finalidad y tarea de la filosofia entrafia un cambio radical en el sig- nificado de palabras como totalidad y esencial en su aplicacién a Ia labor filoséfica. Pierden éstas la significaci6n que se les atribufa cuando se pensaba que la filosofia consistia en un esfuerzo para al- canzar el conocimiento de una realidad superior a aquella de que se ocupan las ciencias especiales, Hay consecuencias en la conduccién de los asuntos humanos en cuanto producen el bien y el mal que, en un tiempo y lugar dados, resultan tan centrales, se hallan en posicién tan estratégica, que su ca- récter imprescindible merece, con respecto-a la practica, los calificativos de esencial y total. Estas consecuencias requieren Ja atencién mas sistematica y reflexiva que se pueda concederles. No importa mucho que a esta forma de atencién se le lame filo- soffa o con algiin otro nombre. Pero es de inmenca importancia para el hombre que se conceda esa aten- clon, utilizando los recursos mejor probados de que Ja investigacién disponga. La referencia al tiempo y lugar, en lo que se acaba de decir, deberfa mostrar claramente que este Punto de vista acerca del cometido de la filosofia no se vincula con Ja idea de que los problemas de ésta son eternos. Por jo contrario, sostiene que esa idea constituye un obstéeulo, dado que resulta de especial utilidad en la defensa de la repeticidn de planteos reeditados infinidad de veces y que eran 18 JOHN DEWEY pertinentes en Jas condiciones sociales en que sur- gieron, pero que ahora ya no son imperiosos, salvo desde el punto de vista del interés que puedan pre- sentar a la erudicién histérica, Esta erudicién re- sulta tan importante en filosofia como en cualquier otra esfera de Ja vida humana, mas cuando se le permite monopolizar las actividades filoséficas, les quita toda vitalidad. La eternidad, que puede llegar a constituir un refugio contra el tiempo en que flu- ye la vida humana, tiene la posibilidad de propor- cionar una cierta clase de consuelo. Pero no cabe identificar el sentimiento y la confortacién con Ja comprensién y el discernimiento, ni tampoco ad- judiearles la funcién directiva que éstos pueden ‘cumplir. Este movimiento ha sido acusado de “relativis- mo”, en un sentido en que se identifica a este tl- timo con la falta de normas, y por consiguiente con Ja tendencia a engendrar el caos. Es cierto que el movimiento en cuestién afirma que, dado que los problemas y conclusiones de la filosofia no son eternos, deberian vincularse con las necesidades que se imponen en las diversas épocas y lugares. Bl “estado de Ja filosofia”, para ser actual, debe tener que ver con problemas que sean por sf mis mos activamente actuales. La palabra “relatividad” se utiliza como espantapdjaros para ahuyentar a los filésofos de todo asalto eritico contra’ los “ab- solutismos”. El interés de clase, en toda 1a historia, ha rehuido el anélisis alegando pretensiones a lo absoluto. Los fanatismos sociales, sean de derecha © de izquierda, se refugian en la fortaleza de prin- cipios demasiado absolutos como para ser someti- dos a la duda o la investigacién. Lo absoluto es lo aislado; lo aislado es lo que no puede ser juzgado sobre la base de vinculaciones susceptibles de in- vestigarse. La indole de la “relatividad” caracte- ristica del movimiento en cuestién, es la que dis- tingue a toda investigacién cientifica. En efecto, ésta encuentra que las tnicas “normas” utilizables son las que proporcionan las vinculaciones efecti- vas entre las cosas; vinculaciones que, cuando se EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 19 las generaliza, reciben cl celificativo de espacto- temporaies. La dependencia de relaciones espacio-temporales es Ja sefial que distingue a todos los éxitos obte. nidos por Ja investigacién cientifica. Es tonto su- poner que terminen en meros particulares. Por el contrario, se dirigen constantemente hacia lo ge- neral, a condicién de que las generalizaciones se refieran a relaciones cada vez mas amplias, de mo- do de no bracear en una vaciedad de palabras. Y lo misme ocurre con una filosofia que emplea - los, métodos y conelusiones de la auténtica investiga. cion. como instrumentos para el examen de los va. lores que hoy acttan en la regulacién de ios ha. bitos, instituciones y esfuerzos humanos. Ningén intervalo de relaciones en el espacio-tiempo es de- masiado amplio o demasiado largo, siempre que éstas sirvan para juzgar las manifestaciones que son imperiosas aqui _y ahora. No es el “relativismo” sino el absolutismo, Jo que afsla y confina. En el fondo, la raz6n por la cual el absolvtismo apynta sus armas contra el relativismo tratando de ridi- culizarlo, es que la investigacién acerca de las re. laciones entre los hechos constituye el camino segu- ro para destruir la posicién privilegiada de exencién de investigacién, que cualquier forma de absolu- tismo se asegura donde llega a prevalecer. Iv Lo anteriormente dicho requiere ilustracién. ;Por qué problemas y temas especiales reemplaza ‘este movimiento filos6fico a aquellos que considera ac. tualmente tan impertinentes como para impedir que Ia filosofia cumpla el papel que podria desem. Pefiar en el mundo contemporaneo? Si yo respon. diese que, como minimo, la filosofia deberia lim Piar su propia casa, pareceria que intentara retro. ceder desde los temas y problemas humanos 2. los intereses mas téonicos ‘de Ia filosofia profesional Este serfa el caso si las cosas que se deben eliminar 20 JOHN DEWEY de las doctrinas filos6ficas no constituyeran tam- bién obstéculos e impedimentos en la situacién de todos los hombres. He aqui un ejemplo notable. La separacién de espfritu y materia, la elevacion de lo denominado ideal y espiritual a la ciispide misma del Ser, y Ja degradacién de todo lo ma- terial y mundano a Ja posicién més baja, se han desarrollado como reflejo de la division polftica y eco- némica de las clases. Los esclavos y los artesanos (que no tenfan mayor libertad politica que los es- clavos), se ocupaban con lo material, y por ello, con simples medios para aleanzar un bienestar del que no participaban. Los ciudadanos que eran li- bres se hallaban completamente por encima de la necesidad de compartir ninguna de esas actividades, que sélo eran serviles. La divisin entre el cono- cimiento superior, de indole racional y teorética, y el conocimiento préetico que era bajo, servil y asun- to de mera rutina, y el abismo cavado entre lo ideal y lo material, derivaron naturalmente de esa si- tuacién. Estamos ya lejos de la esclavitud lisa y Hana y de la servidumbre feudal. Pero las condiciones de la vida presente perpettian todavia una divisién en- tre las actividades relativamente bajas y serviles y las libres e ideales. Algunos educadores creen que prestan un servicio al insistir en que existe una diferencia intrinseca entre los estudios que aman liberales y otros denominados mecdnicos y utilitarios. De ellos han surgido teorfas econémicas fe gran influencia, que se utilizan para justificar al aislamiento de ‘los asuntos econémicos, comer- ciales y financieros, de los politicos y morales, Una Hlosofia que desee influir sobre las condiciones ac. wuales, tiene una dura tarea a realizar en el libe- rarse de doctrinas que parecen justificar esa se- paracion y que por cierto entorpecen Ia elaboracién de medidas y planes por medio de los cuales la cien- cia y la técnica (0 sea la aplicacién de Ja ciencia), Hegarfan a cumplir una misién mas humana y Ii. eral que la que ahora cumplen. Este ejemplo acerca del tipo de ‘tema y problema EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 2 / que deberfan ocupar a la filosofia de hoy, sugieré otra cuestion, tan estrechamente vinculada con la primera que, de hecho, es la misma presentada de otra manera. La distincién, tan corriente en la opi- nién publica contemporénea, dentro y fuera de la filosofia profesional, entre valores intrinsecos y ex- trinsecos, finales e instrumentales, constituye una formulacién intelectual de la separacin establecida entre medios y fines, Esta forma de dualismo filo- s6fico constituye una proyeccién tardia de condi- ciones precientificas, pretéenicas y predemocraticas en la filosoffa actual, y es de indole tan obstaculi- zadora que implica Una obliteracién total. Nueva, mente aqui tienen los filésofos una dificil e impe- rativa tarea que cumplir, toda vez que deseen tomar parte activa en el proceso por el cual se logrard que los recursos que potencialmente se hallan a nuestra disposicin en la ciencla y técnica actuales, Heguen a desempefiar una misién auténticamente liberadora en los asuntos humanos. Se deduce de esto que toda la concepeién de fines en si mismos, distintos de los fines Namados meros medios, representa una perpetuacién de condiciones pasadas ahora francamente obstructivas. En su as- Pecto teorético, es este un easo notable de fideli- dad a un absoluto, después de que la ciencia ha sustituido universalmente a éste por las relaciones. EI poder que atin ejerce esta concepcién se pone de manifiesto cuando sistemas filoséficos, que se consideran particularmente modernos y emancipa- dos —como los del tipo recién descrito— conservan eu toda su lozania la idea de que existen efectiva- mente cosas que son fines sin ser al mismo tiempo medios. Eliminemos esta idea y quitaremos toda base para sostener que los fines morales no son, en teorfa, susceptibles de Ja misma clase de deter- minacién factica y objetiva que los fines de ca rdcter téenico. La abolicién democratica de la ri- gida diferencia entre “superior” e “inferior” no se ha abierto atin camino en filosofia, La referencia a este tema de los valores sirve para presentar otro ejemplo de la tarea que debe 22 JOHN DEWEY realizar una filosofia que aspire a desempefiar un papel en el mundo actual. Una de las razones que se dan para eliminar los valores como valores, de todo contacto con el juicio fundado, es su pretendida naturaleza subjetiva, Ningtin estudioso de la fi- Josofia necesita que le expliquen la importancia que ha tenido en la filosofia ‘moderna el dualismo de lo subjetivo y objetivo. En su tiempo, en los origenes de la ciencia moderna, este dogma’ tuvo una cierta utilidad préctica, La ciencia debia combatir contra muititud de enemigos, y adopt6 la tactica de es- tablecer ja autoridad “interna” de un espiritu y un Yo cognoscentes por encima de Ia autoridad “ex. terna” de la costumbre y las instituciones estable- cidas. El mantener esta separacién cuando el pro- greso actual de la clencia ha mostrado que el hom- bre es una parte del mundo y no algo que esta por encima o frente a él, es una de Jas principales ré. moras en el camino hacia Ja discusién inteligente de todas las cuestiones sociales. Una franca acep- taciGn en filosoffa de que no existen en el presente fundamentos para mantener una separacién fijada de los hechos en subjetivos y objetivos, constitu ye requisito previo si la filosofia desea tener alguna funcién en el fomento de la investigacién so- ciolégica. Lo recién expuesto constituye un ejemplo de los asuntos en que la filosoffa tiene ahora que realizar una tarea ardua y, para muchos de nosotros, desa- gradable. Consiste ésta en desembarazarse, por me- dio del pensamiento més exacto y crftico posible, de los residvos de actitudes superadas que impiden a quienes se dedican a Ia reflexién filos6fica apro- vechar las oportunidades que ahora se ofrecen, ES este el aspecto critico.o, si se prefiere, negative de la tarea que se debe emprender en el estado actual de la filosofia, Pero no es puramente negative. Es im aspecto de la labor positiva y constructiva que Ja filosofia puede, y por ello debe, hacer, A la filo- soffa no le es factible, por si sola, resolver los con- flictos y despejar las confuciones del mundo de hoy. Sélo Ios miembros asociados del mundo pueden i | | | i | i \ | | i EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 23 realizar esta obra en una accion cooperativa, obra que puede ejemplificarse suficientemente con fa ins- titucién de jas condiciones de paz. Pero hacen falta instrumentos intelectuales para proyectar ideas- guia o planes de accién. Los instrumentos intelec- tuales para realizar esta obra requieren ser esterili zados y agudizados, tarea que se halla estrechamente vinculada con la de poner en accién instrumentos mejores a medida que se vayan elaborando. El uti- lizarlos activamente en el tratamiento de los pro- blemas actuales de todos los hombres es la tnica manera de impedir que se enmohezcan. E] experi- mento y la prueba que de ellos se hace en y a tra- vés del trabajo, es el medio por el que cabe impedir que los afecten las manchas oscuras en que se ori- gina la infeccién. E} hecho de que los planes, me- didas y reformas que se proyecten no sean’ sino hip6tesis, constituye una prueba mds de que la fi- losofia asume Ja actitud espiritual de las investi- gaciones que han logrado la victoria cientifica en otros dominios, No hace muchos siglos, la ciencia fisica se hallaba en un estado que hoy s6lo reviste un interés his térico, tan lejos estaba en su método y contenido de Jo que actualmente Mamamos ciencia. Y los obs. téculos que entonces oponianse al descubrimiento y_utilizaci6n de nuevos métodos, no eran sélo teo- réticos. Las antiguas ereencias y métodos de cono- cimiento se hallaban tan vinculados con Jos habi- tos e instituciones tradicionales, que el ataque con. tra unos se consideraba como un ataque contra los otros. Sin embargo, unos pocos hombres tuvieron el valor de emprender una critica sitematica y ad- Versa no sélo contra Jas conclusiones aceptadas, si no también contra el punto de vista y los métodos que habjan prevalecido durante siglos. Por afiadi- dura, proyectaron nuevas hipétesis para ditigir la investigacién cientifica de entonces en adelante. Algunas de esas hipétesis eran tan amplias en cu finalidad, que hoy las considerarfamos “filos6ficas” més hien que “cientificas”. Sin embargo, en iltima instancia cumplieron, al mismo tiempo que un tra- 24 JOHN DEWEY bajo de purificacién, una funcién definida al enca- minar la investigacién por senderos que leva: ron a la obtencién de resultados seguros y veri- ficados. Actualmente los problemas sociales, en lo que res- pecta al tratamiento efectivo en la investigacién, se hallan en gran medida en el mismo estado en que lo estaban los problemas fisicos hace trescien- tos afios. Es ngcesario que se produzca ahora ese tipo de critica sistemAtica y completa de los méto- dos y habitos corrientes y la misma elaboracion de hip6tesis audaces que, 86lo hace unos pocos si- glos, desencadenaron la revolucién en el conoci- miento fisico. Y la oportunidad es tan grande como la necesidad. Los obstéculos que se oponen a la realizacién de esta tarea en el campo de los pro- blemas sociales son aun mas grandes que los que dificultaron el tratamiento, por ejemplo, de los cuer- pos celestes. El paso inicial consiste en promover el reconocimiento de que el conocimiento —inclui- do, en forma bien decidida, el conocimiento cien- tifico— no se halla fuera de Ia actividad social, sino que constituye en sf mismo una forma de conducta social, tanto como la agricultura y los transportes. En efecto, es algo que hacen los seres humanos, como roturar Ja tierra o surcar el mar en las na- ves. Por el lado critico o de “purificacién”, es me- nester el rechazo sistematico de todas las doctrinas que asocian el conocimiento con el “espiritu” y con un supuesto yo individual, considerado como algo separado y encerrado en si mismo. Del lado posi- tivo, esta etapa inicial requiere la observacién tematica de las condiciones naturales biolégicas y sociales por thedio de las cuales procede efectiva- mente el conocimiento. Este trabajo es preparatorio. En Iineas generales, se trata de que la filosoffa limpie su propia casa, ¥ al mismo tiempo la reamueble en cierta medida. El trabajo importante consiste en poner de mani- flesto las condiciones sociales —econémicas, poli- ticas, morales y religiosas— que han limitado en tan gran medida la investigacién cientifica, pri- Te ee eee en Lie tig be SO eee ) EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 25 mero a los temas fisicos y luego a los fisiolégicos; condiciones que han mantenido enjaulada a la in. vestigacién de modo que amplios campos del mas proftndo interés humano son tratados como si fue- ran sacrosantos y no debieran ser contaminados por el contacto con las investigaciones concretas. El hibito, profundamente atrincherado y fortificado, de tratar los asuntos econémicos, la’ industria, ef comercio y los negocios como meros medios que no tienen vinculacién intrinseca con los fines “Gl- times”, que son de naturaleza moral, ilustra la teo- rfa_del enjaulamiento y la perpetiia’ en la practica, El resultado es que lo que pasa por ideales morales en las formas mas importantes de las prdc- ticas sociales es tan “ideal” que se vuelve utépico. Se lo trata como tema de exhortacién personal, con el agregado de Ja utilizacion y amenaza del uso de la fuerza para recompensar ¥ castigar. La separa. cién de lo material y lo ideat priva a esto ultimo de la potencia y el impetu, e impide que las cosas que reciben este calificativo presten el servicio hu- mano de que son capaces. Bl ejemplo de lo que la ciencia fisiolégica y sus aplicaciones han logrado ya en lo que respecta a salud publica, aunque limi. tado, constituye una muestra de lo que el método y Jos resultados de la investigacién positiva pueden Producir en todos los aspectos del bienestar huma- no. La asi Namada filosofia Dragmatista ha inten- tado eliminar, en el campo de Ta pedagogia, la se. Paracién de lo “utilitario” y lo “liberal”, que para- liza tanto a uno como a otro. La creencia de que Ja educacion “vocacional” no pueda ser humanis. tica, es un ejemplo que resultarfa humoristico, si no tuviese efectos tan desastrosos. Otro ejemplo lo constituyen la teorfa y préctica politicas. En cierta €poca, el liberalismo cumplié una labor de emancipacién. Pero se vio tan influido por la herencia de las pretensiones absolutistas que inventé el mito del Individuo, opuesto, en separa- cién dualista, a lo llamado social. Ello oscureci6 el hecho de que estas palabras son nombres que sir. ven para denotar capacidades y cualidades concretas 26 JOHN DEWEY de Ios seree humanos, y transformé lo que efec- tivamente designan, en entidades por si mismas. Hizo as{ confuso, y en realidad impidié, el recono- cimiento del hecho de que la efectiva realizacin de esas cualidades y capacidades depende de las con- diciones especificas en que nacen y se desarrollan Jos seres humanos. Bajo tal influencia, las palabras individualidad y sociedad se transformaron en nom- bres que designan algo ya hecho y sustancial, que no difiere esencialmente de aquella creencia en Jas cualidades ocultas que la nueva ciencia fisica debié atacar y eliminar antes de poder cumplir su obra. v En lo que precede he mencionado, a titulo de ejemplo, algunas de las tareas que se hallan abier- tas a la investigacin sistematica generalizada. Cual- quicr investigacién —no interesa el nombre que se le dé— que emprenda este tipo de indagacién, de cardcter erftico y constructivo, no debe preocu- parse acerca de la importancia de su funeién en 1 mundo. Para coneluir, diré unas pocas palabras acerca de la atmésfera y clima en que deberé reali- zarse esta obra. Un pasaje, tomado de un escrito de un distinguido pensador americano, y que tiene ya bastante mas de una generacién, pondra de re lieve el contraste. Josiah Royce ha escrito: “Se hace filosoffa cuando se reflexiona criticamente so- bre lo que se hace en nuestro mundo. Y lo que uno cn primer lugar hace es, naturalmente, vivir. Y vivir implica pasiones, fe, dudas y coraje. La in- vestigacién critica de lo que significan e implican estas cosas, es la filosofia” Esto no difiere mucho de lo que he venido dicien- do, siempre que se introduzcan en esta concepcién acerca de la funcién de la filosoffa, las costumbres, Gisposiciones, e instituciones, con Ias que se hallan vinculadas las pasiones y lo que se denomina du- das, fe y coraje. Pero ahora suena otra campana. ' | | | i miehubisieich biel dic i | | | } | | | i | | | i EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 27 #1 pasaje contintia asf: “Nos sentimos inchuidos en un mundo de leyes y significados. Y es un objeto de critica el porqué experimentamos ese senti- miento familiar de la realidad y el valor del mun- do, Tal critica de la vida, elaborada y levada a fondo, es la filosofia”. En este tiltimo pasaje se su- pone, como cosa evidente, que el mundo en que el hombre vive es de tal significacion y valor que no se puede escapar al sentimiento de su familiaridad. La tarea asignada a Ja filosofla se limita, por ello, 2 la misién de encontrar, mediante una’ reflexion sistematica y exhaustiva, la justificacién de un he- cho que tiene derecho a dar por sentado. Desde la época en que se escribieron esas pala- bras, los tiempos han cambiado. Blas expresan pro- bablemente un postulado y una finalidad comunes a la mayorfa de los sistemas clasicos del pasado. Pero este postulado del valor, el significado y el orden unitario, se hizo especialmente viable por el peculiar optimismo que caracterizaba el perfodo en que se escribieron esas palabras. Vivimos ahora en una situacion en que el mundo parece mas bien ajeno que familiar; en un perfodo en que la tenden- cia del conocimiento cientifico modifica Ja antigua fe en las “leyes superiores’, Y en la mayor parte de'los asuntos de indole practica la impresién mas difundida es la de inseguridad. El tipo de filosofia que trata ahora de mostrar que, a pesar de todas las “apariencias”, ei mundo en que vivimos es “real- mente”, fundamentalmente, un mundo que posee un orden, un significado y un valor inmutables, tie- ne el aspecto de apologética teolégica. La filosoffa tiene aun una tarea mas. Puede lo- grr para sf un papel si se dirige hacia la consi- deracién de por qué el hombre se halla en la actua- lidad tan enajenado del hombre, Puede dedicarse a proyectar hipétesis amplias y fecundas que, si se utilizan como planes de accién, darén una directiva intelectual a los hombres en la btisqueda de mé- todos para hacer efectivamente del mundo un mun. do més familiar de valores y de significados. No 28 JOHN DEWEY existe ningiin aspecto de la vida, educacional, eco- némico, politico o religioso, en el que la investiga- cién no pueda contribuir a traer a luz ese mundo que Matihew Arnold consideraba, con toda razén, que no habfa nacido. La filosofia actual no puede desear una tarea mejor que la de empefiarse en 1a funcién mayéutica que le asigné Sécrates hace vein- ticinco siglos. : | | | PRIMERA PARTE DEMOCRACIA Y EDUCACION I. — Fe democrati y educacién Ni aun los hombres dotados de mayor capacidad de previsién hubieran podido anticipar, no mas de cincuenta afios atrés, el curso que han tomado log acontecimientos. En efecto, las esperanzas que .all- mentaban los hombres de mAs generosos sentimien- tos, son precisamente notables por el hecho de que el curso real de los acontecimientos se dirigi, y violentamente, en sentido opuesto. Ardientes y op- timistas, los idealistas sociales del siglo pasado y principios de éste ‘se hallahan tan equivocados, que se produjo una reaccién hacia el extremo opuesto. Hs muy facil hacer una lista de los articulos de esa vieja fe que, desde el punto de vista actual, se han frustrado tragicamente, El primer articulo de Ia lista se referfa a las pers- pectivas de abolicién de la guerra. Se sostenia que Ja revolucién que entonces tenfa lugar en el co- mercio y las comunicaciones destruirfa las barreras que hablan mantenido extrafios y hostiles a los pueblos de la tierra, y crearfa un estado de inter- dependencia que con el tiempo Megarfa a asegurar una paz duradera. S6lo un pesimista extremado se hubiera aventurado a sugerir que la interdependen- cia podria multiplicar los puntos de friccion y de conflicto. Otro articulo de aquel credo fue 1a creencia de que tendria lugar un desarrollo general de la ilus- tracion y Ja racionalidad, a rafz del progreso del conocimiento y su difusin, que resultarfa de la re- 30 JOHN DEWEY volucién que ocurrfa en la ciencia, Dado que se habia sostenido durante largo tiempo que la racio. nalidad y Ja libertad se hallaban intimamente vincu- ladas, se consideré que el movimiento hacia las instituciones democratieas y el gobierno popular creado sucesivamente por las revoluciones inglesa, americana y francesa, se difundirfa hasta que la libertad y ia igualdad Wegaran a ser las bases del gobierno’ politico en todos los pafses del mundo. Se consideraba que eran practicamente sindnimos una época de ignorancia general y de oscurantismo popular y una €poca de goblerno despético y opre- sivo. De aqui el tercer articulo de fe. Entre Jos fi- lésofos sociales existia la creencia general de que Jas actividades gubernativas eran necesariamente mas 0 menos opresivas, y que la accién guberna- rhental tendfa a interferir artificialmente con la ac- tividad de las leyes naturales. En consecuencia, la difusién de la ilustracién y las instituciones demo- cratieas produciria una decadencia gradual, pero inevitable, del poder del estado politico. Crefase que Ja libertad se hallaba tan enraizada en Ja natura- Jeza misma del hombre que, dada la difusién de las luces de la raz6n, se defenderia por si misma con s6lo un minimo de accién politica, limitada a ase. gurar el orden policial externo. Bl otro articulo de fe que debe mencionarse es el de la creencia general en que ei vasto y casi in- calculable aumento de la productividad, resultante de la revolucién industrial, debfa elevar necesaria- mente el nivel general de vida, al punto de eliminar practicamente Ta pobreza extremada. Se crefa que todo aquel que fuese fisica y moralmente normal tendria asegurada la posibilidad de legar a un nivel de vida econémico decente y digno, porque seria autosuficiente. El curso de los acontecimientos que culminaron en la actual situacién basta para probar, sin nece- sidad de laboriosas argumentaciones, en qué medida han sido duramente defraudadas tan generosas es: peranzas. Bn lugar de paz universal, ocurrieron dos guerras mundiales en extensién y las ms destruc. EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 31 tivas de toda Ja historia. En lugar de un progreso vniforme y continuo de la libertad y Ja igualdad democraticas, hemos visto surgir poderosos estados totalitarios en fos que se suprimié completamente Ja libertad de creencia y de expresién, con mas ri gor que el de Jos mas despoticos estados de la his. toria precedente. Tenemos un aumento efectivo de la importancia y el nivel de Ja accién gubernamen. tal en Ja legislacién y Ja administracién, como me. dio necesario para asegurar efectivamente la liber. tad al mayor numero, En lugar de un aumento de la seguridad econémica y un movimiento hacia la eliminacion de la pobreza, nos encontramos hoy con un gran crecimiento en extensién e intensidad de las crisis industriales, con gran aumento de la impo. sibilidad para los trabajadores de encontrar oct. pacién. La inestabilidad social ha aleanzado un pun. to que puede presagiar una revolucién, si se la deja continuar incontrolada. Exteriormente, pareceria que los pesimistas hu- bieran tenido razon. Pero antes de llegar a una conclusion sobre este punto, debemos investigar Ia solidez de la premisa sobre la que basaron su causa los optimistas idealistas. Ese principio esta, blecia que los fines mas deseables debian alcanzarse mediante wn complejo de fuerzas, a las que, en con. Junto, se daba el nombre de “Naturaleza”. En la practica, la aceptacién de este principio equivalia a la adopeién de una politica consistente en dejarse levar a la deriva respecto de todo Io aue se referia a Ia inteligencia y los esfuerzos humanos. No cabe formular ninguna conclusién en firme mientras no hayamos investigado hasta qué punto el fracaso ¥ Ja desilusién son consecuencia de que hayamos Gepositado nuestra confianza en la politica de de. Jerse ir a la deriva; la politica de dejar que un robot en forma de Naturaleza y Ley Natural haga el trabajo que sélo la inteligencia y el esfuerzo hu. mano puedan quiz realizar. No es posible llegar @ conelusin alguna antes de haber considerady wa alternativa: iqué es probable que ocurra si recono. cemos que la responsabilidad por Ja creacién de un 32 JOHN DEWEY estado de paz, libertad y seguridad econémica in- ternacionales, debe ser asumida por un esfuerzo hu- mano deliberado y cooperative? En términos técni- cos, la politica conocida con el nombre de laissez- faire es de limitada aplicacién. Pero su significacién limitada y técnica constituye un ejemplo de esa ma- nifestacién de la difundida confianza en Ja capa- cidad que tienen Jas fuerzas impersonales, llamadas comunmente Naturaleza, para realizar un trabajo que debe ser Hevado a’ cabo por la comprensin y la previsién humanas, junto con la planificacion orientada, realizada por ‘el hombre. No todos los hombres del perfodo anterior eran idealistas, La filosoffa idealista fue un factor po- sitivo que posibilité a quienes se enorgullecian de ser realistas el desviar los hechos de modo que produjeran consecuencias dictadas por sus intere- ses personales y de clase. El fracaso de la inter- vencién de la inteligencia y el esfuerzo cooperativo y colectivo constituyeron una invitacién para que intervinieran inmediatamente y a breve término aquellos que tenfan en mira su interés personal. Las consecuencias fueron una completa destruccién y ruina de los recursos naturales, el aumento de la inestabilidad social y la hipoteca del futuro a un presente transitorio y fugaz de pretendida pros- peridad. Si los “idealistas” iban mal encaminados en lo que no Ilegaron a realizar, los “realistas” se equivocaron en lo que hicieron. Si los primeros erraron al suponer que la corriente (que llamaban progreso 0 evolucién) se dirigia inevitablemente ha- cia lo mejor, los Gltimos fueron mas activamente dafiinos porque su insistencia en Ja confianza en las leyes naturales sirvié en definitiva intereses de logro personal y de clase. La premisa omitida por ambos grupos es el he- cho de que ni Ja ciencia ni la técnica son fuerzas césmicas impersonales. Operan sdlo en el medio del deseo, las previsiones, las finalidades y el esfuerzo humanes. La cienela y la técnica son actos de tran- saccién en los que el hombre y la naturaleza tra- bajan juntos y en que el factor humano se entrega | | | | | | | EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 33 directamente a la tarea de modificacién y direc- cién. A nadie se le ocurriria negar que el hombre interviene junto con las condiciones fisicas en la jnvencién y el uso de mecanismos y utensilios, de ja_maquinaria industrial y comercial. Pero en la practica, si bien no con tantas pala- bras, se ha negado que el hombre tenga ninguna responsabilidad por Jas consecuencias que surgen de lo que inventa y de los usos que de ello hace. Esta negativa se halla implicita en el rechazo, tan difundido entre nosotros, de empefiarse en una planificacién colectiva en’ alta escala. No pasa un dia, aun en Ja crisis actual, en que la idea en con- junto de tal planificacion no sea ridiculizada como producto del cerebro de profesores que estén en jas nubes o de otras personas igualmente ineptas en los asuntos practicos. Y todo esto ocurre pese al hecho de que no existe ninguna organizacién in- dustrial Jograda que no deba su éxito a una con- tinua planificacién dentro de un campo limitado —teniendo como mira la ganancia—, para no ha- blar del precio terriblemente elevado que hemos pagado en forma de inseguridad y guerra, por ha- ber puesto nuestra confianza en la corriente. El rechazo de la aceptacién de la responsabilidad de mirar hacia adelante y de planificar en las co- sas de interés nacional e internacional, se basa en el rechazo de utilizar en los objetos sociales, en el campo de las relaciones humanas, los métodos de observaci6n, interpretacién y prueba, de uso obvio cuando se trata de objetos ffsicos, y a los que de- bemos Ja conquista de la naturaleza fisica. Bl re- sultado evidente consiste en un estado de desar- monia, de equilibrio profundamente perturbado en- tre nuestro conocimiento fisico y el conocimiento ético-social. Esta falta de armonfa constituye un poderoso factor en la produccién de Ia crisis actual en todos sus aspectos tragicos. En efecto, el cono- cimiento y la técnica fisicos han sobrepasado am- pliamente el conocimiento social o humano y la capacidad de dirigir con precisién los hechos hu- manos. El fracaso en Ja utilizacién en asuntos de interés humano directo de los mélodos cientificas que han revolucionado el conocimiento fisico, ha, Penile @ este Ultimo dominar la escena social. | El cambio que ] mundo ha sufrido en su aspecto, fisico ha ocurrido tan rapidamente que tal ves no} haya motivo para sorprenderse ante el hecho de que nuestro conocimiento psicalégico y ético no} haya alcanzado a seguir el mismo paso. Pero sf hay motivo para asombrarse ante el hecho de qué después de la catastrofe de la guerra, la inseguri. dad y la amenaza a las instituciones democraticas han mostrado la necesidad de adoptar actitudes yi habitos morales e intelectuales que se halien ent correspondencia con los cambios sufridos por el} mundo, se haga una campafia definida que tienda a convertir Ja actitud clentifica en el chivo emi sario de los males actuales, y se proponga en cam, bio, como camino de salvacién, un retorno a las, reencias y préeticas de una €poca precientifica pretéenica, i El ataque organizado que de tiempo en tiempo se. lleva contra la ciencia y la técnica, sosteniendo que, Son esencialmente materialistas y que usurpan el lugar que ha correspondido legitimamente a Ios preceptos morales abstractos —abstractos porque, separan los fines de los medios por Ios cuales aqué: Hos deben realizarse— define Ja situacién que a tualmente encaramos, ;Deberemos retroceder of avanzar en el descubrimiento y puesta en préctica de los medios por los cuales cabe convertir a lal ciencia y 2 la técnica en la base del progreso dell bienestar humano? El hecho de no haberse usado, el método cientifico para crear 1a comprensién de, Jas relaciones e intereses humanos y para proyec| tar las medidas y previsiones planificadas que co.| Tresponden en el campo de los asuntos humanos al Jas técnicas utilizadas con los objetos fisicos, puede! explicarse facilmente en términos histéricos, Lal ciencia moderna ha comenzado con las cosas més, alejadas de los asuntos humanos, es decir, con las estrellas de los cielos. De la astronomfa, los nue: vos métodos pasaron 2 conquistar sus victorias en! i | : EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 35, Ja fisica y la quimica, Aun més tarde se aplicé la ciencia a materias fisiolégicas y biolégicas, In cada etapa, el progreso encontré una decidida resisten. cla por parte de los representantes de las institucio. nes establecidas, quienes sentfan que su prestigio es. taba ligado al mantenimiento de las antiguas creen. cias y veian amenazado su dominio de clase sobre Jos otros. En consecuencia, muchos cultores de Ia Ciencia encontraron que el camino més facil para lograr la oportunidad de proseguir sus investiga. clones consistfa en adopter una actitud de extrema especializacion. Il efecto equivalié a la afirmacion | de que sus métodos y conclusiones no eran ni po- Gian ser “peligrosos", dado que no tenfan ningun punto de contacto con los serios intereses éticos del hombre. A su vez, esta posicién sirvié para perpe- tuar y confirmar la antigua separacién del hombre en tanto hombre del resto de la naturaleza, y para intensificar el abismo entre lo material y lo moral e ideal gue cuando la investigacién cientf- ' fica comenzé a desplazarse de sus victorias, virtual. mente completas, en astronomfa y fisica, su victoria | parcial en el campo de las cosas vivientes, hacia el ; terreno de los asuntos e intereses hhumanos, los intereses e instituciones que habian ofrecido re- i Sistencia a sus primeros progresos se estan reunion, | do para llevar un atague final contra el aspecto de ja Ciencia que en realidad constituye su significado supremo y cuiminante. Basndose en el principio de que el ataque es la mejor defensa, se ataca el respeto hacia la ciencia y la fidelidad a su punto de vista, considerdndolos fuentes principales de to. , dos los males que afligen actualmente a nuestra so. ciedad. Por ejemplo, se puede leer en la literatura corriente alguna concesién condescendiente como Ja del siguiente trozo: “Naturalmente, la actited j Clentifica, aunque a menudo conduce a semejante | Catdstrofe, no debe ser condenada”: y el contexts Tauestra que la “catastrofe” en. cuestién consiste en | Netrores que conducen a la guerra... derivades de una incorrecta ‘teoria de la verdad”, Dado que es- 36 JOHN DEWEY tos errores nacen de la creencia en la aplicabilidad del método cientifico tanto a los hechos humanos como a los fisicos, el remedio, de acuerdo con este escritor, consiste en abandonar “la aplicacién equi- vocada de los métodos y conclusiones de la ciencia natural a los problemas de la vida humana’. Este pasaje contiene tres aspectos tipicos de las campafias organizadas en operacin activa. Se halla, en primer lugar, la afirmacién de que catéstrofes tales como las dé Ja ultima guerra son resultado de Ja devocién hacia el método y las conclusiones cien- tificas. En segundo lugar, la ‘condenacion de la cien- cia “natural” en su aplicacién a las cosas huma- nas. implica que el hombre se halla fuera y por encima de la naturaleza, y la consiguiente necesi- dad de retornar a la doctrina medieval precient{- fica de una fundamentacién y concepcién sobrenz turales de todos los temas sociales y morales. Y por ello, en tercer lugar, se halla ia suposicién, directamente contraria a’ los hechos, de que en nuestra época el método cientifico ha sido aplicado en forma seria y sistemdtica a los problemas de la vida humana. He destacado especialmente el pasaje citado al referirme a él, porque sirve, como muchos otros pasajes de escritores reaccionarios, para dar la sen- sacién de Ja situacién actual. Es cierto que los re- sultados de la ciencia natural han contribuido am- pliamente, en bien y en mal, a llevar al mundo a la situacién por que hoy pasa. Pero es igualmente cierto que la ciencia “natural” se ha identificado con la ciencia fisica en un sentido en que Io fisico es colocado por encima y en oposicién a lo humano. Es cierto que los interéses e instituciones que hoy atacan a la ciencia son justamente las fuerzas que, en nombre de un centro de gravedad sobrenatural, tratan de mantener la trégica escisién en los asun- tos humanos. Ahora la sitvacién, como se ve cada dfa_més claro, consiste en saber si retrocederemos © si avanzaremos hacia el reconocimiento teérico ¥ préctico de la indisoluble unidad de lo humano y lo natural. aneseneennnrcecnninvontoconsictnnrettsnitehaneh anise sa aI b tolled a bbl! geben ’ , \ EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 37 2Qué tiene que ver todo esto con Ja educacién? La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en el hecho de que quienes se hallan empefiados en el asalto contra la ciencia centran sus ataques contra la atencién cada vez mayor que nuestras escuelas le dedican y su aplicacién a Ja preparacion profesional. En un mundo que en gran medida es Jo que hoy es gracias a la ciencia y a la técnica, proponen que la educacién desconozea hasta el gra- do de reconocimiento que la ciencia y la técnica han alcanzado. Segiin ellos, deberfamos volver a la €poca medieval, en que las lamadas artes “i- berales” identificdbanse con las artes literarias: di- receidn légica en una época carente de conocimien- to de la naturaleza, en una época en la cual las artes literarias y el conocimiento de las prestacio- nes de Ja cultura grecorromana constitufan el me- dio mas expeditivo para salir de la barbarie. Su planteo es tan lejano de los hechos del mundo ac- tual, impliea una ignorancia tan ingenua de nuestra realidad, que uno se siente tentado de descartarlo como una niebla vana. Pero seria tragico érror el tomar tan a la ligera los ataques de los reaccio- ios, porque constituyen justamente una expre- sin de las fuerzas que mantienen a la ciencia en- cerrada en un compartimiento y rotulada como ‘materialista y antihumana”, Hstas refuerzan todos Jos habitos e instituciones que hacen impotente pa- ya la accién a lo que es moralmente “ideal” y per- miten que lo “material” actiie sin direccién por par- te del hombre. Volvamos por el momento a mi afirmacién ini cial: el error fundamental de los idealistas sociales consistfa en la suposicién de que podia confiarse en Ja amada ley natural, junto con una cooperacién meramente accidental de los seres humanos, para alcanzar los fines apetecidos. La leccidn a aprender es que las actitudes y esfuerzos humanos constitu. yen el centro estratégico de donde deben partir los esfuerzos generosos en favor de la paz entre las naciones; esfuerzos en pro de la seguridad econd- mica, del uso de los medios politicos para promo- 38 JOHN DEWEY ver la libertad y la iguaidad, y de la extensién a todo el mundo “de las instituciones democraticas. Cualquiera que parta de esta premisa se ve forzado a admitir que ella entrafia el principio de que la educacién tiene una importancia basica en Ia crea- cién de los habitos y de las concepciones que son capaces y desean realmente asegurar los fines de Ja paz, la democracia y la estabilidad econémica. Cuando se ha comprendido esto, se entenderd también cuan poco se ha hecho efectivamente en | nuestras escuelas para lograr que la ciencia y la técnica se transformen en agentes activos para } crear las actitudes y disposiciones y asegurar los tipos de conocimientos capaces de superar los pro. | blemas de los hombres y mujeres contemporaneos. | Desde un punto de vista externo, ha habido un | Bram, Gumbio en las materias enseiadas y en el | Rode, de ensefiarlas, pero euzando se examinan es- | tos cambios erfticamente se encuentra que en gran | medida consisten en concesiones eventuales y adap- | tacidn a las condiciones y situaciones que en forma | Biés Impetiosa presenta el mundo contemporaneo. | Las normas y los métodos de control en la educa. | ci6n son atin, en gran parte, los de una época pre- | | { cientifica_y pretéenica, A mucha gente le parecera exagerada esta afir- macidn. Pero considérense las finalidades que, por regla general, rigen la instruccién justamente en esas materias que se consideran decididamente “mo- dernas", a saber la ciencia y la preparacién profe. sional. Se afiade la ciencia, en conjunto, como un cuerpo de informacién ya hecha y de aptitudes técnicas, pero no se ensefia gue proporciona en su ™método la estructura de todo procedimiento inte- lectual efectivo. En sintesis, no se la ensefia con. siderando la manera en que efectivamente entra én la vida humana, y por ello, como una disciplina { sumamente humanistica, sino como si se ocupase | ge un mundo exterior a ios intereses del hombre. | No se la presenta en conexién con los modos come | efectivamente se halla incluida en cada aspecto ¥ | fase de la vida humana actual, y es casi innecesario | | a i i i I EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 39 agregar que tampoco se la ensefia en conexién con Jo que el conocimiento cientifico de los asuntos humanos podria hacer para superar la mera deriva El método y las conclusiones cientificos no logra. rén un lugar fundamentalmente importante en la educacién hasta que no se los trate y considere co- mo los agentes supremos en Ja tarea de imprimir direccién a la conducta colectiva y cooperativa del hombre. Lo mismo debe decirse del uso que actualmente se hace en educacién de las Hamadas materias prac- ticas y profesionales. Los criticos reaccionarios se afanan en aconsejar que estas ciltimas materias se ensefien a Jas masas: éstas, dicen, son incapaces de elevarse al plano de lo intelectual, pero hacen el trabajo ail que alguien debe hacer, y con la ins- trucci6n profesional podrian Negar a hacerlo en forma més eficiente. Este punto de vista constitu- ye, claro est4, una tentativa abierta y confesada para volver a la separacién dualista de ideas y ac- cién, de lo “intelectual” y Io “practico”, de las ar- tes Iiberales y las serviles, que caracteriz6 a la época feudal. 'Y esta tendencia reaccionaria a per- petuar la escisién que est4 sufriendo el mundo, se ofrece como una cura, una panacea, no como la impostura moral y social que efectivamente es. Tam- bién aqui, como en el caso de la ciencia, es muy necesario seguir adelante. Y en el caso de Ia téc. nica, como en el de Ja ciencia, el movimiento hacia adelante consiste en colmar el abismo que la prac- tica y teorfa educacionales antiguas y medievales establecieron entre Jo liberal y_Jo vocacional, y no en considerar el vacio, el agujero constituido por este abismo, como si fuera un fundamento para la creacién de la sociedad libre. En las ocupaciones socialmente necesarias y titiles no existe elemento esencial alguno susceptible de dividirlas en profesiones doctas Y profesiones bajas, serviles y no liberales, En la medida en que tal separacién existe de hecho, constituye una heren. cia de la antigua estructura de clases de las rela- ciones humanas. Significa una negaci6n de la de- 49 JOHN DEWEY mocracia. En el momento mismo en que un pro- blema, quizés el problema importante en educa- cin, consiste en Nenar la educacién que tiene una direccién profesional con un genuino contenido liberal, tenemos un movimiento, tal como por ejem- plo el sostenido por el presidente Hutchins, que créase 0 no, tenderia a aislar la instruccién profe- sional de todo contacto con las disciplinas libera- les, relegéndola a escuelas especiales destinadas a inculear habilidades técnicas. Pero el inspirar la educacién profesional con un espiritu liberal y He narla de un contenido liberal no es. un suefio utdp! co, sino una posibilidad demostrada en algunas es- cuelas que han ido surgiendo, en Jas cuales las materias rotuladas cominmente como “de utilidad préctica” son ensefiadas junto con la comprensién cientifica y con un sentido de las aplicaciones so- ciales y morales que poseen en potencia. Si en las observaciones anteriores hemos dicho poco en lo que toca especificamente al tépico de la fe democrética, es porque su conexién con un punto de vista democratico se manifiesta en gran medida en la presentacién misma del asunto. Cuando la fi. losofia demacratica de la vida y las instituciones democréticas comenzaron a formarse, las condicio- nes en este pais eran tales como para animar la creencia de que éstas eran tan naturales para el hombre, tan apropiadas a su misma naturaleza, que una ver establecidas tenderfan a mantenerse a sf mismas. No puedo hacer aqui la lista de los acon- tecimientos que han conmovido esta ingenua fe. Se hallan contenidos en todos los ataques delibe- rados contra la democracia, y en toda expresién de cinismo acerca de sus fracasos pasados y de pes mismo acerca de su futuro, ataques y expresiones que deben tomarse en serio, si se los considera como signos de la tentativa'de establecer la de. mocracia como un fin separado de los medios con- cretos de los que depende ese fin. La democracia es un camino no facil de tomar y seguir. Al contrario, es muy dificil, en lo que r pecta a su realizacién en las condiciones complejas EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS al Gel mundo contemporéneo. En conjunto, aispone- nemos de los elementos de juicio necesarios para cobrar énimo, por el hecho de que haya funcionado tan bien como lo ha hecho. Pero debemos agregar a este énimo, si deseamos que sea inteligenté y no ciego, el hecho de que un buen mantenimiento de la denweracia exige la mayor aplicacién posible de los mejores métodos disponibles para lograr un conocimiento social razonablemente conmensurado con nuestro conocimiento fisico, y la invencién y utilizacién de formas de técnica ‘social razonable- mente conmensuradas con nuestra capacidad téc- nica en el terreno fisico. Tal es, entonces, la tarea a realizar. Consiste, uti- lizando palabras de sentido lato, en humanizar la ciencia. Esta tarea no puede cumplirse efectivamen- te sino se humaniza también el fruto de la ciencia, que es la técnica. Y sdlo puede realizarse concreta- mente si se la fragmenta en aplicaciones vitales de la inteligencia ‘a una multitud de campos y en una vasta diversidad de problemas, de modo que la ciencia y la técnica se pongan al servicio de la espe- ranza y la fe democraticas. Esta causa es capaz de inspirar lealtad en el pensamiento y en la ac- cién. Pero debe unirse a la aspiracién y el esfuerzo, la formacién de actitudes de observacién y com: prensién que sean libres, amplias y ejercitadas, ta- les que incorporen a si’ mismas, con cardcter tan habitual como para legar a ser inconscientes, los principios vitales del método cientffico. En esta rea- lizacién la ciencia, la educacién y la causa de la de- mocracia se encuentran unidas. Ojala estemos a la altura de la situacién, porque se trata de nuestro problema humano. Si se encuentra una solucién, ser por medio del deseo, de Ja inteligencia y el es- fuerzo del hombre. 42 JOHN DEWEY in en el mundo de hoy I. — Democracia y educa Es gbvio que la relacién existeate entre democra- cia y*tducacién es reciproca, mutua, y esto de una manera vital. La democracia constituye en si mis- ma un principio educativo, un modelo y una forma de educacion. No hay nada novedoso ed, decir que hasta una campajia electoral tiene, para Jos ciuda danos del pais que en ella intervienen, mayor valor educativo que el que parecerfa sobre Ja base de sus resultados exteriores e inmediatos. Verdad es que nuestras campafias electorales no resultan siempre tan educativas como podrian serio, pero contribu- yen, por cierto, en gran medida, a Ja finalidad de ha- cer que Jos ciudadanos se percaten de lo que ocu- Tre en Ja sociedad, y de cudles son los problemas y las medidas y procedimientos que se proponen para encarar las situaciones del momento. Mussolini observ6 que la democracia estaba pre- terida, terminada, porque la gente estaba cansada de la libertad. Hay algo de verdad en esta obser- vaclén, no en que la democracia esté terminada —al menos esperemos que no—, sino en el hecho de que Jos seres humanos estén ‘cansados efectivamente de Ja libertad, de la libertad politica y de las respon- sabilidades, los deberes, el peso que implica la acep- tacién de la libertad politica. Existe un principio y un método educativos en un sentido més profundo que el que mencionamos anteriormente porque la democracia propone de hecho, si no en palabras, a gada miembro de Ja sociedad’ justamente este pro blema: jquiere usted ser un hombre libre, que se para sobre sus propios pies, que acepta las respon- Sabilidades, los deberes que implica esa posicién de miembro efectivo de la sociedad? El significado de la democracia, especialmente de la democracia politica, que, desde luego, esta lejos de cubrir toda la extensién de la democracia, como contraria a toda forma aristocratica de control so- cial y de autoridad politica, fue expresado por EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS 43 Abraham Lincoin cuando dijo que ningin hombre era suficientemente bueno 0 sabio como para go- bernar a los otros sin su consentimiento; esto es, } sin cierta expresién por parte de ellos de sus pro- | pias necesidades, sus propios deseos y su propia | concepelén de eémo deben conducirse los asuntos | de la sociedad y manejarse los problemas sociales } Una sefiora me conté una vez que habfa pregun. | tado a un conocido estadista americano qué hubiera | hecho por su pueblo si hubiera sido Dios. “Bueno, | es todo un problema. Observaria a la gente desde | amiba y decidirfa qué es lo que necesttan; luego tra. tara de darselo.” Y ella respondié: “Bien usted | sabe, es la respuesta que yo esperaba. Hay perso- | nas que preguntarfan a las otras lo que desean | antes de tratar de dérselo”. | Este preguntar a los otros qué desearian, qué | necesitan, eudles son sus ideas, constituye una parte | fundamental de la idea democrdtica. Nos resulta | i : | 5 | | | | | | tan familiar como parte normal de la practica po- Iitica demoeratica, que quiz4 no siempre pensa- mos en ello, aun cuando ejerzamos el privilegio de dar una respuesta, Esta practica constituye un he- cho educacional porque hace recaer en nosotros, co- mo miembros individuales de una democracia, la responsabilidad de considerar qué es Io que desea- mos como individuos, cuales son nuestras necesi- dades y preocupaciones. El Dr. Félix Adler ha expresado en gran parte Ja misma idea. No voy a citar sus palabras, pero esto es lo que ha dicho: “No interesa cuén ignorante sea alguien; algo hay que sabe mejor que cualquie- ra, y es dénde Je aprieta el zapato”; y dado que es el individuo quien conoce sus propids males, aun- que en otros aspectos no sea instruido ni refinado, Ja idea de la democracia, en tanto se opone a cual. ouier concepcién aristocrética, consiste en que cada individuo debe ser consultado en forma activa y | Ho pasiva, de modo tal que se haa por sf mismo | participe del proceso de autoridad, de control so. | cial. y que sus necesidades y deseos tengan la opor. | tunidad de registrarse de modo que cuenten en la 44 JOHN DEWEY determinacién de la polftica colectiva. Junto con es- te aspecto va, naturalmente, otro que es necesario para la realizacién de la democracia: la discusién y consulta recfproca para legar, en sintesis, al gobierno de la sociedad mediante la reunion de to- das estas expresiones individuales de ideas y ne- cesidades. La urna electoral y la norma de la mayorfa son simholos y expresiones externos y en gran medida mecdnicos de esta situacién. Son expedientes, los me- jores recursos que en una época dada se han encon. trado, pero por encima de ellos se hallan dos ideas primero, la oportunidad, el derecho y el deber que cada individuo tiene de formarse sus convicciones y de expresarlas, en lo que respecta a su propio Jugar en el ordenamiente social, y las relaciones de ese ordenamiento social con su propio bienestar; segundo, el hecho de que cada individuo cuenta co- mo uno, y s6lo como uno, en igualdad con los otros, de modo que Ia voluntad social resultante constitu- ye la expresién cooperativa de las ideas de muchas personas. Y creo que quizd s6lo recientemente nos hemos dado cuenta de que esa idea constituye la esencia de toda educacién sana ‘Aun en la escuela comenzamos a aprender que la ensefianza que desarrolla la inteligencia y el caréc- ter no se constituye cuando sélo el libro de texto y_el maestro dicen su parte; que cada individuo se educa sélo en la medida en’ que tiene oportunidad de contribuir en alguna manera con su propia ex. periencia personal, no importa cuén pobre 0 escaso sea ese fondo de experiencia en un momento dado; y, finalmente, comprendemos que la luz nace del dar y recibir, del intereambio de experiencias y de ideas. La realizacién de este principio en Ta escuela, me parece, constituye una expresién del significado de la democracia como proceso éducacional sin el cual Jos individuos no pueden legar a la plena posesién de sf mismos ni hacer una contribueién, si tienen alguna que hacer, al bienestar social de los demés. He dicho que la democracia y la educacién se

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