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2 Taller
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No debemos ser imbéciles desde un punto de vista moral porque la imbecilidad moral
implica una falta de discernimiento y responsabilidad en nuestras acciones. En términos
éticos, se espera que actuemos de manera informada y consciente, teniendo en cuenta las
consecuencias de nuestras acciones sobre los demás y sobre la sociedad en general. Ser
moralmente imbéciles significa ignorar o desconsiderar los principios y valores éticos que
nos guían hacia acciones moralmente correctas.
La ética se basa en el respeto por los derechos y la dignidad de los demás, y ser imbéciles
desde un punto de vista moral va en contra de este principio fundamental. Cuando
actuamos de manera insensible o perjudicial hacia los demás debido a nuestra falta de
discernimiento ético, socavamos la convivencia pacífica y la justicia en la sociedad.
Además, el desarrollo personal también está relacionado con la ética. Aprender a tomar
decisiones éticas nos ayuda a crecer como individuos, a construir relaciones más
saludables y satisfactorias con los demás, y a contribuir a la construcción de sociedades
justas y equitativas.
2. ¿Qué sentido tiene, por qué es importante reconocer a los demás como
semejantes?
Se argumenta que es importante reconocer a los demás como semejantes debido a que
este reconocimiento es fundamental para construir una ética basada en la convivencia y el
respeto mutuo. Al reconocer a los demás como semejantes, se establece una base sólida
para la moralidad y la ética, ya que entendemos que compartimos características humanas
comunes, como la capacidad de sentir, pensar y experimentar emociones. Este
reconocimiento nos lleva a tratar a los demás con dignidad y respeto, reconociendo que
todos tienen derechos igualmente válidos.
3. Por qué, según Savater, no debemos por ningún motivo renunciar al placer
El filósofo Fernando Savater no argumenta que no debamos renunciar al placer bajo ningún
motivo. Más bien, Savater plantea la importancia de equilibrar el placer con la
responsabilidad y la ética en la toma de decisiones.
Savater sostiene que el placer es una parte natural de la vida y que no debemos rechazarlo
por completo. Sin embargo, también advierte que el placer no debe ser la única guía en
nuestras acciones. En otras palabras, no debemos perseguir el placer a expensas de los
demás o de nuestros valores éticos.
Savater aboga por una ética que considere no sólo nuestros deseos y placeres individuales,
sino también el respeto por los derechos y la dignidad de los demás. Argumenta que la
libertad y la responsabilidad ética deben equilibrarse con la búsqueda del placer, de modo
que nuestras acciones no perjudiquen a otros ni vayan en contra de principios éticos
fundamentales.
Esto significa que los líderes políticos y las instituciones públicas deben estar
comprometidos con la promoción del bienestar y la justicia social, y tomar decisiones
basadas en los valores de igualdad, libertad, solidaridad y responsabilidad. Es importante
que la ética se haga presente en la vida política, de tal manera que se pueda asegurar una
conducta ética en la toma de decisiones políticas. Los políticos y funcionarios públicos
deben ser conscientes de su responsabilidad y deber ético de actuar en beneficio de la
sociedad, y no solo en beneficio propio o de intereses particulares. Además la ciudadanía
también debe estar comprometida con la defensa de los valores éticos y el bienestar
común, y participar activamente en los procesos democráticos para asegurar una toma de
decisiones justa y responsable.