PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en nuestras vidas,

en la calle, en la iglesia y en las fábricas.

Que sigues nuestro mismo calendario

y vives con el pueblo

el dolor y la esperanza.

Queremos que tu nombre y tu reino

sean hechos palpables y no meras palabras:

un salario seguro y abundante,

el pan reciente y la alegría franca

y después la común sociedad socialista,

donde todo es de todos,

donde todos participan,

nadie estafa.

Así podremos perdonar más fácilmente

y librarnos del odio,

del desprecio y la venganza,

y decir PADRE NUESTRO

no sólo con la boca,

como hermanos

iguales y libres

por tu gracia.
Víctor Manuel Arbeloa “cantos de lucha y Fiesta”