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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN LUIS

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


ESCUELA DE PSICOLOGÍA

Técnicas de Exploración Psicológica II

LOS MODOS APERCEPTIVOS EN EL


PSICODIAGNÓSTICO DE RORSCHACH

Documento elaborado por


Lic. Raquel J. Herrera
-1991-
LOS MODOS APERCEPTIVOS EN EL PSICODIAGNÓSTICO DE RORSCHACH

Una de las preguntas que nos hacemos al comenzar a analizar una respuesta, es si se capta e
interpreta la lámina en su totalidad o en sus partes y cuáles son esas partes.
Lo que sirve de marco a la respuesta, el área del engrama no es más que la localización de la
respuesta. La elección de estas localizaciones corresponde a lo que Rorschach llamaba modos de
aprehensión, cuyo conjunto forma el tipo de aprehensión.
El acto de percibir y la interpretación es un todo donde convergen factores intelectuales, afectivos y
motivacionales individualizados o socializados.
La manera de aprehender o de percibir la lámina es mostrar la manera que tenemos de abordar lo
real de las situaciones cotidianas, reaccionando a ellas de manera global o analíticamente o bien a través
de actitudes parciales incluso inversas a la supuesta. La manera como el sujeto se acerca al medio
ambiente está condicionada por los caracteres estructurales del estímulo, lo que permite prever las
elecciones topográficas de los sujetos, ya sean niños o adultos.
Según Rorschach, frente a la prueba un sujeto normal procede más o menos de la siguiente manera:
“Ante todo procura interpretar la lámina que se le entrega en su totalidad, buscando en el depósito de sus
imágenes mnémicas visuales una figura que coincida, en la medida de lo posible con la imagen global de
la lámina. Si tiene éxito nos dará una respuesta global (de conjunto, W). Hecho esto pasa a observar
distintas partes de la figura deteniéndose en aquellas formas accidentales que más se destacan en su
composición: produce así una o varias respuestas de detalle (D). Una vez agotados los detalles que el ojo
capta con mayor facilidad la vista se detiene en las más pequeñas minucias de la imagen y el sujeto quizá
llegue a producir una o varias respuestas de pequeño detalle (Dd)”.
También el sujeto puede utilizar parte de la lámina que incluye el fondo y no la figura y a estos
detalles se le llaman detalles blancos (S) o (Dbl), mientras que en otros casos aparecerán detalles muy
particulares llamados detalles oligofrénicos (Do).
A continuación, examinaremos estos modos de aprehensión o formas de localizar las respuestas.

RESPUESTAS GLOBALES (W)


La mancha es interpretada en su conjunto debiendo incluir todas las áreas que la integran. Se tratará
de determinar si el sujeto utiliza la mancha entera o no. Por ejemplo “Murciélago” (lám. V); “Dos perritos
haciendo equilibrio en una roca” (lám. VII); “fuegos artificiales” (lám. X).
Si analizamos el proceso de globalización la experiencia nos muestra, que dar una respuesta W es lo
primero y que darla procura un cierto alivio al sujeto. Esto ocurre porque cada lámina presenta en
diferentes grados la unidad o una falta de la misma, es decir una dispersión. La unidad implica la solidez,
mientras que la dispersión, la fragilidad. El sujeto percibe inconscientemente su importancia y por eso de
entrada responde a la situación buscando la unidad o proyectando su necesidad de unidad.
El modo de aprehensión depende del estímulo pero también de la organización perceptiva individual.
Con respecto al estímulo la configuración de las 10 láminas son diferentes ya que hay
manchas cerradas como la. I, IV, V y VI que inducen más respuestas W, mientras que la II, III, VIII,
IX y X dan lugar a respuestas más analíticas que W y la lámina VII por su posición intermedia da
lugar tanto a W como a D.
En cuanto a la organización perceptiva individual esto obedece a las leyes del desarrollo. El
trabajo de Dworetzki, basado en Claparede distingue tres etapas en la percepción: percepción
general y confusa del todo, percepción clara y analítica de las partes y recomposición sintética de
ese todo con reconocimiento de las partes integradas. En el Rorschach encontraríamos un 1º estadio
de “globalización primitiva” donde la percepción de las manchas es W, indiferenciada, sincrética:
“árbol, roca, mapa, etc.”, Se basa en la extensión de la mancha y también en las impresiones vagas
de los tonos en el sentido táctil, por ejemplo “algodón”; es un esquema superficial “círculos, collar” o
en respuestas en las que hay generalizaciones a partir de un detalle.
Estas respuestas muestran la incapacidad de disgregar los conjuntos que son percibidos de
una forma somera y esquemática. En este estadio, hasta los 5 años el porcentaje de W llega al 50%.
Los dos estadios siguientes ponen de relieve la evolución del “análisis primitivo” al “análisis
lógico”, en estos estadios el número de W disminuye hasta un 24-30% u 8% según diferentes
autores.
En el cuarto estadio las respuestas W se apoyan en la articulación sintética de los detalles con
una persistencia a veces de mecanismo de condensación quizá de origen afectivo.
A este desarrollo de las W en el niño se añade en el adulto la plasticidad de las estructuras,
pudiendo utilizar el estadío superior pero también el de estructuración primitiva o pasar de uno a otro
según la necesidad y la energía mental que tenga.
Otros autores toman la teoría del desarrollo de Werner considerando que “el desarrollo
evoluciona de un estado de globalidad relativo y de ausencia de diferenciación a un estado de mayor
diferenciación, articulación y de integración jerárquica”.
Estos trabajos permiten la aplicación de los criterios evolutivos no sólo en los niños y adultos
normales sino también en los enfermos mentales, lo cual permite sacar la noción de regresión
perceptiva: los esquizofrénicos, los hebefrénicos y catatónicos se situarían a nivel de los niños de 3 o
4 años, mientras que los enfermos orgánicos responderán como niños de 10 años con algunas
características de los niños muy pequeños.
Para el análisis de las respuestas W, debido a la complejidad de las mismas, utilizaremos el
esquema dado por Cristina Weigle, considerando entonces:
1) Un aspecto cuantitativo, es decir el área de la mancha usado para el concepto;
2) El proceso de construcción del pensamiento;
3) Un aspecto cualitativo.

1) Aspecto cuantitativo
Dentro de este aspecto consideraremos las respuestas globales completas (W), la global
cortada (W) y la global incompleta (Winc).
Global completa (W): en este caso el sujeto usa para la formación de su concepto toda la mancha,
pudiendo haber una omisión mínima inadvertida, o como diría Klopfer se clasifica cuando el sujeto utiliza
toda la mancha para su concepto o cuando es clara su intención de usar la mancha entera pero
inadvertidamente ha omitido una pequeña parte.
Global cortada (W\ ): si durante la administración durante el interrogatorio el sujeto al dar la
respuesta refiriéndose a dónde la ve manifiesta que “en todo pero sin esto” la clasificamos como (W\). La
intención y la verbalización del sujeto es abarcar la totalidad de la mancha aunque omite una parte de la
misma sin modificar la estructura gestáltica del todo, de lo contrario podría resultar un detalle inusual raro
(dr).
Según Klopfer la W\ se clasifica cuando el sujeto designa casi toda la mancha, por lo menos 2/3, con la
intención de utilizarla lo más posible.
Consideramos que esta definición es más adecuada para referirnos a la Winc, ya que Klopfer no
menciona la verbalización expresa del sujeto de omitir una parte determinada de la mancha.
Otros autores (Passalacqua, I. Orlando) critican el criterio sustentado por Klopfer, considerando que
no importa “cuánto” se omite sino “qué” se omite con respecto a si es omitible por perturbar o no a lo
central de la gestalt. Si por ejemplo en la lámina VI alguien ve el “cuero de animal” en la parte inferior
puede haber dicho “todo sacando esto” (en referencia al detalle superior), en este caso se clasifica como
W cortada, si en cambio la localiza en el mismo sector sin ninguna aclaración de su intención totalizadora,
se clasifica como D.
Tampoco se considera como W\ y menos aún como W técnica (según Rorschach) a todo lo gris de la
lámina III, excluyendo los detalles rojos a menos que existe en el sujeto la voluntad de globalizar
expresando explícitamente “todo menos esto”, siendo de lo contrario esta respuesta una D, ya que los
detalles rojos no pueden ser considerados como pertenecientes a lo central de la gestalt, además de la
estructura de la mancha estimula la segregación de las partes.
Global Incompleta (Winc.): son similares pero no idénticas a las cortadas y ya que su significado es
diferente conviene distinguirlas. En ellas al localizar sus respuestas el sujeto omite una parte de la mancha
habiendo dicho en ese momento o en la administración que abarcaba la totalidad del área, por ejemplo
lámina V dice “una mariposa” y al pedirle que indique en la lámina dónde lo ve dice “en todo” pero al
abarcar con su dedo la mancha excluye las salientes laterales.

2) El proceso de Construcción del Pensamiento


Si bien las respuestas W se tienen en cuenta como indicadores de la inteligencia del sujeto, es
necesario analizar cada tipo de respuesta W para detectar cómo funciona y cómo va elaborando el sujeto
el proceso de construcción de su pensamiento.
Rorschach decía que era necesaria la definición de las globales y parecía utilizar como base, es
decir tenía en cuenta el factor temporal. Sin embargo no menciona la importancia del elemento temporal
más que al diferenciar las W simultánea o sucesivamente combinadas.
Siguiendo a otros autores (Passalacqua, Anzieu, Weigle, etc.) clasificaremos las W en W
PRIMARIAS y W SECUNDARIAS con sus diferentes variaciones, según se perciba una sola gestalt
entrada o se combinen varias, incluyendo también las W PATOLÓGICAS.

sincréticas
PRIMARIAS
analíticas

bilaterales

GLOBALES SECUNDARIAS combinatorias simultáneas


sucesivas
construidas

contaminadas
PATOLÓGICAS confabuladas
combinatoria confabulatoria

GLOBALES PRIMARIAS: son las que surgen espontáneamente de un golpe de la percepción total de la
mancha. Un solo elemento dado espontáneamente bien o entregado mediocremente, en estas respuestas
los límites de las manchas en cuanto a totalidad coinciden con los límites del concepto percibido o
interpretado.
Dentro de las respuestas W primarias vamos a distinguir las W primarias sincréticas y las W
primarias analíticas.
W PRIMARIAS SINCRÉTICAS: son descripciones de índole general, respuestas confusas e impresiones
no diferenciadas. En ellas no hay ningún análisis interno de la mancha ni de la gestalt interpretada.
Ejemplos: manchas, rocas, islas, nubes, etc.
W PRIMARIAS ANALÍTICAS: en éstas hay análisis previo de la gestalt lo que permite la síntesis en el
concepto. Ejemplos: mariposas, murciélago, piel de oso, araña, hombres, etc.
Passalacqua entre estos dos tipos de W primarias incluya las W primarias sintéticas, en las
cuales si bien no hay un análisis real sino una visión general, el concepto es más elaborado que en
las sincréticas, por ejemplo: lám I “un pájaro” (el interrogatorio: “no sé, parecen ser alas a los
costados y arriba, lo del centro no sé si puede ser el cuerpo”. Nosotros haremos esta discriminación,
considerando que si la respuesta es de una sola gestalt y con forma definida será W primaria analítica.
GLOBALES SECUNDARIAS: resultan de un análisis de la lámina en sus principales detalles y de una
síntesis de esos detalles en un conjunto organizado. El sujeto parte de considerar detalles por separado y
los integra en una totalidad de manera inmediata o a posteriori, es decir que nacen de un proceso de
construcción simultánea o sucesiva.
W SECUNDARIAS BILATERALES: algunos autores incluyen estas W entre las primarias y otros las
colocan como intermedias entre éstas y las secundarias. En ellas el sujeto arma la respuesta W
respondiendo a una de las mitades de la mancha que relaciona con la otra considerando un eje vertical. Al
ser una combinación de detalles o proporciones separadas de la mancha total coincidimos con
Passalacqua en que su inclusión dentro de las primarias no cabría, aunque muchos dudan en
considerarlas como secundarias por su simpleza y el poco esfuerzo que demandan. Sin embargo, aunque
de menor esfuerzo asociativo y de originalidad de elaboración, no es sólo concepto el que se interpreta
como en el caso de las primarias sino dos, aunque sean idénticos. Por ejemplo: lám. VII “dos niñitos
conversando”, Lám. II “dos cosacos con gorros rojos bailando”.
W SECUNDARIAS COMBINATORIAS: armonizan varios elementos en una imagen que valen por sí
mismas, pueden ser SIMULTÁNEAS o SUCESIVAS, según que el vínculo entre las partes haya sido
visualizado a expresado de entrada o más tarde respectivamente. En las SIMULTÁNEAS, el sujeto capta
todos los detalles de un golpe y los integra a un mismo tiempo en la W. Ejemplo: Lám. I: “Dos bailarines
que alzan por los brazos a la mujer del centro”. Lám. VIII: “Dos osos parados sobre una piedra por trepar a
una montaña”; Lám. I: “Dos águilas que levantan a un ser vivo entre sus garras”.
En las W SUCESIVAS, el sujeto ve un detalle y en un segundo tiempo pasa a combinarlo con otros
detalles llegando a integrar la global. Ejemplo Lám III: “dos niños jugando. Una mariposa y unas ardillas.
Dos niños jugando en el bosque con una mariposa y ardillas”.
W SECUNDARIAS CONSTRUIDAS: son aquellas en las cuales el sujeto organiza su respuesta teniendo
en cuenta las tres dimensiones del espacio y en muchas de las cuales se incluye el espacio blanco.
Ejemplo Lám. III: “Dos negros tocando el tambor en una danza ritual, al fondo de las antorchas de la tribu”;
Lám. X: “Las orillas del Sena en primavera, el puente y al fondo la torre Eiffel”.
W PATOLÓGICAS
W CONFABULATORIAS: El sujeto percibe un detalle claramente, dando luego de la misma interpretación
al resto, resultando una mala forma ya que apenas considera las partes restantes. Es decir que parte de la
mancha se percibe correctamente de acuerdo con su forma y el resto se deforma para hacerlo compatible
con la idea que sólo sería correcta en relación con una parte. Siempre por lo tanto, es una respuesta de
mala forma. Ejemplo Lám. I “Un cangrejo, por las pinzas”; Lám. II: “un pez por la cara puntiaguda y la
boca”. Se simbolizan DW.
W CONTAMINADA: Este tipo de respuesta aparece cuando el sujeto no logra disociar dos percepciones
que se le imponen simultáneamente. Ejemplo Lám. VI: “Una gran mariposa hombre que no tiene pies”;
Lám. V: “Un conejo con alas”.
W COMBINATORIA CONFABULATORIA: el sujeto combina detalles en un concepto global pero sin tener
en cuenta la situación de los detalles de la lámina, llegando así a combinaciones estrafalarias, falla el
orden lógico de la integración. Ejemplo Lám. IX: “Dos magos y dos niños juegan juntos en el cielo y encima
de una nube”; Lám. III: “Dos mujeres sentando a sus nenes en una calesita (los rojos superiores son los
niños)”.
Passalacqua no menciona las respuestas W confabuladas, contaminadas o combinadas
confabulatoriamente como respuestas globales porque opina que además de encontrarse en
cualquier otro tipo de localización y no exclusivamente en globales, los considera fenómenos
especiales y no localizaciones.

3) ASPECTO CUALITATIVO:
No todas las W tienen el mismo valor, por lo que es necesario un análisis desde el punto de
vista de su cualidad formal y estructural.
Diferentes autores intentan clasificar las W teniendo en cuenta su calidad formal y estructural,
Exner intenta solucionar este problema. Para esto propone considerar y clasificar la calidad evolutiva
de las localizaciones dividiéndolas en cuatro grupos, siguiendo a Friedman y a Rapaport. Estas
serían: sintetizadas (W+); ordinaria (Wo), Vagas (Wv), y arbitrarias (W-).
(W+) SINTETIZADAS: Las partes homogéneas o discretas son articuladas perceptualmente e
integradas o combinadas en un precepto único (es decir serían las secundarias)
(Wo) ORDINARIAS: Un área es seleccionada y articulada para resaltar su contorno bruto y sus
rasgos estructurales (populares y w primarias analíticas)
(Wv) VAGAS: la impresión es difusa, se generaliza sin articular respuesta (W sincrética).
(W-) ARBITRARIAS: no resulta congruente la articulación del área seleccionada con las
limitaciones estructurales de la misma. No toma en cuenta la más adecuada estructuración de la
mancha (siempre sería formas menos).

VALOR INTERPRETATIVO DE LAS RESPUESTAS W


Rorschach a través de ejemplos y de toda su exposición no cesa de mostrar hasta que punto lo
afectivo está en la W y en la relación entre la W y los demás modos de aprehensión. Así como el
buen humor, la alegría y la ambición aumentan el número de W y la depresión o la escrupulosidad lo
disminuyen, la producción de W estará en la parte en función de la actitud afectiva. Si bien se
relaciona a la W (así como a los otros modos aperceptivos) con la inteligencia, es necesario marcar
que su función es mucho más amplia que la meramente intelectual, ya que son parte del momento
proyectivo y del momento perceptivo, lo que implica la vivencia personal, las motivaciones profundas
y las actitudes afectivas. La participación de lo proyectivo puede ser intensa y hacer pasar a segundo
plano lo perceptivo, como en la respuesta a la Lám. I “Impresión de muerte” o puede participar poco
porque está integrado en un contexto adaptativo socializado, lám. I: “una mariposa”.
Así, el análisis de las W debe hacerse teniendo en cuenta su distribución en el protocolo, la
calidad de su organización, la plasticidad y de los momentos asociativos o afectivos que se dan.
Por todo esto, las respuestas W no pueden tener el mismo valor interpretativo ni un significado
unívoco ya que aparecen tanto en los adultos sanos como en los niños y en los enfermos.
Un elemento común a todas las W es la búsqueda de una unidad y de captar el estímulo en su
totalidad.
Si la consideramos desde el punto de vista perceptivo y ligada al desarrollo, la W es en primer lugar
un componente de la inteligencia. En este sentido podemos decir que el uso de W refleja la capacidad
para organizar el material, relacionar detalles e interés por lo abstracto y lo teórico, es decir la capacidad
de organizar y articular las asociaciones.
En relación a la inteligencia, las W deben ser analizadas teniendo en cuenta la cantidad y calidad, los
determinantes que la acompañan y su relación con los demás modos de aprehensión.
Si la W implica la tendencia a aprehender las cosas en su conjunto y un particular enfoque mental
del pensamiento para elaborar formar abstractas, cuando son positivas indican además la capacidad de
estructuración lógica y constructiva de la realidad abarcada en esta orientación mental de conjunto. Desde
el punto de vista del razonamiento, las W se vinculan en general con la capacidad de síntesis, a veces con
una combinación analítica-sintética y por otra parte con la sistematización de las asociaciones producidas,
tratando de no caer en lugares comunes o en atomizar los estímulos hasta perder la visión del todo.
En relación a la combinación de las W con los determinantes es importante ver con cuales se
relaciona y de qué manera. Si la W se da con F+, M, FC o Fc en respuestas bien articuladas, tendrá un
valor muy superior que si se da con F- u otras relaciones ambiguas o caprichosas.
Rorschach considera que cuando la W se asocia a una buena forma o a M+ indica que se ha
utilizado un buen caudal de imágenes mnémicas y que existe una soltura asociativa para elaborar la
respuesta. El sujeto es así activo y no simplemente pasivo (en este caso se limitaría a engramas comunes,
fáciles o desorganizados).
La W se vincula también con la afectividad de dos maneras diferentes. Según el número y la calidad
de las W se lo puede considerar como signo de la energía disposicional y de la volición activa para
producir estos engramas globales. A nivel más profundo puede indicar la voluntad inconsciente, la fuerza
del impulso para alcanzar determinados rendimientos. Por esto dice Rorschach “el número de W es tanto
mayor cuanto más viva es la afectividad”. La calidad de los engramas W en relación con el tipo de
aprehensión dependen en gran medida de factores emocionales. La ambición, la autoexigencia por la
calidad y la actitud volitiva por alcanzar esquemas generales, abstractos y articulados, el pensamiento más
abstracto que concreto, son todas formas reguladas por las W desde un marco e impulso afectivo.
Rorschach considera que desde el punto de vista de la cantidad de las W, la afectividad es un tanto
más viva cuanto más alto es el número de W. También este valor exagerado de las W aparece en sujetos
que por ambición o por cierta “complejidad intelectual” se proponen demostrar sus pretensiones con un
aumento exagerado de W sin fijarse en la calidad de las mismas.
Teniendo en cuenta la calidad podemos decir que las W indican la energía disposicional de la
actividad asociativa y la orientación de una determinada “voluntad de rendimiento” consciente o
inconsciente, sustentada por la capacidad de elaborar procesos de abstracción y combinación de partes
potencialmente relacionadas.
Así el valor de W presupone una compleja disposición perceptivo-proyectiva, intelectual-emotiva para
captar y organizar los conjuntos globales y articular internamente sus partes.
Como dice N. Rausch de Traubenber, las W sería producto de un enfoque que está “a caballo
de lo afectivo y lo intelectual”, reuniendo la producción intelectual con la disposición afectiva.
Las W muestran, entonces, el esfuerzo por lograr una producción abarcadora analítico-sintética
(abstracción), así como la insistencia y el mantenimiento de un rendimiento global que no es ajeno a
la actitud afectiva por sobresalir, ambicionar y el deseo de brillar en el trabajo intelectual, actitud que
es positiva cuando el rendimiento de esta producción de las W es alto (formas positivas y
articuladas) y negativa cuando las W son pobres, sincréticas y de contenidos comunes.
Es conveniente como ya dijimos analizar las W en relación con los determinantes que se
vinculan. La asociación de las W con elementos de forma (F+) es una asociación bastante
“intelectual”, en tanto refleja un pensamiento preocupado por la generalización, incluso a la
búsqueda de síntesis y sistematización. Cuando esta asociación es muy marcada en un protocolo
puede indicar un predominio de actitudes formalistas y un gran autocontrol personal.
La W combinada con el Color muestra los intereses del sujeto hacia la acción y el vínculo
social abierto, espontáneo y variable se hace dominante. Así la influencia del color puede ser
dominante y que no haya una organización sino la preferencia espontánea por un ambiente apegado
al color. En otros casos, el color se utiliza más activamente en la organización en la medida en que
favorece el análisis y constituye una base para una articulación definitiva. En ese caso se trata de
actitudes con las que podremos ver si el afecto, representado por el color, tiene una acción positiva o
negativa sobre el trabajo intelectual, si lo enriquece u obstaculiza, si lo flexibiliza eficazmente o lo
afloja peligrosamente.
Cuando la W se asocia como M, esta asociación proyecta la fuerza de la energía anímica hacia
la internalización de los procesos del pensamiento, la vida interior gana en profundidad y la actividad
del pensamiento se hace más autónoma y utiliza recursos más imaginarios. Esta actividad intelectual
se enriquece doblemente (si es M+) por el carácter correcto de la forma y por la introducción de
personajes en relaciones dinámicas, es de alguna manera un acto creador, que integra varios
elementos y que muestra una inteligencia rica tanto en el plano de los mecanismos cognitivos como
en el plano de la utilización de todo tipo de elementos y resonancias afectivas.
En contraste con estas relaciones, encontramos las respuestas W con un valor de menor
esfuerzo, de docilidad ante el estímulo dado en el que no hay ninguna organización interna adaptada
a cada lámina, sino una simple respuesta repetitiva con referencias formales mediocres. Estas W
acompañadas de F+, de categoría corriente y vulgar, no tienen más de un vínculo flojo con la
inteligencia o pueden representar una especie de socialización pasiva, de conformismo general que
se refleja en esas respuestas dadas de una manera un poco cliché. Estas W pueden indicar
capacidad intelectual, pero también pueden reflejar una actitud defensiva, acá la W se utiliza como
mecanismo de defensa a través de esta socialización, de esta neutralización de las reacciones, de
esta reticencia a dar elementos más personales o más activos y abordar la situación mediante lo
más concreto y más analítico, pudiendo ser una manera de no comprometerse.
 Si bien la W se vincula con F- no indica capacidad y flexibilidad intelectual sino por el
contrario deficiencia, incapacidad o deterioro patológico del pensamiento.
“Las W señalan la tendencia general del sujeto por dominar la situación que le ha sido planteado,
controlarla de esta manera e incorporar la totalidad de los estímulos. W es un símbolo de expansión que
desde sus orígenes puede delatar la ambición que esta actitud abarcadora implica, más allá aún y desde
un plano profundo, puede denunciar las defensas orales con las que procura incorporar y neutralizar la
situación amenazante y desusada”. (Oñativia).
 La Winc significa menos preocupación por lo exacto, mayor descuido.
 La W cortada puede indicar precisión, una actitud crítica que lleva al sujeto a omitir lo que cree que
no se ajusta (a su concepto), por otra parte puede indicar una crítica excesiva que tiende a interferir su
funcionamiento, puede indicar mejor capacidad de observación y de determinación consciente.
Todas las tendencias a W ( W) señalan el interés en el pensamiento con pero menor éxito en la
organización de la experiencia que el indicado por una W bien integrada.
Bech señala que no todas las W apuntan a una buena inteligencia. Las mejores láminas para
discriminar en este sentido serían la III, IX y X, no estando en plano lejano de dificultad la II y VII. Para esta
afirmación se basa Bech en dos criterios: 1) por su poca frecuencia estadística. En este sentido parte de la
suposición que la poca frecuencia es signo de dificultad y 2) el sector intelectual donde se encuentran es
en los niveles altos. En este caso estas W son indicadoras de alta inteligencia. En cambio las W dadas en
las láminas I, IV V y VI son de valor medio o inferior.
Moisés Aracena considera que desde el punto de vista estadístico puede ser que exista una alta
correlación entre esta división de las W y la inteligencia, pero que prefiere para su análisis un criterio más
cualitativo, es decir estudiar el tipo de respuesta W que da el sujeto. Una respuesta W en la Lám. V puede
poseer un mayor esfuerzo integrativo que una W en la Lám. IX, una W combinatoria simultánea en la Lám.
V tiene más valor que una W sincrética en la Lám. IX.
Nos parece importante retomar lo que menciona Rorschach respecto a aquellos sujetos que sólo dan
en toda la prueba 10 respuestas W. “Sus productos interpretativos son verdaderas obras de arte que
presuponen en el sujeto gran caudal y presencia de estos engramas aunque en el fondo obedece a
factores afectivos” (Rorschach). Son personas inteligentes donde domina el ambicioso afán de sobresalir
por la excelencia de sus interpretaciones, es como si quisieran cumplir el examen con brillantez.
Favorecidos por su afán de calidad producen buenas formas de modo que pueden clasificárselas como de
tipo W+, también alcanzan este tipo W+ los sujetos que son capaces de construir con cada imagen una
respuesta W combinatoria.
En contraste, existe un tipo W- , los sujetos de esta clase también producen 10 W pero con F- o ser
con deficiente visualización de las formas. Probablemente estos casos nunca se encuentren entre los
normales pero si en algunos esquizofrénicos abálicos (faltos de voluntad, descuidados) que se limitan a
nombrar las imágenes e igualmente en los esquizofrénicos muy desintegrados y excitados que pueden dar
10 DW.
En relación al proceso de construcción del pensamiento, donde incluimos la clasificación de las W,
podemos considerar que las W primarias sincréticas revelan un pensamiento primitivo mientras que las W
primarias analíticas muestran la posibilidad de análisis y síntesis que traduce en poder llegar a una
abstracción pero que por utilizar un solo elemento nos hablan de una capacidad intelectual común,
sin mucho esfuerzo puesto en su estructuración a diferencia de las W secundarias.
Dentro de las W secundarias, las W secundarias bilaterales muestran que por su simpleza y el
poco esfuerzo que demandan una menor riqueza asociativa y menor originalidad en su elaboración
que las otras W secundarias. Las W secundarias combinatorias simultáneas indican celeridad en el
proceso asociativo, se ve en sujetos inteligentes. Suelen ser más bien vivencias que elementos
representativos. Las W secundarias combinatorias sucesivas suelen darlas los sujetos con
capacidad de síntesis, denotan un pensamiento inductivo de proceso asociativo más lento que puede
llegar en algunos casos hasta la viscosidad. Muestran la necesidad de globalizar a veces forzando.
Las W secundarias construidas son señales de inteligencia superior, se dan en sujetos
capaces de desempeñarse en las situaciones variadas y difíciles de la vida (facultad de aprehender
las cosas de un modo sistemático y teórico).
La W confabulatoria (DW) se considera una representación del pensamiento ilógico, autista.
Esta fabulación e impregnación se encuentra en niños, débiles mentales, esquizofrénicos y
paranoicos. Las DW en los sujetos normales para Bolhner y Halpern significan falta de crítica,
pensamiento angustioso, dadas por sujetos inclinados a interpretar su comportamiento en términos
de impulsos o deseos o bien por sujetos que no son objetivos en sus apreciaciones. Según J. Endara
implican fala de paciencia para llegar a conclusiones e insistencia en que la realidad esté de acuerdo
con los deseos. Bohm considera que las DW pueden aparecer también en sujetos inseguros, artistas
y fantaseosos con buena calidad formal (en este caso no serían DW confabulatorias).
La W contaminada es muy patológica, incongruente y difícil de ver. Suelen ser incoherentes.
Son verdaderas condensaciones psicóticas. Son casi patognomótica de la esquizofrenia.
La W combinatoria confabulatoria: aquí falta el orden lógico de la integración, fabula la relación
del lugar. Las partes de la W no suelen combinarse adecuadamente. Es la tendencia al exceso de
generalización, indica debilidad en la percepción de la realidad, sin prestar atención adecuada a lo
obvio. Según Moisés Aracena cuando aparecen son la representación de un síndrome paranoideo.
El carácter de mayor o menor bizarría se encuentra en las relaciones que se establezcan entre los
diversos contenidos. Según Souza hay un fracaso del pensamiento lógico, síntesis apresurada y
arbitraria, precedida de análisis insuficiente. No se da, en normales, rara en neuróticos, más en
esquizofrénicos, oligofrénicos y maníacos.
En síntesis aunque la W se encuentra relacionada con un factor intelectual de análisis y
articulación del conjunto percibido, no tiene el mismo valor y significación psicológica para su
interpretación, debido a la variedad de aspectos que la conforman, al nivel avolutivo en que aparece
y a las combinaciones posibles con los diferentes determinantes y todo esto en relación al protocolo
total y sus secuencias en función de las láminas y su capacidad estimulativa.

RESPUESTAS DE DETALLES
En las láminas también se pueden encontrar respuestas dadas a las partes y que llamaremos
Detalles. Estas pueden ser respuestas de Detalle Grande Usual (D) y de Detalle Pequeño Usual (d).
DETALLE GRANDE USUAL (D)
Se utiliza cuando el sujeto emplea para dar su concepto un área comparativamente grande,
fácilmente separable del resto de la mancha ya sea por razones de espacio, sombreado o color.
Según Rorschach, las D “son pequeños detalles que más resaltan, en virtud de la composición de las
figuras. Es posible determinarlos estadísticamente, como lo hicimos con las formas, pero este método es
innecesario, ya que una vez aplicada la prueba a unos 50 sujetos sanos, todo examinador habrá llegado a
conocer la mayoría de estos detalles normales”.
Son detalles grandes porque corresponden a las porciones más prominentes de las manchas, no
sólo por su tamaño sino también por su posición, forma y colocación y son usuales porque se han
tipificado estadísticamente es decir que son seleccionadas por los sujetos con mayor frecuencia.
El autor que mejor ha descripto las características de una respuesta D es Klopfer, quien considera
dos aspectos 1) las áreas elegidas por el sujeto deben ser subdivisiones obvias del área total de la
mancha, en su extensión y organización y 2) estas áreas acaso por su misma evidencia, deben ser
utilizadas por cualquier grupo de sujetos elegidos al azar, con una frecuencia mayor que cualquier otra
área de la mancha.
En base a estos dos criterios (tamaño y frecuencia) podemos encontrar D que abarquen una gran
porción de la lámina (por ejemplo lám. VI parte superior que es una D y también la parte inferior es D).
Puede ser mucho más pequeño pero debido a la fuerza con la que se destaca del resto y a la frecuencia
con que es visto también se lo considera D: es el caso de todos los detalles de la lámina X que son D.
Se consideraba que los D deberían abarcar grandes zonas de la lámina por eso se los llamó grandes
detalles (D), pero en realidad, como dice N. Rausch de Trabenberg “se imponen menos por su tamaño que
por su forma y posición insular o peninsular claramente delimitadas y por lo tanto por cualidades de
estructura perspectiva, cualidades de ritmo espacial que corresponden a los caracteres de pregnancia de
las buenas formas”, de acuerdo a las leyes de la Gestalt que hacen que se segreguen del resto de la
mancha.
En las láminas de formas cerradas, por ejemplo la I, IV, V, VI, las D resultan de una disgregación del
todo en sus partes principales y por lo tanto se realiza un trabajo de análisis, mientras que en las láminas
de formas dispersas, con colores diferentes, las D se imponen por su estructura misma,
independientemente del conjunto. En los dos casos constituyen sub-totalidades, sub-conjuntos diferentes
según sea la configuración de las láminas.
La estructura perceptiva de las manchas es dominante y por ello el sujeto responde a ellas
obligatoriamente, debido a la tendencia a buscar “cierres” y a liberar, a separar las buenas formas, lo que
es una tendencia normal. Esto es lo que prueba en todos los casos la frecuencia estadística de este tipo
de respuesta.
Desde el punto de vista evolutivo, la D es más difícil que algunas W y no aparecen masivamente
hasta los 6-7 años y a partir de entonces su porcentaje es relativamente estable. Esto refuerza la hipótiesis
de una base perceptiva de la D, de una capacidad de diferenciación perceptiva que tendría relación con
una mejor diferenciación afectiva, una discriminación más exacta del concepto de sí, de su posición
con relación al otro.
Es importante aclarar el criterio utilizado para clasificar D a la porción gris de la lámina III, que
por algunos autores es considerada como W. Rorschach consideraba como W a la respuesta que
abarca el total de la mancha, pero respecto a la lámina III, parece basarse más en un criterio
estadístico que lo lleva a clasificar como W lo que en realidad desde el punto de vista de la teoría de
la Gestalt es un D. Esto era porque Rorschach encontró que los sujetos normales no daban W en
esta lámina. Según I. Orlando, parecería que Rorschach en lugar de modificar su concepto de
normalidad y del mecanismo del pensamiento, se inclinó a no respetar su criterio dado para las W,
ya que para él si un sujeto normal, localizaba en la lámina III un D en la porción gris, debería ser
considerada W, para no perder su condición de normalidad. Así esta W en la lámina III fue llamada
“W técnica”. Pero Rorschach no consideró que en esta lámina es difícil englobar todo en una
respuesta, debido a las distancias hy al diferente color de las manchas, que tienen un poder de
segregación sobre las mismas.

DETALLE PEQUEÑO USUAL (d)


Según Klopfer “se clasifica cuando el sujeto emplea para su concepto un área relativamente
pequeña pero fácilmente separable del resto de la mancha debido al espacio, sombreado o color”.
Además es usual por su frecuencia estadística, es decir evidente para el común de los sujetos.
Otros autores como Passalacqua, M Aracena, Beck y el mismo Rorschach no hacen esta
distinción por considerar que se puede crear una confusión con los detalles minúsculos (dd) que se
incluyen en los Dd, cuya simbolización es semejangte. Además, Passalacqua considera que no hay
un criterio válido de diferenciación en la interpretación de unos yu otros y que los pequeños detalles
usuales responden a las características de los D usuales,ya que según la ley guestáltica de la
pregnancia se convierten en zonas fácilmente separables y frecuentes en su empleo. Por eso utiliza
D tanto para las zonas grandes o pequeños de la mancha que sean usuales por su fácil recorte y por
la frecuencia que aparecen.

VALOR INTERPRETATIVO DEL DETALLE GRANDE VISUAL (D)


Las D parecen ser desde Rorschach la expresión de la percepción de lo inmediato, de lo que
se halla al alcance de la mano, de lo más próximo, sencillo y práctico y tienen por esto una relación
con la inteligencia práctica. Indican un interés en lo específico, en los detalles, lo concreto. Esto
puede ser interpretado como una aplicación práctica, cotidiana, del sentido común de la inteligencia.
Por el hecho de ser las D respuestas inmediatas a un aspecto concreto de las manchas en
función de los límites de las mismas y sus diferencias cromáticas, son lo equivalente a lo concreto, a
lo dado y desde el punto de vista semántico se refieren a lo que aflora con una significación
relativamente fácil y ajustable a lo corriente, a lo aceptado por lo general socialmente.
Las D son por una parte: espontáneas, fáciles de dar pero por otra activas, producidas por un
cierto esfuerzo analítico del sujeto. En ambos casos implican actitudes perceptivas diferentes: las
primeras surgen de los caracteres más evidentes de las manchas, son las llamadas respuestas populares,
espontáneas, pasivas y de máxima pregnancia guestáltica (por ejemplo Lám. III D rosado: animales). las
segundas o D activas requieren de un esfuerzo, de un desprendimiento que el sujeto debe efectuar del
conjunto, esto ocurre generalmente en las láminas compactas.
En este sentido, Oñativia divide a las D en primarias pasivas y secundarias activas, cuyas sub-
totalidades desprendidas del conjunto total, son el producto de un trabajo analítico de la percepción. Los
sujetos más inteligentes y productivas, sin dejar de considerar lo obvio, lo evidente, producen estas D
activas y suelen asociarse con respuestas originales. En cambio, los sujetos que prefieren lo más común,
los sub-conjuntos resaltantes y vulgares, son menos inteligentes, menos productivos, más apáticos y
conformistas en relación a un consenso social pragmático.
Si comparamos el valor intelectual de las D con las W podríamos decir que 1) las W tienen un
soporte energético más acentuado que las D, pero sólo las W asociadas como F+ y altamente elaboradas;
2) las D en cambio suponen un esfuerzo de diferenciación de las partes (gestaltung diferencial frente al
gestaltung globalizador de las W); 3) en los sujetos de mayor capacidad intelectual, productiva y creativa
las W y las D no sólo guardan una relación óptima (3 D por 1 W), sino que además se requieren
mutuamente, se articulan y se vinculan diferenciadamente en una relación final de síntesis como ocurre
con las W secundarias combinatorias de sub-conjuntos internos. Sólo en estos casos, el ajuste a la
realidad guarda las normas lógicas y demuestra la capacidad de intervenir y operar sobre las cosas, tanto
desde una perspectiva abstracta (W) como concreta y diferencial (D). Las D son pues, exponentes de la
inteligencia práctica y de mayor ajuste social.
Desde el punto de vista afectivo las D difieren y a la vez complementan a las W. Si las W señalan la
tendencia general del sujeto por dominar la situación que le ha sido planteada, las D neutralizan el exceso
expansivo de las W y vuelven la atención del …. hacia lo más concreto y hacia el sentido práctico de los
problemas cotidianos. Afectivamente, las D desarrollan las actitudes de diferenciación perceptiva y
favorecen una mayor centración emocional en las relaciones inmediatas que se establecen con el sentido
común y el contacto oportuno con la realidad presente. La diferenciación afectiva, la autodiscriminación del
concepto de sí mismo y de su posición con relación al otro, son las características potenciales de las D,
siempre que se combinen adecuadamente con las W y no sean D vulgares y pobremente elaboradas. Las
D comunes y elaboradas, en proporción equilibrada, representa la presencia de lo cual, de los vínculos
diferenciados y positivos interpersonales y sociales.
En situación extrema de defensa, la exagerada presencia de D corrientes y vulgares puede indicar
conformismo, falta de juicio crítico y necesidad de dependencia de lo exterior superficial en detrimento de
los propios valores y su internalización hacia una vida interior más profunda y personal. Un poco cantidad
de D y presencia de otros factores negativos (falta de …. Y pocas respuestas … y ..d) muestran un fuerte
desinterés por lo real y la imposibilidad de establecer contactos en el orden social. Si se agregan D con F-
el grado de autismo y la pérdida evidente de contacto con lo evidente y práctico de las cosas puede indicar
la presencia de psicosis.
Las D en relación a F+, ..+, Fe y algunos S bien elaborados suelen ser recursos más maduros y
disponibles para servir a los impulsos más centrales y conscientes del yo.
Para Bohm las D tienen relación con la inteligencia práctica y también las correlaciona con un
factor de contacto social.
Piotrowski también señala las D como un factor de contacto con el medio y como índice de
adaptación. Para Klopfer menos de un tercio de respuestas D sobre el total de respuestas sugiere
falta de adaptación a los problemas de la vida diaria. Por otro lado un gran porcentaje de D puede
darse en sujetos incapaces de organizar conceptos más amplios.
Finalmente podemos decir que las D deben ser analizadas, como en el caso de todos los
modos aperceptivos, en relación a los determinantes y contenidos de las respuestas.

VALOR INTERPRETATIVO DEL DETALLE PEQUEÑO USUAL (d)


Ya habíamos mencionado al definir las d, que muchos autores los consideran junto con las D
sin hacer esta discriminación, pero nosotros seguiremos el criterio de Klopfer y de C Weingle que sí
los diferencian de los D.
Dar una respuesta de D indica que el sujeto repara más en lo insignificante, lo accesorio, lo
sutil; muestra tanto un espíritu más sagaz como un horizonte más reducido, según la calidad del
determinante, contenido y la combinación con las demás localizaciones.
Sí aparece más del 15% de d se asocia a menudo con pedantería, necesidad de ser exacto,
correcto y preciso.
La falta de énfasis de d o aún una falta total de d no es particularmente significativa,
simplemente indica poco en los detalles pequeños de la experiencia.

DETALLES INUSUALES (Dd)


Generalmente se simboliza con las letras Dd (sería el símbolo que resume todas las
respuestas de detalle inusual).
Rorschach las define como aquellas respuestas que “se refieren a aquellos detalles de la
imagen que restan después de sustraer las D o sea las de mayor frecuencia estadística”. Es decir,
que serían aquellos detalles que quedan después de haber eliminado los detalles estadísticamente
más frecuentes. Así, se establecen principalmente en función de un criterio estadístico ya que son
las localizaciones menos frecuentes en un protocolo normal.
Klopfer los define como las respuestas que no son W, que no figuran en la lista de detalles
usuales y no son respuestas de espacio (S) y que difieren de las respuestas de detalle usual en
función de su frecuencia de aparición.
Pueden abarcar un área muy pequeña o en algunos casos cubrir una superficie mayor que
algunos D, porque al ser una selección poco común, se da con menor frecuencia. Bohm da como
ejemplo la respuesta “candelero” a toda la mitad superior de la lámina IV, porque al no ser un recorte
claro es poco frecuente. También un Dd puede darse por la reunión de varios D, por ejemplo todo el
centro completo de la lámina VIII (sin los “animales” laterales).
Es por esto que los Dd dependen mucho más del sujeto que de la estructura perceptiva de la
mancha. Si se dan más en algunas láminas que en otras no es en razón de su configuración, sino
más bien en función de su valor específico y del eco emocional que suscitan. Constituyen entonces un
elemento más personal, más proyectivo donde el sujeto crea mnás de lo que percibe.
Según Rausch de Traubenberg, la evolución genética de estas respuestas prueba que pueden ser
de dos clases:
 Muy formales y descriptivas y por lo tanto muy próximas al estímulo perceptivo como “huevos,
círculos, puntitos”, a los 5 y 6 años estos Dd forman el 21% de las respuestas, son las Dd
llamadas infantiles.
 Menos formales, con contenido más fantasioso y que tienen también mas significado, aún
cuando estos significados sean muy subjetivos, como los Dd dados por niños mayores, entre
los 9-10 años.
Si bien Rorschach considera que sólo dos formas especiales d Dd queden mencionarse
específicamente por su interpretación diagnóstica y que por lo tanto se deben computar y considerar en
formas separada y nombra a las formas intermedias (espacio S) y a los detalles oligofránicos (Do),
nosotros consideraremos en la clasificación de los Dd a las 4 categorías dadas por Klopfer y utilizadas
también por otros autores (Passalacqua, Weigle, Rausch de Traubenber, Oñatilivia, Anzieu, etc.)
Estas 4 categorías son:
 1) dd o detalle muy pequeño o pequeñísimo detalle: son aquellas respuestas que como
lo indica su nombre están localizadas en zonas muy pequeñas o aisladas de la mancha por el
espacio, color o sombreado.
Es decir que se identifican fácilmente por su tamaño reducido y resaltan por estas rodeadas
total o parcialmente por el espacio blanco o por pequeñas áreas diferenciadas o salientes de la
lámina (por ejemplo en Lám. I las pequeñas “mosquitas” de los bordes).
 2) de o detalle del borde: es empleado para localizaciones que utilizan solamente el borde
de la mancha, evitando incluir la superficie de la mancha. A veces puede ser difícil precisar si se
trata realmente de un de porque puede haber problemas para establecer si se ha empleado
solamente el contorno o el contorno y algunas partes adyacentes del área de la mancha. Estas
dudas deben resolverse en el interrogatorio.
En general, lo más común es que estas respuestas de sean de “perfiles” o “costas
geográficas”, siempre que se utilice sólo el contorno, ya que si se usan partes de la superficie de la
mancha no serían de.
 3) di o detalle interior: son las respuestas en que se usan zonas localizadas dentro de la
superficie de la mancha, sin contacto con los bordes de la excepción de los espacios blancos
internos). O sea que están dentro de la superficie gris o coloreada. El sujeto parece “taladrar” la
mancha y distinguir en la masa de la misma, aprovechando los contornos delimitados por los
diferentes matices. Klopfer considera que “el factor esencial es que los di son vistos dentro de la
mancha, que para la mayoría de los sujetos es una superficie entera y que en su delineación se
empleen las más ínfimas diferencias de claroscuro”. Tienen por lo tanto “cierta cualidad de
selección y separación artificial”.
 4) dr o detalle raro: es la respuesta que implica recortar la mancha de una manera
extraña, poco común, no siguiendo ninguno de los límites conocidos y habituales ni
respetando las diferenciaciones guestálticas de la mancha, es decir que sería un corte
arbitrario.
Abarca las respuestas que no pueden ser incluidas dentro de las otras categorías de
localización (W, Winc., W, D, d, dd, de, di S), puede ser pequeño o grande, a veces más
que un D, ya que un dr puede estar dado por la combinación inusual de detalles usuales.

VALOR INTERPRETATIVO DE LOS DETALLES INUSUALES (Dd)


En la medida en que estas respuestas se deben a los aportes de la imaginación, de la fantasía,
tienen más intensamente que las D, significadas que desbordan la actitud intelectual y se acercan a
la actitud afectiva, a las motivaciones profundas de temor o deseo.
Desde el punto de vista interpretativo de las Dd pueden alcanzar diferentes valores:
1) Tienen valor de componente intelectual cuando complementan a las W y D, y son dadas
por lo general después de agotar el examen de los aspectos más obvios de la lámina. En este caso
las Dd indican capacidad de observación de los pequeños detalles y una actitud de buscar nuevos
incentivos perceptivos de ajuste flexible a la realidad. Si se utilizan en varias láminas pueden señalar
una actitud de investigación aplicada, metódica, quizás con una necesidad de aprobación. Esto
siempre que se acompañen de F+ puesto que indicaría objetividad y rigor en la comparación entre la
localización y la imagen-recuerdo que se presenta a la mente del sujeto. Esta necesidad de orden,
de método, da lugar a la interpretación de los Dd como una capacidad de observación y una actitud
sistemática y vigilante frente a la realidad, pero indican un contacto más formal y distante que
afectivo y cálido. Estas Dd de F+ se encuentran en sujetos raciones, pedantes y también en sujetos
con características obsesivas.
En cambio los Dd acompañados de otros determinantes, como M, FM, FC nos hablan de una
imaginación fértil, una capacidad lúdica, que añaden al sentido de observación una soltura y una
aptitud para el juego (por ej. “procesión en la noche de navidad” Dd borde lám. IV)
Exner considera en estas Dd un signo meritivo y saludable de complementación e iniciativa y
dice que en este sentido las Dd tienen un valor intelectual y fortalecen una actitud sistemática y
escudriñadora de la realidad.
2) El Dd tiene valor de rasgo afectivo cuando aparece como primera respuesta ante la
lámina. Responder así a la situación puede implicar prudencia, ansiedad, pero también es mostrar un
deseo de rehuir o evitar una situación difícil sin rechazarla por ello. Suponemos que el estímulo
provoca una reacción difusa que el sujeto no puede dominar y ante el estado de tensión, la limitación
perceptiva bajo forma de respuesta Dd le permite reducir y controlar mejor esa tensión. Lo esperable
es que esa tensión disminuya y permita la utilización de otros modos de localización, significando
entonces que el estado de tensión, de incertidumbre es pasajero y que no hay actitudes rígidas en la
personalidad.
3) El Dd tiene valor de mecanismo de defensa cuando las Dd aparecen en las láminas IV, V y VI y
a veces en II y VII y se produce en estas láminas un cambio brusco en la sucesión de los modos
aperceptivos en relación a las demás láminas, podemos decir que el Dd se utiliza para evitar un efecto de
choque, una perturbación, esta limitación inconsciente del campo perceptivo es un medio de lucha.
Rausch de Traubenberg nos dice: “es un mecanismo de defensa que aísla, que impide la expresión y la
representación del impulso en la conciencia y esto ocurre ya se trate de la angustia sugerida por la lámina
IV, de las evocaciones simbólicas de la lámina VI o de la evocación de la agresividad en la lámina II. El Dd
constituiría una reacción de un conflicto preciso con el mundo exterior familiar o social”.
Esta misma autora se pregunta si esta actitud es eficaz o no, constituye simplemente un intento de
dominar la situación? Y dice que aquí es fundamental remitirse a la calidad formal del determinante. Si el
Dd es F+ o FC+ constituye una defensa eficaz, quizás demasiado rígida, mientras que el Dd F- o F+
expresa el intento de dominar la situación. La eficacia de este mecanismo se ve también en el hecho de
que conserve una cierta movilidad, una cierta flexibilidad.
En relación a los diferentes tipos de Dd, se proponen las siguientes hipótesis explicativas:
dd: indica una modalidad meticulosa, minuciosa, a veces pedante 1. Puede ser como dijimos antes
una defensa contra la inseguridad. Este tipo de Dd implica una elevada ansiedad persecutoria cuando se
refiere a “ojos” . Según Rapaport si se dan en las láminas de sombreado denso pueden provenir de una
ansiedad que impide la penetración perceptual y habitualmente revelan una ineptitud para tolerar la
ansiedad consciente.
de: puede indicar según Klopfer, un temor a verse envuelto si se participa demasiado
profundamente en cualquier cosa. Puede hallarse en estados de angustia. Es decir que implican una
actitud recelosa de penetrar en las áreas más amplias de la mancha, se vinculan entonces a sentimientos
de temor o miedo a enfrentar la situación total o parcial. Indica un sujeto que quisiera evadirse de la
lámina, no se atreve y se detiene en el margen. Significa entonces el escape a la angustia, la evitación
fóbica, por temor a verse envuelto si se compromete.
di: si está acompañado de buena forma indica una preocupación ansiosa vinculada con las
relaciones interpersonales. Si no se halla asociado a una buena forma puede ser patológica en sentido
paranoide. Es decir que indica sensibilidad ante las relaciones interpersonales, susceptibilidad y a veces
vivencias paranoides. Suele encontrarse en los esquizoides en lucha contra los impulsos desintegradores
del inconsciente. El di representa un método mágico defensivo ante la amenaza del claroscuro, es decir
que despojan a tales áreas de las cualidades amenazadoras del claroscuro. Según Anzieu, el di es indicio
de ansiedad, de una débil tentativa de llegar al dominio interior, dice que es muy poco frecuente en sujetos
normales.
dr: si se asocia con buena forma y si no es numeroso, puede revelar gran perceptibilidad y
flexibilidad de enfoque. Se relaciona con una apreciable capacidad creadora. Pero si el dr se asocia a una
mala forma indica una falta llamativa de sentido común, una actitud negativa hacia lo obvio, arbitrariedad
del juicio, oposicionismo, dificultad para lograr abstracciones adecuadas y para organizar lo percibido.
Puede indicar una estructuración insatisfactoria del propio esquema corporal. Puede deberse a veces a la
presión de un contenido delirante. También dr F- se encuentra con mayor frecuencia en niños muy
pequeños o en psicóticos.
Por eso, según su cualidad pueden aparecer en sujetos intelectualmente bien dotados, con
fuerte sensibilidad artística acompañada a menudo por una mentalidad fuerte y elástica o bien en
sujetos pobremente dotados, con juicios arbitrario, revelando a veces una actitud autística.

RESPUESTAS DE DETALLE OLIGOFRÉNICO (Do)


Si bien las respuestas Do fueron consideradas por Rorschach como un caso especial de las
respuestas Dd, les asignó un valor particular desde el punto de vista interpretativo y por lo tanto
resolvió considerarlas aparte.
Rorschach dice que las Do “son aquellas respuestas en las cuales el sujeto interpreta por
ejemplo, sólo una parte del cuerpo humano donde otras personas captarían perfectamente figuras
humanas completas”, es decir que “allí donde otros sujetos ven figuras enteras humanas u otras, que
están bien vistas, algunos no ven más que un fragmento de estas mismas figuras”.
En este sentido una respuesta es Do cuando hay interpretación de un elemento tratado
aisladamente de su contexto, como tomado por sí mismo, mientras que este elemento forma
habitualmente parte integrante de un todo, de una W o un D. O sea que el sujeto interpreta
solamente una parte del todo comúnmente percibido. Se ve en forma aislada algo que esta integrado
a un contexto que por las leyes guestálticas se tendría que ver en relación al todo. Por ejemplo en
lám. III ver sólo “la pierna” y no la persona, en lám. IV ver “botas” y no el gigante o persona, en lám.
V ver “alas” y no el murciélago o mariposa.
Rausch de Traubenberg dice que “el mecanismo de las respuestas Do consiste en una
limitación perceptiva y asociativa, limitación que se refiere al desglose y al contenido, no habrá Do
más que si desglose y contenido son ambos objeto de fragmentación”.
El hecho de que los Do se den generalmente en las respuestas populares, vulgares o
corrientes explica que sean siempre de fuena forma, excepto los Do de los psicóticos que se parecen
a los Dd autísticos.

VALOR INTERPRETATIVO DE LOS Do


Rorschach consideró que los Do actuaban como un “freno” perceptivo por reducción
sintomática de la localización esperada y que esta falta de elaboración más amplia y completa del
percepto debería estar vinculada a una inhibición del pensamiento por un déficit en la capacidad
intelectual del sujeto y por esto lo llamó “detalle oligofrénico”.
Los Do muestran la incapacidad de integrar los elementos en una síntesis unitaria, incapacidad
que puede deberse a diferentes factores:
1) Al déficit estrictamente intelectual (y que justifica que se llame detalle oligofrénico), la
reducción de la energía asociativa, del nivel de actividad, del vigor mental;
2) A la inhibición afectiva que gravita específicamente sobre la representación de un contenido
desagradable o amenazante reprimido por el sujeto. En este sentido, dice Rausch de Traubenberg, los Do
los Do “están a medio camino de los rechazos, difieren de ellos por su carácter de movilidad, porque un
alimento a una estimulación los transforman en D o en W”.
Podemos encontrar respuestas Do en las láminas que se refieren a las proyecciones del concepto de
sí, del esquema corporal y del ser humano en general, en las láminas I, II, II, IV; es muy raro el Do en
láminas de color y es menos significativo en láminas de difícil organización como la VI y IX.
Si el Do se da aisladamente constituye una inhibición pasajera, puede reflejar una reacción de
timidez relativa al problema o a falta de seguridad, si se da repetidamente indicará restricción, reducción e
inhibición general.
Si bien Rorschach consideró que los Do se hallaban particularmente relacionado a la inteligencia,
estas respuestas se encontraron también en sujetos neuróticos sin déficit intelectual.
Un estudio más detallado condujo a ver que las respuestas Do estaban vinculadas a un mecanismo
más complejo de producción mental en función de tres aspectos principales:
1)como un enfoque mental tienen una significación negativa de capacidad de integración cuando se
deben a un déficit intelectual propiamente dicho tienen un significado positivo de rigor objetivo que llega
hasta el perfeccionismo y que impide la emergencia de necesidades personales.
2)desde el punto de vista afectivo se refieren a una inhibición ante las asociaciones espontáneas
cuya evocación y represión provocan una ansiedad más o menos intensa que puede ser electiva ligada a
un problema particular, manifestándose en láminas precisas o contenidos específicos. En este sentido la
perturbación de la actividad afectiva intervienen en la organización de la percepción, reduciendo la
capacidad asociativa e integradora del pensamiento.
3)podemos subrayar el aspecto de un mecanismo de defensa de los Do, en la medida en que
impiden la intrusión de fantasías inaceptables y evitan el contacto directo con un aspecto perturbador. Es
decir que es una defensa también inhibitoria que conduce al sujeto a desvincularse parcialmente del
estímulo o a negarlo en su expresión más amplia (localización) y en su comprensión más completa.
En el 2° y 3° punto en cuanto al significado del Do ya no se puede tener en cuenta el aspecto
relacionado con el déficit intelectual, sino por el contrario con un proceso dinámico general de represión,
de base inconsciente, que afecta a la organización perceptiva de una totalidad que es fraccionada en
alguno de sus detalles. Este mecanismo inconsciente impide la irrupción de determinados contenidos
proyectivos o fantasías reprimidas, razón por la cual la representación de dicho contenido se ve
fraccionada o reducida a una mínima expresión que es precisamente el detalle oligofrénico.
Por esto, el Do es un signo de bloqueo afectivo más que intelectual y consiste en la imposibilidad de
integrar los estímulos asociados a una síntesis unitaria mayor.
En los niños aparece tardíamente, a los 6-7 años y como una forma de represión intelectual, un
sentimiento de inferioridad y duda de sí mismo, mientras que en la adolescencia refleja más una
hipercrítica intelectual perfeccionismo minucioso, observación vigilante.
Si bien los Do aparecen en protocolos de débiles mentales, su frecuencia no es menor en adultos
sanos y niños. El psicótico o las personas severamente ansiosas pueden dar Do por su dificultad para
lograr identificaciones humanas completas, por su repugnancia para aceptar ciertas regiones
sexualmente significativas de la figura humana (rechazo de la parte inferior de la figura humana de la
lámina III) y/o por la capacidad disminuida para concentrarse sobre la mancha hasta lograr una
percepción satisfactoria.
Endara considera que siempre que el sujeto no ha logrado estructurar satisfactoriamente la
imagen del propio cuerpo o cuando el proceso de identificación ha sido defectuoso o cuando hay
preocupaciones fóbicas, la aparición de respuesta Do obliga a hacer un examen de todo el protocolo
para comprobar o rectificar la impresión producida por estas respuestas.
Loosli-Usteri se pregunta qué es lo que ocurre en el sujeto que después de dar una serie de
respuestas satisfactorias, da una respuesta Do. Dos de sus alumnas encontraron
independientemente que las manchas que dan lugar a mayor número de respuestas Do son las que
se prestan para interpretaciones kinéstésicas o de claroscuro, es decir, aquellas que más
directamente se dirigen al fondo de la personalidad.
Como una opinión aparte mencionaremos las de M Aracena quien considera que respecto a
las respuestas Do los estudios estadísticos son contradictorios en cuanto a sus hallazgos y que
nadie ha definido claramente su significación. Dice “sólo nos cabe señalar que su aparición es más
bien escasa, sin que nuestra experiencia haya logrado captar su significado. Lo hemos encontrado
en algunas esquizofrenias, como una forma de incapacidad de integración. En los neuróticos rara
vez lo hemos pesquizado, siendo su número más bajo, no más de uno en el total del protocolo”.
Debemos aclarar que otros autores Klopfer, Passalacqua, no lo Toman como una categoría
de clasificación en cuanto a la localización de las respuestas.

RESPUESTAS EN LOS ESPACIOS BLANCOS (S)


Hay varias maneras de usar el espacio como área de formación de conceptos:
a) Como inversión figura-fondo
Se clasifica cuando existe inversión completa de figura y fondo y el espacio lanco es la
localización del concepto. Se da una significación a la “falta” de la lámina. Algunos S
interiores facilitan este método en especial las láminas I, II y VII.
b) Empleo complementario del espacio blanco
Por ejemplo se da una respuesta W y el espacio blanco completa el escenario general.
Por ejemplo “lagos, caminos o plazas” o como cortes para los ojos y boca de un rostro. Acá
se acredita la S en adicional.
c) S de relleno:
Es la manera más débil de tratar los espacios blancos. Consiste en el intento de
eliminarlos en pro de un mejoramiento del concepto. Por ejemplo en Lám. I “cuero de un
animal roto” o “mariposa con agujeros”. La S es también adicional.
Cuando el blanco se emplea en el mismo plano que la parte de sup0erficie de la
mancha utilizada se clasifica como un fenómeno especial llamado Fusión Figura Fondo
(FFF). Por ejemplo Lám. X “agua entre los animales de mar”. Puede en este caso ponerse S en
localización adicional.

VALOR INTERPRETATIVO DE LOS S


Las formas de respuesta constituidas por los S son para Rorschach una forma particular de
Dd, cuya utilización indica la presencia de una “actitud oposicionista cualquiera”.
Su interés no está en su frecuencia (4 a 6%) sino más vienen el valor interpretativo que
durante mucho tiempo se le atribuyó y que se ha dirigido sólo a su aspecto negativo. En efecto, el
significado de oposición se justificó por la inversión figura-fondo que el sujeto operaba ante una
lámina, conducta perceptiva inversa a la supuesta y por incidencia de estas respuestas en los
esquizofrénicos, cuya actitud negativista es particularmente fuerte. Pero podemos decir que todo
acto de oposición implica un dinamismo, una energía de lucha, una resistencia activa, una
capacidad de reaccionar, por lo tanto no podemos considerar la oposición sólo como un rasgo
asocial sino también como un deseo de afirmación y resolución.
El hecho de que el fondo prevalezca sobre la figura, inversión perceptiva, sugiere la
sensibilidad a una “carencia”, a lo que está vacío, ausente.
Rorschach proponía los significados del S en función del tipo de resonancia íntima (TRI) o
del tipo vivencial. En este sentido consideraba que el S en introversión indicaba oposición hacia sí
mismo, una tensión que puede convertirse en autoagresión y masoquismo. Aparece con angustia,
es la agresión introyectada, junto a sentimientos de insuficiencia e indecisión.
El S en extratensivos sería un signo de oposición hacia el mundo exterior, es más la tensión
entre el sujeto y el medio. La agresión es dirigida hacia afuera, como obstinación y terquedad. Es
el sujeto polemizador, litigante. Puede ser un buen crítico de los otros, se ve en sujetos inclinados
a las luchas de tipo más intelectual (filosóficos, teóricos - sociales). Pueden verse también en
asociales, como rebelión y reivindicación.
El S en sujetos ambiguales denota ambivalencia efectiva, aparecen dudas y vacilaciones,
escepticismo, pesimismo, relativismo. A veces se da como necesidad perfeccionista, una
escrupulosidad obsesiva, son sujetos más bien criticones.
Según Rausch de Traubenberg este aspecto de la interpretación es particularmente
criticado.
Si hay inversión de figura-fondo, la presencia del S significa una diferenciación, una riqueza
intelectual con capacidades de combinación y plasticidad estructural, que es resaltada por el
estudio evolutivo de las S. Así, las verdaderas S no aparecen en los niños hasta los 6-8 años y si
las S determinadas por el contorno progresan regularmente, aquellas que por el contrario no
tienen forma, desaparecen. Por eso algunos son índice de la diferenciación perceptiva, con
capacidad de romper y reestructurar el estímulo.
Si se encuentran dados al final de la lámina, por adultos, demuestran la capacidad de
ver las cosas bajo diferentes ángulos y el poder de combinación de las aptitudes
intelectuales.
Las S como “entrada de cueva”, “gruta”, “túnel”, presentan un carácter regresivo al
poner estas respuestas el acento sobre una fantasmatización posible de las relaciones
vividas entre la madre y el mito, como lo configura la experiencia en psiquiatría infantil.
También las S como inversión figura-fondo si aparecen bruscamente ante una lámina
implican una reacción a una situación traumatizante, un intento de dominar la situación y de
mostrar así su necesidad de autonomía y de independencia.
Así, la explicación dada al S por ciertas escuelas psicoanalíticas puede encuadrarse
dentro del marco de la Psicología del Yo, para quien los dos componentes de la fuerza del
yo son el sentido de realidad objetiva y la capacidad de control.
La valoración positiva del S, aún cuando se trata de oposición a la consigna y a la
fuerza sugestiva del estímulo, nos marca una oposición que implica un elemento de
afirmación de sí, un deseo de lucha, un intento de dominar la incertidumbre ante lo virtual y
lo posible o ser una conciencia de sí y no ya solamente la oposición impulsiva al entorno o a
sí mismo propuesta por Rorschach. (N Rausch de Traubenberg)
Según esta autora y otros, las hipótesis de Rorschach sobre la oposición en función del
TRI no pudieron ser validadas, los resultados son contradictorios y no permiten atribuir al S
por sí el significado de oposición manifiesta. En lo clínico, los sujetos asociales y
delincuentes no dan S más que en ciertos contextos y no más que los sujetos no
delincuentes, mientras que los sujetos indecisos, poco enérgicos y pasivos que reprimen sus
actitudes agresiv as también dan respuestas S.
El S es un índice de una carga agresiva inhibida o reprimida más que de una oposición
franca.
C. Weingle coincide al afirmar que con inversión figura-fondo el uso de S indica
oposición y rebeldía, negativismo y terquedad, extravagancia y bloqueo. En su aspecto
positivo, dice, podría indicar capacidad para enfocar situaciones desde un punto de vista
distinto del resto de los sujetos, una perspectiva original. El S es más primitivo cuando se
refiere a una carencia “agujero, cortes, cueva, ojos de una careta”. Su carácter es más
regresivo y pobre. Cuando el S es una atracción especial sin posibilidad de dar una
respuesta, se trataría de una gran ambivalencia. Esta autora también considera que cuando
junto a la S el sujeto utiliza el color como lo indica rasgos bruscos, ariscos, susceptibilidad
que no trata de disimular.
Como el S es adicional las características de oposición aparecen atenuadas,
contenidas, manifiestas sólo en segundo lugar. Son sujetos hipersensibles a la propia
inestabilidad en las relaciones interpersonales, se sienten intensamente preocupados por sus
sentimientos de inseguridad. Serían los casos en que ven el D o W luego “agujeros, ojos, lagos”.
Según Piotrowski, un número mayor de 2 S es significativo. Interesarse en el fondo de las
manchas implica un interés por las cosas, la oposición revelada por S no sería enteramente
negativa, tendría algunos aspectos deseables, especialmente de tipo intelectual, siempre que los
niveles intelectual y educativo fueran altos y su madurez suficiente. Las personas que dan S
toman una decisión rápida y confiada y acaso por esta razón la cambian fácilmente con
sentimientos de certidumbre. Una fuerte tendencia a S puede constituir una seria desventaja en
personas no inteligentes o inmaduras. Cuando no se dan II o son escasas, las S acentuadas
indican una conducta asocial. También este autor cuando hay muchas W, S; pocas respuestas de
M y numerosas de C especialmente CF, la conducta delincuente es probable.
Según J. Endara la mayor frecuencia de S parece estar relacionada con la personalidad más
brillante, productiva, flexible, ingeniosa y consciente. No se ha comprobado que esté en relación
con oposición intelectual ni hostilidad referida a los demás. Las S pueden colocarse en la parte
opuesta de las CF en cuanto a hostilidad, lo que lo lleva a interpretarlas como un índice de la
fuerza del yo como elemento defensivo de su autonomía. La baja producción de S y su ausencia,
en protocolos abundantes indicaría una orientación pasivo-dependiente (sumisión dócil).
También C. Weigle considera que muchos S en un protocolo es grave, manifiesta un tipo de
agresividad opuesta a CF, en cuanto es una oposición más intelectual que impulsiva o de acción.
“hay más conciencia de fuerzas y capacidad de resolución. Habla de una sensibilidad especial
ante una ausencia, una falta, un vacío, que da lugar a una tendencia de dominio y que tiende a
controlar o cambiar más un fragmento del ambiente. La oposición implica una autoafirmación, un
deseo de lucha así como un intento de dominar la incertidumbre. La ansiedad que va
acompañando al S es la ansiedad paranoide. De ahí que pueda interpretarse como la agresión
proyectada; la autoafirmación como una defensa de la propia inseguridad, la oposición y el ataque
intelectualizado como un intento de control y dominio hacia el otro”.
Las S, ya sean como inversión figura-fondo o como complemento no tienen una
interpretación unívoca, depende de cómo se distribuyan en la prueba, de su superficie, de su
posición en una lámina dada y sobre todo del orden de aparición y de los determinantes que lo
acompañen.
El S tendrá un valor más intelectual cuando se da al final de la lámina y su
determinante sea formal y un valor más afectivo cuando aparezca como primera respuesta o
como única respuesta y su determinante no sea formal.

Nota: la Lic. María Eugenia Leiva de Codega colaboró en la elaboración de la primera parte
del documento, en lo referido a las respuestas W, hasta el valor interpretativo de las mismas.

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