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La marihuana, que también puede llamarse cannabis, hierba,

mota o droga, se refiere a las flores, hojas, tallos y semillas


secas de la planta de cannabis. La planta de cannabis contiene
más de 100 compuestos (o cannabinoides). Estos compuestos
incluyen tetrahidrocanabinol (THC), que afecta o altera la
mente, así como otros compuestos activos, como el canabidiol
(CBD). El CBD no altera la mente, es decir, no causa euforia o
“high” 1

La marihuana es la droga ilegal a nivel federal más


comúnmente consumida en los Estados Unidos, con un
estimado de 48.2 millones de personas que la habían
consumido en el 2019.2 El consumo de marihuana puede tener
una amplia variedad de efectos de salud en el cuerpo y el
cerebro. Haga clic en las siguientes secciones para obtener
más información sobre cómo el consumo de marihuana
puede afectar la salud.

La marihuana se fuma en cigarrillos enrollados (llamados


porros o joints), en pipa o en pipas de agua (bongs).
También se fuma en blunts, que son cigarros vaciados y
vueltos a rellenar parcial o totalmente con marihuana. Para
no inhalar el humo, algunas personas usan vaporizadores.
Estos aparatos extraen los ingredientes activos de la
marihuana (incluido el THC) y recolectan el vapor en una
unidad de almacenamiento. La persona entonces inhala el
vapor, no el humo. Algunos vaporizadores usan un
concentrado líquido de marihuana.
La marihuana también se puede mezclar con
alimentos (comestibles de marihuana) —como por
ejemplo bizcochos de chocolate, galletas o golosinas— o
beberse en forma de infusión como si fuera un té. Un nuevo
método popular de consumo es fumar o comer distintas
formas de resinas con alto contenido de THC
o afecta a la capacidad pulmonar en cantidades moderadas

Es de sobra conocido que fumar tabaco siempre


reduce la capacidad pulmonar, pero parece que la
marihuana no lo hace, a no ser que se mezcle con
tabaco, claro. En un estudio de la universidad de
Los Ángeles se comprobó que a niveles bajos de
consumo, la marihuana parecía aumentar la capacidad
pulmonar. Por supuesto, al fumar cantidades
similares, disminuía.

Tratamiento para la epilepsia


El canabidiol o CBD, el componente no psicotrópico de la
marihuana, puede ayudar a controlar los ataques epilépticos
en niños y adolescentes, según un estudio publicado por
The Lancet. Esto también coincide con observaciones
de pacientes que utilizaban cannabis por
su cuenta para mejorar los síntomas, y con menos
efectos secundarios.
Puede frenar el desarrollo del cáncer y aliviar los efectos de
la quimioterapia
El mismo componente CBD puede frenar el desarrollo del
cáncer de mama según el estudio de la universidad
de San Francisco. Otros estudios con ratones han
comprobado que el THC también frena el crecimiento
de los tumores, y otro más reciente, combinando CBD y
THC, comprobó que sumándolo a la radiaoterapia se
conseguía un tratamiento más efectivo parar el desarrollo
del glioma, el tumor cerebral más común. Sin
embargo, estos resultados aún no han sido replicados en
humanos.
Los pacientes de cáncer tratados con quimioterapia sufren
nauseas, vómitos y pérdida de apetito. Varios estudios han
comprobado que el fumar marihuana o usar fármacos
basados en THC pueden aliviar estos síntomas.
Tratamiento para el Alzheimer, Parkinson y la esclerosis
múltiple
El cannabis, y más concretamente fumar marihuana, tiene
efectos beneficiosos sobre enfermedades
neurodegenerativas. El THC frena el desarrollo de las placas
amiloides que se forman en el cerebro de los pacientes que
sufren de Alzheimer, y por tanto frenar la enfermedad. La
mezcla de CBD y THC también puede ayudar a conservar la
memoria y el dronabinol, otro canabinoide, puede aminorar
los trastornos del comportamiento de los enfermos
de Alzheimer. Los pacientes de esclerosis múltiple que
fumaron marihuana también vieron cómo se reducían
sus espasmos musculares y el dolor, y en el caso
del Parkinson, también sirvió para reducir los temblores y el
dolor en un estudio de la universidad de Tel Aviv.

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