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Tartakowsky, D. & Fillieule, O. La Manifestación Pags. 23-41
Tartakowsky, D. & Fillieule, O. La Manifestación Pags. 23-41
olivier fillieule
danielle tartakowsky
edición revisada y aumentada por olivier fillieule
lítico, muy pronto ilustrado; pero sobre todo fue allí donde
Po ·
quienes no tenían voz, qmenes no d.1spoman
, d e u_n acceso h a-
bitual a las autoridades, comenzaron a hacerse oir ocupando
y bloqueando los e~pacios reservados a la circulación.
También en ese momento se ftjan, en función de los gru-
pos manifestantes y de las cuestiones en juego, los espacios
propios de la marcha. Primero, las manifestaciones entran en
la ciudad. O bien, como sugiere Vincent Robert a propósito
de Lyon,
EL HECHO MANIFESTANTE
UN ESPACIO DE LUCHA
LA CALLE
El o los grupo/s
potenclaVes
--\
Las organizaciones
"-- \oswtos
MlCionarios
político-administrativos
un sen tido: por una parte, darse a conocer y, por otra, con-
vencer. Estos públicos se componen de curiosos y espectado-
res llegados para asistir a la manifestación pero también -por
obra de la presencia de los reporteros de las agencias perio-
dísticas, de la prensa escrita, la radio y la televisión , los poten-
ciales destinatarios de estos medios- expuestos a "la manifes-
tación de papel" (Champagne, 1990) . Esta realiza su descrip-
ción de los hechos, recopila, retraduce, en esp ecial mediante
un trabajo de selección, las posturas y las interpretaciones de
los diferentes actores presentes, así como las d e otros actores,
que su elen estar autorizados a emitir una opinión: intelectua-
les, científicos, autoridades políticas o religiosas, nacionales
o internacionales, actores económicos, grnpos de presión, y
hasta encuestadores, que se apoyan en la "opinión pública"
recabada antes o después del acontecimiento, o incluso du-
rante su desarrollo, en el caso de encuestas realizadas en el
transcurso de las marchas. A esto hay que añadir, desde hace
algunos años, el papel creciente de las nu evas tecnologías de
información y de comunicación (NTIC), como in ternet y las
redes sociales Facebook y Twitter. Un fen ómeno de gran im-
portancia, que trataremos con más detalle e n el capítulo 5 de
este libro, y que sin duda encuentra una de sus primeras ex-
presiones en las movilizaciones zapatistas en Chiap as en 1994.
Subrayar la multiplicidad de actores presen tes y la comple-
jidad de las luchas por el sentido -qu e se libran en diversos
niveles en la interacción- y su interpretación no debe hacer
olvidar que todo esto sólo es posible a partir de que existe
un acu erdo m ás o menos gen eral respecto del sentido de la
situación. Este sentido compartido es el mejor indicador d e la
fijación relativa de esta forma de lucha política y, por lo tanto,
de reglas de juego explícitas e implícitas (marco legal, usos),
nutridas de manera particular por una historia manifestante y
por culturas de protesta, con sus gestos esperados, sus golpes
previsibles y sus siempre p osibles sorpresas y extravíos. Así, el
recurso a la manifestación, con igual derecho que otras for-
mas de acción política, como la huelga o el boicot, equivale a
INTRODUCCIÓN 33
entrar en eso que Érik Neveu llama "la arena de los conflictos
sociales", es decir,
34 LA MANIFESTACIÓN
UN OBJETO COMPLEJO