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Delito cometido por el obrero

Por esta razón, y para efectos de la atenuación punitiva, solamente se requeriría el cumplimiento
de la circunstancia temporal de la liberación y la voluntariedad de la misma

Secuestro extorsivo

ARTICULO 169. SECUESTRO EXTORSIVO. <Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley 1200 de 2008. El
nuevo texto es el siguiente:> El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona, con el propósito de
exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o con fines
publicitarios o de carácter político, incurrirá en prisión de trescientos veinte (320) a quinientos cuatro (504)
meses y multa de dos mil seiscientos sesenta y seis punto sesenta y seis (2.666.66) a seis mil (6.000) salarios
mínimos legales mensuales vigentes.

Igual pena se aplicará cuando la conducta se realice temporalmente en medio de transporte con el propósito
de obtener provecho económico bajo amenaza.

Sentencia C-599/97

Por consiguiente, el elemento objetivo común que comparten las dos


modalidades de secuestro, consiste en que el hecho punible radica en la
privación de la libertad de una o de varias personas, utilizando, para ello, la
violencia o el engaño, en una cualquiera de las formas que describen los
artículos: arrebatar, sustraer, retener u ocultar.

Para la comisión del delito de secuestro, la forma como éste suceda es


indiferente. En efecto, puede ser mediante amenazas, fraude o violencia ; puede
consistir en sujetar físicamente a la víctima, con esposas, mordazas, cadenas,
etc. Lo que importa es el resultado, es decir, que la víctima
pierda físicamente la capacidad de moverse de acuerdo con su voluntad. Este
punto es importante para distinguir el secuestro de otros delitos contra la
autonomía personal, consagrados en los artículos 276 y siguientes del Código
Penal.

La diferencia se encuentra en el elemento subjetivo, es decir, la finalidad del


agente. En efecto, en el secuestro extorsivo, el sujeto activo tiene el propósito
de exigir algo por la libertad de la víctima

Para la Corte Constitucional, cualquiera que sea el medio, el delito de secuestro siempre será
desproporcionado, así se alegue como pretexto para cometerlo un fin honesto. Y ello porque la
acción directa afecta el bien más esencial del hombre, junto con la vida, que es su libertad. Además,
torna en condicional el derecho a la vida, y todos sus derivados jurídicos. Es, en definitiva, cosificar
a la persona humana, lo que, a todas luces, constituye un atentado contra su dignidad y el orden
jurídico total. Si se relativiza la dignidad humana, fin esencial del Estado social de derecho (arts. 1º y
2º C.P.), todo el derecho pierde consistencia, y se torna en contingente, variable con las
disposiciones de turno, con lo cual la objetividad necesaria del ordenamiento jurídico desaparecería
(Corte Constitucional, Sentencia C-069, 1994).

La clasificación del tipo


El tipo penal de secuestro es de resultado, en cuanto requiere que se produzca efectivamente la
privación de la libertad de la víctima. También es de lesión, porque con la retención ilegal se
vulnera efectivamente el bien jurídico de la libertad individual. De igual manera, es de conducta
permanente, porque la prolongación en el tiempo de la situación antijurídica reviste importancia
para los efectos de la prescripción; sólo comienza a contarse a partir del último acto de privación de
la libertad, y se termina cuando la víctima recobra su libertad personal y de locomoción.

Los elementos subjetivos del secuestro extorsivo.

A diferencia del secuestro simple, el tipo penal de secuestro extorsivo exige particularmente varios
motivos, sin que sea necesario que para el perfeccionamiento de la conducta el agente obtenga la
finalidad buscada. El comportamiento del autor o partícipe debe tener cualquiera de las siguientes
intencionalidades: - Exigir por la libertad del sujeto pasivo un provecho o cualquier utilidad. - Exigir
que el secuestrado o un tercero haga u omita algo. - Realizar el secuestro con fines de carácter
publicitario. - Realizar el secuestro con fines de carácter político. - Obtener provecho económico
bajo amenaza.

El tipo objetivo
En el artículo 168 del Código Penal del 2000 se establece que para la realización del tipo penal se
requiere: • Un sujeto activo indeterminado. • La conducta de arrebatar, sustraer, retener u ocultar
a una persona. • En el secuestro simple: la finalidad debe ser distinta (cualquier otra) a lo previsto
para el secuestro extorsivo (elemento subjetivo). • En el secuestro extorsivo: el propósito debe ser
el de exigir por la libertad de la víctima un provecho o cualquier utilidad, o para que se haga u omita
algo, o con fines publicitarios o de carácter político (elemento subjetivo).

Este fue Capturado en flagrancia, situación que lleva a que al ser liberado por la fiscalía debía
imponerle bajo palabra el compromiso de comparecer cuando fuese necesario.

Si la fiscalía determinaba que si existía hecho punible debería haberlo llevado ante el juez de
control de garantías a más tardar dentro de las 36 hrs siguientes.

Archivo por parte del fiscal

Principio de legalidad (procesal) toda acción penal iniciada por denuncia, querella debe terminar
en sentencia

Principio de oportunidad procesal- ejercicio acción penal no necesariamente terminar en


sentencia.

Fiscalía discrecionalidad para acusar reglada sometido a la ley. Pudiendo aplicar principio de
oportunidad.
Acción penal artículo 61 del código

Código procedimiento penal ARTÍCULO 79. ARCHIVO DE LAS DILIGENCIAS. <Artículo


CONDICIONALMENTE exequible> Cuando la Fiscalía tenga conocimiento de un hecho respecto del cual
constate que no existen motivos o circunstancias fácticas que permitan su caracterización como delito, o
indiquen su posible existencia como tal, dispondrá el archivo de la actuación.

Sin embargo, si surgieren nuevos elementos probatorios la indagación se reanudará mientras no se haya
extinguido la acción penal.

C-1154 de 2005 de la Corte Constitucional y con el auto del 5 de julio de


2007 de la Corte Suprema de Justicia, autoriza a la Fiscalía para archivar las
diligencias únicamente cuando esté descartada la tipicidad objetiva del
hecho.

Tutela T

En efecto, de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia [13], la decisión de archivar o no
una indagación en los términos del artículo 79 de la Ley 906 de 2004[14], no cuenta con los recursos de
reposición y apelación que se alegan. Ello se debe a que el archivo señalado es una orden, de las especificadas
en el artículo 161 de la Ley 906 de 2004[15] y derivada de la titularidad que tiene la Fiscalía sobre la acción
penal. En tal sentido, el artículo 79 del C.P.P. no establece recursos en contra de esa determinación del
funcionario judicial investigador, ni proceden expresamente los recursos ordinarios establecidos en la Ley 906
de 2004, artículo 176 C.P.P.[16] Así las cosas, la Corte Suprema de Justicia ha señalado, que aunque no es
posible hacer comparaciones automáticas entre las figuras consolidadas en reglas procesales anteriores, lo
cierto es que el archivo de las diligencias establecido en la Ley 906 de 2004 guarda algunas semejanzas con la
resolución inhibitoria que regula el artículo 327 de la Ley 600 de 2000[17], y en esta última, se plasman los
recursos de reposición y apelación mencionados con claridad.

En segundo lugar, en cuanto a la posibilidad de acudir ante el juez de control de garantías para controvertir la
decisión de archivo del Fiscal investigador, resalta la Sala que aunque el artículo 11(g) de la Ley 906 de 2004
indica que las víctimas tienen derecho a ello ciertamente, la sentencia C-1154 de 2005 de esta Corporación -
que revisó la constitucionalidad del artículo 79 de la Ley 906 de 2004-, reconoció que existía
la posibilidad de que ello ocurriera en caso de conflicto con el archivo de la indagación, aunque sostuvo
también la Corte que con ello no estaba determinando un control de la actuación del Fiscal, por vía
jurisprudencial a través del juez de control de garantías. Dijo así la providencia constitucional que se
menciona:

“Igualmente, se debe resaltar que las víctimas tienen la posibilidad de solicitar la reanudación de la
investigación y de aportar nuevos elementos probatorios para reabrir la investigación. Ante dicha solicitud
es posible que exista una controversia entre la posición de la Fiscalía y la de las víctimas, y que la
solicitud sea denegada. En este evento, dado que se comprometen los derechos de las víctimas, cabe la
intervención del juez de garantías. Se debe aclarar que la Corte no está ordenando el control del juez de
garantías para el archivo de las diligencias sino señalando que cuando exista una controversia sobre la
reanudación de la investigación, no se excluye que las víctimas puedan acudir al juez de control de
garantías”. (Resaltados fuera del original).

Así las cosas, aunque el juez de control de garantías está facultado para proteger los derechos
fundamentales de los involucrados en el proceso, en el caso que nos ocupa no es clara la pertinencia de su
intervención para ordenar al Fiscal Delegado 111, de ser el caso, que realice una investigación que no ha
adelantado o que entre a valorar la pertinencia de algunos hechos objeto de su conocimiento; teniendo en
cuenta que dentro del sistema penal acusatorio al que pertenece, la disposición de la acción penal es de la
Fiscalía.

Derecho de acceso a la justicia

En ese sentido, es un derecho reconocido expresamente en los principales instrumentos internacionales


ratificados por Colombia, que puede ser entendido como la potestad que tiene “toda persona de hacer valer
jurisdiccionalmente un derecho que considera violado” [36] o la oportunidad que tiene de ser oído en un
juicio a fin de obtener una respuesta de la justicia pronta y de calidad. El acceso a la justicia, en ese
sentido, constituye una de las formas más eficientes de materializar los derechos humanos y su garantía,
cumpliendo así con los postulados de los artículos 8 y 25 de la Convención Americana de los Derechos
Humanos, el artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y los artículos 7 y 8 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos que consagran el derecho a un remedio judicial efectivo.

El acceso a la justicia supone entonces, (i) el derecho ser a oído en un juicio en el que sus razones sean
tenidas en cuenta -defensa e igualdad en el acceso a la administración judicial -; (ii) el derecho a contar con
un tribunal competente, imparcial e independiente para el efecto, y (iii) el derecho a una decisión judicial
como resultado de un proceso en el que se han respetado las garantías procesales establecidas por la ley[37].
La autoridad prevista por el sistema legal del Estado para el efecto, debe decidir entonces sobre los derechos
de toda persona que interponga ese recurso; lo que conlleva efectuar una determinación entre los hechos y el
derecho – con fuerza legal – que recaiga y trate sobre un objeto específico.

Así mismo, el derecho a un recurso judicial efectivo incluye la obligación


de investigar, identificar y sancionar a los responsables y reparar a las
víctimas. No cumplir con tales garantías, significa una denegación de justicia,
proscrita por los tratados internacionales.

De la omisión responsabilidad medica


“la omisión de una acción humanitaria que podría evitar la vulneración de los derechos
fundamentales justifica la intervención judicial y compromete la responsabilidad de la
persona renuente” (Corte Constitucional, Sentencia T – 505 de 1992)

La postura teórica de Eberhard Schmidt, con fundamento en el código deontológico que


regula la actividad profesional de los médicos, sostiene que el facultativo ha de responder
en todos aquellos casos en los cuales no atiende a un paciente que luego fallece o sufre
lesiones. El médico, según este autor, tiene un deber profesional que lo sitúa en una
posición de garantía permanente de los bienes jurídicos de los demás. “La fundamentación
de la responsabilidad penal del galeno en comisión por omisión, deviene así del
compromiso general de protección que asume el mismo con la sociedad, al momento de
haber optado por el ejercicio profesional de dicha actividad” (Schmidt, 2006, p. 29).

DE LA OMISION DE SOCORRO

ARTICULO 131. OMISION DE SOCORRO. <Penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a
partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:> El que omitiere, sin justa
causa, auxiliar a una persona cuya vida o salud se encontrare en grave peligro, incurrirá en prisión de treinta y
dos (32) a setenta y dos (72) meses.

Código Penal
Artículo 83. Termino de prescripcion de la accion penal
La acción penal prescribirá en un tiempo igual al máximo de la pena fijada
en la ley, si fuere privativa de la libertad, pero en ningún caso será inferior a
cinco (5) años, ni excederá de veinte (20), salvo lo dispuesto en los incisos
siguientes de este artículo.

Según la providencia, y para establecer el término de prescripción, antes de la


formulación de la imputación el lapso que configura esta figura corresponde al
máximo de la pena fijada en la ley.
Después de dicho acto el espacio temporal corresponde a la mitad de la pena
fijada, sin que en ningún caso la prescripción sea inferior a tres años, conforme lo
establece el artículo 292 del Código de Procedimiento Penal (Ley 906 del 2004).
sentencia C-1154 de 2005 en la cual la Corte Constitucional indicó las diferencias entre el principio
de oportunidad y el archivo de diligencias ya que la primera se materializa ante la evidente
existencia de un delito y la segunda se presenta cuando dicha tipicidad no se estructura. Señaló
dicha corporación:

Por lo tanto, cuando el fiscal ordena el archivo de las diligencias en los supuestos del artículo 79
acusado, no se está ante una decisión de política criminal que, de acuerdo a unas causales claras y
precisas definidas en la ley, permita dejar de ejercer la acción penal, sino que se está en un
momento jurídico previo: la constatación de la ausencia de los presupuestos mínimos para ejercer
la acción penal.

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