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Enron
Enron
Final de la crisis
A lo largo de su historia Enron utilizó las SPE o “Entidades de Propósito
Especial” para financiar o gestionar los riesgos relacionados con ciertos activos.
Las SPE eran generadas por Enron y fueron utilizadas para trasladar una parte
de sus activos y poder solicitar préstamos bancarios con bajas tasas de interés
u realizar otros tipos de negocios financieros, dado que las SPE poseen activos,
pero no deudas, lo que las hacía empresas menos riesgosas. Sin embargo,
Enron no revelaba o daba mínimos detalles sobre el uso de sus entidades de
propósito especial.
Estas empresas eran creadas por Enron, pero contaban con inversores independientes, que
usualmente fueron los propios directivos de Enron, y se financiaban con deuda. Desde fines de los
años 90’ hasta el año 2001, Enron utilizó estas empresas, para eludir los acuerdos contables y en
sobre todo para maquillar su deuda. Como resultado de estas prácticas engañosas, la hoja de
balance de Enron siempre mostraba resultados favorables, disminuyendo sus pasivos y
exagerando su patrimonio y sus ganancias. Al descubrirse todas estas prácticas engañosas si dio
lugar a la quiebra de la empresa, a la ruina de los inversionistas, al desempleo de los trabajadores,
a la insolvencia del pago a los acreedores y a enjuiciar a los directivos de Enron, entre ellos,
Kenneth Lay, CEO, Andrew Fastow, CFO, acusados de fraude y de crear empresas “fantasmas” para
beneficiar a Enron, entre otros. Tras la caída de Enron, sus acreedores y otras empresas
comerciales vinculadas sufrieron enormes pérdidas. Ésta se convirtió en la mayor bancarrota de la
historia de EE.UU. Todos se vieron afectados de forma negativa, los empleados perdieron sus
trabajos, incluso, el 62% de los ahorros de 15,000 empleados estaban basados en los planes de
acciones de Enron, por lo cual no pudieron hacer uso de dicho dinero. También, los accionistas de
Enron perdieron $ 74 mil millones en los cuatro años previos a la quiebra de la empresa. Enron
acumulaba casi $ 67 mil millones en deudas a los acreedores, ante lo cual debió realizar subastas
para vender diversos activos y poder cumplir con sus obligaciones. Actualmente, la empresa está
en un proceso de liquidación. Aún mantiene una gran deuda a diversas empresas y el proceso
judicial de los ejecutivos involucrados en este caso sigue en curso. Muchos de ellos han sido
encontrados culpables por inflar cifras en la contabilidad de la empresa y sobretodo se ha
demostrado que la firma Andersen fue responsable de la destrucción de material contable para
ocultar la verdadera situación financiera de la empresa.