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1 Aunque es difícil encontrar una definición taxativa de la filología, es posible

afirmar que se trata del conocimiento de los distintos aspectos de una civilización
a través del análisis de su lengua.
Siguiendo la célebre definición de Körting,8 la filología es "la ciencia que tiene por
objeto el conocimiento del carácter espiritual de un pueblo o de un grupo de
pueblos tal como aquel se refleja en la lengua y en la literatura antigua o moderna"
(citado por Kroll, 1941), lo que implica el examen de 2 la lengua como vehículo de
las ideas, costumbres, instituciones sociales y creencias que le dan unidad
espiritual a una época o a una cultura determinada. No se trata, entonces, de un
análisis puramente formal de la lengua, sino del papel que esta cumple en la
conformación de un carácter colectivo particular.
Ahora bien,2 aplicada la filosofía, la lectura filológica se propone devolverles a las
producciones escritas el sentido específico que detentaban en el horizonte cultural
original en el que fueron escritas. De ahí que la
3 filología se interese en el estudio y cotejo de manuscritos, traducciones, copias,
etc., con el fin de "desentrañar"
4 el significado auténtico que debe asignársele a cada texto atendiendo a las
características del contexto histórico en el que fue escrito. En este sentido, la
filología privilegia el sentido original sobre las interpretaciones o comentarios
posteriores, pues su propósito es ubicar cada texto en un entramado de
significados que solo tienen coherencia cuando son analizados en conjunto, como
un todo unificado.
5 Por eso puede afirmarse que la filología es un saber auxiliar de la historia y
viceversa, pues sus objetivos son el conocimiento del contenido de los textos de
acuerdo a un contexto temporal específico, es decir, el restablecimiento de la
naturaleza originaria e irremplazable de los textos analizados:

6 el método histórico-filológico referido al conocimiento y estudio de la antigüedad,


es la aplicación científica de toda la suma de conocimientos que las fuentes, textos
y monumentos nos ofrecen acerca de la antigüedad, a fin de representarnos ésta,
con la mayor precisión y exactitud posibles, en su esencia y en su evolución.
(Kroll, 1941).

Así, puesto que se trata de 7 un método, están invitados a conocer los


procedimientos, preguntas, prácticas y herramientas propias de la lectura filológica
aplicada a textos filosóficos.
Si bien no disponemos de los medios para acceder a ciertos manuscritos, por
ejemplo, sí estamos en capacidad de revisar algunas ediciones críticas elaboradas
bajo el método propio de la filología, lo que resulta suficiente para determinar en
qué consiste, grosso modo, el quehacer filológico en relación con el texto
filosófico.

Podemos, para finalizar, hacer nuestras las palabras del filólogo Gaetano Righi
(1969), que resumen muy bien el interés que tiene, para el estudiante de filosofía,
9 el modo filológico de lectura: "¿Por qué se siente la necesidad de leer
directamente un texto? Porque solo así se suscitan en nosotros aquellas genuinas
impresiones, en virtud de las cuales y únicamente a base de ellas, se puede hacer
una valoración auténtica y personal del autor del documento “Compañero en esta
lectura los posibles conectores son: definición, la aplicación, método , modo .

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