Está en la página 1de 2

NO SOY DE AQUI NI SOY DE ALLA…

El hecho de vivir en un país que no es la tierra que te vio nacer puede ocasionarte uno que otro
problemilla (trauma, confusión). Personalmente viví esa experiencia y debo confesar que hubo
ocasiones en las que me sentí algo parecido a una “gallina en corral ajeno”, o tal como dice esa vieja
canción:
“No soy de aquí ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad…” jajaja
Fuera de broma, el vivir en un país diferente a donde uno nació, tiene sus ventajas y desventajas…
En la primera etapa resulta ser algo “simpático”, novedoso. Uno pasa a ser como la (o el)
protagonista de la película... Llamas la atención, aunque no lo desees, porque tu acento te delata, es
distinto, tus palabras son diferentes, provocan más de una risa y en ocasiones dices cosas que
resultan ser una tremenda obscenidad, (y para ti es lo más normal del mundo o viceversa).

Después de algunos meses, dejas de usar tus palabras, porque ya no es chistoso que siempre se
rían de lo mismo y te “adaptas” a lo que se dice en el lugar donde te encuentras.
Las costumbres son diferentes, la comida sabe diferente. Al principio todo es novedad y disfrutas
todas esas cosas raras, pero al pasar los meses añoras tu gente, tus amigos, los lugares a los que
ibas, tus platillos favoritos, aquellos que no existen donde estás, los que te hacía tu mamá… en fin.

Cada lugar es diferente con sus grandes diferencias o desventajas, aunque también encuentras
maravillosas ventajas (hay que aprender a descubrirlas rápidamente para ser feliz y no amargarte la
vida, ni a los que te rodean, ¡¡lo digo por experiencia!!…)

A pesar de ello, existen cosas, actitudes, que a todos los latinoamericanos nos distinguen, estemos
donde estemos. ¡¡Somos UNICOS, inconfundibles!!
Por atención al siguiente listado y ve si te identificas con alguna de las siguientes cosas:

ERES LATINO SI ...


1. Creciste asustado por un personaje llamado el “Coco” o el “Cuco”
2. Si otros te dicen que dejes de gritar, cuando según tú solamente estás…¡“hablando”!
3. Si señalas o apuntas a alguien o algo con tus labios (parando la “trompa”)
4. Si te refieres al cereal como “conn fleys"
5. Si tu mamá te llama a comer con un grito a todo pulmón, aunque esté en la pieza de al lado.
6. Si eres capas de seguir un ritmo como “merengue, cumbia o salsa”, sin música.
7. Si al cocinar usas "manteca" en lugar de aceite de oliva, y te preguntas ¿por qué estaré tan
gordo?
8. Si tienes unos 30 primos y entre ellos no falta el loco “Pepe” que le hace a todo un poco.
9. Si no concibes la idea que no haya algo picante para echarle a la comida.
10. Si tienes un automóvil para 5 personas, se suben 7 y alguien grita: “¡¡súbanse todavía caben!!”.
11. Si te resfriaste y tu mamá te unta “Vick Vaporub” o “Mentolatum” en el pecho y la nariz.
12. Si tu mamá te prepara tu “lonchera” todas las mañanas… ¡¡y recién cumpliste 27 años!!
13. Si llamas "gringos" a los rubios de ojos azules .
14. Si nunca te cansas de comerte una “sopita"

Ja, ja, ja… Este era un pequeño “test”, obviamente en broma, pero para que veas que aún a pesar
de las grandes diferencias que existen entre nosotros, hay algunas que nos distinguen a leguas…

Hablando en serio, ¡¡qué importante es tener clara nuestra verdadera identidad como hijos de Dios!!
Hayas nacido en el país que sea, grande o chico, de la raza que sea, hables el idioma que sea,
comas lo que comas… es importante que tengamos claro que nuestra verdadera ciudadanía no es de
este planeta… Mientras no lo hagas, sufrirás algo así como un “shock cultural” o de identidad, porque
en tu país eres como extranjera y en el extranjero ¡¡también lo eres!!
Existe un pasaje de la Biblia que habla de esto y cuando logramos entenderlo y hacerlo propio, trae
una paz y seguridad increíble a nuestras vidas:

Hebreos 3:13-16
“Todas las personas que hemos mencionado murieron sin recibir las cosas que Dios les había
prometido. Pero como ellos confiaban en Dios, las vieron desde lejos y se alegraron, pues sabían
que en este mundo ellos eran como extranjeros que estaban de paso.
Queda claro, entonces, que quienes reconocen esto todavía buscan un país propio. Y que no están
pensando en volver al país de donde salieron, pues de otra manera hubieran regresado allá. Lo
que desean es tener un país mejor en el cielo.”

Saber y entender que somos ciudadanos de una patria Celestial es algo maravilloso. Allá no habrá
diferencia alguna. Todos nos entenderemos a las mil maravillas, una sola identidad, todos
transmitiendo en un mismo espíritu, ¿no es fantástico?

Por mientras, seamos agradecidos a Dios por nuestra patria. Aún si vives en un lugar alejado de tu
país original, también agradece a Dios por ello. Es una bendición poder ser “adoptada” por
extranjeros y disfrutar de su amor.
Sea cual sea tu situación, sirve en ella como hijo de Dios, marcando la diferencia, para hacer de esa
tierra un lugar mejor, una tierra de bendición.

Dios mío,
Tú bendices al pueblo que te reconoce como Dios!
¡Tú bendices a la nación que te acepta como dueño!
Salmo 33:12

Doy gracias a Dios por Chile, este largo y hermoso país, de cielo azulado, bañado por las olas del
mar Hermosos volcanes, su campo bordado de flores… es la copia feliz del Edén”

También podría gustarte