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De nuevo esos ruidos, es el afile de sus colmillos,

paciente està esperando un descuido,


o desespera y de su voz hace un martirio,
d'esperanto tormentas del vacío.

Succionando intentos de no ser otro suspiro perdido,


posa sus colmillos en un corazón ya podrido,
Latidos quietos, lloran lo perdido.

Uñas en sangre se hunden,


rasgan la agonía que esparce.

Noches frías invoco,


en las garras del vacío un corazón quedó.

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