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2020
EFIP II – Examen Final Integrador Presencial

DERECHO DE FAMILIA
 Parentesco
Definición.

Es el vínculo jurídico existente entre personas en razón de la naturaleza, las técnicas de


reproducción humana asistida, la adopción y la afinidad.

Clases Son cuatro las clases de parentesco:

-Por naturaleza: es el que existe entre dos personas, una de las cuales desciende de la otra o
ambas de un antecesor común. -Por técnicas de reproducción humana asistida: “El Código
permite la fertilización con material genético de la pareja o de la persona que pretende alcanzar
la maternidad o paternidad a través del uso de las técnicas, como así también de material de
donante anónimo” .En este caso, el parentesco se crea en base a la voluntad procreacional.

-Por afinidad: es el que vincula a una persona con los parientes consanguíneos o adoptivos de su
cónyuge (pero no existe parentesco entre los parientes consanguíneos de uno u otro cónyuge, ni
existe parentesco entre cónyuges).

-Adoptivo: existente entre adoptante y/o adoptantes y adoptado (adopción simple, adopción de
integración) o entre el adoptado y sus parientes y los consanguíneos y afines de los adoptantes
(en la adopción plena).El parentesco por adopción se origina en una sentencia judicial que
constituye un vínculo jurídico familiar similar o igual al que surge de la filiación consanguínea
establecida.

Cómputo del parentesco. Grado, línea, tronco y rama

La proximidad del parentesco se establece por líneas y grados (art. 53 CCCN).

La proximidad del parentesco constituye uno de los más sólidos fundamentos de la organización
socio familiar y supone la medida del afecto presunto de las personas aplicando la vieja idea de
que el afecto desciende prioritariamente, luego asciende y por último se extiende.

Línea: es la serie no interrumpida de grados (art. 531 CCCN). Hay dos clases de línea: línea
recta, que es la que une a los ascendientes y los descendientes, y línea colateral, que es la que
une a los descendientes de un tronco común (art. 532 CCCN).

Tronco: es el grado de donde parten dos o más líneas, es decir el antecesor común de dos
parientes colaterales (art. 531 CCCN).

Rama: es cada una de las líneas que parten del tronco por relación a su origen (art. 531 CCCN).

Mientras en la línea recta no hay un grado que marque el fin del parentesco, en la línea colateral
existe un hito divisorio del parentesco jurídico y la familiaridad biológica. En general, puede
decirse que, entre los colaterales, el límite más característico reconocido en doctrina para fijar el
cese del parentesco es el cuarto grado.

Los vínculos naturales que exceden el grado límite del parentesco emplazan a las personas en la
situación de simples familiares, categoría extrajurídica pues carece de relevancia para el
derecho. Son los que comúnmente llamamos “parientes lejanos”. Es decir que, en la línea
colateral, más allá del cuarto grado no hay efecto jurídico (no hay vínculo jurídico, lo que hay es
familiaridad).
Colaterales más próximos

Los hermanos se diversifican en bilaterales y unilaterales según tengan ambos progenitores en


común o sólo compartan un progenitor. Los hermanos bilaterales proceden de los mismos
padres.

Los hermanos unilaterales proceden de un mismo ascendiente en primer grado, difiriendo en


el otro.

Los hermanos bilaterales se llaman también hermanos carnales o hermanos de doble vínculo.
Por su parte, los hermanos unilaterales se denominan también medios hermanos o hermanos de
vínculo simple.

Comienzo y fin del parentesco

Parentesco: vinculo jurídico (se evidencia en los efectos que produce) en virtud del cual una
persona está obligada con respecto a otra.

Comienza con la concepción y se prueba con el reconocimiento, la inscripción en la partida.

Finaliza: el consanguíneo o por naturaleza, nunca.

Por afinidad: por muerte y divorcio, subsistiendo en los casos de impedimentos para contraer
matrimonio.

Efectos jurídicos del parentesco

-Civiles :

 Es base de los impedimentos matrimoniales (art. 403 inc. a, b y c).


 Es fuente de la obligación alimentaria (arts. 537, 538).
 Es fuente de la vocación sucesoria ab intestato (art. 2424).
 Otorga el derecho a oponerse a la celebración del matrimonio (art. 411 inc. b).
 Confiere legitimación activa para la promoción de la acción de nulidad del matrimonio
(arts. 424, 425).
 Confiere legitimación activa para la restringir la capacidad o declarar la incapacidad
(art. 33) y para solicitar la inhabilitación por prodigalidad (art. 48).
 Impone la obligación de denunciar la orfandad o la vacancia de la tutela bajo sanción
del derecho de privación de ésta (art. 111).
 Otorga el derecho al beneficio de competencia (art. 893).
 Inhabilita al oficial público para actuar como tal en los asuntos en que están interesados
sus parientes dentro del cuarto grado o segundo de afinidad (art. 291).
 Inhabilita para ser testigos en los instrumentos públicos a los parientes del oficial
público dentro del cuarto grado y segundo de afinidad (art. 295 inc. d).
 Inhabilita para ser testigo de un testamento por acto público a los ascendientes, los
descendientes del testador (art. 2481). Legitima para requerir la simple ausencia (art.
80) y también para requerir la declaración de ausencia con presunción de fallecimiento
(art. 87).
 Fundamenta el derecho de comunicación (art. 555).

-Penales
 En el campo del derecho penal, el parentesco obra de tres maneras diferentes: como
agravante de ciertos delitos, como eximente de responsabilidad y como elemento
integrante de la figura delictiva.
 Como agravante de los delitos de homicidio, homicidio en estado de emoción violenta,
lesiones violación, corrupción y prostitución, abuso de armas, estupro, abuso
deshonesto, y privación ilegítima de la libertad.
 Como eximente de responsabilidad: por hurtos, defraudaciones o daños entre
ascendientes, descendientes, afines en línea recta y entre hermanos o cuñados que
viviesen juntos y por el encubrimiento de parientes.
 Como elemento integrante de la figura delictiva: en el caso del delito de incumplimiento
de los deberes de asistencia familiar.

-Procesales

 El parentesco puede operar como causal de recusación y excusación de magistrados y


funcionarios judiciales. También impide el ofrecimiento como testigos de parientes
consanguíneos y afines en línea recta.

 ALIMENTOS

Conforme la Real Academia Española, los alimentos son toda “prestación debida entre parientes
próximos cuando quien la recibe no tiene la posibilidad de subvenir a sus necesidades”.

En todas las legislaciones modernas existe un derecho a exigir y obtener prestación alimentaria
y su correlativa obligación de prestarla. Es una exigencia de carácter moral y equitativo.

Una primera gran clasificación distingue alimentos de fuente legal y alimentos de fuente
negocial.

Alimentos legales

Dentro de los alimentos legales se diferencian los que están fundados en razones de
solidaridad de los que están fundados en otros motivos, por ejemplo el deber de gratitud, la
donación o el deber de resarcir el daño injustamente sufrido.

La mayoría de los alimentos ex lege tienen naturaleza jurídica familiar extrapeculio y carácter
asistencial. La raíz o principio esencial en que estriban es la solidaridad familiar (paternal,
parental, conyugal) o la solidaridad cuasifamiliar, y su fundamento legal es el vínculo paterno-
filial o los distintos nexos parentales, o bien el ligamen matrimonial y determinadas relaciones
cuasifamiliares (como las relaciones protectrices pupilares o las posdivorciales).

También existen cargas alimentarias que pesan sobre la comunidad en general (Estado,
sociedad, acreedores) que reconocen como su razón última a la solidaridad social o humana.

Alimentos negociales

Frente a los alimentos de origen legal, se ubican los alimentos negociales, que, basados en la
autonomía de la voluntad, nacen del convenio o del testamento y, como en cualquier deuda
patrimonial, se rigen por las estipulaciones del acto jurídico que los generó y, subsidiariamente,
por las reglas genéricas de los créditos comunes.
El estatuto de cada una de las diversas categorías alimentarias está determinado por la
naturaleza jurídica de la respectiva relación, según su origen y fundamento, y atendiendo, en
ciertos casos, a la plenitud o relajamiento del vínculo. Así:

 Los alimentos a favor de los hijos menores no emancipados se rigen por las
disposiciones específicas contenidas en el título De la responsabilidad parental.
 La reglamentación de los alimentos entre cónyuges.
 La asistencia alimentaria entre parientes. Los alimentos que impone la gratitud están
escuetamente reglamentados en el título contractual de las donaciones.
 Los alimentos resarcitorios responden a los principios patrimoniales referidos al
resarcimiento de los daños.
 Por último, las controversias sobre alimentos negociales se resolverán según las normas
del Derecho Civil patrimonial propias de las convenciones o contratos o de los
testamentos.

Cargas o restricciones alimentarias que pesan sobre los acreedores

Conforme la ley 14.443, los salarios, jubilaciones y pensiones que superen los 5.000 pesos solo
pueden ser embargados hasta el 20% mensual. Sin embargo, estos límites no rigen para cobrar
cuotas alimentarias.

Asimismo, cabe destacar que ese porcentaje del salario, es en base al sueldo neto, es decir el que
surge una vez hechas las deducciones correspondientes de ley.

Deber alimentario derivado del parentesco

Definición.

Se consideran comprendidos en la obligación alimentaria gastos ordinarios y extraordinarios.

*Ordinarios: son los de subsistencia y vestuario.

*Extraordinarios: son los de enfermedad (asistencia médica, farmacia, internaciones,


intervenciones quirúrgicas, provisión de libros de estudio, los funerarios por sepelio del
alimentado). No comprende los gastos superfluos provenientes del lujo, vicios, etcétera.

En los alimentos familiares, dado que su finalidad es satisfacer necesidades vitales del hombre,
asegurando a la persona los medios de subsistencia, resulta esencial la indisponibilidad del
derecho, porque la vida humana no está en la esfera de los poderes dispositivos de nadie.

Los arts. 537 a 554 del Código Civil y Comercial, bajo la denominación “Derechos y
obligaciones de los parientes”, se limitan a legislar exclusivamente sobre la prestación de
alimentos. En este sentido, el vínculo jurídico determinante del parentesco establece una
verdadera relación alimentaria, que se traduce en un vínculo obligacional de origen legal que
exige recíprocamente de los parientes una prestación que asegure la subsistencia del pariente
necesitado.

Caracteres

El derecho a percibir alimentos -y la correlativa obligación de prestarlos- deriva de una relación


alimentaria legal de contenido patrimonial, pero cuyo fin es esencialmente extrapatrimonial; la
satisfacción de necesidades personales para la conservación de la vida, para la subsistencia de
quien lo requiere.

 Indisponible

Esta relación no está en la esfera de disponibilidad del individuo. El derecho alimentario se le


reconoce a la persona aun en contra de su voluntad, porque no es un puro derecho que se
concede en el exclusivo interés individual, sino que se establece jurídicamente teniendo en
cuenta el interés superior de la vida humana, que debe ser asegurada y protegida.

 Irrenunciable

Los derechos concedidos en miras al orden público son irrenunciables. En esta categoría están
encuadrados los alimentos parentales que, por estar fundamentados en razones de solidaridad
familiar, hacen a la superior organización del Estado, de la sociedad y de la familia. La
irrenunciabilidad es una forma de resguardar al individuo contra su propia ligereza o
inexperiencia.

 Imprescriptible e intermitente

Si el derecho alimentario es irrenunciable, se impone admitir su imprescriptibilidad, ya que la


prescripción de la acción podría ser un instrumento de renuncia no querido por la ley, con sólo
dejar transcurrir el lapso de prescripción.

El derecho alimentario familiar es imprescriptible porque es un bien que no integra el


patrimonio de los sujetos relacionados.

 Inherente a la persona e intransmisibles

En los alimentos familiares ex lege, la obligación nace simultáneamente con el estado de


familia del cual se deriva, y permanece en latencia, haciéndose exigible sólo cuando en los
hechos se configuran las situaciones económicas que fundamentan la demanda.

El derecho es inherente a la persona de cada uno de los sujetos de la prelación asistencial porque
es inseparable del estado (parental o conyugal).

El derecho a los alimentos futuros es incesible, pero se podrán ceder las cuotas vencidas ya que
se incorporaron al patrimonio del alimentado.-

 Inembargable e incompensable

Con relación a la inembargabilidad, propia de los alimentos legales, recordemos que el sustento
de la vida es el único destino de los alimentos; por ello quedan fuera del contenido de la prenda
común de los acreedores, siendo inembargables e incompensables.

 Intransigible

La obligación alimentaria es inhábil para ser objeto de una transacción.

Parientes obligados

Los parientes se deben alimentos en el siguiente orden:


1. Los ascendientes y descendientes. Entre ellos estarán obligados preferentemente los más
próximos en grado.

2. Los hermanos bilaterales y unilaterales.

3- afinidad

En cualquiera de los supuestos los alimentos son debidos por los que están en mejores
condiciones de proporcionarlos. Si dos o más de ellos están en condiciones de hacerlo, están
obligados por partes iguales, pero el juez puede fijar cuotas diferentes, según la cuantía de los
bienes y cargas familiares de cada obligado.

“Entre los parientes por afinidad únicamente se deben alimentos aquellos que están vinculados
en línea recta en primer grado”. Nuestra ley reconoce el derecho y obligación alimentaria entre
afines en primer grado. La relación alimentaria de los afines es subsidiaria del recíproco deber
alimentario de los esposos y entre consanguíneos; por ende, el afín requerido de alimentos podrá
excepcionarse alegando la existencia del cónyuge o de consanguíneos pudientes del necesitado.

La jurisprudencia ha entendido que los parientes por afinidad sólo se deben alimentos entre sí en
caso de que no haya consanguíneos en condición de prestarlos.

Requisitos de exigibilidad del débito alimentario: de los artículos 537 y siguientes del CCCN
surge que:

El derecho alimentario se hace exigible cuando en los hechos convergen simultáneamente tres
requisitos: a) vínculo familiar, b) necesidad de quien lo solicita; c) pudiencia del obligado.

 Vínculo familiar

Se trata de un nexo de parentesco en la clase y grado que origina la obligación alimentaria.

 Necesidad del accionante

El pariente que requiere alimentos deberá acreditar su situación carenciada, es decir que no está
en condiciones de atender, en todo o en parte, a su propio sostén.

 Potencialidad económica del requerido

Este presupuesto significa que el requerido por alimentos debe disponer de medios o de recursos
de tal envergadura que, además de permitirle satisfacer prioritariamente sus necesidades
personales, incluidas las del grupo familiar conviviente, y los compromisos asumidos (pago de
alquiler de su vivienda, aranceles por educación de sus hijos, impuestos, etcétera), le hagan
posible atender a la alimentación del necesitado requirente.

Monto

El monto de la prestación parental puede ser fijado por acuerdo entre las partes o por decisión
judicial. Asimismo, siempre se tendrá en cuenta la necesidad del alimentado y la pudiencia del
alimentante. En lo legados de alimentos la cuantía se suele fijar en el testamento.

Modos alternativos para satisfacer la obligación


“La prestación se cumple mediante el pago de una renta en dinero, pero el obligado puede
solicitar que se lo autorice a solventarla de otra manera, si justifica motivos suficientes”.

Forma y extensión de la sentencia. Modificación, cesación, contribución

El Código Civil y Comercial de 2014 trajo aparejada una novedosa norma que consagra el
principio de retroactividad de la sentencia de alimentos. Así, “los alimentos se deben desde el
día de la interposición de la demanda o desde la interpelación al obligado por medio fehaciente,
siempre que la demanda se presente dentro de los seis meses de la interpelación”.

El deber alimentario puede ser objeto de aumento o reducción, por haber variado las
circunstancias del alimentado o alimentante luego de la sentencia.

Asimismo, se producirá el cese de la obligación alimentaria:

a) Si el alimentado incurre en alguna causal de indignidad.

b) Por muerte del obligado o del alimentado.

c) Cuando desaparecen los presupuestos de la obligación.

La pretensión de cese, aumento o reducción de alimentos tramitarán por el procedimiento más


breve que prevea la ley local.

 DERECHO DE COMUNICACIÓN –REGIMEN LEGAL -.

El derecho de comunicación busca mantener los vínculos afectivos entre parientes, dotándolos
del derecho de mantener adecuada comunicación con el pariente con quien no se convive.

El art. 555 del Código Civil y Comercial establece:

Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores de edad, con capacidad restringida, o
enfermas o imposibilitadas, deben permitir la comunicación de estos con sus ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en primer grado. Si
se deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de los interesados,
el juez debe resolver lo que corresponda por el procedimiento más breve que prevea la ley local
y establecer, en su caso, el régimen de comunicación más conveniente de acuerdo a las
circunstancias.

A su vez, a raíz de la reforma del Código Civil y Comercial, en el art. 556 se establece que los
beneficiarios del derecho de comunicación podrán ser todas aquellas personas que puedan
justificar un interés afectivo legítimo. Esta reforma vino a contemplar lo que ya señalaba la
doctrina, en el sentido que el derecho debe serle otorgado a quienes pueden invocar un interés
legítimo basado en el interés familiar, por ejemplo los tíos del menor e incluso extraños - no
parientes- que mantienen con la persona a la que piden visitar un vínculo afectivo nacido de
circunstancias respetables, como los padrinos de bautismo (que determina, según el derecho
canónico, el llamado parentesco espiritual). En estos últimos supuestos, la visita puede ser
autorizada si los representantes legales de los menores o incapaces la impidieren sin razón
justificada.

En el Código de Vélez no se preveía ninguna sanción ante el incumplimiento del régimen


comunicacional (antes, mal llamado régimen de visitas). En el actual Código se prevé que el
juez impongan al responsable del incumplimiento reiterado del régimen comunicacional
establecido, medidas razonables para asegurar su eficacia (un ejemplo podría ser impedir que
salga del país).

DERECHO MATRIMONIAL

Definición y naturaleza jurídica

El derecho se ha preocupado desde antaño por regular jurídicamente la institución del


matrimonio. Esta institución ha ido variando con el paso del tiempo, siendo primero una
institución regulada por la Iglesia, que se celebraba obligatoriamente con formas religiosas, para
luego secularizarse. Asimismo, la esencia de la institución del matrimonio en nuestro país ha
ido variando a lo largo de los siglos, conforme los cambios culturales y sociales propios de la
evolución de cada sociedad. Comenzó como una unión permanente e indisoluble entre un
hombre y una mujer, regulada conforme los cánones de la Iglesia católica, que sólo podía
culminar con el fallecimiento de alguno de los esposos, pasando por grandes transformaciones
hasta llegar al ordenamiento jurídico actual. Hoy concebimos el matrimonio como una unión
entre personas de distinto o igual sexo, en la cual la disolución es posible, entre otras causas, por
la voluntad de uno o ambos cónyuges a través del divorcio, sin invocación de causa y sin un
plazo establecido para solicitarlo.

Definición

Es una institución jurídica que, basada en el consentimiento mutuo, se constituye por la unión
formal, aconfesional o civil, exclusiva, exogámica, igualitaria, estable y plena entre dos
personas de distinto o igual sexo que, emplaza a los contrayentes en el estado de familia de
cónyuges o esposos del que se derivan importantes, derechos y deberes, regidos por un estatuto
legal que el estado impone.

Se distinguen, en el concepto, dos aspectos:

 El matrimonio in fieri,( COMO AQUELLOS SE ESTA POR HACER) referido a la


celebración del matrimonio como acto jurídico familiar.
 El matrimonio in facto esse, que es el estado de familia que surge del acto jurídico
inicial.

Acto jurídico y relación jurídica

La institucionalización del matrimonio se logra a través de un acto jurídico, es decir de un “acto


voluntario lícito que tiene por fin inmediato establecer las relaciones jurídicas conyugales”.

Una vez celebrado el matrimonio a través del acto jurídico, se inicia la relación jurídica
matrimonial.

La relación jurídica concierne, entonces, al desenvolvimiento de los vínculos creados por el acto
jurídico matrimonial, y se traduce en deberes y derechos interdependientes y recíprocos entre
los cónyuges. El derecho se ocupa de regular las condiciones de existencia y validez del acto
jurídico matrimonial, cuanto las relaciones conyugales y familiares que determina dicho acto.
Como acto jurídico, el matrimonio es voluntario, ya que el consentimiento es uno de los
elementos de existencia del matrimonio, pero una vez celebrado el mismo, los cónyuges se
someten a las normas imperativas de dicha institución

Caracteres

 -Formal, ya que el matrimonio se perfecciona por medio de la celebración del acto


jurídico revestido de las solemnidades que la ley impone a los contrayentes.
-Aconfesional o civil.
 -Exclusivo: el régimen monogámico excluye el comercio sexual de los esposos con
otras personas distintas de las de su cónyuge.
 -Exogámico: se establecen impedimentos para contraer matrimonio cuando haya
parentesco entre los pretensos contrayentes en línea y grado prohibido.
-Heterosexual u homosexual.
 -Estable, en el sentido de que se contrae con la intención de que perdure y de que su
estabilidad quede garantizada por la ley. Esto no debe ser confundido con la
indisolubilidad.
 -Pleno: “…no puede someterse a modalidad alguna. Cualquier plazo, condición o cargo
se tiene por no expresado, sin que ello afecte la validez del matrimonio”.

Principios generales que informa el derecho argentino

Igualdad: se veda toda discriminación en razón de la orientación sexual de sus integrantes y del
género (como lo dispone la Convención para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, con jerarquía constitucional conforme artículo 75, inc. 22 CN).

Avance de la autonomía de la voluntad y libertad de los cónyuges: a partir de la ley 26994,


que sancionó un nuevo Código Civil y Comercial, se avizora un avance en la autonomía de la
voluntad en materia matrimonial, el cual se vislumbra en un principio de mayor libertad de los
cónyuges en la construcción, vida y ruptura matrimonial, por ejemplo: en la posibilidad de
elección de los cónyuges del régimen patrimonial matrimonial, el divorcio con expresión de
causa y sin plazo de espera para solicitarlo, etcétera.

Solidaridad familiar: el límite a la autonomía de la voluntad está impuesto por el deber de


solidaridad familiar que rige en materia matrimonial. Conforme ello, el Código Civil y
Comercial establece que los esposos se deben asistencia mutua (art. 431 CCCN), y también se
deben alimentos entre sí durante la vida en común y la separación de hecho (art. 432 CCCN).

Fines

Nuestro ordenamiento jurídico no ha establecido cuáles son los fines del matrimonio civil.
Antes de la sanción de Código Civil y Comercial de 2014, si bien tampoco estaban descriptos,
se infería que los mismos estaban implícitos en los derechos y deberes que tenían los cónyuges
entre sí, es decir: fidelidad, asistencia y cohabitación.

En el nuevo Código se enumeran los siguientes derechos-deberes de los cónyuges: el deber de


establecer y desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, el deber de
convivencia, el deber moral de fidelidad (art. 431 CCCN), de asistencia mutua (art. 431 CCCN),
de alimentos (arts. 432 a 434 CCCN), de contribución (art. 455 CCCN). Sin embargo, cabe
advertir que la mayoría de ellos son incoercibles, atento a que no conllevan sanción jurídica
alguna, salvo el de contribución y el de alimentos, que tienen un contenido patrimonial.
Requisitos de existencia y validez

El matrimonio como acto jurídico es subjetivamente complejo y está constituido no solo por el
consentimiento de los contrayentes, sino también por el acto administrativo que implica la
intervención de la autoridad competente para celebrar el matrimonio. Los elementos
estructurales del acto son condiciones de existencia; la ausencia de alguno de estos provoca su
inexistencia, lo cual no equivale a invalidez o nulidad.

Inexistencia: cuando el aparente matrimonio carezca de alguno de los elementos estructurales


que hacen a la formación, es decir, el consentimiento y la intervención constitutiva del
oficial público encargado del Registro Civil. El mismo no producirá efectos civiles aunque
las partes hubieren obrado de buena fe.

Nulidad: cuando el acto jurídico matrimonial tiene vicios o defectos de legalidad originarios,
que existen al tiempo de la celebración del matrimonio.

Para que exista matrimonio válido y lícito es necesaria la reunión de requisitos intrínsecos, o
de fondo, y extrínsecos, o de forma. Los primeros son: consentimiento y ausencia de
impedimentos, y los extrínsecos implican que dicho consentimiento sea expresado
personalmente frente al oficial público.

Aptitud natural: habilidad física y mental

La ley reconoce que, para un acto de tal importancia personal y jurídica como el matrimonio, es
necesaria cierta madurez. Se pretende, así, asegurar mayor responsabilidad para el trascendente
acto de la vida civil que significa contraer matrimonio.

Nuestro Código Civil y Comercial, en el art. 403 inc. f, establece que es impedimento para
contraer matrimonio tener menos de 18 años. Sin embargo, hay que diferenciar cabalmente la
situación de los menores que no han cumplido los 16 años de la de aquellos adolescentes que
tienen entre 16 y 18 años.

Para el caso de los adolescentes que tienen entre 16 y 18 años, expresa el art. 404 que ellos
pueden contraer matrimonio con autorización de sus representantes legales. Esta autorización
también está contemplada en el art. 645, en el cual se enumeran los actos para los cuales los
menores requieren el consentimiento expreso de sus progenitores, estableciéndose, entre otros,
que lo requerirán los hijos adolescentes de entre 16 y 18 años para contraer matrimonio. Si los
padres o uno de ellos se niegan a prestar el consentimiento, supletoriamente debe decidir el juez.

Distinto es el caso de los menores de 16 años, para el cual la ley exige, como requisito
ineludible, la dispensa judicial.

La dispensa judicial en materia matrimonial es el mecanismo mediante el cual una autoridad


competente procede al “levantamiento de la prohibición que obstaculiza el matrimonio” .

A los fines de obtener la dispensa judicial, la norma establece que el juez debe mantener una
entrevista personal con los pretensos contrayentes y sus representantes legales, en donde el juez
indagará acerca del conocimiento y entendimiento de los efectos tanto patrimoniales como
personales del acto jurídico matrimonial que tengan los adolescentes. Así, la norma establece
que la decisión judicial debe tener en cuenta la edad y grado de madurez alcanzados por la
persona, referidos a la comprensión de las consecuencias jurídicas del acto matrimonial.
Respecto a la opinión de los representantes legales, si bien será tenida en cuenta por el
magistrado, ésta no es vinculante a la decisión judicial.

Una vez que el menor de 18 años haya contraído matrimonio, el casamiento emancipa al menor
de edad, teniendo en cuenta que, si se hubiere celebrado sin la correspondiente dispensa, el
matrimonio será pasible de nulidad relativa.

Mención especial merece el caso configurado por el pretenso matrimonio entre el tutor o sus
descendientes con la persona bajo su tutela.

En este caso, se profundizan los recaudos legales, y no bastará que el juez arribe a la convicción
sobre la conveniencia de las nupcias (Herrera, 2015), sino que, además, requerirá que estén
aprobadas las cuentas de la tutela. Este recaudo obedece a la necesidad de proteger el
patrimonio del pupilo, impidiendo que el tutor o sus descendientes puedan aprovecharse del
matrimonio para no rendir debidamente las cuentas de la misma. Si, no obstante, el tutor o sus
descendientes contrajeren matrimonio sin estar aprobadas las cuentas de la tutela, corresponde
la sanción descripta en el art. 403 infine, que establece que el tutor perderá la asignación que le
corresponda sobre las rentas del pupilo.

Habilidad mental

Si bien el art. 403 inc. g establece, como impedimento matrimonial, “la falta permanente o
transitoria de la salud mental que le impide tener discernimiento para el acto matrimonial”, a
este impedimento hay que complementarlo con lo dispuesto en el art. 405, el cual, bajo el
paradigma no discriminatorio, y respetando la ley de salud mental y los principios de Naciones
Unidas para la protección de enfermos mentales y para el mejoramiento de la atención de salud
mental, establece que las personas que padezcan afecciones en su salud mental puedan celebrar
el matrimonio, previa dispensa judicial.

Los requerimientos para otorgar dicha dispensa son:

Intervención de equipos interdisciplinarios: los cuales emitirán un dictamen que exprese si el


pretenso contrayente comprende las consecuencias jurídicas del acto matrimonial y si goza de la
aptitud para la vida de relación conyugal. Entrevista personal: la norma establece que el juez
debe mantener una entrevista personal con los futuros contrayentes, pudiendo también hacerlo
con sus representantes y/o cuidadores.

Aptitud legal: Impedimentos. Concepto. Clasificación

Los impedimentos matrimoniales son los hechos o situaciones que importan un obstáculo para
la celebración del matrimonio. En palabras de la Dra. Marisa Herrera, son “las prohibiciones,
limitaciones y restricciones que el ordenamiento jurídico impone al derecho a contraer
matrimonio condicionando la capacidad para casarse de las personas”

Clasificación

 Por la índole de la sanción

Dirimentes: aquellos cuya violación habilita el ejercicio de la acción de nulidad del


matrimonio.
Impedientes: aquellos cuya violación no da lugar a dicha sanción sino que se resuelven en
sanciones de otro tipo o bien cumplen solo una función preventiva, de modo que si el oficial
público que los conoce debe negarse a celebrar el matrimonio, una vez contraído ninguna
consecuencia jurídica produce su inobservancia.

 Por las personas respecto de las cuales se aplica

Absolutos: los que obstan a la celebración del matrimonio con cualquier persona (falta de edad
legal).

Relativos: los que solo representan un obstáculo con respecto a personas determinadas
(parentesco).

 Por el tiempo de vigencia

Perpetuos: no desaparecen por el transcurso del tiempo (parentesco).

Temporales: desaparecen o están sujetos a extinción por el transcurso del tiempo (falta de edad
legal).

Efectos de los impedimentos

 Son causa de oposición a la celebración del matrimonio y de denuncia.


 Son causa de negativa del oficial público a la celebración del matrimonio.
Dan lugar a sanciones civiles; la nulidad del matrimonio en el caso de impedimentos
dirimentes y sanciones diversas en caso de los impedientes.
 Dan lugar a sanciones penales: art. 134 a 137 del Código Penal, delitos de matrimonios
ilegales (Cap. I del título Delitos contra el Estado Civil).

Momentos de actuación de los impedimentos

La existencia de los impedimentos matrimoniales opera fundamentalmente en dos momentos


distintos:

a) Antes de la celebración del matrimonio: como causa de oposición a su celebración por parte
de los legitimados a oponerse (410 y 411 CCCN) y, respecto de cualquier persona, como
fundamento de la denuncia de su existencia ante la autoridad competente para celebrar el
matrimonio (412 CCCN).

b) Después de la celebración del matrimonio: operarán como causa de nulidad de las nupcias si
se trata de impedimentos dirimentes, o de la aplicación de sanciones civiles o penales en su caso
de conformidad a lo establecido por los arts. 134 a 137 del Código Penal.

Impedimentos dirimentes: art. 403 del CCCN

 PARENTESCO
 LIGAMEN
 CRIMEN
 FALTA DE EDAD NUPCIAL
 PRIVACION PERMANTE O TRANSITORIA DE LA SALUD MENTAL
Impedimentos impedientes

Los impedimentos impedientes son meramente prohibitivos en el sentido de que, si el


matrimonio se celebra, es válido, aunque, por haber sido irregularmente celebrado, conlleva
sanciones para los contrayentes.

 Falta de aprobación de las cuentas de la tutela (art. 404 in fine):

La dispensa para el matrimonio entre el tutor o sus descendientes con la persona bajo su tutela
sólo puede ser otorgada si, además de los recaudos previstos en el párrafo anterior, se han
aprobado las cuentas de la administración. Si de igual modo se celebra el matrimonio, el tutor
pierde la asignación que le corresponda sobre las rentas del pupilo… Como vemos, en este caso
no se sanciona con la nulidad, sino con pérdida de la asignación que le hubiere correspondido
sobre las rentas del pupilo.

El consentimiento

La noción de consentimiento propia del acto jurídico bi o multilateral, supone la convergencia


de dos o más manifestaciones de voluntad en un objeto-fin determinado. El consentimiento
matrimonial es la convergencia de dos voluntades internas y manifestadas, en la entrega y
aceptación mutua de los contrayentes para generar el consorcio vial que es el matrimonio .

“Se ha repetido que el acto jurídico matrimonial descansa en el consentimiento de los


contrayentes que es, estructuralmente, una condición de existencia”.

Los requisitos esenciales del consentimiento matrimonial son su contenido interno y su


manifestación en persona por los contrayentes ante la autoridad competente para concurrir a la
celebración del matrimonio.

El art. 408 del CCCN exige que el consentimiento de los contrayentes debe ser puro y simple, es
decir que “no puede someterse a modalidad alguna”, y que “cualquier plazo, condición o cargo
se tiene por no expresado, sin que ello afecte a la validez del matrimonio”.

Vicios: art. 409 del CCCN ..Son los que inciden sobre alguno de los elementos del acto
voluntario; tradicionalmente, error, dolo o violencia.

El art. 271 del CCCN define dolo:

Acción dolosa es toda aserción de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier


artificio, astucia o maquinación que se emplee para la celebración del acto. La omisión dolosa
causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la
reticencia u ocultación.

El dolo viene a calificar la conducta de quien, mediante la maniobra, artificio o maquinación,


ha inducido al otro contrayente a contraer matrimonio.

Violencia: La violencia se traduce en una fuerza irresistible o amenazas “que generan el temor
de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan contrarrestar o evitar en la persona o bienes
de la parte o de un tercero”.
Error: es el vicio del consentimiento consistente en el falso conocimiento que se tiene de algo, la
discordancia o disconformidad entre la realidad y la imagen mental que de ella se forma en
quien lo sufre.

El art. 409 del CCCN establece, efectivamente, que vician el consentimiento “el error acerca de
la persona del otro contrayente” y: …el error acerca de las cualidades personales del otro
contrayente si se prueba que, quien lo sufrió, no habría consentido el matrimonio si hubiese
conocido el estado de cosas y apreciado razonablemente la unión que contraía. El juez valorará
la esencialidad del error considerando las condiciones personales y circunstancias de quien lo
alega.

Diligencias previas a la celebración

Oposición a la celebración del matrimonio

Sólo pueden alegarse como motivos de oposición los impedimentos establecidos por ley. La
oposición que no se funde en la existencia de alguno de esos impedimentos debe ser rechazada
sin más trámite.
Legitimados para la oposición. El derecho a deducir oposición a la celebración del matrimonio
por razón de impedimentos compete: a. al cónyuge de la persona que quiere contraer otro
matrimonio; b. a los ascendientes, descendientes y hermanos de alguno de los futuros esposos,
cualquiera sea el origen del vínculo;al Ministerio Público, que debe deducir oposición cuando
tenga conocimiento de esos impedimentos, especialmente, por la denuncia de cualquier persona
realizada de conformidad con lo dispuesto en el artículo siguiente.

Forma y requisitos de la oposición. La oposición se presenta al oficial público del Registro que
ha de celebrar el matrimonio verbalmente o por escrito con expresión de: a. nombre y apellido,
edad, estado de familia, profesión y domicilio del oponente; b. vínculo que une al oponente con
alguno de los futuros contrayentes; c. impedimento en que se funda la oposición; d.
documentación que prueba la existencia del impedimento y sus referencias, si la tiene; si no la
tiene, el lugar donde está, y cualquier otra información útil. Cuando la oposición se deduce en
forma verbal, el oficial público debe levantar acta circunstanciada, que firma con el oponente o
con quien firme a su ruego, si aquél no sabe o no puede firmar. Cuando se deduce por escrito, se
debe transcribir en el libro de actas con las mismas formalidades.

Procedimiento de la oposición. Deducida la oposición el oficial público la hace conocer a los


contrayentes. Si alguno de ellos o ambos admite la existencia del impedimento legal, el oficial
público lo hace constar en acta y no celebra el matrimonio. Si los contrayentes no lo reconocen,
deben expresarlo ante el oficial público dentro de los tres días siguientes al de la notificación;
éste levanta un acta, remite al juez competente copia autorizada de todo lo actuado con los
documentos presentados y suspende la celebración del matrimonio. El juez competente debe
sustanciar y decidir la oposición por el procedimiento más breve que prevea la ley local.
Recibida la oposición, da vista por tres días al Ministerio Público. Resuelta la cuestión, el juez
remite copia de la sentencia al oficial público.
Cumplimiento de la sentencia. Recibido el testimonio de la sentencia firme que desestima la
oposición, el oficial público procede a celebrar el matrimonio. Si la sentencia declara la
existencia del impedimento, el matrimonio no puede celebrarse. En ambos casos, el oficial
público debe anotar la parte dispositiva de la sentencia al margen del acta respectiva.

La oposición reputada válida impide la celebración del matrimonio (art. 184 CCCN)
Denuncia de impedimentos

Cualquier persona puede denunciar la existencia de algunos de los impedimentos desde el inicio
de las diligencias previas y hasta la celebración del matrimonio por ante el Ministerio Público,
para que éste deduzca, si corresponde, la correspondiente oposición (art. 412 CCCN).

Celebración del matrimonio

En este apartado estudiaremos cómo se lleva a cabo la celebración del acto jurídico
matrimonial, tanto en su forma ordinaria como extraordinaria.

Formas ordinarias

El art. 418 establece que el matrimonio debe celebrarse públicamente, con la comparecencia de
los futuros cónyuges, por ante el oficial público del Registro Civil, con la presencia requerida de
dos testigos de conocimiento de los que quieren casarse, que declaren sobre su identidad y su
aptitud nupcial. El número de testigos requeridos se elevará a cuatro cuando el matrimonio se
celebra fuera de la oficina del Registro Civil.

A partir del momento en que los que pretenden casarse se han presentado ante el oficial público
encargado del Registro Civil, mediante la solicitud que prevé el art. 416, puede suscitarse la
oposición al matrimonio o en su caso la denuncia de impedimentos.

El oficial público persuadido de que no existen impedimentos matrimoniales y de que son


hábiles quienes pretenden casarse, celebrará el matrimonio.

La celebración del matrimonio se consigna en un acta que debe contener (art. 420):

a. fecha del acto;

b. nombre y apellido, edad, número de documento de identidad si lo tienen, estado civil,


nacionalidad, profesión, domicilio y lugar de nacimiento de los comparecientes;

c. nombre y apellido, número de documento de identidad, nacionalidad, profesión, y domicilio


de sus respectivos padres, si son conocidos;

d. lugar de celebración;

e. dispensa del juez cuando corresponda;

f. mención de si hubo oposición y de su rechazo;

g. declaración de los contrayentes de que se toman por esposos, y del oficial público de que
quedan unidos en matrimonio en nombre de la ley;

h. nombre y apellido, edad, número de documento de identidad si lo tienen, estado de familia,


profesión y domicilio de los testigos del acto;

i. declaración de los contrayentes de si se ha celebrado o no convención matrimonial y, en caso


afirmativo, su fecha y el registro notarial en el que se otorgó;

j. declaración de los contrayentes, si se ha optado por el régimen de separación de bienes;


k. documentación en la cual consta el consentimiento del contrayente ausente, si el matrimonio
es celebrado a distancia.

El acta debe ser redactada y firmada inmediatamente por todos los que intervienen en el acto o
por los que lo hagan a ruego de los que no supieren o no pudieren firmar.

El oficial público debe entregar a los cónyuges, de modo gratuito, copia del acta de matrimonio
y de la libreta de familia expedida por el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.

“Si uno o ambos contrayentes ignoran el idioma nacional, deben ser asistidos por un traductor
público matriculado y, si no lo hay, por un intérprete de reconocida idoneidad, dejándose
debida constancia en la inscripción”.

Formas extraordinarias

Las modalidades extraordinarias de celebración del matrimonio son: el matrimonio en artículo


de muerte (matrimonio in extremis) y el matrimonio a distancia.

El matrimonio in extremis (art. 421 CCCN), contempla el caso de que alguno de los
contrayentes se hallase en peligro de muerte y desease celebrar el matrimonio ante la
eventualidad, inminente, de fallecer.

Para esta hipótesis excepcional, se autoriza al oficial público a celebrar el matrimonio con
prescindencia de todas o algunas de las formalidades que deben precederle, si se justifica con el
certificado de un médico, o con la declaración de dos vecinos donde no hubiere médicos, que
alguno de los futuros esposos se encuentra en peligro de muerte.

Para estas mismas hipótesis, si no se hallare el oficial público, encargado del Registro Civil, se
dispone que el matrimonio podrá celebrarse ante cualquier magistrado o funcionario judicial -
por ejemplo un juez de paz del lugar o el secretario del tribunal-, el cual deberá levantar el acta
con las enunciaciones que exige el art. 420, que después deberá remitir al oficial público para
que la protocolice.

Respecto al matrimonio a distancia o entre ausentes (art. 422 CCCN), el art. 406 del CCCN
exige, además del consentimiento, que éste sea prestado por ellos personalmente ante la
autoridad competente para la celebración del matrimonio.

En matrimonio entre ausentes, se admite que el consentimiento sea prestado por uno de los
contrayentes aunque el otro esté ausente, si éste, luego y ante el oficial del Registro Civil de su
domicilio o del lugar en que se encuentre, expresa también su consentimiento; el matrimonio
queda entonces válidamente celebrado. La permisión del matrimonio entre ausentes es
excepcional.

El art. 422 del CCCN regula el matrimonio a distancia, considerándose tal aquel en el cual el
contrayente ausente ha expresado su consentimiento personalmente ante la autoridad
competente para celebrar matrimonios del lugar en que se encuentra. Las normas reglamentan el
matrimonio a distancia disponiendo:

a) El deber del oficial público de verificar que los contrayentes no se hallan afectados por
impedimentos para contraer matrimonio y de efectuar el control de mérito acerca de las causas
que justifican la ausencia de uno de los contrayentes.
b) El deber del contrayente ausente de haber expresado personalmente su consentimiento ante la
autoridad competente para autorizar matrimonios del lugar en que se encuentra.

c) La documentación que acredita el consentimiento del ausente tiene una vigencia limitada en
el tiempo; debe ser ofrecida -es decir, presentada ante el oficial público que celebrará el
matrimonio recibiendo el consentimiento del contrayente presente- dentro de los noventa días de
la fecha de su otorgamiento.

d) El matrimonio se reputa celebrado en el lugar en que se presenta el consentimiento que


perfecciona el acto.

Autoridad competente. Formalidades

La autoridad competente para celebrar el matrimonio es el oficial público encargado del


Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas correspondiente al domicilio de
cualquiera de los pretensos contrayentes. Sin embargo, el art. 407 del CCCN, en una clara
postura favor matrimonii, establece que “la existencia del matrimonio no resulta afectada por la
incompetencia o falta de nombramiento legítimo de la autoridad para celebrarlo, siempre y
cuando al menos unos de los contrayentes hubiera procedido de buena fe, y aquellos ejercieran
sus funciones públicamente”.

Esta norma implica que “se privilegia la existencia del matrimonio cuando el encargado de
celebrarlo aparentara contar con la competencia o con la designación correspondiente y por lo
menos uno de los cónyuges no conociera la realidad de la situación” .

Las formalidades para la celebración están expresadas en los arts. 417 a 420, para las formas
ordinarias y con las excepciones que expresamos acerca de las formas extraordinarias de
celebración del matrimonio (matrimonio in extremis y matrimonio a distancia).

Prueba del matrimonio

Cuando se alude a la prueba del matrimonio se atiende a su necesaria oponibilidad. El acto


matrimonial que emplaza en un determinado acto de familia, exige esa oponibilidad. El art. 423
del CCCN establece que “El matrimonio se prueba con el acta de su celebración, su testimonio,
copia certificado, o con la libreta de familia expedidos por el Registro del Estado civil y
Capacidad de las Personas”.

La prueba supletoria

Procede exclusivamente cuando existe la imposibilidad de presentar testimonio, copia o


certificado del acta de matrimonio o, en su caso, la libreta de familia.

Quien invoca la celebración del matrimonio y pretende probarlo por otros medios debe acreditar
la imposibilidad de obtener aquéllos. Probada la imposibilidad, el hecho constitutivo de la
prueba supletoria será la celebración del matrimonio (por ejemplo, la declaración de testigos que
asistieron al acto o que concurrieron a la fiesta de bodas, participaciones de casamientos,
etcétera).

En el mismo trámite de la información sumaria se prueba la imposibilidad y la celebración del


matrimonio.

Efectos del matrimonio


Efectos personales del matrimonio

Todos los efectos personales y patrimoniales del matrimonio están signados por la igualdad
jurídica de los cónyuges que expresa, a su vez, la igualdad jurídica de los sexos.

Repercusión del matrimonio celebrado sobre los atributos de las personas: capacidad.
Estado. Domicilio. Nombre

Los atributos son aquellas cualidades inherentes a la persona. Son los presupuestos para que el
sujeto pueda ser titular de derechos. Los mismos son:

El matrimonio, como acto jurídico trascendental, repercute e incide en los atributos de las
personas.

Capacidad de derecho

Los cónyuges se encuentran afectados por incapacidades de derecho en consecuencia de su


estado matrimonial. Estas son en cuanto a lo personal, el impedimento de ligamen y el
impedimento de parentesco por afinidad y la prohibición de adoptar unilateralmente por
personas casadas, salvo cuando loS cónyuges estén separados de hecho o cuando uno de ellos
ha sido declarado persona incapaz o con capacidad restringida .

En cuanto a lo patrimonial, pesa el requisito del asentimiento conyugal para determinados


negocios sobre bienes gananciales o sobre la vivienda propia pero sede el hogar conyugal.

Estado:

El estado de las personas es el conjunto de cualidades que la ley tiene en cuenta para atribuirles
efectos jurídicos o bien la posición jurídica que ellas ocupan en la sociedad dada por tal
conjunto de cualidades. En el caso del matrimonio, las personas pasan a ser de estado civil
casadas.

Domicilio:

El Art. 431 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que “los esposos se
comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, la
convivencia y el deber moral de fidelidad”. Sin embargo, si bien se expresa el deber de
convivencia, hay que tener en cuenta que éste no es un deber jurídico, ya que no tienen ninguna
sanción el que los cónyuges no convivan, ya sea por decisión de ambos o de uno de ellos.

Es por ello, que a diferencia del Código Vélez Sársfield, donde el no cohabitar facultaba al
cónyuge a intimar al otro a reanudar la convivencia bajo apercibimiento de negarle alimentos e
incluso podía llegar a ser causa de divorcio vincular por culpa, a través del “abandono
voluntario y malicioso”, el Código Civil y Comercial de 2014, al receptar un sistema de
divorcio incausado, ha expresado el deber de cohabitar sólo como un deber axiológico, sin
generar sanción por su incumplimiento.

Nombre

El Art. 67 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que “cualquiera de los cónyuges
puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella”.
Tengamos en cuenta que, en el régimen anterior al Código Civil y Comercial de 2014, sólo la
mujer casada podía optar por añadir a su apellido el de su marido, impidiendo que el marido
pudiera optar por agregar a su apellido el de su mujer. En cambio, si el matrimonio era entre
personas de igual sexo, cualquiera podía añadir el apellido precedido de la preposición “de”. La
normativa actual, siguiendo los lineamientos de igualdad y no discriminación, permite que
cualquiera de los cónyuges, sean o no del mismo sexo, pueda incorporar a su apellido el de su
consorte.

Respecto a la persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo, en principio no


puede seguir utilizando el apellido del otro cónyuge, salvo que por motivos razonables el juez lo
autorice a conservarlo, por ejemplo, por ser conocido en su profesión con el apellido de su
consorte.

Por último, cabe destacar el caso del cónyuge viudo. En este supuesto el viudo o viuda puede
seguir utilizando el apellido del otro cónyuge hasta tanto no contraiga nuevas nupcias, ni
constituya unión convivencial.

Relaciones personales entre los cónyuges

La celebración de las nupcias da origen a un vínculo jurídico, que es el vínculo matrimonial, del
cual emergen determinados efectos legales, clasificados genéricamente en efectos personales y
efectos patrimoniales.

Naturaleza. El principio de igualdad y la distribución de funciones

El Código de Vélez Sársfield, el cual estaba basado en un modelo de familia tradicional,


imponía a los cónyuges deberes personales con un marcado fundamento moral, entendiendo
que el matrimonio no era sólo un vínculo jurídico, sino y principalmente un vínculo moral-
espiritual basado en afectos y sentimientos que implican deberes éticos. Sobre ese fondo
moral, y el efecto de dar a la institución todo su desarrollo, se superponía el elemento
jurídico, pues como el matrimonio constituye la base de la sociedad, la ley positiva
sancionaba esos deberes morales erigiéndolos en obligaciones de derecho que los cónyuges
tienen entre sí, con respecto a la prole y también para la sociedad (Méndez Costa, D’ Antonio;
1990). Estos deberes, con su consecuente sanción jurídica en caso de incumplimiento, eran los
deberes de fidelidad, asistencia y cohabitación.

A partir de la sanción y entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de 2014, el paradigma
del modelo familiar se transforma, y con ello se modifican los derechos, deberes personales de
los cónyuges.

En este sentido, debemos diferenciar entre los deberes morales que propone la ley, pero de los
cuales de su incumplimiento no deriva ninguna sanción, de aquellos deberes jurídicos que
pueden ser reclamados frente a los estrados judiciales.

Así el Art. 431 del CCyCN expresa: “Los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de
vida en común basado en la cooperación, la convivencia, y el deber moral de fidelidad. Deben
prestarse asistencia mutua”.

De la norma citada debemos considerar que sólo la asistencia es un deber jurídico, de cuyo
incumplimiento derivará una sanción, siendo los deberes de cooperación, convivencia y el deber
moral de fidelidad tan sólo deberes morales o éticos.
Los deberes -MORALES ( cohabitación-fidelidad-cooperacion)

-JURIDICOS (asistencia mutua )

Los deberes mínimos, recíprocos, incoercibles salvo el de contribución y alimentos que tiene un
contenido patrimonial.

 El deber de cooperación

El deber de cooperación, que es claramente un deber moral e incoercible, implica que “los
cónyuges deben obrar conjuntamente en miras a la realización de su proyecto de vida común” .

 El deber de convivencia

El deber de convivencia es un deber axiológico o moral que no genera ninguna consecuencia


jurídica frente a su incumplimiento. Esto es coincidente con la idea de que los cónyuges son los
protagonistas de su proyecto de vida, pudiendo ser éste un modelo que presente las
características de un matrimonio, en el cual sus miembros deciden, por las razones más diversas,
habitar en domicilios distintos.

 Deber de fidelidad

El deber de fidelidad es expresamente un deber moral, con lo cual, como lo hemos mencionado
reiteradas veces, su incumplimiento no trae aparejado ningún tipo de sanción civil.

La eliminación del deber de fidelidad tiene su razón de ser en la consagración del divorcio
incausado.

Recordemos que en el Código de Vélez Sársfield, al existir un sistema de divorcio con causa, la
infidelidad o adulterio era sancionada al figurar expresamente entre las causales subjetivas de
divorcio y separación personal, pudiendo ser declarado un cónyuge culpable en la sentencia de
divorcio o separación personal si se probaban esas causales, entre otras, con sus
correspondientes consecuencias jurídicas.

Cabe resaltar que frente a la decisión legislativa de despojar a la infidelidad de toda sanción
jurídica, parte de la doctrina ha mostrado su desagrado, expresando, entre otras cosas, que se
destruye la comunidad de vida y amor que son la base del matrimonio, así como también
expresan que la ley tiene una función educativa que debe poner de manifiesto lo que es correcto
de lo que no lo es en una relación matrimonial.

 El deber jurídico de asistencia mutua

El derecho, deber de asistencia, tiene dos aspectos: uno material y uno moral.

En la faceta material, la asistencia se refleja en el verdadero derecho – deber de alimentos que


coexiste a partir de la celebración del matrimonio, e incluso después, en algunas ocasiones
expresamente previstas por el Código. En la faceta moral, el deber de asistencia se traduce en
“ayuda mutua, cuidados recíprocos, socorro o cooperación” -

Los alimentos entre cónyuges

En concordancia con el deber jurídico de asistencia en sentido material, el Código Civil y


Comercial en su Art. 432 establece el deber de alimentos entre los cónyuges, disponiendo que:
Los cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida en común y la separación de hecho.
Con posterioridad al divorcio, la prestación alimentaria sólo se debe en los supuestos previstos
en este Código, o por convención de las partes. Esta obligación se rige por las reglas relativas a
los alimentos entre parientes en cuanto sean compatibles.

Como surge del artículo, la fuente de la obligación alimentaria entre cónyuges puede ser legal,
es decir derivada de la ley, o convencional, es decir de la voluntad de las partes.

El derecho – deber alimentario rige entonces durante la vigencia del matrimonio de manera
igualitaria entre ambos cónyuges, incluso durante la separación de hecho. Para estos casos, la
ley prevé cuáles son las pautas para la fijación de alimentos (Art. 433 CCyCN), siendo éstas:

a) el trabajo dentro del hogar, la dedicación a la crianza y educación de los hijos y sus edades;

b) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges;

c) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita alimentos;

d) la colaboración de un cónyuge en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del


otro cónyuge;

e) la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar;

f) el carácter ganancial, propio o de un tercero del inmueble sede de esa vivienda. En caso de ser
arrendada, si el alquiler es abonado por uno de los cónyuges u otra persona;

g) si los cónyuges conviven, el tiempo de la unión matrimonial;

h) si los cónyuges están separados de hecho, el tiempo de la unión matrimonial y de la


separación;

i) la situación patrimonial de ambos cónyuges durante la convivencia y durante la separación de


hecho.

Cese de la obligación alimentaria

“El derecho alimentario cesa si desaparece la causa que lo motivó, el cónyuge alimentado inicia
una unión convivencial o incurre en alguna de las causales de indignidad”.

Asimismo, en base al principio de solidaridad familiar, el Código sostiene que tras el divorcio,
los cónyuges se deberán alimentos si así se hubieren obligado por acuerdo entre partes, o en los
siguientes casos: 1) a favor del cónyuge que padece una enfermedad grave y que le impide
autosustentarse y 2) a favor del cónyuge que no tiene recursos suficientes ni posibilidad
razonable de procurárselo (Art. 434 CCyCN). En este último supuesto la obligación no puede
tener una duración superior al número de años que duró el matrimonio y no procede a favor del
que recibe la compensación económica.

En estos casos, se tendrán en cuenta las siguientes pautas para fijar los alimentos:

“a) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges;

b) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita alimentos;


c) la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar (…)

“Si desaparece la causa que la motivó, o si la persona beneficiada contrae matrimonio o vive en
unión convivencial, o cuando el alimentado incurre en alguna de las causales de indignidad”.

UNIONES CONVIVENCIALES

Definición

El Código Civil y Comercial de la Nación por primera vez regula las uniones convivenciales.
Son consideradas tales “la unión basada en relaciones afectivas de carácter singular, pública,
notoria, estable, y permanente do dos personas que conviven y comparten un proyecto de vida
común, sean del mismo o diferente sexo”.

Requisitos

El artículo 510 establece que para que se reconozcan los derechos establecidos en el Código
Civil y Comercial a las uniones convivenciales, éstas deben cumplir con ciertos requisitos, los
cuales analizaremos brevemente siguiendo a la Doctora Herrera (2015):

~que los dos integrantes sean mayores de edad: a diferencia del matrimonio, que en
determinadas circunstancias se permite que sea celebrado entre menores de edad, la unión
convivencial, al no haber ningún tipo de formalidad para constituirla, ni control estatal previo,
se impone que involucre solo a personas mayores de edad, es decir, personas que hayan
cumplido 18 años.

~no estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados, ni colateral hasta
el segundo grado: Las uniones convivenciales implican una relación de pareja, por ello es
requisito que no estén unidos por vínculos familiares cercanos. A través de este requisito se
excluye del régimen a otro tipo de uniones como las llamadas uniones asistenciales, en las
cuales, por ejemplo, conviven juntos dos hermanos, dos amigos, etcétera.

~no estén unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta: por las mismas razones
expuestas en el inciso anterior, no serán consideradas uniones convivenciales las compuestas
por una persona y padres afines, abuelos afines, hijos afines, etcétera.

~no tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de manera simultánea:
este requisito es de fácil comprobación ya que tanto del matrimonio subsistente, como de la
unión convivencial registrada se obtienen los correspondientes certificados.

~ mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años: se entiende que este
requisito tiende a materializar la publicidad, notoriedad, estabilidad y permanencia que d efine
las uniones convivenciales.

Registración

La existencia de la unión convivencial, su extinción y los pactos que los integrantes de la pareja
hayan celebrado se inscriben en el registro que corresponda a la jurisdicción local, sólo a los
fines probatorios. No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa
cancelación de la preexistente. La registración de la existencia de la unión convivencial debe ser
solicitada por ambos integrantes.

Es decir, la registración se prevé solo a los fines de facilitar la prueba de la unión, aunque las
parejas registradas tendrán un plus de reconocimiento frente a terceros respecto de la protección
de la vivienda familiar, ya que solo para el caso de las uniones registradas, se protege la
vivienda familiar y los muebles indispensables al requerirse el asentimiento del otro conviviente
en caso de disposición, así como también se determina la inejecutabilidad por deudas contraídas
con posterioridad a la registración, excepto que hayan sido contraídos por ambos convivientes o
por uno con el asentimiento del otro.

Prueba

“La unión convivencial puede acreditarse por cualquier medio de prueba; la inscripción en el
Registro de uniones convivenciales es prueba suficiente de su existencia”, no es obligatoria para
constituir la unión convivencial, pudiéndose probar ésta por cualquier medio. Asimismo, el
beneficio de la inscripción es que es prueba fehaciente por sí misma para probar dicho unión.

Pactos de convivencia

Nuestro ordenamiento jurídico, frente a la legislación de las uniones convivenciales, incorpora


la posibilidad de realizar pactos convivenciales. Estos pactos están destinados a regular las
relaciones entre los convivientes que pueden ser de carácter patrimonial o extra patrimonial. En
principio estos pactos prevalecen sobre las normas previstas en el Código. Sin embargo, ellos
están limitados y existen materias donde el ordenamiento legal prevalece.

Autonomía de la voluntad de los convivientes (art. 513)

La autonomía de la voluntad es la base del contenido de los pactos convivenciales, por lo tanto
lo establecido en el Código respecto a las uniones convivenciales se aplicará siempre y cuando
los convivientes no establecieran algo distinto en el referido pacto.

Sin embargo, hay ciertas disposiciones de orden público que el pacto de convivencia no puede
dejar sin efecto. Estas disposiciones son las referidas a:

*La asistencia que se deben los convivientes durante la convivencia.

*La obligación de contribuir a los gastos domésticos de conformidad con lo dispuesto en el


artículo 455.

*La responsabilidad solidaria de los convivientes, las deudas que uno de ellos hubiera contraído
para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los
hijos.

*Si la unión convivencial ha sido inscripta, ninguno de los convivientes puede, sin el
asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles
indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de la vivienda. El juez puede autorizar la
disposición del bien si es prescindible y el interés familiar no resulta comprometido.

*Si no media esa autorización, el que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad
del acto dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, y siempre que
continuase la convivencia.
*La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la inscripción de
la unión convivencial, excepto que hayan sido contraídas por ambos convivientes o por uno de
ellos con el asentimiento del otro.

-Respecto a la forma que debe tener el pacto convivencial, éste debe ser hecho por escrito y no
se admite un medio distinto al establecido

Contenido del pacto

El Código Civil y Comercial, de manera enunciativa, establece algunas de las cuestiones que
pueden ser incorporadas al pacto de convivencia. Así, el artículo 514 establece:

Los pactos de convivencia pueden regular, entre otras cuestiones: a) la contribución a las cargas
del hogar durante la vida en común; b) la atribución del hogar común, en caso de ruptura; c) la
división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común, en caso de ruptura de la convivencia.

Como puede observarse, estas cuestiones son las que mayores conflictos suelen traer frente a la
separación de los convivientes.

Asimismo, es importante destacar que en virtud de la autonomía de la voluntad, estos “pactos


pueden ser modificados rescindidos por acuerdo de ambos convivientes”.

Límites

Frente a la autonomía de la voluntad que tienen los contrayentes para celebrar el contenido de
los pactos de convivencia, se establecen límites a los fines de proteger a los convivientes.

Por un lado, tenemos los límites establecidos en el artículo 513, que hace referencia a aquellas
cuestiones que el pacto de convivencia no puede dejar sin efecto.

Por otro lado, el artículo 515 establece también límites a la autonomía de la voluntad,
estableciendo que: “Los pactos de convivencia no pueden ser contrarios al orden público, ni al
principio de igualdad de los convivientes, ni afectar los derechos fundamentales de cualquiera
de los integrantes de la unión convivencial”.

Efectos frente a terceros

El artículo 517 establece que:

Los pactos, su modificación y rescisión son oponibles a los terceros desde su inscripción en el
registro previsto en el artículo 511 y en los registros que correspondan a los bienes incluidos en
estos pactos. Los efectos extintivos del cese de la convivencia son oponibles a terceros desde
que se inscribió en esos registros cualquier instrumento que constate la ruptura.

Como se observa, para que los pactos sean oponibles a terceros, se requiere necesariamente la
registración de la unión convivencial, y además, para el caso de que el acuerdo incluyese
cuestiones relativas a bienes registrables, también debe dejarse constancia de ello en los
respectivos registros.

Efectos durante la convivencia.

El reconocimiento de las uniones convivenciales como una forma de organización familiar por
el cual puede optar una pareja, trae aparejado diversas cuestiones relativas al patrimonio de los
convivientes que es necesario dilucidar. En este sentido, el Código establece normas claras al
respecto, las cuales abordaremos a continuación.

Relaciones patrimoniales

Las relaciones económicas entre los integrantes de la unión se rigen por lo estipulado en el pacto
de convivencia. A falta de pacto, cada integrante de la unión ejerce libremente las facultades de
administración y disposición de los bienes de su titularidad, con la restricción Regulada en este
Título para la protección de la vivienda familiar y de los muebles indispensables que se
encuentren en ella.

Como se observa, la norma acerca de las relaciones patrimoniales entre los convivientes tiene su
eje en la autonomía de la voluntad de los mismos, con lo cual, existiendo pacto de convivencia,
la administración y disposición de los bienes se regirá de acuerdo a lo allí estipulado.

Como régimen supletorio, establece que cada integrante de la unión administra y dispone de los
bienes de su propiedad de manera exclusiva y sin limitación alguna, excepto respecto a la única
restricción a este derecho para poder disponer sobre la vivienda familiar y su ajuar (Roveda y
Giovannetti, 2014).

Asistencia

“Los convivientes se deben asistencia durante la convivencia”. Como estudiamos


anteriormente, esta es una norma de orden público, lo cual implica que ni siquiera a través del
pacto de convivencia podría cercenarse este derecho–deber.

La asistencia comprende tanto la faceta material como espiritual y solo es debida durante la
unión convivencial.

Contribución a los gastos del hogar :“Los convivientes tienen obligación de contribuir a los
gastos domésticos de conformidad con lo dispuesto en el artículo 455”.

El ordenamiento jurídico obliga a los convivientes a contribuir a los gastos del hogar,
remitiéndonos al deber de contribución entre cónyuges. Por lo tanto, los convivientes deberán
contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los hijos comunes, en proporción a sus
recursos.

Asimismo, y como lo expresa el artículo 455, dicha obligación se extiende también a las
necesidades de los hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con discapacidad de uno
de los cónyuges que conviven con ellos.

Responsabilidad por deudas frente a terceros

Como regla general cada uno de los convivientes responde con sus bienes por las deudas
contraídas. Sin embargo, “los convivientes son solidariamente responsables por las deudas que
uno de ellos hubiera contraído con tercero para solventar las necesidades ordinarias del hogar o
el sostenimiento y la educación de los hijos.

A los fines de ejemplificar dicho artículo, Roveda y Giovannetti (2014) expresan:


Las necesidades ordinarias del hogar es un concepto amplio. Por ellas debe entenderse a las
necesidades médicas del grupo familiar, la adquisición de bienes muebles para el hogar,
vestimenta para todos los integrantes, gastos de vacaciones familiares, entre otros.

El concepto de sostenimiento y gasto de educación de hijos comunes, comprende todo lo


necesario para sus necesidades: vestimenta, alimentos, esparcimiento, actividades deportivas y
recreativas. La educación comprende el pago de aranceles de los colegios donde concurren, o de
sus profesores particulares, compra de material escolar, etc.

Protección de la vivienda familiar

El Código Civil y Comercial se caracteriza por una fuerte protección a la vivienda familiar, y las
uniones convivenciales no son ajenas a este principio protectorio.

En virtud de ello, el artículo 522 establece que: “si la unión convivencial ha sido inscripta,
ninguno de los convivientes puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre
la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de la
vivienda. El juez puede autorizar la disposición del bien si es prescindible y el interés familiar
no resulta comprometido.

Si no media esa autorización, el que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del
acto dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, y siempre que continuase
la convivencia.

La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la inscripción de
la unión convivencial, excepto que hayan sido contraídas por ambos convivientes o por uno de
ellos con el asentimiento del otro.

Cabe destacar que esta extensa protección a la vivienda familiar, solo producirá efectos si la
unión convivencial está debidamente inscripta en el respectivo registro.

Cese de la convivencia. Causas

El artículo 523 del enumera taxativamente las causales por las cuales se extingue la unión
convivencial. Algunas causales son ajenas a la voluntad de las partes y otras tienen su origen en
la voluntad de los convivientes -

En virtud de ello,

La unión convivencial cesa: a) por la muerte de uno de los convivientes; b) por la sentencia
firme de ausencia con presunción de fallecimiento de uno de los convivientes; c) por
matrimonio o nueva unión convivencial de uno de sus miembros; d) por el matrimonio de los
convivientes; e) por mutuo acuerdo; f) por voluntad unilateral de alguno de los convivientes
notificada fehacientemente al otro; g) por el cese de la convivencia mantenida. La interrupción
de la convivencia no implica su cese si obedece a motivos laborales u otros similares, siempre
que permanezca la voluntad de vida en común.

Efectos. Compensación económica: fijación judicial, pautas, caducidad

La ruptura de la unión convivencial trae aparejado efectos, los cuales estarán regulados por las
normas de orden público abordadas ut supra y por supuesto por el pacto convivencial si lo
hubiera.
Asimismo, la figura de la compensación económica establecida como un posible efecto del
divorcio, se repite frente al quiebre de la unión convivencial. En este sentido, el artículo 524
establece que:

“cesada la convivencia, el conviviente que sufre un desequilibrio manifiesto que signifique un


empeoramiento de su situación económica con causa adecuada en la convivencia y su ruptura,
tiene derecho a una compensación. Ésta puede consistir en una prestación única o en una renta
por un tiempo determinado que no puede ser mayor a la duración de la unión convivencial.”
Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro modo
que acuerden las partes o en su defecto decida el juez.

Como puede observarse de la comparación entre la compensación económica derivada del


matrimonio y de la derivada de la unión convivencial, surge que en ésta última, si la
compensación se tradujera en una renta, ésta no puede superar lo que hubiera durado la unión.

Como se expresara al momento de abordar el divorcio, la compensación no es una figura que


necesariamente se va a dar ante la ruptura de la unión convivencial, sino que deben cumplirse
los requisitos expresados en la norma. Asimismo, conforme el artículo 525:

El juez determinará la procedencia y el monto de la compensación económica sobre la base de


diversas circunstancias, entre otras: a) el estado patrimonial de cada uno de los convivientes al
inicio y a la finalización de la unión; b) la dedicación que cada conviviente brindó a la familia y
a la crianza y educación de los hijos y la que debe prestar con posterioridad al cese; c) la edad y
el estado de salud de los convivientes y de los hijos; d) la capacitación laboral y la posibilidad
de acceder a un empleo del conviviente que solicita la compensación económica; e) la
colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro
conviviente; f) la atribución de la vivienda familiar.

Caducidad

“La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses de haberse
producido cualquiera de las causas de finalización de la convivencia”.

Acerca del breve plazo que se concede para ejercer la acción, la Doctora Herrera explica que
“pretende evitar la perpetuación de reclamos o litigios derivados de una unión de sustento
fáctico, que ya se encuentra cesada; conductas que por lo demás podrían resultar abusivas con
relación al exconviviente a quien se reclama la prestación” (Herrera, 2014, pág. 525).

Atribución del uso de la vivienda

Como venimos expresando, la vivienda es un derecho humano, y como tal ha merecido gran
protección por parte de Código Civil y Comercial. En este sentido, se protege el derecho a la
vivienda tanto ante el cese de la unión convivencial en vida de ambos cónyuges, como en el
supuesto de muerte.

Respecto a la atribución del uso de la vivienda familiar, el uso del inmueble que fue sede de la
unión convivencial puede ser atribuido a uno de los convivientes en los siguientes supuestos :

 si tiene a su cargo el cuidado de hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con
discapacidad;
 si acredita la extrema necesidad de una vivienda y la imposibilidad de procurársela en
forma inmediata.

Respecto al plazo, el código establece que “el juez debe fijar el plazo de la atribución, el que no
puede exceder de dos años a contarse desde el momento en que se produjo el cese de la
convivencia”.

Asimismo,a petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta compensatoria por
el uso del inmueble a favor del conviviente a quien no se atribuye la vivienda; que el inmueble
no sea enajenado durante el plazo previsto sin el acuerdo expreso de ambos; que el inmueble en
condominio de los convivientes no sea partido ni liquidado. La decisión produce efectos frente a
terceros a partir de su inscripción registral.

Si se trata de un inmueble alquilado, el conviviente no locatario tiene derecho a continuar en la


locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías
que primitivamente se constituyeron en el contrato.

“El derecho de atribución cesa:

por cumplimiento del plazo fijado por el juez;


 por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;
 por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria”.

En el supuesto de muerte de uno de los convivientes, el artículo 527 dispone:

“El conviviente supérstite que carece de vivienda propia habitable o de bienes suficientes que
aseguren el acceso a ésta, puede invocar el derecho real de habitación gratuito por un plazo
máximo de dos años sobre el inmueble de propiedad del causante que constituyó el último hogar
familiar y que a la apertura de la sucesión no se encontraba en condominio con otras personas.

Este derecho es inoponible a los acreedores del causante. Se extingue si el conviviente supérstite
constituye una nueva unión convivencial, contrae matrimonio, o adquiere una vivienda propia
habitable o bienes suficientes para acceder a ésta”.

Distribución de los bienes

La distribución de los bienes ante el cese de la convivencia, siempre ha traído aparejado


numerosos inconvenientes, sobre todo cuando las uniones convivenciales no estaban reguladas
en nuestro ordenamiento.

En el Código Civil y Comercial se regula esta situación, priorizando siempre, si hubiere, el


pacto convivencial.

A falta de pacto, los bienes adquiridos durante la convivencia se mantienen en el patrimonio al


que ingresaron-

Efectos patrimoniales del matrimonio

El matrimonio produce complejos efectos patrimoniales. Algunos de estos efectos operan desde
la celebración misma del matrimonio, mientras que otros lo hacen una vez acaecida la muerte de
uno de los cónyuges. Los primeros comprenden, el beneficio de competencia, la suspensión de
la prescripción. Los segundos comprenden la vocación hereditaria conyugal y el derecho de
habitación viudal

Beneficio de competencia

“El beneficio de competencia es un derecho que se otorga a ciertos deudores, para que paguen
lo que buenamente puedan, según las circunstancias, y hasta que mejoren de fortuna” (Art. 892
CCyCN).

Según el Art. 893 del Código: “El acreedor debe conceder este beneficio a su cónyuge o
conviviente”.

 Suspensión de la prescripción

Con el objetivo de no perturbar la armonía entre los esposos, que podría comprometerse si la
ley los pusiera en la necesidad de ejercer las acciones judiciales correspondientes a los efectos
de conservarlas y con el fin de superar los obstáculos que, por respeto o afecto, traban el
accionar de un cónyuge contra el otro, el Art. 2543 establece que se suspende el curso de la
prescripción tanto adquisitiva como liberatoria entre cónyuges durante el matrimonio (así como
también se suspende entre convivientes durante la unión convivencial).

Efectos post mortem: derecho real de habitación, derecho sucesorio

A continuación, haremos referencia a los efectos patrimoniales post mortem, es decir que
ocurren luego de la muerte de uno de los cónyuges.

 Derecho real de habitación

El cónyuge supérstite tiene derecho real de habitación vitalicio y gratuito de pleno derecho
sobre el inmueble de propiedad del causante, que constituyó el último hogar conyugal, y que a
la apertura de la sucesión no se encontraba en condominio con otras personas

Derecho sucesorio

Si bien no profundizaremos en esta temática por ser parte del derecho sucesorio, adelantamos
que el cónyuge se consagra como un heredero forzoso frente a la sucesión de su cónyuge
premuerto. Esto implica que hay una porción de la herencia que le pertenece por ley.

 Regímenes Patrimonial del matrimonio


Régimen de bienes en el matrimonio: es el establecido mediante el conjunto de normas jurídicas
que regulan las relaciones patrimoniales de los cónyuges entre sí y con respecto a terceros.

Así, en el derecho comparado, se han establecido varios regímenes patrimoniales –


matrimoniales, de los cuales los más utilizados en la actualidad son: el de comunidad, el de
participación y el de separación.

 Comunidad: diversas formas

El régimen de comunidad se caracteriza por la existencia de una masa de bienes que


corresponde a ambos cónyuges, y que se partirá por mitades al disolverse.
La comunidad puede asumir diferentes formas conforme la extensión de la masa y según el
régimen de gestión de los bienes de destino común.

Según la extensión de la masa, ésta puede ser universal o restringida. En la universal, todos los
bienes, se hacen comunes y se dividen oportunamente sin distinguir a su origen. En la
comunidad restringida caben la comunidad de muebles y gananciales, o simplemente la de
gananciales, debiendo distinguirse entre bienes propios y bienes gananciales (adquiridos a título
oneroso durante la vigencia del régimen).

Según la gestión de los bienes, el régimen de comunidad puede ser de gestión del marido (en la
actualidad prácticamente sin uso), de gestión separada, de gestión conjunta o de gestión
indistinta.

La administración marital admite, por ej. la existencia de bienes reservados a la administración


de la esposa, la administración separada (de cada cónyuge sobre sus bienes propios y los
gananciales que adquiere), combina siempre exigencias de gestión conjunta; la gestión conjunta
(de ambos consortes sobre los bienes de destino común) permite la presunción de la
conformidad del otro cónyuge cuando uno de ellos ejecuta actos de menor importancia; en la
gestión indistinta (a cargo de uno u otro cónyuge sin atender a quien adquirió los bienes) se
presume el asentimiento del cónyuge de aquél que dispone por sí mismo de los bienes
comunes.

 Participación

En este régimen no existen estrictamente bienes comunes, sino que cada cónyuge es exclusivo
propietario de los que adquiere durante el matrimonio. El régimen es semejante al de
separación, pero al disolverse el matrimonio, se reconoce a cada uno de los ex cónyuges o al
supérstite, el derecho a participar en los adquiridos por el otro hasta igualar los patrimonios
de ambos.

 Separación

Es aquel en el que cada cónyuge conserva la administración y disposición de sus bienes


adquiridos antes o durante el matrimonio. Respecto a las deudas, cada consorte responde
personalmente por las deudas que contrae .Implica absoluta separación de propiedad, gestión y
responsabilidad.

EL RÉGIMEN PATRIMONIAL – MATRIMONIAL ARGENTINO

A partir de la sanción del Código Civil y Comercial de 2014 hubo un giro trascendental en esta
materia, a partir de la posibilidad de elección de los cónyuges entre un régimen de comunidad y
un régimen de separación de bienes, cuestión impensada en el Código de Vélez Sársfield, donde
se tenía único régimen legal, imperativo y forzoso llamado sociedad conyugal.

Caracterización

Las características del régimen patrimonial – matrimonial argentino, son:

*Convencional no pleno: ya que permite que la pareja antes o en el acto de celebración del
matrimonio opte por cualquiera de las dos regímenes que ofrece el sistema: comunidad de
ganancias o separación de bienes. Ante la falta de opción, funcionará por vía supletoria la
comunidad de ganancias.

*Mutable: durante la vigencia del matrimonio, los cónyuges pueden cambiar de régimen la
cantidad de veces que lo consideren necesario, con la única limitación que permanezcan en el
mismo régimen al menos un año. Es decir que al momento de la celebración del matrimonio
pueden optar los cónyuges por el régimen de comunidad y transcurrido al menos un año, a
través de una convención matrimonial, mutar al régimen de separación de bienes o viceversa.

*Limitación a la autonomía de la voluntad: si bien los cónyuges tienen autonomía de la


voluntad para la elección del régimen antes o durante la celebración del matrimonio e incluso la
facultad de modificar de régimen durante la vigencia del matrimonio, la ley impone un régimen
primario que es aplicable a ambos regímenes.

Principios que lo informan

Los principios que informan el régimen patrimonial – matrimonial argentino son coincidentes
con los que inspiraron el Código Civil y Comercial de 2014.

 Principio de autonomía de la voluntad: que se traduce en la facultad de opción que


tienen los cónyuges para elegir entre el régimen de comunidad o el régimen de
separación de bienes.
 -Principio de solidaridad: enmarcado dentro del denominado “régimen primario”,
compuesto por aquellas normas que imperan más allá del régimen patrimonial elegido.
Estas normas se erigen en un régimen patrimonial primario, el que se impone por sobre
la voluntad autónoma de los esposos, y que halla su justificación en la protección y
plena realización de una serie de derechos de registro constitucional reconocidos a los
miembros de la pareja, a integrantes del grupo familiar, e incluso también a terceros
ajenos a ella. De tal modo, cualquier convenio privado que contravenga su contenido no
surtirá efecto alguno, con excepción de aquellos casos en que sea el mismo código el
que autorice su realización
 -Principio de pluralidad: atento a que el Código reconoce distintos modelos familiares,
es claro que todas las normas de derecho de familia, incluso las normas relativas al
régimen patrimonial – matrimonial, no distinguen entre parejas de igual o distinto sexo.

La opción: régimen de comunidad y régimen de separación de bienes

Dentro de las convenciones matrimoniales permitidas, se encuentra la opción que pueden hacer
los cónyuges por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en el Código. Estos
regímenes son el régimen de comunidad y el régimen de separación. Esta elección puede
realizarse al momento de la celebración del matrimonio e incluso después de la celebración del
mismo por convención de los cónyuges. En este caso, “esta convención puede ser otorgada
después de un año de aplicación del régimen patrimonial, convencional o legal, mediante
escritura pública. Para que el cambio de régimen produzca efectos respecto de terceros, debe
anotarse marginalmente en el acta de matrimonio” (Art. 449 CCyCN).

Asimismo, el Art. 449 expresa que: “los acreedores anteriores al cambio de régimen que sufran
perjuicios por tal motivo pueden hacerlo declarar inoponible a ellos en el término de un año a
contar desde que lo conocieron”.
los regímenes patrimoniales – matrimoniales entre los cuales pueden optar los cónyuges,
aproximamos las características básicas de cada uno de ellos en nuestro derecho:

Régimen de comunidad: se trata de un régimen de comunidad restringida a los gananciales, ya


que se excluyen de la comunidad todos los bienes propios, es decir, aquellos que los cónyuges
lleven al matrimonio y los que adquieran con posterioridad por un título que la ley les confiera
el carácter de propios.

En cuanto a los bienes gananciales, forman una masa que al momento de la disolución de la
comunidad se partirá por mitades.

La gestión es separada con tendencia a la gestión conjunta, teniendo en cuenta que como regla
que cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de los bienes propios y gananciales
que ha adquirido.

Sin embargo, es necesario “el asentimiento del otro para enajenar o gravar ciertos bienes
gananciales”.

En cuanto a las deudas, “cada uno de los cónyuges responde frente a sus acreedores con todos
sus bienes propios y los gananciales por él adquiridos”. Asimismo la responsabilidad será
solidaria en los siguientes casos frente a “deudas contraídas para solventar las necesidades
ordinarias del hogar, el sostenimiento y la educación de los hijos comunes”.

Régimen de separación: que implica que cada cónyuge ostenta la titularidad de los bienes que
tenía antes del matrimonio y con posterioridad al mismo. Cada cónyuge conserva la
independencia de su patrimonio, lo cual implica que tiene la propiedad, el exclusivo uso, goce y
disposición de sus bienes y frutos. En este sistema no hay bienes propios y gananciales, sino
sólo bienes personales. Asimismo, ningún cónyuge tiene derecho actual o eventual sobre las
ganancias del otro .

Respecto a la gestión de los bienes, hablamos de una gestión separada, con la salvedad de que se
requerirá el asentimiento del otro cónyuge para disponer de los derechos de la vivienda familiar
y de los muebles indispensables de ésta.

En relación a las deudas, rige el principio de separación de deudas, pero existe un deber de
contribución que se traduce en responsabilidad solidaria de ambos cónyuges frente a deudas
contraídas para solventar las necesidades ordinarias del hogar, el sostenimiento y la educación
de los hijos comunes.

Carácter supletorio del régimen de comunidad.

El Art. 463 del Código Civil y Comercial establece que: a falta de opción hecha en la
convención matrimonial, los cónyuges quedan sometidos desde la celebración del matrimonio al
régimen de comunidad de ganancias reglamentado en este Capítulo. No puede estipularse que la
comunidad comience antes o después, excepto el caso de cambio de régimen matrimonial
previsto en el artículo 449.

En los fundamentos de la reforma del Código Civil y Comercial 2014 se exponen las razones
por las cuales el régimen de comunidad es el supletorio, estableciéndose que los motivos son:

El régimen legal supletorio es el de comunidad fundado en ser: a) el sistema más adecuado a la


igualdad jurídica de los cónyuges y a la capacidad de la que gozan; b) el aceptado
mayoritariamente en el derecho comparado, y c) el más adaptado a la realidad socioeconómica
de las familias de la Argentina, en este momento.

Capitulaciones matrimoniales

También llamadas convenciones matrimoniales, contrato de matrimonio o convención


prenupcial.

Definición

Las convenciones matrimoniales son el acuerdo celebrado entre los futuros consortes con
el fin de determinar el régimen matrimonial al cual van a someterse, así como también
pueden referirse a alguno de los aspectos de sus relaciones patrimoniales.

Convenciones permitidas

Según el Art. 446 del Código Civil y Comercial: antes de la celebración del matrimonio los
futuros cónyuges pueden hacer convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes:

a. la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio;

b. la enunciación de las deudas;

c. las donaciones que se hagan entre ellos;

d. la opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en este Código.

Estas son las únicas convenciones permitidas, por lo tanto “toda convención entre los futuros
cónyuges sobre cualquier otro objeto relativo a su patrimonio es de ningún valor”.

Régimen legal

Como hemos apuntado, las convenciones matrimoniales permitidas en nuestro ordenamiento


jurídico son las expresamente establecidas en el Art. 446 del CCyCN. Toda otra convención se
reputará nula.

Respecto a la forma de las convenciones, éstas “deben ser hechas por escritura pública antes de
la celebración del matrimonio, y producen efectos a partir de la celebración del matrimonio y
mientras el mismo no sea anulado”.

En caso de que la convención verse sobre la opción del régimen de separación de bienes, y para
que la misma sea oponible a terceros, ésta debe quedar asentada y anotarse marginalmente en el
acta de matrimonio (Art. 448).

Respecto a la posibilidad que tienen los cónyuges de modificar el régimen patrimonial –


matrimonial durante la vigencia del matrimonio, la ley establece que “esta convención puede ser
otorgada después de un año de aplicación del régimen patrimonial, convencional o legal,
mediante escritura pública”. Es decir que si los contrayentes optaron por el régimen de
separación de bienes y lego quieren someterse al régimen de ganancias, deberán esperar al
menos un año de aplicación del régimen de separación y viceversa.
Respecto a las personas menores que contraigan matrimonio, el Art. 450 establece que no
pueden hacer donaciones en la convención matrimonial ni ejercer la opción del régimen de
separación de bienes, quedando sometidos al régimen de comunidad.

Contratos entre cónyuges

El art. 1002 del Código Civil establece que “no pueden contratar en interés propio (…) los
cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí”. Esto implica que la restricción alcanza
únicamente a los cónyuges que estén bajo el régimen de comunidad.

REGIMEN PRIMARIO: Régimen patrimonial – matrimonial

Si bien el Código Civil y Comercial confiere a los contrayentes la posibilidad de optar entre dos
regímenes patrimoniales – matrimoniales, es decir, el régimen de comunidad (régimen
supletorio) o régimen de separación de bienes, se ha establecido un régimen primario.

El régimen primario implica una serie de normas que se imponen por sobre la voluntad de los
esposos y que se aplican independientemente del régimen patrimonial – matrimonial elegido, es
decir, son normas de orden público que se aplican ya sea que los cónyuges hayan optado por el
régimen de separación de bienes o se encuentren en el régimen de comunidad. Estas
disposiciones son inderogables por convención de los cónyuges, excepto disposición expresa en
contrario que prevea el Código Civil y Comercial. prevista en el ordenamiento jurídico (Art.
454).

 Deber de contribución

Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los hijos
comunes, en proporción a sus recursos. Esta obligación se extiende a las necesidades de los
hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con discapacidad de uno de los cónyuges
que conviven con ellos. El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación puede ser
demandado judicialmente por el otro para que lo haga, debiéndose considerar que el trabajo en
el hogar es computable como contribución a las cargas (Art. 455).

 El asentimiento conyugal

El “asentimiento” significa la conformidad de un tercero que no es parte. En la temática que nos


ocupa, la calidad de tercero del cónyuge asentidor cuando interviene como tal en un acto de
disposición onerosa practicado por su consorte, sólo tiene el sentido de que se notifica del acto y
que hasta ese momento no tiene nada que oponer, pero de ninguna manera implica reconocer la
onerosidad o la sinceridad del acto.

Esta conformidad del cónyuge no contratante del acto, es requerida a los fines de la validez de
ciertos actos, sea cual sea el régimen patrimonial – matrimonial bajo el que se encuentren los
cónyuges.

En este sentido, el art. 456 del CCyCN establece:

Ninguno de los cónyuges puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la
vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella. El
que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la restitución de los
muebles dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de
seis meses de la extinción del régimen matrimonial”.
La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la celebración del
matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos
con el asentimiento del otro.

Requisitos del asentimiento

El asentimiento “debe versar sobre el acto en sí y sus elementos constitutivos”. Es decir que: se
impone un conocimiento efectivo del contenido que sólo se adquiere a través de la información
y de la transparencia que le permitan al cónyuge que asiente valorar la conveniencia del acto,
particularmente en un contexto intrafamiliar (posición vital), en el cual puedan presentarse
supuestos de “influencia injusta o de abuso de posición (Herrera, 2015, pág. 48).

Autorización judicial

Es preciso determinar qué sucede cuando uno de los cónyuges no puede o no quiere prestar el
aludido asentimiento, ya sea por estar ausente, por ser persona incapaz, por estar
transitoriamente impedido de expresar su voluntad, o si su negativa no está justificada por el
interés de la familia (art.458).

En estos casos, el Código prevé la manera para suplir ese asentimiento, permitiendo que el
cónyuge que desee realizar el acto jurídico pueda solicitar la autorización judicial para suplir
dicho asentimiento. A su vez, la norma expresa en el art. 458 que “el acto otorgado con
autorización judicial es oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de él no
deriva ninguna obligación personal a su cargo”

En el caso de que uno de los cónyuges se niegue a prestar el asentimiento, quien pretende lograr
la venia judicial deberá demostrar que la falta de conformidad de su consorte “impide la
realización de los fines esenciales de la pareja matrimonial y de su descendencia, acreditando la
falta de razonabilidad de la postura sostenida por el otro”

 Mandato entre cónyuges

Si bien el art. 1002 del CCyCN establece que los cónyuges que están sometidos al régimen de
comunidad están inhabilitados para contratar entre sí, ésta es claramente una excepción al
respecto.

Así, se establece en el art. 459 que:

Uno de los cónyuges puede dar poder al otro para representarlo en el ejercicio de las facultades
que el régimen matrimonial le atribuye, pero no para darse a sí mismo el asentimiento en los
casos en que se aplica el artículo 456. La facultad de revocar el poder no puede ser objeto de
limitaciones.

Excepto convención en contrario, el apoderado no está obligado a rendir cuentas de los frutos y
rentas percibidos.

Así, el reconocimiento del derecho a realizar contrato de mandato entre cónyuges “encuentra un
límite insoslayable: (…) prohíbe dar mandato al cónyuge cuando el encargo consiste en que el
mandatario se dé a sí mismo el asentimiento”. En este sentido, “la exclusión se limita al
acuerdo del no titular para disponer los derechos sobre la vivienda familiar y los muebles a que
hace referencia el Art. 456”.
Asimismo, es claro el art. 459 al establecer que el cónyuge que confirió mandato puede revocar
el poder en cualquier momento, siendo nula cualquier limitación a dicho precepto.

 Responsabilidad solidaria por las deudas

El régimen primario, bajo el principio de solidaridad familiar que inspira el Código Civil y
Comercial, ha introducido novedosas modificaciones al régimen de deudas, sea cual sea el
régimen patrimonial – matrimonial bajo el que se encuentre los cónyuges.

En este sentido, el Art. 461 del CCyCN establece que: “los cónyuges responden solidariamente
por: Las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del
hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 455”. Es el deber de contribución. “Fuera de esos casos, y excepto disposición en
contrario del régimen matrimonial, ninguno de los cónyuges responde por las obligaciones del
otro”.

Entonces, podemos concluir que, como principio general, se consagra el principio de separación
de deudas, en el cual cada cónyuge responde con sus bienes propios y los gananciales que
administra (en el caso de el régimen de comunidad) y con sus bienes personales (en el caso del
régimen de separación de bienes) por sus deudas personales, con la excepción de que la
responsabilidad será solidaria, es decir que el acreedor podrá atacar los bienes de cualquiera de
los cónyuges, cuando la deuda haya sido contraída para “solventar las necesidades ordinarias del
hogar o el sostenimiento o la educación de los hijos comunes”.

 Administración de cosas muebles no registrables

Los actos de administración y disposición a título oneroso de cosas muebles no registrables


cuya tenencia ejerce individualmente uno de los cónyuges, celebrados por éste con terceros de
buena fe, son válidos, excepto que se trate de los muebles indispensables del hogar o de los
objetos destinados al uso personal del otro cónyuge o al ejercicio de su trabajo o profesión.

En tales casos, el otro cónyuge puede demandar la nulidad dentro del plazo de caducidad de seis
meses de haber conocido el acto y no más allá de seis meses de la extinción del régimen
matrimonial.

REGIMEN SUPLETORIO-Régimen de comunidad.

Como hemos estudiado, los cónyuges pueden optar por el régimen patrimonial – matrimonial
que regulará sus relaciones patrimoniales, pudiendo optar por el régimen de separación o de
comunidad. Asimismo, se establece un marco normativo que funcionará como régimen
supletorio a falta de opción, este es el régimen de comunidad.

Así, entonces: …a falta de opción hecha en la convención matrimonial, los cónyuges quedan
sometidos desde la celebración del matrimonio al régimen de comunidad de ganancias (…). No
puede estipularse que la comunidad comience antes o después, excepto el caso de cambio de
régimen matrimonial.

Bienes propios y gananciales de los cónyuges. Prueba del carácter de los bienes

En el régimen de comunidad, el sistema de calificación de los bienes según sean propios o


gananciales, reviste gran importancia sobre cuestiones impositivas, la responsabilidad por las
deudas de los cónyuges, la determinación de los bienes que integraran el acervo hereditario y
porque determina sobre qué bienes los esposos tendrán derecho exclusivo de propiedad (bienes
propios) y cuáles serán objeto de partición por mitades una vez extinguida la comunidad (bienes
gananciales) -

Bienes propios

El art. 464 establece cuáles son los bienes propios de los cónyuges. Para mayor comprensión,
los agruparemos según distintos criterios (Medina, 2014):

Son bienes propios de cada uno de los cónyuges:

I) Los bienes aportados al matrimonio

a) los bienes de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro derecho real o la posesión al
tiempo de la iniciación de la comunidad;

II) Los bienes adquiridos a título gratuito

b) los adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación, aunque sea
conjuntamente por ambos, y excepto la recompensa debida a la comunidad por los cargos
soportados por ésta.

Los recibidos conjuntamente por herencia, legado o donación se reputan propios por mitades,
excepto que el testador o el donante hayan designado partes determinadas.

No son propios los bienes recibidos por donaciones remuneratorias, excepto que los servicios
que dieron lugar a ellas hubieran sido prestados antes de la iniciación de la comunidad. En caso
de que el valor de lo donado exceda de una equitativa remuneración de los servicios recibidos,
la comunidad debe recompensa al donatario por el exceso;

III) Los bienes adquiridos por subrogación real con otros bienes propios.

c) los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la inversión de dinero propio, o la
reinversión del producto de la venta de bienes propios, sin perjuicio de la recompensa debida a
la comunidad si hay un saldo soportado por ésta. Sin embargo, si el saldo es superior al valor el
aporte propio, el nuevo bien es ganancial, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge
propietario;

d) los créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de uno de los cónyuges a otro
bien propio;

e) los productos de los bienes propios, con excepción de los de las canteras y minas;

f) las crías de los ganados propios que reemplazan en el plantel a los animales que faltan por
cualquier causa. Sin embargo, si se ha mejorado la calidad del ganado originario, las crías son
gananciales y la comunidad debe al cónyuge propietario recompensa por el valor del ganado
propio aportado;

IV) Los bienes adquiridos por título o causa anterior al matrimonio.

g) los adquiridos durante la comunidad, aunque sea a título oneroso, si el derecho de


incorporarlos al patrimonio ya existía al tiempo de su iniciación;
h) los adquiridos en virtud de un acto anterior a la comunidad viciado de nulidad relativa,
confirmado durante ella;

i) los originariamente propios que vuelven al patrimonio del cónyuge por nulidad, resolución,
rescisión o revocación de un acto jurídico;

V) Los adquiridos por accesión

j) los incorporados por accesión a las cosas propias, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con dinero de ella;

VI) los adquiridos por un supuesto especial de accesión

k) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario de
una parte indivisa de un bien al comenzar la comunidad, o que la adquirió durante ésta en
calidad de propia, así como los valores nuevos y otros acrecimientos de los valores mobiliarios
propios, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad en caso de haberse invertido
bienes de ésta para la adquisicIón;

l) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió antes del comienzo de la
comunidad, si el usufructo se extingue durante ella, así como la de los bienes gravados con otros
derechos reales que se extinguen durante la comunidad, sin perjuicio del derecho a recompensa
si para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se emplean bienes gananciales;

VII) los bienes propios por su naturaleza.

m) las ropas y los objetos de uso personal de uno de los cónyuges, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad si son de gran valor y se adquirieron con bienes de ésta; y
los necesarios para el ejercicio de su trabajo o profesión, sin perjuicio de la recompensa debida a
la comunidad si fueron adquiridos con bienes gananciales;

n) las indemnizaciones por consecuencias no patrimoniales y por daño físico causado a la


persona del cónyuge, excepto la del lucro cesante correspondiente a ingresos que habrían sido
gananciales;

ñ) el derecho a jubilación o pensión, y el derecho a alimentos, sin perjuicio del carácter


ganancial de las cuotas devengadas durante la comunidad y, en general, todos los derechos
inherentes a la persona;

VIII) la situación especial de la propiedad intelectual e industrial.

o) la propiedad intelectual, artística o industrial, si la obra intelectual ha sido publicada o


interpretada por primera vez, la obra artística ha sido concluida, o el invento, la marca o el
diseño industrial han sido patentados o registrados antes del comienzo de la comunidad. El
derecho moral sobre la obra intelectual es siempre personal del autor.

Bienes gananciales

La Dra. Méndez Costa (2011) define los bienes gananciales como aquellos incorporados al
patrimonio de uno o ambos esposos durante el régimen de comunidad por causa onerosa,
siempre que no corresponda calificarlos como propios, presumiéndose la ganancialidad de los
bienes existentes a la culminación del régimen.
Son bienes gananciales, según el art. 465:

a) los creados, adquiridos por título oneroso o comenzados a poseer durante la comunidad por
uno u otro de los cónyuges, o por ambos en conjunto, siempre que no estén incluidos en la
enunciación del artículo 464;

b) los adquiridos durante la comunidad por hechos de azar, como lotería, juego, apuestas, o
hallazgo de tesoro;

c) los frutos naturales, industriales o civiles de los bienes propios y gananciales, devengados
durante la comunidad;

d) los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o industria de uno u otro cónyuge,
devengados durante la comunidad;

e) lo devengado durante la comunidad como consecuencia del derecho de usufructo de carácter


propio;

f) los bienes adquiridos después de la extinción de la comunidad por permuta con otro bien
ganancial, mediante la inversión de dinero ganancial, o la reinversión del producto de la venta
de bienes gananciales, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge si hay un saldo
soportado por su patrimonio propio. Sin embargo, si el saldo es superior al valor del aporte
ganancial, el nuevo bien es propio, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad;

g) los créditos o indemnizaciones que subrogan a otro bien ganancial;

h) los productos de los bienes gananciales, y los de las canteras y minas propias, extraídos
durante la comunidad;

i) las crías de los ganados gananciales que reemplazan en el plantel a los animales que faltan por
cualquier causa y las crías de los ganados propios que excedan el plantel original;

j) los adquiridos después de la extinción de la comunidad, si el derecho de incorporarlos al


patrimonio había sido adquirido a título oneroso durante ella;

k) los adquiridos por título oneroso durante la comunidad en virtud de un acto viciado de
nulidad relativa, confirmado después de la disolución de aquélla;

l) los originariamente gananciales que vuelven al patrimonio ganancial del cónyuge por nulidad,
resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico;

m) los incorporados por accesión a las cosas gananciales, sin perjuicio de la recompensa debida
al cónyuge por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con sus bienes propios;

n) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario de
una parte indivisa de carácter ganancial de un bien al extinguirse la comunidad, sin perjuicio de
la recompensa debida al cónyuge en caso de haberse invertido bienes propios de éste para la
adquisición;

ñ) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió a título oneroso durante la
comunidad, si el usufructo se consolida después de su extinción, así como la de los bienes
gravados con derechos reales que se extinguen después de aquélla, sin perjuicio del derecho a
recompensa si para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se emplean bienes propios.

No son gananciales las indemnizaciones percibidas por la muerte del otro cónyuge, incluso las
provenientes de un contrato de seguro, sin perjuicio, en este caso, de la recompensa debida a la
comunidad por las primas pagadas con dinero de ésta.

Prueba del carácter de los bienes

Según el art. 466 del CCyCN “se presume, excepto prueba en contrario, que son gananciales
todos los bienes existentes al momento de la extinción de la comunidad”. Es decir que todo
bien que no pueda calificarse como propio es ganancial, perteneciendo a la masa ganancial.

Gestión de los bienes de la comunidad

Cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus bienes propios,
excepto lo dispuesto en el artículo 456 (asentimiento conyugal). (art 469).

a) Disponer de los derechos sobre la vivienda familiar

b) Disponer de los muebles indispensables de la vivienda familiar

c) Transportar los muebles indispensables de la vivienda familiar fuera de ella

La administración y disposición de los bienes gananciales corresponde al cónyuge que los ha


adquirido. (art 470)

Sin embargo, es necesario el asentimiento del otro para enajenar o gravar:

a) Disponer de los derechos sobre la vivienda familiar

b) Disponer de los muebles indispensables de la vivienda familiar

c) Transportar los muebles indispensables de la vivienda familiar fuera de ella

d) los bienes registrables;

e) las acciones nominativas no endosables y las no cartulares, con excepción de las autorizadas
para la oferta pública, sin perjuicio de la aplicación del artículo 1824.

f) las participaciones en sociedades no exceptuadas en el inciso anterior;

g) los establecimientos comerciales, industriales o agropecuarios.

Deudas personales y comunes de los cónyuges

Cada uno de los cónyuges responde frente a sus acreedores con todos sus bienes propios y los
gananciales adquiridos por él (art 467)

Excepciones: ambos cónyuges responden solidariamente, aunque solo uno hubiese contraído la
deuda, y el motivo de la misma fuese para solventar:

 Las necesidades ordinarias del hogar


 El sostenimiento y la educación de los hijos
 El cónyuge que no contrajo la deuda deberá responder con sus bienes gananciales,
cuando el motivo de la misma fuera solventar: los gastos de conservación y reparación
de los bienes gananciales

Deudas Excepcionadas Cónyuge que no contrajo la deuda responde

 Necesidades del hogar Solidariamente


 Educación de los hijos Solidariamente
 Conservación de los bienes gananciales ,Con los bienes gananciales

Régimen de Separación de Bienes

La elección de este régimen deberá llevarse a cabo en una convención matrimonial.

En este régimen cada cónyuge conserva la propiedad y administración tanto de los bienes
anteriores al matrimonio como de los que adquiere durante el mismo. Cada cónyuge responde
individualmente por las deudas que contrae. Existe independencia patrimonial total entre los
cónyuges como si no estuvieran casados. Al disolverse el matrimonio ninguno de los dos tiene
derechos sobre los bienes del otro.

Gestión de los bienes

Cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus bienes personales
(administración separada – art 505).

Excepciones a la administración separada (art 456)

Cada cónyuge necesita del asentimiento del otro para:

a) Disponer de los derechos sobre la vivienda familiar

b) Disponer de los muebles indispensables de la vivienda familiar

c) Transportar los muebles indispensables de la vivienda familiar fuera de ella

Deudas de los cónyuges

Ninguno de los cónyuges debe responder por las obligaciones del otro. Cada uno responde
frente a sus acreedores con sus bienes personales. El acreedor solo podrá ir contra el cónyuge
que contrajo la deuda, excepto que (art. 461) la deuda provenga de:

Las necesidades ordinarias del hogar


 El sostenimiento y educación de los hijos

Prueba de la propiedad de los bienes (art 506)

Cada uno de los cónyuges puede demostrar la propiedad exclusiva de un bien por todos los
medios de prueba. Los bienes cuya propiedad exclusiva no se pueda demostrar se presume que
pertenecen a ambos cónyuges por mitades. Demandada por uno de los cónyuges la división de
un condominio el juez puede negarla si afecta al interés familiar.
Viscisitudes del vinculo
Proceso de divorcio

El divorcio vincular es una de las soluciones legales frente al conflicto matrimonial,


configurando la disolución del vínculo matrimonial en vida de ambos cónyuges mediante
sentencia judicial.

Competencia

Según el artículo 717 del Código Civil y Comercial Nacional,

En las acciones de divorcio o nulidad, las conexas con ellas y las que versan sobre los efectos de
la sentencia, es competente el juez del último domicilio conyugal o el del demandado a elección
del actor, o el de cualquiera de los cónyuges si la presentación es conjunta.

En este sentido, tenemos que tener en cuenta si el pedido de divorcio es unilateral o conjunto. Si
se trata del pedido unilateral de divorcio, es decir, si uno solo de los cónyuges es quien solicita
el divorcio, será competente el juez del último domicilio conyugal o el del demandado a
elección del actor. Por otro lado, si se trata de la petición bilateral o conjunta de divorcio, es
decir, aquella que ambos cónyuges solicitan, va a ser competente el juez del último domicilio
conyugal o el de cualquiera de los cónyuges a opción de ellos.

Nulidad de la renuncia

“Es nula la renuncia de cualquiera de los cónyuges a la facultad de pedir el divorcio; el pacto o
cláusula que restrinja la facultad de solicitarlo se tiene por no escrito”. Esta directiva ya estaba
presente en el Código de Vélez Sársfield, siendo un principio de orden público, que restringe la
facultad de los cónyuges a renunciar a la facultad de solicitar el divorcio.

Requisitos y procedimiento

Los cónyuges, de manera conjunta o unilateral, pueden solicitar el divorcio ante el juez
competente sin tener que alegar causa ni prever plazo alguno. Esta es una de las instituciones
que mayores cambios ha tenido a partir de la sanción del Código Civil y Comercial de 2014,
teniendo en cuenta que a partir de este código nuestro ordenamiento recepta el divorcio
incausado y sin someter la posibilidad de peticionarlo a ningún plazo.

Junto con la demanda de divorcio deberá acompañarse un convenio regulador que contemple los
efectos de la disolución del vínculo. Entre ellos podríamos nombrar la atribución de la vivienda,
distribución de los bienes, eventuales compensaciones económicas entre los cónyuges, y en caso
de haber hijos menores, ejercicio de la responsabilidad parental, la prestación alimentaria,
etcétera. La presentación de este convenio es un verdadero requisito de admisibilidad de la
demanda, atento a que la omisión de este requisito impide dar trámite a la misma. El convenio
puede ser consensuado entre los esposos, o bien ofrecido por uno solo de ellos. En este último
caso, el otro cónyuge puede ofrecer una propuesta reguladora distinta. Ambas propuestas van a
ser evaluadas por el juez, quien convocará a los cónyuges a una audiencia.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que en ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende
el dictado de la sentencia de divorcio. Por ello, de existir “desacuerdo sobre los efectos del
divorcio, o si el convenio regulador perjudica de modo manifiesto los intereses de los
integrantes del grupo familiar, las cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez”.

El procedimiento de divorcio, tal como hemos expresado, se desprende del artículo 438 del
CCyCN, que establece:

 Toda petición de divorcio debe ser acompañada de una propuesta que regule los efectos
derivados de éste; la omisión de la propuesta impide dar trámite a la petición.
 Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una
propuesta reguladora distinta.
 Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos en
que se fundan; el juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se
incorporen otros que se estiman pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas por el
juez, debiendo convocar a los cónyuges a una audiencia.
 En ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende el dictado de la sentencia de
divorcio.

Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perjudica de
modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las cuestiones pendientes
deben ser resueltas por el juez de conformidad con el procedimiento previsto en la ley local.

Efectos.

La disolución del matrimonio en vida de los esposos, a través del divorcio vincular, trae
aparejado ciertos efectos:

1) El divorcio disuelve el vínculo matrimonial.

2) Como principio general, cesa el deber de alimentos entre los ex cónyuges. La prestación
alimentaria luego del divorcio es excepcional en los casos establecidos por el Código Civil y
Comercial o por convención entre las partes.

3) Atribución del uso de la vivienda.

4) Apellido: La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo.

5) Cese del régimen patrimonial matrimonial, ya sea el de comunidad o el de separación de


bienes.

6) Cesa la vocación hereditaria.

7) Surge la necesidad de regular ciertas cuestiones si hubiere hijos menores de edad, como el
ejercicio de la responsabilidad parental, en especial, la prestación alimentaria.

8) Cesa el beneficio de competencia.

9) Cesa la suspensión de la prescripción entre los ex cónyuges

Convenio regulador
En este sentido, conforme el art. 439 del Código Civil y Comercial de la Nación, “el convenio
regulador debe contener las cuestiones relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de
los bienes, y las eventuales compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la
responsabilidad parental, en especial, la prestación alimentaria”. Estas enunciaciones no son
taxativas, y por lo tanto no impiden “que se propongan otras cuestiones de interés de los
cónyuges”.

Recordemos que “si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede
ofrecer una propuesta reguladora distinta”.

Asimismo, las partes deben acompañar los elementos en que se fundan; sin perjuicio de que el
juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se incorporen otros que se estiman
pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas por el juez, debiendo convocar a los cónyuges a
una audiencia (…) Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio
regulador perjudica de modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las
cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez de conformidad con el procedimiento
previsto en la ley local.

Pero ello no obsta en absoluto la declaración del divorcio.

El juez puede exigir que el obligado otorgue garantías reales o personales como requisito para la
aprobación del convenio. El convenio homologado o la decisión judicial no son inmutables y
pueden ser revisados si la situación se ha modificado sustancialmente.

Alimentos posteriores al divorcio

Como principio general, los ex cónyuges no se deben alimentos después del divorcio. Sin
embargo, “las prestaciones alimentarias pueden ser fijadas aun después del divorcio” en los
siguientes casos :

a) a favor de quien padece una enfermedad grave prexistente al divorcio que le impide
autosustentarse. Si el alimentante fallece, la obligación se transmite a sus herederos.

b) a favor de quien no tiene recursos propios suficientes ni posibilidad razonable de


procurárselos. En este supuesto se tendrá en cuenta la edad y el estado de salud de ambos
cónyuges; la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita
alimentos; y la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar.

La obligación no puede tener una duración superior al número de años que duró el matrimonio y
no procede a favor del que recibe la compensación económica del artículo 441. En los dos
supuestos expuestos, la obligación cesa si: desaparece la causa que la motivó, o si la persona
beneficiada contrae matrimonio o vive en unión convivencial, o cuando el alimentado incurre en
alguna de las causales de indignidad. Si el convenio regulador del divorcio se refiere a los
alimentos, rigen las pautas convenidas.

Compensación económica

La compensación económica tiene su fundamento en el principio de solidaridad familiar y


puede definirse como “la prestación económica que debe abonar un cónyuge al otro, nacida en
virtud del desequilibrio manifiesto que importa un empeoramiento de la situación patrimonial,
ocasionada por el quiebre del matrimonio” .Es un pago o recompensa a favor del cónyuge que
sufrió un desequilibrio manifiesto y un empeoramiento de su situación a causa del divorcio. (art
441)

La acción para reclamar la compensación caduca a los seis meses de haberse dictado la
sentencia de divorcio.

El cónyuge obligado podrá compensar económicamente por:

 Única vez
 Una renta por un periodo determinado
 Una renta por un periodo indeterminado (excepcionalmente)

Supuestos de procedencia

En caso de que no se pongan de acuerdo los cónyuges sobre la compensación económica, el


juez podrá determinarla teniendo en cuenta (art 442):

a. El estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de la vida


matrimonial;

b. La dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos
durante la convivencia y la que debe prestar con posterioridad al divorcio;

c. La edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos;

d. La capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del. cónyuge que solicita la


compensación económica;

e. La colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro


cónyuge;

f. La atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien propio, o un


inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon locativo.

Atribución del uso de la vivienda (arts. 443, 444, 445)

Uno de los cónyuges puede pedir la atribución de la vivienda familiar, sea el inmueble propio de
cualquiera de los cónyuges o ganancial. El juez determina la procedencia, el plazo de duración y
efectos del derecho sobre la base de las siguientes pautas, entre otras:

a. La persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;

b. La persona que está en situación económica más desventajosa para proveerse de una vivienda
por sus propios medios;

c. El estado de salud y edad de los cónyuges;

d. Los intereses de otras personas que integran el grupo familiar.

Compensación por la atribución de la vivienda (art 444)

A petición de parte interesada, el juez puede establecer una renta compensatoria por el uso del
inmueble a favor del cónyuge a quien no se atribuye la vivienda.
Si se trata de un inmueble alquilado, el cónyuge no locatario tiene derecho a continuar en la
locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías
que primitivamente se constituyeron en el contrato..

Cese del derecho de atribución de la vivienda (art 445)

El derecho de atribución del uso de la vivienda familiar cesa:

a) Por cumplimiento del plazo fijado por el juez;

b) Por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;

c) Por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria.

Nulidad de matrimonio

La nulidad del matrimonio importa la existencia de un vicio o defecto en torno a algunos de los
presupuestos que la ley exige para que el acto matrimonial produzca efectos válidos y que
tienen que ver con la falta de aptitud nupcial (Herrera, 2015, pág. 424)

Anulación del vínculo matrimonial. Doctrina de la especialidad: consecuencias

Esta doctrina sostiene la autosuficiencia del régimen de nulidades matrimoniales y la


consiguiente inaplicabilidad de la teoría general de la nulidad de los actos jurídicos.

No sólo estima que las reglas de nulidad de los actos jurídicos son inaplicables al matrimonio,
sino que entiende que debe construirse toda la teoría del acto jurídico familiar
independientemente de la del acto jurídico en general.

A favor de esta doctrina se cuenta con los antecedentes históricos y con la voluntad expresa del
legislador. Es también la solución acogida por los códigos civiles más modernos.

También razones de orden práctico inclinan a admitir esa doctrina. El matrimonio es un acto
jurídico, pero de naturaleza tan trascendental para el orden social que requiere normas
especiales que regulen su invalidez, ya que ésta puede acarrear la disolución de la familia y la
colocación de los esposos en la categoría de concubinos. Es muy distinto pues, anular un acto
que sólo produce consecuencias patrimoniales, de uno que da origen a un sinnúmero de
relaciones de orden familiar.

Por lo tanto, la formación histórica del régimen de las nulidades matrimoniales, la voluntad
legislativa claramente expresada, la naturaleza del acto y la comparación de los resultados de la
aplicación práctica concurren al sostenimiento de la tesis de que el régimen de nulidades
matrimoniales es especial y no le son aplicables las reglas sobre nulidad de los actos jurídicos
en general.

Consecuencias de la doctrina de la especialidad

 En cuanto a las causales de nulidad del matrimonio, no hay otras que las expresamente
previstas en la ley, es decir, las enumeradas en los artículos. 424 y 425 del Código Civil
y Comercial de la Nación (nulidades absolutas y relativas).
Por lo tanto, no son nulos los siguientes matrimonios.

+ El celebrado con vicio de forma. La única formalidad esencial del matrimonio es la presencia
del oficial público ante quien debe ser expresado el consentimiento de los contrayentes. De
modo que no hay matrimonio, el acto es inexistente.

+El celebrado a distancia.

+El celebrado por oficial público incompetente. Es competente para la celebración del
matrimonio el encargado del registro civil del domicilio de cualquiera de los contrayentes. Sin
embargo, si el acto se celebrase en otro lugar, igualmente sería válido.

 En cuanto a las personas legitimadas para ejercer la acción de nulidad, sólo pueden
ejercerla aquellos a quienes le acuerdan los artículos 424 y 425 del Código Civil; no
puede hacerlo otra persona, por más interés que tenga en la declaración, ni la acción es
transmisible por sucesión ni por cesión.
 En cuanto a los efectos de la nulidad, ellos son los establecidos en los artículos. 428,
429 y 430 del CCyCN., según los diferentes supuestos (buena fe de ambos
contrayentes, buena fe de uno solo o mala fe de ambos).

La doctrina de los matrimonios inexistentes y las nulidades matrimoniales. Supuestos y


consecuencias

Para que haya matrimonio se requieren dos elementos esenciales o de existencia del
matrimonio: el consentimiento de los contrayentes, y su expresión ante la autoridad competente
para la celebración de los matrimonios.

Su ausencia determina pues, los correlativos supuestos de inexistencia.

Por lo tanto, son casos de inexistencia: la falta de consentimiento, y la falta de expresión de ese
consentimiento ante el oficial público.

Consecuencias

Los matrimonios inexistentes se encuentran en un plano jurídico completamente distinto al de


los nulos. Las diferencias más importantes son:

 La inexistencia no es decretada por el juez, sino simplemente comprobada por él.


Estrictamente, no es necesaria la declaración judicial.
 La inexistencia puede ser invocada por todo interesado. También puede declararla el
propio juez. Y como se trata de una mera apariencia, puede ser opuesta por vía de
sanción y de excepción.
 La acción para hacer declarar la inexistencia de un matrimonio no prescribe ni caduca.
 Los matrimonios inexistentes no son susceptibles de confirmación.
 No producen los efectos del matrimonio putativo, ni aun cuando las partes fueran de
buena fe.

Clasificación de las nulidades matrimoniales.


Los artículos 424 y 425 del Código Civil y Comercial se refieren ahora claramente a la nulidad
absoluta y la nulidad relativa de los matrimonios, respectivamente.

Matrimonios anulables

Nulidad: Es la destrucción legal y retroactiva de un vínculo imperfectamente constituido por


concurrir a la celebración de las nupcias un vicio consustancial a ellas, suficientemente
acreditado.

Matrimonios anulables afectados de nulidad absoluta

La nulidad absoluta responde a una razón de orden público; de allí que el acto es inconfirmable
y la acción imprescriptible. Estos principios propios de los actos jurídicos en general son
también aplicables al matrimonio.

Según el artículo 424 Código Civil y Comercial de la Nación “ la nulidad puede ser demandada
por cualquiera de los cónyuges y por los que hubieran podido oponerse a la celebración del
matrimonio”. Estos son:

 El cónyuge de la persona que quiere contraer otro matrimonio.


 Los ascendientes, descendientes y hermanos de cualquiera de los futuros esposos.
 El Ministerio Público.

La acción está limitada a estas personas y no se extiende, como en el caso de los otros actos
jurídicos, a todos los que tengan interés de hacerlo.

Matrimonios anulables afectados de nulidad relativa

Mientras la nulidad absoluta responde a razones de orden público, la nulidad relativa tiende,
fundamentalmente, a proteger el interés de las partes intervinientes en el acto. De ahí que el acto
sea confirmable y la acción prescriptible. La acción de nulidad no sólo está abierta para las
partes, sino también a otras personas estrechamente vinculadas con ellas.

Causales nulidad absoluta

Según el artículo 424 es de nulidad absoluta el matrimonio celebrado con alguno de los
siguientes impedimentos:

 Parentesco en clase y grado prohibido (artículo 403 incisos a, b y c).


 Ligamen (artículo 403 inciso d).
 Crimen (artículo 403 inciso e).

Causales de nulidad relativa,

 Falta de edad legal (artículo 403 inciso f y 425 inciso a). En este caso, la nulidad puede
ser demandada por el cónyuge que padece el impedimento y por los que en su
representación pudieren haberse opuesto a la celebración del matrimonio. En este
último caso el juez debe oír al adolescente, y teniendo en cuenta su edad y grado de
madurez hace lugar o no al pedido de nulidad. Si se rechaza, el matrimonio tiene los
mismos efectos que si se hubiera efectuado con la correspondiente dispensa. La petición
de nulidad es inadmisible después de que el cónyuge o los cónyuges hubiesen alcanzado
la edad legal.
 Falta permanente o transitoria de salud mental (artículos 403 inciso g y 425 inciso b):
En este caso la nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges si
desconocían el impedimento. La nulidad no puede ser solicitada si el cónyuge que
padece el impedimento ha continuado la cohabitación después de haber recuperado la
salud; y en el caso del cónyuge sano, luego de haber conocido el impedimento. El plazo
para interponer la demanda es de un año, que se computa, para el que sufre el
impedimento, desde que recuperó la salud mental, y para el cónyuge sano desde que
conoció el impedimento.

La nulidad también puede ser demandada por los parientes de la persona que padece el
impedimento y que podrían haberse opuesto a la celebración del matrimonio. El plazo para
interponer la demanda es de tres meses desde la celebración del matrimonio. En este caso, el
juez debe oír a los cónyuges, y evaluar la situación del afectado a los fines de verificar si
comprende el acto que ha celebrado y cuál es su deseo al respecto.

 Vicios del consentimiento (art 425 inc. c):

El matrimonio celebrado con alguno de los vicios del consentimiento el artículo 409. La nulidad
sólo puede ser demandada por el cónyuge que ha sufrido el vicio de error, dolo o violencia. La
nulidad no puede ser solicitada si se ha continuado la cohabitación por más de treinta días
después de haber conocido el error o de haber cesado la violencia. El plazo para interponer la
demanda es de un año desde que cesa la cohabitación.

Extinción de la acción de nulidad. Prescripción y caducidad

Las acciones de estado en general son susceptibles de caducidad cuando así lo establece
expresamente la ley. En tal supuesto la caducidad opera consolidando el estado de familia.

Caducidad de la acción de nulidad del matrimonio

La ley prevé un supuesto genérico de caducidad de la acción de nulidad del matrimonio y varios
específicos para algunos de los casos de nulidad relativa.

Supuesto genérico El artículo 714 del Código Civil y Comercial de la Nación establece:

La acción de nulidad del matrimonio no puede ser intentada después de la muerte de uno de los
cónyuges, excepto que:

a) sea deducida por un cónyuge contra el siguiente matrimonio contraído por su cónyuge; si se
opusiera la nulidad del matrimonio del cónyuge demandante, se debe resolver previamente esta
oposición;

b) sea deducida por el cónyuge supérstite de quien contrajo matrimonio mediando impedimento
de ligamen y se haya celebrado ignorando la subsistencia del vínculo anterior;

c) sea necesaria para determinar el derecho del demandante y la nulidad absoluta sea invocada
por descendientes o ascendientes. La acción de nulidad de matrimonio deducida por el
Ministerio Público sólo puede ser promovida en vida de ambos esposos.

Supuestos específicos
Los supuestos de caducidad específicos, están previstos para los casos de nulidad relativa por
falta de edad legal, falta de salud mental y vicios del consentimiento.

 Falta de edad legal: la acción de nulidad del matrimonio no podía entablarse


después que el cónyuge o los cónyuges hubieren llegado a la edad legal
(artículo 425 inc. a).
 Falta de salud mental: el artículo 425 inciso b, establece que: La nulidad no
puede ser solicitada si el cónyuge que padece el impedimento ha continuado la
cohabitación después de haber recuperado la salud; y en el caso del cónyuge
sano, luego de haber conocido el impedimento. El plazo para interponer la
demanda es de un año, que se computa, para el que sufre el impedimento,
desde que recuperó la salud mental, y para el cónyuge sano desde que conoció
el impedimento.
 Vicios del consentimiento: la acción caduca para su único titular, el cónyuge
que sufrió el vicio; si no puso fin a la cohabitación dentro de los 30 días de
haber conocido el error (espontáneo o causado por dolo) o de haber cesado la
violencia (artículo 425 inciso c), interrupción que puede producirse hasta la
extinción del día del vencimiento del plazo. La cohabitación continuada
después de los 30 días mencionados, consolida el matrimonio debiendo ser
inequívoca y normal.

Efectos de la nulidad.

Como principio, la anulación del matrimonio por sentencia judicial priva de sus efectos al título
de estado de familia que derivaba del acto anulado, desplazando a los contrayentes del estado
de casados. Su estado de familia vuelve a ser el anterior a la celebración del acto; "las cosas
vuelven al mismo o igual estado en que se hallaban antes del acto anulado".

Matrimonio putativo

La anulación del matrimonio tiene gravísimas consecuencias. No parece justo que quien fue
sorprendido en su buena fe deba sufrir, además del derrumbe de sus ilusiones y de la afrenta que
importa la nulidad, la calificación legal de concubino, con todas las consecuencias morales, ni
que los hijos deban ser tenidos como extramatrimoniales.

El derecho canónico introdujo la teoría del matrimonio putativo, que significa atribuir, al
matrimonio nulo, pero celebrado de buena fe, los mismos efectos del válido, hasta el momento
de la sentencia. En lo futuro, el vínculo queda disuelto, pero hasta entonces los cónyuges son
legalmente cónyuges, y sus hijos legítimos.

La condición esencial y suficiente para la existencia del matrimonio putativo es la buena fe.
Consiste esta en la ignorancia de que existía un impedimento para contraer nupcias. El error o
ignorancia deben ser excusables y, como es natural, no se puede invocar el error de derecho.

La buena fe existe no sólo cuando se ignora la existencia del impedimento, sino también cuando
conociéndolo, ha sido imposible evitar la celebración del acto, tal es lo que ocurre en el caso de
violencia. En realidad, lo que configura la buena fe, más que el error, es la honestidad y rectitud
del propósito y conducta.
La buena fe debe existir en el momento de la celebración, no importando que con posterioridad
el cónyuge se haya enterado de la existencia del impedimento.

La buena fe se presume y por tanto no necesita probarse.

Consecuencias respecto de las relaciones personales y patrimoniales entre los ex esposos, según
los distintos supuestos:

Buena fe de ambos cónyuges:

Si el matrimonio hubiese sido contraído de buena fe por ambos cónyuges, producirá, hasta el día
que se declare su nulidad, todos los efectos del matrimonio válido

Las consecuencias son:

 Régimen patrimonial – matrimonial: la sentencia firme de nulidad disuelve el régimen


matrimonial convencional o legal supletorio.
 Compensación económica: si la nulidad produce un desequilibrio económico de uno de
ellos en relación con la posición del otro, se podrá requerir una compensación
económica.
 Derechos hereditarios: si uno de los cónyuges fallece antes de la sentencia de nulidad, el
otro lo hereda con posterioridad a la sentencia, cesa la transmisión hereditaria entre
ellos.
 Jubilaciones y pensiones: al cónyuge de buena fe corresponden los beneficios que las
leyes de jubilaciones y pensiones reconocen a la viuda/o del empleado/a fallecido; en
caso de bigamia debe reconocérsele ese beneficio si resulta que el primer cónyuge está
privado de él por haber vivido separado del otro sin voluntad de unirse. Pero
naturalmente esta solución sólo puede admitirse si el empleado/a falleció antes de
declarada la nulidad.
 Emancipación: en caso de matrimonio putativo, la emancipación subsiste respecto del
cónyuge de buena fe.
 Responsabilidad parental y tenencia de los hijos: el ejercicio de la responsabilidad
parental corresponde a ambos progenitores.

Se presume que los actos realizados por uno cuentan con la conformidad del otro. Esta regla no
implica que el ejercicio se atribuya a uno solo de los progenitores si así lo establecieran, en
virtud de la autonomía de la voluntad. Nombre: El cónyuge pierde el apellido del otro, pero el
juez puede autorizarlo a seguir usándolo.

Buena fe de uno de los cónyuges

Si hubo buena fe solo de parte de uno de los cónyuges, el matrimonio hasta el día de la
sentencia que declare la nulidad producirá también los efectos del matrimonio válido, pero solo
respecto del cónyuge de buena fe.

La sentencia tendrá efectos retroactivos respecto del cónyuge de mala fe, pero no del que obró
de buena fe. Las consecuencias son por lo tanto:

 El cónyuge de buena fe, en caso de corresponder, podrá solicitar compensaciones


económicas.
 El cónyuge de buena fe podrá revocar las donaciones que por causa del matrimonio
hizo al de mala fe.
 Si los cónyuges hubieren estado sometidos al régimen de comunidad, el cónyuge de
buena fe podrá optar entre liquidar los bienes mediante las reglas del régimen de
comunidad, o dividir los bienes como si se tratase de una sociedad no constituida
regularmente u optar por considerar que el matrimonio ha estado regido por el régimen
de separación de bienes.
 El cónyuge de buena fe puede demandar al de mala fe por resarcimiento de daños y
perjuicios. También puede reclamarlos de los terceros que hubieran provocado el error,
incurrido en dolo o ejercido la violencia.

Como en estos casos la determinación del perjuicio material es con frecuencia imposible y, por
lo demás, mucho mayor es la lesión moral que la económica, es obvio que también ella debe
indemnizarse. Si los autores son varios, su responsabilidad es solidaria, puesto que tiene ese
carácter la responsabilidad derivada de hechos ilícitos, trátese de delitos o cuasi delitos.

Mala fe de ambos cónyuges

“La mala fe (…) consiste en el conocimiento que hubieren tenido o debido tener, al día de la
celebración del matrimonio, del impedimento o circunstancia que causare la nulidad”.

“El matrimonio anulado contraído de mala fe por ambos cónyuges no produce efecto alguno”.

 Bienes: “Los bienes adquiridos hasta la nulidad se distribuyen, si se acreditan los


aportes, como si fuese una sociedad no constituida regularmente”
 Carácter de la filiación: los hijos serán considerados extramatrimoniales. Se presume
que son hijos comunes los nacidos desde el matrimonio hasta trescientos días después
de la separación originada en la acción de nulidad.
 Emancipación: quedará sin efecto a partir del día en que la sentencia de nulidad pasase
en autoridad de cosa juzgada. Hay una notable excepción al principio de la
retroactividad de la anulación del matrimonio, puesto que se mantiene la validez de
todos los actos celebrados por el emancipado hasta la sentencia. Esto se vincula con la
necesidad de proteger a los terceros que hayan contratado con los menores. Terceros: la
anulación del matrimonio no puede, en ningún caso, perjudicar a los terceros que, de
buena fe, hubieran contratado con los cónyuges.

No sería equitativo que el que obró confiando en el estado que surgía de un matrimonio
formalmente celebrado sufriera más tarde las consecuencias de la invalidez. La ley exige que el
tercero sea de buena fe, es decir, que ignorase la existencia de la causal de nulidad.

 FILIACION Y RESPONSABILIDAD PARENTAL


Definición

La filiación es el vínculo jurídico, determinado por la procreación entre los progenitores y sus
hijos. En un principio, el Código Civil no solo estableció originariamente la categoría de hijos
legítimos e ilegítimos sino que además entre estos últimos distinguía los hijos sacrílegos,
incestuosos, adulterinos y naturales.
 Los sacrílegos eran los hijos de clérigos de órdenes mayores o de padre o madre ligados
por voto solemne de castidad en orden religiosa aprobada por la Iglesia Católica. Esta
categoría desapareció con la sanción de la ley 2.3931.
 Los incestuosos eran los nacidos de quienes eran hermanos, ascendientes o
descendientes.
 Los adulterinos eran aquellos cuyos padres no podían casarse a la época de la
concepción del hijo por tener, uno de ellos o ambos, impedimento de ligamen.

Respecto a todos ellos, la ley proclama que no tenían padre ni madre, ni derecho a investigar la
paternidad o la maternidad. Sólo se les permitía reclamar alimentos hasta los 18 años de edad si
habían sido reconocidos voluntariamente y estaban imposibilitados para proveer sus
necesidades.

 Los hijos naturales nacidos de quienes habrían podido contraer matrimonio al tiempo de
la concepción del hijo, tenían cierto estado de familia ya que se les permitía demandar
por reclamación de filiación, solicitar alimentos y tenían porción hereditaria a la muerte
de sus padres, aunque concurriendo con hijos legítimos, esa porción equivalía a un
cuarto de la parte de éstos.

La ley 14.367 de 1954 eliminó las calificaciones entre los hijos extramatrimoniales y les
confirió a todos, los derechos que hasta ese momento tenías los hijos naturales, además elevó su
porción hereditaria de la cuarta parte a la mitad de la que correspondería a un hijo matrimonial.

La ley 23.264 (de Código Civil y Código de Comercio) de 1985 estableció que la filiación
matrimonial y extramatrimonial producen los mismos efectos; sin embargo, las categorías de
hijos matrimoniales y extramatrimoniales se mantienen, pero no para crear distingos entre unos
y otros en cuanto a derechos reconocidos, sino porque es diversa la forma de establecer la
paternidad en el caso de hijos matrimoniales y extramatrimoniales, según veremos.

Fuentes de la filiación

La filiación es el vínculo jurídico que une a una persona con sus progenitores. Tres son las
clases de filiación que se conocen:

Filiación por naturaleza o biológica: la que tiene su origen en la unión sexual de un hombre y
una mujer.

Adoptiva: es la que no corresponde a la realidad biológica sino a un vínculo paterno–filial


creado por el derecho. Puede ser simple o plena, según se extinga o no el vínculo biológico,
respectivamente.

Dispone a este respecto el artículo 558 del Código Civil y Comercial: “La filiación puede tener
lugar por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción”.

Técnicas de reproducción humana asistida: esta tercera fuente de filiación se ha incorporado


con la aprobación del nuevo Código Civil y Comercial, no existiendo esta como tal con
anterioridad.

Todas estas clases de filiación pueden ser a su vez:

 Matrimonial: si el niño nace encontrándose los progenitores unidos en matrimonio.


 Extramatrimonial: si el niño nace no encontrándose los progenitores casados.
Cabe destacar que, fundado en el principio de igualdad, todas las clases o fuentes de filiación
surten los mismos efectos jurídicos (artículo 558).

Principios que la informan

La igualdad de los hijos y la verdad biológica representan dos de las ideas claves que han
inspirado al legislador en la reforma de la filiación completándose con el de la protección a la
familia.

 El principio de la igualdad. La ley no discrimina, y por lo tanto, la igualdad de los hijos


es el primer principio que inspira en materia de filiación. Los hijos son todos iguales
ante la ley.

Pero también la igualdad se evidencia en que todos los hijos (sin límite alguno) tienen derecho a
la verdad de su origen: toda filiación por naturaleza puede ser establecida.

 El principio de la verdad biológica. Ha influido decididamente en la admisión de las


pruebas biológicas para determinar la filiación. El progreso de la medicina y de la
biología, mediante sus descubrimientos, aseguran resultados objetivos (científicamente)
en la determinación del padre genético. El grado de certeza acumulativo en la
determinación de la paternidad alcanza el 100% en las pruebas que hoy se realizan en
el país. En la determinación judicial de la filiación es donde adquiere mayor relevancia
el principio de la verdad biológica, ya que las pruebas biológicas en las acciones
respectivas pueden decretarse aún de oficio (artículo 579).

Respecto a la filiación por adopción, este principio también se ve resguardado en el artículo 596
el cual establece:

El expediente judicial y administrativo debe contener la mayor cantidad de datos posibles de la


identidad del niño y de su familia de origen referidos a ese origen, incluidos los relativos a
enfermedades transmisibles. Los adoptantes deben comprometerse expresamente a hacer
conocer sus orígenes al adoptado, quedando constancia de esa declaración en el expediente.

Respecto a las técnicas de reproducción humana asistida, el artículo 564 establece la posibilidad
de revelar “la identidad del donante, por razones debidamente fundadas, evaluadas por la
autoridad judicial”.

El principio de protección a la familia. Se lo denota en la restricción a la legitimación activa en


la impugnación de la paternidad matrimonial: la acción solo puede ser ejercida por el esposo y
por el hijo, previéndose el supuesto de muerte del marido en cuyo caso se legitima a sus
sucesores en las condiciones previstas en la norma.

La protección a la familia se perfila también en la creación de un requisito de admisibilidad en


la acción de impugnación en la paternidad: la previa acreditación de la verosimilitud de los
hechos en que se funda la petición, exigencia que opera también en la acción de impugnación
preventiva de la paternidad matrimonial por expresa disposición de la ley. La circunstancia que
hemos marcado, y otras junto a la revalorización de la posesión de estado debidamente
acreditado en juicio, nos permite afirmar que la protección a la familia en la cual el hijo se
desarrolla realmente pone freno a lo que puede considerarse como un avance inusitado del nexo
biológico. Es decir que el principio de la verdad biológica se modera con el de la protección del
núcleo familiar.
Filiación por técnicas de reproducción humana asistida

El avance de la tecnología en materia de reproducción ha producido grandes debates y la


necesidad de que el ordenamiento jurídico tomara cartas en el asunto y legislara acerca de esta
realidad.

Este tipo de técnicas no solo son una manera de que parejas heterosexuales accedan a la
maternidad o a la paternidad, sino que también permite que parejas del mismo sexo accedan a la
misma.

Consideraciones generales en torno a las técnicas de reproducción humana asistida (Ley


26.862). Reglas generales

La ley 26.862 (de Reproducción médicamente asistida, sancionada por el Congreso de la


Nación) regula el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de
reproducción médicamente asistida. La misma “tiene por objeto garantizar el acceso integral a
los procedimientos y técnicas médicoasistenciales de reproducción médicamente asistida”.

Según esta ley, se entiende por reproducción médicamente asistida a los procedimientos y
técnicas realizados con asistencia médica para la consecución de un embarazo. Quedan
comprendidas las técnicas de baja y alta complejidad que incluyan o no la donación de gametos
y/o embriones.

Asimismo, se establece la creación de “un registro único en el que deben estar inscriptos todos
aquellos establecimientos sanitarios habilitados para realizar procedimientos y técnicas de
reproducción médicamente asistida. Quedan incluidos los establecimientos médicos donde
funcionen bancos receptores de gametos y/o embriones”. Los procedimientos de técnicas de
reproducción humana asistida sólo pueden realizarse en dichos establecimientos.

A los fines de cumplir con el objeto de la ley, el Ministerio de Salud de la Nación deberá:

a) Arbitrar las medidas necesarias para asegurar el derecho al acceso igualitario de todos los
beneficiarios a las prácticas normadas por la presente. b) Publicar la lista de centros de
referencia públicos y privados habilitados, distribuidos en todo el territorio nacional con miras a
facilitar el acceso de la población a las mismas. c) Efectuar campañas de información a fin de
promover los cuidados de la fertilidad en mujeres y varones. d) Propiciar la formación y
capacitación continua de recursos humanos especializados en los procedimientos y técnicas de
reproducción médicamente asistida.

Respecto a los beneficiarios: tiene derecho a acceder a los procedimientos y técnicas de


reproducción médicamente asistida, toda persona mayor de edad que, de plena conformidad con
lo previsto en la ley 26.529, de derechos del paciente en su relación con los profesionales e
instituciones de la salud, haya explicitado su consentimiento informado. El consentimiento es
revocable hasta antes de producirse la implantación del embrión en la mujer.

En relación a la cobertura, todos aquellos agentes que brinden servicios médicoasistenciales a


sus afiliados independientemente de la figura jurídica que posean, incorporarán como
prestaciones obligatorias y a brindar a sus afiliados o beneficiarios, la cobertura integral e
interdisciplinaria del abordaje, el diagnóstico, los medicamentos y las terapias de apoyo y los
procedimientos y las técnicas que la Organización Mundial de la Salud define como de
reproducción médicamente asistida.

Consentimiento informado. Forma y requisitos del consentimiento

El artículo 560 del Código Civil y Comercial establece pautas acerca del consentimiento en las
técnicas de reproducción humana asistida, expresando que:

El centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo, informado y libre de las
personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción humana asistida. Este
consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la utilización de gametos o embriones.

Forma y requisitos del consentimiento

El artículo 561 establece que: la instrumentación de dicho consentimiento debe contener los
requisitos previstos en las disposiciones especiales, para su posterior protocolización ante
escribano público o certificación ante la autoridad sanitaria correspondiente a la jurisdicción. El
consentimiento es libremente revocable mientras no se haya producido la concepción en la
persona o la implantación del embrión.

Es importante, entonces, destacar que la expresión del consentimiento es formal, que debe ser
por escrito y protocolizado por escribano público o certificado ante la autoridad sanitaria
correspondiente.

Asimismo, tiene enorme relevancia el hecho de que “el consentimiento es libremente revocable
mientras no se haya producido la concepción en la persona o la implantación del embrión”.

Voluntad procreacional

Como lo establece el artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación, los nacidos por
las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la
mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre (…), debidamente
inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de
quién haya aportado los gametos.

En esta fórmula legislativa, se percibe que la paternidad y/o maternidad se determina por el
elemento volitivo, que es la voluntad procreacional. Por ello, la filiación corresponde a quien
desea ser padre/madre, a quien quiere llevar adelante un proyecto parental, y para ello ha
prestado el debido consentimiento.

Derecho a la información

En concordancia con el derecho a la identidad, el artículo 563 del Código Civil y Comercial de
la Nación, expresa que “la información relativa a que la persona ha nacido por el uso de técnicas
de reproducción humana asistida con gametos de un tercero debe constar en el correspondiente
legajo base para la inscripción del nacimiento”.

En esta temática, es importante preguntarse qué información podría requerirse del centro de
salud que ha intervenido en el procedimiento.

El artículo 564 del Código Civil y Comercial de la Nación expresa que:


A petición de las personas nacidas a través de las técnicas de reproducción humana asistida,
puede: a) obtenerse (…) información relativa a datos médicos del donante, cuando es relevante
para la salud; b) revelarse la identidad del donante, por razones debidamente fundadas,
evaluadas por la autoridad judicial por el procedimiento más breve que prevea la ley local.

Con esta norma, se ha pretendido resguardar la intimidad del donante, ya que de lo contrario se
correría el riesgo de que pocos accedieran a donar material genético para este tipo de prácticas.
Sin embargo, este principio de anonimato tiene excepciones que ceden ante el interés del
requirente, con dos limitaciones: a) el acceso a la información debe brindarse sólo a aquel que la
solicitó y b) la utilización de los datos brindados sólo puede ser utilizado a los fines para los que
fueron requeridos (González Magaña 2014).

ACCIONES DE FILIACION

Son acciones de estado de familia que tienden a reclamar la vinculación jurídico paterno – filial
o a impugnar la que se halla establecido. Es la pretensión de ostentar el estado de familia que ha
sido desconocido o bien de requerir la exclusión del que se ostenta en discordancia con la
realidad.

Caracteres:

1.- Imprescriptible :El emplazamiento en un estado de familia no se adquiere ni se pierde por el


transcurso del tiempo, de donde la doctrina afirma el principio de la imprescriptibilidad de las
acciones de estado.

En cuanto a si son imprescriptibles, la doctrina ha adoptado posiciones distinguibles: para


algunos son imprescriptibles (imprescriptibilidad absoluta) y para otros las acciones de estado
son imprescriptibles, aunque el derecho puede caducar (Belluscio, 2002)

La caducidad integra el supuesto de hecho que atañe a la existencia del derecho como tal,
mientras que los plazos de prescripción no afectan a la existencia del derecho.

2.- Irrenunciable: no se admite ni la renuncia expresa ni tácita ya que su ejercicio responde a


intereses de orden público.

3.- Inalienable: dado que son acciones que importan el ejercicio de derechos no patrimoniales
emergentes del estado de familia que es inalienable: estas acciones también lo son: no pueden
ser cedidas.

4.- Inherencia Personal: que el estado de familia que es inherente a la persona, las acciones
también lo son, pero con algunas limitaciones por regla general no son transmisibles por vía
sucesoria pero en ciertos casos la ley si la otorga.

EMPLAZAMIENTO DESPLAZAMIENTO CONSTITUTIVAS DECLARATIVAS

Tienen por objeto Tienen por finalidad Tienden a obtener Tienden a reconocer
inmediato ubicar a una primordial desalojar o una sentencia que un estado que les
persona en un estado remover al individuo cree un estado de corresponde a los
de familia que le del estado de familia familia nuevo o accionantes y del
concierne. con que se muestra. extinga o modifique que -por diversas
el existente. Por ello
razones- no gozaban
sus efectos sólo se o a desconocer un
producen para el estado aparente que
futuro (ex nunc), ostentan los
salvo la adopción, demandados y que
que se retrotrae al no se compadece
día de la guarda, y la
con el estado
declaración deverdadero que les
muerte presunta. corresponde. Por
ello, sus efectos son
retroactivos (ex
tunc)
Por ejemplo:las Por ejemplo: todas las De estado De reclamación:
acciones declarativas acciones declarativas matrimonial: - Reclamación de
de reclamación de de impugnación y de - De divorcio estado matrimonial,
estado y las contestación vincular. cuando falta el acta
constitutivas, salvo la - Declaración de de celebración.
de revocación de la muerte presunta. - Reclamación de
adopción simple filiación.
De estado filial: De impugnación o
- De adopción plena. constatación
- De adopción (tienden a
simple. desconocer un
- De adopción de estado aparente que
integración. se ostenta y que no
se compadece con el
estado verdadero
que corresponde):
- Declaración de la
inexistencia de un
matrimonio, cuando
existe un acta.
- Nulidad de
matrimonio.
- Impugnación de la
filiación.
- Negación de
filiación.
- Impugnación de la
maternidad.
- Impugnación del
reconocimiento.
-Nulidad del
reconocimiento.
- Nulidad de la
adopción.
- De revocación de
la adopción simple y
de integración.

Adopción
Como hemos estudiado, nuestro ordenamiento jurídico consagra tres clases de filiación:
biológica, por técnicas de reproducción humana y adoptiva. En esta lectura nos ocuparemos de
esta última clase de filiación.

Filiación adoptiva

A continuación estudiaremos la filiación adoptiva, es decir aquella que surge de una sentencia
judicial y con los efectos previstos según sea la adopción simple, plena o de integración.

Definición

La adopción es una institución del derecho de familia en virtud de la cual, y por medio de una
sentencia judicial, se crea entre personas no ligadas por lazos biológicos próximos un vínculo
jurídico de parentesco idéntico o similar al que surge de la filiación consanguínea establecida.

A su vez, el Código Civil y Comercial 2014 incorpora en su articulado una definición de


adopción, estableciendo que: la adopción es una institución jurídica que tiene por objeto
proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le
procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales, cuando éstos
no le pueden ser proporcionados por su familia de origen. La adopción se otorga solo por
sentencia judicial y emplaza al adoptado en el estado de hijo, conforme con las disposiciones de
este Código.

Principios generales

El artículo 595 detalla los principios de la adopción, los cuales explicaremos a continuación. La
adopción se rige por los siguientes principios:

a) el interés superior del niño”

b) El respeto por el derecho a la identidad”: el adoptante se ha comprometido a hacer conocer al


adoptado su realidad biológica. El adoptado tendrá derecho a conocer su realidad biológica y
podrá acceder al expediente de adopción.

c). El agotamiento de las posibilidades de permanencia en la familia de origen o ampliada”: La


adopción tiende a brindar al niño desamparado la oportunidad de una integración familiar
indispensable para la formación y desarrollo de su personalidad, evitando la internación y
tratamiento del menor desvalido en una institución pública o privada.

La subsidiariedad de la adopción significa que ella sólo debe aflorar, o actualizarse como
posibilidad jurídica, cuando la familia biológicanuclear o ampliada- no está determinada o,
hallándose determinada, se encuentra impedida de contener en su seno al menor en las
condiciones mínimas que exigen su desarrollo físico y formación integral; o cuando el grupo lo
rechaza o cuando sus padres biológicos abdican de sus funciones y responsabilidades, de sus
derechos-deberes paternos, a través de actos u omisiones que evidencian el estado de desamparo
en el que ha caído el menor. En tales situaciones es el propio interés superior del menor el que
reclama su inserción en un grupo familiar subsidiario.

d) la preservación de los vínculos fraternos, priorizándose la adopción de grupos de hermanos


en la misma familia adoptiva o, en su defecto, el mantenimiento de vínculos jurídicos entre los
hermanos, excepto razones debidamente fundadas”.
e) el derecho a conocer los orígenes”: Este principio va de la mano con el derecho a la
identidad. El niño tiene derecho a saber que es adoptado y los padres adoptivos tienen el deber
de hacérselo saber.

“f) el derecho del niño, niña o adolescente a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta
según su edad y grado de madurez, siendo obligatorio requerir su consentimiento a partir de los
diez años”.

Derecho a conocer los orígenes

el adoptado con edad y grado de madurez suficiente tiene derecho a conocer los datos relativos a
su origen y puede acceder, cuando lo requiera, al expediente judicial y administrativo en el que
se tramitó su adopción y a otra información que conste en registros judiciales o administrativos.

Como se observa, no hay una edad determinada para que el adoptado pueda ejercer estos
derechos, sino que habrá que estar al caso concreto, en virtud del principio de la autonomía
progresiva de niños y adolescentes.

Normas

generales

A continuación estudiaremos las normas generales del instituto, que se aplican a cualquier clase
de adopción.

Requisitos en el adoptante

La ley fija reglas generales para la adopción, cualquiera que sea el tipo:

 El niño, niña o adolescente puede ser adoptado por:


 un matrimonio;
 por ambos integrantes de una unión convivencial.

Cabe destacar que en esos dos supuestos las personas solo pueden adoptar si lo hacen
conjuntamente, y excepcionalmente la adopción por personas casadas o en unión convivencial
puede ser unipersonal si:

 el cónyuge o conviviente ha sido declarado persona incapaz o de capacidad restringida,


y la sentencia le impide prestar consentimiento válido para este acto. En este caso debe
oírse al Ministerio Público y al curador o apoyo y, si es el pretenso adoptante, se debe
designar un curador o apoyo ad litem;
 los cónyuges están separados de hecho;
 por una única persona.
 Respecto a la edad, el adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el
adoptado, excepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge
o conviviente. En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción
de la adopción, se puede otorgar una nueva adopción sobre la persona menor de
edad.

Cabe resaltar el supuesto en el que la ley acepta la adopción conjunta de personas divorciadas o
cesada la unión convivencial cuando durante el matrimonio o la unión convivencial
mantuvieron estado de madre o padre con una persona menor de edad, pudiendo adoptarla
conjuntamente aún después del divorcio o cesada la unión. El juez debe valorar especialmente la
incidencia de la ruptura al ponderar el interés superior del niño.

 Por último, la ley contempla la situación en la que el proceso de adopción es


conjunto y fallece de uno de los guardadores. En ese caso, el juez puede otorgar la
adopción al sobreviviente y generar vínculos jurídicos de filiación con ambos
integrantes de la pareja. En este caso, el adoptado lleva el apellido del adoptante,
excepto que fundado en el derecho a la identidad se peticione agregar o anteponer el
apellido de origen o el apellido del guardador fallecido.

Requisitos en el adoptado

La ley exige que se trate de un menor no emancipado declarado en situación de adoptabilidad, o


cuyos padres hayan sido privados de la responsabilidad parental. Esta regla, tiene excepciones,
que tienen por objeto fortalecer el vínculo familiar, reconociéndose un lazo afectivo preexistente
(Herrera, 2015), y por ende, se podrá adoptar a una persona mayor de edad cuando:

 Se trate del hijo del cónyuge o conviviente de la persona que se pretende adoptar.
 Cuando hubo posesión de estado de hijo mientras era menor de edad, fehacientemente
comprobada.

Número de adoptantes y de adoptados

Respecto al número de adoptantes, el código establece, tal como lo vimos en la filiación


biológica y por técnicas de reproducción humana asistida, el sistema de doble vínculo filial. Es
decir que una persona no puede tener más de dos progenitores. Este supuesto se aplica también
a este tipo de filiación, con lo cual los adoptantes podrán ser dos, ya sea que ambos estén unidos
en matrimonio o hayan constituido una unión convivencial. Asimismo, el adoptante puede ser
una sola persona.

Respecto al número de adoptados, el artículo 598 establece que: pueden ser adoptadas varias
personas, simultánea o sucesivamente. La existencia de descendientes del adoptante no impide
la adopción. En este caso, deben ser oídos por el juez, valorándose su opinión de conformidad
con su edad y grado de madurez. Todos los hijos adoptivos y biológicos de un mismo adoptante
son considerados hermanos entre sí.

Residencia en el país

A los fines de evitar la adopción por parte de extranjeros no residentes (Bueres, 2015), puede
adoptar la persona que: a) resida permanentemente en el país por un período mínimo de cinco
años anterior a la petición de la guarda con fines de adopción; este plazo no se exige a las
personas de nacionalidad argentina o naturalizadas en el país; b) se encuentre inscripta en el
registro de adoptantes.

Restricciones para adoptar

No puede adoptar:

 quien no haya cumplido veinticinco años de edad, excepto que su cónyuge o


conviviente que adopta conjuntamente cumpla con este requisito: Es decir, en el caso
del adoptante individual se requiere veinticinco años de edad, en tanto que esta edad no
se requiere cuando demanda la adopción una pareja de cónyuges o convivientes, en el
cual al menos uno de ellos cumpla con este requisito.
 el ascendiente a su descendiente;
 un hermano a su hermano o a su hermano unilateral.

Estas últimas dos restricciones tienen en cuenta que ya existen los lazos afectivos naturales que
permiten que el menor halle un entorno familiar adecuado a falta de sus padres.

Declaración judicial de la situación de adoptabilidad

El Código Civil y Comercial, recepta esta práctica judicial consolidada como un procedimiento
con reglas propias para demarcar correctamente el rol de la familia de origen y de la pretensa
familia adoptante en todo el proceso hasta la adopción de un niño, niña o adolescente (Roveda y
Alonso Reina, 2014).

Se trata de un proceso judicial cuyo objetivo consiste en definir si un niño se encuentra,


efectivamente, en condiciones para ser dado en adopción, o que la satisfacción del derecho a
vivir en familia se verá efectivizado si el niño se inserta en otro grupo familiar que el de origen
(Herrera, 2015, p. 85).

Supuestos

Conforme lo manifestado en el punto anterior, el artículo 607 establece:

La declaración judicial de la situación de adoptabilidad se dicta si:

a) un niño, niña o adolescente no tiene filiación establecida o sus padres han fallecido, y se ha
agotado la búsqueda de familiares de origen por parte del organismo administrativo competente
en un plazo máximo de treinta días, prorrogables por un plazo igual sólo por razón fundada;

b) los padres tomaron la decisión libre e informada de que el niño o niña sea adoptado. Esta
manifestación es válida sólo si se produce después de los cuarenta y cinco días de producido el
nacimiento;

c) las medidas excepcionales tendientes a que el niño, niña o adolescente permanezca en su


familia de origen o ampliada, no han dado resultado en un plazo máximo de ciento ochenta días.
Vencido el plazo máximo sin revertirse las causas que motivaron la medida, el organismo
administrativo de protección de derechos del niño, niña o adolescente que tomó la decisión debe
dictaminar inmediatamente sobre la situación de adoptabilidad. Dicho dictamen se debe
comunicar al juez interviniente dentro del plazo de veinticuatro horas. La declaración judicial de
la situación de adoptabilidad no puede ser dictada si algún familiar o referente afectivo del niño,
niña o adolescente ofrece asumir su guarda o tutela y tal pedido es considerado adecuado al
interés de éste.

Este fragmento de la norma, se inspira en el principio de prioridad sobre la familia de origen.

Asimismo, la ley impone plazos, estableciendo que “el juez debe resolver sobre la situación de
adoptabilidad en el plazo máximo de noventa días”. Por último, el artículo 610 establece que “la
sentencia de privación de la responsabilidad parental equivale a la declaración judicial en
situación de adoptabilidad”.

Sujetos del procedimiento

El procedimiento, que concluye con la declaración judicial de la situación de adoptabilidad,


requiere la intervención:

 con carácter de parte, del niño, niña o adolescente, si tiene edad y grado de madurez
suficiente, quien comparece con asistencia letrada;
 con carácter de parte, de los padres u otros representantes legales del niño, niña o
adolescentes.

Otras intervenciones:

 del organismo administrativo que participó en la etapa extrajudicial;


 del Ministerio Público. El juez también puede escuchar a los parientes y otros referentes
afectivos”.

Reglas del procedimiento

El artículo 609 establece que se aplican al procedimiento bajo análisis las siguientes reglas:

 tramita ante el juez que ejerció el control de legalidad de las medidas excepcionales;
 es obligatoria la entrevista personal del juez con los padres, si existen, y con el niño,
niña o adolescente cuya situación de adoptabilidad se tramita;
 la sentencia debe disponer que se remitan al juez interviniente en un plazo no mayor a
los diez días el o los legajos seleccionados por el registro de adoptantes y el organismo
administrativo que corresponda, a los fines de proceder a dar inicio en forma inmediata
al proceso de guarda con fines de adopción.

Guarda con fines de adopción

El propósito de la ley, al imponer el plazo de la guarda, que no puede exceder los seis meses, es
permitir no sólo la reflexión del adoptante, sino además que el jueZ analice en qué medida ha
surgido a través del tiempo una armónica y afectiva relación entre adoptante y adoptado.

Prohibición de la guarda de hecho

La ley prohíbe expresamente “la entrega directa en guarda de niños, niñas y adolescentes
mediante escritura pública o acto administrativo, así como la entrega directa en guarda otorgada
por cualquiera de los progenitores u otros familiares del niño”.

Asimismo, el Código establece una sanción cuando se viola dicha norma, estableciendo que: la
transgresión de la prohibición habilita al juez a separar al niño transitoria o definitivamente de
su pretenso guardador, excepto que se compruebe judicialmente que la elección de los
progenitores se funda en la existencia de un vínculo de parentesco, entre éstos y el o los
pretensos guardadores del niño. Asimismo, y para concluir, el Código establece que “ni la
guarda de hecho, ni los supuestos de guarda judicial o delegación del ejercicio de la
responsabilidad parental deben ser considerados a los fines de la adopción”. “Ello porque el
paso del tiempo no puede consolidar ni convalidar una situación que contraría la regulación
jurídica”(Herrera, 2015, p.611).

Competencia

Conforme el artículo 612, es competente, para discernir sobre la guarda con fines de adopción,
el juez que dicta la sentencia que declara la situación de adoptabilidad.

Elección del guardador e intervención del organismo administrativo

Es importante conocer quién y de qué manera se selecciona a guardadores, que son los pretensos
adoptantes. En este sentido, la norma establecida en el artículo 613 expresa que “el juez que
declaró la situación de adoptabilidad selecciona a los pretensos adoptantes de la nómina
remitida por el registro de adoptantes”.

Para ello, “convoca a la autoridad administrativa que intervino en el proceso de la declaración


en situación de adoptabilidad”.

Para la selección, se tendrán en cuenta, entre otras pautas: las condiciones personales, edades y
aptitudes del o de los pretensos adoptantes; su idoneidad para cumplir con las funciones de
cuidado, educación; sus motivaciones y expectativas frente a la adopción; el respeto asumido
frente al derecho a la identidad y origen del niño, niña o adolescente. El juez debe citar al niño,
niña o adolescente cuya opinión debe ser tenida en cuenta según su edad y grado de madurez,
garantizando de esta manera el derecho del niño a ser oído.

Plazo. Sentencia

Cumplidas las medidas relativas a la elección del guardador, el juez dicta la sentencia de guarda
con fines de adopción. El Código Civil y Comercial ha reducido el plazo de guarda,
estableciendo que éste no puede exceder los seis meses.

Juicio de adopción

“Una vez que ha culminado el plazo de guarda, el juez interviniente, de oficio o a pedido de
parte o de la autoridad administrativa, inicia el proceso de adopción”.

Competencia

Sera competente en el juicio de adopción el juez que otorgó la guarda con fines de adopción o lo
pretensos adoptantes podrán elegir el del lugar en el que el niño tiene su centro de vida si el
traslado fue tenido en consideración en esa decisión.

Partes

Son partes en el juicio de adopción:

 Los pretensos adoptantes.


 El pretenso adoptado. Asimismo, si el pretenso adoptado tiene edad y grado de madurez
suficiente, debe comparecer con asistencia letrada.

Reglas de procedimiento

El juicio de adopción se rige por las siguientes reglas, contenidas en el artículo 617 del Código
Civil y Comercial de la Nación:

 son parte en el proceso de adopción los pretensos adoptantes y el pretenso adoptado;


 el juez debe oír personalmente al pretenso adoptado y tener en cuenta su opinión según
su edad y grado de madurez;
 debe intervenir el Ministerio Público y el organismo administrativo;
 el pretenso adoptado mayor de diez años debe prestar consentimiento expreso; e) las
audiencias son privadas y el expediente, reservado.

La sentencia y sus efectos

“La sentencia que otorga la adopción tiene efecto retroactivo a la fecha de la sentencia que
otorga la guarda con fines de adopción”.

Si bien esa es la regla, en el supuesto de adopción del hijo del cónyuge o conviviente, los
efectos de la sentencia se retrotraen a la fecha de promoción de la acción de adopción.

Tipos de adopción

Hasta el momento, hemos estudiado las reglas y normas relativas a todo proceso de adopción. A
continuación abordaremos cada clase de adopción en particular.

Enumeración. Plena, simple y de integración. Definición El Código prevé tres tipos de


adopción (artículos 619 y 620):

Adopción plena: es aquella que “confiere al adoptado la condición de hijo y extingue los
vínculos jurídicos con la familia de origen”. “El adoptado tiene en la familia adoptiva los
mismos derechos y obligaciones de todo hijo”. El adoptado deja de pertenecer a su familia de
sangre y se extingue el parentesco con los integrantes de ésta, así como todos sus efectos
jurídicos, a excepción de los impedimentos matrimoniales.

adopción simple: “confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea vínculos jurídicos con
los parientes ni con el cónyuge del adoptante” (excepto disposición en contrario que
expresamente establezca el Código).

adopción de integración: este tipo de adopción fue incorporada con el Código Civil y
Comercial de la Nación 2014 y “se configura cuando se adopta al hijo del cónyuge o del
conviviente”.

Facultades judiciales. Conversión

Si bien hay distintos tipos de adopción, es el juez quien “otorga la adopción plena o simple
según las circunstancias y atendiendo fundamentalmente al interés superior del niño”.

El Código Civil y Comercial trae novedades en materia de adopción, y entre ellas está la
facultad del juez de flexibilizar tanto los efectos propios de la adopción simple como de la
plena. Esto implica que habrá casos en que el régimen de la adopción simple o plena no serán
puros. Es por ello que el artículo 621 establece que: cuando sea más conveniente para el niño,
niña o adolescente, a pedido de parte y por motivos fundados, el juez puede mantener
subsistente el vínculo jurídico con uno o varios parientes de la familia de origen en la adopción
plena, y crear vínculo jurídico con uno o varios parientes de la familia del adoptante en la
adopción simple. En este caso, no se modifica el régimen legal de la sucesión, ni de la
responsabilidad parental, ni de los impedimentos matrimoniales regulados en este Código para
cada tipo de adopción.

Asimismo, una adopción que en su momento fue simple, podrá convertirse en plena a petición
de parte y por razones fundadas. El juez evaluará en el caso concreto si es conveniente esta
modificación.

En caso de proceder la conversión, ésta tiene efecto desde que la sentencia queda firme y para el
futuro.

Prenombre del adoptado

Fundado en el derecho a la identidad del niño, niña o adolescente, se ha dispuesto que el


prenombre del adoptado debe ser respetado.

Solo a modo de excepción, y por razones fundadas en las prohibiciones establecidas en las
reglas para el prenombre en general o en el uso de un prenombre con el cual el adoptado se
siente identificado, el juez puede disponer la modificación del prenombre en el sentido que se le
peticione.

Adopción plena. Irrevocabilidad. Supuestos. Efectos. Apellido

Irrevocabilidad

Tal como en el Código de Vélez Sársfield, la adopción plena es irrevocable. Sin embargo, una
novedad que trae el Código Civil y Comercial es la posibilidad de que el adoptado inicie acción
de filiación contra sus progenitores biológicos o que éstos lo reconozcan. Sin embargo, ésta
posibilidad sólo es admisibles a los efectos de posibilitar los derechos alimentarios y sucesorios
del adoptado, sin alterar los otros efectos de la adopción.

Supuestos en los que se otorga la adopción plena

El artículo 625, establece que: la adopción plena se debe otorgar, preferentemente, cuando se
trate de niños, niñas o adolescentes huérfanos de padre y madre que no tengan filiación
establecida. También puede otorgarse la adopción plena en los siguientes supuestos:

 cuando se haya declarado al niño, niña o adolescente en situación de adoptabilidad;


 cuando sean hijos de padres privados de la responsabilidad parental;
 cuando los progenitores hayan manifestado ante el juez su decisión libre e informada de
dar a su hijo en adopción.

Apellido

Conforme el artículo 626, el apellido del hijo por adopción plena se rige por las siguientes
reglas:
 si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del adoptante;
si el adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que éste sea mantenido;
 si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas al apellido
de los hijos matrimoniales;
 excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición de
parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al apellido
del adoptante o al de uno de ellos si la adopción es conjunta;
 en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, el
juez debe valorar especialmente su opinión.

Adopción simple. Efectos. Revocación

Como hemos estudiado, la adopción simple es aquella que confiere el estado de hijo al
adoptado, pero no crea vínculos jurídicos con los parientes ni con el cónyuge del adoptante.

Los efectos de este tipo de adopción son:

 como regla, los derechos y deberes que resultan del vínculo de origen no quedan
extinguidos por la adopción; sin embargo, la titularidad y el ejercicio de la
responsabilidad parental se transfieren a los adoptantes;
 la familia de origen tiene derecho de comunicación con el adoptado, excepto que sea
contrario al interés superior del niño;
 el adoptado conserva el derecho a reclamar alimentos a su familia de origen cuando los
adoptantes no puedan proveérselos;
 el adoptado que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente o los adoptantes,
pueden solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o anteponiéndole
el apellido del adoptante o uno de ellos; a falta de petición expresa, la adopción simple
se rige por las mismas reglas de la adopción plena;
 el derecho sucesorio se rige por lo dispuesto en el Libro Quinto.

“Después de acordada la adopción simple se admite el ejercicio por el adoptado de la acción de


filiación contra sus progenitores, y el reconocimiento del adoptado.

Ninguna de estas situaciones debe alterar los efectos de este tipo de adopción”.

Revocación

A diferencia de la adopción plena, la adopción simple es revocable en los siguientes supuestos:

 por haber incurrido el adoptado o el adoptante en las causales de indignidad previstas en


este Código;
 por petición justificada del adoptado mayor de edad;
 por acuerdo de adoptante y adoptado mayor de edad manifestado judicialmente.

Los efectos de la revocación son los siguientes:

“Se extingue la adopción desde que la sentencia queda firme y para el futuro”.

“El adoptado pierde el apellido de adopción. Sin embargo, con fundamento en el derecho a la
identidad, puede ser autorizado por el juez a conservarlo”.

Adopción de integración. Efectos. Reglas aplicables. Revocación


La adopción de integración se configura cuando se adopta al hijo del cónyuge o del conviviente.

Los efectos de este tipo de adopción son:

“Entre el adoptado y su progenitor de origen: La adopción de integración siempre mantiene el


vínculo filiatorio y todos sus efectos entre el adoptado y su progenitor de origen, cónyuge o
conviviente del adoptante”.

entre el adoptado y el adoptante: La adopción de integración produce los siguientes efectos entre
el adoptado y el adoptante:

 si el adoptado tiene un solo vínculo filial de origen, se inserta en la familia del


adoptante con los efectos de la adopción plena; las reglas relativas a la titularidad y
ejercicio de la responsabilidad parental se aplican a las relaciones entre el progenitor de
origen, el adoptante y el adoptado;
 si el adoptado tiene doble vínculo filial de origen se aplica lo dispuesto en el artículo
621.

Es decir lo relativo a las facultades judiciales del juez respecto a lo que sea más conveniente
para el niño, niña o adolescente.

Asimismo, este tipo de adopción tiene ciertas reglas particulares, entre ellas:

 los progenitores de origen deben ser escuchados, excepto causas graves debidamente
fundadas;
 el adoptante no requiere estar previamente inscripto en el registro de adoptantes;
 no se aplican las prohibiciones en materia de guarda de hecho;
 no se exige declaración judicial de la situación de adoptabilidad;
 no se exige previa guarda con fines de adopción; f) no rige el requisito relativo a que las
necesidades afectivas y materiales no puedan ser proporcionadas por su familia de
origen.

Este tipo de adopción también es revocable por las mismas causales previstas para la adopción
simple.

Nulidad e inscripción. Nulidades absolutas y relativas. Inscripción

Si perjuicio de las nulidades que resulten de las disposiciones de nuestro Código Civil y
Comercial, estudiaremos las nulidades absolutas y relativas de la adopción.

Nulidades absolutas

Adolece de nulidad absoluta la adopción obtenida en violación a las disposiciones referidas a:

 la edad del adoptado;


 la diferencia de edad entre adoptante y adoptado;
 la adopción que hubiese tenido un hecho ilícito como antecedente necesario, incluido el
abandono supuesto o aparente del menor proveniente de la omisión de un delito del cual
hubiera sido víctima el menor o sus padres;
 la adopción simultánea por más de una persona, excepto que los adoptantes sean
cónyuges o pareja conviviente;
 la adopción de descendientes;
 la adopción de hermano y de hermano unilateral entre sí;
 la declaración judicial de la situación de adoptabilidad;
 la inscripción y aprobación del registro de adoptantes;
 la falta de consentimiento del niño mayor de diez años, a petición exclusiva del
adoptado.

Nulidades relativas

Adolece de nulidad relativa la adopción obtenida en violación a las disposiciones referidas a:

 la edad mínima del adoptante;


 vicios del consentimiento;
 el derecho del niño, niña o adolescente a ser oído, a petición exclusiva del adoptado.

Inscripción

“La adopción, su revocación, conversión y nulidad deben inscribirse en el Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas”.

Responsabilidad parental

La responsabilidad parental, como instituto que regula los derechos y deberes entre los
progenitores y sus hijos menores de edad.

Definición

El Código Civil y Comercial nos brinda un concepto de responsabilidad parental, estableciendo


en su artículo 638 que es “el conjunto de deberes y derechos que corresponden a los
progenitores sobre la persona y bienes del hijo, para su protección, desarrollo y formación
integral mientras sea menor de edad y no se haya emancipado”.

En el antiguo código se definía a la patria potestad como:

el conjunto de deberes y derechos que corresponde a los padres sobre las personas y bienes de
los hijos, para su formación y protección integral, desde la concepción de éstos y mientras sean
menores de edad y no se hayan emancipado.

Con la sanción del Código Civil y Comercial, se modifica la denominación patria potestad por
responsabilidad parental, “lo que resulta más adecuado a la realidad de nuestros días para
describir las relaciones entre los progenitores y los hijos”

Principios generales

El Código Civil y Comercial, trajo consigo la enunciación de los principios generales que
regirán la responsabilidad parental, siendo éstos:

 el interés superior del niño;


 la autonomía progresiva del hijo conforme a sus características psicofísicas, aptitudes y
desarrollo. A mayor autonomía, disminuye la representación de los progenitores en el
ejercicio de los derechos de los hijos;
 el derecho del niño a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su edad y
grado de madurez.
Titularidad y ejercicio

La diferencia entre estos dos conceptos no parece fácilmente precisable, sin embargo, es pasible
advertir que la titularidad es el conjunto de los derechos y deberes, que, en principio,
corresponden a ambos progenitores e independientemente, mientras que el ejercicio es la
facultad de actuar concretamente en virtud de esos derechos–deberes y que corresponden en
unos casos a uno u otro o a ambos progenitores. De manera que puede haber en algunos
supuestos titularidad con ejercicio actual de la responsabilidad parental y en otros, si bien se
comparte la titularidad, se carece de ese ejercicio.

Distintos supuestos

El artículo 641, establece distintos supuestos de hecho, y en base a ello determina a quién
corresponde el ejercicio de la responsabilidad parental:

a) en caso de convivencia con ambos progenitores, a éstos. Se presume que los actos realizados
por uno cuentan con la conformidad del otro, con excepción de los supuestos contemplados en
el artículo 645, o que medie expresa oposición;

b) en caso de cese de la convivencia, divorcio o nulidad de matrimonio, a ambos progenitores.


Se presume que los actos realizados por uno cuentan con la conformidad del otro, con las
excepciones del inciso anterior. Por voluntad de los progenitores o por decisión judicial, en
interés del hijo, el ejercicio se puede atribuir a sólo uno de ellos, o establecerse distintas
modalidades;

c) en caso de muerte, ausencia con presunción de fallecimiento, privación de la responsabilidad


parental o suspensión del ejercicio de un progenitor, al otro;

d) en caso de hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, al único progenitor;

e) en caso de hijo extramatrimonial con doble vínculo filial, si uno se estableció por declaración
judicial, al otro progenitor. En interés del hijo, los progenitores de común acuerdo o el juez
pueden decidir el ejercicio conjunto o establecer distintas modalidades.

Intervención de los jueces en caso de desacuerdo de los progenitores

Como hemos estudiado, se presume que los actos realizados por uno de los progenitores cuentan
con la conformidad del otro, con excepción de los supuestos contemplados en el artículo 645
(en los que se requiere el consentimiento de ambos progenitores), o que medie expresa
oposición. Y separadamente, el artículo 642 establece que cuando hay desacuerdo, cualquiera de
ellos puede acudir ante el juez para que resuelva en definitiva según la conveniencia del niño,
niña o adolescente.

La oposición puede ser formulada para evitar que el otro progenitor realice un determinado acto,
o aun, si ya lo hubiere realizado (por ejemplo, si han anotado al hijo en un colegio) para que no
tenga efectos, es decir, para que no se concreten los hechos que daría lugar el consentimiento
prestado por el otro progenitor.

En este supuesto, se ofrece la oportunidad a ambos progenitores, de acudir al juez para que
resuelva las diferencias de criterios entre ellos.
Asimismo, la ley prevé el caso de que los desacuerdos se den en forma reiterada, o si
concurriese cualquier otra causa que entorpece gravemente el ejercicio de la responsabilidad
parental, el juez podrá atribuir el ejercicio de la responsabilidad parental total o parcialmente a
uno de los progenitores, o distribuir entre ellos sus funciones, por un plazo que no puede
exceder de dos años.

Delegación del ejercicio

El Código Civil y Comercial incorpora la posibilidad de que el o los progenitores deleguen,


siempre y cuando se cumplimente con los requisitos exigidos por la ley, el ejercicio de la
responsabilidad parental. Esta figura deja de lado uno de los caracteres de la antes llamada
patria potestad, el de la indelegabilidad de la misma. Esta nueva norma determina que el
ejercicio de la responsabilidad parental puede delegarse en virtud de que el interés superior del
menor lo exija.

En virtud de lo expuesto, el artículo 643 establece que “en el interés del hijo y por razones
suficientemente justificadas, los progenitores pueden convenir que el ejercicio de la
responsabilidad parental sea otorgado a un pariente”.

“El acuerdo con la persona que acepta la delegación debe ser homologado judicialmente,
debiendo oírse necesariamente al hijo”. La ley establece que le plazo máximo de duración de la
delegación del ejercicio de la responsabilidad parental es de un año, “pudiendo renovarse
judicialmente por razones debidamente fundadas, por un período más con participación de las
partes involucradas”.

Asimismo, “los progenitores conservan la titularidad de la responsabilidad parental, y


mantienen el derecho a supervisar la crianza y educación del hijo en función de sus
posibilidades”.

Progenitores adolescentes

Se debe tener especial consideración en aquellas situaciones en las cuales los padres de un niño
sean adolescentes, es decir que sean mayores de 13 años pero menores de 18, momento en el
cual se adquiere la mayoría de edad. En estos casos, la ley establece que ..“los progenitores
adolescentes (…) ejercen la responsabilidad parental de sus hijos pudiendo decidir y realizar
por sí mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud”.

Asimismo, las personas que ejercen la responsabilidad parental de un progenitor adolescente


que tenga un hijo bajo su cuidado pueden oponerse a la realización de actos que resulten
perjudiciales para el niño; también pueden intervenir cuando el progenitor omite realizar las
acciones necesarias para preservar su adecuado desarrollo. El consentimiento del progenitor
adolescente debe integrarse con el asentimiento de cualquiera de sus propios progenitores si se
trata de actos trascendentes para la vida del niño, como la decisión libre e informada de su
adopción, intervenciones quirúrgicas que ponen en peligro su vida, u otros actos que pueden
lesionar gravemente sus derechos. En caso de conflicto, el juez debe decidir a través del
procedimiento más breve previsto por la ley local.

Intervención conjunta de los progenitores


Hay ciertos actos que son de tal trascendencia en la vida del niño, niña o adolescente que se
requiere el consentimiento expreso de ambos progenitores. Estos actos, conforme el artículo
645 del son:

 autorizar a los hijos adolescentes entre dieciséis y dieciocho años para contraer
matrimonio;
 autorizarlo para ingresar a comunidades religiosas, fuerzas armadas o de seguridad;
 autorizarlo para salir de la República o para el cambio de residencia permanente en el
extranjero;
 autorizarlo para estar en juicio, en los supuestos en que no puede actuar por sí; e.
administrar los bienes de los hijos, excepto que se haya delegado la administración de
conformidad con lo previsto en este Capítulo.

En todos estos casos, si uno de los progenitores no da su consentimiento o media imposibilidad


para prestarlo, debe resolver el juez teniendo en miras el interés familiar. Asimismo, teniendo en
cuenta la capacidad progresiva del menor, cuando el acto involucra a hijos adolescentes, es
necesario su consentimiento expreso.

Derechos-deberes de los progenitores

El conjunto de derechos–deberes que implica la responsabilidad parental es muy amplio. No se


agota el deber de los padres en la satisfacción de las necesidades materiales, sino que alcanza al
cumplimiento de deberes de índole espiritual, como es el cuidado y formación ética y espiritual
del hijo, asegurar su educación, de acuerdo con sus posibilidades, etcétera.

Enumeración. Prohibición

El artículo 646 enumera los deberes de los progenitores, que son:

 cuidar del hijo, convivir con él, prestarle alimentos y educarlo;


 considerar las necesidades específicas del hijo según sus características psicofísicas,
aptitudes y desarrollo madurativo; c) respetar el derecho del niño y adolescente a ser
oído y a participar en su proceso educativo, así como en todo lo referente a sus derechos
personalísimos;
 prestar orientación y dirección al hijo para el ejercicio y efectividad de sus derechos;
 respetar y facilitar el derecho del hijo a mantener relaciones personales con abuelos,
otros parientes o personas con las cuales tenga un vínculo afectivo;
 representarlo y administrar el patrimonio del hijo.

Además de estos deberes se menciona en el artículo 647 la prohibición expresa de malos tratos
al niño, niña o adolescente, prohibiendo “el castigo corporal (…), los malos tratos y cualquier
acto que lesione física o síquicamente” a los mismos.

A los fines de colaborar y orientar a los progenitores en situaciones delicadas, en los cuales sea
difícil lograr un ejercicio idóneo de la responsabilidad parental, se prevé también que los
progenitores puedan solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los organismos
del Estado.

Cuidado personal. Clases


“Se denomina cuidado personal a los deberes y facultades de los progenitores referidos a la vida
cotidiana del hijo”. Implica “la protección que debe recibir el menor en todo momento por parte
de sus progenitores” (Bueres, 2015, p. 436).

Cuando los padres no conviven, el cuidado personal puede ser de dos maneras:

 Puede ser asumida por un solo progenitor.


 Puede ser asumida por ambos progenitores.

Cuidado personal Compartido. Modalidades. Reglas generales

El cuidado personal compartido puede ser:

Alternado: En esta modalidad “el hijo pasa períodos de tiempo con cada uno de los
progenitores, según la organización y posibilidades de la familia”.

Indistinto: En esta modalidad “el hijo reside de manera principal en el domicilio de uno de los
progenitores, pero ambos comparten las decisiones y se distribuyen de modo equitativo las
labores atinentes a su cuidado”.

Como principio general, “el juez debe otorgar, como primera alternativa, el cuidado compartido
del hijo con la modalidad indistinta, excepto que no sea posible o resulte perjudicial para el
hijo”.

“En caso de que cuidado pernal sea atribuido a un solo progenitor, el otro tiene el derecho y el
deber de mantener una adecuada comunicación con el hijo”.

Cuidado personal unilateral. Deber de informar

Como hemos expresado, la regla general es que el cuidado personal del hijo debe ser
compartido e indistinto. Sin embargo, si de manera excepcional el cuidado personal del menor
fuera unilateral: el juez debe ponderar

 la prioridad del progenitor que facilita el derecho a mantener trato regular con el otro;
 la edad del hijo;
 la opinión del hijo;
 el mantenimiento de la situación existente y respeto del centro de vida del hijo. El otro
progenitor tiene el derecho y el deber de colaboración con el conviviente.

Plan de parentalidad. Determinación judicial del plan de parentalidad

El ordenamiento jurídico actual respeta la autonomía de la voluntad de los progenitores a


quienes incentiva a elaborar un plan de parentalidad para decidir cómo organizar la convivencia
con el hijo en el caso de no convivencia de los padres

En este sentido, y según el artículo 655 del Código Civil y Comercial de la Nación:

Los progenitores pueden presentar un plan de parentalidad relativo al cuidado del hijo, que
contenga:

 lugar y tiempo en que el hijo permanece con cada progenitor;


 responsabilidades que cada uno asume;
 régimen de vacaciones, días festivos y otras fechas significativas para la familia;
 régimen de relación y comunicación con el hijo cuando éste reside con el otro
progenitor. El plan de parentalidad propuesto puede ser modificado por los progenitores
en función de las necesidades del grupo familiar y del hijo en sus diferentes etapas. Los
progenitores deben procurar la participación del hijo en el plan de parentalidad y en su
modificación.

En el plano familiar, es lógico que lo ideal sería el acuerdo entre los progenitores, la
presentación de dicho acuerdo ante el juez competente y la consiguiente homologación del
acuerdo. Sin embargo,

¿qué sucede si no hay acuerdo o si habiéndolo no se ha homologado judicialmente?

En dicho casos, “el juez debe fijar el régimen de cuidado de los hijos y”, como ya hemos visto,
“priorizar la modalidad compartida indistinta, excepto que por razones fundadas resulte más
beneficioso el cuidado unipersonal o alternado”..

Otorgamiento de la guarda a un pariente

Otorgamiento de la guarda a un tercero

El artículo 657 establece que: en supuestos de especial gravedad, el juez puede otorgar la
guarda a un pariente por un plazo de un año, prorrogable por razones fundadas por otro período
igual. Vencido el plazo, el juez debe resolver la situación del niño, niña o adolescente mediante
otras figuras que se regulan en este Código. El guardador tiene el cuidado personal del niño,
niña o adolescente y está facultado para tomar las decisiones relativas a las actividades de la
vida cotidiana, sin perjuicio de que la responsabilidad parental quede en cabeza del o los
progenitores, quienes conservan los derechos y responsabilidades emergentes de esta titularidad
y ejercicio.

La Doctora Herrera (2015) explica que la diferencia de esta figura con la de la delegación de la
responsabilidad parental radica en que el otorgamiento de la guarda es judicial y luego de
evaluar exhaustivamente la conflictiva de dicha familia en el caso concreto.

DEBER ALIMENTARIO

“Los progenitores tienen la obligación y el derecho de criar a sus hijos, alimentarlos y


educarlos conforme a su condición y fortuna”.

“La obligación de alimentos comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos en


manutención, educación y esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia y gastos por
enfermedad y los gastos necesarios para adquirir una profesión u oficio”. La forma de
efectivizar la prestación es a través de pagos en dinero o en especie “y son proporcionales a las
posibilidades económicas de los obligados y necesidades del alimentado”.

En caso de divorcio, separación de hecho o nulidad de matrimonio, incumbe siempre a ambos


progenitores el deber de dar alimentos a sus hijos y educarlos, no obstante que el cuidado
personal sea ejercida por uno de ellos.

Si bien la mayoría de edad se adquiere a los 18 años, la obligación alimentaria de los


progenitores respecto de los hijos se extiende hasta los 21 años de edad, excepto que el obligado
acredite que el hijo mayor de edad cuenta con recursos suficientes para proveérselos por sí
mismo.

Tareas de cuidado personal

Partiendo del principio de que el trabajo en el hogar debe ser reconocido, el artículo 660
establece que “las tareas cotidianas que realiza el progenitor que ha asumido el cuidado personal
del hijo tienen un valor económico y constituyen un aporte a su manutención”.

Legitimación

En caso de que el progenitor falte a la prestación de alimentos podrá ser demandado por: a) el
otro progenitor en representación del hijo; b) el hijo con grado de madurez suficiente con
asistencia letrada; c) subsidiariamente, cualquiera de los parientes o el Ministerio Público.

Hijo mayor de edad

“El progenitor que convive con el hijo mayor de edad tiene legitimación para obtener la
contribución del otro hasta que el hijo cumpla veintiún años”, ya que como hemos visto la
obligación alimentaria se extiende hasta dicha edad, excepto que el hijo tenga recursos
suficientes para su manutención.

Puede iniciar el juicio alimentario o, en su caso, continuar el proceso promovido durante la


minoría de edad del hijo para que el juez determine la cuota que corresponde al otro progenitor.
Tiene derecho a cobrar y administrar las cuotas alimentarias devengadas. Las partes de común
acuerdo, o el juez, a pedido de alguno de los progenitores o del hijo, pueden fijar una suma que
el hijo debe percibir directamente del progenitor no conviviente. Tal suma, administrada por el
hijo, está destinada a cubrir los desembolsos de su vida diaria, como esparcimiento, gastos con
fines culturales o educativos, vestimenta u otros rubros que se estimen pertinentes.

Hijo mayor que se capacita

La obligación alimentaria de los padres a los hijos se puede extender incluso hasta los 25 años si
la prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio, le impide proveerse de
medios necesarios para sostenerse independientemente. Pueden ser solicitados por el hijo o por
el progenitor con el cual convive; debe acreditarse la viabilidad del pedido.

Hijo no reconocido

El ordenamiento jurídico regula la situación del hijo extramatrimonial no reconocido,


estableciendo que “tiene derecho a alimentos provisorios mediante la acreditación sumaria del
vínculo invocado”.

Asimismo, se aclara que: si la demanda se promueve antes que el juicio de filiación, en la


resolución que determina alimentos provisorios el juez debe establecer un plazo para promover
dicha acción, bajo apercibimiento de cesar la cuota fijada mientras esa carga esté incumplida.

Mujer embarazada

“La mujer embarazada tiene derecho a reclamar alimentos al progenitor presunto con la prueba
sumaria de la filiación alegada”.
La norma otorga el derecho a reclamar alimentos a la mujer embarazada, pero dichos alimentos
son para el hijo. Teniendo en cuenta que la persona existe desde la concepción, el hijo tiene el
derecho alimentario, desde el momento en que es concebido, y la madre es quien pueda
reclamarlos en su representación (Pitrau, 2014).

Cuidado personal compartido

Cuando el cuidado personal fuese compartido hay que tener en cuenta dos supuestos: si ambos
progenitores cuentan con recursos equivalentes, cada uno debe hacerse cargo de la manutención
cuando el hijo permanece bajo su cuidado; si los recursos de los progenitores no son
equivalentes, aquel que cuenta con mayores ingresos debe pasar una cuota alimentaria al otro
para que el hijo goce del mismo nivel de vida en ambos hogares. Los gastos comunes deben ser
solventados por ambos progenitores.

Hijo fuera del país o alejado de sus progenitores

Ya en el Código de Vélez Sársfield se preveía la situación en la cual: el hijo que no convive con
sus progenitores, que se encuentra en un país extranjero o en un lugar alejado dentro de la
República, y tenga necesidad de recursos para su alimentación u otros rubros urgentes, puede
ser autorizado por el juez del lugar o por la representación diplomática de la República, según el
caso, para contraer deudas que satisfagan sus necesidades.

La novedad del Código Civil y Comercial es que si el menor es adolescente (mayor a trece
años) “no necesita autorización alguna; sólo el asentimiento del adulto responsable, de
conformidad con la legislación aplicable”.

Reclamo a ascendientes

Los alimentos a los ascendientes pueden ser reclamados en el mismo proceso en que se
demanda a los progenitores o en proceso diverso; además de lo previsto en el título del
parentesco, debe acreditarse verosímilmente las dificultades del actor para percibir los alimentos
del progenitor obligado.

Alimentos impagos y medidas ante el incumplimiento (artículos 669 y 670)

Los alimentos se deben desde el día de la demanda o desde el día de la interpelación del
obligado por medio fehaciente, siempre que se interponga la demanda dentro de los seis meses
de la interpelación. Por el período anterior, el progenitor que asumió el cuidado del hijo tiene
derecho al reembolso de lo gastado en la parte que corresponde al progenitor no conviviente.

“Medidas ante el incumplimiento: Las disposiciones de este Código relativas al incumplimiento


de los alimentos entre parientes son aplicables a los alimentos entre padres e hijos”, en virtud de
ello, podrán adoptarse medidas cautelares para asegurar el pago de alimentos futuros, el juez
podrá adoptar medidas razonables para asegurar la eficacia de la sentencia, etcétera.

Deberes de los hijos. Enumeración

Son deberes de los hijos, según el artículo :

 respetar a sus progenitores;


 cumplir con las decisiones de los progenitores que no sean contrarias a su interés
superior;
 prestar a los progenitores colaboración propia de su edad y desarrollo y cuidar de ellos u
otros ascendientes en todas las circunstancias de la vida en que su ayuda sea necesaria.

Deberes y derechos de los progenitores e hijos afines.

El Código Civil y Comercial regula las relaciones entre progenitor afín e hijo afín. Se denomina
progenitor afín al cónyuge o conviviente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal
del niño o adolescente.

Conforme los fundamentos de la reforma, se reconoce el vínculo afectivo que se genera


entre el progenitor y los hijos de su pareja cuando conviven, otorgando ciertos derechos a los
primeros sin excluir los derechos y deberes de los progenitores como principales responsables
de los hijos.

Deberes del progenitor afín

Conforme el artículo 673 :El cónyuge o conviviente de un progenitor debe cooperar en la


crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos cotidianos relativos a su formación
en el ámbito doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de urgencia. En caso de
desacuerdo entre el progenitor y su cónyuge o conviviente prevalece el criterio del progenitor.
Esta colaboración no afecta los derechos de los titulares de la responsabilidad parental.

Delegación en el progenitor afín

Así como el art 643 permite, bajo ciertas circunstancias, delegar el ejercicio de la
responsabilidad parental a un pariente , también se permite que el progenitor a cargo del hijo
delegue a su cónyuge o conviviente el ejercicio de la responsabilidad parental cuando no
estuviera en condiciones de cumplir la función en forma plena por razones de viaje, enfermedad
o incapacidad transitoria, y siempre que exista imposibilidad para su desempeño por parte del
otro progenitor, o no fuera conveniente que este último asuma su ejercicio. Esta delegación
requiere la homologación judicial, excepto que el otro progenitor exprese su acuerdo de modo
fehaciente.

Ejercicio conjunto con el progenitor afín

El Código prevé que en casos excepcionales como la muerte, ausencia o incapacidad del
progenitor, el otro progenitor puede asumir dicho ejercicio conjuntamente con su cónyuge o
conviviente. Este acuerdo entre el progenitor en ejercicio de la responsabilidad parental y su
cónyuge o conviviente debe ser homologado judicialmente. En caso de conflicto prima la
opinión del progenitor. Este ejercicio se extingue con la ruptura del matrimonio o de la unión
convivencial.

También se extingue con la recuperación de la capacidad plena del progenitor que no estaba en
ejercicio de la responsabilidad parental.

Alimentos

El progenitor afín tiene una obligación alimentaria respecto de sus hijos afines, pero esta
obligación tiene carácter subsidiario.

Asimismo, esa obligación subsidiaria cesa en los casos de disolución del vínculo conyugal o
ruptura de la convivencia. Sin embargo, si el cambio de situación puede ocasionar un grave
daño al niño o adolescente y el cónyuge o conviviente asumió durante la vida en común el
sustento del hijo del otro, puede fijarse una cuota asistencial a su cargo con carácter transitorio,
cuya duración debe definir el juez de acuerdo a las condiciones de fortuna del obligado, las
necesidades del alimentado y el tiempo de la convivencia.

Fin de la responsabilidad parental

A continuación estudiaremos las tres maneras por las cuales puede finalizar la responsabilidad
parental.

Extinción de la titularidad: causas

En los casos de extinción de la titularidad de la responsabilidad parental, ésta se acaba por


circunstancias que no significan juicio disvalioso respecto de la conducta de los padres sino
simplemente por no encontrarse ellos bajo la esfera de su vigilancia o autoridad.

Las causas son:

 muerte del progenitor o del hijo;


 profesión del progenitor en instituto monástico;
 alcanzar el hijo la mayoría de edad;
 emancipación, excepto lo dispuesto en el artículo 644;
 adopción del hijo por un tercero, sin perjuicio de la posibilidad de que se la restituya en
caso de revocación y nulidad de la adopción; la extinción no se produce cuando se
adopta el hijo del cónyuge o del conviviente200.

Privación: causas, rehabilitación.

Se trata de actos de los progenitores que merecen reproche y determinan la necesidad, para
seguridad del niño, niña o adolescente, de sustraerlo de la esfera de autoridad del progenitor.

Causas:

 ser condenado como autor, coautor, instigador o cómplice de un delito doloso contra la
persona o los bienes del hijo de que se trata;
 abandono del hijo, dejándolo en un total estado de desprotección, aun cuando quede
bajo el cuidado del otro progenitor o la guarda de un tercero;
 poner en peligro la seguridad, la salud física o psíquica del hijo;
 haberse declarado el estado de adoptabilidad del hijo.

“La privación de la responsabilidad parental puede ser dejada sin efecto por el juez si los
progenitores, o uno de ellos, demuestra que la restitución se justifica en beneficio e interés del
hijo”.

Suspensión del ejercicio: causas. Subsistencia del deber alimentario

Suspensión del ejercicio

En estos casos, no se trata de reproche al progenitor, sino que este material o judicialmente no
puede ejercerla. Son consecuencias de tales hechos que operan ministerio legis, sin necesidad de
resolución judicial.
Las causas son:

 la declaración de ausencia con presunción de fallecimiento;


 el plazo de la condena a reclusión y la prisión por más de tres años;
 la declaración por sentencia firme de la limitación de la capacidad por razones graves de
salud mental que impiden al progenitor dicho ejercicio;
 la convivencia del hijo con un tercero, separado de sus progenitores por razones graves,
de conformidad con lo establecido en leyes especiales.

Subsistencia del deber alimentario

Por más que la responsabilidad parental se vea suspendida o privada, “los alimentos a cargo de
los progenitores subsisten”

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