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Una ciudad no conocía las flores porque la señora Primavera nunca había pasado por ahí. Aburrida en su castillo, un día decide ir a una ciudad donde aún no ha estado gracias a la sugerencia de su esposo don Primavero. Al llegar a la ciudad con un manto de pétalos de rosas, doña Primavera hace que los árboles florezcan a su paso y derrama flores por todos lados, haciendo que por primera vez la gente de esa triste ciudad cante y baile de alegría.
Una ciudad no conocía las flores porque la señora Primavera nunca había pasado por ahí. Aburrida en su castillo, un día decide ir a una ciudad donde aún no ha estado gracias a la sugerencia de su esposo don Primavero. Al llegar a la ciudad con un manto de pétalos de rosas, doña Primavera hace que los árboles florezcan a su paso y derrama flores por todos lados, haciendo que por primera vez la gente de esa triste ciudad cante y baile de alegría.
Una ciudad no conocía las flores porque la señora Primavera nunca había pasado por ahí. Aburrida en su castillo, un día decide ir a una ciudad donde aún no ha estado gracias a la sugerencia de su esposo don Primavero. Al llegar a la ciudad con un manto de pétalos de rosas, doña Primavera hace que los árboles florezcan a su paso y derrama flores por todos lados, haciendo que por primera vez la gente de esa triste ciudad cante y baile de alegría.
flores. En los floreros ponían alcachofas, apios y hojas de perejil. Todo esto sucedía porque doña Primavera nunca había pasado por ahí. Mientras tanto, la señora Primavera bostezaba y se aburría en su castillo sin saber qué hacer. El pobre don Primavero siempre tenía que inventar juegos para entretener a su esposa. Un día doña Primavera dijo a su esposo: ¿Qué hago? ¡Me aburro! Don Primavero sacó una gran bola del mundo y respondió: Con lo distraída que eres, seguro que te has olvidado de pasar por alguna ciudad. Estuvieron repasando la bola por mucho tiempo. De pronto dijo don Primavero: ¡Aquí hay una ciudad donde no te conocen! Doña Primavera se puso un manto hecho de pétalos de rosas, y, rápidamente, llegó a la ciudad. Toda la gente Salía para ver aquel manto tan hermoso, y doña Primavera pregonaba su mercadería. ¡Hay flores para todos! ¡Ha llegado la primavera! Doña Primavera tocaba los árboles y éstos inmediatamente florecían. A su paso brotaban los rosales, los geranios, las margaritas, los chaveles, los almendros en flor… Doña Primavera derramó flores por los campos, por los jardines, por las plazas. Y todos, en esa ciudad triste, por primera vez, cantaron y bailaron cogidos de las manos.