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Todos estos consejos para el cuidado del agua y del medio ambiente, están en
línea con las recomendaciones de de Naciones Unidas para mantener el agua
como fuente de vida. Porque sin agua, el planeta no podrá sobrevivir. Y
precisamente por eso, desde 1992, Naciones Unidas conmemora el 22 de
marzo de cada año el Día Mundial del Agua. Con la celebración de este día, se
pretende poner en valor la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible
6 cuyo fin es garantizar el acceso al agua limpia y a un saneamiento adecuado
a toda la población mundial antes de 2030.
Estas son algunas metas que busca alcanzar el ODS número 6 en los próxima
década:
Como bien sabemos, el agua es indispensable para sostener el clima del planeta
estable, para procesos vitales de todos los organismos (como la fotosíntesis) y para
redistribuir determinados elementos químicos a lo largo del planeta (como el carbono).
Esto pudiera resultar obvio, pero sin agua no podríamos vivir. Todos los ciclos
bioquímicos y físicos de nuestro planeta involucran el agua de una forma u otra. Está
en los océanos que componen dos tercios de nuestro planeta, en el vapor de agua de
nuestra atmósfera y en densas capas de hielo en los polos, que operan como enormes
aires acondicionados para mantener el clima estable.
Sin embargo, el manejo del agua por nuestra especie dista mucho de ser el ideal. Es
frecuente el desperdicio, contaminación y derroche del agua, mientras una parte
importante de la población mundial carece de ella y muere de sed. Algunos datos de las
Naciones Unidas (2017) que detallan la magnitud de esto son los siguientes:
Atender las fugas de agua en el sanitario. Una pérdida de agua de esta naturaleza
significa el sacrificio en vano de 100 a 1.000 litros de agua diariamente.
Cerrar los grifos que no se utilizan. Al bañarnos, lavarnos las manos, cepillarnos
los dientes u otras actividades cotidianas, podemos cerrar el grifo y volverlo a abrir,
en lugar de dejar el agua correr sin darle uso.
Emplear agua reciclada para regar las plantas. En la medida de lo posible, no
destine aguas limpias para el mantenimiento de las plantas, especialmente si se trata
de céspedes o largas extensiones vegetales.
Utilizar la lavadora con cargas completas. Aprovechemos al máximo la enorme
cantidad de agua que estas máquinas emplean para lavar la ropa, al igual que los
lavavajillas y otros aparatos semejantes.
Consumir productos eco-friendly. Especialmente aquellos productos que
terminen vertidos en el alcantarillado o en otras fuentes de agua, ya que así no
añadimos contaminantes adicionales a las aguas servidas. Debemos evitar también
verter aceites usados por el drenaje.
Evitar actividades despilfarradoras. Como el riego de carreteras de tierra, el
lavado de aceras con manguera, especialmente durante el día. Acudir lo menos
posible a los autolavados.
Emplear la energía eléctrica de manera responsable. Aunque no lo parezca, el
despilfarro de electricidad también conduce al despilfarro de agua, ya que en su casi
totalidad la energía se obtiene de fuentes vinculadas al agua.
Educar en el consumo responsable. Enseñemos a nuestros hijos, amigos, vecinos
y conocidos a respetar y conservar el agua. Exijamos a nuestros gobiernos locales y
nacionales campañas para la concientización y el ahorro de agua, así como la
instalación de plantas de tratamiento de aguas servidas y la vigilancia del uso que