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¿El porqué de este libro?

Cuando surgió en mi mente la idea de un segundo libro pensé sobre cuál debería
ser un título apropiado, varios nombres pasaron por mi cabeza, consideré en
algunos los cuales creí explicaban con claridad lo que es el “couching”, después
llegué a una conclusión mi deber era encontrar un nombre capaz de identificar mi
experiencia capaz de contagiar a los demás, pensé en nombres elaborados, pero
no funcionó, no logré conectar con lo que quería transmitir con esos títulos, mi
corazón me reclamó algo propio, no era yo.

Después de un tiempo formé un concepto el cual logré aterrizar en uno de esos


momentos de reflexión mientras charlaba con un amigo, en esa plática planteamos
las dificultade para englobar un concepto multifactorial y al mismo tiempo alejarlo
de quienes utilizaron esta herramienta de vida como un modelo de negocio de
manipulación, abuso y chantaje. Así llegué a la conclusión de que el couching solo
será útil si se aplica bajo los principios de disciplina, constancia y de mejora
continua.

La intención de este libro es proporcionar ideas contundentes sobre la relación de


su amigo Jorge R Gala con el uso y manejo de esta herramienta de aprendizaje
popularizada como couching, este texto no pretende resolver todas las dudas de
quien los lea, sino le invitara a conocer el recorrido de su servidor a través de
lecciones poderosas de todo el proceso de aprendizaje de varios años.

Así Eureka, pensé en Couching y la palabra Chingando, de ese se trata la vida de


chingarle para que las cosas funciones pero también de seguir un camino
inteligente, asi nació COUCHINGANDO.

Este libro Couchingando le permitirá a lector plantearse sus propias preguntas,


buscar sus respuestas, navegar entre sus contradicciones y bucear entre sus
demonios, no es un libro dedicado para mentes ávidas en busca de una guía, no
soy un sacerdote tampoco pretendo ser un héroe quien desea ser adorado en un
altar, mientras se le raza a un hombre lleno de limitaciones, dudas o temores, es
un libro para tomárselo como se hace con un buen expreso a sorbos, con cuidado
pero disfrutando por supuesto de cada una de sus texturas.

El presente está escrito en el tono con el cual platicó todos los días, con este
lenguaje claro, sin embustes, ni adornardo con palabras rebuscado, buscó ser
directo, enfático, firme, pero sobre todo ameno en la lectura.

Couchingando es un libro dedicado para quienes me conocen, para la gente que


me sigue, pero en especial para quienes no me conocen, para mis detractores,
para aquellos que no saben lo que es el couching o conocen el gemelo malvado
siamés “las estafas piramidales, los vendes humos” tristemente la cara oculta de
esta herramienta útil de vida.

Pretendo que este sea un libro una capaz de transformar conciencias desde el
autoconocimiento y encaminar a su lector a ser capaz de potenciar el éxito, estoy
convencido de la chispa interna en el corazón de cada uno de nosotros y vivo
convencido de la certeza de que si somos capaces de hacerla arder, podemos
acercanos a una idea de lo que es, y para lo que ser creo el couching, el de
verdad y no el de los últimos años.

Estas líneas no pretenden ser una defensa al “couching” ni tampoco vender


soluciones mágicas, esto nunca fue la idea principal de este contexto, por el
contrario les voy a hablar sobre los principios que transformaron mi vida y si
alguno de esos conceptos funcionan dentro de las estructuras del desarrollo
personal, conceptos como mejora continua, planeación, asumir el control de las
decisiones de nuestra vida incluso a veces si las condiciones materiales alrededor
nuestro no son favorables, siempre existe un margen aunque milimétrico para
poder decidir.

En este texto es mi intención espantar a todos quienes buscan una solución


mágica, no hay recetas universales para hacerse rico, o para ser feliz, ni siquiera
para conseguir un fin en específico, lo que si existe son modelos de éxito,
patrones de conducta, herramientas eficaces de crecimiento personal, una férrea
voluntad y una capacidad inquebrantable de continuar a pesar de las
circunstancias.

Advertencia, este libro va utilizar un lenguaje directo, llano, franco, algo así como
si nos hubiéramos encontrado de manera fortuita o si estuviéramos tomando un
café, uno de los objetivos de este libro es el de sentir al lector como si estuviera en
una charla abierta, franca, donde puede interactuar conmigo, disentir, aceptar o
incluso cambiar las posturas sobre las cuales versa este libro.

Este libro está escrito a modo de una serie intercalada de historias y la lección que
obtuve de la misma, apelando a uno de los formatos más bellos de la humanidad
el del story telling o el de contar historias.

Dicho lo anterior, y sabiendo de que el lenguaje aquí utilizado puede generar


suspicacia entre alguno de los lectores, les pido un momento, una parte de su vida
para leer sobre el legado del Couching, y por qué para era primordial para mi
escribir el presente libro.

Pero sobre todo te lo dedico a ti lector quien compró este libro, te agradezco, estoy
seguro de que no saldrás defraudado de este libro, te pido paciencia, mente
abierta, pero sobre todo no generalizar el concepto para englobar a todos aquellos
quienes pervirtieron el concepto de desarrollo en aras de interés egoístas y
personales.

Hoy quiero compartir contigo diez poderosas lecciones de vida las cuales fueron
vitales en mi vida y que deseo compartir contigo.

Con extraordinario cariño, respeto en tu vida Jorge R de la Gala.


PRIMERA LECCIÓN PODEROSA.

SOBRE EL TIEMPO.

En cierta ocasión discutí con un amigo quien afirmaba de que no tenía ni un


minuto de su vida para salir a ejercitarse, esa vez me aseguró sobre su horario de
trabajo era de cuatro de la mañana a las doce de la noche y como no existía una
rendija para salir a correr o ir al gimnasio, luego le hice una serie de preguntas, en
ese tiempo aún no se profesionalizaba la palabra “couch” pero pues siempre
aunque no lo sabía entonces con ese nombre encaré esa idea anclada en ese
amigo con mayéutica, intenté buscar la idea subyacente de su afirmación de
porque no tenía tiempo.

La discusión siguió su curso, en algunos momentos le expliqué de como para mi si


era posible encontrar ciertos espacios en mi agenda para correr cuarenta minutos
al día, incluso si mis actividades también ocupaban todo mi día, el amigo insistió
sobre esa misma idea de que no había forma, no tenía tiempo, fue insistente,
después le pedí que hiciera un desglose sobre las horas de su día y como las
invertía, fue convincente llenó las veinte horas de su día trabajando sin descanso,
lo escuché con atención, no pensaba menospreciar su esfuerzo ni su trabajo,
luego le pedí de que escribiera en un papel, cada uno de esos horarios.

Después de un momento el amigo, se dio cuenta de cómo exageraba el tiempo en


alguna de sus actividades, por ejemplo al almuerzo le sumo dos horas de tiempo
efectivo, en las tardes en la revisión de quehaceres otra dos horas, y así continuó,
después tomé el papel, lo analizamos juntos, entonces miré las primeras grietas
de esa armadura de negación, pero decidí no enfrentarlo, más bien revisé con él,
de nuevo con mayéutica sobre si en verdad necesitaba dos horas para comer o
tres para revisar sus pendientes en el día.

En algún punto mi amigo, me dijo de que si alargaba alguna de esas horas, era
para descansar, era necesario y tomaba una siesta de tres horas en la tarde pero
justificó ese modo debido a las pocas horas de sueño de la noche, hablamos con
cuidado sobre si como sus problemas de salud entre ellos el insomnio estaba
relacionado con un ciclo de sueño deficiente, falta de actividad física y de ese
sueño vespertino era el que lo tenía en ese mal estado de salud.

Asentí con la cabeza, la premisa de la situación no era la falta de tiempo, sino los
muchos espacios muertos los cuales dedicaba al ocio, al descanso y como esos
episodios le provocaban una alteración en el resto de sus actividades, mi amigo si
tenía tiempo, pero el problema era que perdía mucho.

Luego de esa experiencia busqué literatura sobre ese tema “el de perder el
tiempo”, ojo y hago una aclaración no estoy hablando del tiempo productivo, me
refiero al tiempo de vida, a los momentos en los cuales puedes aprovechar un
sinfín de experiencias como hacer ejercicios, leer, cultivarse en un arte u otras
actividades, ahí encontré el libro de Séneca sobre la Brevedad de la Vida y fue el
quién escribió sobre como las personas solemos gastar gran parte de nuestro
tiempo en procrastinar, y no en moldear una actividad en beneficio de una mejora
continua, de nuevo no soy enemigo del descanso ni de tampoco de utilizar todo el
“tiempo” bajo la lógica del beneficio, pero si estoy convencido de que solo si
podemos ser capaces de aprovechar cada una de las oportunidades de la vida
para lograr nuestras metas, sueños, proyectos, cualesquiera que estos sean, solo
será posible si somos capaces de aprovechar el tiempo.

LECCIÓN 1: SIEMPRE HAY TIEMPO, LO QUE PASA ES QUE PERDEMOS


MUCHO. Aprovecha tu tiempo con sabiduría, empatía y generosidad, aplica este
concepto en las áreas de tu vida que te acerquen a tus sueños, mantener el
equilibrio es vital como lo es no dejar que un aspecto de nuestra vida se apoderé
de todo nuestro ser, aunque el trabajo es fundamental, también lo es un cuerpo
sano, una mente lúcida y un tiempo de calidad con nuestra familia.
SOBRE LA CONSTANCIA.

Francisco (no es su nombre verdadero) uno de mis amigos más cercanos me


preguntó sobre las razones por las cuales atribuía el fracaso persistente en casi
cualquier cosa que se proponía hacer - nada de lo que hago me sale bien, estoy
maldito - me dijo un día cuando se acercó a la mesa donde estaba tomando el
café - ¿Como va ser así, hermano?, pero si eres un chingón - le contesté, la
verdad era esa, este amigo era una de las personas más inteligentes que conocía,
resiliente, empático, simpático, le caía bien a la gente, hasta era guapo el
camarada, pero a pesar de todos esos atributos le afligía el hecho de su mala
suerte o desgracia en sus proyectos.

Platiqué con él durante un buen rato me intrigó el hecho de que a pesar de tantas
virtudes no podía cimentar un proyecto de éxito, le pregunté por sus
emprendimientos me describió como primero inició con un puesto de comida,
luego de un tiempo cambió a un puesto de revistas, finalmente decidió vender
cursos en línea de productos de otros países, en todos los anteriores invirtió
dinero, pero en todos los emprendimiento perdió, ¿Qué ocurrió?

Me despedí de mi amigo, le dije de que debía hacer un diagnóstico pero la verdad


no sabía por dónde empezar, repasé en cada una de sus palabras, miré sus
números al principio de cada proyecto eran altos, su simpatía natural atraía a las
personas para apoyarlo, pero después como si fuera inevitable, venía el
desplome, luego de un rato me llamó la atención algo que no noté antes, todos los
emprendimientos seguían el mismo patrón Iniciaban con fuerza, luego un período
de acomodo y al final el derrumbe, incluso mi amigo consideró en algún punto de
que era víctima de algún tipo de embrujo o hechizo, por mi lado estoy seguro de lo
contrario, no hay nada supernatural en esta clase de eventos.

La respuesta me llegó luego de notar el tiempo de duración de cada proyecto, mi


amigo a pesar de toda su capacidad no era un todólogo y es obvio por supuesto a
pesar de la inteligencia o cualquier otra virtud, si no eres capaz de mantener la
consistencia dentro de una actividad cualquier proyecto está destinado al fracaso.
Le hablé a mi amigo, le dije que ya sabía la respuesta, le conté sobre la
constancia, el poder de la disciplina y los hábitos poderosos capaces de construir
cualquier cosa solo si se persiste en ello, pero este claro es un proceso el cual
toma tiempo, uno que debe tomarse con calma, de otro modo se interrumpe la
curva de aprendizaje o en el caso de un emprendimiento la constancia.

La constancia es capaz de vencer cualquier desafío pero ojo solo si somos


capaces de mantener la disciplina todos los días, repetir el proceso hasta
perfeccionarlo, hacer reajustes y eventualmente completar el proceso de mejora
continua, eso son los pilares sobre los cuales se cimienta mayor posibilidad de
tener éxito.

La constancia es practicar todos los días, seguir el compromiso fijado en nuestra


mente de cumplir con un objetivo, este puede ser un libro, una tarea pendiente o
cualquier otra meta, sobre este tema me gusta compartir tanto en charlas privadas
como en públicas el ejemplo de Simon Zinek un extraordinario mentor y líder
internacional, best seller, explica el tema con el ejemplo del compromiso de ir
todos los días al gimnasio, y continúa diciendo que por mucho esfuerzo ningún
resultado es visible en los primeros días, esto es un hecho, sin importar el número
de repeticiones o series realizadas, solo a través de la persistencia de ir
consecutivamente en algún punto de manera imperceptible, los cambios aparecen
y es ahí donde la constancia rinde sus frutos.

Regreso al ejemplo de mi amigo quien a pesar de todas sus virtudes no se


permitía ser constante para desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito
en un emprendimiento en particular o en realizar una actividad, a pesar de sus
dones naturales estos eran insuficientes ante una realidad como la nuestra donde
la competencia, los resultados, y la especialización son el denominador común de
los modelos de éxito y de crecimiento personal.

LECCIÓN NÚMERO DOS.- LA CONSTANCIA VENCERÁ EN ALGÚN PUNTO AL


TALENTO.
Les dije antes este libro no es para vender humo, ni es una receta mágica o
infalible, es para decirles que hay que “chingarle” no hay procesos fáciles, ni
pastillas milagrosas, todo es disciplina, consistencia, muy al final de ellos están
los resultados.

Estoy convencido de un frase extraordinaria de uno de mis mentores el “éxito”


siempre es uno por ciento de inspiración pero noventa y nueve por ciento de
transpiración, a sudarle con todo.
3.- VICTIMA DE VICTIMAS.

Durante el tiempo de la cuarentena del Covid 19, un conocido llegó con una
historia y voy a escribir aquí “interesante” sobre lo que “otro” amigo estaba
diciendo de mí, le escuché un par de minutos por cortesía pero de inmediato lo
detuve en seco, le dije que no me interesaba – díselo a él, no a mí – le dije, no me
interesó saber sobre el tema, en otro tiempo tal vez me hubiera enojado, le
hubiera pedido detalles de cada cosa que dijo, pero esta vez preferí no prestarle ni
un segundo más de mi atención a un chisme.

Pero siempre actúe de ese modo con serenidad, paz, y cortesía hacia el
“chismoso” la respuesta es No, como quizás la mayoría de las personas solía
actuar con enojo, coraje, ira, me enfurecía el hecho de que alguien hablará de mí
con razón o sin ella, era algo irritante y solía actuar en consecuencia, si alguien
escribía algo yo lo contestaba, o si llegaban con un chisme me involucraba en el
asunto, sin importar si ello me iba a desgastar, era el ego sobreponiéndose al
sentido común, el de no perder, no dejar las cosas sin más.

No estoy diciendo de que ahora soy un maestro zen de la espiritualidad y mis


sentidos trascendieron a los sentimientos, pero ahora soy un hombre quien analiza
primero de donde viene la ofensa o el insulto, luego trazó una estrategia y
después solo suelto, no me enganchó, no peleó (no hablo de nada ilegal o un
ataque a la integridad de mi familia o de mi persona) para pelear se necesitan dos,
no estoy dispuesto a ceder y también les recomiendo no ceder su valioso tiempo
en una disputa que en el mejor de los casos van a “ganar” después de un tortuoso
proceso de dimes y diretes.

Las personas actúan movidas por distintos móviles, la mayoría de ellas son
personas dañadas por otros con tal vez la misma estrategia de como ellos actúan
en ese momento, son solo victimas de otros quienes también fueron víctimas.

Me encanta el ejemplo el cual leí en cierto momento en uno de mis libros de la


secundaria era sobre un rey el cual le preguntaba a su consejero si una ofensa
debía ser pagada con una afrenta aún mayor, si debía contestar, no dejarse de
nadie, mucho menos de algún osado capaz de enfrentar a un rey, el sabio lo miro,
tomó uno de los objetos del palacio y se lo entregó, era una vieja capa olvidada
por alguno de los consejeros de la corte, después de la entregó al rey – mi señor
que pasaría si yo deseo ofrecerle en regalo esta capa sucia y vieja – preguntó, el
rey lo miró incrédulo no estaba seguro si iba a contestar de modo correcto, el
sabio advirtió el desconcierto del rey, le invitó en contestarle como su corazón le
dictase.

El rey después de un rato pensativo explicó que no aceptaría el regalo por estar
sucio, viejo, el sabio le miró a los ojos – entonces si el rey declina el presente ¿a
quién le pertenece? – Preguntó – sigue siendo suyo – contestó el rey, el
consejero, guardó silencio y mandó a tirar la vieja capa, ya no era necesaria
tenerla ahí, luego se aclaró la garganta – lo mismo ocurre mi gran señor con los
insultos, si usted no los acepta, entonces el insulta se queda en boca de quien los
profirió – contestó.

Esta historia es fantástica nos permite mirar en retrospectiva como las


circunstancias dependen de la manera en como las confrontemos, podemos vivir
encerrados, rumiando nuestras desgracias, maldiciendo a los demás, hablando
más de otros y seguir en la misma pobreza mental, espiritual sin posibilidad alguna
de salir adelante, todos quienes hablan de otros sus palabras los describen de
cuerpo entero.

LECCIÓN NÚMERO TRES. CUIDA TUS PALABRAS, TUS EMOCIONES,


VALORATE POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS, NO TE CONVIERTAS EN
VICTIMAS DE TUS PROPIAS CIRCUNSTANCIAS.

Aprender a lidiar con un mundo caótico, violento, proclive a la confrontación no es


sinónimo de estar permanentemente antagonizado, es posible encarar las
dificultades sin exagerar el drama personal, ni tampoco permitir ni permitirse que
nadie te regalé nada de lo que no quieres en tu vida.
4.- PSICOLOGÍA DEL ÉXITO.

Pensé con cuidado en cómo debería presentar este tema en el libro, hay una
realidad multifactorial sobre las definiciones de éxito, cada uno tiene su propia
definición sobre lo que esa palabra representa para ellos por eso es difícil
establecer un parámetro universal para decir sobre lo que debería ser, para
algunos puede representar dinero, otros puede ser la estima social, o la
satisfacción de crear una obra de arte, literaria o el conseguir un descubrimiento
científico.

Me parece de que todas esas definiciones son buenas, incluso me atrevería a ir


más allá todas pueden ser consideradas como válidas, cada uno tiene la métrica
de su propio destino, en lo personal considero al éxito como la conjunción de tres
elementos, la salud física, la paz emocional y la solvencia económica, estos tres
pilares en mi opinión son necesarios para una vida plena, pero cada uno de esos
soportes hay que trabajarlos cuidadosamente, debido a que desbocarse en solo
uno de ellos obliga al resto de la estructura personal a colapsarse.

Una vez situada dentro de la base del ¿qué es el éxito? Ahora debemos
preguntarnos en el ¿Cómo lo consigo?, para este ejemplo me gustaría contarles
una historia la cual aprendí cuando iba a la primaria, era sobre un maestro de
quien se decía podía revelar el secreto del éxito, esta leyenda la escuchó uno de
los hombres más importantes de un pueblo vecino, decidió ir entonces hacia
donde vivía el sabio, pasó varios días buscando el sitio en lo alto de una de las
montañas hasta encontrarlo estaba decidido a conseguir el éxito a toda costa sin
importar lo que costase.

Finalmente el hombre llega al sitio donde vivía el sabio, no era un monasterio, ni


un templo sagrado, le costó trabajar entender como un hombre capaz de poder
hablar sobre el triunfo de los demás no fuera capaz de encontrar un mejor sitio
para él, sin embargo el esfuerzo fue demasiado y decidió entrar al lugar, en la
puerta lo recibió un anciano sentado en uno de los costados – buscó al gran sabio
de la montaña – preguntó – lo tienes frente a ti – le dijo el viejo, el hombre se
arrodilló enseguida – maestro deseo el éxito para poder ayudar a mi familia, a las
personas de mi pueblo, para poder dispensar bendiciones en los demás – dijo, el
sabio guardó silencio – tienes un noble propósito, pero el dinero siempre es motivo
de perdición – agregó, luego se paró, tocó el hombro del visitante – Nos vemos
mañana en la playa antes de salir el sol – le dijo

El hombre llegó antes de la hora acordada caminó por la orilla, miró las estrellas,
imaginó sobre la lección de ese día, al poco tiempo se sobresaltó encontró al
sabio esperándolo detrás de él - maestro, no sabía de que ya estaba aquí - dijo el
hombre - debemos esperar un poco más hasta el amanecer - contestó, los
primeros rayos de sol iluminaron el mar - es tiempo - dijo el sabio y le indicó de
que los dos entrasen al agua, el hombre ansioso por la lección no lo dudo y entró
al mar - sígueme, no te detengas - dijo el sabio los dos caminaron por un par de
minutos cuando al hombre le costó trabajo mantenerse a flote - aquí - indicó el
sabio - esta es la lección para que tengas éxito en la vida - dijo, el otro hombre
sonrió, se alegró de escuchar las palabras del maestro y justo cuando el hombre le
iba a agradecer el sabio se le adelantó y sumergió su cabeza.

Asustado, el alumno no podía creer lo que estaba ocurriendo, pero no podía hacer
nada, en cada ocasión cuando estaba a punto de ahogarse el sabio lo liberaba y
salía desesperado en busca de aire, ni siquiera tuvo tiempo de pelear o discutir,
los pocos segundos de los que disponía ante una nueva inmersión los
aprovechaba para respirar con desesperación.

El sabio repitió la operación hasta cuando el alumno perdió el conocimiento, el


primero nadó con el cuerpo inconsciente del segundo hasta la orilla, ahí los dos
descansaron.

Después de un rato el hombre ansioso de conocimiento interpeló al maestro - es


usted un charlatán, se suponía me debía de dar una lección y por poco me mata -
dijo, el sabio con su tranquilidad habitual - tuviste la lección, ya la aprendiste, pero
no te has dado cuenta de ello - dijo para asombro del alumno - no entiendo - dijo el
alumno. El maestro se acercó a la orilla otra vez y le indicó acercarse - cuando
estuviste dentro del mar, y te sumergí con fuerza, en tu mente desapareció
cualquier pensamiento diferente al de respirar, no pensabas en el mar donde
estabas, o en el sol, ni en tu familia, lo único que deseabas era salir y respirar -
dijo, el hombre no dijo nada, se quedó callado, era cierto ni siquiera tenía tiempo o
fuerza para pensar en otra cosa que no fuera en respirar mientras estaba dentro
del agua.

Luego el maestro lo miró con fuerza - tu me preguntaste ¿cual era el secreto para
triunfar en la vida? esa es la respuesta - dijo, el alumno seguía sin entender,
agachó la cabeza, le parecía tener la respuesta pero aún no lograba dar con ella,
el maestro notó el desconcierto del hombre y se adelantó - cuando desees tu
meta, tanto como deseaste respirar mientras estuviste en el mar, ese día lograras
el éxito.

El maestro se despidió del alumno, este último agradeció e intentó pagarle pero el
sabio se negó - solo comparte la respuesta - dijo.

LECCIÓN NÚMERO 4-

SOLO CUANDO DESEES TU META TANTO COMO RESPIRAR ENCONTRARAS


EL CAMINO PARA LOGRARLO. El camino hacia una meta es largo, accidentado
y definitivamente no hay atajos, uno se convierte en el producto del esfuerzo que
hace todo los días, solo si somos capaces de encontrar amor en nuestras
actividades podremos encontrar la manera en como conseguirlo.
5.- SOBRE EL TALENTO

SI HAY UN PORQUÉ SIEMPRE SE ENCONTRARÁ EL COMO.

Muchas veces me topé con frases recurrente como:

“Esta persona tiene talento”

“Nació con un don”

“Es un dotado” (para tal o cual cosa)

Durante mi tiempo en el mundo del couching hay una cosa la cual me quedó muy
clara y además hay múltiples estudios que lo prueban, el talento entendido como
la disposición natural de un ser humano para realizar una actividad especifica algo
así como nacer para hacer una determinada actividad es un mito dañino, falso y
contraproducente, pero a que me refiero con ello.

Es falso porque a pesar de que hayamos interiorizado esa idea el talento no


existe, es solo una premisa con múltiples sesgos como el de percepción selectiva
donde solo miramos determinadas capacidades en cierto individuo y obviamos o
justificamos sus errores, autores como Anderson Ericcson o Malcom Gladwell
confirman la afirmación anterior, aclaro si hay ciertas inclinaciones de
determinados individuos en función de sus capacidades atléticas, pero estas
circunstancias son e el mejor de los casos accidentes biológicos, como la altura,
uno esperaría de que una persona de gran tamaño deba ser un buen
basquetbolista pero como sabemos esto no siempre es así aunque la mayoría de
los practicantes de este deporte si sean altos.

La idea dañina o al menos eso creo de estar bendecido por algún tipo de destino
manifiesto, o estar encomendado en realizar determinada acción para la cual
naciste es por mucho una de las zancadillas para el crecimiento y aleja por otra
parte una de las mejores herramientas del éxito pero a la que muchos de nosotros
le tenemos miedo el fracaso.

LECCIÓN CINCO: NO TENER MIEDO AL MAYOR ALIADO DEL ÉXITO, EL MAL


LLAMADO FRACASO, ALGO LES ASEGURO CON EL CORAZÓN EN LA MANO,
ES DE LAS DERROTAS Y DEL DOLOR DE DONDE VIENEN LAS MEJORES
LECCIONES.
ACTÚA MÁS Y HABLA MENOS.

De lengua me como un taco y esta es sin duda una de las frases mas antiguas
dentro del folclor de nuestro país, pero que significa, quienes la usan o en cuales
ocasiones es bueno usarla, todo depende del lugar, del sitio y de la idiosincrasia
de quienes lo usan, pero a grandes rasgos se refiere a las personas las cuales
dicen sobre lo que van a hacer, o prometen determinada acción para el futuro o
hablan solo de ideas para cambiar al mundo.

Mucha lengua, pero sin ninguna acción, tan solo levantar castillos en el aire o de
elefantes blancos.

La mayor de las veces es cierto existen condiciones materiales que impiden


alcanzar una meta, esa es una realidad desafortunada para la mayoría de las
personas, pero para otros son las acciones de su cotidianidad los alejan de su
objetivo y buscan soluciones mágicas para compensar esa necesidad de
reconocimiento, no hay ninguna pócima para conseguir las cosas, ni tampoco una
fórmula para nunca fallar, solo existe fortaleza, resiliencia, constancia y disciplina.

Creo una cosa con firmeza una idea no vale nada, pero no se malentienda no me
refiero a que el fruto del pensamiento no sea algo valioso, ni tampoco estoy
hablando de las piezas de pensamiento útiles para encarar la vida, de lo que aquí
hablo es aquellas abstracciones de algunas personas para solucionar un problema
pero nunca llegan a aterrizar esas “ideas”, un soñados no vale nada excepto si
son los sueños de su mente las guías de su motivación, pero esto no es una
herramienta útil para el resto de las personas.

Mantener las palabras a raya son una buena idea cuando los hechos te
anteceden, ser mensajeros eficaces es una manera de actuar pero para quienes
vamos en el camino de “chingarle” las palabras van siempre con los actos, voy
aún más, incluso si las palabras faltan debemos permitir a nuestras acciones
hablar por nosotros.

Hay una frase extraordinaria de Woody Allen o por lo menos se lo atribuyen a


esté, dice algo como “las cosas no se dicen se hacen, porque al hacerlos se dicen
solas” así la determinación de ser franco con las circunstancias es fundamental
llevarlas a la acción, la idea como dije no vale nada sino es acompañada por la
capacidad para plasmarla.

Si ya sé, ahora van a decir, Jorge de que nos sirve decretar, no se suponía eso
suficiente para traer la abundancia, la fuerza y la riqueza en nuestra vida, pues
dejen decirles una cosa, no es así, si el decreto no viene seguido por la disciplina
y la mejora continua de ninguna manera van a llegar los resultados deseados.

Aquí deseo hacer una pausa sobra algunas malas interpretaciones de libros como
“El secreto” o de autores como Anthony Robbison o de Tracy Roberts cuando
hablan sobre el poder de las palabras o de la fuerza de los decretos, y es que la
mayoría de las personas se deja llevar por el apartado fácil o mágico, nos dejamos
arrastrar por la idea de así va suceder, pero olvidamos la parte más importante de
todas, el éxito es siempre un uno por ciento de palabras, motivación pero es
noventa y nueve por ciento de transpiración, así que vamos manos a las obras.

LECCIÓN SEIS: DEJA DE HABLAR O DE DECIR DE LO QUE VAS A HACER,


PON MANOS A LA OBRA Y MUEVE EL CULO, NADA SE VA REALIZAR,
DECRETANDO O INVOCANDO UN PODER DIVINO, LA DIVINIDAD ES LA
BASE DE LA ACCIÓN.
7.- CUIDA TU MENTE Y TU CUERPO.

Lo dijo Platón hace muchísimo tiempo “Mente sana, en cuerpo sano” una frase
popular, conocida y masificada por educadores, maestros, líderes espirituales,pero
también es una de las frases más incomprendidas de todos los tiempos, los
pensamientos y el interior de nuestro ser es un reflejo del exterior, dicho de este
modo son nuestros pensamientos los que condicionan la manera en como
actuamos en el exterior. Hay un ejemplo fabuloso el cual he citado en charlas
anteriores y me gustaría traer en este reflexión.

Es sobre un joven de una de las localidades del sur de los Estados unidos su
récord era perfecto, un chico con las notas más altas de su escuela, esforzado,
estudioso, incluso en los exámenes estatales sacó las notas más altas, era un
muchacho que debía estar en la Universidad, pero no tenía el dinero para poder
costearse la Universidad, uno de sus maestros se ofreció a pagar los exámenes
de matemáticas, inglés, oratoria, en todos el desempeño fue extraordinario.

Finalmente llegó la prueba de coeficiente intelectual ahí el chico la presentó sin


mayor problema, su resultado fue justo el esperado por el instructor fue de
alrededor de 98 puntos sobre cien, el mayor de todos en su generación, todo iba
bien, pero cuando el chico recibió el resultado de la prueba y leyó la calificación de
98 puntos se desanimó por completo, en esa prueba obtuvo menos del nivel
intelectual de un universitario promedio y un poco mayor del de una persona
normal.

A partir de ese momento el joven se desanimó, creyó ciertos los resultados de ese
examen y sus calificaciones fueron en picada, lo mismo sus conocimientos los
cuales eran sobresalientes, ahora parecían haber desaparecido de su mente no
podía contestar simples preguntas, a lo largo de ese semestre sus calificaciones
bajaron muy por debajo del peor de los estudiantes de la universidad.

El decano de la institución preocupado por el rendimiento del alumno de la beca y


además como uno de los mayores impulsores del programa para los alumnos de
escasos recursos lo mandó a llamar – escuché sobre sus bajas calificaciones,
pero dígame ¿qué ocurre? Algún problema con drogas, una chica, o con la familia
– preguntó el decano, el chico negó la cabeza – todo está bien – contestó el joven
– pero entonces ¿cuales fueron los motivos por los cuales su rendimiento
bajaron? – increpó el académico, al principio el chico se mantuvo callado, no
quería hablar, se sintió avergonzado del tema – pero maestro, no entiende,
sencillamente no puedo, alguien con mi intelecto no puede tener el nivel de un
alumno de universidad, creo que fue un error el traerme aquí – dijo el muchacho al
borden del llanto.

El decano estaba sorprendido recordó al chico en su entrevista meses atrás, era


otro, estaba confiado, tenía la capacidad y la habilidad para hablar con fluidez,
enfocado, incluso no se achicó por la universidad, un sitio sobrecogedor cuando
se llega por primera vez, ahora tenía frente suyo a un hombre empequeñecido,
temeroso, sin capacidad de respuesta – ¿a qué te refieres cuando dices a un
hombre de tu intelecto? – preguntó el académico – si me refiero a la prueba de
coeficiente intelectual, saqué noventa y ocho punto un poco por arriba de la media
pero muy por debajo de un estudiante de universidad, no hay opción – dijo el
muchacho seriamente consternado en liberar ese secreto que le venía apretujando
el corazón.

El decano sonrió - te refieres a esas calificaciones – dijo luego le explicó sobre las
notas en el cuestionario, la cantidad en la hoja principal era el número de aciertos
y no el de su coeficiente intelectual , el muchacho se quedó congelado, no supo
contestar, estaba perplejo, todo ese tiempo se compadeció de si mismo por el
hecho de no ser tan inteligente respecto al resto de los muchachos – de hecho tu
prueba en el examen fue una de las más sobresalientes de todos, por ningún
momento saliste por debajo de la media – dijo el maestro.

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