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En conclusión, consideramos que los gobiernos deberían facilitar un corredor migratorio

para que los migrantes varados en la frontera entre Chile y Perú puedan retornar a sus
países de origen. La retención de estas personas en la frontera es una clara violación de los
principios éticos y humanitarios fundamentales, especialmente considerando la situación
desesperada que enfrentan y su deseo legítimo de buscar refugio y condiciones de vida
mejores y más seguras.
Es crucial abordar esta crisis migratoria desde una perspectiva colaborativa y humanitaria.
Los gobiernos de Chile y Perú deben trabajar juntos para encontrar soluciones y generar
acuerdos que permitan a estos migrantes regresar a sus hogares, independientemente de su
nacionalidad. La cooperación entre los países y la participación de organismos
internacionales, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), son
fundamentales para garantizar una respuesta eficaz y respetuosa de los derechos humanos.
Además, es necesario promover políticas de integración y alianzas entre los jefes de Estado
de la región para abordar la migración venezolana de manera conjunta, enfocándose en la
protección de los derechos humanos y la búsqueda de soluciones duraderas. Esto implica
reducir los peligros de la xenofobia y garantizar el respeto de los derechos fundamentales
de los migrantes.
Como recomendaciones viables, se propone que los gobiernos de Chile y Perú establezcan
acuerdos para permitir el retorno seguro de los migrantes a sus países de origen y que se
promueva la colaboración regional y la participación de organismos internacionales para
garantizar una respuesta adecuada y respetuosa de los derechos humanos. Además, se
destaca la importancia de implementar políticas de integración y reducir los riesgos de la
xenofobia, asegurando el respeto y la protección de los derechos fundamentales de los
migrantes.

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