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EXPLICACION CONFLICTO UCRANIA Y RUSIA

LEONARDO FABIO LOPEZ LOAIZA

SILVIA RUTH LOPEZ BERMUDEZ LOPEZ

ALBA JANNETH LOAIZA LONDOÑO

JUAN DAVID GIRALDO VELASQUEZ

Escuela Superior de Administración Pública ESAP

Globalización, Geoestrategia y relaciones mundiales

Docente: Orlando Rodríguez García


CONCEPTOS Y OBJETO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Desde que Rusia invadió a Ucrania, muchos países se comprometieron a poner fin o restringir sus importaciones de petróleo
y gas para reducir los ingresos de Moscú y debilitar su esfuerzo bélico.
Las naciones de la Unión Europea, que estaban entre las principales importadoras de energía rusa, pusieron fin a sus
compras de petróleo traído por mar.
La invasión rusa a Ucrania, ordenada por el presidente Vladimir Putin, tendrá consecuencias terribles para todo el mundo,
pero en particular para Europa, Por ahora sabemos que países del G7, específicamente Estados Unidos, Canadá, Reino
Unido, Japón, Francia, Italia y Alemania, impusieron una serie de sanciones económicas, Dichas sanciones incluyen la
congelación de activos fuera del país de los cuatro principales bancos rusos, un veto de exportación para productos de alta
tecnología en las áreas de semiconductores, aeroespacial, y naval, y limitantes para negociar en las monedas de países
que se están adhiriendo a dichas sanciones.
Cabe señalar que esta retaliación económica por parte del Occidente no tiene precedentes, y que ya ha borrado el valor de
la Bolsa de Moscú en 40%, elevado las tasas de interés soberanas de Rusia de 11% a 15%, y tumbado el precio del rublo
ruso a mínimos históricos.
En cuanto a la economía mundial refiere, los efectos de esta guerra se han visto reflejados en el alza de inflación, en el
entorpecimiento de las cadenas de valor, y en una desglobalización en el largo plazo, El tamaño de dichos efectos
dependerá de qué tanto se prolongue esta guerra, así como de las intenciones de expansión territorial de Rusia.

ENFOQUES DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Se puede deducir que los acontecimientos en Ucrania pueden no ser conscientes que gran parte del debate y muchas de
las prescripciones políticas entre los "expertos" han estado dominados por una escuela de pensamiento en el ámbito de
las relaciones internacionales conocida como "realismo". Sin embargo, los argumentos realistas se vuelven más
controvertidos cuando insisten que el comportamiento de Rusia hacia Ucrania es en realidad una respuesta razonable a
los intentos occidentales de sacar a Ucrania de la esfera de influencia rusa y que el culpable de la actual guerra ruso
ucraniana es, por tanto, Occidente en general y Estados Unidos y la OTAN en particular.

Sin embargo, y aunque no pueda ser considerada a Rusia como una potencia hegemónica que se halle a la altura de
Estados Unidos o de China, lo cierto es que debe reconocerse la búsqueda de la hegemonía regional y la necesidad que
acompaña a las grandes potencias de dominar a los vecinos más pequeños. Este dominio, en su modelo, sirve a los fines
estratégicos convencionales derivados de la lógica realista ofensiva: negar a las grandes potencias competidoras el uso de
los Estados vecinos. Si la presión de los competidores externos es escasa o nula, estas necesidades pueden satisfacerse
con una estrategia de poder blando" principalmente benévola. En el caso de una gran presión exterior, como por ejemplo
si una gran potencia externa está comprometida de cooperación militar" con el Estado vecino, habrá una fuerte tendencia
a reaccionar con "instrumentos de poder duro" que van desde "sanciones o bloqueos" hasta la guerra a gran escala
(Kleinschmidt, 2019).

POLITICA DE BLOQUES

La unión de los países occidentales, promovida por Estados Unidos y por la Unión Europea, presenta algunas
contradicciones. Países comunitarios como Hungría, en proceso de adhesión como Serbia o colaboradores como Turquía,
no disimulan sus conexiones con el Gobierno ruso. La recomposición acelerada de las alianzas internacionales está
dibujando un mundo parecido al de la Guerra Fría: a un lado los países occidentales apoyados por gran parte de América
y África, al otro Rusia, China y un abanico de países pequeños más la abstención de países tan relevantes como India. La
incorporación a la OTAN de Suecia y Finlandia, ambos países con un historial de muchas décadas de neutralidad
reconocida, obligará a Rusia a incrementar el despliegue de armas nucleares en sus fronteras europeas. Estamos hablando
de distancias de 200 kilómetros que significan una capacidad de respuesta de minutos ante cualquier incidencia. Es decir,
el riesgo de error se multiplica y las consecuencias son imprevisibles.

La angustia ucraniana no puede pretender condicionar o reescribir las relaciones internacionales de los países europeos,
cada uno de los cuales tiene sus propias necesidades y problemas, no sólo en relación con sus aliados exteriores sino
también con sus habitantes. De hecho, Occidente se ha comprometido con Ucrania de una forma que no tiene precedentes,
tanto en ayuda militar, como en acogida de exiliados y sobre todo en sanciones de todo tipo al Gobierno de Putin y a sus
socios.

El futuro del conflicto está por decidir, probablemente en las operaciones militares más que en las negociaciones
diplomáticas. Pero ya podemos avanzar que las relaciones internacionales, tanto políticas como económicas, se resentirán
durante mucho tiempo. Se avecina un nuevo orden del que sólo vamos conociendo retazos: revisión de la globalización,
de las cadenas de suministro, de la dependencia logística, reconsideración de las capacidades militares, énfasis en la
ciberseguridad, etc. Son malas noticias para los grupos políticos que vieron en el Gobierno autoritario de Putin un modelo
o un aliado circunstancial. Por el contrario, los grupos políticos que han sostenido tradicionalmente la vocación europeísta
y atlantista ven reforzado su liderazgo. Al tiempo, la UE se ha visto desnuda ante el espejo de su débil liderazgo
internacional, aceptando una vez más el hiper-liderazgo norteamericano. Aparentemente, el mundo que hemos conocido
durante los treinta años posteriores a la caída del Muro de Berlín, ha dejado de existir.
POSGUERRA FRIA

Se creyó que las naciones encontrarían formas de cooperación y de entendimiento “paz perpetua”, pero luego de los
conflictos, las intervenciones, la dinámica económica internacional, el desarrollo de la guerra preventiva liderada por
estados unidos han desdibujado el orden mundial pacifico y el mundo se ha sentido más identificado con un desorden
mundial que con un “nuevo orden mundial”.

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