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La prueba ontolégica como determinante de la concepcién antropoldgica sartriana Por Juan A. Nufto En relacién a la conciencia, Sartre rechaza y admite a la ver Ia prueba ontolégica. Los dos textos mas significativos se encuentran en la Introduc- cién a L’Etre ef le Néqnt. Al final del capitulo III (“Le cogito preréflexif et Vétre du percipere”), al patafrasear una expresién de Heidegger rela- tiva al Dasein,* y tras afirmar que la conciencia no es un producto surgido de una posibilidad abstracta sino que es Ja disposicién sintética de sus po- sibilidades, agrega: “Cela veut dire aussi que le type d'étre de la conscience est a I'inverse de celui que nous révéle la preuve ontologique: comme la conscience n'est pas possible avant d’étre, mais que son @tre est la source et la condition de toute Possibilité, c'est son existence qui implique son essence” (pp. 21-22). Por otra parte, el pentiltimo capitulo de esa misma Introduccién, tita- lado “La preuve ontologique”, sirve para sostener que “il y a une ‘preuve ontologique’ i tirer non du cogito réflexif, mais de l'éer préréflexif du percipiens” (p. 27), al referirse a las relaciones de transfenomenalidad tanto con respecto al ser del fendmeno como Ia relativa al ser de la con- ciencia. En el curso del capitulo V (Introduecién), se ampliard el sentido que tiene la prueba ontolégica mediante diversos razonamientos, de los cuales, el més tipico precisa: 1. “Das Was-Sein (essentia) dieses Seienden muss, sofern Uberhaupt davon ges- prochen werden Kann, aus seinem Sein (existentia), begriffen werden’, § 9, p. 42 de Sein », Zeit. Sartre, por cierto, no s6lo hace extensivo este juicio @ Ia conciencia, sino que traduce libremente “que-es” (Was-Sein) por “comment”. 323 JUAN A. NUNO “La conscience est conscience de quelque chose: cela signifie que Ja transcen- dance est structure constitutive de la conscience; cest-i-dire que la conscience nait portée sur un étre qui n'est pas elle. C'est ce que nous appelons Ja preuve ontologique” (p. 28). éCémo es posible que en relacién al mismo objeto —la conciencia— una vez sea rechazada y otra aceptada Ia prueba ontologica? ¢Qué sentido tiene realmente en cada caso “prueba ontolégica’? ;Qué permite probar en relacién a la conciencia? El modelo clisico de la prueba ontol6gica presenta como estructura Jégica Ja implicacién de Ia realidad por la posibilidad. La forma general se expresa modus tollendo ponens: P no es posible st no es real, es ast * que P es posible, luego P es real, Respecto de la estructura ontoldgica de Ja conciencia, Sartre sélo admite una suerte de antiprueba ontoldgica: “el tipo de ser de la conciencia es el inverso del que nos revela la prueba on- tologica. ..”; entendemos tal asercién como que la esencia (posibilidad) no implica ni determina a Ia existencia (realidad) sino ésta a aquélla, La existencia, de hecho, fundamenta la posibilidad 0 modo de ser de Ja con- ciencia, Para decitlo en Ia terminologia sartriana, el cogito prerreflexivo sustenta al cogito reflexivo: “toute conscience existe comme conscience dexister” (p. 20). La conciencia no es posible antes de ser; es ella misma su propio fundamento. En toda prueba ontolégica, ademis, va implicito un cietto sentido de trascendencia; se pasa de un estado potencial a otro real para confirmar la necesidad de aquel. Ese transito de lo posible a Jo real es lo negado por Sartre respecto de la fundamentacién originante o radical de Ia conciencia. La descripcién genética de ésta no se logra por proceso deductivo partir de una definicién que exprese su esencia. Todo ello significa que la con- ciencia sartriana no se presenta como estructura ontoldgica necesaria sino plenamente contingente; carece de otra fundamentacién que la que ella misma pueda, en alguna manera darse. Sartre acepta las consecuencias de la inversién de Ja prueba ontoldgica que, ante todo, niega la atribucién de necesidad al tipo de existencia factual, se * Si en punto a constitucién y fundamentacitn trascendente la concien- cia sartriana no puede ser un producto riguroso y necesatio, cuya existencia 324 LA PRUEBA ONTOLOGICA quede demostrada por prucba correspondiente, al atender a su funcién y proyeccién, por el contrario, esa misma conciencia reclama el uso de la prucba Hamada ontolégica por cuanto "la trascendencia ¢s estructura cons- titutiva de la conciencia”. Por lo mismo, la conciencia exige salir de si hacia otra realidad y a tal relacién denomina Sartre “prueba ontolégica”. Trétase, por ahora, de otorgar alcance constitutivo en lo ontolégico a la propiedad gnoseolégica de a intencionalidad, Esquema aproximado dei razonamiento sartriano; si toda conciencia es conciencia de algo (intencio- nalidad), ese algo, que no es el tipo de ser de la conciencia, ha de ser al- guna realidad distinta de aquella (prueba ontolégica). Como se ve, la prue- ba queda reducida a una exigencia de trasceadencia, La condicién de inten- cionalidad de la conciencia exige que se dé un ser trascendente a ésta para que la conciencia sca tal. Hay que observar, ante todo, que Ia relacién posibilidad-personalidad no se mantiene como nota caracteristica de la prucba que Sartre acepta, sino tan s6lo el mecanismo secundario de trascendencia que sirve para mar- car un trinsito entre dos realidades, una de las cuales acta como funda- mento, 0, al menos, como antecedente de la otra, que es asf probada, En esta reduccién pudiera introducirse una distincién nominal entre prueba on- tolégica general o completa y prueba ontoldgica particular 0 restringida, para intentar entender de momento la contradictoria posicién sartriana, Se acepta la prueba en sentido restringido, pero se rechaza en el general. El resul- tado es coincidente en ambos casos y borra aquella contradiccién, mis apa- rente que real, ya que, al negar que la conciencia pueda tener un funda- ‘mento trascendente a ella misma en tanto existencia, se exalta la condicién factual de lo que Sartre denomina “subjetividad real” (esto es, el cogito prerreflexivo) en detrimento de Ia “subjetividad puta”, del tipo cartesiano. Ahora bien, es precisamente la subjetividad pura, propia del cogito cog- noscente o reflexivo, la que es incapaz de trascenderse “pour poser T'ob- jectif” (p. 29). Al hablar, por una parte, de una prueba ontoldgica a la inversa y al exigir, por otra, una prueba ontolégica desde la conciencia, afirma Sartre el caracter existencial o de “subjetividad real” con que en- foca a Ia conciencia. Dicho caricter existencial prevalece sobre las rémi- niscencias gnoseoldgicas que pudieran subsistir en las expresiones emplea- das, tomadas del vocabulario filoséfico tradicional: “cogito”, “reflexive”, “subjetividad”, pues, de hecho, “nous sommes ici sur le plan de V’étre (p. 29), lo cual quiere decir que no habrd que entender la prueba onto- } | | JUAN A. NUNO logica aceptada por Sartre como un procedimiento argumental que demues- tre la necesidad de una existencia (objetividad) a partir de Ia esencialidad de Ia misma en tanto idea (subjetividad), sino como relaciéa conceptual tendida entre dos realidades sin que una constituya o fundamente a Ia otra. La conciencia exige por naturaleza un ser que no sea ella, pero no lo fun- damenta sino qie Jo revela: “clle (la conciencia) doit se produire comme révélation-révelée d'un étre qui n'est pas elle et qui se donne comme existant déjd lorsqu'elle le révéle” (p. 29). Al limitar asi Sartre el uso de la prueba a los dominios exclusivamente ontolégicos, enfoca la atencién sobre las relaciones de esencia y existencia. Los dos tiempos marcados por el uso sartriano de Ia prueba pueden resumirse como sigue: a) Por un lado, no hay paso de esencia a existencia, sino a la inversa: desde la existencia de la conciencia se obtendsé su esencia; b) Por otra parte, hay transito de esencia a existencia, pues desde la esencia de los objetos de esa conciencia (“fenémeno de ser”) se tiende a revelar y desen- trafiar el sentido de Ja existencia de los mismos (“ser del fenémeno") : “La conscience est un étre dont I'existence pose Iessence, et, inversement, elle est conscience d'un étre dont Jessence implique I'existence, cest-a-dire dont Iapparence réclame détre” (p. 29) De existencia a esencia; de esencia a existencia. Ser por todas partes, piensa Sartre, Tipos de ser, hemos de aclarar a fin de respetar la multi- vocidad del término “ser” en este autor * ya que al ontologismo antikantiano de Sartre le conviene nivelar con ¢l mismo rasero las entidades que relacio- na a través del uso (inverso y ditecto) de la prueba ontoldgica; mas por muchos esfuerzos que en este sentido se hagan no hay que olvidar que, de hecho, se trata del paso de un tipo de realidad (la conciencia) a otro tipo de realidad (el ente, el mundo, el objeto), El esfuerzo terminolégico sartriano tiende, por influjo fenomenolégico, a sustituir la antigua, diver- gente y tajante distincién sujeto-objeto por una dinémica, englobante y, a la Postre, confusa: noesis-noema de Husserl o cogito prerreflexivo-ser del fen- La multivocidad se registra descriptivamente asi: fenémeno de ser; ser del fenémeno, ser de la conciencia y ser en general; y sisteméticamente, se esos sentidos en la dicotomia "ser-en-si’ y “ser-para-si” operada ‘sobre el tras- fondo de una vaga “nocién de ser en general". Cf. cap, VI de la Introduccién a ob. cit. 326 LA PRUEBA ONTOLOGICA meno en Sartre, De esa manera, se nos dice: no se trata ya de las relacio- nes entre un sujeto cognoscente y un objeto conocido sino de la mucho mis primordial relacién entre un existente y otro existente. Necesita, en cualquier caso, Sartre evar a cabo un doble acto de separacién, para que la nueva relacién adquiera pleno sentido: a) en la conciencia, esto es, en el tradicional sujeto cognoscente, introduce Ja distincién entre nivel refle- xivo (residuo cognoscitivo) y basamento prerreflexivo (sustrato ontolé- gico); b) en el fenémeno, es decir, en el objeto conocido, se distingue también entre “fendmeno de ser”’ (apatiencia, perspectiva cognoscente, Abschattungen husserlianas) y “ser del fenémeno” (trasfondo ontolégico que sustenta a la apariencia y no se resuelve en ella: substantia). Por evitar el dualismo simple sujeto-objeto y, por supuesto, los problemas derivados de él en el orden del conocimiento, segin se tome posicién interpretativa des- de uno u otro polo, se cae en el dualismo complejo de un sujeto desdobla- do en funcién reflexiva y existencia prerreflexiva y un objeto partido en existencia subsistente y condicién fenoménica. Lo que califica de ontolégica, entonces, a la prueba no es ni la fun cién intermediaria entre ambos existentes ni Ia intencién trascendente de uno a otro; el ontologistno cuasi-constitutivo de Ia prueba reside en que, si no demuestra Ia existencia del objeto, al menos Ia postula. La conciencia postula el ser del objeto; mientras éste quede reducido a su condicién de fenémeno, su realidad seri precaria por dependiente de la conciencia ante la que aparece. La exigencia de la conciencia es, por tanto, mas amplia; se asegura el fenémeno en cuanto tal por Ia relacién intencio- nal; se pide un status ontolégico para ese fenémeno a través de aquella exigencia. Y a esta ampliacién del alcance de 1a conciencia se le da el nombre de “prueba ontolégica”. Al finalizar el penaltimo capitulo de la Introduccién a L'Btre et le Néant, Sartre aclara el ambito de aquella exi- gencia registrada en la conciencia: “elle exige simplement que l'étre de ce qui apparait nvexiste pas seulement en tant qu'il apparait. L’étre transphénoménal de ce qui est pour la conscience est lui-méme en soi” (p. 29) + ee Lo que se ha probado a través del ontologismo constitutive de la con- ciencia existencial sartriana es la radicalidad existente del objeto al que se 327 JUAN A. NUSO denomina “en-si”. La prueba utilizada no es rigurosa ni siquiera, en sen- tido estricto, ajustada a cinones Idgicos; se limita a registrar una peticién y a concederla en seguida mediante aclaraciones redundantes sobre la peti- cién misma. Por ejemplo: “la conscience est révélation-révelée des existants et les existants comparaissent devant la conscience sur le fondement de leur @tre”; 0 bien: “la conscience peut toujours depasser Vexistant non point vers son étre, mais vers le sens de cet étre”; mds adelante: '... une ca- ractéristique fondamentale de sa transcendance, c'est de transcender T'onti- que vers l'ontologique” (p. 30). Expresiones todas en las que se repite la escisién operada en el concepto objeto que resulta asi ser fendmeno (objeto para la conciencia) y existente (realidad previa a la condicién fenoménica). Cabe entonces preguntarse: si el objeto sartriano ("‘en-si”) es transfeno- menal, esto es, tal que no precisa para ser de su capacidad de aparicién ante una conciencia, spor qué acudir al artificio de una prueba que, én el mejor de los casos, silo demuestra que existe Jo que ya de suyo existe y no necesita, segin el propio planteamiento sartriano, de prucba especifica de su existencia? Porque sucede que, segtin se ha mostrado anteriormente, el sentido preciso de la prueba ontolégica reside en Ja demostracién de la necesidad de algo a partir de su posibilidad. ;Cudl serfa la esencia de la que partir en este caso para alcanzar Ja existencia transfenomenal? Es evi- dente, como se desprende de un pasaje ya citado, que Sartre entiende aqui “apariencia” como sinénimo de “esencia”.® Ahora bien, el fenémeno es el existente que comparece ante la conciencia “sobre el fundamento de su ser”; Inego, si para ser fendmeno primero es, ¢a qué probar que existe des- de su propia condicién fenoménica? Segan la prueba ontolégica existe por- gue ¢s fendmeno, pero segin la descubierta transfenomenalidad de toda apariencia, es fendmeno porque existe. Dentro de los Mmites precisos, de la Introduccién a la obra citada no se resuelve esta contradiccién; en el desarrollo de la obra queda resuelta por una nueva ampliacién del dominio ontolégico al que se refiere Ja exi- gencia o reclamo de ser de Ia conciencia sartriana. La diferencia entre la Introduccién y el resto de la obra también se explica con pensar en la pecu- liaridad de un metodo de trabajo (fenomenolégico) que elucida en parte y por capas sucesivas el terreno sobre el que se trabaja. Es necesario el 3 elle (la conciencia) est conscience d'un ére dont J'essence implique Vexis- tence, Cest-i-dire dont l'apparence réclame d’éire”. (P. 29). 328 LA PRUEBA ONTOLOGICA largo rodeo descriptivo de las estructuras del “para si” (conciencia) para situar con més precisién el sentido de Ja prueba ontolégica anunciada en la Introduccién. En caso de que la exigencia interpretativa quisiera justi- ficar la limitacién de la prucba ontoldgica registrada al inicio de la obra (limitacién que da origen a Ja contradiccién ya resefiada), pudiera acudirse al siguiente recurso de tipo “genético”: en un primer tiempo de Ia expo- sicién del pensamiento sartriano, la conciencia descubre el objeto y prueba su realidad, por mis que ésta no precise de pruebas; ello es necesario para sefialar las dos zonas ontolégicas dominantes: “en-sf” y “para-sf” y poder proceder con sus respectivos andlisis fenomenolégicos; en un segundo tiem- PO, y @ consecuencia de la descripcién detallada de ambas realidades, des- de una de ellas se utilizard el argumento ontolégico para entender cabal- mente la trascendencia de la conciencia a través de uma sintesis imposible por definicién con el “en-st”. 19 4 Retengamos de la extensa descripcién del “para-si” tan sélo el aspecto relativo a su calidad ontolégica que es lo que, en tiltima instancia, se va a relacionar con la prueba. Sabemos que el ser de Ia conciencia es con- tingente desde el momento en que no puede ser necesariamente deducido de una esencia previa o fundamentante de su existencia, sino que esta misma desarrolla el juego de posibilidades esenciales: “Ainsi Fétre de la conscience, en tant que cet étre est en soi pour se néan- tiser em pour-soi, demeure contingent..." (p. 124). Se puede entonces plantear el problema del fundamento del ser de la conciencia, Si ésta es contingente no tiene fundamento a menos que s¢ admita Ja interpretacién reflexiva sartriana de que el fundamento de la conciencia esta en ella misma. Es cierto que Sartre no considera pertinente un planteamiento tedrico general acerca del fundamento en abstracto de la conciencia por hacer uso de Ia concreta situacién de ama conciencia in- dividual para la cual no caben argumentos de caricter general, validos tan s6lo en el plano de la abstraccién.* Sin embargo, de hecho, esti planteado 4, “Elle (la prueba ontolégica) ne saurait aucunement rendre compte, en effet, de cette contingence-ci, mais seulement de T'idée abstraite de contingence en général...’ (p. 124) 329 JUAN A. NUNO el problema del fundamento de Ia conciencia, bien que en forma inmancnte, a través de ella misma, puesto que se trata de impedir que, por posibilidad légica, el “en-si” fundamente a la conciencia. El bloque homogéneo, impenetrable e idéntico del “en.si” es real y to posible; siempre es lo que es. Podrfa entonces la conciencla, que e lo que no ¢s y no es lo que es, fundarse en aquella realidad idéntica? Res- puesta de Sartre: la peticién de fundamento y el acto mismo de la funda- mentacién son propios del “para-st". Exigit un fundamento es plantear una felacién de valor a partir de una constatacién de hecho: por la falta de ser necesario, pleno, real, idéntico, se crea el deseo de la fundamenta- cién, Y para que la fundamentacién sea tal ha de comenzar por ser auto- fandamentacién en la entidad que la exige; ninguna realidad puede ser fundamento de otra si no es subsistente ella misma, {Lo es el “en-si” res- pecto de si? No, segiin Sartre, porque “pour fonder son propre étre, il faudrait exister a distance de soi et cela impliquerait une cettaine néantisation de l'étre fondé comme de W'étte fondant, une dualité qui serait unité: nous retomberions dans le cas du pour-soi”” (p. 123).5 En consecuencia, s6lo la conciencia fundamenta; no pese a su contin- gencia sino precisamente por ella: “Ten-soi ne peut rien fonder; sil se fonde lui-méme cest en se donnant Ia modification du pour-soi... Si létre en-soi ne peut étre ni son propre fonde- ment ni celui des autres étres, le fondement en général vient au monde par Je pour-soi” (p. 124) La contingencia de la conciencia no permite escapatoria alguna; el “para-si” es fundamento contingente de su misma contingencia: “la cons- cience est son propre fondement mais il reste contingent gail y ait une conscience plutdt que du pur et simple en-soi a l'infini...” (p, 125). Retomemos ahora el hilo de la prueba ontolégica. Al parecer, ha ser- vido para sefialar la presencia de una realidad existente previamente a Ja 5. Es el principio de la argumentacién paradéjica segin la cual si Dios existe 5. contingente. 6. Pardfrasis del final heideggeriano de "Qué es Metaffsica?", en ver de pregun- tarse “‘gpor qué hay ser y no mis bien nada?", Sartre se cuestiona: “por qué hay conciencia y no mds bien e-si”? 330 LA PRUEBA ONTOLOGICA conciencia; realidad, empero, contingente por no fundamentante ni fun. damentada. Sirvié también Ia prueba ontolégica para revelar el caricter no menos contingente de la otra realidad descubierta, que es la conciencia 0 “para-si’’, la cual, no obstante, por contingente es fundamentante. Se ha cerrado el cuadro: la conciencia, que no es necesatia (imposibilidad de la ptueba ontoldgica directa) se fundamenta y fundamenta al “en-si” (posi- bilidad de Ja prueba ontolégica). Habré que preguntar entonces: ;es el “en-si” el finico horizonte de Ja trascendencia del “para-si”? En caso de una respuesta afirmativa, reaparecerfa la contradiccién antes observada: si la trascendencia del “para-si” se agota en el “en-si”, la conciencia prueba la existencia de Jo que existe antes que ella y con independencia de ella. No prucba nada. Forma sartriana de evitar la contradiccién acechante: s¢ proyecta la trascendencia del “para-si” sobre un horizonte mis remoto que el “en-si”. Este ha fracasado en cuanto realidad fundamentante; de ese fracaso se desprenderi aquella trascendencia: + Vechec de Vacte fondant (...) a fait surgir de I'en-soi le pour-soi comme fondement de son propre néant, Mais le sens de lacte fondant man- qué demeure transcendant” (p. 132). @Hacia dénde apunta esa trascendencia que se contintia pese al fra~ caso de Ja buscada fundamentacién? ¢Cual ¢s, en definitiva, el sentido de la prucba ontolégica sartriana desarrollada a partir de la conciencia? Apunta hacia un imposible. Su sentido es el de una prueba fallida pues postula Ia existencia de una realidad irtealizable: “la réalité humaine est dépassement vers une coincidence avec soi qui n'est jamais donnée” (p. 133). Vale la prueba en tanto desideratum: es admitida incluso en su modelo cartesiano: el ser imperfecto trasciende hacia el ser perfecto. Se tiene, de esta manera, la clave de lo que se intenta explicar con Ja trascendencia absoluta de Ia conciencia. De lo imperfecto a lo perfecto es un esquema valorativo: por- que hay un tipo de ser que sélo ¢s fundamento de si mismo en tanto que lo es de su nada, habra otro tipo de ser que sea fundamento de sf mismo en tanto que lo es de su propio ser. Sartre se acerca peligrosamente a Dios;* al menos, al concepto filoséfico de Dios. Y si la maxima realidad teolégica tradicional no es alcanzada mediante el razonamiento ontolégico débese a que Ia exigencia bisica contenida en la trascendencia del “‘para-s{"” es la de una completa coincidencia consigo mismo: 7. “Btre homie, c'est tendre 4 étre Dieu” (p. 655) JUAN A. NURO “Yétre vers quoi la réalité humaine se depasse (...) est au coeur déelle- méme, il n'est qu‘elle-méme comme totalité” (p. 153). Pudiéramos decir que se trata de un Dios inmanente a la conciencia 0. lo que es igual, de la conciencia divinizada, esto es, fandamento pleao de si misma en tanto totalidad coincidente. La prucba ontolégica, que resulta ser para Sartre una “reclamaciéa de ser”, no se detiene en el “en- conserva de él, en su exigencia, la propiedad de su coincidencia, pero exige también la posibilidad de auto- fundamentasse, propia del “'para-s{”. Se apunta, en consecuencia, 2 un hibri- do irrealizable, a "Ia imposible sintesis del para-si y del en-si”, lo que Sartre denomina, para ser fiel a su terminologia de raigambre hegeliana,* el “si”, “en el que se conjugarian la sranslucidez de la conciencia y \a plenitud del en-st. La trascendencia es indice de una relacién que la prueba ontolégica pretende regular; pero, de hecho, la prucba ontolégica de la conciencia sartriana ada prueba, pues no Iega al establecimiento de un ser necesario, sino de uno imposible por definicién, mixto de caracteres inmiscibles de conformidad con los planteamientos de la misma ontologia sartriana y que, cuando mis, y sdlo a modo de hipéstasis, es pensable bajo Ja ficcién de Dios. Sucede, no obstante, que para Sartre, imposibilidad no va a entenderse como condicién de inexistencia. Con lo que vuelve a tornarse realmente paradéjica en su culminacién la pracba ontolégica sartriana. En efecto, segiin lo ya expuesto, en el argumento clisico se prueba lo real (existente) a partir de lo posible; pero ahora se va a pretender que lo imposible exista a titulo de tal imposibilidad, es decir, como una trascendencia absoluta registrada en y a partir de una inmanencia factual. Con mis detalle: zqué quiere decir imposible? Sélo itrealizable: “ces contradictions que nous re- levons en lui prouvent seulement qu'il ne peut pas étre réalisé” (p. 134). Pero no inexistente, en el sentido de nunca presente a la conciencia; desde el momento en que Ja conciencia Jo reclama, se da en ella a través de tal reclamacién: “la conscience se tient par rapport A cet @tre sur le mode d'étre cet étre, car il est elle méme, mais comme un ére que'clle ne peut pas étre..." (p. 134). 8. No sélo por Ia terminologia, aunque alterada, del “en-si” y el“ bre todo por el concepto determinante de “conciencia desetaciada que, en definitiva, expresa Ia prueba ontolégica con término irreal el “para-si”. 332 LA PRUEBA ONTOLOGICA No hay que entenderlo como existencia formal, por los caracteres abs- tractos y contradictorios que su definicién ha arrojado bajo la esencia de imposible; surge (existe) frente a una conciencia individual y concreta: “€est 4 cette conscience coneréte que le soi est présent ct tous les caractives concrets de Ia conscience ont leurs corrélatifs dans In totalité du sol, Le voi est individuel, et c'est comme son achévement individucl quill hante I¢ pout soi” (pp. 134-135). A través del caso concreto del sufrimiento prucha Sartre Ia parads existencia del imposible ser hacia el que trasciende toda conciencia. El “si” del sufrimiento seria el sufrimiento absoluto fijado para siempre en estatua doliente, lo que no se logra en el “para-si’’, pues es siempre el yo indivi- dual y cambiante el que sufre y no Mega a fundirse y a fijarse en un puro sufrimiento.® El sufrimiento absoluto existe en tanto le posibilidad extrema de realizacién (limite nunca alcanzado); esto cx, como absoluto imposible ‘9 valor.° El concepto de valor, en tanto limite o ideal fallido, termina de ca- racterizar al argumento ontolégico propio de Ia conciencia sartriana; se re- vela ast como el mecanismo que slo prueba Ia absoluta trascendencia del “para-si” a través de la imposibilidad de Ia realidad a la que apunta: “la temporalisation de la conscience n'est pas un progrés ascendant en la dig- nité de “causa suf", cest un Ecoulement de surface dont Vorigine est, au contraire, Vimpossibilité d'étre cause de soi. Aussi l'ens causa sei demeure comme le mangué, Vindication d'un dépassement impossible en hauteur qui conditionne par sa non-existence méme le mouvement plan de la conscien- ce” (p. 714). es 8 Puede sostenerse, en definitiva, que la prueba ontolégica a la que acu- de Sartre desborda los dominios propiamente ontolégicos y si bien resulta un fracaso en su aplicacién directa, pues no logra probar la necesidad de una determinada realidad, levanta sobre su propio fracaso argumental el perfil de una teleologia relativa al ser de la conciencia (caricter ético-esté- 9. Concepto platonizante de un “eidos” del estado de conciencia, Para posible referencia inmediata en Sartre, cf, el concepto husserliano de “unidades idea- Jes" formulado en las Logische Untersuchungen (4° capitulo, § 35) al esti blecer la diferencia entre las “Bedeutungen an sich” y Jas “Bedeutungen aus- driickliche”. 10. CF. 2a. parte, cap. IIT: “Le Pour-soi et I'étre de la valeur”. 333 JUAN A, NUNO tico del valor en el comportamiento del “para-si”) y sirve pata esbozar los perfiles de la antropologia pesimista sartriana, que se resume en Ja senten- cia “el hombre es pasién indtil”. En tanto realidad humana, se pierde (pasion en el sentido cristiano) para fundamentar cl scr y constituir el valor que escape a la contingencia; su iutilidad es consecuencia de lo con- tradictorio (imposible) del objeto de cca pasiéa. En resumen, lo que aqui se plantea es el problema del doble uso que hace Sartre en L'Eire et le Néant de Ja Mamada prueba ontolégica. Res- pecto del “tipo de ser de la conciencia” es negado el argumento ontoldgico en su expresién clisica: paso de posibilidad a realidad, Pero en lo que ata- fie al “ser prerreflexivo’” del sujeto cognoscente, se admite la prueba onto- légica como mecanismo de transito entre un tipo de realidad (conciencia) y otra (objeto o “en-si”’). Obsérvese la dualidad planteada respecto de Ia conciencia que, en tanto objeto (“estructura ontolégica”), no se deduce de otro, luego es contin- gente, pero en tanto swjeto ("‘petcipiens”), trasciende a otro objeto cuya realidad queda asi probada desde la conciencia. Es decir, no se fundamenta en otro ser pero otro se fundamenta, de algin modo, en ella. No funciona con el mismo sentido la expresién “prueba ontolégica”, pues al rechazarla, se Ja toma de acuerdo al esquema general del argumento tradicional probatorio de Ia existencia de Dios, mas al admitirla, se la re- duce a una mera exigencia de ser. Esta diferencia de significado crea una contradiccién aparente, més terminolégica que real. De hecho, responde a la concepcién sartriana de la conciencia como ente (“subjetividad real”, “cogito prerreflexivo") més que como cognoscente. De acuerdo con tal con- cepcién ni la conciencia puede tener otro fundamento que ella misma (recha- 20 de la clisica prueba ontoldgica) ni puede quedar, como en alguna de las soluciones idealistas, limitada a ella misma; esto determina un principio de trascendencia cuyo alcance no Hega a ser constitutive del objeto trascen- dido. Es suficiente, sin embargo, para hablar de una “reclamacién de set” a la que se da el titulo forzado y mis analégico que preciso de “prueba ontologica”. Las relaciones entre tipos de entes ("existentes”), al ser analizadas, destacan la complicada dicotomia interna que, en cada uno de los términos relacionados por la “intencionalidad” de la conciencia, ha de introducit Sartre para evitar la reduccién de aquéllos al mis conocido y comprometido 334 LA PRUEBA ONTOLOGICA dualismo de sujeto-objeto. Hay que observar a este respecto que Ia prueba ontolégica admitida resulta comtradictio in adjecto atendiendo al propio planteamiento metodolégico sartriano (que repite, cn ¢ste punto, al husset- liano) de una “tercera via” para escapar al dualismo excluyente idealitmo- realismo. Pues, en efecto, si el objeto (“en-st”) et peohado por el eujete (“para-s"), de alguna manera se fundamenta en éste y se cae asi en una posicién idealista, Pero se observaré tambitn que Ja absoluta concxién entre ambas realidades favorecerfa a la postre a la posicién realista. La prucba ontolégica utilizada por Sartre resulta ser, en consecuencia, un expediente obligado para guardar el equilibrio, una- vez introducida Ja relacion de in- tencionalidad entre los términos polares del conocimiento. Equilibrio precario, no obstante, ya que amenaza de nuevo con ser roto por el propio mecanismo de la prucba a la que se acude para su re- fuerzo; Ja trascendencia de la conciencia ¢s, en realidad, expresién de una carencia. No sale de si para determinar un objeto que se constituiré por y en ella, sino que Jo hace por deseo de una plenitud e identidad que no posce. El “en-s(’” amenaza con convertirse en centro de gravitacién que atraiga a Ia carente e inestable conciencia sartriana, No sdlo por razones de principio (rechazo del idealismo y del realismo a la vez) ello no es posible, sino por ser fiel Sartre a los resultados descubiertos con el método feno- menolégico, esto es, la precariedad de la conciencia como forma misma de su ser. La indigencia de la conciencia sartriana no le impide tener aspi- raciones y no pequefias. Apunta hacia el ideal, munca satisfecho, de una re- conciliacién entre el “en-si” y el “para-si”. Cada una de ambas realidades tiene aquello de lo que la otra carece: identidad del “en-si” y capacidad na- dificante del “para-si”. Su sintesis expresarfa el sentido de lo Absoluto al que tiende la conciencia; la intencién teologizante de Sartre no se cum- ple por imposibilidad légica de una realidad absoluta en la que se conjuga- sen Ia libertad nadificante, propia de toda entidad autofundamentante, con la plenitud de Jo objetivo, macizo ¢ impenetrable, caracteristicas de todo “en-st". La conciencia sartriana busca un Dios inencontrable; reaparece la “ungliickliche Bewusstsein” hegeliana bajo la forma de una conciencia ines- table que apunta hacia valores absolutos no realizables. En cualquier caso, bien sea con el fallido trasfondo teolégico o con su remplazo ético-estético del valor, en tanto perfeccién de la que carece la conciencia, Ja prueba ontolégica fundamenta, al menos, la estructura pesimista de Ja antropologia sartriana, 335

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