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La primera visita a Cuba del comandante venezolano Hugo Chávez, de la que se

conmemoran 25 años, representó el inicio de un fuerte lazo de amistad, solidaridad y


cooperación que hasta nuestros días hermana a ambos pueblos.

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Chávez llegó a La Habana en la noche del 13 de diciembre de 1994 en un vuelo


comercial, y para su sorpresa, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, lo esperaba al pie de la
escalerilla del avión, donde lo recibió con un abrazo de gran repercusión internacional.

Para el historiador de La Habana, Eusebio Leal, “Fidel descubrió en Chávez a un diamante


que alcanzaría las cotas más altas en el discurso político, revolucionario e
internacionalista”, pues “lo vio todo con claridad, nitidez y visión, que alcanza el tiempo
futuro”.

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Leal lo había invitado a la capital antillana por encargo del máximo líder de la Revolución
cubana, después de conocerlo durante una conferencia sobre José Martí en el Ateneo de
Caracas (capital), al poco tiempo de que Chávez saliera de la cárcel tras pasar dos años
preso junto a otros diez oficiales por la rebelión cívico-militar del cuatro de febrero de
1992.

“Le había interesado mucho el tema de José Martí y, según me dijo, lo que quería era, a
través de mí, hacer llegar, por una vía más, un mensaje a Cuba de su admiración por el jefe
de la Revolución, de su cariño por la Revolución Cubana”, detalló el historiador.

Tras ese encuentro, a su regreso a La Habana, Fidel le pidió “una especie de retrato en
primera persona. Mi propia visión del hombre”, a lo que el intelectual respondió
transmitiéndole cómo era el luchador venezolano:“delgado, alto, la fuerza que había en su
mirada, la convicción con que hablaba, el cariño que demostraba hacia Cuba”.

Al cabo de un tiempo, el Comandante en Jefe le pidió a Eusebio Leal que, a nombre de la


Casa Simón Bolívar, invitara a Chávez a impartir unas conferencias en Cuba. El joven,
quien viajó en clase económica de un vuelo regular, acompañado por otro oficial, no podía
avizorar lo que ocurriría al pisar suelo cubano.

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