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Carituco 3 REFLEXIONES SOBRE EL ENCUADRE EN EL ACOMPANAMIENTO TERAPEUTICO. Maria Laura Frank La clinica del acompaiiamiento es singular ya que se desazrolla cn iorio diferente, se inserta en lo cotidiano, la calle, el cine, un bar. ier lugar de la ciudad, del barrio, de la casas lugares de circulacién de 25, nuestros, de nuestro paciente; son lugares ajenos, distintos al de un. =:ssultorio, quizas por ello el encuadre se convierte en una herramicnta de ~=cho valor que funciona como brijula, como proteccién y como sostén El encuadre es un concepto técnico que proviene del psicoandlisis, dien §, Fread no lo nombra de esta manera; ha sido estudiado y s-aceptualizado por autores post freudianos. Es una herramienta esencial trabajo psicoanalitico. Si buscamos el término encuadrar en el diccionario podemos contrar algunas coordenadas que nos van ayudar a pensar el encuadre en .compafiamiento terapéutico. En el diccionario", encontramos cl verbo Pxcuadrar con los siguientes significados: “Encerrar en. un marco o cuadro. fig, Encajar, ajustar una cosa dentro de otra. 3 fig. Encerrar o incluir Zentro de si una cosa; bordearla, determinar sus limites”. {Qué debemos encerrar; limitar en el campo del acompafiamiento? Siguiendo a Bleger'® para entender un proceso debemos tener un -o-proceso. El encuadre seria un “no proceso” en el sentido de que es stante, dentro de cuyo marco se da “el proceso”. Asi “el encudre serian * Diccionario dela Real Academia Expaole (1956). Revista de Psicoandlisis, T XXIV, N° 2, pag. 241. (1967). Capitulo 3 153 Jas constantes de un fondmeno, un método 0 una técnica y el proceso al conjunto de variables”. Refiere que ‘para que se comprenda un proceso solo puede ser investigado si se mantienen las mismas constantes (encuadre)” ‘Al respecto Zack” manifiesta: “Usilizo la nocién de encuadre para refevirme al conjunso de enipslaciones, explictas 0 implicitas, que aseguran, spor wn lado, wn minima de interforencias a las actividades que se desarvollan ‘entre paciente y analista y por otro, un maximo de usilidad al analista para la realizacion de estimaciones diagnédsticas ylo pronésticos. Para que las cstipulaciones del encuadre aseguren efectivamente lo gue pretenden asegurar ideben ser, como es obvio, constantes; en el sensido de que se mantienen en forma invariante en una determinada situacin El encuadre delimita el marco que permitiré apreciar la formaen que se daun proceso en un trasfondo constante. Podemos preguntarnos entonces, jexdles son estas constantes? Blegeren su articulo dirg “... dentro det encuadre ‘pricoanalitica inchimas el rol del analista, el conjunto de factores de espacio ‘ambsiense)remmporalesy la parte tdenica (en la que se incluye el etablecimiento y smantenimiento de horarios, honovarios, interrupciones regladas, e.)”. Son estas rismas variables las que debemos fijar en el acompafiamiento y que darn marco y sostén al dispositive del acompaftamiento. Pensando con otros... Paicuk!® refiere, “...emtiendo conveniente considerar tres dmbitos de uso del término encuadre: su uso en sentido restringido (las normas acerca de cémo trabajar, thnica, mésodo, procedimiento), y 1 uso en sentido amplio (los parmetros tebrico: que fendamentan el modo de trabajar y sus objetivo, [0 (que a su vez comprende reorta y metapsicologta del psicoandliss). A ellos send necerario agregar un encuadre institucional, wn tercer dmbito articulado por una normativa quizd menos precisa.” Consideramos que el encuadre debe entenderse en un sentido amplio y en relacién a [a teorla que Jos sutenca, para poder leer los fenémenos diinicos Berenstein [; Puget J." sefialan: “El encuadre se constiruye como un conjunto de prescripciones y de probibiciones que enmarca un Limite de espacio-tiempo donde es posible que se desarrolle una tared, © Revista de Psicoandlisis, T XXXVI, Ne 3, pig. 594. Paciuke S., (2002). “Flogio del encuade”. Revisa Uruguaya de Pricoandliss. 1L; Puget J. Lo wincwlar (1997). Cap. IV "El encuade”. pag. 117. © Berenstel 54 | Acompafiantes Terépeuticos conjus: que ce: rar qué tipo ae recur: un meat salir a sio pu amor 6. princi de Io: ~ ser can +2280 al conjunto * solo puede ser encuadre para < que aseguran, se decarrollan > y que darén ambitos de mas acerca de :20 amplio (los xs objetivos, lo A ellos serd srticwlado por ido amplio fenémenos 2 constituye ¢ enmarca un una tarea, 17, como puede ser la de habitar un vinculo en una pareja ow: una institucién, un tratamiento psicoanalitico u otros. actividad humana en el campo de la cultura requiere, desde definicién una zona delimitada entre la prescrito y lo proiiz:: sarea habrd de cenirse a un principio que ara al conjur: deseo y la voluntad de uno solo por sobre el de los otros.” Siguiendo a estos autores podemos pensar que conjuntos se regulan por un encuadre dado por las estip: que coadyuvan a su funcionamiento. Desde alli se puede ce rar qué es y cémo se valora su cumplimiento o as! ta=:> trasgresién. Si no hay una pauta establecida, una cons podremos entender como trasgresién su movimiento. “El encuadre tiene varias razones: una es de tipo ciei refiere a las condiciones de méximo rigor posible para rec observacién dada: tratar de tornar constantes algunos ¢. dando ast lugar al despliegue de las variables, que para nuesir: el proceso psicoanalitico™. También hay una razin practica, de proteger tanto al paciente como al analista™ del surgimiento de ~ tipo de arbitrariedad dependiente del deseo de uno o de otro. Cor recurso de profunndo respeto al riempo y el espacio de cada uno, de mos> sun marco compartido para asegurar la posibilidad de entrar y, especial salir del proceso regresivo propio de la cesiént. Protege al paciente de siones regresvas de su analista y de sus propias ramificaciones incor: puesta: en juego por la contrainansferencia, y protege al analista de: ‘amor de transferencia, Como se desprende de estas razones, contiene principio éico basado en la solidaridad, en la defensa contra la arbizra ide los “mejores” deseos, pero deseas al fin, que pusjan con su fuerte tender ser curmplides.” > Tomo estas palabras pucs me parecen fundamencales acompafiamiento donde no hay un entorno que nos ampare 2= estructura; cuando trabajamos como at estamos solos en los espacies circulacién del paciente, ya sea su casa, la calle y en diferentes situacion: Elencuadre se convierte en una herramienta fundamental que nos p:0:2z2 principalmente de la atbitrariedad del deseo, de la buena volunted, ce » Bl proceso terapeutico, dirfamos nosoxcos, que permite difeenciar cualquier cor elo que es un acompafiamiento cerapéutico. + Al acompattamiento terapéutico, en nuestro caso. ® Nosotros pensariamos el proceso regesivo de fa patologia severaus{ como el trata: terapéuticn, ® Berenstein Ls Puget J. Lo sincular (1997) Cap. 1V “El encuadre” Capitulo 3155 los embates de In cransferencia y Ja contratransferencia; imprime una condicién de profundo respeto por el otro, por la subjetividad y por el proceso terapéutico. El encuadre, una vex delimitado, marcard ef contexto en el que se desarrollané el vineulo. Cuando el encuadre habla, cuando se rompe, lo invbible se vuclve visible develando distintas situaciones de la trama Vincular at — paciente. Podremos entender estas rupturas como ef idioma en el que se expresa el vinculo y en ese contexto podremos interpretar lo sucedido ya sea como un acting-ou, como resistencia, como sintoma a ser develado, etc. Cuando el encuadre se mantiene estable instauralas condiciones para que se desarrolle el proceso; Bleger* sostiene “La simbiosis con la madre (la inmovilizacién del no-yo) permite al nitio el desarrollo de su yo; el encuadre tiene la misma funcién: sirve de sostén, de marco pero sola le aleanzamos a ver por abora- cuando cambia o se rompe.” Avenburg’, reflexionando sobre el uso del encuadre dice: “Lo que trato de lograr en el tratamiento pricoanalitico, como en cualquier actividad, es el logro de un equilibrio bdsico compatible con el trabajo a realizar; exe estado de equilibrio es peculiar a cada situacin y es también cambiante aunque se mate de mantener el trabajo bajo un minimo de tensiones, Hay momentos en que esa constancia se pierde, en que uno siente que se le mueve todo el piso y tiene la sensacién de que no sabe dinde hacer pie: normalmente ese estado es temporaria y en el caso que no lo fuera y no se logre con el psicoandliss ese equilibrio minima compatible con el tratamiento, habri que recurrir a otros medios, como la medicacién o la internacién y, en algunas casos, por eiemplo si no se ogra el ritmo minimo de las sesiones que haga posible el tratamiento, interrumpirlo, Fs en estos casos de pérdida de marco donde el término encuadrar (como verbo) adquicre sentido”, El encuadre pone un limite tanto al acompaiiante como al paciente en el respeto al otro, este limite también debe ser pensa- do cn la singularidad de cada caso. Avenburg seftala: “armamas el encuadre en funcion de las necesidades, ante tado subjetivas, del paciente y del objetivo o los objetivas que nos propongamos; el escenario (“setting”) ha de ser adecuado a la obra que se representa. Los limites del encuadre, ademds de los que ponga el paciente, han de ser aguéllos bajo los cuales yo me puedo hacer responsable del ratamiento y de los objetivos a cumplin” * Obra citada. Pig. 240. ® Avenburg R. (2004). ‘Sobre el encuadre en psicoandlisi”. Pecoandlisis APdeBA — Vol XXVI- Ne 56 | Acompahantes Terépeuticos una rel 2, lo. oma lo 2 ser para ® (la ver “Me gusta la imagen del encuadre como el escenario sobre el cual sc montaré una obra cn la cual participarin el at, paciente, la familia, el terapeuta y otros significativos para el paciente, tales como compafieros de la escucla, novies, vecinos, exc. En el acompaftamiento terapeutico cl encuadre debe ser un escenario que abarque a todos los actores, que contemple las distintas escenas y diferentes momentos de la obra en cuestién, Debemos pensar en un encuadce lo suficientemente laxo que nos permita movernos, que permita cierta espontaneidad, pero que a la vex delimice la razea; es decie que sea lo suficiente estricto como para que no se produzcan confusiones que interfieran en el trabajo. Diana S. Cantis-Carlino*, sefiala “l encuadre es protector y promotor de la tarea en su doble vertiente de comtinente y prpiciador de la labor a la vez, La mentfora de los guantes del cirujano: que tienen la cualidad de rer lo suficientemente gruesos como para proteger tanto al cirujano como al paciente 1x al mismo tiempo lo suficientemente delgados para que se pueda disgoner de la mayor sensibilidad récuil mientras se opera, da cuenta de este encuadre de srabajo. Enenadre profesional de la distancia dptima: ni tan lejos que sea falta de comprensién del conflicto familiar que busca asistencia, ni tan cerca que ‘mplique manipulacién y confusién de roles. En principio hay que aclarar que no puede darse ningiin proceso si no es dentro de un encuadre adecuado. El encuadve es precitamente el que permita el pasaje del “estar involucrado” al que aludiamos mds arriba con el “estar comprometida” que significa el logro de una distancia operacional tal que permita dicriminar el problema del consultant del rol profesional.” El encuadre no solo es protector, también ¢s promotor de la tareas crea el escenario adecuado para que el acompafiamiento suceda, para que sea posible un proceso. Algunas constantes en el campo del AT Fl escenario en ef que se desarrollaré el acompafiamiento contempla la existencia de algunas normas explicivas (deciamos anteriormente el rol, lugar; tiempo y honoratios, ete.) y otras implicicas; también contempla la regla de abstinencia, respeto por el otro, por la subjetividad y por el proceso terapéutico. % Cantis Carlino (1999). "El espacio psicoanalitico ~juridico”. Revista Prcoandlis de AP de BA. Vol XXIN°3, Capitulo 3157 Considero pertinente pensar cudles son las caracteristicas de estas normas explicitas que debemos pautar en un campo tan singular como lo ¢s el del acompafiamiento: a- En relacién al ro. Dado que muchas veces no hay un saber previo acerca de cudl es el rol de un acompaftante terapéutico (por ser una figura novedosa del equipo de salud) debe ser puesto en palabras, aclarado y pantado en su especificidad; tanto al paciente, como a la familia yy eventualmente a otras personas que integren la estrategia como puede ser el caso de maestras, médicos, etc. A veces es importante explicitar el motivo de nuestra insercién, qué vamos a hacer asi como también qué no vamos a hacer, cudles son los campos permitidos y los restringidos del rol del at. Tanco la abstinencia y la asimetria del vinculo, como la confidencialidad y el secreto profesional son componentes centrales del rol, Este punto lo desarrollaremos més adelante b- El Espacio. El lugar donde se desarrollari el acompafiamiento, es un espacio 2 construir, no est pautado de antemano como en el caso del consultorio del terapeuta, Send en la particularidad de cada caso que las coordenadas se irin construyendo para armar el espacio necesario para el trabajo. En algunas circunstancias el lugar donde se desarrolla el acompafiamiento tiene estrecha relacién con les objetivos terapéuticos, por eso a veces es importante pautar y consensuar cudl serd el espacio de encuentro, A modo de ejemplo, en el tratamiento de pacientes adictos ¢s frecuente que el equipo indique al acompafante que no circulen por Jugares donde el paciente consumia o compraba sustancias, de forma que estas pautas deben ser encuadradas con él y su familia. Asi como a veces hay lugares prohibidos, también hay lugares elegidos con preferencia para desarrollar un acompaiiamiento, como es el caso del trabajo con pacientes internados que se encuentran en proceso de externacién. En estas eserategias, el espacio a trabajar es por fuera del hospital, construyendo de manera conjunta condiciones para que cl alta de la insticucién pueda sostenerse en el tiempo. LaconstrucciGn del espacio donde se desatrollaré el acompafiamiento ¢s importante ya que seri el escenario que nos permitird desplegar nuestra cescrategia. Un escenario que se montari en los espacios donde se desarrolla la vide cotidiana del paciente, para trabajar en ese contexto y no a pesar de 41, Coincido con la observacién de Leonel Dozza, quien reficre que muchas ‘veces los at sienten como interferencia sucesos del mundo real, cuando en 58 | Acompafiantes Terépeuticos realidad el acompafamiento esté alli para trabajar con ellas. A modo de cjemplo, una expresién de una supervisiéa “estébamos hablando y justo Vino el mozo y nos interrumpis"; los acompafiantes debemos trabajar con estas sieuaciones, si las calificamos como interferencias nos alejamos de la esencia del rol, del encuadre del AT Siguiendo con el ejemplo podremos ver cémo reacciona nuestro paciente con el mozo, si retoma la charla, a quién sc ditige el mozo, entre otras variables que se pueden desencadenar en esta situacidn. Otro tema recurrente en las supervisiones es la incomodidad que genera si en el transcurso de un acompafiamiento se produce el encuentro con un conocido, ya sea del paciente o del at Recientemente, en super tun at refirié que antes de salir le pregunté al sujeto que acompafiaba, “si en el paseo por ef ceniro de la ciudad nos encontramos con un amigo tuo ccémo querés que nos presentemos?, dando lugar a claborat un acuerdo, que funcione como ordenador pero también evite la estigmatizacién y la segregacién social del acompaftado. También sucede que los at nos podemos encontrar con alguien, que nos pueden saludar o hacer algiin comentario y sentir que invaden el espacio del acompafiamiento. La resolucién de situaciones como éstas deben ser pensadas en Ja particulatidad de cada caso”, pero tambien es posible anticiparnos de alguna manera previniendo qué pueda ocurtiry poniéndolo en palabras, encuadrando esta posibilidad, ¢ Los horarios. Es necesario pautar con clatidad y consensuar la frecuencia y duracién de los encuentross es decir qué dias y a qué hora se realizarén los cncuentros. Coincido con Bleger en la idea de que el cumplimicnto de este aspecto por parte del at -en nuestro caso- es determinante en el devenir del acompafiamiento. Especialmente en el caso de pacientes severamente perturbados 0 en el campo de la psicosis donde, incluso aquellos sujetos que parecen estar desoricntados temporo- espacialmente son muy sensibles a llegadas tardes 0 incumplimientos, lo viven de manera desbordante, Io cual puede desencadenar una serie de pensamientos y actitudes de rechazo, Cuando en el acompafamiento terapéutico participan varios acompafiantes, es importante que todos mangjen la misma informacién y haya claridad en el modo de pautar el tiempo para que no se produzcan malos entendidos, malestar entre los acompafiantes 0 baches en la lar que sie ar presenta al sujero que acompatia como “paciente” lo 4 ubicando en el lugar socal del cual lo necesiamos comes, de modo que presentario con su nombre de pila y no agregar ninguna otra referencia me parece en general una bbucna modalidad de resolver una sieuacién de estas caractersticas, Capitulo 3 159 implementacién de la estrategia. Si cl acompafiamiento se desarrolla en tuna insticucién 0 si el paciente fuera menor de edad debemos trabajar ¢ informar de estos aspectos a los otros que estén a cargo de su cuidada y son responsables de dl. En caso que el acompatante precise modificar el horatio por razones de fuerza mayor, ese cambio debe ser informado al Paciente y otros intervinientes en la estrategia, como puede ser el erapeuta, la institucién o la familia, Es conveniente planificar las actividades a desarrollar ca los cucuentros, teniendo cn cuenta el horatio establecido de manera de poder terminarlas a tiempo. Reiteradamente aparecen en supervisién situaciones donde se dificulta la separacién y la culminacién del encuentro, esto se manifesta de diferentes maneras, por ejemplo cuando se va acercando el horatio de finalizacién le piden al acompafiante que se quede més tiempo, Fs conveniente anunciar con cierta antelacién el cierre del encuentro, de manera de dar lugar a la palabra, a la elaboracién de la despedida e it cerrando el espacio compartido, 4 Honorazios. Nos referimos a cunto se pagaré por acompafia- miento, a quién y cudndo, Es conveniente aclarar desde el inicio cudl va a ser el valor de la hora o la jornada de acompaiiamicnto, si va a ser cubier- ‘2 por alguna obra social, y cual es el trémite a seguir. También hay que paurar quign pagard, a voces lo hace el mismo paciente, otras la familia, Se debe acordar a quién sc le va a pagar ya que dada la prictica del acom. Pafiamiento terapéutico esto puede variar; hay acompafiamientos que le Pagan direccamente al acompafiante, otras en los que cobra el rerapeuta, gn otros casos puede ser el coordinador de los acompafiantes (en caso de varios aconapatiances este sistema es el més adecuado). Y por iitimo es conveniente acordar la frecuencia del pago, En el caso de salidas y pascos también debe pautarse previamente quién absorberd los gastos que se produzcan y de qué manera, por ejemplo en muchos casos los acompafiantes llevan el dinero y al regreso “rinden cuentas", 0 es el mismo paciente quien realiza los pagos, Por lo general los gastos corren por cuenta del paciente, pero esto debe ser aclarado en el contrato para evitar confusiones. Debe aclatarse todo lo relativo a las interrupciones regladas, vacaciones, imprevistos, modalidad a tomar frente a llegadas tardes, 6 ausencia del paciente, etc. Esto dependerd de la particularidad de cada caso, pero una vez acordado debe sostenerse en el tiempo, 60 | Acompafantes Terdpeuticos Algunas particu’: La confides: secreto prof szacteristicas par péutico. Bl paciente y su fe cciones de ter: ssserar pactos com siente planteé <: ea se lo conté 22:0 de pacientes pueden toma: : 2siguiatra”, En : por ello que ‘lia y el pacie scompafiamiento -smento ordenac:- almente imp. jue no la retenge vendo el més per'=: Otra situact AT tiene que ve: sstar alli en el mu= Frente a es:2 afien al acomp: las Farnilias. No abajo con el eqs" smplo, infidelids= sstuviera hurtande olla en bajar ¢ dado y ficar el rado al =peuta, en los poder ciones esto se ado el empo. 0, de acir Algunas particularidades sobre la confidencialidad La confidencialidad est implicica dentro del concepto més amplio de seorero profesional, el acompafante la comparte aunque adquiere aracteristicas particulates, al conformar con otros un dispositivo tcrapéutico, El secreto profesional es compartido entre todos los miembros del equipo El acompafiante debe hacer circular la informacién entre los micmbros del equipo, la nocién de seereto profesional vale por fuera de las fronteras de los miembros del dispositivo Es convenicnte explicicar esta particularidad del secreto profesional al paciente y su familia, ya que no son pocos los casos en los que se generan situaciones de tensién, de intentos de manipulacién de cierta informacién, incluso de ruprura del encuadre. Es el caso de pacientes que intentan generar pactos con los acompasantes, Recuerdo una situacién en la que el Paciente planted a su at “yo t quiero contar algo muy importante para mi, gue rusnca se lo conté a nadie pero necesito que no se lo cuenies al terapeuta”, 0 eh caso de pacientes que debido a la medicacién o alas consignas terapéucicas fn9 pueden tomar alcohol, “tomemos una cervecta pero no se lo digamos al psiquiaina”. Tn nuestea clinica tenemos muchas siuuaciones como éstas donde los acompafantes corremos el riesgo de generar escenarios confusos con el paciente y rupturas con el equipo que pueden volvers ireparables, Es por ello que si encuadramos este aspecto con los integrantes de Ia familia y el paciente, aclarando que todo lo que suceda en el espacio del aconipaiamiento seri comparido com @'SqGO3 GEG, nos apertad un clemenco ordenador, el encuadre podeé cumplir un efeceo de terceridacl Igualmente importante es que el acompafiante haga circular la informacion ¥ que no la rerenga ya que se puede generar la ruptura del trabajo conjunto siendo cl més perjuclicado el paciente. Otra situaci6n frecuente que se plantea en relacién al encuadre en LAT tiene que ver con los secretos, aquéllos a los que tenemos acceso por estar alli cn el mundo de la privacidad. Frente a este dilema podemos diferenciar entre los secretos que atafien al acompafiado y otros sccretos que pudieran tener otros miembros de las familias. No es el rol del ae, ser un “alcahuete”, sino, a través del tuabajo con el equipo, resolver qué hacer con esa informacién (a modo de cjemplo, infidelidad de alguno de los padres, si alguna empleada doméstica cstuviera hurtando, si un hermano tiene una novia a escondidas, etc.) Copttulo 3.161 Oura distincién que podemos hacer tiene que ver con el tipo de secrero de que se trata; Losso R. y colaboradores distinguen dos calidades de secretos: llaman secretos sréfices, a los que estén al servicio de la vida y de la estructuracién del aparato psiquico. Como los pequerios secretos infancles permiten al nino seatir que posee un psiquismo propio al que los adultos no pueden acceder, protegen al Yo de las intrusiones del medio y le dan la posibilidad de pensar por y para si mismo. Incluyen los libidinales, los que se ocupan de! sexo, del erotismo, del placer, se guardan desde la infancia, son reservorios de fantasfas y suefios. En cambio, los secretos a los que denominan anuilibidinales, se refieren a sucesos de la historia familiar que implican transgresiones 2 las leyes civiles o ala moral de la cultura prevalente, y pueden permanecera lo latgo de las generaciones. Producen un efecto de ruptura en el psiquismo, impiden el pensar y cl juzgar, el fantaseo y el suetio, empobreciendo la vida psiquica. Son los secretos que tendremos que develar en el curso del Proceso terapéutico, pero del modo y en cl momento determinado pot al terapeura. Los acompafiantes, dentro del dispositivo terapéutico con el consentimicnto del profesional a cargo, pueden ser cémplices de sus pacientes frente a secretos libidinales, entendiendo que apuntan a la subjetividad del sujeto, al posicionamiento del cuidado de la intimidad y su mundo interno. A modo de ejemplo; un acompafante acompafiaba 2 su paciente paralitico a que tviera encuentzos con su novia, el at solo lo llevaba y luego lo retiraba de un bar; la madre del paciente no estaba de acuerdo con esta relacign y el paciente no podia movilizase por su propia cuenta; el equipo avalé esta intervencién ya que le permitia ser autor de sus decisiones y deseos. Diferentes son aquellos secretos que tienen que ver con mentiras, consumo de drogis, abuso, etc. que generalmente son productores de atologiasy sintomas que deben ser informados y trabajados en el marco de tun trabajo en equipo. La clinica del acompafiamicnto esc impregnada de casos como estos, situaciones como las mencionadas en relacicn al secrevo profesional. A modo de ejemplo, en el caso del trabajo con una paciente crénica que viva sola cargo de dos menores, la acompafiante pudo darse cuenta que la empleada doméstica que trabajaba ally a quien pagaba su hhermana, llevaba toda la informaci6n hacia su familia, funcionaba como tun espfa. Era enloquecedor para la paciente quien nunca podia saber cémo ¥ Roberto Loso coon) yclaboradors. “Secretory conideniidad ene psicoandliss de familia y pareja. Una cuestidn de bore” 62 1 Acompatiantes Terdpeuticas " ay en tente. Bp Settee er) todos se enteraban de lo que sucedia dentro de su casa, era un secreto compartido y avalado por toda la familia que tuvo que set develado. Otro ejemplo es cl caso de un paciente en tratamiento por consumo de sustancias, que el at “descubre” que su hermano mayor, quien sostiene cconémicamente la familia, vendfa cocaina, Un altimo ejemplo, la dificil situacién pero lamentablemente no poco comin de que ef at se entere dentro de la casa por algin medio que el pacience estd siendo abusado stxualmente, Todas estas situaciones y otras de estas caracteristicas a las que podamos tener acceso a través de nuestro trabajo tendran que ser develadas al equipo para ponerlas en cizculacién. Reflexionando sobre la intimidad La llamada vida privada coincide de alguna manera con la idea de familia. “lo que la furilia muestra de sé misma, lo que puede hacer piiblico 7 considera presentable, tiene su contrapunto en aquello que debe ser entonces ocultable™. Lo intimo y lo privado, al decir de los autores, parecen fundirse pero inmediatamente los asociamos como lo opuesto a lo piblico, Aries, citado en el texto mencionado, define lo privado como “el lugar al que el piiblico no tiene acceso”, pareciera que lo intimo es privado, pero no todo lo privado es intimo, guardando lo {ntimo cierca raiz corporal, El pudor es un protector de la intimidad, Cuando un paciente concurre a un espacio terapéutico se construye un espacio de privacidad, en el que el sujeto puede desplegar sus fantasias, secretos, ideas mds primarias. Es muy diferente en el caso del acompafiance que va a ingresar a ese mundo privado y a “invadie” con su presencia ese territotio donde no solo tiene lugar la persona que acompafiamos sino también otros miembros de la familia, entonces aquello que consideran “ocultable” debe ser modificado por ellos. Las estrategias de acompaiamiento deberian, en este sentido, ser respetuosas del derecho @ la privacidad que tienen las distintas personas que circulan por el espacio del acompafiamiento; a modo de ejemplo no invadir con nuestra presencia una conversacién que nos resulta ajena, 0 una comida familiar, la visita de un novio de una hetmana, etc. En el mismo sentido es imporcante organizar la jornada de acompaiiamiento ® Espinom, R; omos (2010). “Laintimidad, lo pli y lo privado sega las épocas" en La insimided. Un problema actual del psicoandliss, Psicolibro Ediciones Be As, Capitulo 3 1 63 teniendo en cuenta los horatios de la institucién o de la familia, respetando Jos ritmos, los tiempos, las actividades cotidianas, los espacios de cada uno. “Carel ha propuesto una “tépica inter psiquica” catacterizada por las tes dimensiones de lo éntimo, lo privado y lo pitblico, con sus respectivos valores que las califican: el secret, la discrecidn y la transparencia. El encuadre familiar crca un dispositive que condensa los tzes espacios. En un polo, lo intimo (espacio intrapsiquico de cada sujeto, con su derecho al secreto), yen el otto, lo piiblico (el “espacio social”, con reglas y funcionamiento conocidos por todos). Entre ambos, lo privado, espacio de la vida grupal familiar, de intercambio, como un espacio transicional, regido por la discreci6n’”. El encuadre en los dispositivos grupales o familiares plantea algunas modificaciones en relacién al que se plantea en tratamientos individuales. Ponen de manifiesto la necesidad de mantener en reserva aspectos que impliquen la intimidad de los miembros. En nuestro caso esa dimensién se complejiza ya que el acompafiante ¢s cl dnico agente del equipo de salud que ingtesa a ese espacio transaccional regido por la discrecién entre lo intimo y lo publico. Este lugor muchas veces gencra situaciones de profunda incomodidad tanto para el at como para los miembros de la familia y el mismo paciente. Con la sensibilidad del “guante del cirujano” al que nos referiamos anteriormente, debemos posicionarnos con absoluco respeto de la privacidad de los otros, al mismo tiempo crear las condiciones para el gjercicio de nuestro rol. Si el pudor es un protector de la intimidad, no venemos que quedar expuestos, si la estrategia no le exige, a situaciones en las que sentimos invadir la intimidad de la vida familiar Los acompafiantes podemos pautar, si fuera necesario, que no vamos a quedarnos como testigos de situaciones que impliquen el mundo intimo dela vida familiar, me refiero a temas que tienen que ver con la sexualidad, la desnudez, la fantasia, A modo de ejemplo, un caso que coordinamos fue el de un joven al cual un equipo de acompafiantes realizaba una internacién domiciliaria. Bl paciente muchas veces recibia a las acompafiantes en ropa interior, situaciéa que generaba pudor y malestar en las at; en ese contexto fixe necesario encuadrar esta situaciéa aclarando que debia estar vestido en el horario de acompafiamiento, En otros casos la intervencisn cortesponde a encuadrar situaciones respecto de conductas de otros dentro del acompafiamiento pero que sin dua redundan en desnaturalizar conductas % Roberto Losso (coord), Asociacién Psicoanaltica Argentina. “Secretes y confidencialidad en el psicoandliss de familia y pareja. Una cucstién de borde.” 64 I Acompafiantes Terdpeuticos nea usar: El acoms:>. ~ Semtales pars que vaya ciente fe de: Sov al lugar i= + 28intentos de != Encontrames de este tipe = implique un *sea,M yToporasi S = succién de a in= lia, respetando decada uno. erizada por las us tespectivas iz. Elencuadre En un polo, fo :0 al secteto), “ares plantea sratamientos egido por la ces genera © para los referiamos reto de la centro del conductas ‘Secretos y pueden ser invasoras de la intimidad de los otros miembros: 2 emplo en supervisién una acompafiante relaté el pudor que ‘= -2-el padre de su paciente adolescente se dirigiera al bafio de’ ropa. Rizan, My Toporossi S, se preguntan sila intimidad es una construccién, y refieren que ‘pareceria ser una cond! -sungue también podriames preguntarnos ies posible habitar una i: n haber tenido encuentros intimos con oire, Lo que es indudaés ata de haber podido atravesar wn largo camino que no todos bar portunidad de recorrer, Esto depende de haber tenido condiciones ami que posibilitaran ser protagonistas de una dependencia a la me necesidades propias. De no haber sido ast el andlisis constituye unz oportunidad para que esas condiciones se creen entre analista y pacier comience a usarlas... EL acompafiante puede generar las condiciones vinculazes ambientales para que la intimidad pueda encontrar una nueva opo: Jos ejemplos ances mencionados dan cuenta de ello, El acompafiant intervenir jn situ de forma que algo del orden de la intimidad pueda ecvexi:. Recuerdo tun acompafiamiento en el que la at observé que la pacie! tinica de la familia que no tenia puerta en su habitacién, luego de ir: alequipo, en conjunto con la paciente pudieron pensarlo, trabajarlo conseguir una puerta para su pieza, Mas alld de que esta observacién éxve! el lugar que ocupa la paciente, Ia intervencién apunta en este sentido. C: cjemplo, en supervisidn una at relaca que su paciente vive en una case ==; precatia con su mamé y su hijita en una sola habitacién, antes de une la paciente dice que la espere y empieza a desvestise para cambiarse. L sugiere que vaya decrés del armario para no exponerse ala mirada de zoce La paciente le devolvié en silencio una mirada de sorpresa,silencioses: se movi al lugar indicado, Daba la impresién que era la primera vez ¢: clla pensaba en resguardarse, en cuidar su cuerpo de las miradas, 10 también implica cuidar sus pensamientos y su aprendizaje del rol max de los intentos de invasién que realiza su madre. Encontramos miiltiples situaciones como esas, en las cuales. pauta de este tipo puede ser una intervencién en la dinémica far: que implique un sefialamiento sobre lo naturalizado, favoreciendo la proteccidn de nuestro paciente y de nuestro marco de trabajo. 8 Rizan, My TopotosiS. (2010). “Descubsimientos Decisvos. Algunas condiciones para Ia construccién de la intiidad” Capttulo 3.1.65 Estableciendo un contrato Blencuadre es pautado a través de un contrat, en el cual todas estas frtlables son acordadas y consensuadas. Al decir de Karas 8. £6 Resnizky Sw es el acuerdo laboral que realiza el acompafiance con el Paciente, Habitualmente ef encuadre es pensado con el equipo terapéutico, Orras veces lo realiza el coordinador del equipo de acompafiantes 0 ¢lacompariante mismo con el paciente 0 con la familia, Elestablecimiento del contrato no puede pensarse de manera general, también deberé ser pensado en cada caso en patticular, En ocasiones, en ia clinica de los pacientes severamente perturbados © de riesgo, el contrato puede haverse por escrito, quedando el registro claro de aquello alo que se compromete cada una de ue partes implicadas il tatamiento; el mismo es firmado por los acompattances,e pacicnte, !2 familia, incluso el tcrapeuta, En algunos casns sin once consentimiento infotmado no se inica el acompatamiento y su ruptura delacenn puede ‘mplicar la finalizacién del trabajo conjunto. Es aconsejable, a la hora de proponer el encuadse, hacer participe su implicacién dl; este movimiento por pequeiio {Me porerca puede funcionar como una intervenciSn, un scfalamioots s familia, marcando el eamino en el que Si, al contrario, realizamos el contrato solo con la Diferente es el caso de los nifios y los menores de edad, donde los acuerdos scrin establecidos por los adultos, pero lego el acompanante Sitvigndose del juego, lafabula ol cuento, deberd trasmitilelee condiciones de este trabajo en comin, Dice Paciuk S* “no se puede decir que las normas se acuerdan on al sentido fuerte de la palabra, Porque el analista propone mds 0 menas Paciuk Sail. “Elogio del encuadre”, Revives Uruguay de Pricoandlisi, 2002. 66 | Acompatiantes Terdpeuticos sumariz ese conte Todo Io de las x:~ tarea y= el contr: de enfie de nor s ind's: algunas alo le: avatars: la com sumariamente su contenido y el paciente puede brindar un consentimiento a exe contenido a partir de un concept global de aquello a lo que ba consensid. Todo lo cual ocurre sobre la base de una confianza de ambos en que el contenido de las normas se ird precisando a medida que lo reclame su incidencia en la tarea y de una confianza”, Muchas veces los acompasiantes javenes, sienten que deben establecer el contrato el primer dia del encuentro, quizés producto de las ansiedades de enfrentar al paciente; anteponen al contacto con el otro una declatacién de normas que a veces crea distancia y obtura el trabajo en comiin. Si bien cs indispensable comenzar con regls claras, comenzaremos delimitando algunas (horario; lugers honoratios; rol), el resto se podré ir introduciendo alo largo del acompaitamiento, de la consolidacién del vinculo y de los avatares del proceso. Tendremos que pensar en la singularidad de cada caso, cuales variables explicitaremos en un primer momento, cudles dejaremos para prdximos encuentros, recordando que cambién el encuadre esté conformado por constantes explicitas e implicitas, por lo tanto no todo debe ser puesto en palabras, Para finalizar ‘Todo juego supone un conjunto de reglas, los jugadores deben conocerlas y aceptarlas para poder jugar; tienen carécter comuin para todos los jugadores, describen el rol, el lugar y los objetivos del juego. Dentro de estas normas el juego se desarrolla en libertad y permite a los jugadores hhacer sus propias jugadas; si un jugador no lo respeta se considera trampa. El encuadre plantea las reglas para que el juego del acompasiamicnto rerapéutico sea posible; ranto en st aspecto tedtico como en stt aspecto técnico, imprime un resguatdo de los participantes de la arbitrariedad, de la contaminacién del sentido comin de lo gue uno cree que esté bien para el otto, de acciones bien intencionadas. Representa un marco para las manifestaciones de la wansferencia y la contratransferencia, Retomando algunas palabras, imprime una condicién de profundo respeto por el otto, por la subjetividad y por el proceso terapéutico, Aporta las condiciones de confidencialidad y de respeto por la intimidad que un abordaje de estas caracteristicas debe contemplar por estar insertos en los espacios de mayor privacidad de las personas. Capitulo 3.1.67 pricoanilisis”. Picoandltis APdeBA- Yo : licaionss/2004/pd#/Avenbusg pd) He Polcoanalitico”. Revise de Picoandlss, 004 25 (wwra.apdeba.org/ pu lepers (1967). “Picoanlis del Ere T XXIV, Ne2 Berenstein I. Puget J. (1997), Cap. IV “Lo Vineular”. Paidos, CAREL A. (1992): "Lintime, le privé ct te Public’. Grappa, aim. 8. (ctado por Losto, (coordinador 2003). Diana S. Cantis-Carino (1995), *] rage Psicosnalitico ~ juidico”. “El desafto de |a complejidady la construccion de] paotimiento inerdisciplinario”. Reving Dicoandlss dela Aactaciin Pcoanalignn 4 Bs. As Vel XXI N03, Muli-Toner y Teansdisciplina, M, Lewcowice, M. (2010). “La i Espinosa, &: Korembli, intimidad, lo piblico y lo cn La intimided. Un problema erual del pricoandliss Rivan, M. y To, porosi S. (2010). * isivos. Algunas condiciones para la construccién de Is intimidad”. En La inti idee. Un problema actual del Zeloandliss, Psicolibro Ediciones, Bhs, scubrimientos De f Roberto Losso (coord) (2002). "Seeree J confidencialided en el psicoandlisis de familia pareja, Unacuestiénde border Fepal XXIV Congreso Latinoamericasg de de Psicoandlsis Uruguay, hep: fepal, org/Images/congreso2002/adiltos) losso_t_y_equipo.pdf Fetuk S. 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