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EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la Republica
Ha dado la Ley Siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPUBLICA
Articulo único. Modificación de los artículos 384, 387, 388, 400, 401 y 426 del Código
Penal.
Modificanse los artículos 384, 387, 388, 400, 401 y 426 del Código Penal, con los
textos siguientes:
COMENTARIOS
Ya no se requerirá que el ofrecimiento sea real para que se configure el delito de tráfico
de influencias. Asimismo, la colusión será sancionada pese a que no exista defraudación
económica al Estado. Estas son las principales novedades de la Ley N° 29758,
publicada el jueves 21 de julio de 2011, que ha modificado los arts. 384, 387, 388, 400,
401 y 426 del Código Penal, que habían sido recientemente modificados por la
cuestionada Ley N° 29703 de 10 de junio de 2011.
La Ley N° 29758 no ha modificado dos delitos que sí fueron modificados por la Ley N°
29703: el delito de abuso de autoridad (art. 376) ni el delito de soborno internacional
pasivo (art. 393-A), incorporado por esta última norma.
La modalidad agravada, contemplada ahora en el segundo párrafo del art. 384, mantiene
la modificación efectuada por la Ley N° 29703, por lo que se exige para su
configuración que se defraude patrimonialmente al Estado o entidad u organismo del
Estado. La pena en este caso es no menor de seis ni mayor de quince años.
En consecuencia, el art. 384 del Código Penal tiene hoy la siguiente redacción:
La Ley N° 29758 ha determinado que el tipo penal base del peculado doloso regrese a
su anterior regulación, por lo que repone la conducta típica de este delito al hecho de
que el agente se apropie o utilice los caudales para una tercera persona. Se deja, en
consecuencia, de lado la redacción propuesta por la Ley N° 29703 que penalizaba la
conducta de la persona que consentía que un tercero se apropie de los caudales.
Por tanto, el nuevo texto del art. 387 del Código Penal es el siguiente:
“Art. 388.- Pëculado de uso.- El funcionario o servidor público que, para fines ajenos al
servicio, usa o permite que otro use vehículos, máquinas o cualquier otro instrumento de
trabajo pertenecientes a la administración pública o que se hallan bajo su guarda, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
La Ley N° 29758 ha regresado la regulación de este tipo penal a la prevista antes de las
reformas de junio. Por lo tanto se ha dejado de lado la exigencia de que el ofrecimiento
sea real para que se configure el tráfico de influencias (como establecía la modificación
efectuada por la Ley N° 29703).
Si bien no había sido materia de cambios en la anterior modificación (la dispuesta por la
Ley N° 29703), ahora (con las reformas de la Ley N° 29758) se ha desdoblado para
aplicar la pena de inhabilitación en dos casos distintos.
Así, en los casos del Capítulo II (delitos cometidos por funcionarios públicos) del Título
XVIII (delitos contra la Administración Pública) del Código Penal, se impondrá,
además de la pena privativa de libertad establecida en el tipo penal, una pena de
inhabilitación. Esta última será de una duración igual a la pena principal impuesta (la
privativa de libertad); en estos casos, entonces, la pena de inhabilitación es accesoria.
Por su parte, en los casos del Capítulo III (delitos contra la Administración de Justicia)
del Título XVIII (delitos contra la Administración Pública) del Código Penal, se
mantiene la anterior regulación (inhabilitación de uno a tres años); por lo que constituye
una pena principal.
Actualidad Juridica / Tomo 213 - Agosto 2011/DERECHO APLICADO
/ACTUALIDAD PENAL Y PROCESAL PENAL/OPINIONES/
Muestra de ello son las reformas que se han dado a los delitos de corrupción de
funcionarios, en primer lugar la dación de la Ley Nº 29703, publicada el 10 de junio de
2011 que modificó varios tipos penales y que fue llamada ley de impunidad, polémica
que generó la dación de otra modificación como es la Ley Nº 29758, publicada el 21 de
julio de 2011 que comentamos. Las normas más controvertidas fueron las del delito de
colusión, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
TEMA RELEVANTE
Los delitos de corrupción de funcionarios han sido nuevamente modificados mediante la
Ley N° 29758, publicada el 21 de julio de 2011. Si bien el legislador ya los había
modificado recientemente (por la Ley Nº 29703 del 10 de junio de 2011), luego de
variadas críticas a esta norma se han rectificado algunas de las modificaciones
realizadas (como el delito de colusión), incluso en el delito de tráfico de influencias se
volvió a la regulación anterior a la Ley Nº 29703.
MARCO NORMATIVO:
INTRODUCCIÓN
Los delitos de corrupción de funcionarios en los últimos diez años han tenido una
importancia capital en la política y el sistema jurídico nacional. Es entendible en la
medida que la vulneración de estos bienes jurídicos afecta a la nación entera. A esto
abona también la publicidad que han tenido los procesos por corrupción de los años
noventa. De ahí que la población, así como muchos de los sectores políticos y
profesionales del derecho tengan una opinión formada sobre la comisión de estos
delitos.
Es por ello la reacción frente a la modificación llevada a cabo mediante Ley N°
29703, del 10 de junio de 2011, pues apenas se promulgó fue materia de discusión y
crítica, siendo aprobada por muchos y resistida por otros, quienes incluso la rotularon
como ley pro corrupción.
I. DELITO DE COLUSIÓN
La Ley N° 29703 modificó el artículo 384 del Código Penal para establecer que el
delito de colusión era necesariamente de resultado, por lo que se requería de una
defraudación (o perjuicio) de carácter económico para su configuración.
En consecuencia, el artículo 384 del Código Penal tiene hoy la siguiente redacción:
La Ley N° 29758 ha determinado que el tipo penal base del peculado doloso regrese
a su anterior regulación, por lo que repone la conducta típica de este delito al hecho de
que el agente se apropie o utilice los caudales para una tercera persona. Se deja, en
consecuencia, de lado la redacción propuesta por la Ley N° 29703 que penalizaba la
conducta de la persona que consentía que un tercero se apropie de los caudales.
Por lo tanto, el nuevo texto del artículo 387 del Código Penal es el siguiente:
Si el agente, por culpa, da ocasión a que se efectúe por otra persona la sustracción de
caudales o efectos, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años o
con prestación de servicios comunitarios de veinte a cuarenta jornadas.
“Artículo 388.- El funcionario o servidor público que, para fines ajenos al servicio,
usa o permite que otro use vehículos, máquinas o cualquier otro instrumento de trabajo
pertenecientes a la Administración Pública o que se hallan bajo su guarda, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
El delito de tráfico de influencias regulado en el artículo 400 del Código Penal tiene
antigua data, así Alejandro Severo (208-235 dc.) mandó a quemar vivo a un sujeto que
había vendido favores e influencias a su nombre. La pira sobre la cual fue quemado
llevó la siguiente inscripción: “funo punitur qui fumun venditit”4.
Una las discusiones respecto a su redacción típica era respecto a si debía ser penado
el ofrecimiento de influencias simuladas, irreales, pues esta modalidad de comisión
sería una conducta que no afecta ningún bien jurídico. Por ello cuando se dio la
modificación efectuada por la Ley N° 29703 se pensó que el legislador había proscrito
la sanción a la persona que vendía influencias simuladas5. Otro sector opinó que la
nueva redacción solo hacía referencia a que el ofrecimiento efectuado por el agente
debía ser real, lo cual no implicaría un mayor cambio.
Luego del debate en el espacio jurídico nacional el legislador optó por dar marcha
atras y con esta Ley N° 29758 ha regresado la regulación prevista. Por lo tanto, se ha
dejado de lado la exigencia de que el ofrecimiento sea real para que se configure el
tráfico de influencias.
La Ley N° 29758 ha mantenido la regulación del tipo base de este delito que fuera
aprobado por la Ley N° 29703. Sin embargo, ahora no se exige que el enriquecimiento
ilícito se efectúe por el funcionario o servidor público “en el ejercicio de sus funciones”,
sino que para que sea punible debe de enriquecerse “abusando de su cargo”. Este
elemento será materia de aclaración por la jurisprudencia, pues en principio es un nuevo
elemento que implica que se deba probar la existencia de algún abuso del cargo del cual
se originaría el incremento patrimonial ilícito.
VI. INHABILITACIÓN
Así, en los casos del Capítulo II (delitos cometidos por funcionarios públicos) del
Título XVIII (delitos contra la Administración Pública) del Código Penal, se impondrá,
además de la pena privativa de libertad establecida en el tipo penal, una pena de
inhabilitación. Esta última será de una duración igual a la pena principal impuesta (la
privativa de libertad); en estos casos, entonces, la pena de inhabilitación es accesoria.
Por su parte, en los casos del Capítulo III (delitos contra la Administración de
Justicia) del Título XVIII (delitos contra la Administración Pública) del Código Penal,
se mantiene la anterior regulación (inhabilitación de uno a tres años); por lo que
constituye una pena principal.
NOTAS:
1 Artículo 384.- El funcionario o servidor público que, en los contratos, suministros, licitaciones,
concurso de precios, subastas o cualquier otra operación semejante en la que intervenga por razón de su
cargo o comisión especial defrauda al Estado o entidad u organismo del Estado, según ley, concertándose
con los interesados en los convenios, ajustes, liquidaciones o suministros será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de tres ni mayor de quince años.
Para la aplicación de esta Convención, no será necesario que los actos de corrupción descritos en la
misma produzcan perjuicio patrimonial al Estado.
3 Artículo 436.- La autoridad o funcionario público que, interviniendo por razón de su cargo en
cualesquiera de los actos de las modalidades de contratación pública o en liquidaciones de efectos o
haberes públicos, se concertara con los interesados o usase de cualquier otro artificio para defraudar a
cualquier ente público, incurrirá en las penas de prisión de uno a tres años e inhabilitación especial para
empleo o cargo público por tiempo de seis a diez años.
4 ROJAS VARGAS, Fidel. Delitos contra la Administración Pública. Grijley, Lima, 1999, p. 400.
5 Artículo 400. Tráfico de influencias
El que solicita, recibe, hace dar o prometer, para sí o para otro, donativo, promesa,
cualquier ventaja o beneficio, por el ofrecimiento real de interceder ante un funcionario
o servidor público que haya conocido, esté conociendo o vaya a conocer un caso
judicial o administrativo será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
cuatro ni mayor de seis años.