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Acto de Renovación para los primeros viernes

Dulcísimo, amantísimo y amabilísimo Jesús: Yo, N. N., para dar la gloria que me sea posible a Vuestro Corazón
adorable; para probarle mi amor y desagraviarle del olvido y la ingratitud de los hombres me inscribí
voluntariamente, y de todo corazón en la GUARDIA DE HONOR de Vuestro Corazón sagrado. Os prometí con el
auxilio de vuestra gracia, ser fiel (de … a …) a mi consigna de sacrificio, de amor y de reparación.
¡Divino Jesús! ¡Salvador mío y mi Rey! renuevo de todo corazón el empeño que tomé.
Dignaos, Dueño bondadoso, hacerme cada día más constante y más fiel; yo os pido esta misma gracia para
todos los Guardias de Honor, por el Corazón Dulcísimo e Inmaculado de vuestra Madre, que lo es también
nuestra, María Santísima. Amén.

Oración reparadora.
¡Oh Jesús amable y bondadoso! ¡Oh Divino Salvador de nuestras almas! Dignados echar una mirada de
misericordia sobre vuestros Guardias de Honor, que, reunidos en un mismo pensamiento de fe, de esperanza y
de amor, vienen a llorar a Vuestras plantas sus infidelidades y las de los pobres pecadores sus hermanos.
Ojalá podamos nosotros, con nuestras unánimes y solemnes promesas, conmover Vuestro Divino Corazón y
obtener de Él misericordia para nosotros, para el mundo desgraciado y culpable y para todos aquellos que no
tienen la dicha de amaros.
De hoy en adelante todos os prometemos: (A cada promesa repetimos: “Os repararemos Señor”)
 Del olvido e ingratitud de los hombres. R//
 De la temeridad del mundo. R//
 De vuestro abandono en el Santísimo Sacramento. R//
 De los crímenes de los pecadores. R//
 Del odio de los impíos. R//
 De las blasfemias que vomitan contra Vos. R//
 De la profanación de los días santos. R//
 De las injurias hechas a Vuestra Divinidad. R//
 De los sacrilegios con que se profana Vuestro Sacramento de Amor. R//
 De las inmodestias es irreverencias cometidas en Vuestra presencia adorable. R//
 De las traiciones de que sois la adorable Víctima. R//
 De la frialdad de la mayor parte de Vuestros hijos. R//
 Del desdén con que oyen Vuestras llamadas de amor. R//
 De las infidelidades de los que se llaman amigos Vuestros. R//
 Del abuso que se hace de Vuestras gracias. R//
 De nuestras propias infidelidades. R//
 De las incomprensibles durezas de nuestros corazones. R//
 De nuestra tibieza en amaros. R//
 De nuestra flojedad en Vuestro Santo Servicio. R//
 De la amarga tristeza que os causa la pérdida de tantas almas. R//
 De los largos ratos que os hacemos estar esperando a la puerta de nuestros corazones. R//
 De los amargos desprecios que tanto os afligen. R//
Oración. Jesús Divino, Salvador Amante, que habéis dejado salir de Vuestros labios esta dolorosa queja de
Vuestro Corazón: »Busqué quien me consolase, y no lo hallé» dignaos recibir el tributo de nuestros consuelos
y asistidnos tan eficazmente con el socorro de Vuestra gracia, que en el porvenir, huyendo más y más de todo
cuánto os pueda desagradar, nos mostremos siempre y en todas partes Vuestros fieles y fervorosos Guardia de
Honor. Os lo pedimos por Vuestro Corazón a Vos, que siendo Dios con el Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas
por todos los siglos de los siglos. Amén.

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