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IP El uiserior y otros cuentos : El ruisefnor y otros cuentos Vitor Garcia Bernal POR ORGeCsC Uber Victor Garcia Bernal EL rusefor, El patito feo" y "La sirenita oh gake A) Ie war & sam SANTILANA ©, Daten: Has Cetin Aven © Delarhtrcoes:2008, itor arc Bel Deets ein: 2015 Slade Paco domes ‘odes Belo 293 pis 10, fics 101 1002 Provide Sting Cie ono 275843000 af(562) 28843060 igo Pos 7511308 wana Isen:978.95625 26549 lnpee en Chie PritdinCile Prine edn septiembre do 015 Dien dete Jost Crp ors Main Projecto re: Mari Del Bag, Rubén Cuil ali Ortega Trac dab VetorGocia eel Teese derechos reservados {ta aac oped repo, en tad en pte, letra en ‘raemitia oon sie depen dntrmacn eign forms por ngun medi ses mec, tou, cn, magic, eto facet, sine permis prvi por ex dels Er El ruisefior y otros cuentos Hans Christian Andersen El ruisefior Como tui sabes, en China el emperador es chino, y Ce eee eT Se mee et escuchada, antes de que se olvide. El palacio del eC Om Ty eee aR cnc ac) Cree oe eae ee En el jardin se velan las flores mas extrafias, y en las Pe eee en eee Cs emt) Pee een cone ey admirarlas, Si, todo estaba muy organizado en el jardin aCe ete Cec aee ry COR Cee eee RTOs ee en ate cy profundos lagos. El bosque legaba hasta el mar, queera azul y profundo, Grandes barcos podian llegar hasta a debajo de las ramas, y entre elas vivia un ruisefior que cantaba con un trino tan bendito que hasta el pescador mis pobre, con muchas otras actividades que atender, se quedaba en silencio escuchando, cuando salia por las noches para buscar las redes y cantaba el ruiseior. —jSefior Dios, qué belleza! —decia, y nego se cocupaba de sus cosas y olvidaba al péjaro. Pero la noche siguiente, cuando volvia a cantar y el pescador Ilegaba hasta ali, repetia: —jSetior Dios, qué belleza! De todos los paises del mundo Ilegaban viajeros hasta la capital del imperio y admiraban el palacio y el jardin, pero cuando ofan al ruisefior, todos exclamaban: —jEs lo mejor! Y los viajeros contaban lo que habian oido cuando regresaban a sus hogares, y los sabios escribian muchos libros sobre la ciudad, el palacio y el jardin, pero no olvidaban al ruisefior, que ocupaba un lugar més elevado. Los poetas escribieron los poemas més hermosos, todos sobre el ruiseiior en el bosque, cerca del profundo mar. Esos libros dieron la vuelta al mundo y algunos egaron hasta el emperador, que estaba sentado en su 2 sillon de oro, Leyé los relatos y a cada instante asentfa con la cabeza, dado que le alegraban las maravillosas descripciones de la ciudad, el palaco y el jardin. “Pero el ruiseftor es lo mejor’, decia. —sCémo es eso? —exclamé el emperador—. {El ruisefior! No lo conozco, jExiste tal péjaro en mi imperio y en mi jardin? Nunca of sobre él. ;Que uno deba aprenderlo a través de los libros! Y llamé a su caballero, tan distinguido que cuando alguien de menor rango que él se atrevia a dirigirle la palabra, sélo respondia iP, que no significa nada. —Al parecer tenemos aqui un pajaro muy notable, llamado ruiseftor —dijo el emperador—. Se dice que es Jo mejor de mi enorme reino. :Por qué nunca me han hhablado de ello? —Nunca lo of nombrar —respondis el caballero—, nunca fue presentado aqui en la corte. —Quiero que venga esta noche y cante para mi — exigié el emperador—. Todo el mundo conoce lo que poseo y yo lo ignoro, —Nunca lo of nombrar —dijo el caballero—, lo buscaré y lo encontrar Pero jdénde? El caballero subié y bajé todas las escaleras, atravesé los salones y los pasillos,y ningun de los que cruz6 habia oido hablar del ruisefo. Entonces el caballero volvié hasta donde estaba el emperador y dijo que todo debia de ser una fabula inventada por los escritores de libros. —Su majestad no debe creer todo lo que se escribe. Son inventos y lo que llaman magia negra. —Pero el libro que lei —replicé el emperador— me fue enviado por el todopoderoso emperador de Japén, asi que no puede ser un invento, Quiero escuchar al ruisefior, quiero que esté aqui esta noche! jEs mi deseo!, y si no viene, toda la corte recibiré un golpe en el estomago, después de cenar. —Tsing-pe —dijo el caballero, y volvié a subir y bajar todas las escaleras, ya atravesar todos los salones y pasillos. La mitad de la corte también corri6, porque nadie queria recibir un golpe en el estémago. Todos preguntaban sobre el extratio ruisefior que el resto del mundo conocia, salvo la corte. Por fin encontraron a una humilde nitta en a cocina Ella respondi: B 16 —Pequeiia cocinera —dijo el caballero—, le conseguiré trabajo fijo en la cocina y el derecho de asistir a las comidas del emperador si nos conduce al ruisefior, porque fue invitado para esta noche. Y todos fueron al bosque, donde solia cantar el ruisefior; la mitad de la corte los seguia. En un ‘momento del camino comenzé a mugir una vaca. —iOh! —dijeron los cortesanos—. Ali est, qué cextrafia fuerza en un animal tan pequetio. Sin duda lo he oido antes. —No, son las vacas que mugen —replicé la pequetia cocinera—;aiin estamos lejos del sitio. Las ranas croaban en el estanque. —jHermoso! —dijo el dean de palacio chino—, ahora lo escucho, suena como pequefias campanas. —iNo! Son las ranas —exclamé la cocinerita—, pero creo que ya pronto lo oiremos. Entonces comenzé a cantar el ruisefior. —iAlli esta! —dijo la nitia—. Oigan, oigan, alli est —~y sefialé un pequetio pajaro gris sobre una rama. — es posible? —pregunté el caballero—. Nunca pensé que fuera asi (Qué simple es! Debe de haber perdido su color al ver tantas personas nobles a su alrededor. —Pequefio ruisefior —grité la nifia con fuerza—, nuestro gentil emperador quisiera que cantes para él —Con mucho gusto —contesté el ruisetior, y canté con todas sus fuerzas. —Parecen campanillas de cristal! —dijo el caballero—. Y miren la pequetia garganta. Es muy raro que nunca lo hayamos oido antes. Sin duda tendra mucho éxito en la corte. —,Debo cantar otra vez. para el emperador? — pregunté el ruiseftor, que crefa que el soberano estaba entre la multitud. —Mi admirable, pequelio ruiseior —dijo el caballero—, tengo la inmensa alegria de invitarlo auna fiesta esta noche en el palacio, donde podra maravillar a Su Alteza imperial con ese canto extraordinario, —Se disfruta mejor en el bosque —dijo el ruisefior, peto los siguié de buena gana cuando oyé que era el deseo del emperador. En el palacio todo habia sido lustrado, Las paredes yel piso, todos de porcelana, brillaban iluminados por muchos miles de lamparas de oro, Las més llamativas flores sonaban como campanitas por los pasillos, 7 20 Adebido a las carreras de los cortesanos y las corrientes de aire. En el centro del gran salon, donde estaba sentado el emperador, habian colocado una rama de oro, sobre la que habria de apoyarse el ruisefor. Toda la corte estaba presente y la pequeia cocinera tenia permiso para dquedarse tras la puerta, dado que ahora tenia el puesto de verdadera ayudante de cocina. Todos llevaban sus ‘mejores galas y miraban al pequefo pajarito, mientras clemperador asentia con la cabeza Y el ruisefior canté con tanta belleza que al emperador see llenaron los ojos de lagrimas, y corrian por sus mejillas. El canto del ruiseior fue aun mas espléndido, hasta legaral corazén, Elemperadorestaba muy feliz y dispuso que el ruisefior llevara su chinela de oro colgada al cuello, Pero el ruiseftor agradecio y dijo que habia recibido recompensa suficiente. —He visto lagrimas en los ojos del emperador, y representan para mi un tesoro incomparable. Las ligrimas de un emperador tienen un extratio poder. Dios sabe que he recibido recompensa —y canté ruevamente con su dulce y bendita voz. —Es la coqueteria més adorable que conozco — cexclamaban las damas a su alrededor y se llenaban la boca de agua para hacer gargarismos cuando alguien les hablaba; también se creian ruisefiores, Incluso los lacayos y las mucamas hicieron saber que se sentian satisfechos, lo cual quiere decir mucho porque son los as dificiles de complacer. Si, sin duda, el ruisefior impacté ala audiencia, ‘Ahora debia quedarse en la corte, tener su propia jaulay libertad para salir dos veces al diay una vez por la noche, Recibié doce sirvientes, y todos tenfan un hilo de seda atado a la patita del pajaro y lo sostenian con fuerza, No habia ningtin placer en esos paseos. Toda la ciudad hablaba del extraiio péjaro, y cuando dos personas se encontraban, lo tinico que uno decia era “rui” y el otro contestaba “sefior’, y ambos suspiraban y se entendian. Incluso once crias de ave fueron bautizadas con su nombre, pero ninguna de ellas cantaba. Un dia llegé un gran paquete para el emperador, afuera decia: Ruisefior. —Agui tenemos otro libro sobre nuestro famoso péjaro —dlija el emperador. a1 24 Pero no era un libro, sino una pequeiia obra de arte en una caja. Era un ruiseitor artificial, similar al verdadero pero totalmente cubierto por diamantes, rubies y zafiros. En cuanto se le daba cuerda, interpretaba una de las canciones que cantaba el verdadero péjaro, y la cola subia y bajaba, entonces el oro y la plata resplandecian. Alrededor del cuello colgaba una pequeia cinta con una nota que decta: “El ruiseiior del emperador del Japén es pobre comparado con el del emperador de China’ {Qué hermoso! —exclamaron todos, y el que habia traido el péjaro artificial recibio de inmediato el titulo de Proveedor de Ruisefiores Imperiales. —Ahora deben cantar a dio, Y los dos cantaron juntos, pero no funcionaba muy bien, porque el ruisefior verdadero cantaba a su manera y el pajaro artificial preferia los valses. —No tiene la culpa —explicaba el maestro miisico—, pose buen compas y es de mi escuela—. Entonces cant 1 pijaro artifical solo, con tanto éxito como el verdadero, ‘Ademas era més vistoso, billaba como una joya. Canté treinta y tres veces la misma pieza, sin cansarse. Los cortesanos la habrian escuchado con placer otra vez, pero el emperador consideré que ahora podia cantar unas canciones el ruisefior vivo... pero {donde estaba? Nadie noté que habia volado por la ventana abierta, de vuelta a sus verdes bosques. —Pero gqué es esto? —pregunté el emperador. Y todos los cortesanos discutieron y consideraron que el ruisefior era un animal muy desagradecido, —Pero tenemos el mejor psjaro —afirmaron, y el péjaro artificial volvié a cantar. Era la trigésima cuarta vez que ofan la misma pieza, pero ain no la sabian de memoria, porque era muy dificil. El maestro misico alababa al pajaro e incluso afirmaba que era mejor que el ruiserior verdadero, no sélo por sus ropajes y los ‘muchos diamantes, sino también en su interior. —Pues vean, mis sefiores, yen especial el emperador. En el ruiseior verdadero nunca se puede prever lo que vendré, mientras que en el pajaro artificial todo esta determinado, Asies y asi sera. Se puede comprender, se puede abrir y mostrar ala comprensién humana donde estan los valses, cémo van y cémo uno sigue al otro. —Estoy de acuerdo —dijeron todos y se permitié al maestro miisico que, el domingo siguiente, mostrara el Miaro al pueblo. 5 —Ellos también lo oiran cantar —dijo el emperador. Y lo oyeron y se sintieron tan felices como si se hubieran embriagado con té, lo cual es muy chino, y todos exclamaron: —Oh! —y levantaron el dedo indice, y asintieron con la cabeza, Pero los pobres pescadores, que habian oido al ruisefior verdadero dijeron: —Suena muy bello, se parece un poco, pero le falta algo, aunque no sé qué. El verdadero ruisefor fue exiliado del pats y del reino. El pajaro artificial tenia su lugar sobre un almohadon de seda, cerca de la cama del emperador, rodeado de todos los regalos que habia recibido, oro y Piedras preciosas. Su titulo habia sido promovido a Cantor de la Mesa de Luz Imperial, en el rango nimero uno de la izquierda, que el emperador consideraba més distinguido, dado que era el del coraz6n, que incluso en un emperador esté a la izquierda. Y el maestro miisico escribié veinticinco tomes sobre el péjaro artificial. Eran muy sabios y muy largos, e incluian las més dificiles palabras en chino, Todos decian que los habian leido y comprendido, de otro modo serian considerados tontos yrecibirian un golpe en el estmago. 28 Asi transcurrié todo un aio, El emperador, la corte y todos los demas chinos sabian de memoria cada gorjeo del canto del péjaro artificial, pero por eso mismo lo apreciaban aun més. Podian cantar a la par y silo hacian. Los nifios de la calle cantaban: “zie, ikluklukluk!, y Jo mismo cantaba el emperador. Sin duda era muy agradable Pero una noche que el péjaro artifical cantaba mejor que nunca, y el emperador yacfa en su cama escuchandolo, se oyé un ruido extrafio en el interior del pijaro; algo se solt todas las ruedas comenzaron a girary se detuvo la misica. El emperador salt6 répidamente de la cama e hizo llamara su médico de cabecera, pero no sirvié de nada. Entonces buscaron al relojero que, después de mucho hablar y revisar, logré hacer andar al_pajaro, pero aclaré que habia que usarlo con mucho cuidado porque el mecanismo estaba muy gastado y era imposible colocarle uno nuevo sin que afectara la miisica. Esto causé gran pena. Sélo'una vez por afto se atrevian a hacer cantar al péjaro artificial, y aun asi era bastante dificil. Pero entonces el maestro misico decia un discurso lleno de palabras diftciles y afirmaba que todo seguia igual que antes, y entonces todo seguia como antes. Pasaron cinco aiios y el pais se conmovié por una gran pena, porque todos amaban a su emperador, fl ahora estaba enfermo y se decia que no podia vivir més. Ya se habia elegido un nuevo emperador y el pueblo lenaba las calles le preguntaba al caballero cémo estaba el monarca. —iP! —exclamaba él y meneaba la cabeza. El emperador yacia frio y palido en su inmenso y ‘magnifico lecho, la corte lo creia muerto y todos fueron a saludar al nuevo emperador. Los mucamos corrieron hablar sobre ello las mucamas del palacio tomaban café, En todos los salones y pasllos se habia colocado alfombras para no hacer ruido. Todo estaba en silencio. Pero el emperador ain no habia muerto: yacia rigido y palido en el espléndido lecho con largas cortinas de terciopelo y pesadas borlas de oro. Arriba de todo estaba abierta una ventana y la hina brillaba sobre el cemperador y el pajro artifical, El pobre emperador casi no podia respirar, sentia 29 32 ‘una opresién sobre el pecho. Abrié los ojos y vio que Ja muerte estaba sentada sobre él y se habia colocado la corona imperial de oro, mientras sostenia el sable de oro del emperador en una mano y en la otra, su bandera. Entre los pliegues de las grandes cortinas de terciopelo alrededor de la cama asomaban cabezas muy extrafias, algunas muy feas, otras muy agradables: eran las buenas y las malas acciones del emperador, que lo miraban ahora que la muerte estaba sentada sobre su coraz6n. —;Lo recuerdas? —susurraban uno tras otro—. Lo recuerdas? —y le contaban tantas cosas que brotaron gotas de sudor desu frente. —Nunca lo supe —exclamé el emperador. Y reclamé:- iMusical jMusica! Que venga el gran tambor chino, para no oir todo lo que dicen. Y siguieron hablando, y la muerte asentia con la cabeza como un chino ante todo lo que decian. —iMisica! {Musical —grité el emperador—. Pequefio pajaro de oro bendito, canta, por favor, canta, Te he dado oro y regalos valiosos, te colgué la chinela de oro al cuello, ahora jcantal Pero el pajaro callaba, nadie le daba cuerda y asi no era capaz de cantar. La muerte seguia mirando al emperador con sus grandes y vacias érbitas, y todo estaba quieto, tan terriblementesilencioso, En ese momento, cerca de la cama, se oy6 el canto mas maravilloso; era el pequeiio ruisefor verdadero, sobre una rama, Habia oido sobreel estado denecesidad de su emperador y volé para cantarle como consuelo y esperanza. A medida que cantaba se hicieron més palidas las imagenes, la sangre comenz6 a correr mis répidamente por el debilitado cuerpo del emperador y Ja misma muerte se detuvo a escuchar y dijo: —jContinda, pequetio ruisefior, continia! —(Si, pero entrégame el magnifico sable de oro y el rico estandarte; entrégame la corona del emperador! Y la muerte le entreg6 todo lo que habia tomado a cambio del canto, El ruisefior siguié cantando sobre el silencioso cementerio, donde crecen rosas blancas y perfuman los arboles frutales, donde el pasto verde es regado por las lagrimas de los sobrevivientes. Entonces Ja muerte sintié nostalgia de su jardin y salié volando por la ventana, como una fria neblina blanca. 33 oer eT eee eee ec ed ronozco. Te exilié de mi pais y CCOn aR ee ees tee imagenes de milecho con tu canto, y ala muerte Seow eed Sec ee an rere mR ee eee eae cate SC Oe te a cee tee esd ‘el corazén del que canta, Pero duerme ahora, para despertar fresco y fuerte, Yo cantaré para ti. 36 Yanté, yel emperador se durmié en un dulce suetto. El sol brillaba a través de las ventanas cuando se desperté fortalecido y sano. Ninguno de sus sirvientes habia regresado, pues pensaban que habia muerto, pero el ruisefior seguia cantando. —Debes quedarte siempre conmigo —pidié el emperador—, Sélo deberas cantar cuando quieras y romperé el pijaro artifical en mil pedazos. —No lo hagas —replicé el ruisefior—, hizo lo mejor que pudo, Guardalo como siempre. Yo no puedo construir y vivir en el palacio, pero déjame volver cuando quiera, cuando asi lo desee, y vendré por las nochesa la rama cercana a la ventana y cantaré para ti, para que al mismo tiempo te sientas feliz y pensativo. Te cantaré sobre los que son felices y sobre los que sufren, te cantaré sobre lo bueno y lo malo que se oculta a tu alrededor. El pequefio pajaro cantor puede volar sobre la casa del humilde pescador, sobre el techo del granjero y de todos aquellos que estan lejos de ti y de tu corte, Amo més a tu coraz6n que a tu corona, y sin embargo ésta tiene cierto olor sagrado. Vendxé y cantaré para ti, pero debes prometerme una cosa. —jlodo! —exclamé el emperador, erguido en el traje imperial con el que 61 mismo se habia vestido, y con el pesado sable de oro contra su pecho. —Una cosa te pido: no le digas a nadie que tienes un pajarito que te cuenta las cosas, asi serd aun mejor. Yel ruisefior salié volando. Cuando los sirvientes entraron para ver a su emperador muerto se quedaron sorprendidos. Y el emperador los salud: —;Buenos dias! 7 sR tet h) Qué hermoso estaba el campo! Era verano. El trigo estaba amarillo y la avena, verde. El heno formaba parvas cerca de las praderas, donde la cigiteha se Pa en ee ea ee CeO oct E eect cee Cera rece Grandes bosques rodeaban los campos, y en ellos habia profundos lagos. ‘Si, sin duda el campo estaba ne Ceo ee a See Rumor one M ae ecco desde los muros hasta el agua crecian plantas con Foe OR CURE enya Teese! mantenerse de pie debajo de ellas. Tenian el mismo 40 aspecto enmarafiado que el bosque mas denso. Alli estaba echada una pata sobre su nido; debia empollar asus pequetios patitos, pero ya estaba cansada, porque tardaban mucho y rara vez recibia vis patos preferian nadar en los canales a venir y sentarse bajo una planta para conversar con lla, Por fin comenzaron a crujr los huevos, uno tras otro, Se ofa as. Los demas “pip, pip’ y parecia que todas las yemas de los huevos cobraban vida cuando asomaban las cabezas —Cuac, cuac —dijo ella, y todos la imitaron como podian, mientras miraban hacia todos lados, bajo las verdes hojas. La madre los dej6 mirar todo lo que uisieran, porque el verde es bueno para la vista. —iQué grande es el mundo! —dijeron todas las crias; aqui si que habia lugar, a diferencia del interior del huevo. —iCreen que éste es el mundo! —dijo la madre— No, el mundo se extiende hacia el otro lado del jardin, hasta el campo del pastor, pero nunca he estado alli Supongo que ya salieron todos — no estan todos. Falta el huevo més grande; cuanto tardard?, ya estoy muy cansada de esto —y se volvié a echar. se levanté—. No, —Bien, gcémo va todo? —pregunté una pata vieja que vino de visita, —Uno de los huevos tarda mucho —dijo la pata echada—, no quiere agujerear el cascarén, (Pero mira los otros! Son los patitos mas hermosos que he visto. ‘Todos se parecen a su padre, ese sinvergiienza que no viene a visitarme. —Déjame ver ese huevo que no quiere partirse — dijo la vieja—. Quizas sea un huevo de pavo. También a mime engafiaron asf una vez y tuve muchos problemas con esos hijos, porque le temen al agua, te diré. No podia meterlos en el agua; gritaba y picoteaba, pero no fue de ninguna ayuda. Déjame ver el huevo. Si, es un huevo de pavo, Déjalo aqui y enséfiales a los demas a nadar. —Me quedaré un poco més —dijo la pata—, ya he estado tanto que puedo soportar un poco mas. —Como quieras —replicé la vieja pata y se fue Por fin se abrié el huevo grande. “Pip, pip’, dijo la criay sali6, Era grande y feo. La pata lo miré y dijo: —iQué patito tan grande! No se parece a ninguno de los demas, {No sera un pavito? Ya veremos. Iré al ‘agua, aunque tenga que patearlo. a 44 Fl dia siguiente amanecié con muy buen tiempo: el sol brillaba sobre todas las plantas verdes. La mama pata salié al canal con toda su familia. Splashl, salté alagua. —Cuac, cuac —dijo y, uno tras otro, los patitos se arrojaron al agua, que les cubrié la cabeza, pero pronto subieron y nadaron con gran placer. Sus patitas se movian solas y todos estaban alli, incluso el feo pichén gris, —No, no es un pavo —dijo la pata—, miren qué bien mueve las patas, qué erguido se mantiene. Es mi hijo. De hecho es bastante bonito, cuando se lo mira bien. ;Cuac, cuacl, vengan conmigo. Los Ievaré a ver el mundo y los presentaré a los otros patos; pero manténganse cerca de mf para que nadie los pise, y cuidado con el gato. Y asi se unieron a los otros patos. Hacfan mucho ruido, pues habfa dos familias que se peleaban por una cabeza de anguila, y por fin se la lev6 el gato. —Ven, asi son las cosas en el mundo —dijo la mama pata y se relamié, porque a ella también le gustaba la cabeza de anguila—. Usen las patas —agregs—, muévanse rapido y saluden con la cabeza a esa pata vieja. Es la més distinguida de todas las que estan aqui. Tiene sangre espafola, por es0 es tan gorda; miren, tiene un trapo rojo atado a una pata, Es algo muy importante y el mejor reconocimiento que puede recibir un pato. Significa que se a quiere guardar y que debe ser reconocida por los animales y las personas. iMuévanse! No junten las patas. Un patito bien educado separa bien las patas como pap y mamé. A ver: saluden con la cabeza y digan: “(Cuac!” Yasi hicieron. Los demés patos que los rodeaban los miraron y dijeron en vor alta: —Miren un poco, como sino fuéramos ya suficientes. Y vean qué feo es ese patito. No lo toleraremos. Y enseguida volé un pato hasta alli y le picoted el cuello, —iDéjenlo! —exclamé la madre—, no le hace dao anadie, , pero es muy grande y diferente —dijo el pato que lo picé—, hay que alejarlo, —Qué hermosos patitos tiene esa madre —dijo Ja vieja con el trapo atado en la pata—, todos son hermosos, salvo ése, que no salié bien. Desearia que pudiera hacerlo de vuelta. 45 —No es posible, su seioria —dijo la mama pata—, no es hermoso pero tiene buena predisposicion y nada tan bien como los demas, incluso diria que mejor. Pienso que crecerd y se pondré bello, o que con el tiempo sera mas pequefio, Ha estado demasiado tiempo en el huevo, y por eso no adquirié la silueta adecuada, lo arreglé un poco en el cuello y le alisé el cuerpo—, Ademés, es un macho — agregé—, por lo que no importa tanto la belleza. Creo que tendré fuerzasy saldré bien. ¥ —Los demés patitos son hermosos —dijo la vieja—. Hagan de cuenta que estén en su casa, y si encuentran una cabeza de anguila me la pueden traer. , Ysse sintieron como en su casa. f Pero el pobre patito que salié i ~ iiltimo del huevo y se vefa tan feo fue picoteado, empujado y se burlaron de él, tanto los patos como las gallinas. —Es demasiado grande —decian todos, y ‘ el pavo que habia nacido con espolones y por ¢ 30 creia que era emperador se infl6 como < una nave con todo su velamen y lo embistié, El patito cayé y se ruborizé. El pobre patito no sabia dénde pararse o andar, y se sentia muy triste por ser feo y objeto de burlas. ‘Asi paso el primer dia, y luego las cosas empeoraron. El pobre patito era perseguido por todos, incluso sus hermanos eran malos y siempre decian: 48 —jSi tan sélo el gato te cazara, bicho feo! Yla madre decia: —jOjalé estuvieras bien lejos! Los patos y las gallinas lo picaban, y la muchacha que les servia comida a los animales lo apartaba con el pie. Entonces corrié y vol6 sobre el cerco. Los pequefios péjaros de los arbustos salieron volando asustados. “Es porque soy tan feo", pensé el patito y cerré los ojos, aunque siguié corriendo. Asi llegé hasta el pantano, donde viven los patos salvajes, y se qued6 durante toda la noche, cansado y triste. Por la mafiana remontaron vuelo los patos salvajes y Vieron a su nuevo compaiiero —:Qué eres ti? —preguntaron, yel patito se movié para todos lados y salud6 lo mejor que pudo. —Eres muy feo —

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