Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. CONCEPTO
Otra forma de definir la macroeconomía es considerar los principales problemas de los que
se ocupa. Los más importantes son los siguientes:
Por supuesto, cada uno de estos aspectos del funcionamiento de la economía puede ser
considerado también con una perspectiva más macroeconómica. Pero lo que distingue a la
macroeconomía es que estos problemas se abordan desde el punto de vista de los resultados
globales de toda la economía.
La economía es una ciencia que combina una vertiente positiva (explicación de los hechos
observados y desarrollo de teorías que nos permitan enunciar leyes generales sobre su
comportamiento) con una vertiente normativa (proposiciones de carácter valorativo en las
que se enuncian algunos objetivos deseables sobre el comportamiento de la economía y se
proponen los instrumentos más adecuados para alcanzarlos). Esta segunda vertiente da
lugar al desarrollo de políticas económicas, y éstas tienen una gran importancia en el campo
de la macroeconomía. Concretamente, los instrumentos principales de política
macroeconómica tratan de influir en los objetivos de renta, empleo, inflación y saldo
exterior, fundamentalmente a través de influencia sobre la demanda agregada:
2. La síntesis neoclásica
El pensamiento dominante desde los años cincuenta hasta los años setenta del siglo XX
integró las principales ideas keynesianas a corto plazo con las ideas clásicas a largo plazo.
Entre los economistas principales de esta corriente, aunque destacando también importantes
diferencias entre ellos, no puede dejar de citarse a J. Hicks, P. Samuelson, J. Tobin, F.
Modigliani, R. Solow o, en la vertiente monetarista de la síntesis, M. Friedman.
El concepto de expectativas racionales implica que los agentes económicos forman estas
expectativas utilizando toda la información disponible en ese momento y todos los
conocimientos disponibles, de forma que no cometen errores sistemáticos. Este concepto
tuvo implicaciones importantes para el núcleo de la macroeconomía vigente hasta entonces,
y sobre todo para algunas de las ideas y políticas desarrolladas a partir de las ideas de
Keynes. De una forma muy resumida, estas implicaciones son: los modelos utilizados hasta
entonces para predecir los efectos de las políticas económicas no eran adecuados, ya que en
ellos se consideraba que los agentes económicos permanecían pasivos ante los cambios
adoptados por las autoridades, cuando en realidad los anticiparían al formular sus
expectativas (Crítica de Lucas); las desviaciones de la tasa de paro respecto a su valor
natural tenían una duración mucho menor de lo que predecían los modelos keynesianos
(Curva de Phillips vertical); y en el análisis de la política económica es necesario considerar
el “juego” que se establece entre las autoridades y el público, apareciendo conceptos como
“credibilidad”, “inconsistencia temporal” o “reglas”.
En cuanto a la nueva economía Keynesiana, también incluye la idea de que debe tenerse en
cuenta al formular los modelos el comportamiento racional de los agentes. Pero, en cambio,
consideran que en la economía hay factores que generan rigideces nominales que provocan
un ajuste lento de los precios y los salarios y que hacen que siga siendo importante la idea
de que, a corto plazo, la economía puede alejarse del pleno empleo si la demanda agregada
se reduce. Por tanto, no puede prescindirse del papel de la política económica para regular
la economía, aunque se reconocen más dificultades para esta tarea que la que inicialmente
supusieron los primeros autores keynesianos.
V. EL CONSENSO EN MACROECONOMÍA