Para concluir, podemos decir que degradación del suelo es un problema ambiental importante

que afecta la productividad agrícola, la biodiversidad y el cambio climático, además de que esta
misma debe disminuir. La degradación del suelo es una preocupación seria para la seguridad
alimentaria mundial, así como para la preservación de los ecosistemas naturales y sus servicios
asociados. Sin embargo, existen varias soluciones para combatir la degradación del suelo.

Una solución para este problema es la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como la
rotación de cultivos, la labranza de conservación y la agrosilvicultura, y estas prácticas ayudan a
mantener la salud y la fertilidad del suelo, reducen la erosión y mejoran la capacidad de retención
de agua. Otra solución es la implementación de medidas de conservación del suelo, como la
construcción de terrazas, diques y zanjas de contorno para controlar la erosión del suelo.

Además, el uso de prácticas agrícolas orgánicas como la aplicación de estiércol y abono puede
ayudar a mejorar la salud del suelo y reducir el uso de fertilizantes y pesticidas que pueden ser
dañinos para el medio ambiente.

En general, la degradación del suelo es un problema ambiental grave que requiere una acción
urgente. La adopción de prácticas agrícolas sostenibles, la implementación de medidas de
conservación del suelo y el uso de prácticas agrícolas orgánicas pueden ayudar a prevenir la
degradación del suelo y promover la salud del suelo. Al tomar medidas para combatir la
degradación del suelo, podemos garantizar la sostenibilidad de nuestros sistemas agrícolas,
preservar la biodiversidad y mitigar los impactos del cambio climático.