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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

FACULTAD DE CONTADURÍA Y ADMINISTRACIÓN


LICENCIATURA EN MERCADOTECNIA

CUENTO NO VIOLENCIA

MATERIA:
DEONTOLOGÍA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

ALUMNO:
GALICIA USCANGA OSCAR MICHELL

DOCENTE:
JENNY FER MIRANDA VALDEZ

GRUPO M3

FECHA DE ENTREGA: 25 ABRIL 2022


Era el año 2012, en la Ciudad de Phoenix, una mujer llamada Isabel se graduaba
como médico cirujano en la Universidad de Tucson, en Arizona. Era una
estudiante sobre saliente, donde ella junto a su mejor amiga Christina se mudaron
a un vecindario relativamente tranquilo para poder llegar con mas facilidad al
trabajo que habían conseguido, el cual era una clínica donde hacían de asistentes.

Pasó un año y medio, Isabel había conocido a un hombre en un bar, dicho sujeto
se le acercó y comenzaron a hablar.

— ¿Eres de por aquí? — Preguntó el hombre con una gran seguridad.


— Sí, vivo a 5 calles de aquí – respondió Isabel.
— ¿De verdad? Nunca te había visto por aquí, debes ser nueva -
— En realidad, no, trabajo en una clínica como doctora, y nos dieron unos días
libres por la temporada de frío, es la primera vez que vengo. – atenuó
Isabel un poco nerviosa
— Impresionante, ¿quieres un trago? Desde siempre me ha gustado la
medicina, sirve que me platicas un poco más – Dijo el tipo.

Isabel voltea a ver a Christina, y, asintiendo con la mirada la apoyó para que fuera
a la barra.

— Puedo preguntar, ¿cuál es tu nombre? – Dijo el extraño hombre


— Sí, es Isabel
— Isabel… agradable nombre. Yo soy Stephen, encantado de conocerte.

Ambos se quedaron charlando un buen rato, hasta que terminaron ebrios,


Christina la esperó y llevó a su casa a Isabel, Stephen se fue con sus amigos. Al
día siguiente, el teléfono de Isabel vibra mientras Christina le preparaba el
desayuno.

Desconocido_10:42

— Buenos días, Isabel, espero hayas llegado bien a casa. Soy Stephen, el
sujeto de anoche, espero me recuerdes.
Desorientada Isabel fue con Christina a pedirle una explicación de lo que había
pasado esa noche.

— Conociste a un tipo, se te acercó y fueron a la barra a beber, estuvieron allí


cerca de 3 horas, te veías tan feliz, por lo que no quise interrumpir y ser
aguafiestas. – Contestó Christina.
— Ahora recuerdo… no lo sé, Chris, me cayó muy bien pero no me da gran
confianza, sigue siendo un extraño.
— No seas amargada, dale una oportunidad, y si no te gusta o llama la
atención, lo sacas de tu vida y listo, eres especialista en ello. Además, se
ve que le gustaste, hubieras visto la cara de ambos, estaban perdidos uno
del otro. – Dijo Christina bromeando,
— ¿Ah sí? Te juro que no recuerdo mucho, recuérdame no tomar Whisky en
mi vida. Y está bien, seguiré hablando con él, pero si llego a necesitar algún
consejo o algo por el estilo, quiero que estés ahí.
— Claro que sí, si necesitas algo, no dudes de que aquí estoy para ti.
— Te quiero infinitamente, Chris.
— Y yo a ti, Isa, ahora ve y contéstale el mensaje a Stephen, se ve que es
guapo. – Dijo Christina en tono de broma.
— Entendido, eso haré, pero yo lo vi primero tonta. – Respondió Isabel
continuando la broma.

Yo_10:51
— ¡Hola! Claro que te recuerdo, ¿cómo estás?
Stephan_10:52
— Con un poco de resaca, pero bien jaja, ¿tú cómo estás? ¿Todo bien?
Yo_10:52
— Genial, me alego. Yo estoy con un pequeño dolor de cabeza, pero nada
grave
Stephan_10:53
— Demonios, ¿ya comiste algo?
Yo_10:53
— Mi amiga Christina está ayudándome con el desayuno, ¿y tú?
Stephan_10:53
— Vale, ya, terminé justo ahora. Oye… te quería preguntar, ¿al rato quieres ir
a comer?
Yo_10:54
— Claro, me encantaría, ¿a qué hora?
Stephan_10:54
— ¿Te parece a las 14:00? Hay un restaurante justo enfrente del bar
Yo_10:54
— Me parece perfecto, te veré ahí.
Stephan_10:55
— Hasta entonces.

Isabel corrió a decirle a su amiga la noticia de que Stephan la había invitado a una
cita, Christina se emocionó al igual que ella.

Más tarde, la cita había sido todo un éxito, Isabel se veía feliz tras haberse
encontrado con Stephen, que con el tiempo dejó de volverse el sujeto extraño que
conoció en un bar que tanto veía Isabel.

Pasó el tiempo y las cosas entre Isabel y Stephen se fueron dando bien, a tal
punto en que se casaron y tuvieron dos hijas, sin embargo, como en cualquier
relación, tuvieron sus discusiones y diferencias.

Isabel ya tenía su propio consultorio, terminó su residencia y en esa misma clínica


estaba trabajando, aún con el corto tiempo que tenía libre, más las dificultades que
tenía de pasar tiempo con sus hijas, Isabel cumplía como madre, pues ella se
aseguraba de que no les faltase nada a sus pequeñas. Por el otro lado a Stephen
lo “despidieron” por recorte de personal supuestamente, él se encargaba de llevar
y traer a las niñas de la escuela, ayudarlas con sus tareas, vestirlas, entre otras
actividades que le competían como padre.

El declive de la relación estaba por comenzar, pues a Isabel en unas vacaciones


fue a visitar a sus padres, quienes viven en Orlando. Stephen decidió quedarse,
para, según él, aprovechar el tiempo y buscar trabajo. Los días pasaban y
Stephen no se reportaba, no les llamaba ni a su esposa, ni a sus hijas. Así que
Isabel, junto a las pequeñas deciden hacerle un vídeo a su papá desde Disneyland
donde le dicen lo mucho que lo admiran y quieren. Tampoco se supo nada de
Stephen.

Días más tarde, Isabel tiene una discusión muy fuerte por teléfono con Stephen,
pues le recriminó que qué tanto hacía que no le permitía tener comunicación con
su familia, esa fue la última vez donde hablaron hasta que regresaron a casa.
Tiempo después y con el paso de los días, se fueron reconciliando, y
aparentemente todo iba normal, hasta que Isabel le da la noticia de que espera
otro bebé de Stephen, su reacción fue tan inesperada que entró en shock y no le
quedó más que sonreír.

Las cosas volvían a estar raras en la familia, sobre todo por Stephen, quien se
seguía comportando extraño al llegar más tarde de la cuenta en su búsqueda por
encontrar trabajo.

Un día, le dicen en la clínica a Isabel que van a tener que salir de la ciudad,
porque ocurrió un terremoto y muchas personas salieron heridas, así que estará
fuera de casa por un tiempo. La hija mayor, Julie, tiene una videollamada con su
madre

— Mami, ¿cómo estás? Te extraño mucho, ha estado viniendo una señora


extraña a casa.

Ante eso, Isabel preocupada le pide una explicación a Stephen.

— Está bromeando, las niñas han estado viendo mucha televisión estos
últimos días, no les hagas caso. – Dijo Stephen nervioso.

Isabel no podía dejar de pensar en ese tema, entonces le llamó nuevamente a su


hija Julie, le dijo que la iba estar llamando contantemente a su iPad para saber un
poco más de la mujer que llega a su casa.
Nunca más regresó esa mujer a la casa de la familia, así que Isabel le creyó a
Stephen y pensó que simplemente era la imaginación de sus hijas.

Finalmente terminó el arduo trabajo del equipo de doctores de Isabel, al fin pudo
regresar a casa, Christina fue por ella al aeropuerto y la dejó justo en la entrada de
su casa. Al entrar el ambiente se sentía diferente, pero no dijo nada, era tanto su
cansancio que simplemente cayó rendida.

A la mañana siguiente Christina estaba esperando la llamada de Isabel, pues


habían quedado de verse afuera de su casa porque tenía su cita mensual con el
ginecólogo para saber cómo iba su próximo bebé. La llamada nunca llegó.
Christina llamó y llamó, y ninguna entraba, ella sabía que algo andaba mal, porque
su carro estaba estacionado. Tocó la puerta y fue inútil, así que llamó al 911 y
entraron a la casa, no había nadie a simple vista, subieron al segundo piso y
estaba todo desordenado. En el cuarto donde dormía la pareja estaba Stephen en
el suelo con la cabeza ensangrentada, el cuarto de las niñas estaba
completamente vacío. Inmediatamente se hizo la búsqueda para encontrar a
Isabel con sus hijas.

Esa misma noche, Isabel llegó a la fiscalía para contar los hechos, resulta que
cuando despertó Isabel, Stephen estaba asfixiando a una de sus hijas con una
sábana, dijo que estaba en completo estado de ebriedad, Isabela lo enfrentó y
este atacó su vientre, por lo que Isabel tomó un florero y se lo estrelló en la cabeza
causando que este se desmayara. Afortunadamente Isabel había puesto una
cámara dado el aviso que le hizo Julie cuando estaba de vacaciones, por lo que
efectivamente habían sido los hechos como los contó.

Stephen había entrado en coma, se recuperó y lo mandaron a prisión por tentativa


de feminicidio y de aborto contra el bebé que esperaba su esposa.

El daño mental y físico que provocó Stephen a la familia de Isabel fue tanto que
solamente yendo a terapia pudo salir adelante. A tal grado de cambiar su lugar de
trabajo, y empezar una nueva vida con sus hijas.

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