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El primer peronismo y sus

propuestas de planificación
cultural para las artes escénicas
Por Yanina Andrea Leonardi

E
l proceso de desperonización ini- donde se volcaron los resultados de la
ciado en septiembre de 1955, a investigación realizada por la Comisión
partir del golpe de Estado llevado Nacional de Investigaciones–, a partir del
a cabo por la autodenominada Revolución enunciado “Este no es un libro de historia,
Libertadora, significó no solamente la pero servirá para escribirla”, el contenido
persecución de su militancia, el exilio de de esa publicación definió los argumentos
su líder y la censura de su simbología, que sintetizaron las políticas culturales
sino también el silenciamiento y estig- oficiales de los dos mandatos de gobierno
matización de sus políticas públicas. En de Juan Perón. Es así que asistimos a un
el caso particular de la labor realizada en relato que se constituía a partir de la reite-
el ámbito de la cultura, asistimos por años ración de algunos tópicos como la existen-
a la difusión de un relato conformado por cia de las “listas negras”, la manipulación
lugares comunes que provenía tanto de pe- cultural, el arte como propaganda política,
riodistas como de historiadores con el fin el derroche de dinero, la postulación de
de denunciar lo acontecido en el período una cultura chabacana, entre otros, que
peronista. En efecto, tal como se mani- pretendía sintetizar recurrentemente el
festaba en las primeras palabras del Libro panorama cultural de las políticas imple-
negro de la Segunda Tiranía –publicación mentadas durante el primer peronismo.

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La predominancia de ese relato perduró comprende al intervencionismo estatal
en el tiempo y aún en la actualidad pervive en el área de la cultura en esa época. Sin
en algunas voces a la hora de analizar o embargo, cabe señalar que esto no implica
narrar lo acontecido en el área de la cul- la clausura total de resabios de ese relato
tura oficial de aquellos años. Si bien exis- estigmatizador.
tieron investigaciones y publicaciones que
Las consideraciones recientemente ex-
ofrecían otras lecturas y valiosas claves
puestas nos indican que adentrarse en el
que funcionaban como nuevas entradas
estudio de la cultura durante el primer pe-
para analizar el período –tal es el caso
ronismo requiere casi de modo obligato-
del libro El habla de la ideología de Andrés
rio la tarea de desmantelar cada uno de los
Avellaneda editado en 1983–, en términos
sentidos impuestos sobre lo acontecido en
generales se trató de acontecimientos
esos años con el fin de alcanzar una lectu-
aislados que no pudieron contrarrestar
ra más lúcida sobre esa parte de nuestra
la visión dominante. En los últimos casi
historia, en particular, sobre aquellos as-
veinte años, y a partir de políticas públicas
pectos que puedan ofrecer herramientas
que fomentaron la investigación científica
para comprender y accionar sobre nuestro
incluyendo el área de las Humanidades, ya
presente. Nos referimos particularmente
sea desde las universidades como desde
al rol del Estado en la cultura y su interpe-
los organismos científicos, se conformó
lación a los sectores populares, cuestiones
una prolífica producción a la que podemos
fundamentales a la hora de pensar un pro-
denominar como “estudios sobre peronis-
yecto de país inclusivo.
mo”, que ofrecen nuevas lecturas, saliendo
de una recurrente visión que consideró al En esta oportunidad, y desde un enfoque
peronismo como una “excepcionalidad” histórico, nos interesa revisar aspectos de
en la historia argentina. De este modo, los modelos de la planificación cultural
esta producción académica ha ido des- del primer peronismo diseñados para las
mantelando el relato propio del proceso de artes escénicas. A partir de algunos de sus
la desperonización, a la vez que presenta- rasgos dominantes como la democratiza-
ba un panorama mucho más complejo en ción del patrimonio cultural preexistente
lo que respecta a diverso ordenes consti- y la creación y modernización de las insti-
tutivos de este fenómeno político y que tuciones oficiales, consideramos relevante

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reflexionar sobre algunas de las estrate- fue la creadora de instituciones oficiales
gias empleadas, como los usos estratégi- de trascendencia para la composición y
cos del espacio y la institucionalización de desarrollo del campo de esas prácticas
la enseñanza artística estatal en tanto he- artísticas. Dicha Comisión fue integrada a
rramientas efectivas a la hora de articular las políticas públicas a partir de 1946.
la política con las instituciones oficiales y
Por otra parte, el intervencionismo esta-
la sociabilidad.
tal del primer peronismo no puede con-
siderarse como un hecho aislado ya que
I. respondía a un clima de época. Debemos
comprenderlo en un contexto donde, tal
Con el fin de abordar lo acontecido entre
como señala Patricia Berrotarán, las es-
los años 1946 y 1955, dejando de lado una
trategias planificadoras instaladas con
mirada que ubique al peronismo como
fuerza una vez culminada la Segunda
una excepcionalidad, tal como ya señala-
Guerra Mundial respondían a la necesi-
mos más arriba, resulta necesario esta-
dad de refundar un nuevo pacto social con
blecer relaciones con el período anterior,
la ciudadanía y a la convicción de que el
conformándose así un panorama cultural
Estado era capaz de modificar el rumbo
que contiene rupturas pero también conti-
de los fenómenos económicos y sociales.
nuidades con los años preexistentes, tanto
Sectores ideológicos diversos coincidían
con las políticas oficiales como con las ex-
en la necesidad de asegurar la legitimidad
periencias militantes dadas en la primera
del Estado, de sus estructuras y sus inter-
mitad del siglo XX. En el caso de la incur-
venciones, constituyéndose así aparatos
sión del Estado en el área de la cultura, es
estatales fuertes capaces de controlar el
la Comisión Nacional de Cultura creada a
territorio, las actividades y la sociedad
mediados de la década del treinta el ante-
(2004, pp. 15-16).
cedente directo del intervencionismo es-
tatal practicado por las políticas de los dos Entonces, el intervencionismo estatal
mandatos de gobiernos de Perón. Se trató en material cultural del peronismo, que
de una agencia estatal destinada a la pro- significó el primer diseño de una plani-
moción y gestión del arte y la cultura, que, ficación cultural desde el Estado, puede
en el caso particular de las artes escénicas, sintetizarse en las siguientes medidas que

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fueron sus rasgos dominantes y a las que en las provincias y jurisdicciones muni-
consideramos como claves para leer la po- cipales, y tuvieron desde estos últimos
lítica cultural para las artes escénicas del ámbitos grandes puntos de coincidencia
primer peronismo: la democratización del y variantes específicas con respecto a la
patrimonio cultural existente, la inclusión labor nacional. En todas estas planifi-
de nuevos sectores sociales en el consumo caciones estatales se consideraba al arte
cultural, y la creación y modernización de como una herramienta pedagógica a la
las instituciones culturales tanto de índole vez que habilitaba la inclusión social de
artística como educativa, y como conse- nuevos sectores que hasta el momento
cuencia de esta última, la promoción de la permanecían marginados, que operarían
profesionalización del artista. como factores determinantes a la hora
de construir consenso en una sociedad
Cabe señalar que esta especificidad del
reticente a la incorporación de las masas
abordaje de la cultura, a partir del dise-
a la vida social, política e incluso cultural.
ño de carteras específicas y la formación
En efecto, esa inclusión de los sectores
de cuerpos técnicos especializados a la
populares de modo masivo al consumo
vez que la producción de fundamentos
cultural ocasionó hondas transformacio-
adecuados para estas políticas, durante
nes que podríamos entender en términos
muchos años fue sintetizada por la inves-
de una modernización cultural sin la cual
tigación académica y periodística como
resulta imposible comprender el desarro-
una mera burocratización del área y el
llo de la cultura argentina en las décadas
desarrollo de estrategias controladoras de
posteriores.
un Estado autoritario sobre la cultura.
Una de las estrategias empleadas por
estos modelos de planificación cultural
II.
implementados por el primer peronismo,
El diseño y ejecución de una planificación y en particular en el área de las artes escé-
cultural estatal durante este periodo fue nicas, consistió en el uso y apropiaciones
un proyecto concreto, donde se estable- de los espacios estatales. Asistimos a un
cieron objetivos, fundamentos y orga- proceso de resignificación de determina-
nismos específicos para llevarlas a cabo. dos espacios oficiales, muchos de ellos pa-
Aconteció tanto a nivel nacional como radigmáticos de la cultura nacional, que

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hasta el momento habían permanecido Otra de las estrategias empleadas en fun-
ajenos a los sectores populares. En un claro ción de convocar a este nuevo público, fue
gesto de democratización cultural, las ins- la conformación del espacio urbano como
tituciones culturales oficiales recibieron y espacio del espectáculo, donde las masas
conformaron durante diez años a un nuevo se transformaron en público. Con el objeto
público, ofreciendo variados contendidos de descentralizar la cultura, se llevaron al
entre los que se destacaban aquellos repre- espacio público las programaciones de los
sentativos de lo nacional. De este modo, teatros oficiales, en particular de aquellos
teatros oficiales como el Teatro Nacional más elitistas como el Teatro Colón, con
Cervantes, el Colón y el Argentino de La funciones gratuitas y masivas. A la vez
Plata, entre otros, ofrecieron un repertorio se crearon nuevos escenarios al aire libre
de teatro y danza con el fin de democrati- como los anfiteatros del Parque Centenario
zar el patrimonio cultural y formar nuevos o el Martín Fierro en La Plata. Es así como
consumidores. Aunque muchas veces se estas prácticas participarían activamente
ha observado la intención homogeneiza- de un proceso de integración social, que
dora de la cultura en estas propuestas, en implicaba la expansión y redistribución de
la práctica nos encontramos con los inten- una oferta cultural oficial en un radio más
tos de legitimación de una cultura popu- amplio del que se había realizado hasta el
lar –en clara interpelación a los sectores momento.
populares–, junto con contenidos de la El fomento de las prácticas artísticas de
alta cultura tanto nacional como foránea. tipo vocacional fue otra de las estrategias
Todas estas prácticas conformaron un empleadas en función de interpelar a
potente circuito oficial que convivía con el los sectores populares. Dicha estrategia
comercial y el independiente, y que no so- debemos analizarla junto con la institu-
lamente albergaba a nuevos consumidores cionalización de la enseñanza artística,
sino también a nuevos productores cultu- en tanto medida complementaria. Desde
rales. Concretamente, este circuito oficial las políticas públicas se alentó la produc-
representó una nueva fuente laboral para ción de un arte vocacional tanto de tipo
numerosos artistas, incluyendo aquellos gremial, militante como comunitario,
de extracción popular, quienes accedían a con fines recreativos. Es así que elencos
él por primera vez. o grupos de tipo amateur que realizaban

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funciones en asociaciones étnicas, socie- hasta la actualidad borrando muchas ve-
dades de fomento, parroquias, bibliotecas ces su fecha fundacional. Se trataba de
barriales, entre otros espacios de orden ofrecer desde el Estado instituciones de
comunitario, fueron promocionados con renombre con acceso gratuito y libre para
convocatorias a concursos, certámenes y todos los sectores de la sociedad, despla-
festivales organizados por el Estado. Se zando así a las academias privadas como
trataba de jerarquizar prácticas artísticas único acceso a una enseñanza artística. Y,
populares que conformaban parte de la de ese modo, también plantear la necesi-
sociabilidad de esos sectores desde fines dad de formar artistas profesionales, ins-
del siglo XIX. El ejemplo más claro fue cribiéndose así en un imaginario donde el
la realización de los certámenes de teatro arte también se ofrecía como una vía de
vocacional organizados por la Comisión trabajo, contrarrestando otras concep-
Nacional de Cultura en el Teatro Nacional ciones donde arte era entendido en tér-
Cervantes, entre 1946 y 1955. Allí se reunie- minos de militancia, tal como sucedía en
ron elencos populares de distinta índole: el movimiento del teatro independiente.
de clubes, sindicatos, agrupaciones de Además, esta promoción desde el Estado
izquierda, incluso elencos militares. Los hacia la profesionalización y el trabajo de-
premios contemplaban la inclusión de jaba abierta una puerta a dos cuestiones
esos actores y actrices destacados en el que aún se encuentran en debate: la con-
elenco oficial, en un claro gesto de pro- formación de un artista trabajador y su
mocionar la profesionalización de esos correspondiente sindicalización.
agentes. Y junto con ello, la promoción de
la formación artística de carácter institu-
III.
cional que perseguía el mismo objetivo.
Aquí debemos considerar el rol fundador La incursión del Estado en la cultura a tra-
de estas políticas públicas en relación a la vés de una planificación durante el primer
enseñanza artística: de estos años datan peronismo tuvo un impacto dinamizador y
innumerables conservatorios de orden modernizador de la misma, contrariamen-
municipal, provincial y nacional, no solo te a lo que se había afirmado anteriormen-
dedicados al arte escénico, sino al arte en te. Por ejemplo, esa intervención estatal
general, muchos de los cuales perduran potenció cuestiones trascendentes para las

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artes escénicas, tales como la profesiona- intervención del Estado potenció y mul-
lización de sus agentes, cuya repercusión tiplicó las actividades de la sociedad civil,
puede observarse en la década del sesenta. aun de aquellos agentes contrarios a las
políticas del peronismo.
Además, esa planificación cultural preten-
día tener un carácter fundacional, y en ese Ahora bien, frente a esta experiencia
sentido definió contenidos en términos de acontecida hace más de setenta años, cabe
patrimonio cultural que contemplaban la preguntarse sobre la trascendencia de la
variedad regional de la Argentina. La crea- misma en nuestro presente. En principio,
ción de una cultura oficial con intenciones observamos la productividad de una pla-
de democratización en la constitución y nificación a nivel nacional que establezca
difusión de sus contenidos fue uno de los vínculos con otras de índole provincial o
aciertos a la hora de interpelar a los secto- municipal, a la hora de abordar la cultura
res populares en función de su inclusión. argentina en su complejidad y diversidad.
La selección y formación de cuerpos téc- En décadas posteriores, la concepción de
nicos conocedores de la cultura del pueblo una planificación en estos términos fue
en su diversidad fue otra de las cuestiones postergada, y, por ende, se vio obstaculi-
que posibilitaron la selección de conteni-
zada una visión nacional abarcadora de
dos que fueron jerarquizados en tanto pa-
la cultura argentina que contemplase sus
trimonio cultural nacional. Es cierto que,
numerosas variantes regionales. En las
tal como se le cuestionó muchas veces, el
políticas públicas que intentan tener una
peronismo no trajo novedades en términos
mirada abarcadora de la cultura nacional,
estéticos; por el contrario, promocionó en
se observan prácticas concentradas en los
general una cultura preexistente. Pero lo
grandes centros urbanos, que, por otra
novedoso radicaba en la masividad de las
parte, muchas veces presentan caracte-
acciones llevadas a cabo por instituciones
rísticas similares en sus propuestas que
y formaciones estatales modernizadoras,
tienden a homogeneizar la cultura de esos
y la conformación de nuevos consumido-
espacios entre sí, desatendiendo así la es-
res y productores culturales. La presen-
pecificidad de cada uno de ellos.
cia y actuación del Estado no significó el
aplacamiento de la sociabilidad cultural En este panorama, el campo de las ar-
previa al peronismo. Por el contrario, la tes escénicas experimentó un abandono

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progresivo, y las prácticas de instituciona- del primer peronismo y su formación de
lización del arte por parte del Estado da- cuadros técnicos provenientes de las nu-
tan del período abordado anteriormente. merosas zonas de nuestro país, que con-
Es cierto que a fines de los años noventa templaron la cultura argentina en su com-
con la creación del Instituto Nacional del plejidad, brindándole a la cultura popular
Teatro y otras entidades específicas del un espacio considerable y forjando una
área se potenció el campo de las artes es- instancia de interpelación e inclusión de
cénicas, pero con prácticas que responden esos sectores. Porque toda intervención
solamente a una política de fomento. del Estado en la cultura no debe reducirse
La otra cuestión considerable para el pre- a una promoción de las artes, sino tam-
sente de la experiencia pasada, que está bién a construir formas de sociabilidad y
directamente vinculada a la existencia estrategias de inclusión cultural, social, y,
de la planificación, es la formación de sobre todo, política
cuerpos técnicos conocedores de nuestra
cultura, incluyendo la cultura popular en
Bibliografía
todas sus variantes regionales. En el pre-
sente, si bien se registran profesionales Avellaneda, A. (1983). El habla de la ideología.
especializados en gestión desempeñan- Buenos Aires: Sudamericana.
do en algunos casos el rol de técnicos, se Berrotarán, P. (2004). La planificación como
advierte que recurrentemente su mirada instrumento: políticas y organización en el
responde a una concepción urbana y pro- Estado peronista (1946-1949). En P. Berrotarán,
gresista de la cultura que limita una gran A. Jáuregui y M. Rougier (Eds.), Sueños de
cantidad de prácticas culturales y artís- bienestar en la Nueva Argentina. Estado y políticas
ticas vigentes en los sectores populares. públicas durante el peronismo 1946/1955 (pp. 15-
En ese sentido, recuperar la experiencia 45). Buenos Aires: Imago Mundi.

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