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Jonan Garrison es el jefe de máquinas a bordo de una nave espacial.

Él
es un adicto al trabajo que nunca sale de su puesto. Después de dos años
de trabajo sin parar, planea asistir a la convención más grande de
tecnología en el universo.
Eli está una carrera contra el tiempo. Creó un arma que puede destruir
planetas. Su jefe planea liberar el poder en la convención de tecnología.
Decidido a detener la matanza, Eli se propone destruir el arma. Él no
contaba con encontrar a su compañero en el camino.
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La atracción instantánea salta entre Jonan y Eli, pero Jonan no puede
entender a Eli. Él es un rompecabezas al que le faltan algunas partes.
Cuando sigue a Eli, lo encuentra rompiendo cosas en una zona segura y
colocando bombas.
Dividido entre la justicia y ayudar a sus compañero, Jonan tiene que
hacer una elección. Con los hombres persiguiéndolos decididos a
capturar a Eli, tienen que correr. ¿Podrá Jonan perdonar a Eli por sus
mentiras? ¿Eli puede aprender a confiar en Jonan con toda la verdad?
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04 El Inteligente Compañero
de Jonan
Capítulo Uno
Jonan comprobó la lista. Repasó los números. Cuando llegó a la parte
inferior, regresó arriba y volvió a verificar. Todo parecía estar correcto,
pero un error o un acontecimiento imprevisto podrían arruinarlo todo. En
su línea de trabajo, un número con un punto decimal incorrecto o un 4
error de cálculo en una ecuación y la nave volaría por los aires. Al menos
con las piezas dispersas por todo el espacio, nadie sabría la razón detrás
de la explosión, pero estar muerto debido a un único punto brillante le
molestaba.
― La información no cambiará aunque la mires durante una semana.
― Hubo una pequeña pausa cuando Jonan volvió la cabeza hacia el
altavoz. ― Haces un gran trabajo, así que deja de obsesionarte.
Jonan negó con la cabeza por la actitud relajada del capitán. Si él no
supiera que el hombre era bueno en lo que hacía, estaría preocupado,
pero Tyran no se preocupaba por los pequeños detalles como él.
― Capitán, ¿olvidas cuando construí un motor y calculé el combustible
necesario para activar el mecanismo de inicio y entonces la cosa explotó?
― Estamos de vuelta al capitán. ― Dijo la palabra capitán como si
fuese un nombre desagradable, más que una descripción exacta de su
posición. Se aclaró la garganta, en otro gesto exagerado. ― Teníamos
diez años. Han pasado décadas desde entonces y nunca repetiste el
mismo error.
― Si cometiera un error por descuido, y explotase. ― Hubo una larga
pausa mientras consideraba esa posibilidad. ―Seguiríamos estando vivos,
pero habría sido un error estúpido. Yo sé más que nadie, incluido tú, que
soy capaz de hacer estas cosas. Este error es imposible de olvidar.
La habitación estaba en silencio mientras los viejos recuerdos volvieron
a surgir. La explosión, causada por un error de cálculo en una de dos mil
ecuaciones, había sido un descuido. No había excusa para un simple
error, ni siquiera a su corta edad. Se obligó a empujar hacia abajo el
recuerdo de la furia de su padre cuando revivió la escena. La ira no era
por la posibilidad de que podría haber sido herido. Si hubiera perdido un
brazo, entonces podría haber sido perdonado, pero la sangre no
derramada sólo alimentó el fuego de la furia de su padre. La ira estaba
controlada a veces, pero cualquier ofensa real o imaginaria podría
reavivar la llama. Durante tres años vivió bajo el pulgar del tirano. El
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abuso sólo se detuvo cuando se incorporó al servicio y fue por eso que
nunca volvió a casa. Como un guerrero en entrenamiento, optó por cortar
los lazos familiares y abrazar la carrera Warsarian. Muy pocos fueron tan
lejos. Los lazos familiares podría allanar el camino hacia el éxito, y su
padre había sido un líder militar condecorado. Se esperaba que usara las
conexiones, pero entonces odiaba al hombre demasiado para ser ligado a
él de alguna manera.
― Lo siento, Jonan. Mis palabras no eran para recordar el pasado.
Él levantó una mano.
― No. Recorrimos un largo camino desde entonces. Ese error se
merecía el castigo que le siguió.
Theo resopló cuando entró en la estación de acoplamiento.
― Nadie merece una paliza que rompe los huesos y deja el cuerpo
molido durante semanas. O el abuso verbal que nunca se terminó.
Miró a sus dos amigos. Theo Stark y Tyran Holden habían estado con él
desde que llegó a la primera academia con cuatro años edad. Los
Guerreros Warsarian enviaban a sus hijos tan pronto como fueran
capaces de correr sin avergonzar a sus padres. Ser rápido era el primer
paso para convertirse en un guerrero fuerte. Luego venía la capacidad de
infligir dolor. Eran una raza de bastardos de corazón frío, y en algunos
días, se sentía como su líder. Nada lo conmovía. Él había visto de todo.
Los hombres tenían los lados oscuros que él anticipaba y esperaba. No
había ningún elemento sorpresa en su vida. Tal vez tenía que salir más.
Esto podría ayudarle a sentir de nuevo.
― Basta ― Theo se quejó. ― Estás pensando demasiado duro otra vez.
Tyran resopló.
― Más bien como un pensamiento excesivo.
Ambos amigos suyos lo miraron, desafiando a Jonan a cuestionar su
evaluación. Nada había cambiado entre ellos en las décadas desde que se
conocieron. De las risas a la muerte, habían pasado por todo.
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Tomó una respiración profunda.
― Voy a dejar un manual a Barden. Es un buen ingeniero y experto en
tecnología. Si pasa algo, él puede manejarlo.
― Teniendo en cuenta que no estamos dejando la estación espacial sin
ti a bordo, no tengo ninguna duda de que puede manejar una nave
parada. ― Tyran le dio una mirada que le dijo que dejara de preocuparse.
― Nunca he estado fuera durante tanto tiempo.
Theo suspiró.
― Tienes que salir más, si dos días es demasiado tiempo.
Tyran asintió.
― No me había dado cuenta antes, pero nunca sales.
― Alguien tiene que quedarse en la nave. Yo soy el tercero al mando.
― Él levantó una ceja cuando sus dos amigos desviaban la mirada.
Cuando ellos salían a jugar, él permanecía a bordo para asegurarse de
que no pasaba nada.
― Incluso el tipo de las reparaciones necesita un descanso. Han
pasado años desde que fuiste a la Convención Intergaláctica de
Tecnología. Este año debe ser especial ― Theo concluyó, dándole una
sonrisa maliciosa que los hombres a menudo se dan unos a otros cuando
hablaban de sexo.
En lugar de alimentar la creencia de su amigo de que tenía previsto una
cita secreta que incluía sexo salvaje, dijo la verdad.
― Elijah Narvin estará hablando. Su teoría ha cambiado la forma en
que pensamos acerca de los viajes espaciales. Ahora los científicos están
tratando de aplicarlo en la comunicación interespacial. El hombre es un
genio. Ha estado ahí desde hace siete años, y desde entonces, ha
cambiado la forma en que los científicos e ingenieros piensan. El
simposio será su primera aparición pública.
― Vas a oír a un médico hablar sobre los avances en la ciencia y la
ingeniería. ¿Es eso? ¿Es por lo menos guapo o viejo y aburrido? ―
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Preguntó Theo.
― Él no es un médico. El hombre es un genio, pero nunca estuvo en un
instituto de enseñanza, porque él no tiene créditos. Él es simplemente
brillante.
Tyran sonrió.
― Alguien está enamorado.
Parpadeó por la provocación evidente. ¿Desde cuándo el capitán
bromeaba? El hombre era tan serio que los bebés dejaban de jugar para
darle toda su atención. Era todo negocio y sin sonrisas, pero últimamente
había cambiado.
― No acabas de decir eso. ― Tal vez el estrés estaba jugando con él y
se imaginó las palabras. No había manera de que el Capitán Tyran Holden
fuera juguetón.
Theo se rió.
― Desde el apareamiento, él se excede. ― Un brazo se posó en el
hombro del capitán.
Tyran miró a Theo.
― Eres un charlatán. ¿No te gustaría dar un paseo guiado por tu
gatito?
― Kaden está demasiado nervioso para explorar en forma humana.
Está más cómodo como un gato en torno a una gran cantidad de
hombres. ― Theo sacudió la cabeza con incredulidad. ―Encima, se enoja
cuando no lo llevo a una cita fuera de la nave. Él probablemente
cambiaría antes de terminar la cita y empezaría a silbar y gruñir a todos
los que nos rodeasen. Él es muy sensible cuando es mucho más bajo que
todos los demás.
Mientras que Theo se quejaba, una sonrisa apareció en la cara del
guerrero cuando hablaba del shifter gato. Theo amaba a Kaden más que
a nada, y cada una de las peculiaridades de su gatito hacía reír al
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guerrero. Algo que no había hecho mucho antes de encontrar a su pareja.
No existía esta parte en Jonan. Él no se reía de estupideces o en realidad
sonreía. ¿Él perdió eso? ¿Podría perder algo que nunca tuvo? Al menos
nadie tenía sus bolas entre sus dedos. Sus amigos no se daban cuenta,
pero estaban domesticados.
Aun así, ¿era tan malo? La felicidad chorreaba de ellos. Estaban tan
apasionados por sus compañeros que ver tanta dulzura le daba dolor de
dientes. Se aclaró la garganta.
― A lo que iba. Todo está controlado.
― Una nave te llevará hasta el planeta ― dijo Tyran.
― No es necesario. El ascensor principal va a hacerlo. No necesito una
nave privada. ― Eso era lo último que quería. Mientras que sería bueno
aterrizar en su caza, el resto del mundo no apreciaba que un buque de
guerra viniera hacia ellos. En cuanto a un servicio de transporte de
pasajeros, era un gran desperdicio.
― No voy a discutir contigo. Pero gasta algo de dinero. Viajar en un
ascensor lleno de personas apestosas y ruidosas o en una nave contigo
sólo son tus dos opciones, y tú eliges el ascensor maloliente y ruidoso ―
dijo Tyran.
― Sólo la realeza cambiaría una forma viable de transporte debido a su
nariz. ― Tyran era un miembro de la familia real de Warsarian. Lo
suficientemente lejos de la cima para poder respirar, pero lo
suficientemente cerca como para ser molesto.
― Suficiente ― La voz de Theo cortó. ― Si esto sigue así, nunca vas a
dejar la nave.
Tyran rió.
― Eso es cierto. ― Miró a Jonan. ― Axel Technology Group es anfitrión
de la conferencia y del simposio de este año ― Tyran dijo con una pizca
de interrogación.
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Jonan asintió.
― Son más secretos que los espías del gobierno. En los últimos siete
años, sus innovaciones tecnológicas han cambiado nuestra forma de
pensar. Con la adición de Elijah Narvin, ninguna otra compañía de
tecnología se compara. Para ser honesto, me sorprende que acordaran en
acoger la sede. Ellos no necesitan publicidad.
― Estoy de acuerdo. Ellos quieren una palmadita en la espalda por un
gran trabajo o hay algo que quieren revelar ― Tyran añadió.
Jonan estuvo de acuerdo.
― Todos los mejores científicos estarán allí para encontrarse con Elijah
Narvin. Es su primera aparición en el escenario intergaláctico.
― No es una estrella de rock, solo un científico ― dijo Theo.
― Entre los científicos, es más grande que una estrella de rock ― dijo
Jonan. No le sorprendió que Theo no supiera los nombres de los mejores
científicos. Pasaba su tiempo libre leyendo acerca de política, viajes
espaciales no intergalácticos o bio―computadoras. El conocimiento de
Tyran le sorprendió. No sabía que su capitán tuviera un interés en la
tecnología que fuera más allá de sentarse frente a una de las naves más
difíciles de la galaxia.
Tyran le pasó un brazo por el hombro y lo llevó hasta la puerta del
muelle.
― Ponte en marcha. Si no vas a tener un servicio de transporte privado,
tienes un puente aéreo para coger. ― Miró a su ordenador de muñeca.
― Tu fin de semana comienza ahora. No vuelvas furtivamente de nuevo a
bordo. Relájate y disfruta.
― Encuentra un hermoso culo donde hundirte. Folla tu camino a través
de la Convención ― Theo añadió antes de darle un guiño que nunca
perteneció a la cara del poderoso guerrero.
Estos dos siguen pensando que el simposio y la convención eran una
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excusa para calentar su polla. En lugar de discutir, Jonan aceptó la
despedida. Sin ninguna razón para quedarse, cogió su bolso y salió por la
puerta de embarque del muelle.

La estación espacial estaba llena con docenas de diferentes razas. Sin


límite en el número de personas permitidas en la estación al mismo
tiempo, la zona estaba llena de cuerpos. Atravesarla no era seguro con
tantos niños y ancianos. No era un problema para él. Era mucho más alto
que todos, pero mucha gente podría perderse o ser arrastrada por la
multitud. El evento atrajo a visitantes de todo el universo. El verlos a
todos aquí convirtió el hecho en real. Este era sólo el comienzo. Durante
los siguientes dos días, él estaría luchando para moverse a través de
grandes multitudes. Los ánimos se exaltarían y peleas sucederían.
Exactamente lo que quería, una pelea en la que estaba mal matar a los
que estaban en su camino.
Se abrió paso entre los cuerpos, mientras que la masa de gente se
quedaba aglomerándose alrededor de la estación. Miró por la ventana
hacia los oscuros kilómetros del planeta rojo abajo. La mayor parte del
agua fluía bajo la superficie, dejando la arena, color rojo oscuro, seca.
Incluso los árboles eran de color rojo y los únicos con hojas de color rojo
sangre oscura apenas crecían. Pero con todas las condiciones adversas, el
planeta prosperó y se convirtió en el centro de la tecnología.
Deslizó su ordenador de muñeca sobre la puerta del ascensor del
muelle. Ella se abrió. Se introdujo en el interior, apartando a un hombre.
Su billete le llevó a un asiento en el fondo del transporte espacial. Pasó a
través de cuerpos hediondos que apestaban a sudor. Un dolor de cabeza
ya estaba formándose por la vibración constante.
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Tal vez debería haber tomado una nave particular. Él cerró los ojos. No
estaba dispuesto a admitir que Tyran tenía razón. No, esto era mejor,
menos molestias. Si tomara una nave, tendría que pagar las tasas de
aterrizaje y de combustible. Un guerrero podría haber ido con él, pero la
nave se habría vuelto a la nave principal sólo para volar de regreso en dos
días para recogerlo, una pérdida de dinero y recursos.
¿Cómo iba a saber que el ascensor sería tan malo? Habían pasado dos
años desde que había abandonado la nave por placer y diez desde que
había tomado un ascensor público a un planeta. Mientras que los otros
guerreros viajaban, exploraban y follaban su camino a través del espacio,
él se concentró en su primer amor, la nave. La Lucky Mate era todo lo que
necesitaba. Ella lo mantenía ocupado durante el vuelo a través del
espacio. Sólo los mejores combustibles, materiales y equipos entraron en
El Compañero de la Suerte, de los cañones de iones que rasgaban
escudos como un cuchillo caliente la mantequilla, a los replicadores de
comida que producían el mejor alimento artificial en la galaxia. Lo había
tocado todo a bordo, haciéndolo diez veces más eficiente. Pocos notaron
sus mejoras, pero estaba bien. Él quería facilitarles sus vidas. No era
necesaria ninguna palabra de agradecimiento.

Eli no era espontáneo. No iba con la corriente. Todos los aspectos de


su vida fueron planeados, pero no por él. La agenda exhibida en el
ordenador de su muñeca pesaba. Quería rasgar la cosa fuera de allí y
dejarla caer en un charco de ácido y recorrer todos los días, sin planes,
pero la necesitaba. La cosa horrible le ayudaba a prepararse para las
partes terribles de su vida, tales como reuniones con su jefe.
El hombre era el mal con buen aspecto. Él alimentaba el futuro de los
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niños, destruyendo mundos y comprando escuelas, dejando a miles de
niños sin educación adecuada e incapaces de unirse a las escuelas
intergalácticas. Entonces, iba y vendía contratos de servicio que estaban a
poca distancia de la esclavitud para la gente pobre, infeliz y sin
educación. Eso es lo que hacía por caridad.
Eli cerró la agenda. Pronto, él no necesitaría más la agenda detallada
planeando cada segundo del tiempo, perdiendo tiempo sólo para
respirar. Ya que él hacía eso todo el día y puesto que necesitaba aire para
vivir, no trataron de controlarlo. Mientras que quería tirárselo en sus
caras, una parte de él sospechaba que si lo hiciera, encontrarían una
manera de controlarlo. No quería atraer sobre él la atención del mal.
Viajes al baño eran cuidadosamente insertados en la programación diaria.
Lo peor eran las comidas. Había tres programadas, pero algunos días él
necesitaba tiempo para compensar problemas no planificados. Para Eli,
nada era más importante que la comida, pero él no consiguió meter nada
en la lista, así que si la comida era sacrificada, no había nada que pudiera
hacer al respecto.
Segundos separaban los diferentes eventos. En un momento él estaba
diseñando un sistema informático y al siguiente tenía una de las comidas
regulares, que duraba siete minutos, pero en realidad nunca tuvo siete
minutos para comer. Si el programa necesitó más tiempo que el
permitido, las comidas se reducirían hasta ese momento. Incluso si el
sistema no se había configurado correctamente, lo que no era su trabajo,
tenía que corregirlo antes de pasar al siguiente elemento de la lista. Cada
segundo perdido fue castigado. Era como si ellos estuvieran entrenando
a un animal doméstico. Sé bueno y come, si eres malo, muérete de
hambre. Los peores días significaban falta de alimentos por completo y
los mejores días significaba conseguir cuatro minutos para comer. Pero él
no se quejaba porque había sido peor. Tres comidas era una gran mejora
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sobre una comida al día que tenía antes. Se había desmayado del hambre
y de la privación del sueño, lo que resultó en dos días sin trabajo.
Llamaron a un médico para atenderlo. Desde entonces, sus condiciones
de vida se habían vuelto un poco humanas. Incluso le pusieron un
sistema de refrigeración y calor en su habitación para ayudarle a dormir.
El fundador de la empresa, su jefe de mierda, Axel Gray, lo descubrió
hace diez años. Era un científico adolescente que diseñó un nuevo motor
que requería menos combustible y viajaba más rápido a través del
espacio utilizando la materia oscura. La idea se tradujo en un producto, y
Gray quería que trabajara para Axel Group. Lo que no sabía en ese
momento era que el grupo se convertiría en su propietario. Hoy esto
cambiaría. Sólo unos minutos y ya no se inclinaría y pretendería ser
manso. Sería libre. Mientras que él merecía todo el dolor, esto no era
sobre él. Mucho estaba en juego para que él permaneciera preso.
Los músculos de Eli se pusieron tensos. Pronto Escapar del Señor del
Mal comenzaría. Está bien. Eso era un poco duro para un nombre, pero
todo gran plan tenía un nombre, y Un Plan Para Escapar simplemente no
funcionó para él. Especialmente cuando un error haría que la horrible
existencia de Eli se convirtiera en insoportable. Terminaría encadenado a
una mesa en una habitación con un baño en la esquina, no detrás de una
puerta o escondido de la vista, sólo allí, para que todo se pudiera hacer
desde esa habitación. Él tendría guardias para "protegerle" a él.
Ciertamente, esto es lo que diría Gray, pero estarían allí para verlo y evitar
que entrara en contacto con la palabra salida. Eli resopló. Él no tenía
nadie a quien llamar. Hasta ahora, todo el mundo se había olvidado de él
o pensó que era demasiado arrogante para llamarlos. Si tuvieran alguna
fe, lo habrían buscado, pero llegaban regalos que supuestamente eran
suyos y eso fue todo. Su familia creyó las mentiras y nunca intentó hablar
con él. Él cerró los ojos. Incluso cuando vivía con ellos, nadie quería
hablar con él. Esta es una razón por la que buscó otras oportunidades,
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pero él prefería el frío silencio a la prisión.
El ordenador de muñeca vibró. Tomó una respiración profunda y contó
hasta cero. Esta era su única oportunidad.
La pantalla del ordenador en una pared del fondo parpadeó en rojo. Eli
respiró hondo. Eso fue todo. Dio dos pasos hacia la puerta y esperó. Los
hombres corrieron a resolver el problema. Buena suerte con eso. Todas
las pantallas de los monitores se pusieron rojas. Sonó una alarma. Se
movió a lo largo de la pared exterior. Sólo unos segundos más y,
enseguida, a correr. Los sistemas informáticos comenzaron a recalentarse
cuando su virus hizo que los procesadores trabajaran a través de
ecuaciones sin fin. Cuando el humo llenó la habitación, se precipitó hacia
la puerta.
Las luces parpadearon en el pasillo, pero no se detuvo y nadie le
preguntó. Se acercó al armario donde él escondió su equipo de escape.
Después de verificar que la zona estaba vacía, tomó una respiración
profunda y corrió hacia el interior.
Con sólo unos pocos minutos hasta que alguien notase su
desaparición, prácticamente arrancó la parte superior del traje de trabajo
fuera. Cogió su bolsa y sacó el cuchillo. Suavemente, lo presionó en su
brazo, lo probó contra su piel. La sangre goteaba desde el corte. Excavar
en su carne podría llevar horas antes de que llegara al chip de rastreo y
podría dañar el tejido sin posibilidad de reparación. Eli tenía que correr el
riesgo. Cerró los ojos y se puso la mano en el cuerpo con sus poderes
psíquicos. El chip era más pequeño de lo que pensaba, pero lo envolvió
con energía y lo movió a través de la sangre. Con el bisturí, cavó en su
piel y utilizó su poder para sacar el chip de su cuerpo. Sus piernas
vacilaron, pero obligó a su cuerpo a permanecer de pie. La chispa de
poder drenó su energía, pero no tenía tiempo para colapsar. Golpeó un
paño sobre la herida para detener el flujo de sangre. Consciente de que
no podía dejar un rastro de sangre, se subió la cremallera de su traje de
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trabajo.
No había vuelta atrás. El chip de seguimiento se había ido y de alguna
manera sabía que su, "Oh, él simplemente se cayó de mi brazo, a través
de un corte que parecía como el de un bisturí. Qué casualidad" le
supondría una paliza.
Con su ordenador de muñeca, invadió parte del sistema que aún
seguía funcionando. En tres minutos, incluso si fallase, el edificio estaría
totalmente a oscuras. Introdujo el código apropiado y clicó. Tomó una
respiración profunda para calmar los latidos de su corazón. Ahora tenía
que salir del edificio antes de que todos los sistemas fallaran.
A medida que pasaban los segundos, su corazón latía con más fuerza.
Tantas cosas podrían ir mal. Cada vez que pasaba alguien por la
habitación, trató de parecer confiado, todo el tiempo pensando que
deberían haber escuchado los latidos de su corazón, pero nadie se
detuvo. Alguien finalmente se daría cuenta de que salió de la sala
principal de tecnología. Ahora el problema desconocido los mantenía
enfocados, pero cuando se supiera que alguien saboteó el sistema, lo
buscarían. Si no fuera porque era verdad, estaría molesto por la
acusación. Entonces alguien haría la temida pregunta "¿Dónde está Eli?"
Necesitaba estar fuera de este lugar antes de eso.
Las personas a cargo de las puertas dobles estaban fuera. El humo del
sobrecalentamiento de los equipos pasó a través de las aberturas. Cuatro
guardias mantuvieron las puertas abiertas mientras una masa de gente
salía. Se metió en el mar de cuerpos y maniobró a través de ellos. Cuando
llegó a la puerta, una alarma roja comenzó a sonar. Los guardias trataron
de contener a la multitud, pero fue cómo detener un desbordamiento
con las manos. Él utilizó esto para su ventaja y se abrió paso entre todos
ellos. Otros hombres le siguieron mientras que las personas gritaron
cuando las puertas empezaron a cerrarse, atrapando al resto en el
interior. Barras gruesas se deslizaron sobre las ventanas y puertas. Todo
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dentro estaba apagado y el edificio estaba en silencio con el modo de
bloqueo iniciado. No iba a esperar que alguien lo detuviera y le
interrogara, corrió hacia el centro de convenciones. Mientras caminaba,
se quitó el ordenador de muñeca y lo dejó caer en el suelo. Si alguien lo
cogiera los guardias seguirían su señal por el momento. Entonces,
después de darse cuenta de su error, irían a los puertos espaciales.
Esperaba que le diera tiempo suficiente para detenerlos. Su futuro no
comenzaría hasta que arreglase este lío. Muchas vidas estaban en peligro
para que él pudiera irse, y él no quería construir su nueva vida sobre los
cuerpos de las personas inocentes que matarían con sus invenciones.
Capítulo Dos
El centro de convenciones se encontraba dentro de un complejo
enorme. Jonan clicó en el ordenador de muñeca para levantar el mapa
holográfico y silbó. Él sabía que el lugar era grande, pero esto estaba más
allá de su imaginación. En el interior del edificio había un hotel, un centro 17
de convenciones, un centro comercial, varios restaurantes, un acuario, y
una sala de cine, un centro de recreación para los niños, y la lista seguía.
Desde el exterior, se dio cuenta de que el edificio estaba en la esquina,
pero nunca pensó que el complejo ocuparía todo el bloque. Al leer sobre
las distintas instalaciones, no dijo wow como la mayoría de la gente. Él
estaba por encima de eso.
Los suelos de mármol muy limpios brillaban con la luz reflejada en
ellos. Se acercó a la mesa y dos hombres se precipitaron hacia él. Una
mirada a la derecha, seguido por una mirada a la izquierda y sabía que
estos dos trabajadores ansiosos querían servirle.
Los tres se quedaron uno frente al otro. Mientras los miraba, los otros
dos hombres se miraron el uno al otro como si estuvieran perdidos en un
problema complejo del que no sabían la respuesta. Uno de ellos tenía
que irse, pero ambos se quedaron como elegantes estatuas rígidas. Se
dirigió hacia el mostrador, a la espera de que los dos dirimieran la disputa
territorial antes de llegar allí.
Él no tuvo esa suerte. Los dos hombres sonrieron y él frunció el ceño.
Nadie se iba. Con un suspiro, dijo:
― Reserva de Jonan Garrison.
El hombre más alto, que estaba de pie más próximo a él presionó la
pantalla táctil, mientras que el otro hombre sonrió.
― Bienvenido, señor. La convención de este año va a ser increíble.
Asegúrese de parar y visitar nuestro centro de la ciencia. El Axel
Technology Group lo llenó con la última tecnología. Es realmente
sorprendente.
― Gracias. ― Su tono brusco dejó claro que lo último que quería era
recibir el argumento de venta, pero el hombre más pequeño no parecía
darse cuenta.
― Tenemos los mejores restaurantes. Algunos son conocidos por toda
la galaxia. Tres de ellos son nuevos. Diseñados para atender a los
visitantes que llegan.
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Antes de que Jonan pudiera ordenar al hombre más bajo que se
callara, el más alto de los dos levantó la reserva.
― La suite penthouse.
― Esa es una suite increíble. Numerosos dormitorios, una cocina, dos
baños, y un montón de espacio, señor. ― El hombre más bajo
balbuceaba pareciendo no notar los ojos muy abiertos de Jonan mientras
continuaba vendiendo el hotel.
Se volvió hacia el hombre más alto. Tal vez entendió mal. Suite
penthouse. Cuarto nivel del suelo. Los dos podrían haberse confundido si
él estuviera borracho, pero por desgracia no era así. Lo que significaba
que el hombre había dicho penthouse.
― Se ha producido un error. Reservé una habitación pequeña en un
nivel mucho más bajo. Una habitación de menor precio, sin ventanas. ―
Eso debería establecer las cosas. Sólo las personas más pobres se
alojaban en los pequeños dormitorios, tipo caja sin aire fresco. Las
ventanas se consideraban un lujo y un balcón una adición obscena.
Mientras que podía permitirse el lujo, los gastos eran gastos y el
penthouse gritaba gasto.
― No, su habitación es sin duda la suite penthouse. Reservada y
pagada por Tyran Holden.
― Disculpe. ― Tal vez debería ver al médico del hotel. Tenía que haber
algo mal con su audición. No había manera de que su amigo lo pusiera
en una suite penthouse como un amante barato.
Bueno, tal vez, era más como una puta cara, pero todavía era
inadecuado. ¿En que estaba pensando el capitán? Nunca pisaría el
interior de una de las lujosas habitaciones y mucho menos dormiría en
ella.
― El conjunto no es necesario. ¿Hay alguna otra habitación? Quiero
algo más pequeño y más barato.
― Lo siento señor, con la convención, estamos llenos. ― Los dos
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hombres se congelaron. Entonces el hombre más pequeño comenzó a
temblar como si el mundo se acabara, porque Jonan Garrison no estaba
contento con un maldito cuarto. ¿Qué diablos estaba pasando?
― Bien, cancele el pago actual y voy a transferir el dinero de mi cuenta.
Nadie va a pagar mi cama, sólo yo.
― Eso no es posible, señor. El dinero no puede ser transferido de
nuevo. Parece que fue parcialmente pagado con créditos. ― El hombre
más alto lo miró con ojos vidriosos. Ambos estaban al borde de un
ataque de pánico. En lugar de ver a los dos hombres pasar por algo tan
estúpido, asintió.
― Bueno, entonces. ¿Por qué no me muestra el cuarto? ― Su tono era
lo suficientemente frío como para convertir el agua en hielo, pero los dos
funcionarios escucharon las palabras, incapaces de interpretar nada
aparte de su aceptación.
El hombre más bajo extendió la mano a por el maletín, pero Jonan se
negó a dejarlo ir.
― Señor, yo debería llevarlo.
― No ― La única palabra de respuesta debería haber sido suficiente,
pero el otro hombre trató de agarrar su bolso.
― Debo. Usted es un invitado. Queremos hacerle feliz.
Estudió al hombre más bajo. Si él le dijera que nada le haría más feliz
que él se bajara los pantalones y se agachara, el hombre estaría
mostrándole su culo.
― Va a hacerme feliz llevar mi maleta a la habitación. ―
Afortunadamente, el empleado no hizo ningún comentario sobre Jonan
no usando la palabra suite. Si pudiera, quitaría esa palabra de su
vocabulario.
― Bueno, si le hace feliz, entonces por supuesto que va a estar bien. ―
Entonces él prácticamente saltó hacia el ascensor. Cuando llegaron a la
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puerta, el otro hombre extendió el brazo en un gesto respetuoso que lo
condujo al interior. Una parte de él quería apartarlo y utilizar el ascensor
solo, pero no pudo. Estos dos podrían hacer algo estúpido como cortarse
una mano para no dejar que el ascensor subiera sin ellos o arrancarse un
ojo por perderlo de vista. Algo estaba seriamente mal. La dedicación le
recordaba a los hombres que adoraban a una deidad, y su dios era él, y,
posiblemente, cualquiera que se quedara en la suite penthouse o
simplemente en el hotel. Mentalmente repasó diferentes especies. No
podía recordar a una tan sumisa y con ganas de agradar como estos dos.
Cuando llegaron a las enormes puertas dobles, su ordenador de
muñeca sonó. Introdujo el código de acceso y los controles de la
habitación se sincronizaron con él. Las puertas se abrirían ahora sólo con
sus controles, o al menos eso es lo que quería pensar. Con un poco de
ajuste, estaba seguro de ello. Nadie se colaría aquí sin que él lo supiera.
La puerta se abrió y se volvió hacia el hombre sombreando sus pasos.
― Eso es todo.
― ¿Qué pasa con la gira?
¿En serio? ¿Desde cuándo un hombre necesita un paseo en una
habitación de hotel? Forzó una sonrisa que debía haber sido aterradora si
los pasos del hombre nervioso hacia atrás eran cualquier indicación.
― No es necesario.
― Oh, está bien. ― Y con una respuesta excesivamente alegre, se
volvió y salto de nuevo hacia el ascensor mientras silbaba una alegre
melodía.
En lugar de pensar en el mundo extraño en el que había entrado, entró
en la habitación y se congeló cuando miró hacia el techo de la catedral.
La suite del ático desperdició una posible segunda planta. La bolsa cayó
de su hombro cuando él se hizo cargo de la grandeza del lugar.
El lujo no era nuevo para él. Su padre era uno de los hombres más ricos
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de su pueblo. Cuando era un niño, su habitación era casi tan grande
como esta, pero odiaba cada momento dentro de ella. Había mucho que
limpiar, y la prueba del guante blanco semanal a menudo le costó una
paliza. No importaba cuánto tiempo limpió el lugar maldito, el guante
nunca se mantuvo limpio.
Su padre había sido un monstruo. Es por eso que odiaba el dinero.
Nunca compraba por placer. La avaricia de ganar más dinero volvió a su
padre un tirano que intentó forzar su creencia en él. Todo lo que Jonan
vio era superfluo. Nadie necesitaba tener decenas de viviendas.
La habitación en la que permaneció era espaciosa, pero el mobiliario
elegante colocado debía haber costado una fortuna. No quería tocarlo.
Su padre castigándole, acerca de las manos sucias en la madera o
arrastrando barro en la casa, volvió a él. A diferencia de la mayoría de las
casas Warsarian, la casa de su padre estaba decorada para imitar modelos
de otros planetas. Era como si el hombre no quisiera pertenecer a la raza
orgullosa de guerreros.
¿Por qué demonios había Tyran hecho eso? En el fondo, sabía que su
amigo tenía buenas intenciones, pero esto era demasiado. Temblando
ante la frialdad del espacio, dejó caer la bolsa y bajó las escaleras.

Eli se mezcló con los trabajadores. Una tarea fácil, ya que todos ellos
llevaban el mismo traje azul de trabajo soso con Axel Technology
apegado por todas partes. La propiedad del complejo del Grupo Axel, era
otro ejemplo de una larga lista de ostentación. Axel Gray siempre quería
lo mejor. Uno nunca era suficiente. Este complejo fue el primero de
muchos. El mismo edificio existía hoy en diez planetas. Si alguien
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construyese uno mejor, aunque nadie más era lo suficientemente
arrogante como para hacerlo, Gray tiraría abajo todo el complejo y lo
reconstruiría dos veces más grande. En cuanto al hombre que lanzó el
reto, probablemente no intencional, sufriría un accidente.
Él se estremeció. Pensar en el idiota no estaba ayudando. Él tenía que
centrarse en las cosas importantes, como salvar vidas. Con el inicio de la
convención, nadie tenía tiempo de mirarlo. Cuerpos empujaban hacia
atrás y hacia delante en una furia. No era más que una de las muchas
ratas corriendo. Se frotó la muñeca desnuda. Sin un sistema portátil,
estaba caminando sobre una cuerda floja. Un empujón y él caería en el
infierno. Para la siguiente parte, él necesitaba un ordenador para entrar
en el sistema. Mientras todo el mundo estaba impresionado con la
riqueza, él estudió la tecnología de las cámaras de sensores de calor. Si
iba a ser atrapado, no sería por el brillo acentuado de una lente.
Él bajó la cabeza lo suficiente para que su cabello alborotado marrón
cayera sobre su cara, ocultándolo de la cámara. Esto sólo funcionó
porque seguridad no estaba buscándolo aquí. Pero las cámaras de
vigilancia eran un problema. Sin un dispositivo portátil, no podía entrar
en la alimentación de la cámara para cegarla. Si bien no lo estaban
buscando, aún estaban viendo, y se darían cuenta de que un hombre
entraba en un área restringida y accedía al sistema principal.
El caminar de aquí para allá no era la respuesta. No es que él estuviera
esperando alguna divinidad susurrando en su oído. El aprendió hace
mucho tiempo que estas cosas no existían para él. A continuación, una
chispa de inspiración le golpeó cuando vio a los trabajadores con trajes
idénticos que pasaban. Se unió al grupo, igualando su paso y al instante
mezclándose. Dejaron el vestíbulo y fueron más profundo en el complejo.
El grupo se detuvo como si hubiera encontrado una pared. Uno a uno, los
hombres se trasladaron a un escáner de cuerpo completo. Pánico lo llenó.
A pesar de su débil poder, no podría romperlo.
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Se mordió el labio y se metió en las sombras. Después de un par de
minutos, la habitación estaba limpia. Cuando nadie estaba mirando, al
menos nadie con ojos, se dio la vuelta y regresó a su ruta.
Se agarró a la pared exterior, con la esperanza de evitar que las
personas durante la investigación se dieran cuenta de su cambio de
acción. Él bajó la cabeza y se alejó de la multitud.
Su mano temblaba mientras descansaba en el bolso negro presionado
contra su cadera. Ahora nadie lo buscaba, pero si seguía moviéndose o al
acecho, alguien se daría cuenta. Sabiendo lo que había en la bolsa el vello
de sus brazos se levantó. La cantidad de explosivos ocultos en el interior
no lo enviaría a la cárcel. No, no tendría tanta suerte. Lo matarían antes
de decir una palabra. No había suficientes explosivos para destruir el
complejo. Esta no era su intención. Él no era un asesino. No, eso no era
cierto. Sus inventos habían asesinado, pero matar a todos los aquí
presentes no estaba en su lista de tareas. Aun así, para evitar la muerte de
millones de personas, necesitaba destruir la maldita arma.
Él bajó la cabeza avergonzado. Sin disculpa y sin redención. Deshacerse
de la máquina no era suficiente porque las manos manchadas de sangre
nunca podrían ser limpiadas.
Incluso como cautivo, tenía una opción. Lo obligaron a trabajar al
privarle de alimentos y hacer de su vida un infierno, pero eso no
significaba que tenía que cooperar. Él podría haber mejorado
replicadores de alimentos. Había tantas cosas no letales que explorar.
Pero eso era el pasado y él no podía volver. Su vida no valía el arma que
había creado. Puesto que Axel Technology Group iba hacia la dominación
del universo, tenía que concentrarse en detenerlos. Después de todo, esto
era su culpa. Ahora necesitaba solucionarlo antes de que fuera
demasiado tarde.
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El ascensor se abrió, pero con la cabeza baja de vergüenza, Eli no pudo
evitar la colisión cuando un muro de acero llegó delante de él. Cayó hacia
atrás y sostuvo la bolsa en el estómago cuando se cayó de culo. Él siseó
de dolor. Ahora más que nunca, él deseó un poco más de relleno en el
trasero. Cuando levantó la cabeza, ojos marrones oscuros lo miraron. La
mirada envió un escalofrío por la espalda. Él abrió la boca para
disculparse, pero se congeló. Salvaje cabello oscuro caía en los hombros
del hombre. El guerrero empujó hacia atrás el cabello rebelde con las
manos grandes y poderosas que podrían romperlo en dos o hacer que su
cuerpo ronroneara con necesidad. Músculos abultados debajo de una
chaqueta de cuero apretada pecaminosamente, que se adhería como una
segunda piel al cuerpo divino frente a él. La lengua de Eli humedeció los
labios mientras se imaginaba lamer cada centímetro de piel bronceada
oscura del guerrero.
Un gruñido trajo a su pene a la vida. El sonido ronco pertenecía a sus
sueños eróticos llenos de lujuria. Anhelaba a este hombre. Ansiaba sus
toques. Tomó cada gramo de su fuerza de voluntad para no arrastrarse
sobre las manos y las rodillas y bajar los pantalones del guerrero y lamer
su pene. Parpadeó por la fuerte reacción. El sexo era grande, pero nunca
había sido un libertino. Su piel se erizó cuando cada terminación nerviosa
imploró por ser tocada. Antes de que pudiera detenerse, se acercó.
― Lo siento ―una voz ronca ordenó, se añadió a las fantasías sexuales
agitando el interior de Eli. Esa voz amenazaba con convertirlo en gelatina.
Eli se endureció. Este no era él. Él no rodaba y abría las piernas para el
primer hombre apuesto que se cruzaba en su camino.
― Deja de gruñir y ayúdame a levantarme. ― Él extendió la mano y
agarró la del guerrero. En el momento en que sus pieles se tocaron una
chispa vibró entre ellos y entonces lo supo. Sus ojos se abrieron y él tomó
una respiración profunda cuando la verdad lo golpeó como una nave
espacial estrellándose. Este hombre era su compañero. El guerrero olfateó
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el aire. Apretó la mano de Eli cuando una mirada de reconocimiento y
sorpresa brilló en el rostro del guerrero antes de forzar una máscara de
indiferencia. Eli no tenía ninguna duda de que ellos llegaron a la misma
conclusión. Eso no era bueno. En lugar de correr a los brazos de su
compañero, empujó todos los signos de su descubrimiento a distancia.
Pero no pudo detener la dureza formándose entre las piernas o el ardor
en su cuerpo preparándose para aparearse.
Un brazo grande y poderoso lo puso de pie. Guardias entraron en el
vestíbulo. Estaban haciendo un barrido de la zona. El corazón de Eli
golpeó en el pecho. Sin pensar, empujó al guerrero dentro del ascensor.
Las puertas se cerraron, dejándolos solos en pequeña caja.
― ¿Qué diablos? ― Preguntó el guerrero. Miró las manos de Eli
descansando sobre su pecho duro. De repente, el espacio se encogió,
mientras que la tensión sexual zumbaba entre ellos.
― Hey, soy Eli ―. Esperaba que el ligero chillido en su voz se
considerase su voz normal. Ahora él no sabía que era peor, una voz no
masculina o un tono vehemente que le hacía parecer como una zorra. De
todos modos, él estaba jodido solo que no literalmente, lo cual era una
pena.
Eli se negó a darse por vencido, así que fue hacia él, tratando de llegar
a alguna razón para explicar la situación actual. Él forzó una sonrisa antes
de inclinarse hacia adelante como para compartir un secreto.
― Vi a mi jefe y yo estropeé algo. Él tiene que enfriarse antes de que
me vea, para que pueda mantener mi trabajo. ― Entonces se rió, como si
toda la situación fuera una historia divertida y no una que le llevaría a ser
detenido o muerto. Por lo menos no era una mentira completa. Estaba
escondido de su jefe. ¿Eso cuenta? Tal vez sea en relación con las
mentiras. En cuanto a estropear, bien... Él destruyó la estructura principal
del sistema de la sede de Axel Technology Group. Su virus quemó todo y
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todo el edificio pasó horas bloqueado. Sí, su jefe sin duda necesitaba
calmarse, pero él nunca planeó ver al hombre de nuevo. Simplemente no
iba más allá con su instinto de supervivencia.
― ¿Tú estás en peligro? ― El guerrero lo estaba apreciando,
deteniendo la mirada en los brazos flacos de Eli que tenían músculos,
pero que en comparación con los brazos de su compañero parecía ramas.
Su rostro se irritó cuando el guerrero levantó una ceja. ― Trabajas para
Axel Technology Group.
¿El sol es caliente? Un hombre normal no empujaba a un extraño que
podría romper sus huesos en un espacio cerrado y esperaba lo mejor. Eli
pasó la mano por su pezón sensible, que sólo le recordó que su cuerpo le
dolía por el toque de este hombre. Oh, cómo quería ser empujado contra
la pared y tener una dura polla empujándolo mientras el ascensor subía el
edificio. Tomó una respiración profunda.
― Nah. Él me perdonará. Después de todo, tengo una gran sonrisa. ―
Con esto, él mostró una boca llena de dientes blancos. ― Ya que me
tropecé contigo, ¿qué tal si te invito a una copa? Es lo menos que puedo
hacer. ― Ronroneó la invitación y antes de que pudiera detenerse, dijo.
― ¿Dónde vives? ― Eso es, cava un hoyo profundo. En primer lugar, no
tenía dinero o cualquier forma de pagar por las bebidas, pero el guerrero
no sabía eso. Cuando el sistema cayó, él acababa de ir al baño y salir.
― Ático.
Él parpadeó. Esa habitación costaba más por una noche que lo que la
familia promedio ganaba en un año. Él calculó un plan. El ordenador del
penthouse se conectaba al sistema. A partir de esa terminal, podría entrar
en el sistema principal. No tendría que ir a una zona segura. Ahora, tenía
que ser invitado a la suite del ático. Luego tenía que distraer al guerrero.
Algunas formas muy agradables le pasaron por la cabeza al imaginar las
posibilidades. Este hombre no iba a dejarse llevar. Pero no le importaba
estar bajo un cuerpo rígido moviéndose encima de él. Hey, tal vez
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podrían tener una cita y él estaría presionado contra la pared, con
caderas golpeándolo. La mejor manera de distraer era un polvo, y un Plan
de Fuera de Sentido por Sexo comenzó a formarse. Casi maldijo en voz
alta por el nombre estúpido. Si insistía en nombrar sus planes, tenía que
ser más creativo.
― ¿Qué tal una copa en tu suite? ― Por favor, no parezcas
desesperado, pero él se encogió en su intento de ser sexy. Ahora su
compañero debía pensar que era una puta caliente llegando a él, pero
eso era precisamente lo que estaba haciendo. Aun así, no debería pensar
mal acerca de su pareja. ―Él ático es estupendo. Me encantaría verlo.
Debe tener la mejor vista de la ciudad. ― Sonrió. ― Dios mío ―dijo antes
de calmarse y visiblemente estremecerse ante la palabra. ¿Qué carajo?
¿Dios mío? Él forzó una sonrisa. ― Eso suena tan lanzado, pero no estoy
trabajando y me gustaría evitar al jefe. ― Él se aproximó y pasó una
mano por el brazo del guerrero. Los músculos rígidos se tensaron bajo
sus dedos.
― ¿Por qué estás evitando a tu jefe?
Se rió mientras trataba de llegar a una razón inocente.
― Puse la información incorrecta en el sistema. Esto causó un pequeño
problema. ― Una mirada oscura cruzó la cara del hombre guapo y sin
pensar, Eli extendió la mano y le tocó la cara.
El guerrero no se alejó. Eli se encontraba en una delicada línea que
separaba el apoyo de la seducción, y ahora estaba tumbado sobre el lado
de la seducción con una expresión que rogaba que este hombre lo
abrazara. Dándose cuenta de que él cruzó la línea, Eli intentó retirar su
mano, pero una gran mano la agarró y la sostuvo. Un dedo calloso
acarició sus nudillos. Eli respiró hondo y miró sus manos unidas.
― ¿Qué tal cenar? ― Le preguntó Eli. Esperaba que no sonase como,
¿Qué tal si jodemos? Que era lo que realmente quería decir. ― Podemos
tener una comida tranquila en tu habitación y conocernos mejor. ― Se
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mordió el labio inferior. ― Hay una atracción aquí. Sería una pena no
poder explorarla.
El guerrero se acercó más. Ahora sólo unos pocos centímetros
separaban sus cuerpos. Eli sintió su cálido aliento acariciar suavemente su
cara.
― Eres muy lanzado, invitándote a la habitación de un extraño. ¿Haces
esto a menudo?
Eli negó con la cabeza.
― Nunca― dijo con honestidad. ― Siento que puedo confiar en ti. Es
extraño. Pero quiero conocerte mejor. La última cosa que quiero es dejar
que te vayas. ― Todo lo que él le dijo era cierto, pero dejó de lado la
parte en que pronto se obligaría a dejarlo porque involucrar a otra
persona en sus problemas era egoísta y peligroso, y nunca dejaría que
nadie se lastimase. ― Soy Eli.
― Hola, Eli.
A Eli encantó cómo su nombre rodó en la lengua del guerrero como
miel caliente.
― ¿Cuál es tu nombre? ― Le preguntó.
― Jonan. Jonan Garrison.
La puerta del ascensor se abrió y Jonan salió. Extendió la mano y, sin
vacilar, Eli se acercó a él.

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Capítulo Tres
El calor del tacto de Eli era lo más cerca que había llegado del paraíso.
Su compañero era un vicio que nunca podría ser saciado. Sus dedos
frotaron y la piel callosa y áspera conoció su piel igualmente dura.
Ronroneó de placer cuando una chispa crepitó entre ellos. Este hombre 30
sabía cómo trabajar. La baja tolerancia de Jonan con los hombres que se
recostaban y descansaban durante todo el día o exigían cosas bellas,
preocupaba a sus amigos. Ellos se burlaban acerca de él diciéndole que
se uniera a una fábrica, ya que nunca encontraría un amante que
trabajara tanto como él.
― ¿En qué piensas? ― le preguntó Eli. Su voz tenía una cadencia
masculina, pero a veces chirriaba, traicionando su nerviosismo. En la
batalla, Jonan podría superarlo fácilmente, pero tenía fuerza. Después de
poner unos cuantos kilos más, sería aún más magnífico.
― Estoy pensando en muchas cosas. Ahora estoy imaginándome
sujetando tu cuerpo contra la pared. ― Él se aproximó. ― Tus piernas
abiertas y acogedoras mientras yo paso entre ellas. ― Se inclinó más
cerca, sus labios a centímetros del oído de Eli ―. Entonces te dejaré
suplicarme por ello. Después de tocar cada centímetro de tu piel, cuando
estés jadeando y tratando de montar tu necesidad, voy a considerar
empujar fuerte y rápido en tu apretado calor. ― Los dos sabían adónde
iba esto. Los juegos necesarios para detenerlo. Al pasar por la puerta, Eli
sabría lo que pensaba hacer con él.
Eli dijo entre dientes.
―Estás muy seguro de que acabarás jodiéndome.
Jonan resopló.
― En el momento en que te invitaste a mi habitación ambos sabíamos
que esto terminaría con mi polla golpeando en tu apretado culo mientras
tú suplicas por más.
Los ojos marrones se llenaron de necesidad. Eli lo quería, e iba a
conseguirlo, pero esperaba avivar el fuego. Esto no sería apresurado
como un polvo ocasional. No, Eli podría estar aquí para sexo, pero Jonan
era más que una polla dura. Cuando esta noche terminase, su pareja iba a
entender eso. Los guerreros Warsarian buscaban a sus compañeros
durante décadas ya que querían llenar el hueco en su corazón. Trataban a
sus compañeros como piedras preciosas que sólo ellos poseían. El
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momento que ellos habían compartido en este pequeño ascensor
consolidó el hecho de que Eli le pertenecía. Él sentía la atracción entre
ellos.
― Crees que eres mi dueño porque salté en un ascensor contigo.
― No hubo salto. Fuiste tú quien me empujó en el ascensor en un
intento desesperado por saciar tu deseo. ― No dejaría a Eli salirse con la
suya. La agresividad de la actitud audaz de su compañero era muy
emocionante para negarlo.
Una chispa traviesa fluctuó dentro de los ojos marrones de su
compañero.
― No estoy discutiendo. Tus planes suenan bien. ― Eli ronroneó la
última palabra, enviando un escalofrío a través del cuerpo de Jonan.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que jodió a alguien? A diferencia de
otros de su raza, folladas ocasionales y juegos sexuales no le satisfacían.
Oh, él tuvo relaciones sexuales, pero sólo su pene se pronunció. Ahora,
mirando a su compañero al borde de implorar por sexo, comprendió. Su
pene se hinchó, exigiendo alivio. Una vez que sus cuerpos chocaran, parte
de él quería repetir la acción, pero con Eli totalmente desnudo de
espaldas, con las piernas abiertas para él. Aun así, incluso en una niebla
llena de lujuria, reconoció que algo estaba pasando.
― Planeaste entrar en la habitación de un extraño para ser follado. ―
Eli chilló ante sus palabras. ― ¿O estás huyendo de algo? Yo te ayudaré
sin necesidad de tener sexo.
Jonan reconoció el miedo. Había golpeado y matado a suficientes
hombres para ver todas las formas del mismo. Cuando chocaron, el
miedo nubló los ojos de Eli. Cuando se invitó a la suite de Jonan, había
pedido ayuda en silencio. La historia acerca de haber visto a su jefe en el
exacto momento en que seis guardias entraron en el hotel confirmó sus
sospechas. Eli estaba corriendo. Escapar con él bajo el pretexto de cenar
no había sido por la conversación estimulante o, por desgracia, para
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montar su pene. No, Eli planeaba ocultarse dentro de la suite. El sexo era
su manera de conseguir estar dentro.
Eli se movió como un niño pillado enfrente de una ventana rota. Jonan
frotó los dedos sobre el brazo de su compañero. Él no era de ofrecer
comodidad. Los Guerreros Warsarian generalmente se elevaban sobre los
no humanos, pero Eli era una cabeza más bajo y no le gustaba tener que
agacharse para robar un beso de esos labios rojo sangre. Él frotó un dedo
contra los labios de Eli, esperando maquillaje, pero el rojo oscuro no era
pintado. Era natural.
― Son de un color extraño. Nací con ellos. ¿Te disgusta? ― La
ansiedad llenó la expresión de Eli. Se tensó, esperando una respuesta.
Una mirada mundana cruzó la cara de su compañero. El dolor, la
desconfianza y el miedo recordaban a Jonan su pasado. Esa mirada había
aparecido en su rostro. En la época en que era un niño, pero el miedo no
se puede olvidar. Eli lo miró con la misma expresión cautelosa que una
vez él le dio al mundo.
― Son únicos y hermosos. ¿No te gustan? ―Frotó el dedo sobre el
labio inferior regordete.
Eli resopló.
―No. Mi cabello oscuro hace que el color se destaque. La gente los
mira y hace comentarios. Yo ya he oído de todo, así que, por favor no
insistas.
― Ellos son lindos. Lo que quiera que los otros digan sobre tus labios
perfectos sólo demuestra su incapacidad para ver la belleza.
― Me acusaron de colorearlos para atraer a los hombres. Ni siquiera
era lo suficientemente mayor para saber acerca de estas cosas. A medida
que crecía, los insultos eran más gráficos. Los que piensan que hay un
propósito para elegir este color implícito, dicen que es para encontrar un
hombre rico. Sin embargo, algunos me creyeron cuando les dije que el
color era natural. Me llamaron una mamada de Dios. ― Se inclinó más
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cerca. ― Algunos creen que por eso se volvieron un tono rojo manzana.
― El sarcasmo se filtró a través de él y Jonan sabía que tenía que ir con
cuidado sobre el tema.
― Estos hombres estaban celosos y son estúpidos. ― Apretó sus
frentes juntas. ― Al final de la noche, voy a estar tocándolos con algo
diferente de mis dedos.
― Estás muy seguro ― dijo Eli.
― No, no realmente. Pero te quiero y tengo la intención de hacer todo
lo posible para seducirte.
Los ojos de Eli reflejaron el interés, pero había un ligero desafío en sus
ojos. En lugar de dejar que la conversación continuase, pues no tenía
ninguna duda de que conduciría al dormitorio, él cambió de tema.
― Entonces Eli, ¿qué haces? ― Utilizó su ordenador de muñeca para
abrir la puerta, lo que encendió todas las luces. Eso no funcionaría. Él
presionó algunos botones para cambiar las luces y crear un entorno más
seductor. Eli miraba fijamente el dispositivo electrónico. Estaba muy
centrado en su ordenador de muñeca. Si Jonan no lo supiera mejor,
pensaría que era bañado en oro con detalles de diamantes. La elegancia
de la habitación ni siquiera se registró en la cara de su compañero. O al
hombre no le importaba o solo se preocupaba de la tecnología. Se aclaró
la garganta. ― ¿Qué haces? ― Repitió la pregunta.
― Yo... ― Eli hizo una pausa. ―Trabajo para Axel Tech Group.
Jonan esperó. El uniforme, junto con su primera conversación, ya le dijo
esto, pero quería más. Como ¿qué hacía Eli en Axel Tech Group? Después
de una larga pausa, Eli continuó.
― Hago cosas diferentes, tales como ayudar con la Convención y el
próximo simposio.
― ¿Qué es lo que incluye? ― Lo impreciso no iba a funcionar. Eli
intencionalmente evitó dar información. Él interrogó a prisioneros, y los
ojos que se negaban a mirar directamente al interrogador o las manos
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que no podían quedarse quietas aún eran dos señales claras de que
estaba mintiendo u ocultando información. Jonan tenía un misterio que
resolver, y tenía previsto llegar a la verdad. Él extendió la mano y acarició
suavemente el brazo de Eli. Su compañero se estremeció bajo el toque.
― Estoy involucrado con equipos delicados. Básicamente, mi jefe me
ordena y saltó a obedecer. ― Eli dio una risa nerviosa. ― ¿Y tú? ― Hubo
un ligero chillido cuando trató de cambiar de tema.
― Yo trabajo en una nave espacial.
Los ojos de Eli se abrieron.
― Tal vez pueda ver la nave un día.
Oh, la verás, pensó, pero en vez de decirlo, asintió. No sólo iba Eli a
verla, sino que iba a vivir en ella.
― ¿Qué quieres comer? ― Preguntó Jonan.
El pánico bailó a través de la cara de Eli.
― Voy a tomar lo mismo que tú.
¿Su compañero no sabía que era un guerrero Warsarian, lo que
significaba que su comida sería muy sangrienta? Por no decir sólo sangre.
― Soy Warsarian. Mi dieta no iba a ser buena para ti.
Eli lo miró.
― Eso explica tu tamaño y tu fuerte cuerpo. Nunca había visto un
Warsarian antes. Sabía que no eras humano, pero no estaba seguro. ― Eli
sonrió y el miedo desapareció.
Estas palabras no tenían sentido. Todo el mundo había visto un
Warsarian. Su raza viajó por el espacio en busca de conflictos. ¿Es que Eli
vivía en un armario oscuro apartado del resto del universo? Llevó a Eli a la
mesa y apretó un botón. Los menús destellaron en la pantalla. Eli parecía
aún más confuso.
― Vamos a comer aquí, así que tienes que elegir algo. Nos lo
entregarán.
Hubo un ligero asentimiento de cabeza y rodó a través de las páginas.
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―Quiero eso. Apuntó a algo en el medio de la pantalla.
― Está bien, déjame ponerlo en el pedido, ―dijo Jonan antes de que
empezara a cuestionar a Eli sobre su falta de interés con el menú y de
dónde demonios había llegado para no haber visto un Warsarian.
Se sentaron en el sofá y hablaron de cosas sin importancia como el
diseño de motores, los replicadores de comida, o la gente en general. Le
gustaba estar alrededor de este hombre y eso decía mucho, ya que
odiaba a la gente en general. Eli sabía de máquinas, lo que les hacía
perfectos el uno para el otro. También prefería trabajar en la electrónica
que tratar con el mundo. Siempre que Eli habló de la teoría de un
proyecto, sus ojos se iluminaron de alegría cegadora.
Jonan acercó la mano a la mejilla de su compañero. Él quería nada más
que besar esos labios rojos. Eli parecía sentirlo también. Cerró los ojos, y
justo antes de que sus labios se encontraran, sonó el timbre de la puerta.
Sus frentes presionadas juntas.
― Debemos abrir ― dijo Eli.
Una parte de él quería gritar al camarero para que se fuera, pero había
hambre en su compañero que no tenía nada que ver con el sexo.
Después de que la comida estuvo colocada sobre la mesa, tiró de la
silla de Eli.
― Puedo hacerlo yo mismo.
― Pero yo quiero cuidar de ti. Ahora siéntate. Tu comida se está
enfriando.
Después de que su compañero se sentó, Jonan se sentó frente a él.
Eli miró el plato de huevos de insectos que eran un manjar en algunos
mundos.
― ¿Qué pasa con la comida?
Hubo una ligera vacilación.
― Nada. Quería probar algo nuevo, pero después de verle la cara,
decidí que esta comida es muy extraña.
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En lugar de luchar contra su compañero, se acercó al replicador y
presionó algunos botones. La máquina pitó y él dio un paso atrás.
Entonces la puerta se abrió y sopa caliente estaba esperando. Regresó y
puso el cuenco sobre la mesa.
― No está hecho con ingredientes frescos, pero no debe ser tan
extraño como estas cosas. Si quieres algo, sólo tienes que utilizar el
replicador. La comida es mala, pero es mejor que morir de hambre. ―
Justo cuando estaba a punto de apartarse, una mano se posó sobre la
suya.
― Gracias.
En ese momento su compañero nunca pareció más vulnerable. Él
quería besarlo y apartar el miedo, pero si empezaba ahora, terminarían en
la habitación antes de que la comida terminase.
― Toma tu comida. Entonces, será el momento del postre.
Eli asintió. Él levantó la taza y comenzó a tomar la sopa. A continuación
no paró de meter cucharadas de pasta y carne en la boca. El hombre
apenas se detuvo mientras empujaba la última pieza en la garganta. ¿Eso
fue porque que estaba ansioso por el sexo? Eli necesitó menos de cuatro
minutos para comer toda la sopa.
Cuando puso el cuenco sobre la mesa, Jonan se inclinó hacia delante.
Sus labios se encontraron en un beso lento y suave. No era la aspereza
que había prometido antes. No era seducción. Eso sucedería. Podía decir
por la forma en que el cuerpo de Eli respondió a él. No podía negar lo
que estaba pasando entre ellos.
Su lengua rozó los labios de Eli, tratando de saborear el momento.
Jonan presionó su lengua entre ellos y fue invitado al instante al interior.
Probó los restos de caldo caliente, pero con una dulzura mezclada en él.
Eli inclinó la cabeza para darle mejor acceso para explorar. Cuando se
apartó, Eli lo siguió, incapaz de dejar que el beso terminara. Jonan le
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ayudó a ponerse en pie y el beso se convirtió en algo más. Esta vez,
presionó a Eli contra la pared y comenzó a tomar posesión de él. Colocó
besos a lo largo del cuerpo de Eli, dejando un rastro que se inició en la
barbilla y se trasladó por su cuello. Él chupó en el lugar donde iba a
morder para alimentarse y beber la sangre caliente de su compañero.
Él no era el único impaciente. Manos rasgaron su camisa cuando él
extendió la mano a la parte superior del traje de trabajo de Eli. Ambos
tenían mucha ropa y estaban desesperados por solucionarlo. Él abrió la
parte superior y la abrió sólo lo suficiente para presionar los labios contra
la clavícula de Eli. Su compañero echó la cabeza hacia atrás y aulló
cuando golpeó la pared.
Jonan alzó la vista.
― Cuidado. No te golpees. Al menos no todavía. Pronto, no serás
capaz de levantar la cabeza.
Eli parpadeó.
― Sexo caliente. Ese es el plan.
Incluso mientras lo decía, había algo que ocultaba.
― No pares. ― Eli pasó los dedos firmemente en su pelo y tiró de él
más cerca. Esto abrió la puerta para liberar su pasión. Su pene saltó
buscando atención. Todo dentro de él quería poseer a este hombre. Sus
manos fueron de los muslos de Eli a la ingle. Sonrió mientras su dura
erección también encontró un eje duro.
― Esto es lo que me haces a mí.
Eli estaba sin palabras. Él asintió con la cabeza, pero sus manos se
movían para empezar a desnudarlo. Eso fue todo lo que Jonan necesitaba
para entrar en acción. Eli estaba con las piernas temblorosas mientras
empujaba hacia abajo la ropa de trabajo. Se deslizó del cuerpo de su
compañero y se agrupó en sus tobillos. Su compañero la empujó con los
pies. Entonces Eli se apoyó contra la pared, desnudo y listo para más.
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Jonan apoyó la mano en el hueso de la cadera de Eli. Estudió cada
marca y movió sus dedos sobre el vendaje que cubría el brazo de su
compañero. Sólo cuando fue a tocarlo, Eli se alejó.
― Es reciente.
Él odiaba ver cualquier lesión estropear el cuerpo de este hombre.
― ¿Cómo?
― Me corté con metal afilado. ― Antes de que pudiera pedir más
información, Eli apretó su erección desnuda en él. Él deseaba que sus
ropas no los separaran, pero pronto estarían tocándose piel con piel. El
control de Jonan casi se deslizó cuando sintió los dientes pellizcándole
como un gato juguetón. Una ola de placer se apoderó de él.
― Vamos a la habitación. ― Todas las preocupaciones de que iban
demasiado rápido desaparecieron con esas cuatro palabras.
Capítulo Cuatro
Eli no podía creer la audacia detrás de sus acciones. Nunca había sido
tan lanzado o exigente. Pero la atracción crepitaba entre ellos y no podía
ignorarla. Cada contacto le dejó con ganas de más. Los besos no paraban,
pero ellos dejaron de moverse. La habitación estaba demasiado lejos y no 39
iban a llegar allí.
Arrancó la ropa del guerrero mientras sus lenguas continuaron
explorando. El aire frío bailó a través de su piel, enviando un escalofrío
por la espalda. Los dedos pellizcaron sus pezones y él silbó entre dientes.
Jonan apartó su boca y lamió su pecho. Dientes besaron y lamieron las
protuberancias sensibles. Él levantó la pierna y la frotó por la pierna de
Jonan. El guerrero la agarró y la llevó más cerca, atrapando su erección
entre sus cuerpos. La tela áspera contra su carne sensible le recordó que
uno de ellos estaba usando demasiada ropa.
Entonces, cuando estaba a punto de expresar su descubrimiento, todo
pensamiento racional desapareció. Él gimió cuando unos dedos
separaron su culo y frotaron la abertura sensible. Un dedo empujó
dentro, extendiéndolo bien separado. Echó la cabeza hacia atrás y susurró
con deleite cuando un ardor lo atravesó. No fue suficiente. Se agarró a los
hombros de Jonan, desesperado por algo para sujetarse antes de
deslizarse por el borde de placer.
― Te quiero en mi interior. ― ¿Por qué estaba tan impaciente? Nada
estaría correcto en el mundo hasta que este hombre estuviera enterrado
dentro de él. Todos los demás pensamientos desaparecieron mientras
gemía. No podía esperar mucho más tiempo y Jonan no lo defraudó. Él
fue levantado. Eli puso los pies alrededor del cuerpo de su compañero
cuando la puerta del cuarto se abrió. Cuando llegaron a la cama de
matrimonio él cayó sobre la misma. Su culo saltó. Su pene duro golpeó
su estómago, solamente aumentando la necesidad. Eli levantó la vista en
agradecimiento al hombre que lo tenía al borde de la mendicidad.
Esto no sería unilateral. Si iba a perder el control, entonces, su guerrero
también lo haría. Con una sonrisa traviesa, se dio la vuelta en sus manos y
rodillas y luego extendió su culo. No tenía sentido ser sutil. Por otra parte,
no sería nada más que sexo. No podía haber ninguna confusión entre
esto y el apareamiento. No podía permitirlo. Esos pensamientos
desaparecieron. Ahora estaba en medio de una niebla llena de deseo y la
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realidad no iba a destruirla.
Cuando se dio la vuelta para mirar hacia atrás, se estremeció. El fuego
ardía en los ojos castaños oscuros de Jonan. Eli se humedeció los labios
en anticipación. Jonan se acercó. Sus grandes manos presionaron sus
caderas y él estaba siendo acercado hacia su guerrero. El calor de su
compañero corría por dentro de él. De repente, sintió como si la
temperatura de la habitación se hubiera elevado veinte grados. Su cuerpo
estaba ardiendo.
Jonan le dio un beso entre los omóplatos moviéndose hacia abajo.
Dulces besos aterrizaron sobre su espalda. No impacientes, sino amantes.
Estaba siendo adorado y acariciado con esa necesidad que le asustaba.
No estaba correcto. Eli no se merecía suavidad. No después de lo que
había hecho y lo que haría. Él negó con la cabeza, tratando de pensar con
claridad, pero los toques no le dejaban ser racional. Se estaba ahogando
de pasión.
Dedos mojados empujaron su culo, extendiéndole. Los dedos
empujaron más duro hacia él para prepararle para lo que estaba por
venir. Echó la cabeza hacia atrás cuando el roce de la tela le obligó a
volverse y mirar. Los pantalones se deslizaron del cuerpo del guerrero y
se agruparon alrededor de los tobillos de su pareja. El pene de Jonan se
proyectaba. Era grande y orgulloso entre los rizos oscuros, duro y mojado
por él. Él gimió y empujó hacia atrás. No podía negar lo que él quería. Las
manos evitaron que sus caderas se movieran, entonces, Eli sacudió el
culo, tratando de seducir a Jonan para ir más rápido.
Un rugido lleno de necesidad salió de su compañero. Entonces, una
mano cayó en la nalga izquierda. Ronroneó ante la sensación. Su culo
quemaba y sus bolas estaban apretadas. Quería sentir eso de nuevo.
― Paciencia ― Jonan advirtió. ― Te voy a joder, pero no hasta que te
haya probado todo.
Él movió la cabeza. Luego se inclinó y apoyó la frente en el dorso de
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sus manos. Lenta era la última cosa que quería.
― Jódeme, ― exigió y mitad imploró.
En lugar de responder, Jonan retrocedió.
― Tengo que encontrar algo para hacer que sea más fácil penetrarte. A
menos que tengas algo.
― No hay lubricante en mi bolsillo. ― Quería decir algo ingenioso,
pero toda su atención estaba centrada en el sexo. Alcanzó su pene. ―
Todavía no estás listo. Voy a cuidar de mí mismo.
La respuesta insolente le valió otro golpe a su mejilla izquierda del
culo. Pero la mano no le hizo caso y siguió su camino hacia su polla, pero
la bofetada en la mejilla derecha le detuvo. Jadeaba.
― Jódeme.
― Paciencia. Quédate quieto y espera. Mi pene necesita ser lubricado,
porque cuando me deslice dentro de ti, lo sentirás.
Esas palabras casi le hicieron venirse. No necesitaba dedos para
persuadir a su pene de que se liberara. El tono de Jonan podía hacerlo,
pero si se dejase ir, esas manos grandes enrojecerían su culo. Él balanceó
el culo, esperando otro golpe duro, y no fue decepcionado. Esta vez,
sabía que iba a venir y empujó de vuelta a la bofetada.
― Mírame ― Jonan ordenó.
Él negó con la cabeza. Su corazón ya estaba muy abierto, y mirando a
Jonan lo habría hecho muy personal. Ahora estaba decidido a hacer de
este un polvo rápido.
― Alguien quiere estar en mi regazo. Mírame.
Esta vez, no pudo negarse. Se volvió y silbó cuando ardientes ojos rojos
lo miraban. Los dientes de Jonan eran afilados y mortales.
― Por favor ― rogó.
Un dedo se deslizó desde su espalda hasta pliegue de su culo.
― No te muevas. Yo ya vuelvo.
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Enseguida, el calor lo dejó. Él abrió las piernas un poco más y bajó la
mirada hacia su cuerpo. ¿Su pene ya estaba duro y mojado? No, todos
sus ex amantes sólo querían empujar en su culo. Nunca tuvo que esperar
tanto tiempo.
El lubricante aterrizó en la cama. Unas manos descansaron en su
cintura y luego, él estaba girado de espalda. Miró hacia arriba y
parpadeó. Él lo quería como un animal en celo. Mirar sólo lo hacía más
íntimo. Algo que no podía permitirse. Antes de que pudiera protestar,
labios se presionaron en su cuello y se trasladaron a su pecho. El
argumento dejó sus pensamientos. Ningún hombre jamás lo había hecho
sentirse así, y mientras que él quería odiarlo, no podía.
Sus piernas fueron empujadas abriéndolas, miró hacia abajo y casi
explotó cuando vio a Jonan entre sus piernas. La lengua salió y le lamió el
pene. Sus piernas descansando sobre los hombros del guerrero. Cerró los
ojos mientras la lengua talentosa de Jonan trabajó en su duro eje. Él
arqueó su espalda mientras los dedos presionaron su culo. Era un lío de
terminaciones nerviosas retorciéndose mientras Jonan jugaba con su
cuerpo.
― Por favor ― rogó. Él no iba a durar mucho más tiempo.
Jonan tomó el lubricante y lo frotó sobre su pesada erección. Ella
brillaba con la luz tenue.
― No te dejaré ir ― fue la única advertencia acerca de la intención de
su compañero cuando su pene lo golpeó. Quemó mientras él se extendía
a su alrededor. Jonan le dio tiempo para adaptarse, cuando él miró la
mirada del guerrero era roja. Cerró los ojos mientras las caderas se
movían contra él, entrando y saliendo. Comenzó lento como un suave
balanceo. Entonces Jonan fue hacia atrás hasta que solo la punta
descansó dentro y enseguida, empujó hacia delante. Jonan golpeó en su
punto y Eli dio un grito de sorpresa mientras su compañero seguía
golpeándolo.
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― Mírame ― Jonan ordenó.
Él negó con la cabeza y fue recompensado con un impulso duro.
Entonces nada. Jonan se congeló en el interior. Necesitaba más fricción,
pero su compañero se negó a ceder. Eli abrió los ojos y continuó
empujando. Su compañero golpeó dentro y fuera. Eli tendió los brazos y
tiró de Jonan más cerca. El olor a sudor y sexo lo llenó. Las caderas se
movieron en un gesto de amor que mantuvo a Eli pidiendo más. Si él
muriese mañana, no importaría. Tenían hoy. El límite de su control
comenzó a fallar. Las luces comenzaron a vibrar y trató de recuperar el
control, pero los escudos que bloqueaban su poder fracasaron. Aun así,
no pudo evitar que algunas de las luces se rompieran, pero Jonan nunca
dejó de mover sus caderas. Los golpes acelerados y las rodillas
presionadas al lado de su compañero. La cama crujía debajo de ellos. Se
sentía tan bien y los golpes continuaron. El calor quemando por dentro,
pero no era suficiente.
La mano de Jonan alcanzó entre ellos. El guerrero acarició su pene,
humedeciéndolo con el pre―semen goteando de la punta. Las caderas se
movían más rápido y el calor burbujeó en su interior y, a continuación,
con un gruñido, el calor lo llenó. No podía contenerlo todo, una vez que
se filtró de su culo. La mano que lo acariciaba se movía más rápido y
entonces él también sintió la liberación cuando él expulsó su semen,
revistiendo sus estómagos. Ambos trataron de recuperar el aliento. Jonan
se colocó sobre él como un escudo protector. No sabían nada sobre el
otro, pero antes de que la realidad se restableciese tenían el ahora, y Eli
apreciaría este momento antes de que la verdad enviara a su compañero
corriendo lo más lejos posible de él.

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Capítulo Cinco
Eli se levantó de la cama. Se estremeció, deseando enrollarse de nuevo
en el calor del fuerte cuerpo de Jonan. Era algo más que el calor. Se
sentía seguro en los brazos del guerrero, como si nada en el universo le
pudiera tocar. Aún tenía tiempo. Podía despertar a Jonan y decirle todo. 45
La esperanza le llenó. Podía funcionar, pero la realidad le golpeó como un
ladrillo contra el cristal. Ser compañeros no era suficiente. Mucho estaba
en juego para que él se arriesgase en algo que no conocía bien.
La gente lo confundía. Es por eso que nunca entendió a Grey. ¿Qué
quería? ¿Dominar el universo? ¿Ser un Dios? La codicia dominaba a
algunos, mientras que el poder gobernaba a otros. ¿Y Jonan? ¿Qué
quería? Eli no tenía idea. Tal vez hubiera sido capaz de manipular a la
gente si pudiera leerlos. Estaba solo en este mundo y esto no cambiaría.
Tomando una respiración profunda, Eli se alejó de la cama.
Cuando llegó al cuarto de baño, se detuvo, como si la puerta fuera una
pared de ladrillo, que nunca atravesaría. Eli miró la forma dormida de su
amante. Una parte de él esperaba que Jonan se despertara y preguntara a
Eli si todo estaba bien. Entonces, tal vez él tuviera el valor de compartir
todo antes de que los secretos los separasen. Cuando eso no sucedió, se
dio la vuelta. Cada paso le llevó a un espacio entre ellos. Le dolía el
corazón. ¿Qué pasaría si se apareaban? Esta necesidad sólo se
intensificaría.
La puerta se cerró. Eli cayó al suelo. Sus rodillas apretadas sobre el
mármol frío. El frío se hizo cargo de él como un balde de agua fría y se
dio cuenta de una verdad simple. La vida lo odiaba. No podía perdonar lo
que había hecho y perdonar lo que estaba planeando hacer. ¿Por qué el
universo había elegido ahora para enviarle una falsa esperanza? Un
compañero no lo salvaría. Él no valía la pena ser salvado.
Con el pecho apretado. El peso sobre su espalda casi rompió su
columna vertebral en dos. Él no quería llevarlo más. El mundo podía ser
difícil, pero esta noche fue maravillosa. Ahora tenía que volver al frío. El
dulce dolor del placer llenó sus pensamientos mientras estaba allí. Nadie
podía arrancarle la noche anterior. Estos recuerdos eran suyos para
siempre. Se levantó y abrió el grifo.
Restos de las actividades anteriores se aferraban a su piel. Su estómago
estaba manchado con su propio deseo, mientras que sus muslos lo
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estaban con el semen de su amante. Con cuidado, se movió para limpiar
el punto sensible a causa del duro golpear. El olor de Jonan se agarró con
amor a su cuerpo, pero lo limpió con agua y jabón. Se frotó la piel hasta
hacerse daño. Plan de Operación Sexo Caliente había sido un éxito. Él
negó con la cabeza. Eso era un nombre tan estúpido. Lo que habían
compartido era más que sexo duro. Hizo todo lo que quería y lo vio
como cualquier cosa menos algo sucio. Apagó el agua, incapaz de fingir
que todavía estaba sucio. Su mano se cernió sobre la perilla de la puerta.
Tomó una respiración profunda y la abrió. Hay cosas que no se podían
evitar.
Sus ojos se dirigieron a la cama. Una triste sonrisa se formó en sus
labios. Él sabía que esta noche no iba a durar. Mientras Jonan dormía, su
cabello oscuro enmarcó la cara perfecta, dejando a Eli con el deseo de
empujar los dedos a través de estos hilos de tinta negros. Todo acerca de
este hombre era masculino, desde la fuerte barbilla hasta la cara
cincelada. Era magnífico, un guerrero que luchó guerras. Él podría rasgar
a Eli por la mitad con sus propias manos, cuando todo esto terminase,
pero anoche esas manos proporcionaron comodidad apacible.
Con una discreción que no sabía que existía dentro de su torpe cuerpo,
se dirigió hacia el ordenador. Su corazón se aceleró con cada paso.
Cuando se sentó, los latidos casi atravesaron su pecho. Tomó un par de
respiraciones profundas. Desde esta posición, espió sobre el monitor y
observó la forma dormida de Jonan. Eso fue todo. No había vuelta atrás.
Su dedo presionó el botón para iniciar la máquina. Llegó a la vida cuando
la luz azul llenó la habitación mal iluminada. Miró de reojo a la pantalla
para darle tiempo a los ojos para ajustarse. Sin dejar ninguna nube de
duda en su mente, dejó caer las manos en el teclado. Al entrar en el
modo de trabajo, era una cosa hermosa, con la espalda recta y los ojos
enfocados como un depredador listo para saltar.
Los dedos de Eli danzaban sobre las teclas. El camino a lo más infame
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era oscuro y traicionero. Desvió las trampas y fue adelante, ocultando su
presencia a medida que avanzaba. Cuando escribió el programa y creó el
sistema de seguridad, había planeado su autodestrucción. Grey le quitó
sus decisiones, manteniendo a Eli hambriento, aislado, con dolor y
obligado a crear cosas peligrosas. Odiaba cada proyecto, pero algunos
eran mucho peor que otros. Recuerdos empujados a través de su mente,
hicieron resurgir la desesperación. Su control vaciló. Eso nunca sucedió
antes. El encuentro con Jonan despertó algo dentro de él, rompiéndolo.
Tenía que detenerse antes de...
Vidrio agrietado. Se puso rígido con algunas de las luces apagándose.
Dos de las lámparas estaban rotas, cayó la basura al suelo en pequeños
trozos. Maldita sea, ahora tendría que explicar el vidrio por todo el suelo.
Esa parte tenía que ser escondida. ¿Qué estaba haciendo? Los deslices
nunca habían sucedido. Era otro pequeño secreto sucio que nadie podría
saber. Bien, la familia sabía, pero era su secreto, también. Kradarion, una
palabra que nunca podría decir. Las personas que aceptaron la raza
habían sido perseguidas y asesinadas. Kradarion no existía. Sólo aquellos
que tenían una parte del gen de aquella raza maldita aún vivían, pero
estaban dispersos por todo el universo. Incluso aquellas personas eran
temidas. No importaba que sus poderes psíquicos eran como una miga
en un trozo de pan. El único otro talento que tenía era una memoria que
nunca olvidaba. Se acordaba de las conversaciones con una claridad
aterradora. Ahora, era capaz de recitar cada palabra de cada libro que
había leído y eso incluía recordar diagramas de manuales de ciencia y
listas de códigos. Había una razón para que él fuera el mejor científico de
computación e ingeniero en el universo. No tenía nada que ver con el
talento, solo era el poder latente de una raza casi extinta.
Cuando las cosas se rompían, no podía poner mágicamente las piezas
juntas de nuevo, entonces, ignorando las luces rotas, él más tarde fingiría
que no sabía cómo sucedió, Eli accedió al sistema.
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El código de programación integrado con antelación de la materia
oscura con componentes modificados, se había convertido en un arma
capaz de destruir planetas. Estas muertes no eran algo que quería que se
cerniese sobre su cabeza. El arma era demasiado peligrosa para que
cualquier persona la tuviese. Si hubiera sido un poco altruista, él se
hubiera matado para que nadie pudiera utilizarlo para crearla de nuevo,
pero él era egoísta y quería vivir.
La vida en Axel Tech Group no había empezado mal. No se despertó
una mañana y dijo: "Voy a crear un arma peligrosa para masacrar
trillones". En su lugar, él estaba pensando más bien en evitarlo. El
proyecto original habría salvado vidas, purificando el aire y destruyendo
la enfermedad. Axel Grey lo convirtió en algo horrible. Si el hombre tenía
un talento, era ver las posibilidades más oscuras y peligrosas. Cualquier
persona que poseyera esta arma tendría a razas cayendo de rodillas o
muriendo para evitar este destino. No habría ningún término medio, sólo
vivir como esclavos o morir con libertad.
Una vez dentro del sistema informático, desencadenó el virus. Él
arrancó el programa. Su jefe era un idiota paranoico que nunca dejó que
nadie cogiera el código de los laboratorios que él ya había destruido. Esta
copia existía debido a su próxima aparición en el Simposio, donde iba a
revelar al mundo el horror que Axel Tech Group había creado. No. Lo que
él había creado.
El plan era matar a la mayoría de los científicos presentes y dejar que la
otra mitad viviera para difundir la horrible noticia. Los supervivientes
verían suficiente para saber que el arma no podrá ser detenida con otra
arma. Ellos contarían a todos que el universo estaba preso y Elijah Narvin
sería el rostro de la destrucción masiva.
Pero destruir el código detrás del programa que activaba el prototipo
no sería suficiente. No con un modelo en funcionamiento del arma aún
en existencia, se necesitarían años para reconstruir las informaciones de
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nuevo, pero ellos iban a juntarlas y después que él los detuviese, ellos
empezarían de nuevo.
En 24 horas, el virus podría eliminar los archivos, pero el virus también
evitaría que la información se propagase. Si alguien trataba de transferir
los datos, el virus podría activarse y prevenirlo. El retraso de 24 horas le
daría más tiempo. Ahora, él podría destruir todo el sistema dentro del
complejo, pero enseguida se sabría que estaba allí dentro. Para Grey, Eli
era un cobarde. Es por ello que el prototipo no había sido retirado del
complejo, pero cuando las cosas empezaran a romperse, entonces Grey
lo sabría y Eli sería apresado antes de poder detenerlo. Para que esta
pesadilla terminara, necesitaba destruir el prototipo. Podría ser la última
cosa que hiciera, pero él no se rendiría hasta que estuviera hecho.
Después de todo, nunca podría tener la libertad de vivir su vida. Pero
Jonan y la familia que Eli dejó tras de sí estarían libres del tirano.
Cuando terminó, alzó la vista y se congeló. Los ojos oscuros lo miraban
como un láser bloqueado en el blanco. Eli forzó una sonrisa antes de
inclinar la cabeza para apartar la vista de la suya, tan intensa. Nunca
pensó en ser sumiso. Se frotó la parte posterior de su cuello, sabiendo
que si Jonan le ordenase que fuera más cerca, él obedecería. Eli sólo
esperaba que todas las órdenes incluyesen a él curvándose de placer y no
preguntas e intensas sesiones de respuestas.
― ¿Qué estás haciendo? ― Jonan preguntó cuándo apoyó la cabeza
para verlo mejor.
Los dedos de Eli se movieron en piloto automático mientras borraba el
historial de sus actividades. Sonrió y cerró el ordenador.
― No tengo un sistema portátil, por lo que estaba accediendo al
sistema. ― ¿Qué diablos? Algo estaba mal. Cuando trató de mentir, las
palabras mentirosas fueron encerradas en su interior. Él no quería decir
eso. No, él planeó decir que estaba revisando sus correos electrónicos o
poniéndose en contacto con la familia. Ambas eran mentiras, pero
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excusas aceptables. Se acordó de la historia de su bisabuelo. El hombre
no podía mentir a su compañera. Esta horrible verdad fluía a través de él.
Su corazón latía con fuerza.
― ¿Por qué? ― Preguntó Jonan. ― Tú trabajas para una compañía de
tecnología de gran alcance. Proporcionan uno para todos los empleados.
Los ojos de Eli se abrieron mientras pensaba en posibles excusas. Yo lo
perdí. No, eso no funcionaría. Todos los dispositivos eran imposibles de
romper y casi imposibles de perder, pero las palabras salieron y no podía
parar.
― Se me cayó y probablemente se rompió. ― Piensa rápido antes de
que haya otra pregunta. ― Con la convención, el Axel Tech Group no
tiene reservas. ―Él golpeó el ordenador― Así que tengo que hacerlo
todo al modo antiguo. ― Nunca se dio cuenta de que, dejando partes
salir y retorciendo las palabras, podría formar mentiras sin tener que
mentir.
Jonan hizo un gesto para que regresase a la cama. Eli se deslizó en ella.
La sábana elevada exponía una gran cantidad de piel deliciosa que tenía
previsto lamer de nuevo. Jonan arqueó una ceja por su ritmo lento y sus
pies se movieron rápidamente en un intento de complacer a su pareja. El
tirón de obedecer y complacer le incomodó y lo dejó confuso.
― Es extraño que no tengan uno para tu uso.
Eli se echó a reír.
― Yo no comparto con nadie, pero Axel Group Tech ha invertido
mucho dinero y ha creado numerosas exposiciones. Ellos no tienen
tecnología de reserva. ― No podía mentir directamente. Su mente
trabajó rápido, y cuando habló, tejió una historia con un montón de
verdades juntas de tal manera que ellas contaban una historia diferente.
Al parecer, su genética Kradarion hizo más que darle una chispa de poder
psíquico y una memoria que no podía olvidar. Si Jonan todavía dudaba
de él, no lo dijo. Pasó una mano por el pecho del guerrero, que quería
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más que toques castos, y si él pudiese distraerlo sería mucho mejor.
― ¿Tienes que trabajar mañana? ―Le preguntó Jonan.
― No. Estoy libre. ― Necesitaba detener las preguntas. ― Hasta
después de que el sistema finalice. ― ¿Tenía esto sentido? Era una
especie de verdad. Él nunca regresaría, y eso significaba que el sistema no
finalizaría, pero ¿y si Jonan cuestionase la palabra sistema? Podía
significar un sistema de ordenador personal. Es por eso que odiaba hacer
las cosas sin planear. Esta era la mayor convención de tecnología y
simposio en el universo. ¿Podrían permitir que un trabajador descuidado
dejara el trabajo porque no tenía un ordenador? ― Estoy suspendido, eso
puede tener algo que ver con mis vacaciones forzadas. ― Dejó fuera que
se trataba de una suspensión autoimpuesta, sin embargo, las palabras
eran técnicamente ciertas.
― ¿Qué sucedió? ― Preguntó Jonan.
― No quiero hablar de ello. ― Abrupto, pero necesario. Él no podía
continuar contando historias que eran verdad, pero no decían la verdad.
Jonan no era tonto y si uniese las piezas, la imagen no tendría sentido. ―
¿Te molesta que fuera disciplinado en el trabajo? ―Omitió que la
disciplina involucraba tortura.
Jonan rió. La tensión abandonó el cuerpo de Eli cuando el sonido
áspero lo relajó.
― Me molesta que alguien te haya castigado. Voy a golpear tu culo
cuando sea necesario. ―La mano Jonan se deslizó más abajo y agarró su
culo.
― Bueno, la próxima vez que haga algo malo, te llamaré.
― ¿Llamar? Voy a estar allí para verlo. Nada consigue escapárseme ―
Jonan advirtió.
Eli se mordió el labio para no gemir. Anhelaba estos tipos de toques de
Jonan. Nunca puso sus fantasías en palabras por temor a que Grey las
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utilizara para humillarlo. Pero él quería confiar y recibir todo tipo de
placer. Se estremeció. Las cosas que quería espantaron a algunos
hombres, pero las palabras de Jonan lo tranquilizaron. Eli quería a alguien
para mantenerlo en el camino correcto, por eso las palabras de Jonan no
parecían tan malas.
― Me gustaría verte intentarlo. ―Él extendió un dedo del pie para
probar el límite. La anticipación lo dejó al borde del jadeo. Se mordió el
labio.
Jonan rió.
― Tenemos años para jugar con un montón de fantasías diferentes.
La palabra años calentó sus entrañas. Jonan quería mantenerlo. Él puso
su cabeza en el pecho de su compañero. Pero cuando Jonan descubriese
lo que había hecho, los años se convertirían en segundos, hasta que el
guerrero se alejase.
― Mañana, voy a la conferencia. Ven conmigo. Tengo dos entradas
para el Simposio sobre Tecnología Intergaláctica. Elijah Narvin estará
hablando.
Eli se tensó ante el sonido de su nombre real. Si se salía con la suya, el
simposio sería cancelado, pero alguien podría hacerse pasar por él. Nadie
lo había visto. Se difundieron rumores, afirmando que él no existía. Si
pudiera ser tan afortunado, pero él existía y había creado el arma más
peligrosa. Empujó la culpabilidad a distancia. Corregirlo que había hecho
estaba en primer lugar y una entrada a la convención era el primer paso
para hacer esto.
― No tengo ropa para vestir ― Eli confesó.
― ¿Dónde estás? Tienes que tener algo allí.
Todo el mundo tenía ropa. ¿Cómo podría explicar la falta de ellas?
― Tengo uniformes de trabajo. No es algo para ponerse en un evento
de prestigio. ― La ropa que llevaba pertenecía a Axel Group. La utilizaba,
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pero no le pertenecía.
― ¿Por qué eso?
Se congeló.
― No vivo aquí. ― Eso era verdad. No vivía en el hotel. Le molestaba
que la mentira se hubiera vuelto más fácil. ― No sabía que iba a ser
invitado a la conferencia. ― Eli dio una risa forzada, pero esperaba que
fuera suficiente para influir en el guerrero y detener las preguntas.
― ¿De dónde eres?
Cerró los ojos y visualizó lagos azules y verdes árboles, tan diferentes
de este planeta muerto.
― Endarius.
― Hermoso planeta. Lejos de aquí. Debes ser especial para ser traído
hasta aquí.
― Soy... ― Maldita sea, es por eso que odiaba a este juego. Todas las
verdades a medias no estaban funcionando. Cada una solo añadía más
tierra a la tumba, estaba cavando más cada vez que hablaba. ― Se
planeó un viaje. Una vez que la nave estaba haciendo el viaje, una gran
cantidad de hombres fueron invitados. ― Así es como Axel Tech Group
eligió a los trabajadores que vinieron aquí hace dos semanas. Puede que
no fuera como él había llegado hace diez años, pero nunca dijo que la
información era su historia.
― Voy a pedir ropa. Quiero compartir esto contigo. ― Jonan acarició
su cuello. ― Quédate conmigo.
La culpa casi le hizo declinar la oferta. Casi. Pero no pudo rechazar la
oportunidad de estar más cerca del prototipo.
― Está bien. ― Eli quería confiar en el guerrero con la verdad. Para
Jonan, ellos eran compañeros sexuales, pero para él, Eli sospechaba que
una conexión se había formado. La incapacidad de mentir y el profundo
dolor que sentía cuando pensaba en dejar a Jonan confirmaron esto.
El futuro reservaba dolor. Una conexión de acoplamiento no lo
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cambiaría. No, lo volvería peor. Fortaleciendo su determinación, Eli
enterró la culpa dentro de sí. Una sonrisa maliciosa se formó. Era el
momento de finalizar la sesión de preguntas y pasar a algo más
placentero.
Sus dedos se deslizaron suavemente por el pecho de Jonan, dibujando
una línea del cuello del guerrero hasta su vientre. Luego, lentamente, se
movió hacia abajo, tomándose su tiempo, mientras dibujaba pequeños
círculos. Cuando llegó a los rizos oscuros, su dedo trazó una línea
alrededor del borde exterior del vello. Jonan se endureció. Amando esta
respuesta, avanzó hacia el nido de rizos, pero antes de llegar al eje del
guerrero, los dedos de Eli se movieron hacia un lado, deslizándose cerca
del eje y yendo hacia los muslos duros de Jonan. Los músculos se
tensaron bajo su tacto.
― ¿Qué ocurre? ― Eli preguntó con voz dulce llena de falsa inocencia.
Sin responder, la mano de Jonan se deslizó hacia abajo, frotando la
espalda de Eli. También sabía cómo llevarlo lento mientras se movía hacia
abajo los últimos centímetros. Su gran mano se posó en el culo de Eli.
Jonan apretó la nalga izquierda y la sujetó posesivamente. El pulgar del
guerrero acarició su trasero antes de soltarlo. Pero no se detuvo allí. Un
dedo trazó una línea en el centro de su trasero y separó sus mejillas,
permitiéndole el acceso. Un dedo se deslizó en su raja, teniendo especial
cuidado en frotar suavemente el anillo de músculos que se contraían. Eli
se mordió el labio mientras trataba de bajarse hacia el cuerpo de Jonan,
pero un fuerte brazo lo mantenía en su lugar mientras que los dedos del
guerrero encendieron su deseo.
― ¿Estás bien? ― Preguntó Jonan sin la inocencia que Eli había
reunido. No, él sabía exactamente lo que estaba haciendo y le gustaba.
Eli se estremeció. Se mordió el labio para no exigir más.
― ¿Frío? ― Jonan bromeó, su voz tan cerca que Eli sintió el calor
contra su oreja.
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Con una determinación feroz para mostrar a Jonan lo que él quería, Eli
montó la cintura de su pareja. El guerrero Warsarian siseó de sorpresa.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Eli.
―Cómo se siente eso ― susurró. Sin esperar una respuesta, se deslizó
por el cuerpo del guerrero y se apoyó en los muslos de su compañero.
Jonan se sentó y tiró de él en un beso que lo dejó sin aliento. Eli se
separó y movió los labios de la cara del guerrero a su cuello. Su lengua
lamió y chupó el pecho de su compañero con una lentitud que los
sorprendió a ambos. Decidido a probar todo de Jonan, continuó el viaje.
Cuando llegó a los pezones oscuros, chupó uno antes de
precipitadamente su lengua trazar el contorno. Miró hacia arriba y Jonan
lo observó con el hambre de un hombre hambriento. El corazón le dio un
salto por provocar tal reacción. Cuando terminó de besar sus pezones,
ambos brillaban con la humedad.
Jonan lo agarró del pelo y lentamente retiró su cabeza.
― Deja de jugar. Ahora chúpame la polla.
Ah, pero él no había acabado de jugar. Jonan aflojó la presión y bajó la
cabeza. Eli continuó con su paso lento y firme como un anciano que daba
un paseo por el parque. Incluso aunque no pudiera negar la reacción de
su cuerpo cuando su miembro palpitaba entre sus cuerpos, traicionando
la urgencia dentro de él. Cuando llegó al eje palpitante, rodó sus caderas
en la pierna de Jonan, tratando de aliviar el dolor, pero su pene ardía y
sus bolas estaban apretadas.
― Te quiero tanto ― Eli ronroneó.
Los ojos de Jonan eran de color rojo sangre.
― No vas a salir de esta cama insatisfecho.
La promesa flotaba en el aire. Cada centímetro de él vibraba de
necesidad.
― Parece que yo soy el único que te satisface ― bromeó cuando su
pene empujó con aprobación. Cuanto más duro empujó más alta era la
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recompensa y él no podía esperar para recogerla. Se estiró hacia el pene
de su pareja, que pulsaba bajo su palma. Soltó el eje y la erección larga y
gruesa se proyectó hacia su boca. Sopló la punta con la suavidad de
soplar una vela y fue recompensado con un silbido agudo.
― Chúpalo ― Jonan ordenó.
Eli tomó el eje caliente en la boca, deslizándose hacia abajo para
humedecerlo. Con las manos extendió la humedad hacia las bolas de
Jonan. Luego deslizó la piel hacia arriba y abajo mientras chupaba y
lamía.
― ¿Te gusta así? ― Eli bromeó, sin necesidad de hacer esa pregunta.
Jonan sonrió y Eli, de repente, estaba tumbado en la cama. Miró hacia
arriba y parpadeó cuando el cuerpo musculoso de Jonan se cernió sobre
él.
― Me encanta la forma que encajas entre mis piernas. ―Apretó los
costados de Jonan entre sus muslos.
Los dientes de Jonan crecieron con el deseo del guerrero. Estos dientes
querían hundirse y alimentarse. La dura polla de Jonan se deslizó contra
su estómago.
― Me tientas hasta el borde del control. ― Incluso con la confesión,
Jonan no dejó de frotar su pene contra Eli. Enseguida, se inclinó y tomó la
boca de Eli. El control que tenía desde el último beso se evaporó y los
toques posesivos y amorosos de Jonan le ayudaron a encontrar un ritmo.
Esta vez, cuando el guerrero se apartó, Eli fue colocado en sus manos y
rodillas. La mano de Jonan aterrizó entre los hombros. Él empujó hacia
abajo, forzando el culo de Eli a empujar hacia arriba en el aire. Sus dedos
nunca se detuvieron mientras lo estiraban. Jonan se acercó, empujando
su lengua para lamer su entrada. Empujó y todo lo que podía hacer Eli era
gemir mientras agarraba las sábanas. Si muriese ahora, se iría con una
sonrisa en su rostro. Una cosa era cierta. Jonan sabía cómo usar la lengua.
Eli cerró los ojos y dejó que la nueva sensación se extendiera sobre él.
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― Por favor ― suplicó, sin saber exactamente lo que estaba pidiendo.
Todo lo que Eli sabía era que no era suficiente. Cada centímetro de él se
sentía crudo y necesitado.
Jonan se apartó, y Eli se mordió los labios y se obligó a esperar.
Sus manos le frotaron su espalda.
― Provocarme tiene consecuencias adversas. ― Movió sus caderas
más cerca y detuvo su pene en la entrada de Eli. ― Dime lo que quieres.
Eli se mordió el labio. Las palabras no se formaban. Estaba muy
excitado. Un dedo recubierto con lubricante empujó en él y Eli lo aceptó
con entusiasmo mientras empujaba hacia atrás, introduciéndolo más en
el interior. Una fuerte bofetada aterrizó sobre su culo, forzándole a
empujar hacia adelante. Su pene palpitaba entre sus piernas. Necesitaba
más. Desesperado, alcanzó entre sus piernas y se frotó la polla dura.
Cuando Jonan no lo detuvo, jugó con él. Un segundo dedo entró en él y
él gimió de deseo mientras se acariciaba y jugaba con su eje.
― Si gozas sin mí en tu interior esta será una noche larga y dura. ―
Jonan advirtió.
Eli miró hacia atrás y sonrió.
― No voy a venirme pronto ― jadeó. ― Puedo aguantar hasta que
estés listo.
La mano le golpeó en el culo, y eso hizo que sus bolas se tensaran. Si
Jonan no lo follaba en breve, disfrutaría sin él. Independientemente de
cómo jugase, el fuego ardía en su vientre y calor llenó cada centímetro de
él. Apartó la mano, sin necesidad de más estímulos.
Jonan empujó sus caderas hacia arriba, al encuentro de su culo. Se
puso de rodillas con la espalda de Eli presionado contra el pecho de
Jonan. Entonces, se hundió con un empuje duro. Él estaba prácticamente
sentado en el regazo de Jonan cuando su compañero empujó sus caderas
juntas. Con las piernas abiertas y Jonan detrás de él, empujando duro y
profundo dentro de él, él gimió y empujó hacia atrás. Dientes
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mordisquearon el cuello de Eli, mordiendo, pero sin romper la piel.
Entonces, Eli cayó hacia adelante con el pene preso contra el colchón.
Jonan comenzó a moverse de verdad. El guerrero lo golpeó, sacudiendo
su mundo. No hubo amabilidad, pero él pidió el maltrato. Eli cogió la
almohada, necesitando aferrarse a algo.
― Te gusta esto ― dijo Jonan tras cada empuje poderoso. Eli echó la
cabeza hacia atrás cuando el pene golpeó su próstata.
― Justo ahí. ― Él apretó su agarre sobre la almohada. ― Más ―se
quejó. Eso no era suficiente.
Las caderas de Jonan golpearon contra él. El pene de Eli rozaba contra
el colchón cuando era montado hasta el olvido. Pronto llegaron al final. El
calor vibró en su estómago, y sintió sus bolas dolorosamente apretadas y
su pene explotar.
Jonan empujó un par de veces más antes de que su esperma saliera
como un tiro. Poco a poco el suavizando pene se deslizó de su culo, e
inmediatamente añoró el calor.
― ¿Todo bien? ― Preguntó Jonan, empujando el pelo de Eli hacia atrás
para ver su rostro.
― Más que bien ― dijo con absoluta honestidad. ―Sentiré esto
mañana.
― Bien te recordará que eres mío.
Eso fue lo más cercano que Jonan había llegado a declarar que eran
compañeros. Eli cerró los ojos, demasiado cansado para pensar en el
mañana y en todas las cosas que iba a perder.
― Duerme ― Jonan ordenó. ― Mañana, vamos a pasar el día juntos. Y
nos conoceremos uno al otro.
Él ocultó la sonrisa triste en su almohada. No, mañana dejaría a su
compañero y destruiría una horrible arma que él creó. El destino era una
perra que los odiaba.
59
Capítulo Seis
El salón de convenciones estaba lleno. Jonan odiaba las multitudes,
pero sus dos días de descanso, conspiraron para ponerlo en el centro de
zonas ocupadas. Su decisión de participar en el evento de tecnología más
grande del año tuvo algo que ver con eso, pero ahora, él prefirió no 60
pensar en ello.
Él prefería el orden. Las naves tenían límites de peso, ocupación
máxima y si se ignoraban, dejaban al equipo sin aire. Esto era un caos.
Tanta gente los hacía a todos vulnerables. Si él sacase una pistola, iba a
matar a muchos, pero cuando la carrera hacia a la puerta comenzase,
muchos caerían, serían pisoteados y se matarían entre sí para escapar.
Jonan se acercó a Eli, decidido a protegerlo si ocurría lo peor. Algo
primario acechaba en su interior. Tenía que proteger a su compañero.
Nunca había oído hablar de un par acoplado que tuviese esta fuerte
conexión sin compartir sangre.
Eli se movía a su lado. Sus pantalones oscuros se aferraban a su cuerpo
como una segunda piel. Ojos los miraban, a pesar de la gran túnica con la
capucha bajada hasta la nariz. Él se arrastró por el suelo como un gato. Si
bien no pretendía ser seductor, Eli no podía esconderse de los ojos
errantes. Jonan resistió la necesidad de acercarlo y recordar a Eli, a quien
pertenecía. Lo único que le impedía agarrar a su pareja,
independientemente de los ojos que iban a verlos, fue la falta de
intención de Eli. Él estaba haciendo todo lo posible para convertirse en
invisible, pero desprendía una fuerte energía que atraía a otros, con su
cuerpo sexy, era irresistible. Aun así, su compañero tímido trataba de
ocultarse. Si Jonan preguntase, Eli lo negaría, mientras acechaba debajo
de su capa, pero la verdad es que se destacaba como un hombre
desnudo en un convento.
Las pistas no podían ignorarse. Todos en el evento de tecnología
tenían un ordenador personal, menos la persona que estaba a su lado.
Nadie sobrevivía sin uno. Los pequeños dispositivos portátiles conseguían
dinero, pedidos de comida, transporte, búsqueda de mapas, y mucho
más. A veces Eli movía el puño en un gesto utilizado para comunicarse
con un dispositivo sólo para congelarse cuando se daba cuenta de que
no había ninguno.
Cuando Eli lo empujó en el ascensor, había miedo mezclado con deseo.
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Ninguno de ellos podía luchar contra la atracción, pero la confianza
todavía tenía que ser ganada. Jonan sabía que necesitaban tiempo, él
podría forzar la verdad, pero eso podría empujar a Eli aún más lejos.
Jonan miró la mesa de los ordenadores personales. Él nunca dio a
cualquiera de sus ex amantes un regalo. Eli no era sólo un amante, sino
su pareja. Casi podía ver la luz llenar los ojos castaños de Eli cuando le
diese el nuevo dispositivo. Cuando se volvió hacia su compañero, el
hombre se había ido. Parpadeó, pero su compañero no volvió a aparecer
por arte de magia. El miedo heló su sangre. Jonan escaneó el área y vio a
un hombre escapar sombríamente. Nadie lo vio, pero él observaba a la
figura maniobrar hábilmente a través de la masa de gente, y si Jonan no
hubiera estado fijándose en él, entonces no lo habría notado, tampoco.
Extraño. Todos los ojos mirando a Eli se habían apartado.
Usando su entrenamiento guerrero, siguió a su compañero hacia una
puerta del fondo. Eli sacó del bolsillo un dispositivo casero. Él parpadeó y
reconoció las partes del cuarto de baño en la suite del ático. Jonan
empujó la manga, pulsó los botones del dispositivo, y se conectó al
sistema de Eli. La conexión era lenta y débil. Aun así, se conectó al
ordenador improvisado y sonrió. Ahora que estaban conectados, sería
capaz de seguirlo fácilmente. Jonan se retiró a una esquina y se ocultó en
la sombra. Algo estaba pasando y quería respuestas.
La puerta se abrió. Jonan observó el complejo código que Eli había
utilizado. Era más que una entrada en el sistema. Él accedió a los
principales menús del sistema. Esto no tenía ningún sentido. Eli no tenía
el equipo o el tiempo para tal complejidad. Sólo tenía sentido si Eli
conocía la programación principal. Jonan no podía entrar en el sistema de
este edificio, pero podía hacerlo en el del Compañero de la Suerte.
Debería haber presionado más para saber qué tipo de trabajo hacía su
compañero para Axel Tech Grup.
Ahora era demasiado tarde, pensó mientras observaba a Eli entrar en el
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área de seguridad.
Jonan contó hasta diez y luego repitió el código. La puerta se abrió y
entró también.
El pasillo era largo y se dividía en tres direcciones. Él se conectó al
sistema casero de Eli. No tenía ningún tipo de seguridad, pero tenía
sentido, ya que lo hizo esta mañana, probablemente cuando él fue a
comprar ropa. ¿Todo había sido una mentira? Oh, él tendría las
respuestas, incluso si eso significase poner a su pareja en su regazo con el
culo al aire.
Cuando siguió los pitidos del ordenador, una serie de preguntas sonó
en su cabeza. Cuando llegó dentro de un amplio almacén, no vio nada de
valor para robar. Eso era lo único que tenía sentido. Eli tenía que ser un
ladrón. Entonces Eli abrió la bolsa negra que supuestamente contenía
uniformes de trabajo y un notebook. Sí, claro. Él había sido engañado.
Eli caminó alrededor de la gran caja en el centro de la habitación. Fue
necesario un minuto para que Jonan se diera cuenta de que su
compañero estaba colocando objetos en la base de la caja. En lugar de
detener a su pareja para que no robara, prestó atención para ver lo que el
hombre pensaba hacer. El pequeño cilindro negro abriría la caja para que
pudiera ver el interior. Entonces, él sabría exactamente lo que quería Eli.
Eli tomó el ordenador personal, golpeó un par de botones y las luces
de la habitación parpadearon. Entonces empezó a salir humo de la caja.
Los cables quemándose revolvieron su estómago. Él salió de su escondite
y se acercó a Eli.
― ¿Qué estás haciendo? ― Le preguntó.
Eli se enderezó, pero nunca dejó de escribir. De repente, una explosión
destruyó la sala. Miró alrededor de la fuente. La caja con la que su
compañero estaba tan fascinado prácticamente se desintegró. Nunca
había visto nada igual. La única parte que quedaba eran las piezas de la
caja que contenían todo lo que había dentro. El humo se elevaba a su
63
alrededor. Las alarmas sonaron. Miró a Eli, dispuesto a seguirlo cuando
huyera, pero parecía que su compañero quería quedarse y esperar a las
consecuencias.
Jonan corrió hacia él. Agarró a Eli del brazo y tiró de él hacia la salida.
― Tenemos que hablar de esto. No sé lo que hiciste, pero quiero
respuestas. Ahora tenemos que salir de aquí.
― Pero viste lo que hice. ¿No deberías salir por la puerta lo más lejos
que puedas de mí? ¿No me odias?
Jonan parpadeó. ¿Eso era por lo que había renunciado a tratar de
escapar?
― Yo no te condeno. Hasta que no sepa lo que está pasando, nadie va
a tocarte ― y lo decía en serio. Había una tristeza y dolor en aquellos
ojos color avellana que lo dividieron más que lo que cualquier excusa
podría haber hecho.
― No tengo a dónde ir ― Eli confesó.
Jonan empujó a su compañero contra la puerta.
― Me tienes a mí. Soy el lugar hacia donde vas.
― Ellos nunca me dejarán salir. Yo construí eso. ― Apuntó a los
pedazos en el suelo. –Me van a obligar a hacerlo de nuevo. Jonan, tienes
que matarme antes de que suceda. No soy lo suficientemente fuerte
como para soportar el dolor. Por favor.
¿Matarlo? ¿Qué diablos? ¿Alguien había forzado a Eli para hacer cosas
que no quería hacer? Las piezas empezaron a encajar. Esconderse en su
habitación, deshacerse de su ordenador personal que probablemente
tenía un dispositivo de localización en su interior. No volviendo a trabajar.
Sus respuestas vagas. Todas las piezas comenzaron a caer en su lugar,
formando un cuadro muy sombrío.
― ¿Tienes algo más que hacer? ¿Otra caja para explotar?
Eli negó con la cabeza.
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― Eso es todo lo que tenía que hacer.
Se inclinó hacia delante y le dio un suave beso en los labios de su
compañero.
― En este momento, tenemos que salir de aquí. Discutiremos esto más
adelante.
―Me vas a ayudar.
Había tanta esperanza detrás de esas palabras.
― No voy a dejar que nadie te lleve. Lo que has hecho está mal. Pero
voy a escuchar tus razones y vamos a partir de ahí.
Llegaron al vestíbulo de entrada y todas las puertas de salida estaban
cerradas. Eli temblaba a su lado, pero él tomó su equipo improvisado y
comenzó a escribir.
― Estoy destruyendo la videocámara. Nadie te vio conmigo, así que si
vas a tu habitación, serás capaz de salir después de que me encuentren.
Jonan siseó. Cómo iba a huir con Eli cuando el hombre tenía un deseo
de muerte.
― ¿Lo hiciste?
― Sí, sabrán que fui yo, pero nunca sospecharán de ti. Todos los vídeos
de los últimos días están borrados.
Jonan negó con la cabeza cuando él agarró el brazo de Eli y tiró de él
hacia el ascensor. Su compañero luchó, y él le dijo al oído.
― Si luchas, sabrán que no vas conmigo de buena gana. Si nos paran,
se darán cuenta de que estamos juntos.
Eli casi se muere en sus brazos. Al hombre podía no importarle lo que
pasara con él, pero quería proteger a Jonan. Eso es todo lo que
necesitaba saber cuándo empujó a Eli en el ascensor. Cuando alcanzaron
el ático, todos los dispositivos de comunicación dentro del edificio fueron
desactivados. Ellos estaban atrapados en la puerta del ático. Eli tomó su
burdo dispositivo y abrió la puerta.
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― Estás lleno de sorpresas.
En lugar de ser feliz, Eli simplemente bajó la cabeza.
― Sí. Ese soy yo.
― Para. No te odies a ti mismo. Tenemos que resolver esto. Para que
esto suceda, tienes que centrarte.
Eli asintió. Jonan agarró del brazo y tiró de él hacia el ático. Por primera
vez desde que se enteró de que estaría dentro de la suite, Jonan estaba
agradecido. Hasta que sucediera algo fuera, estarían pasando mucho
tiempo aquí y este lugar estaba lleno de cosas diferentes que podrían ser
reformadas y remodeladas en otros objetos. Cuando volvió a mirar
alrededor de la habitación, un plan comenzó a formarse. Acababa de
descubrir una manera de salir de este edificio.
Capítulo Siete
La gran suite de repente se volvió mucho más pequeña. La ostentación
no se podía negar pero al igual que su dormitorio de la niñez, era una
prisión. En cualquier momento los equipos de seguridad empezarían a
buscar. Cada habitación podría ser escaneada. Si empezaban desde abajo 66
y se movían hacia arriba, tendrían unas pocas horas. Para entonces, tenía
que sacar a Eli del complejo.
― Empieza a hablar ― le ordenó. Antes, había sido muy bueno. Esto
tenía que terminar por su supervivencia. Sin estas respuestas, no sabía
cuánto peligro corrían. Eli era un reto que él quería ganar.
― No fue mi intención arrastrarte a esto. Por eso te dejé en la sala de
convenciones ― Eli se defendió.
Este recordatorio hizo al guerrero dentro de él volverse loco. Eli le
pertenecía. Nada cambiaría eso. Él agarró el hombro de Eli.
― Eres mío. ― Los ojos de Eli se abrieron con esperanza antes de que
disfrazara la reacción y lo encarase sin expresión. ― ¿Por qué? Dime por
qué. Nada de invenciones, la verdad. Basta de mentiras.
― Yo... ― Eli bajó la cabeza con vergüenza.
― No mientas ― Jonan terminó por él. ― Sólo detente y comienza a
hablar.
― No puedo mentirte ― Eli confesó.
Jonan resopló.
― Lo has hecho desde que nos conocimos.
― No. Todo lo que he dicho es cierto, pero de la forma en que lo conté
parece otra historia.
No era lo que necesitaban discutir. Mentiras eran mentiras, no importa
como Eli las justificase.
― ¿Qué has destruido? ― Le preguntó, tratando de llegar de nuevo al
asunto.
― Un arma. ― Eli bajó la cabeza. ―Yo la he construido. El dueño de
Axel Tech Group prevé utilizarla en el simposio para matar a la gente allí.
¿Por qué matar a todo el mundo? Pensaba en las personas que iban a
asistir. Este tipo de eventos atraían a las mentes científicas en lo más alto
del universo.
― ¿Están detrás de Elijah Narvin? ― Eso tendría sentido. El hombre
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creó la mejor manera de viajar, utilizando la materia oscura, pero él
trabajaba para el Axel Tech Group. Esa parte no tenía sentido. Pero si
querían matar al científico más importante, cada lista comenzaba por él.
― ¿Es que quieren matarlo?
Eli negó con la cabeza.
― No. No es así. No aparecerá. Eso fue sólo una estratagema para
conseguir tenerlos a todos en una habitación. Axel Grey planea dar a
conocer su nueva arma ― Sin previo aviso, Eli se lanzó a los brazos de
Jonan. Se estremeció bajo su tacto cuando Jonan le frotó la espalda,
tratando de consolar a la persona que se había vuelto muy importante
para él en un corto período de tiempo. ― No quería que eso sucediese.
Si tienen éxito, el universo se convertirá en un lugar peor aún por mi
culpa. Si todo va según ellos quieren, la mayoría de la gente aquí morirá
de miedo y huirá a través de los planetas ― Eli respiró hondo. Jonan
continuó frotando, tratando de consolarlo, y esperó a que continuara.
―Tú estabas en peligro también. Yo quería cambiar eso. Ahora todavía
estás en peligro ― Eli hizo una pausa, como si las palabras fueran difíciles
de confesar. ― Cuando me enteré de lo que estaban planeando, no
podía permitir que personas inocentes murieran ― Su cuerpo se relajó en
los brazos de Jonan. ― Acabó. El arma fue destruida, y también toda la
información necesaria para volver a crearla ― Eli trató de apartarse, pero
Jonan no le dejó ― Lo siento mucho. Debido a que estamos juntos, te
has convertido en un objetivo ― Eli frotó la nariz contra la camisa de
Jonan. ― No debería haberte envuelto.
Algunas cosas no tenían sentido.
― Si el arma es tan peligrosa, entonces sólo un científico abandonando
el grupo no será suficiente. Los otros miembros del equipo pueden
compensarlo.
―No. Nadie puede volver a crearla. Sólo yo. Y nunca he compartido las
piezas necesarias. Ellos pueden intentarlo, pero no van a conseguirlo.
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Algo era aún incorrecto. Sólo un científico impactaba al mundo de la
tecnología y la ingeniería en esa medida. Se encontraba en un nivel
totalmente diferente. ¿Podría ser?
― ¿Cuál es tu nombre?
Eli negó con la cabeza.
― Yo prefiero no decirlo.
Era muy importante para dejarlo pasar. Jonan se alejó lo suficiente
como para que pudiera levantar la barbilla de Eli. Sus ojos se encontraron.
― Tu nombre.
― Elijah Narvin.
Por último, las últimas piezas encajaron. Eli diseñó y creó un equipo
improvisado sin fichas y piezas en el interior de la suite. Él escribió un
código complejo que le permitió asumir el control del sistema. Una cosa
era segura, no podía quedarse allí. Este hombre era el más brillante
científico de élite del universo. Jonan dio un paso atrás y Eli se encogió
pensando que estaba siendo rechazado.
― No. ― Él agarró el brazo de Eli. ― Tu identidad complica las cosas,
pero no voy a dejarte ir ―Atrajo a Eli más cerca, y el otro hombre se
pegó a él como un hombre hambriento encerrado en un asador. ― No
podemos quedarnos aquí.
Eli asintió.
― Puedo liberar los bloqueos de la ventana o abrir las puertas. ―
Luego sacudió la cabeza. ― No podemos salir por la puerta. Nunca
vamos a pasar por la seguridad. Jonan, voy a entregarme. Nadie
sospechará de ti. No voy a dejar que lo hagan.
Resopló, extendió la mano y agarró la cara de Eli. Su compañero se
relajó con su toque. Bajar no era la respuesta. Si lo hicieran, nunca
podrían llegar a la calle. Se dirigió con Eli a la ventana y miró hacia afuera.
Entonces Jonan vio un pequeño edificio no muy lejos. Sería suicida saltar,
pero si se deslizasen hacia él con el equipo adecuado, todo estaría bien.
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― No podemos salir por la puerta delantera. Así que necesitamos una
forma diferente de escapar.
― ¿Cómo? ― Eli lo miró. El miedo nublando sus ojos y Jonan deseó
que el miedo desapareciese.
Jonan señaló la ventana hacia el edificio de enfrente.
― Vamos a llegar a ese edificio. Sin seguridad que nos detenga, vamos
a caminar hasta la calle y huir.
― No puedo volar.
Jonan sonrió.
― Ni yo. Tendremos que saltar.
― ¿Qué? No puedo saltar tan lejos. ¿Puedes saltar tan lejos?
Esta vez, se rió. Eso rompió la tensión cuando una pequeña chispa de
esperanza llenó la habitación.
― Yo no puedo. ― Eli apartó la mirada confuso. ― Mientras que
destruyes los bloqueos de seguridad, voy a trabajar en algo que nos lleve
hasta allí. ― Señaló la azotea de enfrente.
― No vamos a conseguirlo. No me importa si mi vida ha terminado,
pero no te dejaré morir.
Jonan silbó. Sólo de pensar en Eli herido o muerto le hacía hervir la
sangre como agua caliente. Agarró los brazos de Eli.
―Tú no vas a morir. Yo te protegeré, pase lo que pase.
― Jonan, yo no puedo ser capturado. No soy lo suficientemente fuerte.
Voy a agrietarme bajo el dolor. Al final, voy a volver a crearlo.
― ¿Dolor? ― Preguntó Jonan. Él lo dejó pasar antes, pero ahora no. ―
¿Te han hecho daño antes?
― No importa ahora. Estoy contigo.
Tomó una respiración profunda. Eli no trabajaba para Axel Group
porque quería. Lo obligaron a través del dolor.
― Jonan. ― Dijo Eli.
Ahora no era el momento. Él apretó a Eli en sus brazos. Si cogieran a su
70
compañero, lo torturarían. Esto no ocurriría.
― Voy a sacarte de aquí y luego vamos a tener una larga charla acerca
de todo esto.
― Está bien.
― Bien. Vamos a tener que ponernos en contacto con el Consejo. Ellos
supervisan a las empresas y a los planetas. El universo mantendrá a Axel
Tech Group en jaque.
― ¿Seguro que puedes hacer esto?
Jonan no iba a ser subestimado.
― Tenemos todo lo que necesitamos aquí. La tecnología no es la única
cosa que podemos utilizar. Voy a construir un planeador. Va a soportar
nuestro peso y vamos a deslizarnos todo el camino hasta allí.
Eli miró hacia abajo.
― Si no lo conseguimos, entonces estamos muertos.
Esta vez él resopló.
― ¿Confías en mí?
― Por supuesto.
― Confía en mí para mantenerte seguro.
Pasaron horas antes de que terminaran. Eli miraba con admiración la
creación improvisada. Él creó ordenadores y armas con piezas hechas a
medida, pero nunca creó objetos con trozos de otras cosas. Con la
madera de los marcos de las puertas, tejido de cortinas y otras piezas
dispersas, Jonan creó un dispositivo basto, una solución práctica a sus
problemas.
Se estremeció pensando en el guerrero destruyendo muebles y
reutilizando piezas. El enfoque del hombre lo dejó hormigueando. La
seriedad y determinación agitaban sus entrañas. Su corazón latía con
fuerza mientras pensaba en ello. Jonan podría darse por vencido, echarlo
71
o dejarlo atrás, pero él luchaba para salvarlos. Nadie había luchado nunca
por él así. Jonan le sorprendió de muchas maneras. Cuando necesitaron
un adhesivo, Eli estaba dispuesto a renunciar, pero Jonan reprogramó el
replicador. La máquina ahora manipulaba la masa para crear agentes de
enlace para su planeador. Ahora, el producto final estaba en el suelo.
Ocupando la mayor parte de la habitación con una envergadura de un
tamaño adecuado para pasar a través de las puertas del balcón.
Él puso la mano en el brazo de Jonan necesitando el contacto, pero el
otro se alejó. Esta acción le hirió tan fuerte como una bofetada. Eli apretó
los puños. Después de todos los años de dolor infligido sobre él, este
momento le golpeó diez veces más que cualquier cosa que Axel Gray le
había hecho.
― No tienes que hacer esto. ― El edificio estaba tan lejos. Si no lo
conseguían, todo había terminado. Muy bajo, podría colisionar con el
edificio. Demasiado alto, volarían sobre él.
― Tenemos que hacer esto. Es la única manera. ¿Tienes miedo?
― No de morir. ― Casi mantuvo oculta la verdad. ― Pero no puedes
estar cerca de mí. No debes arriesgar tu vida para salvar a alguien a quien
odias. Yo no lo quiero.
Jonan resopló.
― No te puedo tocar, porque si hago esto vas a ser lanzado contra la
pared, y luego te joderé hasta que te desmayes. Por mucho que me
gustaría esto, no tenemos tiempo. Pero cuando esto se acabe estate
preparado.
Esta advertencia envió un tipo diferente de temblor a través de él. Si
eso fuera cierto, cada parte de él saltaría de alegría.
― Entonces será mejor que nos pongamos en marcha ― dijo Eli. Se
lamió los labios, de repente necesitando humedecerlos.
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Jonan gruñó.
―Haciendo esto difícil.
Eli se encogió de hombros. Si Jonan lo encontraba difícil, pues que así
sea. Este deseo lo dejó saltando de alegría.
Jonan alargó la mano para tocarlo, pero desistió.
― ¿Listo? ― Preguntó el guerrero, antes de darse la vuelta,
demostrando que no esperaba una respuesta. ― Va a salir todo bien. No
tenemos mucho que hacer.
Eli asintió cuando el clima se volvió tenso y Jonan se esforzó por
mantener su distancia.
― Sólo quiero decir...
Antes de que pudiera terminar sus pensamientos, Jonan le interrumpió.
― Más tarde. Vamos a eso hasta que estemos fuera de aquí.
― Por supuesto ― Eli estuvo de acuerdo, feliz de tener algún tipo de
alivio antes de confesar cosas que eran muy egoísta para él decirlas. Su
voz interior susurró: No quería oírlo. Odiaba esa voz. Traía dolor y duda,
recordándole que nadie quería escucharlo. Sin dejarse intimidar por el
rechazo evidente, asintió. A veces, su capacidad de ocultar sus
sentimientos lo sorprendía.
Jonan ató el artilugio en su espalda. Después de estar firme, extendió la
mano.
― Ven aquí.
Eli se acercó. Un paso más y sus cuerpos se tocarían. ¿Estaba
permitido? Jonan tiró de las asas con una mano y con la otra le dio un
fuerte abrazo. Su espalda presionada contra el cuerpo duro del guerrero.
Unos fuertes brazos lo rodearon y se relajó. Esto es lo que quería de la
vida. Ser comprendido y amado.
Jonan chasqueó el cinturón alrededor de su cuerpo.
― El cinto te sujetará a mi lado. También me permitirá liberarte cuando
73
lleguemos al edificio.
― ¿Liberarme? ― Preguntó Eli.
― Puede que no sea capaz de aterrizar contigo.
Eli se atragantó. Esto no terminaría bien. Cerró los ojos y se concentró
en empujar el miedo.
― Entiendo.
― No importa lo que pase, yo te protegeré ― Jonan prometió.
―No. No quiero sólo que me protejas. Quiero que vivas conmigo. Los
dos tenemos que sobrevivir. No voy a hacer esto sin ti.
Su compañero gruñó.
― Entendido. Ahora abre la puerta.
Eli asintió. Utilizó su ordenador casero para introducirse en el sistema.
Apretó un botón para abrir todas las ventanas del edificio. Cada puerta
estaba abierta. Nada quedó bloqueado. Ni las puertas de la suite, ni las
de la oficina, baño, puertas de seguridad de acceso a áreas privadas.
Abrió todo. Las alarmas sonaron en el interior de la habitación, pero no
sólo aquí. Todo el edificio se llenó con un fuerte gemido. Esto les daría el
tiempo necesario para salir de aquí. El aire frío sopló en la habitación y se
sacudió cuando una ráfaga de viento bailó a través de su piel.
― ¿Seguro que esto funcionará? ― De alguna manera, saltar de un
edificio de doscientos metros con un planeador de mano parecía
estúpido ahora que, efectivamente, iban a hacerlo.
― Confía en mí. Yo te protegeré.
Eli llegó atrás y puso ambas manos sobre las caderas de Jonan. Bastó
tocar al otro hombre para darle valor. Caminaron hasta el borde y se
quedaron allí. Miró hacia abajo y todo era tan pequeño.
― A la de tres, vamos a saltar. Uno, dos, tres ― Su compañero saltó
desde el balcón, y se lanzaron con las alas en el aire deslizándose a través
del cielo. Él envolvió sus piernas alrededor de las piernas de su
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compañero y se sujetó. Eso parecía mucho mejor que mirar alrededor. A
una parte de él no le importaba si esto no funcionase. Morir en los brazos
de su compañero tenía que ser el mejor camino a seguir.
El tiempo se detuvo cuando comenzaron a caer. ¿Funcionaría? Él cerró
los ojos, incapaz de mirar si el suelo iba a alcanzarlos o si ellos chocarían
contra el suelo. ¿Importa quién o incluso que golpearía a quién? Si él
hubiera dicho a Jonan que odiaba las alturas, tal vez hubieran creado un
plan diferente. No este salto suicida, pero retuvo la información. No tenía
necesidad de decir en voz alta el nombre del plan.
Se balancearon en el aire. Eli siseó agradecido de haber usado el baño
antes de salir. Al abrir los ojos, decidió que si chocasen contra el lado del
edificio, él quería verlo. La muerte no iba a sorprenderle. El edificio estaba
tan cerca. Eli gritó mientras corrían hacia él.
― Ya casi estamos allí.
Sin bromas, quería gritar, pero no lo hizo. Su boca no se movía.
Jonan lanzó su cuerpo hacia atrás. Las alas del planeador atraparon el
viento suficiente para detener su caída a plomo y convertirla en un
descenso decente. Cuando desaceleraron, Eli miró hacia abajo. Se
acercaron al techo un poco demasiado rápido. Él gritó. No iban a tierra,
sino que golpearían el techo.
― Voy a abrir el cinturón de seguridad. Necesito que saltes.
Él parpadeó.
― ¿Qué? ― No le podía pedir que saltara. Jonan tenía que estar
bromeando.
― Puedes hacerlo. Si no...
Jonan dejó la última parte en suspenso, pero Eli sabía lo que quería
decir.
― Si no ambos moriremos. ― Estaba a punto de discutir cuando Jonan
abrió el cinto. Ellos ya no estaban atados, y cayó. Eli rodó sobre la
superficie dura, tratando de detener su cuerpo en movimiento. Cuando
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finalmente se detuvo estaba boca arriba. Todo dolía, pero podía moverse.
Miró a los tres soles por encima de él y, por primera vez en su vida,
estaba feliz de verlos. Eli recordó a Jonan y se levantó rápidamente. La
piel de sus manos estaba rasgada. Sus pantalones habían sido cortados
por el áspero pavimento y la sangre goteaba por la pierna, pero tenía que
encontrar al guerrero. Cuando lo vio al borde del tejado, Eli suspiró. El
planeador se rompió en pedazos alrededor del cuerpo de Jonan.
Cojeó hacia él y ayudó a su compañero a salir del cinturón de
seguridad. La sangre hizo la tarea casi imposible. Jonan lo agarró por las
muñecas. Sus ojos eran de color rojo sangre cuando crecieron sus
colmillos. Se llevó las manos de Eli a los labios y lamió la sangre. Era tan
bueno. La lengua de su compañero acarició las heridas y alivió el dolor
agudo.
― ¿Estás bien? ― Preguntó Eli.
Los ojos de Jonan empezaron a cambiar de nuevo a marrón oscuro. Las
palabras lo sacaron del hechizo y liberó las muñecas de Eli.
― ¿Estás bien? ― Preguntó Jonan, ignorando su pregunta.
Él apartó las ropas rasgadas de Eli, en busca de contusiones. Se detuvo
en las rodillas sangrientas.
― Estoy bien. No hay nada roto. Puedo caminar. ¿Y tú?
Jonan asintió.
― Yo estoy bien. ― Como para demostrar esta afirmación, se puso de
pie. Él extendió la mano y tiró de Eli poniéndolo de pie. El mundo
comenzó a girar, pero se sujetó.
― Tenemos que irnos. ― Eli empezó a caminar, pero las piernas
cedieron. El dolor irradió desde el tobillo como un látigo afilado contra la
piel desnuda. ¿Por qué no sintió esto antes? Él sabía la respuesta antes de
terminar de preguntar. La adrenalina le mantenía en movimiento. En lugar
de detenerse, Jonan se inclinó. ―Sube a mi espalda.
76
― Esto no es justo. Tengo que hacer esto yo solo ― el argumento
sonaba débil, como algo que un niño enfurruñado podría decir.
― No puedes hacer esto por tu cuenta. Podemos esperar aquí hasta
que vengan a por nosotros o puedes subir en mi espalda ― Jonan podría
haberle dado una elección, pero Eli no se dejó engañar. Él sería cargado
de una forma u otra, por lo que en lugar de seguir quejándose, él subió, y
luchó para mantenerse despierto. Jonan rompió la puerta y bajó las
escaleras. Sin parar. Ni siquiera sudó con el peso adicional. Había oído a
menudo que los Warsarians eran la raza más fuerte del universo. Ahora,
él lo creía. Jonan haría lo que fuera necesario para mantenerlo con vida.
No porque él quería algo de él, sino porque... porque ¿por qué? Se aclaró
sus pensamientos. Ellos no necesitaban distracciones.
Después de una hora, Jonan detuvo. Él abrió la puerta que daba a un
hangar privado, pero su corazón se hundió cuando no tenían naves
espaciales en el interior.
Jonan lo sentó en el suelo.
― No hay nada aquí. Está vacío.
― Presioné el botón de emergencia para ponerme en contacto con mi
nave. Ellos enviarán un servicio de transporte. Tenemos que esperar unas
horas, pero vendrán. Esperemos que nadie nos encuentre hasta el
momento.
― ¿Cómo sabe tu gente que estamos aquí? ― Preguntó Eli.
― Cuando los Warsarians visitan un mundo, planeamos la batalla, el
discurso, y algunas formas de escapar. Cuando mi capitán reciba la
llamada de socorro, vendrá.
Eli asintió. Ahora, no quería pensar en lo que sucedería después. Él
extendió la mano.
― Siéntate a mi lado. Por favor. No quiero estar solo.
77
Capítulo Ocho
Jonan no pudo resistirse a la petición de Eli. El miedo en el tono y la
mano temblorosa le obligaron a entrar en acción. Se sentó al lado de su
compañero y le pasó un brazo por encima del hombro. Su compañero se
apretó contra él. 78
― Lo conseguimos ― dijo Eli.
Jonan asintió. Descansó la mano en el muslo de Eli.
―¿Cómo está tu pierna?
Eli dobló la rodilla poniendo un poco de peso en el tobillo. Dijo entre
dientes.
― No es tan malo ― Puso la pierna de manera protectora contra el
pecho, contradiciendo sus palabras.
Jonan gruñó a la obvia mentira.
Eli se congeló, como si estuviera esperando a que algo malo sucediera
para hacerle daño. Cuando Jonan se acercó, Eli bajó la cabeza.
― Sin mentiras. La verdad. ¿Cómo está tu tobillo?
― Yo no estoy mintiendo. Me duele el tobillo, pero es soportable.
Puedo tolerar el dolor. Hay cosas mucho peores que una lesión de tobillo.
¿Soportable? ¿Esa era su manera de describir una lesión? Las palabras
"tolerar" y "dolor" dieron a entender que él ya había lidiado con una serie
de lesiones. Pedazos de imágenes continuaron llenando el cuadro que
había comenzado a formarse. Eli sufrió una gran cantidad de abusos. Ya
había sospechado algo.
― Dime lo que es peor que una lesión de tobillo ― apretó los
hombros juntos y apretó la rodilla de Eli, en silencio, dejando que el otro
hombre supiera que estaba allí.
― Bueno, pasar días sin comida duele. Estar tan hambriento que
parece que mi estómago se va a comer a través de los intestinos ― Eli
hizo una mueca. ― Tener sumergida la cabeza en agua fría y sólo cuando
mis pulmones comienzan a llenarse y acepto que el final está cerca, mi
cabeza se saca. Después de que reúno la mayor cantidad de aire soy
empujado de nuevo ― Eli cerró los ojos y Jonan apretó la pierna de
nuevo para que su pareja supiera que no estaba atrapado en un
recuerdo. Algún día, Jonan encontraría los idiotas que lastimaron a este
hombre y los mataría.
79
― Está bien. No tienes que continuar.
Eli negó con la cabeza.
― Sí, tengo ― Tomó una respiración profunda. ― Al principio me
negué. Realmente lo hice. El agua fría, ¿cuán mala podía ser? Dolió. Di la
bienvenida a la locura que seguiría. Sería un dolor sordo. Pero quedé
sano. Entonces me desmayé. Me desperté colgando de una cadena
envuelta alrededor de las muñecas. La habitación era mucho más fría que
el agua. No podía dejar de temblar ― Eli se sacudió como si el frío lo
hubiera alcanzado a través del tiempo y seguido hasta aquí. ― No me
gusta el frío. Con el agua, pensé que iba a morir, pero simplemente
colgado en la oscuridad, sabía que la muerte no vendría ―La derrota en
los ojos de Eli lo enfureció. Nadie tenía el derecho de hacer eso a otra
persona. ― Si no luchaba, no habría ningún dolor. Bueno, todavía me
dejaron pasar hambre y no me dejaban dormir. Tuve que crear armas
monstruosas ― Eli enrolló ambas piernas contra su pecho como si
estuviera tratando de encogerse en sí mismo. ― Soy egoísta.
Jonan tiró de él en un fuerte abrazo.
― Sé lo que es vivir con el abuso. Dispuesto a morir para acabar con el
dolor. Pero como yo, no te diste por vencido. Eso hace de ti un guerrero.
Vivir a través del dolor y hacer lo necesario para sobrevivir muestra que
tu voluntad es imbatible.
― Yo dejé que me utilizaran para crear un arma ― Eli cerró los ojos. ―
Jonan es horrible. Quiero decir. Si me obligan de nuevo, yo no puedo
luchar más. Duele mucho. Voy a hacerlo de nuevo. Tal vez esto tardará
dos o tres años, pero sucederá. Esta no es la acción de un guerrero, sino
de un hombre vencido.
Jonan resopló.
― Los hombres derrotados no se escapan. Ellos no explotan las armas
y saltan de edificios. No subestimes lo que puedes hacer ― Puso la mano
80
en la parte superior de la cabeza de Eli y revolvió el pelo. ― Además, no
vas a volver. No voy a permitir que eso ocurra. Así que, no más
preocupaciones. ¿Entendiste?
Eli le dio una sonrisa triste.
― Jonan, quiero más. No algún guerrero protegiéndome como el tipo
débil de la relación. Yo no te culpo si, cuando esto termine, no quieres
nada para mí.
― ¿Por qué piensas eso? ― ¿Quizá Eli pensó que lo estaba haciendo
sólo para posar de héroe para alguien en peligro?
― En tu habitación, apenas me miraste y me tocaste. No es que te
culpe. Entiendo que yo era una distracción. Pero a veces pienso que
estarías mejor sin una flecha apuntando a tu pecho.
― Deja de decir ese tipo de cosas, tienes todo el derecho a exigir mi
atención ― Esta vez puso de rodillas de Eli y lo puso sobre su regazo. Su
compañero montó sus muslos. Sus ojos se encontraron y ninguno de
ellos podía apartar la mirada. El calor irradiaba de ellos. Inhalar el aroma
dulce y seductor de Eli hizo doler a Jonan de necesidad.
― ¿Quieres quedarte conmigo o estás atraído por mí porque somos
compañeros?
La pregunta lo sorprendió. Eli nunca se dio la vuelta. Dudaba de su
fuerza, pero esta pregunta mostró a Jonan que este hombre le haría
frente sin ocultarse.
― Sabes que somos compañeros. La mayoría de los humanos no
pueden sentir la conexión hasta después de que se intercambia la sangre.
― La sentí desde que nos conocimos. Por eso que fui a tu habitación
para tener relaciones sexuales.
Eso lo sorprendió más que nada de lo que Eli podría haber dicho. No
eran sólo los seres humanos, la mayoría de las especies no sentía la
conexión. En lugar de bailar en torno al tema, lo encaró.
81
― Amo tus manos. ―Eso simplemente no tenía sentido, pero Eli
esperó a que continuara y Jonan trató de poner sus sentimientos en
palabras. ― Ellas no son suaves, sino que pertenecen a alguien que sabe
cómo trabajar. Me encanta la sensación de tu cuerpo contra el mío, como
si estuviera hecho para encajar en mi abrazo. Me encanta la forma en que
me besas con incertidumbre al principio y un minuto más tarde con
necesidad. No quiero nada más que hacer que hacerte mío y garantizar
tu seguridad.
― ¿Qué me estás pidiendo?
― Quiero que seas mi compañero. No porque el universo te ha
elegido, sino porque quiero estar contigo ― Jonan dijo.
― Sí. ― Eli se arrojó contra él. Sus labios se encontraron cuando los
dedos frotaron hacia abajo su cuerpo. ― Yo te quiero. ― No había nada
suave en la forma en que se desnudaron. Un día había pasado desde que
se hundió en Eli, y su pene quería volver a casa. Sus bolas se apretaron
conformes.
Sus cuerpos brillaban por el sudor cuando su compañero se subió a su
regazo después de deslizarse fuera de sus pantalones. Eli juntó sus penes,
frotando ambos ejes rígidos con la mano. Él arqueó su espalda cuando
bajó la mano, pasando su pulgar sobre la corona del pene de Jonan. Eli se
retrajo para no venirse tan rápido.
― Déjame ver como gozas ― dijo Jonan.
Los ojos de Eli estaban vidriosos cuando la pasión se apoderó de él. Se
deslizó por las piernas de Jonan, pero todavía estaba lo suficientemente
cerca para poder alcanzar y tocar. Los dedos de Eli se movieron sobre la
cabeza de su pene. El hombre ya estaba mojado y Jonan gruñó, sabiendo
que se deseaban uno al otro.
― Usa tus dedos.
Su compañero obedeció inmediatamente. No, más que eso. Obedecer
hizo que la polla de Eli se contrajese. Archivó esta nueva información para
82
más tarde, cuando su pareja se movió con la gracia de un bailarín. Con
una mano llegando detrás de él, preparó su culo mientras la otra mano
frotó su erección. Sin embargo, sus ojos nunca dejaron a Jonan mientras
seguía acariciando su pene. Jonan dolía de necesidad. Su bestia interna
quería tirar a Eli al suelo y montarlo hasta el agotamiento, pero dejó a Eli
marcar el ritmo.
La velocidad aumentó, mientras Eli movía sus dedos frenéticamente
sobre su eje. Entonces echó la cabeza hacia atrás cuando el semen
caliente cubrió su mano.
― Utilízalo para lubricar mi polla ― Jonan ordenó.
Eli no tenía que ser mandado dos veces. Él soltó su pene y se limpió el
semen en el eje largo de Jonan. Jonan sonrió por la audacia y
recompensó a Eli metiendo dos dedos en su interior.
― Por favor ― rogó Eli mientras su pene se agitaba de nuevo a la vida.
― Toma lo que quieras compañero ― Jonan ordenó y Eli se colocó
sobre su pene bajando lentamente las caderas y empalando su cuerpo.
Silbó, no esperando una acción rápida. Eli parecía el tipo de persona que
normalmente empezaba lento, pero ahora Jonan no estaba seguro de
que fuera verdad.
Eli sacudió sus caderas. Jonan puso las manos en sus caderas y su
compañero le ayudó a superar el placer. Fuera de este edificio, los
hombres los buscaban, pero nada de eso importaba. Ahora, eran sólo los
dos. Jonan puso las manos en la cintura de Eli y juntos se movieron uno
contra el otro. El calor quemando por dentro, empujándolos más cerca
del borde. Eli lo montaba frenéticamente. Sus ojos se encontraron y
Jonan sabían que ambos estaban tan cerca. Con los dientes, se mordió la
muñeca.
― Tenemos que beber uno del otro.
Eli le agarró la muñeca y la llevó a sus labios. Sólo se ralentizó lo
83
suficiente para beber su sangre. La sangre corrió por la mandíbula de Eli y
él sacó la lengua tomándola. Con una sonrisa maliciosa Eli inclinó la
cabeza, dejando al descubierto su cuello.
― Es tan delicioso ― Eli gimió. ― Hazme tuyo ahora.
Jonan no puedo resistir esta invitación. Mientras Eli saltaba arriba y
abajo en su pene, sus dientes crecieron. Jonan se inclinó y le mordió el
cuello a su compañero. La sangre fresca corrió por su garganta. Nunca se
cansaría de ese gusto. Eli se endureció. Calor salpicó en su estómago y
Jonan levantó a su compañero impulsándose duro y rápido hasta que su
polla explotó, llenando a su compañero con el semen. Eli se derrumbó y
Jonan abrió los brazos. Sus dedos se movieron sobre el otro, era
imposible obtener el contacto suficiente entre sí. Y eso era sólo el
principio.
Capítulo Nueve
El vínculo de pareja entre ellos ronroneó. Eli frotó el brazo de Jonan,
necesitando el contacto como un adicto a las drogas.
― Tu piel es tan buena.
Jonan puso su mano en su nuca y ligeramente masajeó sus músculos 84
rígidos. Los ojos de Eli se cerraron mientras saboreaba el toque.
― Estás tenso ― dijo Jonan. Él no estaba bromeando, Eli nunca pensó
en los músculos rígidos.
― A veces me duele el cuello. Pero sigo adelante. No hay tiempo
suficiente para preocuparse por el dolor.
Jonan apretó los labios en su oreja. Algo que Eli encontró que le
gustaba mucho. Entonces su compañero le preguntó.
― ¿Qué más duele?
Eli sabía que Jonan estaba buscando todo su dolor para encargarse él
de ello. Era una pena que tendrían que esperar. Ahora, Eli sólo quería
tumbarse en la cama, mientras que Jonan buscaba en todos los pliegues.
― Me duele la espalda a veces. Mis brazos y manos. Mis piernas y pies.
― Luego miró a Jonan. Sus dedos señalaron abajo hacia la ingle. ―
Bueno, aquí se pone duro y muy difícil. Y yo me cuido, pero es difícil
incluso aliviarme. No es algo que se puede tratar fácilmente.
La mano de su cuello avanzó por su espalda hacia el trasero.
― Oh, puedo manejarlo. Por supuesto me puede llevar mucho más
tiempo que tu mano impaciente, pero el resultado es el mismo. Además,
tendrás que ejercitar tus pulmones mientras mendigas y gritas por más.
― Si llegas hasta ahí. ― Eli dejó las palabras de doble sentido sobre
Jonan. ― Podría dejarte probar.
― Estoy aquí para un montón de cosas. ― Jonan se tensó. Pasó un
brazo apretado alrededor de Eli.
― Jonan ― dijo mientras su compañero revisaba el área.
― Vístete. No estamos solos.
La mano de Eli tembló mientras trataba de vestirse, que era mucho más
difícil cuando le dolía ejercer presión sobre el tobillo lesionado. Cuando
Jonan terminó, él ayudó a Eli antes de empujarlo a las sombras. Había un
pequeño agujero en la pared y se apretó contra él, tirando de la capucha
hacia abajo para mezclarse con la oscuridad.
― Podría ser cualquiera. No te preocupes. Estoy contigo. Nadie te hará
85
daño ― dijo Jonan.
Eli se dio cuenta de que estaba temblando. Nunca antes había estado
tan asustado. No era su seguridad lo que le preocupaba.
― Ellos están detrás de mí.
Un dedo se presionó en sus labios.
― Ellos están detrás de nosotros, compañero.
― Compañero ― Eli susurró, no queriendo ser escuchado. Era correcto.
Él estaba acoplado. Agarró la mano de Jonan. ― Yo no tengo un arma.
― Ni yo. No fueron autorizadas en el complejo. ― Jonan tomó una
lámina de sierra utilizada en para las comidas. No era mucho, pero era
algo.
― Yo tengo esto y puedo matar con mis propias manos.
Eli asintió. No tenía ninguna duda de que su pareja podría hacer eso.
― Sé que estás aquí, ― una voz que él reconoció gritó. Eli se
endureció. Se agarró a la camisa de Jonan. ¿Qué demonios estaba
haciendo aquí? Grey nunca se hizo cargo de los negocios. Él enviaba a los
hombres para hacer frente a los problemas.
―Has sido muy malo, Elijah. Se acabó la broma. Sal y te perdonaré en
unas pocas semanas.
Se estremeció, pensando en la agonía que estas semanas implicarían
antes de que él fuese perdonado.
Los ojos de Jonan eran de color rojo, pero se quedó junto a Eli.
― Si tengo que cazarte, lo que es muy fácil de hacer con el chip de
rastreo dentro de ti. ― él se rió. ― No creerías que no pondría uno en ti.
Eres demasiado valioso. No hay nadie como tú. Pero yo soy el único que
puede rastrearte. Tuviste un par de días de diversión. Que envolvió
bombas y un virus informático. ― Las últimas palabras estaban dichas
con frío odio. ― Ahora, es el final. ― La amenaza persistía en su última
declaración.
86
Jonan levantó un dedo y lo puso en la boca de Eli. Con la cabeza, se
inclinó hacia un lado, en silencio diciendo a Eli que iba a luchar.
Eli sacudió la cabeza con desesperación.
― Si conecto el chip para encontrarte digamos apenas que vas a
quedar lisiado. No necesitas caminar, para diseñar y crear para mí. Voy a
empezar por romperte los tobillos y luego tus rodillas.
Los colmillos de Jonan crecieron y su compañero se convirtió en el
guerrero temido. Se arrastró y desapareció en las sombras. Eli oyó el clic
del dispositivo de seguimiento activarse y se puso rígido. Era sólo
cuestión de tiempo antes de que lo encontrasen. La peor parte fue que él
los trajo aquí.
Armándose de valor. Parpadeó incapaz de ver, pero sentía a Jonan. El
hombre estaba rasgando a los hombres. Él rompió cuellos y arrancó
carne. Después tiró el cuchillo en el pecho de un hombre. Eli se arrastró
fuera de su escondite, incapaz de sentarse y ver. Tan pronto como salió
de su agujero, Grey miró hacia la oscuridad. Su dura cara no daba tanto
miedo como antes. Su antiguo jefe sacó una pistola. Eli sentía a Jonan y
supo que estaba exactamente donde su antiguo jefe estaba apuntando el
arma.
Eli sintió el zumbido de energía. Se arrastró hacia fuera para distraer al
otro hombre. Grey se volvió hacia él. Sus labios se arquearon en una
sonrisa siniestra y Eli sabía que este hombre tenía placer en destruir vidas.
El no correría lo suficientemente rápido para alejarse de él. Grey no lo
dejaría ir. Nunca dejaba nada fuera del alcance de sus manos, y eso le
incluía. Eli no era tan fuerte como Jonan, pero tenía otras habilidades.
Sentía la fuerza de sus poderes psíquicos. Apuntó al arma, pero algo
estaba mal. Cuando Eli lanzó sus poderes en Grey, su jefe voló a través
del compartimiento de carga y chocó contra la pared con los huesos
machacados y por un momento el hombre que lo atormentó lo miraba
87
con los ojos muy abiertos, conmocionado. Entonces la luz dejó sus ojos y
cayó al suelo.
Eli se miró las manos, horrorizado por lo que había hecho. Su poder no
era tan fuerte. Cuando alzó la vista, Jonan estaba en el borde de la puerta
del compartimiento de carga, cubierto de sangre. Sus ojos asombrados
miraron a Eli como si nunca lo hubieran visto antes. Nada podía ocultar el
miedo del guerrero después de presenciar lo que podía hacer.
Él trató de cojear hacia el guerrero, pero la aguda mirada lo congeló en
su lugar. ¿Su compañero tenía miedo o estaba disgustado por su
capacidad? Eli no podía estar seguro.
Las puertas se abrieron y un servicio de transporte se acercó. Eli cayó
de rodillas mientras observaba el vehículo. Jonan se acercó a él y Eli
empezó a preguntarse si sería invitado a unirse. Miró el cuerpo de Grey.
Puesto que la amenaza acabó, Jonan ya no era necesario para protegerlo.
Jonan se acercó a él y se inclinó. Eli se encogió, esperando el ataque. En
lugar de dolor, Jonan parecía herido. Tal vez no lo odiaba por lo que él
podía hacer. Estaba enojado por la mentira.
Sin palabras, Jonan lo levantó y lo tiró por encima del hombro. Esta no
era la forma en que planeaba reunirse con los amigos de su compañero.
Cuando trató de oponerse, una mano se posó en su culo. Su culo y él
sabían que Jonan no estaba jugando y si no era bueno, iba a ser
golpeado enfrente de todos. En lugar de luchar, se puso rígido y se
encerró en sí mismo esperando el final. Si iba a ser abandonado o no.
Básicamente, Eli sabía que el guerrero no lo mataría. Eso sería una
lástima, porque la vida sin Jonan sería peor que la muerte.

El doctor vendó el tobillo de Eli y limpió el corte en el brazo de su


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compañero y la sangre de las piernas. Luego usó un escáner y encontró el
chip. Estaba incorporado en el tejido del músculo del muslo derecho.
Cuando el médico se acercó con un cuchillo, Jonan gruñó.
― Nadie lo corta.
El médico puso los ojos en blanco.
― Tengo que sacar el chip, no queremos que esto permanezca dentro
de él.
― Está bien, sácalo.― dijo Eli. ― Grey podría estar muerto, pero otros
como él podrían aparecer con el chip de seguimiento.
― Consígueme un ordenador y dame una hora y voy a estar dentro.
―Respondió Jonan.
―No puedo correr ese riesgo.
Jonan frotó la espalda de Eli. Su compañero tenía razón. Tenían que
sacarlo. El médico empujó hacia arriba la ropa de Eli, dejando al
descubierto demasiada piel. Él gruñó de nuevo y el médico respondió de
la misma manera, poniendo los ojos en blanco.
― No voy a cortar a través de la ropa. ―Él medico resopló antes de
continuar. ― Dame un respiro. No es como si estuviera desnudo. Vi a
muchos hombres desnudos y en posiciones mucho más reveladoras.
No importaba. Este era Eli. Su compañero. Control. Necesitaba
mantener el control. Su verdadera naturaleza asustó a su compañero.
Cuando Eli lo miró en el almacén, hubo pánico y miedo en sus ojos.
En menos de dos minutos eliminaron el chip. El médico estaba a punto
de dar a Eli un certificado de salud.
― Doc. ―Dijo Jonan ― Eli no es totalmente humano. ¿Puedes
averiguar qué razas conforman su ADN? ― Eli se tensó. No estaba seguro
de si Eli lo sabía, pero era muy importante para que él no lo supiera.
― Pregúntame ― Eli ordenó. ― Si quieres saber, solo tienes que
89
preguntarme.
― No estaba seguro de si lo sabías. Nunca lo has mencionado. Y
mentiste.
― No puedo mentirte. Ese es uno de los efectos secundarios de
nuestro apareamiento. Estoy obligado a decirte la verdad.
El médico se endureció.
― ¿Estás obligado a obedecerle?
A Jonan no le gustaba hacia dónde se dirigía esto. No quería que Eli
perdiese su libre voluntad.
―No. Quiero complacerlo, pero no tengo que seguir sus órdenes.
― Eres parte Kradarion.
Eso fue lo último que Jonan sospechaba. Los Kradarions fueron
exterminados hace siglos. Sus poderes psíquicos enviaron una ola de
miedo a través del universo.
Eli asintió.
― Tengo un poco de su sangre. Mis habilidades son más fuertes ahora
que nos apareamos. Puedo mover cosas con la mente. Nunca fue nada
pesado, pero ahora, tiré a un hombre al otro lado de la habitación con
tanta fuerza que le rompí los huesos.
― Los Kradarions eran una raza sumisa. A ellos les gustaba ser
propiedad de otros hombres. Es por eso que no puedes mentir. Después
del apareamiento, se convirtieron en muñecas dóciles. Ellos no querían
nada más que complacer a su pareja. A veces, sus compañeros los
utilizaron como armas. Es por eso que los mataron. No a causa de sus
acciones.
― Nadie sabe lo que soy. Es el secreto sucio de la familia que fue
empujado en un armario.
― No voy a decírselo a nadie y tú tampoco debes. ― Esta vez el
médico miraba a Jonan. ― Tyran y Theo pueden mantener este secreto.
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Ellos son el capitán de la nave y el primer oficial, por lo que necesitan
saberlo, pero nadie más. Es muy peligroso. Los que no te van a matar
tratarán de utilizarte.
Temor real lo llenó. Alguien podría intentar robar a Eli sólo porque era
parte de una raza antigua. Él ya había aceptado que otros querrían
utilizarlo debido a su inteligencia, pero esto añadió muchos más
enemigos a la lista.
― Lo siento ― dijo Eli.
¿Por qué Eli estaba disculpándose?
― Por existir. ― Su voz se apagó mientras su compañero luchaba por
el control.
― Voy a dejarlos a los dos solos. ―Con eso, el médico salió de la
habitación.
― ¿Por qué disculparte por algo así? ― Preguntó Jonan.
― Vi tu cara cuando viste lo que puedo hacer. Soy diferente y estas
diferencias pueden herir a muchas personas.
― ¿Es por eso que te encogiste lejos de mí? No era la sangre.
Eli negó con la cabeza.
― Claro que no. Vi tu cara. Tenías miedo de mí.
Había sido un gran malentendido.
― No tenía miedo de ti, era más bien por ti convirtiéndote en un
objetivo. Ahora, eres el hombre más inteligente con vida. Todos los
científicos del mundo quieren conocerte. Ahora tengo que añadir
capacidades psíquicas a esto. Estoy muerto de miedo de que alguien
venga a por ti y no sea capaz de mantenerte seguro.
― Es eso. ―Hubo alivio en la voz de Eli.
― Confía en mí, compañero. Yo no voy a ninguna parte, pero no más
mentiras. Quiero saber todo sobre ti.
― Yo no miento ― dijo Eli.
― Retorcer la verdad y ocultar cosas de mí son mentiras. No más de
91
eso. Si no quieres que sepa algo, entonces dímelo.
Eli parecía debatir acerca de esto durante un minuto. Luego asintió.
― Yo puedo hacer eso.
Jonan puso los ojos en blanco.
― Estoy seguro de que puedes. ― Luego se inclinó más cerca. ― Si te
olvidas de esta promesa, voy a golpear tu culo tan duro que vas a sentirlo
durante semanas.
Una chispa de malicia apareció en los ojos de Eli y supo exactamente lo
que Eli trataría de hacer.
― Gracias por mantenerme en el camino correcto. ― El tono era
juguetón e hizo que Jonan se riera. Algo que nunca pensó que haría de
nuevo.
― Ven. Tenemos que presentarte al capitán. Quiere saber por qué la
conferencia fue cancelada. La muerte de Axel Grey está atrayendo mucha
atención. ― Se inclinó hacia delante. ― Confío en él con mi vida. No voy
a traicionarlo, ocultándole este secreto. ¿Estás de acuerdo con eso?
Eli asintió.
― Confío en ti para mantenerme a salvo. Y si confías en él, eso es todo
lo que necesito.
El calor lo llenó. Por primera vez en su vida, Jonan sabía lo que se
sentía al estar con alguien. Antes de hoy, nunca se dio cuenta de lo
solitaria que había sido su vida.

92
Capítulo Diez
El capitán los estaba esperando en una gran sala de conferencias. Su
presencia hizo temblar a Eli. El aire alrededor del guerrero le recordó a
Jonan en la actitud y la fuerza feroz, pero sin el conocimiento de que eran
compañeros. Apretó el puño para mantenerlo firme. Si este hombre 93
quería utilizarlo como Grey, él sería impotente para detenerlo. Grey
exudaba un aura llena de crueldad, pero no era letal como el capitán de
Jonan, si no era un mal juez del carácter, este hombre era poderoso.
― Capitán Tyran Holden. ― El hombre no dijo nada. En su lugar, juntó
las manos y esperó. Eli se negó a mirar hacia abajo. Si él mostrase
debilidad todo estaría perdido.
― Eli es mi nombre. ― Mantuvo la espalda recta y se negó a apartar la
mirada.
Jonan descansó un brazo por encima de su hombro.
― Lo estás asustando.
Una sonrisa adornó el rostro del capitán, y se transformó delante de él,
de un guerrero mortal en un hombre amable que intentó aliviar la
tensión.
― Mi compañero dice lo mismo. Al parecer, aterrorizo a los que me
encuentro. ― El capitán lo miró. ― Eso es verdad, Eli?
― Sí, tienes esta aura tan aterradora que me da ganas de mearme en
los pantalones.
El capitán se rió de su descripción mientras la mano de Jonan le frotó el
culo. Tenía la sensación de que si estuvieran solos, sus pantalones
estarían alrededor de los tobillos y él estaría bajo el guerrero.
― Me gustas. ― Apuntó a Jonan. ― Es muy divertido. Mi amigo
encontró un buen compañero.
La aceptación le calentó el corazón. Ahora vio al hombre en el que
confiaba Jonan.
― Eli, es un buen apodo. ¿Cuál es tu nombre real?
― ¿Importa? Cómo me llamo, no es lo que yo soy. ―Él querría no
volver a escuchar ese nombre otra vez. Cuantas más personas supieran su
nombre, más peligroso sería.
― Confío en él. ― Jonan dio unas palmaditas en la espalda y era
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extrañamente reconfortante. ― Díselo ― pidió a su compañero.
― Soy... ― Se detuvo. Eso era. ¿En realidad quería decir su nombre?
¿Qué es lo peor que podría suceder? Él bajó la cabeza. Lo peor era el
capitán tratando de usarlo o venderlo. En lugar de esconderse, él levantó
la cabeza. ― Soy Elijah Narvin.
Los ojos del capitán se abrieron con esa pequeña revelación. Bueno,
había oído hablar de él. ¿Era aquel famoso?
― ¿El genio inventor que se queda fuera del centro de atención? ―
Tyran pidió que le aclarara.
Eli se encogió de hombros.
― Algunas personas me llaman genio, pero yo invento cosas. En
cuanto a estar fuera del centro de atención, no fue mi elección. Dentro
del Grupo Axel, no tenía libertad. Yo era su propiedad. Nada más.
― Explícamelo todo Elijah ― Tyran ordenó tratándolo como cualquier
otro miembro de la tripulación.
― Eli ― dijo. ― Ese es mi nombre ahora.
Jonan se inclinó más cerca, sintiendo una pausa en su resolución.
― De acuerdo, Eli dile todo el capitán. No dejes nada fuera. El capitán
necesita escuchar toda la verdad.
Había una advertencia en el tono del guerrero. Si desobedecía,
entonces estaría inclinado sobre el regazo del Jonan. Su guerrero podía
no querer que nadie viera su culo, pero lo haría frente al capitán para
demostrar que tenía todo bajo control. Eli respiró hondo y comenzó su
historia.
― Cuando me encontró Grey, estaba empezando a descubrir mis
poderes y todavía estaba acostumbrándome con mis habilidades. ― Los
dos hombres esperaron a que continuara. ― Recuerdo todo lo que leo o
veo. Soy bueno recordando las cosas que escucho, pero no tan bueno
como cuando veo las páginas de un libro. Si quisiese, podía recitar todos
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los libros que he leído, palabra por palabra, y describir cada imagen. La
información se convierte en una parte de mí. No es sólo que recuerdo,
sino que puedo incorporarlo a todo lo que sé. Debido a esta capacidad,
mis padres me mantuvieron fuera de la escuela. La gente hacía un
montón de preguntas.
― ¿Qué tipo de preguntas? ― Preguntó Tyran.
― Soy parte Kradarion. Toda mi familia tiene sangre Kradarion.
El capitán estudió.
― ¿Tu familia puede hacer estas cosas, también?
Eli negó con la cabeza.
― Soy la persona más fuerte que haya nacido que podían recordar. Así
que me mantenían oculto. Empecé a interesarme por los ordenadores y
quería mejorar cosas como el transporte y la comunicación para
conectarme con el mundo exterior. Este poder existe en mi familia, pero
lo mantuvimos en secreto por razones obvias. Yo era demasiado fuerte
para ser mantenido oculto.
― ¿Sabe Axel Grey sobre eso?
― No. Durante años, mis padres me enseñaron a reprimir mis
habilidades. Fingía que miraba las cosas y tomaba notas, a pesar de que
no era necesario. Mi otra capacidad era romper cosas. Cuando no podía
controlarlo, me concentraba en algo fuera de la vista. Cuando me hacía
daño mi mente pensaba en las luces de mi habitación o las del cuarto de
baño principal. Incluso si perdiera el control, nadie lo vería. Empecé a tirar
cosas para hacer creer que yo era propenso a las rabietas. Nadie
sospechaba nada cuando una bombilla necesitaba ser reemplazada. A
Grey no le importaba porque yo todavía seguía trabajando. Pero después
de conocer a Jonan, el poder se intensificó. Rompí el vidrio de la
habitación del hotel la primera noche, eso nunca había sucedido antes,
fue algo inesperado.
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― ¿Cómo te encontró Axel Tech Group? ― Preguntó Tyran.
― Mi invención ganó un concurso planetario. Cuando me conoció, mi
abuelo no podía esperar para deshacerse de mí. Él estaba cuidando de mi
hermano y de mí después de la muerte de mis padres. Sé lo que estás
pensando, pero no fue tan malo. No teníamos dinero. Es por eso que
entré en el concurso. Para obtener el dinero del premio. Con una boca
menos que alimentar, todo era más fácil. Él no sabía que yo era
Kradarion. No existe en su lado de la familia. Y Grey era bueno vendiendo
sueños. Él lo hizo todo estupendo. ― No, la culpa no era de su abuelo. Eli
pidió irse con Grey. El propietario de Axel Group le ofreció un atajo al
éxito. ― Cuando empecé a trabajar para Grey, todo estaba bien.
Legalmente, yo no era lo bastante mayor como para entrar en un
contrato, así que lo llamaban formación. Con los mejores equipos y
materiales que yo no podía permitirme, empecé a explorar diferentes
posibilidades. Si pudiera volver atrás en el tiempo, yo habría escondido
mi capacidad y buscaría un trabajo rutinario, pero quería probar algo al
mundo y brilló un poco demasiado.
― Al principio, fue muy divertido. Una aventura. Mi familia podía
hablar conmigo, pero después de un tiempo, dejaron de responder a mis
llamadas. ― Se encogió de hombros, con la esperanza de enterrar el
dolor, pero no funcionó. ―Nunca le gusté a mi hermano, así que no fue
una sorpresa, pero dolía. Yo esperaba que mi abuelo continuase nuestra
relación, pero incluso esto fue demasiado. No tenía a nadie, así que me
concentré en el trabajo. ― La habitación estaba en silencio. Se tomó un
minuto para sacar el dolor de nuevo. ― Las cosas empezaron a cambiar.
Solía poder salir, pero un día Grey no me dejó ir. "Es muy peligroso",
"Tuvimos una amenaza contra tu vida", dijo, junto con un montón de
otras mierdas, pero yo le creí.
― ¿Cómo empezaste con la creación de armas? ― Preguntó Tyran.
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Jonan le apretó el hombro en apoyo.
― Yo ya no tenía nada. Sin familia. Los hombres que yo pensaba que
eran mis amigos me empezaron a alabar. Yo era joven y su aceptación
llenó un vacío. ― Él negó con la cabeza ― No estoy tratando de
encontrar una excusa. Cuando me decían que era un genio, mi cabeza se
elevaba un poco más alto. Alguien pensaba que yo valía algo. Quería
escuchar esas palabras. Así que trabajé más duro. Fue entonces cuando
empecé a ser más arrogante y quería mostrarles más. ― ¿Por qué le
importó? Si hubiera ido con la corriente, entonces nadie se habría fijado
en él. ― Entonces descubrí algo que cambió la forma en que pensamos
acerca de los viajes espaciales.
― El principio de eso era captar y utilizar la materia oscura en la
propulsión del motor ― dijo Jonan.
Eli asintió.
― Mis resultados fueron nuevos y emocionantes, pero pronto me di
cuenta de que no eran suficientes. Fue entonces cuando sentí la presión.
No me había dado cuenta antes, pero su codicia me despertó. Cuanto
más pensaba en ello, peor me sentía. Ya no quería ser parte de aquello,
pero cuando intenté detenerme, vi a las barras que me encerraban. La
libertad había desaparecido y mi vida se convirtió rápidamente en un
infierno. Durante años, conseguí concentrarme en los avances médicos y
no en armas. Mi conciencia no aprobaba lo que hacía, pero era una
manera de trabajar. ― Bajó la cabeza. ¿Si no hubiera sido tan estúpido?
― Era como, no me pegues por eso, no puedo trabajar y voy a intentar,
porque creo que estoy ayudando a otros. ― Eli suspiró, recordando el
cansancio que amenazaba con empujarle sobre el borde. ― Empecé a
trabajar en una máquina que tenía como objetivo destruir los gérmenes.
Significa verificar un área pequeña, localizar la enfermedad e incinerarla.
El descubrimiento era algo de lo que estaba orgulloso porque salvaría
muchas vidas. Pero la idea fue modificada en algo horrible, un arma que
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inflama el aire y causa quemaduras. O destruye el oxígeno del agua. Con
la cantidad de precisión para atacar a nivel celular destruyendo todo lo
que toca.
― Entonces, empezaste a destruirla ― dijo Jonan.
Eli asintió.
― Sé que no lo hice por maldad, pero no podía dejar que millones
fueran destruidos por mis invenciones. Puede destruir planetas y
retroceder millones de años de evolución. La idea me horrorizó. En el
proceso, golpeé a la mayor empresa de tecnología en el universo. ― No
estaba seguro de si eso era una mala cosa. Los altos ejecutivos y su jefe
habían cruzado una línea que no era fácil perdonar.
― Es por eso que Axel Grey te mantuvo prisionero ― Tyran concluyó.
La mano de Jonan apretó su hombro como si estuviera sosteniendo
que para él no se fuera, como si Eli fuera a desaparecer de su vida.
― Es por eso que quería haceros daño.
― Oh, él pensaba hacerme mucho más que romperme los huesos. Él
no me mataría, pero nunca sería capaz de apartarme de su lado otra vez.
Yo no habría sido capaz de resistir.
― Los Kradarions no eran una raza violenta. La historia Warsarian dice
que eran completamente sumisos a sus compañeros. Ellos los
necesitaban. Tú tienes un poco de sangre. Eso te hace parcialmente
incapaz de luchar contra alguien que es más dominante que tú.
Eli lo pensó y luego asintió.
― Creo que tienes razón. Incluso cuando mis padres no me dejaron
tener amigos o salir, nunca traté de luchar contra ellos.
Los ojos de Tyran nunca se apartaron de él. Su mirada no era fría, pero
este hombre era más aterrador que Axel Grey. Su jefe era viscoso, pero
Tyran rezumaba fuerza. Como Jonan, pero Tyran no era su compañero, lo
que le hacía más peligroso.
― ¿Y ahora? ― Le preguntó el capitán.
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― No voy a construir armas. Nadie, excepto Jonan me ayudó sin
querer algo a cambio. Los hombres me quieren utilizar para obtener las
riquezas del universo.
Tanto Tyran como Jonan rieron.
― Eli, nosotros somos guerreros Warsarian. Las máquinas que creaste,
mi pueblo cree que son malvadas. Luchamos con fuerza e inteligencia.
Somos los ejércitos que luchan contra ellas. Ningún Warsarian quiere ver
lo que inventaste siendo usado. Matar a los hombres en un instante
desequilibra el poder.
― Entonces, ¿qué me estás ofreciendo? ― Odiaba el temblor en su
voz. Tyran miró a Jonan y su compañero se inclinó para susurrarle al oído.
― Eres mi compañero. Esto significa que ahora eres uno de nosotros.
Nosotros luchamos y matamos para protegernos unos a otros.
― Voy a escribir una declaración y enviarla al Rey Warsarian. Sobre la
muerte de Axel Grey, creo que eso debe poner fin a Axel Tech Group,
pero si no es así, nuestro rey decidirá. Y conozco a mi primo. Él va a cazar
y destruir a todos los miembros de esta empresa. No importa lo que
pase.
Eli sabía que si el rey no lo hacía, entonces Tyran lo haría. Este hombre
quería asegurarse de que nada de eso sucediera de nuevo.
― ¿Estoy en problemas por lo que hice? ― Su vida significaba poco
para él, pero teniendo a Jonan eso podría matarlo.
― Voy a dejar que te encargues del resto. ― Tyran se levantó mientras
caminaba hacia la puerta, le dio unas palmaditas en la espalda de Jonan.
Eli parpadeó a su compañero. ¿Eso era? ¿También estaba disgustado
con el pasado de Eli y no quería ser parte de su futuro?
― ¿Qué quieres hacer? ― Preguntó Jonan.
Eli parpadeó. Nunca le dieron a elegir. Todo el mundo le dijo lo que
tenía que hacer.
― Yo no lo sé. ― Las palabras salieron antes de que pudiera pensar en
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ellas y fueron unas de las palabras más honestas que había dicho.
― Somos compañeros.
― No voy a hacerte pagar por eso. ―Boca estúpida. Deja de moverte.
Ya habían ido demasiado lejos para dar marcha atrás ahora.
― ¿Es eso lo que tú quieres? ― Hubo una larga pausa. ― Hasta ahora
has sido honesto. No empieces a ocultar la verdad ahora. Ya no estás
obligado a trabajar en contra de tu voluntad. Puedes hacer lo que
quieras. No quiero encerrarte en un apareamiento.
Era libre. Ese pensamiento simplemente no lo procesaba. Podía ir y
hacer lo que quisiese, pero eso significaría dejar a Jonan.
― Yo quiero estar contigo. Sé que mi pasado tiene un montón de
cosas horribles. Espero que todavía quieras quedarte conmigo. ―
Entonces se rió para ocultar el dolor. ― Perfecto. ¿Quién dice que soy un
genio?
Su cabeza fue levantada, y miró los cabreados ojos marrones de Jonan.
― No te mires a ti mismo como si no fueras nada. Nadie hace daño a
la persona que amo y eso incluye al hombre que amo.
― ¿Qué has dicho? ― No podía creer que escuchó esas palabras. El
sexo era estupendo entre ellos. Quería despertar cada mañana envuelto
en los brazos de Jonan, pero no había manera de que Jonan lo amara.
Fue atraído a los brazos del guerrero. Suaves labios presionados contra
los suyos. La lengua buscó su camino en el interior de la boca de Eli. Su
cuerpo temblaba bajo la pasión. ¿Cómo podría dejar esto atrás? Entonces
Jonan se alejó. Él trató de seguir a su compañero para mantener sus
labios conectados, pero una palmada en el culo lo detuvo. Un gruñido
rasgó a través de él.
― Tienes que dejar de provocarme con las promesas de ponerme
sobre tus rodillas.
Jonan rió.
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―Te encantaría eso.
― Tal vez lo haría. ―La confesión lo obligó a apartar la mirada. ― Tal
vez, me encanta todo sobre ti.
― Eso no suena convincente.
Incluso si su pareja estaba tomándole el pelo, Eli le quería que supiese
la verdad.
― Te quiero. Me siento seguro en tus brazos. No quiero dejarte nunca,
pero la gente vendrá detrás de mí. Tengo otras habilidades, pero no
quiero inventar cosas de nuevo. ¿Qué puedo ofrecerte?
― Solo te quiero a ti. Si nunca más entras en un laboratorio de nuevo,
muy bien. Si te despiertas mañana y decides que quieres ser un
lavavajillas, entonces eso está bien para mí. Te amo.
Eli sonrió.
― ¿Qué vamos a hacer?
― ¿Qué tal, hasta que te decidas vamos a estar aquí y ver el universo?
― No he estado en muchos lugares. Sólo en el planeta que nací y el
edificio de Axel Tech Group. Ellos nunca me dejaron salir. Me gustaría ver
diferentes mundos contigo. ― Luego, torció la nariz. ― Pero nunca voy a
ser un lavavajillas. Si ese es tu sueño, puedes olvidarte de él. En lo que a
mí respecta, si hay que lavar los platos, tú tendrás que lavarlos.
Jonan asintió.
― Lo discutiremos más tarde. Entonces está decidido. Nos quedamos
aquí. ― Jonan alcanzó su Tablet y sacó un documento legal ― Nadie ha
visto nunca fotos de Elijah Narvin. Con este documento, él va a morir. A
partir de este día en adelante, tú serás Eli Garrison. ― Jonan sostuvo su
rostro ― Mucha gente va a tratar de encontrarte. Esto te mantendrá a
salvo. ¿Vas a llevar mi nombre?
Él parpadeó. Jonan le estaba dando un nuevo comienzo, pero más que
eso, quería compartir su nombre.
― Me estás ofreciendo tu nombre.
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― No es común entre mi pueblo compartir un nombre entre
compañeros, pero para nosotros es necesario. ― A continuación, Jonan
sonrió. ― Además, no puedo pensar en una mejor manera de dejar el
mundo saber que eres mío. Así que, toma mi nombre y quédate a mi lado
para siempre.
Las palabras no salían, así que asintió. Eso era todo lo que siempre
quiso, un lugar al que pertenecer y lo había encontrado en los brazos del
más fuerte, el hombre más sexy del universo.
― Dilo ― Jonan ordenó. ― Dime tu nombre.
― Eli Garrison. ― Una sonrisa se formó en el rostro de Eli.
― No estoy seguro de que lo recordarás. ― Jonan retiró su mano. ―
Vámonos a nuestra habitación. Estoy pensando en quedarme dentro de ti
toda la noche y cada vez que quieras venirte voy a pedirte que digas tu
nombre. Si consigues decirlo, voy a dejarte gozar.
Él dio a Jonan una sonrisa maliciosa.
― Esta será probablemente la única manera de que sea capaz de
recordarlo. Puedo tener dificultades a veces y tal vez pueda necesitar una
palmada para acordarme.
Jonan rió.
― No lo dudo. ― Con eso, fue empujado por el pasillo hacia su
habitación. El corazón de Eli se llenó de alegría y su cuerpo era más ligero
sabiendo que alguien lo sostenía y caminaría a su lado por el resto de su
vida.

FIN
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05 El Compañero del Almirante


Sobre el autor

Sydney nació y se crió en el noreste de los Estados Unidos. Le encanta


leer fantasía, contemporánea, y las novelas románticas paranormales.
Después de años de devorar un libro tras otro, Sydney comenzó a escribir
sus propias historias. A ella le gusta crear personajes complejos y tirarlos
juntos y dejar que la historia se escriba a sí misma. Sydney se conseguirá
a menudo hasta horas antes del amanecer para escribir otro capítulo o
leer el capítulo escrito el día anterior. Ella tiene una agenda muy ocupada,
pero se pone creativa cuando se busca el tiempo en el día para escribir
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por momentos.

Q: ¿Cuál es tu día de escritura?


A: me levanto muy temprano. Me despierto alrededor de las 3:30 am a
4:00 am. Esto me da tiempo para escribir antes de trabajar. Ya que soy
una persona de mañana, me parece tiempo productivo. Mi unidad de
trabajo es de aproximadamente una hora. A veces hablo la historia para
ver si tiene sentido. Al final del día, trato de pasar una hora o dos de
escritura y la revisión, pero no soy tan exitosa. Sigo este horario durante
los días de semana, pero los fines de semana, trato de escribir más.

Mi sitio web en www.sydneylain.com para obtener información


reciente y la información de contacto. Actualizo mi feed de Twitter al
menos una vez a la semana. Que está situado en
https://twitter.com/Sydney_Lain.
Me encantaría saber de mis lectores.
Traducción y Corrección
LORETO

Edición y Diseño
IPHI
NO
FACEBOOK106
ni ninguna
red social

Si lo ponen para descargar en su blog, agradezcan y


conserven el formato. Y Gracias por ponerlo
Es de fans para fans y no recibimos ninguna
compensación económica por las traducciones que
realizamos.
Espero que les guste.
Y no olviden comprar a los autores, sin ellos no
podríamos disfrutar de estas maravillosas historias

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