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EL MAR DEL PERÚ: FUENTE DE ABUNDANTE RIQUEZA

Por Enrique Angulo Pratolongo

El mar peruano es uno de los más ricos y abundantes del planeta. Sus aguas albergan
una altísima densidad de biomasa, en especial anchoveta y sardina. Ambas especies
son fundamentales para catalogar a nuestro mar como una fuente importante de
proteínas y de alta productividad pesquera. Se han logrado identificar
aproximadamente 1,070 especies de peces, 11,700 de moluscos, 464 de crustáceos, 3
mamíferos y 30 cetáceos. Pese a su riqueza e importancia, está amenazado por
diversos factores.

En la mar no todo es más sabroso. Debemos darnos cuenta de lo que realmente poseemos
y cuáles son sus principales amenazas.

Nuestro mar nos ofrece una gran gama de especies marinas que saboreamos y otras que
utilizamos como materia prima para diversas actividades industriales. Además, sus aguas,
en alianza con nuestra accidentada geografía, nos brindan sitios de ensueño para tomar ese
baño de sol tan necesario y reparador. Así también, determinan gran parte del clima de
nuestro país e indirectamente nuestra gran biodiversidad. Ahora que ya pasó el verano, y
que nos alejamos de él por ahora, conozcamos algunas de sus características y amenazas.

Existen dos ecoregiones bien diferenciadas: el mar frío de la Corriente Peruana, que se
extiende desde los 5° latitud sur (a la altura de la Península Bayovar en Piura) hasta el límite
con Chile; y el mar tropical, de aguas más calientes, que va desde los 5° latitud sur hasta la
frontera norte del país.

La Corriente Peruana, también conocida como la Corriente de Humboldt, contiene aguas


frías y abarca la zona más oriental de la corriente del Pacífico Sur. Se desplaza
paralelamente a toda la costa de sur a norte. Su importancia radica en poseer las
condiciones necesarias, tales como la alta salinidad y el alto contenido de oxígeno y bióxido
de carbono, para la existencia de una gran diversidad de especies marinas.

Otras causas de la riqueza marina

La presencia del zócalo continental a lo largo de la costa cumple un papel fundamental. Esta
plataforma de aproximadamente 80 kilómetros desde la costa a alta mar, alcanza una
profundidad de doscientos metros. En ésta se depositan los sedimentos acarreados al mar
por los ríos de la Vertiente del Pacífico que enriquecen con sus aguas y sales minerales al
mar peruano. La poca profundidad de esta zona facilita el ingreso de los rayos solares,
permitiendo el desarrollo del fitoplancton -primer y principal eslabón de toda la cadena
alimenticia en el mar- que abastece a miles de especies.

Además, la alta salinidad del mar peruano provoca una mayor viscosidad de las aguas
superficiales facilitando que el fitoplancton flote y sea más accesible a las especies marinas.
A estas características se les suma el afloramiento, que es vital para la riqueza del mar. Este
singular fenómeno es producido por varios factores. Por un lado, la acción de los vientos
locales que se desplazan desde el mar hacia las costas y en sentido contrario, originan que
las masas de agua experimenten una circulación vertical. Asimismo, las diferencias de
temperatura y salinidad, propician que el agua más fría, y por lo tanto más pesada, vaya
hacia el fondo, generando un intercambio con el agua menos salada.

Estos movimientos de las masas de aguas también son favorecidos por el cambio de
corriente cuando ésta se estrella contra la accidentada costa peruana. Todos estos factores
permiten el ascenso de las aguas más profundas hacia la superficie, acarreando un alto
contenido de sales minerales y nutrientes. Las sales (principalmente nitratos, fosfatos y
silicatos) y los minerales brindan alimento a innumerables especies, favoreciendo la riqueza
ictiológica (biomasa) y la pesca a gran escala. El afloramiento permite además que los
nutrientes liberados por toda la materia orgánica descompuesta depositados en los suelos
marinos, también formen parte del alimento del fitoplancton.

Las principales zonas de afloramiento son: Punta Aguja en Piura, Chimbote, Pisco, San
Juan en Ica y Atico en la provincia de Caravelí, en Arequipa.

Otra de las características de nuestro mar es la ausencia de lluvias en el litoral y en la franja


costera. Esta ausencia se debe a que las aguas frías se evaporan con dificultad, y sólo
producen niebla, ocasionando que la costa sea desértica. Además, permite que el guano, un
importante abono natural, se acumule a través de los años.

Problemas a la vista

Pese a esta riqueza, el mar del Perú afronta una depredación y contaminación altamente
peligrosa para la subsistencia de las especies que allí habitan. Es imprescindible regular la
explotación de las especies de alta biomasa (sobrepesca), así como respetar las épocas de
veda impuestas por el Gobierno. Por otro lado, se debe fomentar la extracción diversificada
y responsable de las especies marinas para evitar un impacto irreversible en las cadenas
tróficas de este delicado ecosistema.

Otro punto crítico es la contaminación de las aguas por efectos de la minería, tales como la
carga y descarga, así como los desechos que son vertidos al mar que contienen altas dosis
de elementos tóxicos. A esto se le suma las carencias en el resguardo de nuestra soberanía
marina, lo que permite que embarcaciones de otras nacionalidades ingresen al mar territorial
a pescar clandestinamente y depreden nuestras riquezas.

En estos días aún soleados, no le demos la espalda al mar. Estemos atentos a su


problemática, pues el mar es de todos y es nuestro deber velar por su conservación.

ABRIL 2006

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