Está en la página 1de 3

La Calera:

Organización desamparada sigue cumpliendo su


labor a pesar de no tener recinto
Propatitas, una agrupación sin fines de lucro, perteneciente a la comuna de La
Calera de la región de Valparaíso, que se dedica a rescatar y cuidar animales
callejeros, está, al día de hoy, al desamparo de la municipalidad de la comuna,
siendo ayudada únicamente por la propia comunidad.

Otro caso

El día martes 18 de abril transcurría una mañana tranquila en la población Pablo


Neruda, ubicada en la periferia de la comuna de La Calera, cuando un conductor,
presuntamente ebrio, pasó a gran velocidad con su auto por la calle, pasando
encima de un gato que se encontraba cruzando hacia el otro extremo del cemento.
El grito del animal alertó sopresivamente a los vecinos del lugar, quienes salieron
rápidamente para saber qué ocurría. Inmediatamente corrieron a su ayuda. Algunos
vecinos socorrían al felino mientras que una de las vecinas llamaba a Propapitas.
“Me dio harta pena po’, todo por un loco que andaba manejando curao (...). No
sabíamos si iba a sobrevivir, pero todos esperábamos que sí, así que llamé a la
fundación a ver si podían hacer algo por el gatito (...), porque los vecinos que
salimos a ver no teníamos auto, al final llegaron casi altiro y se lo llevaron”, dijo con
preocupación en el rostro Patricia Castillo, vecina del lugar que contactó a
Propatitas.

Las colaboradoras de la organización llegaron casi al instante para trasladar al


animal a un hospital veterinario, sin saber cómo financiarán los costos de otro caso,
pero queriendo ayudar de todas formas. Otro caso más del que la organización se
hace cargo, otro caso más que suma a la deuda por gastos médicos que acongoja a
las colaboradoras.

El inicio de Propatitas

“Viendo a tantos animalitos abandonados, heridos y maltratados, en casos donde lo


más fácil era eutanasiar (...), se conformó Propatitas para darles una oportunidad de
buena vida”, relata Cecilia Barrera, una de las principales representantes de la
agrupación, con emoción en el rostro. También cuenta que la organización se
conformó el 9 de junio de 2017, donde comenzaron siendo 50 voluntarios que “con
el paso del tiempo, se han ido por distintos motivos, pero principalmente porque se
cansan y la salud mental les juega en contra”.
La colaboradora narra que hace unos años atrás, antes de la pandemia, se
“tomaron” un espacio -del que prefiere no revelar la ubicación- para tener alojo para
los animales rescatados que no habían sido adoptados ni tenían alojamiento
temporal. “Era un espacio de medioambiente, espacio que estaba lleno de basura y
de roedores, en abandono, pero la antigua administración de la muni vio que nos
habíamos tomado el espacio y nos dijeron al final que nos darían legalmente el
lugar, cosa que nunca pasó.” Hace una pausa, suspira y agrega que: “la actual
administración quiere que todas las agrupaciones de animales usemos el espacio.
Viendo que nadie nos ayudó jamás, nos dio rabia, porque es difícil compartir todos
el mismo espacio ante la cantidad de diferencias y porque tampoco se puede llenar
de animalitos porque no todos se llevan bien y los que están operados se deben
proteger más aún”.

Actualmente

La voluntaria de Propatitas cuenta con pesar que es desgastante tanto trabajo para
tan poca gente que actualmente tienen como colaboradores, siendo siete personas
a la fecha, pero que lo hacen por los animales. “Yo tengo muchos en mi casa, si
pudiera, llevaría más, pero ya no doy abasto”, agrega. También relata lo frustrante
que es que el futuro de la organización sea tan incierto, ya que cuentan con pocos
recursos y la municipalidad tampoco los ampara, aunque han solicitado muchas
veces su ayuda. “Sólo recibimos ayuda de los aportes y donaciones que hace la
misma gente. En seis años hemos recibido en total un millón y medio en
subvenciones municipales, que puede sonar mucho, pero para la cantidad de
animalitos que tenemos y los gastos que tenemos que hacer, no lo es (...). Aparte
de la plata, recibimos sólo tres sacos de alimentos en todos estos años”.

Además de la poca ayuda que han recibido por parte de la Municipalidad de La


Calera, Cecilia cuenta que finalmente y por la propia salud mental de los voluntarios
de la organización, hace un par de semanas dejaron el espacio que utilizaban. “En
cualquier momento nos pueden ir a sacar a los perritos y dejarlos en la calle tal vez,
porque los de la muni no quieren que un animalito esté mucho tiempo retenido y
nosotros no somos de devolverlos a la calle, eso jamás”. Por otra parte, se contactó
a la Municipalidad de La Calera, pero nadie se encargó de dar declaraciones
respecto a la situación de la organización.

La voluntaria agrega también que cuando fue la llamada “toma” del lugar, Propatitas
invitó a animalistas y agrupaciones para que se reunieran a ayudar en la
restauración del espacio, “era algo que nos iba a beneficiar a todos”, dice, sin
embargo, nadie quiso colaborar hasta que el recinto estaba completamente limpio y
cerrado con panderetas que los mismos voluntarios instalaron.

A la fecha, Propatitas está a la espera de una respuesta de la municipalidad para


saber si les pueden facilitar otro lugar para mantener a los animales rescatados o si
les pueden colaborar con fondos, sin embargo, Cecilia cuenta que el proceso ha
sido lento y aunque no pierden las esperanzas de que la respuesta que obtengan
sea positiva, afirma que seguirán luchando por los animales rescatados y por
rescatar en caso de que la municipalidad les niegue la ayuda una vez más.

También podría gustarte