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INDUSTRIA DE LA CARNE

La industria de la carne es el conjunto de la ganadería industrializada moderna de producción, el


empaquetado, la preservación y la comercialización de carne, en contraste con otros productos de
origen animal como los lácteos, la lana o la miel. La parte más grande de la industria de la carne es
la de su procesamiento, segmento que maneja la matanza, el envasado y la distribución de animales
tales como vacas, cerdos, gallinas y ovejas, entre otros.
Varios aspectos de la cría de animales para carne se han industrializado, incluso muchas prácticas
más asociadas con las granjas familiares más pequeñas
La producción de ganado es una industria de mucha integración vertical en la que la mayor parte de
las etapas en la cadena de abastecimiento pertenecen a una misma empresa.
La industria cárnica es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Según la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector cárnico
emite más gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial junto (14,5% del total de
emisiones).
PAISES PRINCIPALES CONSUMIDORES DE CARNE
PRINCIPALES PAISES EXPOTADORES E IMPORTADORES

PRINCIPALES PAISES EXPORTADORES DE CARNE BOVINO

EMISIONES POR ESPECIE


El ganado vacuno es el mayor emisor de GEI con alrededor de 5,0 gigatoneladas de CO2-eq (dióxido
de carbono), que representan el 62% de todas las emisiones. El ganado vacuno de carne y el
ganado vacuno de leche emiten cantidades similares de GEI. Los cerdos, lsa aves de corral, los
búfalos y los pequeños rumiantes tienen niveles de emisión menores, que representan entre el 7% y
el 11% de las emisiones totales.

Estimación global de emisiones por especie. Incluye las emisiones atribuidas a los productos
comestibles y a otros bienes y servicios, como la tracción animal o la producción de lana. El
vacuno de carne produce carne y otros productos. El vacuno lechero produce leche, carne y
otros productos

EL IMPACTO AMBIENTAL DE PRODUCTOS ANIMALES


La Tierra nunca ha sustentado tantos seres humanos como hasta ahora y nuestra expansión
agrícola amenaza el planeta. Investigadores de la Universidad de Oxford calcularon que el 83 % de
las tierras agrícolas globales están destinadas a la obtención de productos de origen animal,
mientras que el aporte calórico para los humanos es únicamente del 18 % y el proteico del 37 %. Se
trata, por tanto, de un uso de superficie ineficiente y de bajo rendimiento. Pero, ¿por qué los
productos animales necesitan terrenos extensos?
Según declaró recientemente el presidente del Gobierno de España, ‘un chuletón al punto es
imbatible’, pero los datos científicos son implacables en lo que respecta a la salud y al impacto
ambiental del consumo actual de carne. Fragmento de comparecencia televisiva.
Los motivos principales son, en primer lugar, el pastoreo de los rumiantes y, en segundo lugar, los
cultivos destinados a la elaboración de piensos (sobre todo para aves de corral y cerdos).
Por ejemplo, Brasil y los Estados Unidos son los mayores productores de soja. Estos países
producen millones de toneladas de esta leguminosa al año, de los que solo el 7 % se utiliza
directamente para productos alimenticios humanos, como el tofu y la soja texturizada. Más del 77 %
de la soja se usa para la fabricación de piensos asignados a la alimentación del ganado. Es decir, la
mayor parte de la soja cultivada se emplea para nutrir a los animales que nosotros nos comemos.
1. DEFORESTACIÓN
Toda causa tiene su consecuencia: si se necesitan vastas tierras agrícolas se promueve la
deforestación. Actualmente, la carne de vacuno es la principal causa de la deforestación a nivel
mundial, responsable del 41 % de la destrucción de bosques tropicales. En comparación, la tala para
la obtención de madera y papel es solo del 13 %.
Pero no es un asunto que ocurra en la otra parte del globo terráqueo y que no nos incumba a todos,
ya que gran parte de la ternera que se vende en la Unión Europea es importada de Brasil, el país
con más pérdida anual de selva.

La ternera es el principal impulsor de la deforestación. Diseño de Daniel Rūthemann


(dunkhell_1.618/Instagram) y copyright de Vegane Gesellschaft Schweiz (vegan.ch/Instagram).
2. PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD
La pérdida de bosques tropicales y la pérdida de biodiversidad, cuyas funciones son esenciales tanto
para la salud humana como para la planetaria, van al unísono. Se ha estimado que hemos perdido
más de dos tercios de las poblaciones de animales silvestres en los últimos 40 años.
Algunos sistemas agroalimentarios actuales distan de ser sostenibles y están provocando la
destrucción desenfrenada de los ecosistemas, amenazando a la mayoría de las especies en peligro
de extinción.
3. METANO
El metano?
Es un potente gas de efecto invernadero y su poder de calentamiento es más de 80 veces mayor
que el dióxido de carbono.
Una investigación reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y
la Coalición Clima y Aire Limpio concluyó que reducir las emisiones de metano relacionadas con la
agricultura sería clave en la batalla contra el cambio climático. Pero, ¿cómo puede el mundo hacer
eso? Sigue leyendo para conocer las respuestas.
¿De dónde viene el metano?

La agricultura es la fuente predominante.

Las emisiones del ganado, provenientes del estiércol y de liberaciones gastroentéricas, producen
aproximadamente 32% de las emisiones de metano causadas por el hombre. El crecimiento de la
población, el desarrollo económico y la migración urbana han estimulado un apetito sin precedentes
por la proteína animal y, con una población mundial que se acerca a los 10.000 millones, se espera
que esta demanda aumente hasta 70% para 2050.
Sin embargo, el metano de origen agrícola no solo proviene de los animales. El cultivo de arroz con
cáscara, en el que los campos inundados evitan que el oxígeno penetre en el suelo, crea las
condiciones ideales para las bacterias emisoras de metano. Este sector representa otro 8% de las
emisiones de metano vinculadas a los seres humanos.

¿Por qué preocupan tanto las emisiones de metano?


El metano es el principal contribuyente a la formación de ozono a nivel del suelo, un contaminante
atmosférico peligroso, cuya exposición causa 1 millón de muertes prematuras cada año. El metano
también es un poderoso gas de efecto invernadero. Durante un período de 20 años, su capacidad de
calentamiento es 80 veces más potente que la del dióxido de carbono.
El metano es responsable de aproximadamente 30% del calentamiento global desde la época
preindustrial y se está proliferando más rápidamente que en cualquier otro momento desde que se
iniciaron los registros en la década de 1980. De hecho, según los datos de la Oficina Nacional de
Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, incluso cuando las emisiones de
dióxido de carbono se desaceleraron durante los confinamientos relacionados con la pandemia de
2020, el metano atmosférico se disparó.
4. GASES DE EFECTO INVERNADERO
Mientras que los árboles de los bosques absorben dióxido de carbono, la tendencia general de
emisión de gases de efecto invernadero asociados a la ganadería industrial es creciente a nivel
global. La ganadería extensiva y ligada al territorio (por ejemplo, sistemas de dehesa) es una
excepción, que puede tener emisiones negativas de dióxido de carbono.
En la actualidad coexisten distintos sectores responsables del calentamiento global y con el arte de
apuntar al de al lado. Pero el sector alimentario también es un contribuyente sustancial, que según
datos recientes es causante de entre el 20 y el 40 % de las emisiones totales de gases de efecto
invernadero. La carne bovina, la carne ovina y el queso son los que se desmarcan y se llevan
el premio al principal emisor.
En general, los productos animales producen entre 10 y 50 veces más gases de efecto invernadero
que los vegetales. Las excepciones incluyen el chocolate, el café y el aceite de palma. Por kilogramo
de producto, la producción de estos alimentos genera más gases que muchos productos cárnicos.
Emisión de gases de efecto invernadero debido a producción y transporte por kg de producto
alimenticio. Las emisiones de la producción incluyen las emisiones del ganado (por ejemplo, el
metano de la digestión de los animales), el uso de la tierra, la producción de cultivos para la
alimentación humana y animal, y la cadena de suministro (menos el transporte). Datos de Our World
in Data, figura de Veggie Science ES
Contrariamente a la opinión popular, el transporte de alimentos (Figura anterior, barras naranjas)
contribuye mínimamente a la emisión total de gases contaminantes, comparado con la producción de
estos (barras negras). Así pues, aparte de comprar productos de proximidad, sería más eficiente
disminuir la cantidad de carne y queso de rumiantes para reducir las emisiones globales.
Por todo ello, los expertos recomiendan informar a la población sobre el impacto ambiental de los
productos animales y educar sobre las necesidades nutricionales en una alimentación saludable y
sostenible.

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