Está en la página 1de 3

IMPACTO EN DIVERSOS ASPECTOS: ECONOMÍA, SOCIEDAD, EDUCACIÓN

ECONOMIA
Desde mediados de marzo, la mayoría de las economías de Latinoamérica adoptaron
medidas para contener el avance del coronavirus. Como consecuencia, los países
sufrieron un gran impacto en su actividad productiva. ¿Cuál fue el impacto del COVID-
19 en la economía peruana?

El PBI peruano se contrajo en 30% durante el segundo trimestre del año, por encima
de las caídas registradas en las demás economías de la región. En concreto, el mes
de mayor impacto fue abril, en el que la economía del país se contrajo en 39.9%,
mayor a las caídas registradas en Argentina (-25.5%), Colombia (-20.2%), México (-
19.9%), Brasil (14.3%) y Chile (-14.2%).

En línea con la fuerte contracción económica, el empleo en el país se redujo en 39.5%


a nivel nacional, en el trimestre abril-junio. Mientras tanto, la contracción de la PEA
ocupada en Chile, Colombia y Argentina bordeaba el 20% en el mismo periodo. Por su
parte, la caída del empleo en Brasil fue menor (-10.7%).
SOCIEDAD

SITUACION POLITICA

EDUCACION
La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha provocado una crisis sin
precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la educación, esta emergencia ha
dado lugar al cierre masivo de las actividades presenciales de instituciones educativas
en más de 190 países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto.
La crisis tendrá importantes efectos negativos en los distintos sectores sociales,
incluidos particularmente la salud y la educación, así como en el empleo y la evolución
de la pobreza.
En el ámbito educativo, gran parte de las medidas que los países de la región han
adoptado ante la crisis se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en
todos los niveles, lo que ha dado origen a tres campos de acción principales: el
despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una
diversidad de formatos y plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la
movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud y el
bienestar integral de las y los estudiantes.
El principal problema sanitario del Perú es la deficiente infraestructura, dato que
verificó en abril del 2018 la Defensoría del Pueblo, así como, el último gran censo
nacional de infraestructura sanitaria del 2006 donde se halló que un 20% de los
hospitales de mayor complejidad (nivel III) carecían de equipos adecuados para la
atención. Por ejemplo, las unidades de cuidados intensivos (UCI) de todo el sistema
sanitario peruano (MINSA, EsSalud, FFAA, PNP y clínicas privadas) cuentan con
apenas 685 camas, de las cuales solo 60 camas (15%) estarían disponibles pues las
otras ya están en uso(23). Es clara la situación precaria de nuestro sistema sanitario;
si el número de infectados se incrementa, simplemente el sistema colapsaría. Por si
fuera poco, también hay escasez de recursos humanos capacitados; el Colegio
Médico del Perú reporta un déficit mayor a 15 mil médicos especialistas24. Ante dicho
panorama, la estrategia sanitaria del gobierno peruano incluyó la adquisición de
nuevas camas de UCI, la suspensión de la consulta externa y las cirugías electivas, el
reforzamiento de las emergencias, la notificación de los pacientes sospechosos, así
como, el seguimiento domiciliario de los casos confirmados y el traslado de los casos
complicados a los hospitales de referencia para la COVID-19.

Por otro lado, la necesidad de diversos materiales e insumos médicos en medio de la


crisis provocada por la pandemia también limita la adquisición de estos. Por ejemplo,
la adquisición de los ventiladores mecánicos para las UCI normalmente es un proceso
que demora alrededor de 2 meses. Actualmente con la gran demanda de estos a nivel
mundial y considerando que muchos países ya realizaron sus pedidos de importación
antes que el Perú; lo más probable es que tome más tiempo. Por ello, el gobierno
nacional ha coordinado con las universidades peruanas para la construcción de
ventiladores mecánicos y así tratar de paliar dicha demanda25. Todo este esfuerzo por
parte del gobierno peruano y de la sociedad no asegura el éxito, pero no hacerlo
conllevaría a la pérdida innecesaria de muchas vidas humanas. Aunque no se logre
eliminar la COVID-19 en los próximos meses, la respuesta política racional es
combatirlo ahora con la cuarentena.
La pandemia llega al Perú cuando el poder ejecutivo está en manos de quien fue
elegido como vicepresidente de Pedro Pablo Kuczynski (PPK): el ingeniero Martín
Vizcarra. Exgobernador de Moquegua, región ubicada al sur del Perú, Vizcarra tiene la
buena reputación de haber usado los ingresos generados por la bonanza del sector
minero para reducir la pobreza multidimensional en su región y mejorar
significativamente sus servicios públicos. El Perú ha estado inmerso en una profunda
crisis de representación política y del sistema de partidos desde hace décadas. Esta
crisis tomó giros dramáticos, encarnados en enormes escándalos de corrupción que
involucran directamente a sus cinco últimos presidentes, todos investigados o
procesados por la justicia. En marzo de 2018, la inestabilidad política llegó a su pico
cuando el presidente se vio forzado a renunciar por escándalos ligados con la
investigación Lava Jato1 . Cuando Vizcarra asumió el cargo tuvo el mérito de
estabilizar un panorama político volátil utilizando me dios constitucionales. Convocó a
elecciones congresales adelantadas y aprobó una reforma del sistema político. Por
todo esto, al tomar acciones frente a la COVID-19, la administración Vizcarra contaba
con prestigio, credibilidad y un abrumador apoyo popular. Sin embargo ya casi en el
ultimo trimestre del año 2020 se descubre que martin Vizcarra participo secretamente
en el vacunagate, dond todo el peru se escandalizo por motivo que morían demasiado
muchos peruanos , ya que todavía no había la vacuna
Nuestros patrones de consumo y nuestros hábitos sociales, alimenticios y de salud
cambiarán de una manera significativa. Aunque surgirán nuevos vínculos en espacios
más acotados—el vecindario, la cuadra, el edificio, la misma casa—, mirado desde
una perspectiva de conjunto, una mayor distancia física estimulará el debilitamiento
progresivo de los vínculos sociales comunitarios. La compasión y la solidaridad se
verán amenazadas por el egoísmo y la falta de escrúpulos entre quienes creen que es
mejor que cada uno encuentre los medios para salvarse como pueda. La confianza y
el comportamiento ético se focalizarán aún más en torno al ámbito familiar y al interior
de pequeños grupos de amigos, mientras que la sospecha e inseguridad se
generalizarán hacia afuera de los grupos de referencia, haciendo difícil la construcción
de puentes para el intercambio de recursos—sociales, económicos, culturales y
simbólicos— en los diversos espacios en los que tiene lugar la socialización humana.

Un nuevo repertorio de interacciones sociales entre el individuo y la sociedad irá


abriéndose camino en plazos más breves de los que anticipamos. La dirección que
dichos patrones adopten dependerá de la duración de la crisis actual y de las políticas
y acciones que tomen los gobiernos para encontrar las mejores salidas para una
población que se encuentra a la expectativa de respuestas que afirmen la vida frente a
la incertidumbre y la muerte. Si las políticas públicas logran atender esas demandas
acumuladas desde hace mucho tiempo, las condiciones para una nueva relación entre
el Estado y la sociedad podrían encontrar un terreno propicio para su acelerado
desarrollo y fortalecimiento. Hemos perdido las principales coordenadas culturales que
ayudaban a organizar y proveer de orientación básica a nuestra existencia cotidiana.

También podría gustarte