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RESEÑAS

Teknokultura. Revista de Cultura Digital y Movimientos Sociales


ISSNe: 1549-2230

http://dx.doi.org/10.5209/tekn.65267

Reseña/Review (Toscano, Emanuele, “Researching Far Right Movements. Ethics, Methodologies,


and Qualitative Inquiries”, Nueva York, Routledge, ISBN: 978113858979, 152 págs., 2019).

Desafortunadamente la extrema en definitiva, de estabilizarse laboralmente para una


derecha está de moda tanto en generación y de poder acercarse a un mínimo de dig-
nuestro país, que en los últimos nidad laboral, han hecho que el oficio de sociólogo
lustros había sido una excepción, se vea abocado a la descripción más que al análisis
como a nivel internacional. El ci- y a la narración más que a la investigación. En este
clo de movilizaciones progresistas contexto ciertamente nubloso y turbulento merece
que surgió como consecuencia de ser destacada la obra de Emanuele Toscano y, con-
la crisis económica ha dado paso cretamente, su último libro Researching Far Right
al crecimiento y desarrollo de la Movements. Ethics, Methodologies, and Qualitative
extrema derecha a nivel global. Inquiries (2019).
Quizá, como comenta Emanuele Toscano, autor del Toscano lleva algo más de una década trabajando
libro que aquí recensionamos, este desarrollo tiene la extrema derecha, primero en su país, Italia, y luego
su origen a comienzos del nuevo milenio asociado a a nivel internacional. El libro presenta una compila-
fenómenos como los atentados del 11S, la globaliza- ción de trabajos sobre distintas articulaciones, desa-
ción de las migraciones y distintas crisis humanita- rrollos y evoluciones de la extrema derecha a lo largo
rias que han movilizado a colectivos de refugiados, del planeta. Una de las cuestiones más interesantes y
y la gran crisis económica de 2007. Según Ignazi ambiciosas de este libro es que, además de los casos
(1992) en Occidente y principalmente en Europa los de estudio internacionales que recoge, pretende ser
orígenes de este crecimiento se remontan a la década una invitación al debate sobre la investigación des-
de los 70. de las ciencias sociales de la extrema derecha, a tra-
Como decía, lo cierto es que hoy en día la extrema vés de una reflexión colectiva sobre los métodos de
derecha está de moda, también en el mundo acadé- aproximación, análisis y las implicaciones éticas que
mico y en particular en las ciencias sociales. El 15M conlleva para el investigador abordar este objeto y a
supuso una revolución dentro de los movimientos so- estos sujetos de estudio.
ciales en un contexto en el que parecía irremediable Otro de los múltiples indicadores de la calidad
y sin respuesta la globalización neoliberal. Zarandeó del libro es que comienza con un capítulo de Michel
positivamente las ciencias sociales, reconfigurando, Wieviorka, uno de los más destacados discípulos de
afianzando y produciendo una basta cantidad de es- Alain Touraine y de los mayores especialistas en la
tudios que revitalizaron la teoría y la compresión so- investigación de los movimientos sociales “malva-
ciológica de los movimientos sociales. Pero al poner- dos”. Wieviorka ha analizado el racismo, el antise-
se de moda, también tuvo consecuencias negativas, mitismo, el terrorismo, los movimientos radicales y
como la producción de un gran número de trabajos todos los llamados anti-movimientos sociales. Tou-
mediocres o cuando menos prescindibles. El 15M, raine analizó los nuevos movimientos sociales como
como objeto de estudio, mostró claramente uno de sujetos productores de la sociedad a través de prácti-
los efectos perversos de la horrible simbiosis entre el cas subjetivas y de identidades colectivas que recla-
espíritu productivo tardocapitalista y el de la produc- maban ser reconocidas públicamente y que abrieron
ción académica, esto es, la necesidad de producir más nuevos espacios y nuevas fronteras a la democracia.
y más rápido, dejando de lado la calidad –en ambas Wieviorka, desde una epistemología similar, ha ana-
esferas– como estándar de producción para autoim- lizado movimientos radicales, anti-movimientos, que
ponerse la obsolescencia como un horizonte cada lo que buscaban precisamente es anular estos proce-
vez a más corto plazo. La producción académica en sos de subjetivación y diseñar una sociedad restric-
ciencias sociales se ha acercado hasta casi confun- tiva en la que sólo tengan cabida sus ideas sobre lo
dirse con el periodismo sensacionalista que asqueaba socialmente deseable.
a Jameson o Bourdieu, entre otros. No toca en este Tanto la investigación sobre movimientos socia-
caso buscar culpables, puesto que todos somos vícti- les como sobre anti-movimientos es eminentemente
mas y cómplices, la obsesión por publicar rápido, por cualitativa, apuesta que comparten tanto Toscano,
acercarse a los estándares de indexación de las publi- como Wieviorka y Touraine, en la medida que inten-
caciones estadounidenses –principalmente los de las ta conocer las causas profundas que motivan a los
ciencias biomédicas–, la necesidad de acreditarse y, sujetos a la acción. Sin embargo, su aplicación es es-
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pecialmente compleja cuando se trata de la extrema mo, el sexismo y la homofobia, posicionando la in-
derecha, también por las implicaciones éticas que tie- vestigación social como el camino para luchar contra
ne investigar el “mal”, como explica Wieviorka en su estas discriminaciones: we cannot combat what we
capítulo. Según el sociólogo francés la investigación do not understand [no podemos combatir lo que no
debe partir de una posición neutral y no de una crítica comprendemos] (Waldner y Dobratz, 2019, p. 56).
en la que se define y delimita previamente el bien y La investigación sobre las protestas de Gezi es espe-
el mal. De esta manera podremos deconstruir los ele- cialmente relevante como caso de estudio en el que se
mentos de la acción y entender cómo éstos interac- muestra la complejidad de las nuevas articulaciones
túan. El trabajo de campo y, principalmente, la inter- y formas que toma la extrema derecha. La mayoría
vención sociológica, generará posibles salidas para de los estudios encuadran las movilizaciones que se
los sujetos de la investigación. Esta posición neutral produjeron en el parque Gezi de Estambul, Turquía,
permite que sean los propios actores y no el sujeto como un movimiento hermano del 15M o de los Oc-
investigador los que lleven a cabo la transformación cupy, de carácter progresista, a favor de la democra-
social. En este mismo sentido, según Wieviorka, la cia y que reclamaba más derechos sociales. Sin em-
producción científica debería pensarse desde su ca- bargo, como muestran Derya Göçer Akder y Kübra
pacidad de influencia a la sociedad civil más que a Oğuz, también hubo grupos nacionalistas, tanto de
las élites políticas. izquierdas como de derechas, que se movilizaron
El trabajo de campo también es el tema central contra el gobierno y su política pro-refugiados, utili-
del siguiente capítulo, escrito por Hilary Pilkington zando muchas de las estrategias y métodos del 15M,
y dedicado a la English Defence League del Reino pero articulando un discurso xenófobo y racista. Este
Unido. El debate central son las implicaciones per- capítulo muestra que la sociología de los movimien-
sonales que tiene investigar la extrema derecha. Por tos sociales –también la del alter-activismo y los mo-
un lado, la confrontación ideológica, puesto que el/ vimientos post-2011–, nos ofrece un marco analítico
la investigador/a se enfrenta a discursos racistas, xe- idóneo para abordar estas nuevas articulaciones de la
nófobos, violentos, etc. Por otro, la dimensión ética, extrema derecha y de la derecha alternativa.
que iría desde la falta de objetividad hasta el riesgo Bizuel se enfrenta a otro aspecto realmente inte-
de dar legitimidad a estos discursos al visibilizarlos. resante dentro del debate ético en los estudios sobre
Sin embargo, la investigadora defiende la necesidad extrema derecha. El autor francés, especializado en el
de hacer investigaciones close-up, a través de la ne- FN y la derecha francesa desde hace más de 20 años,
gociación con los sujetos y enfatizando que los ob- reflexiona sobre cómo analizar acciones positivas rea-
jetivos del investigador son siempre conocer su sen- lizadas por estos colectivos. Señala el caso del repar-
tido o visión de la realidad, sin cuestionar o entrar to de ropa y comida para personas con necesidades
a valorar su alineamiento político. Durante todo el que realizaba a finales de los 90’ el FN, actividades
texto, Pilkington aborda los debates clásicos sobre la también usuales hoy en día (además de otras de “cor-
metodología y la dimensión ética al investigar a la te social”) de grupos como Amanecer Dorado, Casa-
extrema derecha a partir de su experiencia personal, Pound u Hogar Social. La respuesta desde una posi-
dando como resultado una auto-entrevista, de corte ción ideológica en contra de la extrema derecha sería
etnográfico, de la que se extraen dos grandes aprendi- que es una estrategia programática de cara a dar una
zajes: el primero, que la honestidad es un paradigma buena imagen del partido, pero si actuamos así como
insoslayable en la investigación social, también con investigadores, como señala Bizuel, estaríamos come-
la extrema derecha, honestidad con uno mismo y ho- tiendo varios errores. Si nos referimos al colectivo,
nestidad con los sujetos de la investigación; el segun- tendríamos los mismos argumentos para justificar el
do, que la explicación de un suceso social no implica altruismo de un partido de izquierdas que el de otro
ni su justificación ni su legitimación. Los científicos de derechas, la buena imagen de cara al exterior puede
sociales tratan de dar respuestas a las realidades que atribuirse a ambas formaciones, así como cualquier re-
investigan para comprender el sentido de los conflic- ferencia ética que justifique esa ayuda. Pero si aún así
tos sociales, de la acción, lo que no implica que ese asumimos que efectivamente la extrema derecha solo
sentido sea justificable, defendible o deseable. lo hace por maquillar su radicalismo y otros colectivos
Los siguientes capítulos analizan los casos del lo hacen por cuestiones ideológicas (justicia social) o
White Power Movement (WPM) en Estados Unidos, motivados por su moral religiosa, estaríamos negando
el nacionalismo de extrema derecha en las protes- la dimensión individual y los motivos subjetivos de la
tas de Gezi en Estambul, el Frente Nacional (FN) acción, en este caso la solidaridad de sus miembros.
en Francia y CasaPound en Italia. Respecto a la in- Por ejemplo, si la decisión de ayudar responde a una
vestigación sobre el WPM cabe destacar cómo las decisión personal y acorde con su ideología –personal,
investigadoras Lisa K. Waldner y Betty A. Dobratz aunque extrema– al tratarse de connacionales, siendo
describen de manera minuciosa cuáles fueron sus compatible con otros elementos ideológicos como el
estrategias metodológicas analizando cada decisión racismo o la xenofobia. No podemos asumir sin hacer
que tomaron. Además, ahondan en la vertiente éti- una investigación previa que un individuo o un colec-
ca del libro, en la línea de Pilkington, al afirmar que tivo es eminentemente malo y todas sus acciones son
como sociólogas no renuncian a su papel de oponerse per se negativas, por el hecho de ser de extrema de-
a cualquier sistema de opresión incluyendo el racis- recha, como no podemos asumir que las acciones de
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unos individuos o colectivos son puramente buenas, investigaciones, además de plantear casos de estudio
por el hecho de ser de izquierdas o progresistas. Com- verdaderamente interesantes en sí mismos, abordan
prender gracias a la investigación social el sentido de la dos nuevas reflexiones metodológicas destacables,
acción es imprescindible para poder afirmar una cosa, en el caso japonés desde una metodología feminista
o la otra, pero sobre todo para dilucidar las situaciones y en el tailandés a partir de la investigación en redes
intermedias. Es la posición que defiende Wieviorka en sociales.
su capítulo, la neutralidad del investigador permite co- En el penúltimo capítulo Ayaka Suzuki analiza
nocer los motivos profundos de la acción, lo que no los movimientos de extrema derecha de mujeres en
implica, como sostenían Waldner, Dobratz y Pilking- Japón a partir de una etnografía feminista. Son sig-
ton que se legitime a estos individuos o colectivos de nificativas tanto las diferencias como las similitudes
extrema derecha, sino que esta comprensión brinda a de la extrema derecha en Japón y en otras regiones
la sociología un punto de partida para combatirlos. del planeta, como la concepción social de la extrema
En ese sentido está orientado el capítulo que Ema- derecha, del nacionalismo, de la protesta y de la vio-
nuele Toscano escribe junto a Daniele di Nunzo acerca lencia. Sin embargo, lo más destacable es la reflexión
de CasaPound, basado en un trabajo etnográfico de metodológica, en este caso por aproximarse a un fe-
casi dos años de duración, que daría lugar al libro Den- nómeno poco estudiado, tanto en Japón como en el
tro e Fuori CasaPound. Capire il Fascismo del Terzo resto del mundo, en torno a las mujeres de extrema
Millennio (2011). En su capítulo analizan los procesos derecha. Suzuki analiza el movimiento antifeminista
de socialización interna dentro de estos colectivos, es y anti-igualdad de género Asociación A, sus propues-
decir, cómo se forma la identidad individual y colec- tas y movilizaciones, desde su posición de mujer y
tiva de extrema derecha, cuáles son los motivos por entrevistando a mujeres, siendo el género el elemento
los que un joven decide participar en estos colectivos articulador de dicha investigación. Estamos otra vez
y cuáles son los métodos que utilizan para captar a sus ante una articulación novedosa de la extrema dere-
miembros. Resulta indispensable destacar dos cuestio- cha, por tratarse de mujeres en su mayoría mayores
nes. La primera es el análisis de la dimensión indivi- de 55 años, que formaron una asociación a princi-
dual y subjetiva de la adhesión a estos grupos, vivida pios de milenio, que no utilizan la violencia, y que, a
por parte de los sujetos como una forma de hacer algo través de seminarios, movilizaciones y publicaciones
positivo por y para los suyos, por su comunidad, por luchan contra la igualdad de género. Consideran que
su país. Volvemos otra vez a la reflexión ética, porque negar la masculinidad y la feminidad supone la des-
además generalmente no hay una percepción por parte trucción de las familias y de la cultura tradicional y
de la mayoría de esos jóvenes de pertenecer a colecti- que la educación sexual para los/as menores promue-
vos extremistas, racistas, sino a lo que se han denomi- ve el sexo libre.
nado como “grupos de ayuda nacional”. La segunda El capítulo de Wolfram Schaffar y Naruemon
es que los procesos de participación en estos grupos Thabchumpon está dedicado a los militantes de la ex-
pasan por momentos de afirmación grupal donde se trema derecha monárquica de Tailandia. En este caso
comparten actividades tanto lúdicas, como conciertos el análisis se focaliza en los grupos de Facebook de
o fiestas, acciones de ayuda, como el reparto de co- estos militantes. Internet y las redes sociales se han
mida y ropa, acompañamiento de personas mayores, convertido en uno de los lugares fundamentales del
lucha por los derechos de los italianos, etc. No sería activismo político, también para la extrema derecha.
descabellado utilizar conceptos como el de empodera- En Tailandia el activismo progresista y sobre todo el
miento para analizar los procesos que se producen en- que critica la monarquía es perseguido a través de
tre los militantes de estos colectivos. Como decíamos distintos tipos de censura, pero también a partir de es-
más arriba, la extrema derecha utiliza cada vez más los tos grupos de extrema derecha “online”, con vínculos
recursos y herramientas clásicas de los movimientos transnacionales, que diseminan su ideología y que,
progresistas, pero además, los marcos teóricos, analíti- principalmente, actúan como vigilantes del sistema,
cos y las metodologías que los investigadores sociales persiguiendo y denunciando a cualquier crítico con
utilizamos para explicar estos movimientos nos son de la monarquía. Es destacable la discusión que realizan
tremenda utilidad para analizar lo que está sucediendo sobre el concepto de “grupos vigilantes” y sobre todo
hoy en la extrema derecha a nivel internacional. de colectivos fascistas, añadiendo nuevos elementos
Cabría mencionar aparte, por lo poco habitual, a un debate sobre la definición de los colectivos de
la inclusión de dos casos de estudio en Asia, uno en extrema derecha que parecía superado en Europa.
Tailandia y otro en Japón. Ciertamente la sociología Destaca a su vez el esfuerzo académico demostrado
tiende a fijarse solo en occidente, y el etnocentrismo para llevar a cabo la investigación, tanto por la com-
que muchas veces se denuncia desde ella se aplica a plejidad metodológica (sumado a las cuestiones lega-
rajatabla epistemológica y metodológicamente. Poco les y a otros problemas propios del contexto social y
a poco el Sur ha ido cobrando relevancia gracias al político tailandés) como por las características pro-
trabajo incansable de los sociólogos que lo habitan e pias de estos grupos, al ser exclusivamente virtuales
investigan, además de por el interés de algunos soció- y al operar en el ámbito transnacional.
logos occidentales. Sin embargo, ese Sur se circuns- Por último, Emanuele Toscano cierra el libro
cribe, básicamente, a América Latina. Poco sabemos con unas conclusiones en las que recupera el senti-
de y desde la sociología de Asia y de África. Ambas do fundamental de la compilación: el debate ético
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y el análisis pormenorizado de las metodologías de es, en sí misma, compleja. Además de ello, abor-
investigación con colectivos de extrema derecha. da un debate ético tan necesario como absoluta-
Decíamos nada más comenzar la recensión que mente vigente, rico y aprovechable tanto para el/la
desafortunadamente, por razones obvias, la extre- investigador/a en este campo como para cualquier
ma derecha estaba de moda, pero también por lo científico/a social. En ese mismo sentido, el libro
que implica negativamente desde el punto de vista supone una notable contribución no solo para la
de la producción académica que un tema se ponga producción académica sobre extrema derecha, sino
de moda. En este contexto Researching Far Right para la sociología de los movimientos sociales,
Movements debería ser uno de los libros referente para las metodologías de investigación en ciencias
para los trabajos científicos que aborden la extrema sociales y para la teoría sociológica general, por
derecha, especialmente aquellos que se propongan su rigor científico, por la claridad de sus argumen-
una aproximación seria, rigurosa y empírica. Des- taciones, la actualidad de sus debates y el acierto
de el punto de vista metodológico ofrece un buen tanto en el planteamiento general como en los ca-
número de herramientas para abordar una tarea que sos de estudio seleccionados.

Referencias

Di Nunzio, D. y Toscano, E. (2011). Dentro e Fuori CasaPound. Capire il Fascismo del Terzo Millennio. Roma: Armando
Editore.
Ignazi, P. (1992). The silent counter-revolution. Hypotheses on the emergence of extreme right-wing parties. Journal of
Political Research, 22, 3-34.
Waldner, L. y Dobratz, B. (2019). Rapport, respect, and dissonance: Studying the white power movement in the United
States. En Researching Far Right Movements. Ethics, Methodologies, and Qualitative Inquiries (E. Toscano, pp. 41-
58). Nueva York: Routledge.

Antonio Álvarez-Benavides
City University of New York
E-mail: aalvarezdebenavides@jjay.cuny.edu
https://orcid.org/0000-0002-4346-2219

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